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Reflexiones en torno a algunos apartados del libro “Curso urgente de política para gente

decente” de Juan Carlos Monedero.

Por:
Luisa María Echeverri Gómez

Profesora: Ofelia Roldán Vargas

Curso: Políticas públicas y legislación educativa

Facultad de Educación
Universidad de Antioquia
2018
“El pueblo apenas es hoy una definición administrativa que decide muy poco. Vivimos en
un mundo donde todos nos compramos y nos vendemos” (Monedero, 2013, p. 23)

El libro de Monedero suscita en mí varias reflexiones alrededor de diversos temas que se


abordan a lo largo de los capítulos leídos. En primer lugar, me gustaría comenzar con una
pregunta que el autor plantea en el primer capítulo, ésta dice: “¿Por qué es más fácil
enfrentarse a una película de terror, por supuesto previsible, que a otras historias que tienen
más claramente que ver con nosotros?” (Monedero, 2013, p. 25), considero que la mayoría
de las personas no es consciente de muchas de las problemáticas que existen hoy en día con
relación a diferentes temas, o sencillamente no les interesa tener algo que ver con dichas
cuestiones; definitivamente esta pregunta y otros apartados me hacen pensar que las personas
deberían involucrarse un poco más en cuanto a todo lo que nos rodea, pensar no sólo de forma
individual o en cuánto puede afectarme algo, sino tener la capacidad de reflexionar acerca de
qué está sucediendo hoy, cómo puedo abandonar esa postura pasiva (no sólo haciendo
referencia a lo político), para pasar a tomar una postura mucho más crítica, pues no podemos
suponer que todo lo que sucede es culpa de los altos mandos que no ejercen bien su labor, ya
que ante todo nosotros como sujetos políticos podemos intervenir en muchas cuestiones de
la sociedad como lo es la educación y la salud, por ejemplo.

En este sentido, Monedero permite develar en su libro el gran poder que tiene el pensamiento
colectivo, y con respecto a esto último menciona que “esa intención colectiva disuade a los
egoístas y ensalza a los que cooperan. Se llama política” (Monedero, 2013, p. 36). Considero
que la política es la que nos permite creer en un cambio, desafiando muchas de las situaciones
que permean nuestra cotidianidad. Con respecto a esto último, mirando un video donde
Monedero, junto a un diputado de izquierda y una periodista, hablaba sobre su libro me llamó
mucho la atención cuando mencionó que “las luchas de ayer son los derechos de hoy” y es
que como venía exponiendo, la colectividad es la que permite finalmente lograr cambios
positivos para la sociedad, si creemos en la fuerza que puede ejercer una multitud de personas
con un objetivo o con alguna esperanza, podremos ver el poder que tienen las mismas.

Otra de las cuestiones que me parece fundamental traer a colación en esta reflexión es la de
desaprender, bien lo decía Monedero “antes de aprender hay que desaprender” (2013, p. 44),
y es que creemos saber o nos han hecho creer que sabemos muchas cosas, cuando en realidad
lo que debemos hacer es desaprender para que podamos aprender desde las vivencias en el
colectivo, pues sólo de esta forma lograremos reconocer muchas cosas que, o pasábamos por
alto o creímos que eran de esa forma simplemente porque ya tenían una carga histórica que
las hacía ver de una u otra forma, por ejemplo “desaprender que los derechos y libertades no
pertenecen a las empresas que los ofrecen mercantilmente, sino a los ciudadanos que los
reclaman, y los convirtieron en tales derechos y libertades (…)” (Monedero, 2013, p. 45)

Uno de los apartados que más me llamó la atención fue sin lugar a dudas el del trabajo, el
autor plantea la siguiente pregunta “¿trabajar realmente nos ayuda a desarrollarnos como
persona?” (Monedero, 2013, p. 34) y luego afirma que va a depender mucho de qué tipo de
desempeño se tenga en él. Para explicar esto expone que en el inglés y en el alemán existen
dos palabras que hacen alusión a este concepto y es el segundo significado el que más me
llama la atención, pues hace referencia al trabajo como una condición transformadora del ser
humano capaz de lograr un sinnúmero de cosas; esto definitivamente me pone a pensar en la
profesión de ser maestra, no es algo que tenga que ver con recibir un salario sino que es
cuestión de pasión y amor por lo que se hace, es creer que en todas las personas que van a
pasar por nuestras aulas hay una posibilidad de cambio, debemos pensar en formar personas
críticas, reflexivas, que constantemente se cuestionen sobre lo que pasa y que definitivamente
se sensibilicen ante el mundo que tienen delante.

Precisamente esa capacidad crítica y esa sensibilidad le apuesta al trabajo cooperativo y va


en contra del individualismo y la competitividad, ya que como lo plantea Monedero citando
a Gandhi “ojo por ojo, todos tuertos” (2013, p. 42), de esta forma se entiende que la
competencia nunca es una buena opción. A pesar de que en ocasiones se sienta que hay
hegemonía social, es decir, “los intereses más escuchados no han sido los de las masas sino
los de las clases minoritarias” (Monedero, 2013, p. 172), es nuestra tarea mostrar que la
política permite reflexionar y actuar frente a estos asuntos, que finalmente nos terminan
concerniendo a todos, pues todos hacemos parte de la sociedad.

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