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VALS SIN FIN

(AUTOR MIGUEL BASULTO CONDE)

No, no voy a contarles un cuento de hadas;


En el que la princesa de labios de rubí,
Después de sufrir encuentra a su amado
Y fue por toda la vida muy feliz.
No, desgraciadamente este no es un cuento de hadas,
Ni existe princesa en esta versión...
Voy a hablarles de una joven de carne y hueso
Que tuvo ilusiones como ustedes y como yo.

Estudiábamos juntas en la secundaria


Éramos uña y carne, rama y flor;
Ella soñadora, eterna enamorada,
Pintora de corazones con ...tu y yo.
¡carolina se llamaba! Bien la recuerdo yo.
Bajita de estatura, chatita la nariz,
Ocurrente, vivaz, ingenua su sonrisa
Ojitos de azabache y correr de codorniz.

En el descanso, era chispa, era sal,


Era un todo platicar; si había risas es que estaba carolina
Y si canciones por cantar ...carolina siempre allá.

Un día....cuando paso por mi a la casa


Se reía sola estaba feliz.
Y ...¿a ti que te pasa?
Solo ríes y no dejas de reír..
Detente un momento--me dijo--
Disfruta de este sol matinal,
Y aquí ante tanta gente y por la calle
Te diré algo sen--sa--cio--nal.

¿Sabes? Pronto cumpliré mis quince años


Y a que no adivinas me los van a festejar;
Zapatillas nuevas, vestido amplio,
Y con quince chambelanes bailaré mi vals.

Que contagiosa felicidad la de mi amiga


Que yo no pude menos, menos que sonreír;
Pues ella, abrazando sus libros y girando,
Bailaba ya un vals, un vals sin fin.

Y no sé si fue, simple coincidencia


Pues en ese momento como un rayo de luz
Se vieron volar miles de mariposas
Y se pinto el cielo de blanco
Y se pinto de azul.

Y Carolina se echo a correr por las calles


Y yo de loca me fui con ella también
Y vi que a todos saludaba dejando a su paso......
Un perfume de miel...
Con todos platicaba y a todos sonreía
Y así sin más ni menos se puso a cantar.
La calle le resulto angosta a Carolina
Estoy seguro que mi amiga Carolina cantando
Iba conjugando el verbo “amar”

Y los días continuaron su marcha indiferente


Y Carolina....ya no volvió a pasar por mi;
En su casa me cerraban las puertas...
Y un vecino dijo es que baila un vals sin fin.
Los días siguieron su marcha,
Y una tarde en la plaza la encontré
Allá estaba sola sentada en una banca
Y yo pues soy su amigo a ella me acerque

¡Carolina! ¿Qué te pasa?


Por que esas ojeras y el cabello desalineado
Muchacha la falda la traes sucia
Y los zapatos muy enlodados
Porque te tiemblan las manos y los ojos
Muy colorados, y esas lagrimas en tus mejillas...

Pero....dime...¿qué hay de tus quince años


Quienes fueron tus chambelanes
Y tu vals, tu vals ya lo habrás bailado ¿verdad?
Me imagino verte bailando en un salón con tus zapatillas nuevas y tu
Vestido Amplio.

La joven me miro e inclino la cabeza;


Respiro profundamente y me volvió a ver
Había en su mirada tan profunda tristeza
Que no se si lloraba o empezaba a llover.....
Me dijo....ya no hay zapatillas nuevas, ya no hay vestido amplio, mis
Chambelanes en el salón me dejaron sola
Y en el silencio mi vals se dejo de escuchar.

Y me preguntas por qué me tiemblan las manos


Y los ojos muy colorados;
Pues ya hace muchos días, ya ni sé ni cuantos
Pues el tiempo tiene abismos que nos hacen caer;
Nos reunimos en casa de mi vecino
Para entre todos ensayar mi vals
Mas cierto día y no sé ni entre quien
Trajeron cigarrillos y todos a fumar...
Nos sentimos gente distinguida,
Si el cigarro daba distinción...

Mas alguien trajo algo mas y lo fumamos


Sin ninguna preocupación...que nos apuraba
Nuestros padres por allá y aquello nos llegaba
Con tanta facilidad que pareciera que en la tienda de la esquina
Se vendiera como se vende el mismo pan
Y cada día, hora, minuto , segundo
Fui sintiendo cada vez mas esa necesidad
Y te juro que nada me importo en la vida
Que conseguir aquella maldición para fumar
Y aquí me tienes, sola, sin amigos sin familia
Y con estas ansias que me queman mas y mas

Dicho esto Carolina me dio la espalda


Y se echo a correr, me fui corriendo tras ella
Mas ella se perdió en la obscuridad,
Y no sé si fue simple coincidencia pues la claridad se fue con ella ambién.
Estoy segura que mi amiga Carolina llorando iba conjugando el verbo odiar.

Pero....un momento..hay música


Se escucha viene de lejos...son violines
Es un vals , un vals sin fin,
Un vals que espera a tantas quinceañeras
Un vals para ti y para mi,
Que nada interrumpa esa música
Que se pinte el cielo de blanco y azul
Y allá esperando por nosotras
Están unas zapatillas nuevas,
Un vestido amplio y quince chambelanes
Con quien bailar
Un vals, un vals, un vals sin fin.

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