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El mexicano, psicología de sus motivaciones

La psicología del mexicano contempla y junta todas las motivaciones que hace
al mexicano lo que es, la forma en la que piensa, siente y actúa; la formación y
arrebato de su identidad, así como el implanto de otra.
En la primera parte del texto habla sobre las características de las necesidades,
donde dice que el ser humano es una entidad biológica; esta entidad entra en
contacto con diversos ambientes, por ende, su identidad biológica ira cambiando,
adaptando o desarrollarse de acuerdo con las condiciones de este. Por ello es
importante para la formación de la identidad del mexicano, sin embargo, el
mexicano nace con un instinto de necesidades biológicas donde no importa la
cultura o ambiente en el que se desarrolle; aquí es donde lo psicoanalítico y lo
biológico se unen. Una de las necesidades importantes el afecto, donde la
adecuada protección al niño será de suma importancia para el desarrollo de este.
Otro punto a resaltar el determinismo de las pautas. Este punto es de suma
importancia ya que de esto dependerá la conducta que el niño tenga, dependerá
su desarrollo emocional y su estado de ánimo.
También se mencionan las distorsiones fundamentales que se presentan en un
individuo: la relación madre e hijo, por ejemplo; donde la madre le dará al hijo
todo lo que careció, mejorando todo lo que ella sufrió y por lo tanto privara al niño
de relacionarse social mente.
Otra forma de seguir el complejo del mexicano es la manera en la que se
expresa, la manera en la que resuelve sus problemas, el cómo reacciona al dolor;
esto se da desde la infancia: “cuando el niño teme al doctor, niega su
enfermedad”, peculiar en la historia del mexicano; negar el sentido doloroso.
El mexicano, desde la época prehispánica, ha tenido la esperanza de liberación
de una dependencia frustrada, tal como sucedió con la conquista española; ya
que esta fue lograda más que nada por la estructura del pueblo indígena que por
las estrategias de los españoles; es como un hermano mayor que trata de
ayudar, de proteger de una figura paterna cruel. Para cuando los indígenas se
dieron cuenta de que los conquistadores no eran una forma de beneficio, ya era
demasiado tarde; era como si el hermano menor se diera cuenta de que el
hermano menor no cumplía su papel, sino que era la figura cruel. Se describe
cómo la conquista española trato de intercambiar nuestra cultura por la suya,
pero en vez de esto dejo un vacío en la identidad del mexicano. En contraparte,
el padre (con el papel del conquistador) es despreciado por el hijo (el
conquistado) por los efectos que trajo con sigo, tanto a él como a su madre (la
cultura mexicana); por lo tanto, se inicia como una discriminación del padre a la
madre, la cual cumple un papel inferior, partiendo a lo que se conoce como
machismo mexicano.
El hombre mexicano tiene le centralismo histórico: donde el tomaba el control de
las decisiones; el mexicano ha trasferido ese centralismo, lo ha modificado por
la desconfianza a lo nuevo, el miedo a enfrentarse a nuevas ideas, se conforma
y no tiene ambiciones por temor a fracasar; solo confía en la pobre tierra que lo
nutre.
Solo cuando la desconfianza desaparezca; la arrogancia desista, el mexicano
podrá dar cara a esto.
Como se ha mencionado anteriormente, la relación que cumple la madre es de
suma importancia para el desarrollo social del niño. En México hay una
atmosfera sociocultural alrededor de la imagen de la mujer; ya que un papel
importante en la sociedad y en el ámbito familiar; esta atmosfera sociocultural en
algunos casos facilita y en otros dificulta la organización familiar.
Como tal, esta organización familiar tiene variables según la cultura donde se
desarrolla; por lo regular hay una mujer que ha tenido más de seis embarazos;
por lo regular de distintos padres, mujeres de zonas rurales embarazadas por
violación o engaño y esto ocasiona un descontrol a la organización familiar. Pero,
¿Qué origina este descontrol familiar? Estas mujeres por lo regular han sido
abandonadas por un padre, y si este estuvo presente tuvo actitud violenta o
alcohólica.
También menciona la doble moralidad sexual del mexicano en donde están
involucrados el papel de hombre y mujer; esto quiere decir que el papel de la
mujer, el rol femenino es, siempre o la mayoría de las veces, inferior a l del
hombre o al rol masculino y esto a causa de que así se ha criado desde la
infancia, el mexicano crece con el estereotipo de hombre más fuerte y mejor
capacidad dejando el rol de la mujer como, solo por su sexualidad, sirve para
procrear, una mujer que solo sirve para hacer los labores del hogar o el cuidado
de los hijos sin importar lo que la mujer sienta. El rol femenino, desde la infancia
ha sido educada brindándole el rol maternal, así como que la mujer satisface sus
necesidades en oficios poco calificados como servicios domésticos. El mexicano
busca en una mujer una relación semejante a la de su madre, mujeres que se
embaracen, lacten y cocinen. Todo esto, en conjunto dará origen a la
desorganización familiar, parte de lo que la origina; El problema de la
organización familiar mexicana es la ausencia del padre y el exceso de la madre.
Si bien, no solo la desorganización familiar es un problema, sino que también los
problemas que acontecen en el mundo, un mundo en transición, un mundo
dinámico, un mundo en constante cambio. En esta parte el autor compara el
desarrollo del comportamiento del hombre con el desarrollo del comportamiento
animal, el hombre va formando su comportamiento, en cambio, el del animal ya
está hecho. Esto implica que el comportamiento de los padres y la sociedad en
la que el niño se desenvuelva, dará lugar a su tipo de comportamiento.

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