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Varias personas me han escrito pidiendo que les ofrezca citas sobre lo que

Elena White decía sobre la deidad triuna. A continuación les ofrezco


algunas citas al respecto:

“Nuestra santificación es la obra del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.


Es el cumplimiento del pacto que Dios ha hecho con aquellos que se
comprometen con él, a permanecer con él, con su Hijo y su Espíritu en
santa comunión. ¿Habéis renacido? ¿Os habéis convertido en un nuevo
ser en Cristo Jesús? Entonces cooperad con los tres grandes poderes
del cielo que trabajan en favor de vosotros” (Com. de EGW, CBA, t. 7,,
p. 920).

“Cuando os entregasteis a Cristo hicisteis una promesa en la presencia


del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: los tres grandes Dignatarios
personales del cielo” (Com. de EGW, CBA, t. 7, p. 971).

“El hecho de que habéis sido bautizados en el nombre del Padre, el


Hijo y el Espíritu Santo, es una garantía de que si pedís su ayuda, estas
potestades os ayudarán en toda emergencia” (E. G. de White,Joyas de
los testimonios, t. 2, p. 396).

“Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos


tres grandes poderes - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- son
bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe” (E. G. de White, El
evangelismo, p. 446).

“La eterna Deidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, está


involucrada en la acción requerida para dar seguridad al instrumento
humano” (E. G. de White, Alza tus ojos, p. 146).

“Cuando el cristiano toma el voto bautismal se le promete ayuda


divina. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están listos para obrar en
su favor” (E. G. de White, Alza tus ojos, p. 171).

El bautismo es “una condición con la cual deben cumplir todos los que
quieren que se reconozca que están bajo la autoridad del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo” (E. G. de White, Joyas de los Testimonios, t.
2, p. 389).

“Cuando los cristianos se someten al solemne rito del bautismo, el


Señor registra el voto que hacen de serle fieles. Este voto es su
juramento de lealtad. Son bautizados en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Así están unidos con los tres grandes poderes del
cielo” (E. G. de White,El evangelismo, pp. 226, 227).

“Debemos cooperar con los tres poderes más elevados del cielo: El
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y estos poderes trabajarán mediante
nosotros convirtiéndonos en obreros juntamente con Dios” (E. G. de
White, El evangelismo, p. 448).

“El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están empeñados en cooperar con


los instrumentos humanos santificados” (E. G. de White, En los lugares
celestiales, p. 61; Com. de EGW, CBA, t. 6,pag. 1075

“La Divinidad se conmovió de piedad por la humanidad, y el Padre, el


Hijo y el Espíritu Santo se dieron a sí mismos a la obra de formar un
plan de redención” (E. G. de White, Consejos sobre Salud, pag., 219).

“Somos bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu


Santo, y estos poderes grandes e infinitos se encuentran
mancomunadamente comprometidos a trabajar en nuestro favor sitan
solamente estamos dispuestos a colaborar con ellos” (E. G. de
White, Exaltad a Jesús, p. 103).

“Cuando os entregáis a Cristo, hacéis una promesa ante la presencia


del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, las tres grandes
Personalidades, dignatarios del cielo” (E. G. de White, Hijos e hijas de
Dios, p. 353).

“El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están procurando y anhelando


tener conductos por los cuales puedan comunicar al mundo los
principios divinos de la verdad” (E. G. de White, Joyas de
losTestimonios, t. 3, pp. 238, 239).

“Los que reciben la impronta de Dios por el bautismo presten atención


a estas palabras, recordando que Dios ha puesto su firma sobre ellos
declarando que son sus hijos y sus hijas. El Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, poderes infinitos y omnisapientes, reciben a los que
entran verdaderamente en una relación de pacto con Dios. Están
presentes en cada bautismo” (E. G. de White, La maravillosa gracia de
Dios, p. 143).

“Por medio de nuestro voto bautismal reconocemos y confesamos


solemnemente que el Señor Jehová es nuestro Gobernante.
Formulamos virtualmente un juramento solemne, en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, para que de aquí en adelante
nuestras vidas estén fusionadas con las vidas de estas tres grandes
Personas” (La maravillosa gracia de Dios, p. 150).

“Vi que en el tiempo de los apóstoles [...] los hermanos eligieron a


hombres que [...] fuesen capaces de iluminar a los que estaban en
tinieblas. [...] Habiendo recibido su mandato de Dios y una vez
aprobados por la iglesia, salieron a bautizar en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo” (Primeros escritos, p. 100, 101).

“Cuando el cristiano se somete al solemne rito del bautismo, los tres


poderes más altos del universo -el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo-
dan su aprobación a ese acto, comprometiéndose a ejercer su poder en
beneficio de él mientras él se esfuerza por honrar a Dios” (Reflejemos a
Jesús, p.99).

Estas citas son cónsonas con la Biblia. Veamos:

Mateo 3:16 - Padre, Hijo y Espíritu Santo juntos en ocasión del bautismo
de Jesús.

Mateo 28:19 - Fórmula bautismal en nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo.

Marcos 12:36 - Se mencionan tres personas divinas.

Juan 14:16,26 - Se menciona al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. El


Espíritu Santo es otro Consolador (en Griego: ALLOS PARAKLETOS).
Este hecho presupone un primer Consolador (PARAKLETOS) que es
Jesucristo (1 Juan 1:2). Por lo tanto, Cristo y el espíritu santo no pueden ser
la misma persona tal y como erroneamente afirman algunos.

Romanos 15:30 - Se menciona al padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

1 Corintios 12:4-6 - Se menciona al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

2 Corintios 13:13,14 - Una bendición epistolar triuna.

Hebreos 2: 3,4 - Se menciona al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo


trabajando juntos a favor de la iglesia.

1 Pedro 1:2 - Saludo epistolar triuno.

Judas 20,21 - Bendición epistolar triuna.


Apocalipsis 1:4-6 - Saludo epistolar triuno.

En todos estos versículos se mencionan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo


trabajando en perfecta unidad a favor de su pueblo redimido. El argumento
que afirma que la Deidad se compone de solamente del Padre, o del Padre y
del Hijo, negando la realidad de la tercera persona de la Deidad, carece de
apoyo escritural.

#1 La expresión "EL ESPÍRITU SANTO" la cual aparece en toda le Biblia NO ES AMBIGUA.


Solo hay UNO. Por eso se le llama "EL" no "los".

#2 La cita que usted expone de Elana White ya fue refutada en este mismo foro. Dicha cita
está sacada de contexto y expuesta en una forma que contradice a la misma escritora. En
ese mismo libro que usted cita, más adelante, Elena White claramente dice:

Manuscrito Liberado, volumen 20, Pg. 324, Párrafo 2


El Espíritu Santo es el Consolador, en nombre de Cristo. Personifica a Cristo, pero es una
personalidad distinta.

Esta otra cita de Elena White claramente expone que Cristo y EL Espíritu Santo son dos
personas distintas:

A Fin de Conocerle, Pg 77
Cristo, nuestro Mediador, y el Espíritu Santo, constantemente están intercediendo en favor
del hombre; pero el Espíritu no ruega por nosotros como lo hace Cristo...

Y para rematar y que se me quede sin ninguna duda:

Special Testimonies, Serie B, Nº 7, págs. 62, 63. Año 1905


Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes -
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe...

Manuscript Release, volumen 20, Pg. 324, Párrafo 2


El Espíritu Santo es el Consolador, en nombre de Cristo. Personifica a Cristo, pero es una
personalidad distinta.

A Fin de Conocerle, Pagina 77


Cristo, nuestro Mediador, y el Espíritu Santo, constantemente están intercediendo en favor
del hombre; pero el Espíritu no ruega por nosotros como lo hace Cristo, quien presenta su
sangre derramada desde la fundación del mundo...

(Manuscrito 145, 1901)


Los eternos dignatarios celestiales -Dios, Cristo y el Espíritu Santo- armándolos [a los
discípulos] con algo más que una mera energía mortal... avanzaron con ellos para llevar a
cabo la obra y convencer de pecado al mundo.
(Special Testimonies, Serie B, Nº 7, pág. 51. Año 1905)
Debemos cooperar con los tres poderes más elevados del cielo: El Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, y estos poderes trabajarán mediante nosotros convirtiéndonos en obreros juntamente
con Dios.

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