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BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO 4<-C.G., Jung: Conflitos del dad, cultura y peicoand- sina a doen ¥2—-E'ihomey: ba penona Al I6—M alent co: Pc. Mind nurica Geta: © gets, Pale te tongs ied S—W. toler: tno. af MS tae colin al psteoandlisis, Neurosis, sexualidad 4-F. Kiinkel y'RE. Dies psicoandliste de hot kkerson: Laformaciin del 20K. Dunbar y otconr Me- cardeter dicing psicosomética 5~f, Rumney y J. Mater: sicoandliss de hoy ‘ctologia. La ciencia de 21 —P. Schllder y olvon, Pat= 1a sociedad. ‘quiatria'y psicoandies OA. Adler: “Gulando al de hoy, ‘ito. B2~W. ‘MeDougall: Intro- #7—E, Fromm: BY miedo ala duccién a ta psicologia, Ubertad, 23-G. Palmade: La carac! 8 AN whitehead: Loe erologta fies de ta educactine 24 oti ‘i Mkt: more aoe imes Paclogie le psioingta Yedwcicton 25-6, Vinal a inteligen 410-E "Fromm: £1 one de oie er 26D" Lace: EI puico- Wein: EE canicter nde omenino 27M Marts Lo guene 2A" Freud: Intoducciin alse al psicoandlisis para edu- 28H, Baruke Las terapéu ator res. teas psiquidiricus, 19—B, Malinowski: Estudios 29 P, Cllauthards La me- dé priclog primiicn dicing pscesomdtia” AaB. Haseltine del 30. Pht Eo tae en spi toler I~ CiHighet: Elertedeen —91~f,Mhsonnewve: Patol 26-L. Klages: Lov funda. 92~$°'C. Flows: Paicologta Imontosdetacaracterolo: de on anal Ri. 39-G. Palmede: Le paleo —E- Jones y otros: Socie- tdensea, (Continda en la pigina 187) 333. OTTO FENICHEL Y OTROS TRAVESTISMO, FETICHISMO NEUROSIS INFANTIL Compilador ROBERT FLIBSS Colaboradores RUTH M. BRUNSWICK OTTO FENICHEL 5. M. PAYNE VICTOR TAUSK EDITORIAL PAIDOS BUENOS AIRES Titulo del original inalés ‘THE PSYCHO-ANALYTIC READER ‘An Anthology of Essential Papers ‘with Critical Intzoductions (Pigs. 3-103) Publicado por Jpermsartonar, Usivenstries Pass, IN. ‘Nueva York Copyright by Robert Flies, M.D. Versién castellana de SuIA Vermaxo cso en a, Argeatina eee aes Queda hecho el depésito que previene la Ley Nv 11.735 Copyright de tas ls ediciones en castellano by ae EDITORIAL PAIDOS SAICE. Dafensa 599, 9 piso Buenos Aires INDICE Travestismo y fetichismo Introduccién, por Robert Fliess 1, ACERCA DEL TRAVESTISMO, por Otto Fenichet Ul, EL FETICHISTA ¥ SU YO, por 8. M. Payne ‘Comentario de Ia autora ML, UNA CONTRIBUCION A LA “HISTORIA DE UNA NEUROSIS INFANTIL” DE FREUD, por Ruth Mack Brunsizick Introduccidn, por Robert Fliess L, Deseripeién de la enfermedad actual TE, 1930-1923 DHL Antecedentes de a enfermedad actual TV. El desarzollo del anilisis actual ¥. Diagnéstico VL. Mecanismos VIL Problemas IV, SOBRE EL ORIGEN DE LA “MAQUINA DE INFLUIR” EN LA ESQUIZOFRENIA, por Victor Tausk Introduccién, por Robert Fliess 106 OTTO FENICHEL Y OTROS Era como si la influencis del padre estuviera pre- sente en la justa medida para hacerlo eficaz, pero sin sobrepasar un limite que hubiera hecho peligrar toda posibilided de cura. Como se babeé visto a lo Jargo del presente andlisis, mi rol fue casi insfg ficante; actué simplemente como mediador entre el pacionte y Frend. Creo importante destacar dos puntos. El es el mecanismo de la cura. No puedo explicar ef ‘cambio final cue ocurrié en el suefio de los cuadros con figuras sagradas. Sélo puedo atribuirlo al hecho de que el paciente habia vivido las reacciones hacia su padie suficfente tiempo y, por Jo tanto, estaba fen condiciones de dejarlas. El efecto de In terapia ‘es doble: primero hace consciente las reacciones an- tes inconscientes; segundo, se produce Ja. transela boracién (durcharbeiten) ‘de estas reacciones. El segundo punto comprende la bisexualidad pri- mitiva del paciente, que es obviamente la causa de su enfermedad. Su’masculinidad siempre encontrs uma salida normal; por otro lado, fue necesario re- ptimir su femineidad. Pero esta dltima demastré estar muy arraigada on si constitucién; era tan fuerte que el desarrollo del complejo de Edipo normal fue sacrifieado por el complejo de Edipo ne- gativo. Si el paciente hubiera desarrollado un fuerte complejo dle Edipo positivo, imbiera sido una seficl de mejor salud de fa que en realidad goz6. Es in- necesario decir que un complejo de Edipo positive exagerado a menudo encubre sa contrario. Por otra parte, aun esta reaccién roquiere mayor salud bio Togica que Ia que nuestro paciente posefs. Es imposible predecir si cl paciente, quien se halla en buen estado desde hace aio y medio, man- tendrd su salud. Me inclino a pensar que su salud depende en gran medida del grado de sublimacién que logre alcanzar. Carfrovo IV SOBRE EL ORIGEN DE LA “MAQUINA DE INFLUIR” EN LA ESQUIZOFRENIA” Victor Tausk Introduecién No es comin que después de Teor un solo trabajo sobre un probleme el lector pueda reflexionar acer- ca del modo en que el autor hubiera profundizado en él sila muerte no se lo hubiese impedido prema- turamente, En el mismo volumen de la Internatio nale Zeitschrift de 1919 aparecen una nota sobre la muerte repentina de Victor Tausk a la edad de 42 afios y el articalo que aqui reproducimos. Sin em- bargo, este primer y, al mismo tiempo, wltimo tra- bajo importante del doctor Tausk ha inspirado durante mis do un cuarto de siglo a los estudiosos del tema. En ada nueva lectura es posible descu- brir su inacabable riqueza de ideas que tienen im- plicaciones para muchos de los problemas diarios del enalista, “Tausk, que se haba recibido de abogado, se unié a los primeros alumnos de Freud en 1908, estudis medicina y prneticé luego Ia psiquiatria,” Asimilé * Originariamente publiceds con el titulo: her den BBecinflussungsapperat in der Schizophrenic", en Interatlo~ ale. Zeitschrift fir Poychoanalyse, 1919, vol. V, pa. 1. Reproducida de The Paychoanaltic Quarterly, 1983, vol. TL, pag. 519. Traducldo al inglés por Dorian Feigenbaum. 108, OTTO FENICHEL ¥ GTROS cl anilisis y demostré ser superior a sus contempo- rineos en cuanto a capacidad. La agudeza de ob- servacién y la originalidad que pone de manifiesto en este capitulo nos traen a la memoria uno de los trabajos de Abraham. Sin embargo, este capitulo no se inscribe en nin- guna de Tas normes vulgares de publicaeién, ‘Tiene una enorme cantidad de notas, es muy dificil poner tn titulo adecuado a los apartados y no se podria resuinir sin tener que eseribirlo pricticamente de nuevo. Esto sucede porque mientras el autor des- arrolla Ja interpretacién de un tinieo elemento sim- élico do una alucinacién psicétice, hace comenta- ios de extensién variada, pero siempte perspicaces, sobre toda clase de temas diferentes. Muchos de ellos, por supuesto, los aborda en forma prematura y el lector deberd adaptar parte de la terminologia a Ta utilizada en Je aetnalidad, Sin embargo, no existe desperdicio; y si bien al comienzo pensé en omitir algunas partes por considerarlas obsoletas, deseché Ja idea después de una nueva lecturs. El pasaje teGrico mis prematuro, que comprende va- ias pAginas, aparece bajo ol titulo de “Algunas con- sideraciones tedricas”. He afiadido algunos subtitu- Tos para guiar la Tectura de este dificil capitulo. Rover Fuss 1 Obsercaciones metodolégicas. Las siguientes con- sideraciones se basan en un solo ejemplo del tema tipico en cierta clase de esquizofrénicos: Ia “miqui- na de influir’. Aunque desde mi punto de vista en este caso particular la estructura de la méquina es materialmente diferente de la de todas las otras variedades de aparatos do esta naturaleza, espero que este ejemplo proporcione una comprension psi- coanalitica mas prolunda de la génesis y el objetivo de este instrumento alucinatorio. Este ejemplo es una variante —y una variante muy rara— de la méquina de influir tipica. Se podria objetar, naturalmente, que me apresuro a sacar eon- clusiones del estudio’ de un solo caso y que las ge- neralizaciones, para ser validas desde el punto de viste cientifico, deben basarse en mayor cantidad de material. Mi justificacién es que simplemente no ho encontrado ningtin otro caso que apoye mis con- clusiones y que, en cuanto yo sé, la bibliografia psi- quidtrica no ofrece ninguna descripeién de casos individuales del fenémeno de la miquina de influir que podrian hacer imecesario este capitulo. Unica mente existen algunas descripciones generales de este aparato y, por lo general, sus caracteristicas y funciones regulares s6lo se dan a titulo de ejem- pplos clinicos de rutina. La psiquiatria clinica, inte- esada sélo en descripciones generales, no destace la importancia de los sintomas individuales para el estudio de Ia dindmiea de Ia psicosis, Hasta ahora, Ja psiquiatria no ha investigado suficientemente el 0 o1To FENICHEL Y OTROS origen, el significado y el objetivo de un sintoma, oro, al no empl el meats pslcoanalitico, ni siguiera hha Hegado a formular esos problemas. Sin ‘embargo, en principio es vilido extraer conclusio- nes generales de los casos excepeionales. ‘Toda va- riante © forma mixta estimula la investigacién de los tipos generales. La conformidad a los casos ti- picos Tega a convertirse, en dltima instancia, en tuna barrera impenetrable; mientras que la desvia- ciéa de lo tipico puede facilitamos un rayo de luz con el cual se pueda obtener una idea clara del problema. Las desviaciones de la regla y de Ios tipos ambi- guos sugieren que un determinado fenémeno tiene diversas causas, Sélo cuando ocurre una desviacion Inesperada y fuera de lo acostumbrado, se siente la neeesidad de investigar la uniformidad que previa mente caracterizaba el fenémeno 0 que por lo me- nnos parecia hacerlo, La investigacin de factores causales extraordinarios ha alentado el estudio pro- fundo de los que de ordinario enfzentamos. Sélo espero que este caso justifique las conclu: siones extrafdas y que sea correcta Ia concepeién y Ja formulacién del origen y significado de este ejemplo atipico. a La méquina de influir, de la que nos habla el esquizolrénico, es de indole mfstiea. Los pacientes sélo nos dan vagas referencias sobre su estructura. Consisto en. cajas, manivelas, palancas, ruedas, bo- tones, alambres, baterlas y demas elementos por el estilo. Los pacientes tratan de descubrir la estructa- a del aparato mediante su conocimiento téenico; parece que con la progresiva popularizacién de las THAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INFANTE, LLL ciencias, todos los elementos tecnolégicos son utili zados para explicar su funcionamiento, Sin embar. 80, todos los descubrimientos de la humanidad so consideran inadecuados para explicar Ios maravi- losos poderes de esta maquina, por la que los pa. lentes se sienten perseguidos. Los males de los pacientes entendidos como “efectos” de la “maquina de influir”. Los principales efectos de la maquina de influir son, J. Hace que el paciente vea imigenes. Cuando esto sucede, la maquina es generalmente una linter- na migica 0 un cinematégrafo. Las representaciones son unidimensionales y so ven proyectadas sobre Paredes o sobre el vidrio de una ventana. A diferen- ia de las alucinaciones visuales, no son tridimen: sionales, 2 Tiene la capacidad de producir 0 hacer des- parecer pensamientos y sentimientos mediante ondas, rayos 0 fuerzas misteriosas que el paciente no puede explicar con sus conocimientos de fisica. En tales casos, se llama con frecuencia a la méquina “aparato de sugestién”. No se puede explicar su estructura, pero su funcionamiento consiste en la fransmisién 0 “extraccién” de pensamientos y senti- mientos por obra de uno o més perseguidores. 8. Produce fenémenos motores en el cuerpo, ereceiones y eyaculaciones que tienen ol objetivo de privar de virilidad al paciente y de debilitarlo, Esto se produce por medio de la sugestién, de las corrientes de aire, de Ia electricidad, del mignetis- moo de los rayos X, 4. Crea sensaciones que, en parte, no se pueden deseribir porque resultan extratias para el mismo Paciente y que, en parte, se perciben como cléctri- cas, magnéticas 0 causadas por comientes de aire, ua OTTO FENIGHEL ¥ OTROS 5, También es responsable do otras modificacio- nes en el cuerpo del paciente, por ejemplo, erupeio- nes cutineas, abseesos y otros procesos patolégicos. [La méquina tieno Ja misiin de perseguit al pe ciente esti manejada por enemigos. Estos, por 19 que, conozco, son exclusivamente del sexo incu no. Por Io general son médicos que han tratado al paciente. ES oscuro el manejo del aparato; el pa- ciente rara vez. tiene ideas claras en cuanto @ su foncionamiento. Se aprietan botones, se mueven palancas, se da vuelta a Tas manivelas; alambres Invisibles establecen la conexién con el paciente, por lo comin instalados en su cama, en cuyo caso la miquina s6lo inflaye cuando yace acostado. Perjuicios similares no atribuidos a la méquina de infu. Sin embargo, es dino de mencionse que ‘muchos pacientes se quejan de los misinos males sin atribuirlos a la influencia de la maquina; consideran que Ia causa de estas sensaciones extratias y hostiles de cambio fisico 0 psiquico se deben simplemente a una influencia mental externa, sugestién o poder teleptico proveniente de Tos enemigos, Mis props Sbservacones, lg de alguns otros cole, 10 de- jan lugar a dudas de que estas quejas preceden Apwricion del sintoma de la maquina de infin, Ia cual es fruto de un desarrollo posterior de la patolo- gia. Su aparicién, como postulan muchos autores, cumple el propésito de explicar los cambios pato- Togicos que se sienten como extrafios, dolorosos y dominan la vida emocional del paciente y sus sensa- ciones. ; do con este criterio, la idea de la méi- tone eer eae setae dad inherente al hombre; la misma necesidad pro- buablemente explicaria la aparicién de los persegui- Gores que actdan por medio de sugestién o telepatia. TRAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INFANTIL 113 en vez de manipular tna mécuina. La psigisiatrfa clinica explica este sfntoma de la méquina de in- flair como andlogo a las ideas de persecucién en la paranoia (donde, como se sabe, el paciente inventa ara justificar su flusién de grandeza) y lo Tama ‘paranoia somética”, Sin embargo, existen algunos pacientes que no necesitan para nada una gratificacién de In necest- dad de causalidad y se quejan simplemente de cam. bios emocionales v extrafias apariciones dentro de su personalidad fistea y pslquica, sin la intervencién de un poder extraiio w hostil. Algunos indican en particular aue, para su sorpresa, nada provoea sus visiones; simplemente Ins ven. Hay otras sensacio. nes extrafias de las que tampoco conocemos su causa, en especial. por efemnlo, en el caso de la ameia por Ie pérdida o cambio de pensamientos y sentimientos, sin que nada los “extraiga” o los “pro. yore”; sucede lo mismo con el Ixmento de cambio de sensaciones en Ia piel, cara y extremidades, Este srupo de pacientes no se aueja de la infliencia de una fuerza extrafia y hostil, sino de una sensaciin de extrafieza interna, Se convierten en extraiios a sf mmismos; va no se entfenden: no son suyos sus miemn- bbros ni su cara ni su expresién facial ni sus pensa ientos ni sus sentimfentos, Claramente estos sinto- mas son parte de la fase temprana de In demencia precoz, aunoue también pueden observarso en el estado avanzado de esta enfermedad. Ta“méauina de inflate como etapa final de tuna sintomatologia que comlenza con sentimientos de alienacién. Se puede afirmar, algunas ‘veces con total certez y otras con alta probabilidad, que la sensacién de persecuctén se origina « partic de les sensaciones de cambio acompafiadas con un senti- miento de extrafieza. Estos sentimientos de persecu- ci6n se atribuyen a ana interferencia personal extra Srey (OTTO FENICHRL Y OTROS fa, a Ia “sugestién” o a una “influencia telepiti En otros casos, las ideas de persecucién o influencia entran en Ia construceiOn de un aparato de influir. influir representa la filtima fase en la evolucién del sintoma que empezé con simples sensaciones de cambio. No creo que hasta ahora se haya estudiado Ia totalidad de la seouencia del desarrollo de este sintoma en un solo caso, Yo he eaptado la relacién de entre, por lo menos, dos fases (que flustraré més adelante) y no dudo en sostener que en circunstan- cias particulares seria posible observar la serie ente- ra de fases evolutivas en un solo paciente. Por ahora estoy en la situacién del que observ» plasmo- dios, nota que hay diversas formas patolégicas en las céhulas de Ia sangre en um estadio evolutivo que pertenece a um continuo circulo de crecimiento, pero minea tiene Ia posibilidad de observar en un solo corpiiseulo de sangre més de una fase evo- Tativa. Es muy dificil reconocer los diversos s{ntomas ‘como etapas de un proceso evolutivo tinico no sola- mente porque In observacién es incorrecta, sino también por otros factores. En los pacientes las cta- pas singulares estén ocultas por sintomas secunda- rios y eorrelativos (en cada paciente se presentan segiin su propia disposicién patolégica). Los eam- bios de sentimientos estin encubiertos por una psi= cosis 0 neurosis producida simulténea 0 consecuti- ‘vamente que pertenece a otro grupo elinico, tal como ta depresién, la mania, In paranoia, Ia neurosis com- pulsiva, Ia histeria de ansiedad o la demencia; estos uadros clinieas, en un primer plano, ocultan al ob- servador los elementos més sutiles en el desarrollo de la ilusién de referencia. Por otra parte, es muy posible que en muchos casos no toda etapa evoluti- ya liegue a la conciencia y que una etapa siga su TRAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INFANT. 115 eurso en el inconsciente y ast doje Iagunas en la psique consciente, Finalmente, semi la rapidez del Proceso patolégioa y sogiin ia disposicién indivi- eal, pueden falter por completo alguns do. esas En Ia esqnizofrenia, las ideas de referencia. se desarrollan igualmente con Ja intervencién del apa. rato de influir 0 sia él. Enum solo caso? he podido observar In alucfnacién de corrientes eléctriens se perada de Ta de Ia méquina de inflair a la etal zoneralmente se atribuyen aquéllas cuando no se to hace a poderes hostiles Anilisis de casos, La tiltima observacién proviene del anilsis del caso de un hombre de 34 alos, Tosé HL, un interno en asilos parr dementes durante va- ties perfodos de su vida. Sentin que lo recorrlan corrientes eléetricas, que entraban en Ia tierra a tra- vés de sus piemas; él mismo producia Ia comiente dentro de sf, declarndo con oxgullo que éste era su poder. Pero xenunciaby a exnlicar cémo Jo hacia © con qué objeto. Admitié ane euando desoubrié or primera ver estas corrientes que producia se sintié algo sorprendido, mes pronto legé a Ia con- clusién de que esta manifestacién tenia un sienifi cado esnecial: Ins corrientes cnmplan un fin miste- Hloso, dol cual no podia proporcionar ninguna infor macién. Gitaré ahora otro caso, uno singular de “paraonia somitice”, cu ten eles inmportanea peve proba al proceso evolutivo aue he sunuesto, Freud cité el mismo efemplo a propésito de otro tema. La sefiori fa Ema A. se sentia inflnida por su enamorado dle tuna manera harto singular: sostenia cue sus ofos xno estaban en su Tuger, sino que ocupaban otra posi. cién: esto lo atribufa al hecho de que st amado era + En le Divisién Neuropsiquidtrica de Belgrado, 6 (o7To FENIGHEE, ¥ OTROS tuna persona engaiiosa y snala que tenfa ol poder de torcer los ojos. Un dia mientras estaba en la iglesia sintié de zepente un empuiéa, como si se Ta hubiera obligado a cambiar de sitio; esto To atribnia a que sa enamored se podia cambiar? y que la habfa perdido, pues In volvié tan mala como é Esta paciente no sblo se sentia perseguida e in- fluida, en su caso Ja influencia estaba determinade por Ia identificacién con el persegnidor. Si acudi- mos aqui al pnnto de vista que sostiene Freud, y con el cual concuerdo; veremos ame en Ja eleceién de objeto el mecanismo de identificacién precede a Ih catexia mediante In proyeceién. Podemos consi- derar «qe el caso de Ta sefiorite Ema A. representa tun estadio en el desarrollo de Ja ilusién de referen- cia que precede a ln proyeecién (es decir, sobre un perseguidor distante en el mando extemo). Obvie- mente In identifieacién es un intento de proyectar Is sensacién de los cambios internos sobre el mundo exterior; constituye un puente entre Ie sensacién de cambios internos sin causa externa y la atribuctén de estos cambios al poder de una persona externa, tuna especie de posicién intermedia entro la sensa- cién de autocstrafiezn vy ls ilusién de referencia, Este planteo os muy coherente y justifica psicoana- Iticamente el concopto de evolucién del sfntoma Insta su eristalizacién en Ia méquing de inflair, Lo que aqui nos ocupa es ef deseubrimiento, 0 mis bien Ia invencién, de un objeto hostil; pero para el proceso intelectual no tiene importancia que los objetos observados sean hostiles o no, y el psicoana- lista, por lo menos, no pondré ninguna objeciéa en ienalar amor y odio en este caso. Entre los efem- plos que pueden ilustrar las diversas formas 0 esta 2 La preiente dijo exictamente: “Sich veratelt”, que tor mado en sentido. Deal quiere. decir “maverse de Inga”. (Nota ‘del traduetor ingles.) HMAVESTISMO, FETIGINSMO, NEUROSIS INFANTE, 117 Sios de la ilusion de referencia podemos citar a caso de Staudenmayer (cuya autobiografia fue pre- sentada ante la Sociedad Psicoanalitiea de Viena hhace algtin tiempo). Staudenmayer —quien, si no me equivoco, fue declarado paranoico, y a quien en todo caso juzgo como tal~ describia sus sensaciones mniontras hacia sus necesidades desde el principio hasta el fin y atribuia todos los movimientos peristilticos de que era consciente a la actividad de demonios especia- les supuestamente ubicados en los intestinos y en- cargados de cada movimiento individual, La siatomatologia completa. Ahora resumiremos y deseribiremos en forma esquemdtica el fendmeno ‘que en algunos casos aparece como efecto do la maquina de influir y en otros aparece sin este ele- mento. 1. Primero se observan simples sensaciones de ‘cambios internos que al principio apareeen sin sen. sacién de extrafieza y luego acompaiiados de ella, ¥ que adems no son atribuidos a causa alguna. Los ‘cambios se darian en las funciones psiquicas y orgie nicas de las diversas partes del cuerpo. En muchos casos esta etapa de la enfermedad probablemonte ccurre a edades muy tempranas antes de la puber- tad. No es facil reconocer esta fase y por otro lado se la puede designar de otro modo a causa de que, a esa edad, los relatos de condiciones internas no suelen ser exactos y, ademés, los cambios patolégi- ‘20s son a veces compensados por peculiaridades de caricter infantil, tales como mala conducta, agresi- vidad, fantasias encubiertas, masturbacién, aisla- mieuto, depresion, ete. Slo durante la pubertad, cuando el individuo necesita adaptarse al ambiente ¥ es obligado a abandonar las expresiones mnds ru us (OTTO FENIGHEL ¥ OTROS das de su anormalidad, la enfermedad aflora; tam- bién en esta época se desarrollan més Jos sintomas. 2. Sensaciones de cambios internos que se pre- sentan en forma de sensaciones anormales, con co- nocimiento del causante, que, en el caso do José H., es el paciente mismo, 3. Sensaciones de cambios intemnos con conoci- micnto del causante que, aunque existe dentro del paciente mismo, no es él (caso Staudenmayer). 4, Sensaciones de cambio interno acompatiadas de uma proyeceién alucinatoria de los cambios inter- nos sobre el mundo exterior, sin conocimiento del causante; al prineipio no se’tiene la sensacién de exirafieza, pero luego aparece (tener visiones). 5. Sensaciones de cambio interno con conoci- miento de un causante externo como resultado de Ja identificacién (caso de Ema A.) 6. Sensaciones de cambio interno acompaiiadas de proyeccién del hecho interno sobre el mundo exterior; ereeneia en un causante producido por el mecanismo paranoide (que origina visiones, inflaye mediante la sugestién, el hipnotismo, la electricidad, produce o extrae pensamientos y sentimientos, in fluye sobre los movimientos corporales, debilita la potencia sexual, produce la ereccién y Ia eyacula- cidn, eteétera). 7. Sensaciones de cambios internos atribuidos a Ja méquina de influir manejada por enemigos. Al principio los enemigos no son conocidos, por lo ge- neral, por el paciente, quien los discferne slo en forma vaga; Iuego es capaz de representirselos, sabe quiénes son y amplia su efreulo segiin el mode- Jo tipico de la conspiracién paranoica, De igual modo, al principio el paciente es ineapaz de explicar In estructura de la maquina de influir, y después se va familiarizando con ella, ‘TRAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INFANT. 119 Habiendo explicado ya la relacién entre Ta idea de referencia y la maquina de influir, ahora pode- mos proceder a analizar esta ‘ltima sin hacer ala- sién a sus efectos. La estructura de ta “maquina de influiv”. No es necesario andlizar la Tinta mfgica que produce figuras 0 imigeres porque su estructum. armoniza perfectamente con Ta funcién a ella atribuida y porque no revela ning(in error de juicio, aparte del hecho de que no existe. Esta superestructura racio- nal es absolutamente impenetrable. En un comicnzo debemos usar estmucturas de eonstruccién menos sdlida, cuyas peredes muestren hendiduras por las euales podamos mirar-su interior " 8) La miquina de influir comin tiene una es- tructura poco clara: grandes partes son completa- mente inimaginables. En Tos easos en que el pacien- te etree conocer bien st estructurs, es obvio que esta sensacién, en ef mejor de los easos, es andloga 8 cuando sofiamos y tenemos In sensacién de com- prender, pero no la comprensién misma, Podemos compzobar este hecho si pedimos al paciente que describa exactamente eémo es el aparato, b) Hasta donde conozco, el aparato es siempre sma miquina y de estructura muy complicada, La “méquina’, un simbolo de los genitales del indictduo (céanse Tos sucios sobre miquinas). El Psicoanalista no duda ni por un momento que esta inéquina es un simbolo, Froud destaca este hecho en una de sus iiltimas conferencias; dice que las complicadas méquinas que aparecen en los suefios siempre representaz los genitales, He estudiado ana- Wticamente durante mncho tiempo suetios sobre miquinas y puedo confirmar plenamente ta posi cién de Frend. Ademés puedo agregar que las mi- 120 OTTO FENICHEL ¥ OTROS quinas siempre representan Ios genitales de Ia. per sona que suefia y que estos suefios son de caricter masturbatorio, Més ain, afirmo que estos. suefios son suetios de escape. del tipo de los que he de: to en mi artfculo sobre ol delirio aleohélico® Tn este articnlo sefialo que cada ver. que la necesidad de masturbacién, o mas bien In. disposicién a eya- ‘cular semen, provora tma fantasfa en el suefio que tiende a la descarga, surge siibitamente otra fanta- sfa que produce un mevo estado de inhibieién mo- mentinen v que veelve dificil sino imposible, Ia eya- eulacién de semen. FI sucfio reacciona frente al deseo repuidiado de descarga con una sucesiva alte- racién de simbolos. El suefio de la méquina posee un mecanismo si- ilar, excepto ane T2 introduceién de eomponentes tipicos de la miqnina no implica Ia desaparicién de otros componentes a los que anuéllos sustituyen; simplemente se produce una supernosicién de com- ponentes. Asi es como se origina In desesnerante y compleja méquina. Para reforzar Ia inhibicién el sim- bolo se vuelve compleio, en vex. de ser reemplazado por otro, pero el resultado es el mismo, Cada ni de complejidad atrae Ta atenefén del sofindor hacia si, alienta su interés intelectual, debilita, en forma reciproca, su interés libidinal, y de este modo inhibe el instinto. En Ta mayorfa de los casos los suefios de miqui- nas despiertan a Ja persona y ésta se encuentra. con stis manos en los genitales, luego de haber sofiado ae manejaba Ta mAcmina. Por lo tanto, podemos suponer atte Th mianina de influir es una represen- tacién de los genitales del paciente proyectada al mundo exterior, anloga en su origen a Ia méquina 8 Victor ‘Tausk: “Zur Peychologio des alkohol, Beschif- tigungsdelis", on Internationale Zeitschrift flr Poychoona- se, 1915, vol. TH. ‘THAVESTISMO, FETIGHISMO, NEUROSIS INFANT, 121 cn Jos suefios. El comentario frecuente de los esqu zolrénicos de que la miquina les produce erecei nes, les extrae semen y debilita su potencia sexual confirma nuestra hipsiesis. De cualquier modo, la analogia del sistema con la produccién de suetios, tanto como la posibilidad de interpretar el sintoma con_Ia técnica psicoanalitica empleada para los suefios, es algo que va més allé de las racionaliza- ciones'y Ia demanda de conexiones causales que subyacen a la interpretacién clinica usual de la miguina de influir en la esquizotrenia. Presentaré ahora imi ejemplo que no s6lo confiemari nuestra hipétesis, sino que también la ampliard material mente, El caso de Natalija A.: antecedentes. La paciente ¢s la seiiorita Naialija A., de 31 afios, ex estudiante de filosofia, Durante muchos afios ‘sufrié de una completa sordera 2 causa de una vileera en el ofdo y_s6lo se podia hacer entender escribiendo. Nos dice que durante seis afios y medio padecié la in- fluencia de una méiquina eléctrica construida en Berliu, aunque la policia probibié el uso de este aparato, Tiene la forma de un cuerpo humano, por supuesto, la forma del cuerpo de la misma paciente, si bien no es idéntica en todos los detalles. Su madre, asi como las amigas y amigos de la paciente, también estén bajo la infinencia de esta maquina o de otras similares. No puede dar informacién sobre éstas, pero nos puede describir cémo funciona el aparato al que ella se halla sometids. ‘Tiene la cer- teza de que existe una miquina maseulina para los hombres, que tiene la forma del varén, y de que para Jas mujeres existen méquinas femeninas. El torso tiene la forma de una taps, parecida a ja de un atadd y esté forrado de seda 0 tereiopelo. Kin cuanto a los miembros, nos proporciona dos interesantes expli- caciones. In la primera enizevista los describe como 2 OTTO FENIGHEL ¥ OTROS partes totalmente naturales del cuerpo. Unas pocas semanas més tarde estos miembros no estin én for- ‘ma natural en el ataid, simplemente se hallan dibu- jados sobre él a dos’ dimensiones en la posicién natural que ocupan en el cuerpo humano. No puede ver la cabeza; dice que no esta segura y que no sabe si la miquina tiene su propia cabeza (de la paciente). Apenas tiene nada que decir acerca de la cabeza. La paciente no sabe con exactitud cémo se maneja la maquina, ni tampoco cémo est conec- tada con ella, pero vagamente piensa que puede ser por medio de la telepatia. Lo importante es que algaien opera la méquina do determinada manera y todo lo que le sucede al aparato también le sueede a ella, Cuando alguien goipea el aparato ella lo sionte en la parte correspondiente de su cuerpo. La Weera (lupus) que sufre ahora en su nariz, fue pro- ducida primero en la mariz de la miquina y poco después la paciente se vio afectada por ella, Le mi- quina tiene baterias eléetricas en su interior, que supuestamente representan los érganos internos del cuerpo humano. Los que manejan Ia mfiquina pro- ducen un liquide viscoso de su nariz, olores desagra- dables, suefios, pensamientos, sentimientos y la per- turban mientras esté pensando, leyendo o cseribien- do, En un prineipio también le producfa sensaciones sexuales cuando alguien tocaba los genitales de la miquina, pero ahora ésta ya no posee genitales, aunque no nos puede decir por qué o cémo desapa- recieron. Desde que la méquina perdié sus genita- les, Ia paciente dejé de experimentar sensaciones sexuales, Se familiarizé con la maquina, de la cual ya habia ofdo hablar antes, gracias a maltitud de eizcunstan- cius, especialmente por los relatos de la gente, es decir, mediante alucinaciones auditivas. EI hombre que utiliza la maquina para perseguirla es un feste- TRAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INEANTHL . 123 jante que ella rechazé, un profesor de la facultad que ahora esta irpulsado por los celos. Poco tiempo Gespués de haber rechazado sus galunterias sintié que él, utilizando sus poderes de sugestién, trataba de que su madre y ella se hicieran amigas de su cufiada, El propésito era utilizar esta influencia para que la paciente lo aceptara, Sin embargo, cuan- do la sugestion fracasé, él decidié usar In maquina, mediante Ja cual no s6lo influye sobre ella, sino también sobre su madre, su médico y sus amigos; todas sus personas queridas sufrieron la influencia de este diabélico aparato. Uno de los efectos fue ue los médicos equivocaban el diagnéstico de sus enfermedades y decan que sufria otro tipo de males fon vez de los que la aquejaban. Tampoco podia eeslar con sus amigos y parientes porque provocaba la animosidad de todos y se veia obligada a retirar- se. Fue imposible obtener de la paciente anés deta- les, En su tercera visita se mostré inaccesible y s6lo dijo que también el analista se hallaba bajo a in- fluencia del aparato, que su sctitud hacia ella se habfa vuelto hostil y que ya no podian compren- derse. El caso de Natalija A.: interpretacidn. Este caso demuestra febacientemente que la miquina de in- fuir eonstituye una etapa (no siempre presente) en el desarrollo de un sintoma, el de la ilusin de refe- reneia. La paciente aclaré que su perseguidor s6lo utilizé la méquina cuando fracasaron sus intentos de influir sobre ella mediante la sugestién, También, 3 importante el hecho de que ya antes habia ofdo hablar de Ia maquina. Este reconocimiento vago exprest_que Ix paciente experimenta sensaciones parecidas a las que sintié en otras épocas, antes de su actual situacién de sometimiento a la’ miquina. Esta situaciOn es andloga a otra bien conocida: iat orto FENICHEL ¥ OTROS cuando una persona est enamorada, tiene la sensa- ccién de haber conocido desde sic pre a su amado; Jo que sucede en realidad es que esti redescubrien- do una de sus viejas imagos libidinales. Mis tarde ‘eremos que las primeras sensacfones similares a las que provoca el aparato de influir ocurtieron en un pasado muy remoto. La estructura peculiar de la maquina justifica ampliamente nuestros supuestos, por ejemplo con respecto al significado ce la maquina como un simbolo proyectado de los genitales. Podemos agre- ar que el aparato no s6lo representa los genitales del paciente sino, como es obvio, toda su persona, Represcnta la proyeccién del cuerpo del paciente en el mundo exterior. Del relato de Ia paciente se derivan claramente las siguientes conclusiones: el aparato se caracteriza sobre todo por su forma hue mana, que se reconoce de inmediato a pesar de las muchas caracteristicas no humanas. Su forma es pa- recida a la del cuerpo de la paciente y ella siento de Ia misma manera todos los manipuleos que se le hhacen a la miquina en Ia paste correspondiente 4 su cuerpo. Todos los cambios y efectos que suce- den en el aparato también afectan a la paciente ¥ viceversa, De modo que el aparato pierde sus Genitales cuando la paciente ya no experimenta sensaciones sexuales; y la maquina posela sus geni- tales mientras la paciente no carecfa de sensaciones sexuales. Aplicando la téenica de interpretacién de los sue- fios a este caso podriamos decir que In ineapacidad de la paciente para describir con detalle la eabeza del apsrato, y en especial su incapacidad paza deci- dir si es la saya 0 no, constitaye una prucha de que efectivamente es su propia caboza, Las observacio- nes analiticas nos demuestran que fa persona desco- nocida en ef suetio es realmente la misma persona THAVESTISNMO, FETICHISMO, NEUROSIS INFANTIL 125 {que suefia. En mi andlisis del “Dream of the Clinic” (Suefio de Ia clinica),* cuando la paciente suefia con una persona cuya cabeza no puede ver, ex ella misma. Oto detalle del aparato ~el hecho de que Ta ta esti forrada con seda o terciopelo brinda apovo a nuestra suposicién, Las mujeres describen en estos mismos téminos las sensaciones que experimentan cunndo son acariciadas. Por ahora no es importante ‘que los intestinos aparezcan representados por bate rias, pero mis adelante explicaremos Ia importancia de este elemento, Esta interpretacién superficial puede relacionarse con lo que ditecta 0 indirecta- mente so dice a Ios nifios en Ia escuela, en cuanto que las visceras son similares a una méquina muy complicada. Podriamos decir que nuestra paciente hhace uma interpretacién verbal de osta eancepeién infantil, Esta explicacién de la ontogenia del apara- < Pulido ex Inorationate Zech ft» Poychoane- love, BIA Tp 408 a aches tt Rehan seid ot na La fi ms alee oN ee ee Sri Boba ein opernto'n us sae eae oe Son lt abeat nla "para 99 te poe ve Birgu al pareer er banc ‘dg ate” Soe me sa ete posh ta sao. Ven cae Tce A ie Fn Wes lls Jel soto nos rela que Ie pacientes ve fg It rmuer a Ta que se opera. Pocos diag sates del Seete Ee pactnte vt sve hee goo ae gia et cat else aie Say caees Sed Ey ssddeo Tont ms flda'y mies Si Se ei via apd nop otro Hn Seah ee en Bcd ea ben dieu" ot tl nai temoceo pea ern pop Soft Penh. fer sin cahera” en un suoto representa a he males oo amen ap nor dhtwtonor atlas Dose ae crea, "po Wy hr et pte cee 196 OTTo FENICHEL ¥ OTROS to proviene do la interpretactin de la. descripeién de la miquina de influir dada por la paciente. Al principio Ia paciente explica que los miembros del aparato aparecen en su forma y p “icién natue rales, Varias semanas después dice que los micm- bbros estin dibujados en Ta tapa, Obviamente esto es tuna manifestacin de la deformacién progresiva que sufre el aparato, a consecuencia de la cual piet- de las caracteristicas hnmanas y se convierte en una méquina de influir tipica ¢ ininteligible. En este proceso primero se eliminan los genitales y después los miembros. La paciente, desde luego, es incapaz de explicar cémo desaparecieron los genitales. Sin embargo, afirma que los miembros desaparecieron dle Ia siguiente manera: pierden la forma tridimen- sional humana para adquirir sélo dos dimensiones. ‘No nos sorprenderia que al cabo de aliumas semanas la paciente afirme que ahora ya no tiene miembros; ‘como tampoco serfa maravilloso que diga que nunca tos habia tenido, La incapacidad de poder recons- truir el desarrollo del aparato tiene el mismo signi- ficado que olvidar el origen de Tas imagenes del suefio, No serfa demasiado arriesgado Hegar a la conclusién de que Ta tapa de.atatid del aparato es tun produeto de tales deformaciones sucesivas y de que originariamente éste representaba a um ser hu ‘mano: Ja paciente misma La experiencia psicoanalitica nos _proporeiona uma iden de ln cavsas de esa deformacion, Dettss de toda distorsién de un fenémeno psicmico se halla un meeanismo de defensa que tienc la misién de proteger al yo consciente de Ta aparicién o reapari- cin de fantasias no encubiertas. Sin duda la pa- inte busca no reeonacerse en la méquina de influir y por ello Te quita todas sus caraeteristiens huma- nas; en una palabra, cuanto més alejada de lo Jhumano sea la ilusién, menos posibilidades existen ‘“RAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INPANTHL 127 de reconocerse en ella, Luego analizaremos el ori gen de este rechazo a identifiearse con Ia méquina, ‘Cuando le sefiorita Natalija A. acudié a mi consul- ta, el delirio de Is maquina de influir se hallaba en tuna etapa especial de su evolucién; tuve la suerte de poder analizar la méquina en el proceso de des- anolio de los miembros y de obtener informacién de la misma paciente en cuanto a sus geniteles. Su- Pongo que este proceso culminaré com Ja produc- cién de la tipiea méquina de influir tan conocida para Is observaciOn clinica, pero no puedo afirmar que este aparato pasard por todas las etapes del desarroilo hasta el final. ES muy posible que se de- tenga en un punto intermedio y no siga avanzando, m1 Entre tanto consideremos una segunda hipétesis ‘que posiblemente vino a lx mente del lector. Debe- mos tomar en cuenta que, a pesar de todo lo que dijimos antes, la méquina de influir de Ia seftorita Natalia A. puede ser tan sélo una inexplicable ex- cepeién a la regla general. Posiblemente sea mejor estudiar y definir bien la ininteligible y compleja maquina que describen e interpretan en forma tan fantistien otros pacientes antes de emprender la explicacién de la maquina de influir de nuestra paciente, A falta de otros materiales para justificar nuestra hipétesis, salvo el suefio de la miquina, co- menzuremos por suponer que el aparato es una proyeccién de los genitales del paciente. Al presen- tar esta segunda hipétesis junto con la primera, o en su lugar, me doy exacta cuenta de la benevolen- la. que requerimos del lector y no me sorprenderia ser acusado de ligereza. Yo mismo me sorprendi desagradablemente al descubrir que esta segunda 128, OTTo FENICHEL Y OTROS hip6tesis era con toda probabilidad tan vilida como 1h primera y que en consecueneia ambas.serian falsas o initiles puesto que sus ec_enidos difieren y cada tna de ells conduce a una’ teoria diferente. Por fortuna, surge otra teorfa que armoniza ambas intexpzetaciones del aparato de influir. Nos ocupa- remos de nuevo de este tema al concluir este ca- pitulo. Pérdids segresiva de los limites del yo. Nos ocu- paremos ahora de un sintoma esquizafrénico que yo he llamado “pérdida de los limites del yo”. Este Sintoma se manifiesta en que el paciente ere que “todos” conocen sus pensimientos, que éstos no que- dan encerrados en su cabeza sino que se dispersan por todo el mundo y aparecen simultineamente en la cabeza de todas las personas, El paciente no pa- reer reconocer que él es una entidad psiquica ais- ada, un_yo con limites individuales, Un paciente de 16 afios de la clinica Wagner-Jauregg, cuando se Te preguntaba qué estaba pensando, rela alegre- mente, La catamnesis revelé que durante mucho tiempo, al preguntarsele esto, pensaba que era una bromia,” puesto que sus pensamientos aparecian al mismo tiempo en mi mente. Es bien conocida esta etapa del pensamiento en la que el nifio cree que los otros saben qué esté pensando, Hasta que el nifio dice su primera men- tira sin ser descubierto, piensa que los padres lo saben todo, incluso sus pensamientos mis secretos. Después, cuando es deseubierto en una mentira, esa idea puede resurgir, ahora provocada por el senti- miento de culpa, Querer tener secretos que los pa- des no conozean es uno de los factores principales en la formacién del yo, especialmente en el estable- cimiento_y aplicacién’ de Ia propia voluntad. La fase de desarrollo observada en el caso que hemos THAVESTISMO, PETICHISMO, NEUROSIS INFANTH. 129 estado analizando corresponde a esta etapa, en la ‘eual cl nifio no siente el derecho a Ja privacidad y no duda que sus padres y edueadores lo saben todo.* Mas tarde, sobre la base de esta ereencia, se Aesarrolla en'los pacientes el sintoma cuyo conteni- do es que “los pensamientos se reciben”. Atribuimos esto a una impresién infantil, originada en los pri- ‘metas afios de vida, cuando el nitio no conoce nada pot sas propios esfuerzos, sino que todo conocimien- to le viene de los demés: el modo de utilizar sus miembros, su lenguaje, sus pensamientos. En este periodo ef nifio “Io recibe” todo desde afuera, todas, las slegrias y todas las ponas, y es dificil determinar qué parte desempefia el nifio en todos sus logros.* 5 ito mele en ol pido anterior, primera sent ‘gutina, qe ocurte genecriente en la tampa ‘nfanca, No es iausal que ef nifo yu en ef priner alo de ida labore ‘una ment; exto ex muy frecuente en as Ings que Se zesiten elimina is beces de manera regula Guido, mediante gests” palabras navicladas, acon ‘ee si aduto aug han tendo unt evacuacion satsfactonia. EP'caelo que se dela engttar por el nino noceatad I ta yude divina para logan que. cl nino se stengn a fa verdid) cuando este ultimo, para alcamaar un placer prohi- iid, comienee a disrutar on la prieten de mente, Eaton cs lie el momento de yeeurit a la tos alin aitrided Smoiscente, Ea intoduadién de Dios en el stem educt- ono) resulin neces porque, de hecho, lop nos apren- den et db nates 9 de eda, es, tmediaate terpiveratloes y promesas ineumpligas, consiguet {que el nido los obedeucs 9 fe eoetian a disrzar sus vera deter mropéston Pera salvar In edueacibn ls maestos no tienen ote alteroatfes que necrcir.al poter del Dios omnis lente, “tne auordad ‘que lor instar han’ abimndonado fice tempo. La nattuslera incomprensible cle ext divin lad tmpide que made Ta engae, Sin embargo, algunos nites bo se fomete au & anda oniarent ‘an poner prutha i emnisienin de Dios ¥ no ea Taro ie tlguncs'loguon, a. deseamascarrio como ii fantasia Hel Poder parental dextonado, en especial ef el pare ihe andlisis do ext arteulo en fa Socielad Pstcoons- ttea de Viena, Freud deetaca el hecho de sus lesen ine 130 OTTO FENICHEL Y OTROS El repentino descubrimiento de que puede realizar luna tatea sin ayuda le produce gran sorpresa y emo- cién, Por lo tanto, es probable que ef sintoma en euestion represente una rogresién a esa etapa con- cxeta de la infaneia, Pero este perlodo presenta un problema: gewindo’ empieza? jCémo » forma el yo y, como reaceidn frente al ‘mundo~éxterior, los limites del yo? ¢Qué circunstancias hacen surgir la individualidad, ef si mismo, como una unidad pst- quice singular? Teéricamente, no podemos suponer que cl yo comienza antes del descubrimiento de objetos. Estos iiltimos aparecen con la gratificaci6n o frustracién de Tos impulsos instintivos, en tanto que la concien- cia do un mundo exterior, independiente de los de- se03 ¢ impulsos infantiles, s6lo se estublece en forma gradual, Es muy improbable que el instinto sexual tenga més influencia en la formacién de esa con- ciencia que el impulso a sor alimentado. Los instin- tos sexuales pronto adquirirdn una importancia que no debe subestimarse; sin embargo, por el momento debemos decir que hay un periodo en el que no exis ten objotos del mundo exterior y, por 10 tanto, no hay conciencia de que se posee un yo. De todos modos en este periodo existen deseos ¢ impulsos, y se puede constatar In urgente necesi- dad de dominar iodo aquello que estimale los érga- nos sexuales. Algunas consideraciones ieéricas. La etapa evolu- tiva anterior a la de! descubrimiento de objetos se faatil de que los deste conocen sus pansamientos proviens del proceso de aprender a hablar. Hebienda tomeda su Ten lEtaje de los demas, el nifo también reclbe de ellos low pen samientos; por lo tanto, tiene clerta base zeal la creencln dde_que los' otras saben lo que él piensa del mismo. modo ‘ane “Te han hecho” gf lengnaj, y can ello, sus pensamnientos. TAAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INFANTIL 131 ccaracteriza como la etapa de la identificacién. Este meeanismo se pone de manifiesto en ef anilisis de neuréticos; en estos casos, la ineapacidad de poscer los objetos de gratificacién o de aleanzax metas pla- centeras, se debe a la identificacién con tales obje- tos. La persona neurdtica representa aquello exte- rior que lo atrae, no ha encontrado su camino hacia ‘el mndo exterior y asf es incapaz de desarrollar un yo en sus relaciones rigidas y exclusivamente libidi- nales. Esta organizacién peculiar de Ia libido se ha Mamado narcisista, En tales casos la libido osté diri- gida hacia Ja propie personalidad del neurstico, esté fijada en su propio yo y no en los objetos del mundo exterior. Las observaciones y consideracio- nes tedricas, en especial las de Freud, nos lovan suponer que esta orzanizacion de lx Hbido caracte- iza el comienzo del desarrollo psiquico, el periodo “sin objotos” y que, en iiltima instancia, esta organi- zacién de Ta libido es un correlsto, sino es Ia pausa de la ausencia de objetos. Esta organizacién de la libido corresponde también a la etapa del desarrollo intelectual en el cual el nifio considera que todos los cestiinilos sensoriales que recibe son ondégenos ¢ in- manentes. En este estadio del desarrollo la psique xin no percibe los intervalos de tiempo y espacio ‘que existen entre los objetos que la estimulan y las respuestas sensoriales, El siguiente estadio del desarrollo es aquel en el se proyectan todos los estimulos al exterior y se atribuyen a un objeto disiante. Es, pues, un estadio de distanciamiento y objetivacién del intelecto que est acompafiado por una transferencia de Ia libido hhacia ef mundo exterior descubierto o ereado por el individuo. Como defensa frente a este logro pslqui- 0 y como un tipo de autoridad critica de objetiva- cién, se desarrolla al mismo tiempo la facultad de distinguir entre la objetividad y la subjetivided, una 132 orro reser. ¥ ornos cconefencia de Ia realidad que permite al individuo econocer sus experiencias intemnas como distintas de los estimulos exteriores. En otras palabras, se ega a coneebir las experiencias internas como i ternas y a no confundirlas con los objetos de res- puesta sensorial. Sin embargo, este proceso cor lative puede su- frir inhibiciones. Hay inhibicionés del intelecto 0 como decimos nosotros del yo (cuya arma prin- cipal es el intelecto) y hay inhibiciones que surgen de Ia transferencia de libido en diversas etapas del desairollo con diferentes resultados segin la rela- cién del yo con In libido. Siguiendo a Freud, se Taman puntos de fijacién a estos puntos de inkil cidn. En la mayoria de los easos, el factor que pro- voca perturbaciones en el yo parecen ser las lesiones de In libido. La interpretacién de Freud de la para- nnoia como defensa frente a Ia homosexualidad xe- primide ejemplifica esta posicién. La prohibicién de encontrar un objeto para la tendencia homose- xual, que produce una inhibiefén de Ia transferencia de la organizacién libidinal homosexual, es, en real dad, de oxigen interno y permanece en el interior. Este proyecciéa es una defonsa del yo contra Ta Ke ido homosexual rechazada que emerge con fuerza ‘como resultado de In represién. La inhibiciin libidi- nal leva a una inhibicién del intelecto, que sc pue- de manifestar en un deterioro del juicio 0 en insania, Un proceso psiquico interno debido al desplaza- miento y a In proyeceiOn es confundide con otro externo, que Heva a una “debilidad real del juicio”, més 0 menos marcada, con el agregado de las reac ciones de la psique, cuantitativa y cualitativamente determinadas por el proceso patolégico. Podemos decir que, en el caso de un deterioro de la organizacién libidinal, el yo se encuentra fren- TMAVESTISMO, FETICHISMO, NEUROSIS INFANTIL 133 te a la tarea de dominar un mundo exterior insano y. por lo tanto, su conducta ser’ también insana.? En los casos de antecodentes con una salud psi- quiea relativa, que luego evoluciona en la edad adulta hacia una neuropsicosis, no es dificil obser- var que el deterioro del yo es causado por un dete- rioro de Ie libido. Sin embargo, en casos de psicosis que se desarrollan en forma gradual y disimulada desde Ia primera infancia no debemos suponer de- masiado un deterioro sucesivo de la libido y del yo como inhibieién correlativa de la totalidad del desarrollo del individuo. Un grupo de ianpulsos ins- tintivos no se desarrolla normalmente y esto es para- Telo a una interrupcién de Tas funciones de otro grupo de impulsos y a un desarrollo simultineo de relaciones secundarias que son intentos de autocura y de adaptacién a la perturbaeién funcional median- te compensaciones y sobrecompensaciones. Mas arin, a veces funciones que se han desarrollado nor- malmente sufren una regresién, pero cada ver. que existe una notable discordancia entre Tos aspectos normales y enfermos de Ia psique, los primeros abandonan su nivel normal y retroceden, para adap- tarse, al nivel inferior de las funciones deterioradas. Durante este retroceso pueden surgir diversas for- maciones temporarias 0 permanentes de sintomas de diferentes tipos clinieos; y a partir de ellas se desarrollan todas las formaciones psicdticas mixtas. Debemos analizar con cuidado estos procesos par- ciales y Ia gran variedad de niveles de rogresién en un determinado momento, Al estudiar las ink bieiones de impulsos instintivos se debe siempre tener_presente que todo impulso inhibido puede transformarse 0 descargarse en ansiedad. En pala- bras de Freud: “Se puede afirmar, desde cierto pun- 7 Los casos en que Ia inhibielén ba perjudicado ol inte- ecto se deben ateibuir prineipalmente a la demenci.

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