Sé que esto puede sonar un poco estresante, pero de verdad funciona y aunque no lo creas en un principio, te ayudará a deshacerte de las prisas de todos los días. Tómate un tiempo para crear un plan de alimentación personalizado de lo que te gustaría comer durante la siguiente semana. Ten en cuenta que es de suma importancia el balance macronutricional en tus alimentos (incluye proteínas, grasas esenciales y fibra de vegetales y fruta). Recuerda, mujer precavida vale por dos.
Por ejemplo, a mí me sirve tener las verduras y frutas ya
lavadas y algunas incluso ya picadas. Algunos ejemplos: Dejo la cebolla, tomate y cilantro ya picado para toda la semana y así puedo hacer guisados más fácilmente (o incluso el típico huevo con pico de gallo). También trato de tener una pechuga de pollo ya hervida y deshebrada para hacerme una ensalada de pollo cuando llego cansada después del trabajo. A veces dejo ya la quinoa y unos cuántos huevos ya cocidos (huevo duro) porque al menos una vez a la semana me da flojera hacer algo más complicado de cenar.
Siempre tengo un postre saludable en mi refri (sí,
generalmente lo hago el domingo, o el lunes. O si viene la señora que me ayuda, se lo pido a ella.) De esta forma, si se me antoja algo dulce, tengo a la mano unos brownies deliciosos pero sin gluten y bajos en azúcar. 2. Haz tu lista de súper y/o ve al mercado Es muy importante que una vez teniendo idea de qué es lo que vas a comer, hagas la lista de todo lo necesario para preparar tus alimentos. Siempre tendrás como la lista de los básicos que no deben de faltar y que siempre te sacarán de apuros. Es importante que aunque no tengas nada preparado con anticipación, tengas los ingredientes necesarios para evitar dar dobles vueltas e incrementar con eso tu cansancio y estrés. Asegúrate que esa lista incluya siempre frutas y verduras, proteína, grasas esenciales y condimentos naturales.
3. Pide Ayuda
Pide a alguien que te lo prepare. Es muy válido y no tienes
porque sentir culpa alguna de hacerlo! Si no tienes el tiempo de prepararlo tú misma, puedes comerlo fuera de casa y pedir que lo cocinen como tú quieras. Afortunadamente, hoy en día, ya en muchos restaurantes te ofrecen las opciones saludables a los platillos convencionales o cuentan con un menú healthy en donde puedes elegir el que más te agrade.
Si está dentro de tus posibilidades, toma este tip que aprendí de
mi mamá (mi mamá trabaja tiempo completo), a su casa va una señora una vez a la semana a ayudar con el aseo. Ese mismo día,cocina varios guisados para toda la semana…
Cuando de plano no se te antoja comer
sano, puedes seguir con mis súper alternativas efectivas para lograr salir avante de la situación
4. Busca siempre las opciones saludables a tus
antojos
Es decir, si tienes un antojo irresistible por comer una
hamburguesa por ejemplo, prepárala en casa con ingredientes más sanos. En lugar de carne, puedes optar por utilizar algún ingrediente que pueda suplir esta proteína, (como la quinoa o los frijoles), acompañarlas de muchísima lechuga y papas a la francesa horneadas (para evitar todo el aceite al freírlas). Puedes utilizar camote también. ¡¡Quedan deliciosas!! Elige pan multigrano en lugar del pan convencional. El chiste es que el platillo en cuestión quede lo más parecido posible a aquel que es objeto de tu deseo, pero en una versión menos nociva para ti. ¡Puedes encontrar muchísimas recetas en internet! 5. Acompaña el antojo con variedad de ingredientes naturales
Incluye al antojo objeto de tu deseo, otras opciones
que puedan ser más sanas para acompañarlo. Por ejemplo, tienes un antojo irresistible de carne asada, de esa que prepara tu esposo, donde generalmente además de la carne, siempre están las benditas salchichas que acompañan a este tipo de parrilladas, más las docenas de tortillas y costillitas para chupar (rebosantes de grasa) que no pueden faltar. Mi consejo aquí, es que hagas un espacio dedicado para preparar un guiso de acelgas con nopales y pico de gallo para acompañar ese corte carne, o unos nopales asados acompañados de un dip de aguacate con pico de gallo, así podrás matar dos pájaros de un tiro y nadie resultará herido.
Te confieso que me encantan los Doritos… Y las papás Chips
Fuego son mi debilidad. Y al menos una vez a la semana se me antojan demasiado!! (sobre todo después de un día pesado de trabajo….. qué raro verdad? Jajaja.) Si de plano, no pude evitarme la tentación, lo que hago es lo siguiente: me sirvo un plato de Doritos, y los dipeo en un guacamole hecho con tomate, cilantro, cebolla, aceite de oliva y semilla de hemp, y me los como juntos. Sí, el dorito sigue siendo nocivo para la salud, por que eleva mis niveles de azúcar en la sangre y por la grasa trans que contiene. Pero al agregarle el aguacate, mitigo un poco el impacto del azúcar y de la grasa mala…
6. Date el gusto y disfrútalo al máximo
Cuando de plano, no le quieres cambiar ningún ingrediente
porque no se te pega la gana y así es como se te antoja, el consejo que te puedo dar es que te sientes y lo DISFRUTES. Recuerda que generalmente, siempre cuidas lo que comes. Es muy importante que si lo vas a hacer, lo hagas con gusto y sin la culpa y el estrés que nos vienen a arruinar todito el metabolismo y que seguramente si no los manejamos adecuadamente, harán que ese pedazo de pastel , o hamburguesa o tamal causantes de nuestra aflicción, terminen por engordarnos el doble.
Recuerda que es muy importante no caer en el ser
OBSESIVOS por comer todo absolutamente saludable y orgánico. Claro que es importante, no te confundas, pero por un día que te dés un gustito no pasará nada. ¡Relájate! Algún día escuche el término Flexitariano y me agradó muchísimo. Éste se refiere al hecho de que podemos ser flexibles o moldeables con las diferentes opciones en nuestra vida diaria, en nuestras relaciones, nuestras emociones y por supuesto con la comida! No hay que ser tan RÍGIDOS y ESTRICTOS con nosotros mismos. Es muy importante, ciertamente, que tengamos un objetivo claro en cuanto a nuestra salud y nuestro cuerpo. Estoy totalmente de acuerdo también en que debe existir un nivel de disciplina que nos permita organizarnos y cumplir puntalmente con nuestras metas.
Pero también estoy muy clara que en el mundo en el que
vivimos, nos encontramos diariamente con situaciones que nos invitan a “PORTARNOS MAL” y de verdad que no es tan malo por un día caer en la tentación de comer lo que tú quieras y gozarlo.