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nia Karl Marx : Escritos sobre materialismo histérico Seleccién, introduccién y notas | de César Rendueles se pc innate ae inza editorial ro de bolsillo Pé 4 Fscritos sobre materalsme histtico nes en las que al menos pueda sostener su existencia escla- va. El siervo se elevé a miembro de la communa estando bajo 0, como el pequefio burgués a burgués estando al yugo del absolutismo feudal. El obrero moder- no, por el contrario, en lugar de levantarse con el progreso de la industria, cae cada vez més por debajo de las condi- ciones de su propia clase. El obrero se convierte en misero, y el pauperismo se desarrolla més raipidamente todavia que Ja poblacién y la riqueza. Asi se pone de manifiesto que la burguesia es incapaz de seguir siendo la clase dominante de la sociedad y de imponer a ésta, como ley reguladora, las condiciones de existencia de su clase. Es incapaz de domi- nar porque no es capaz de asegurar a su esclavo la existen- cia ni siquiera dentro de su esclavitud, porque se ve forzada a dejarlo caer hasta una situacién en la que tiene que ali- mentarlo, en lugar de ser alimentada por él. La sociedad no puede seguir viviendo sometida a ella, esto es, la vida de la burguesia no es compatible con la sociedad, La condicién esencial de la existencia y dominio de la clase burguesa es el amontonamiento de riqueza en manos de pri- vvados, la formacién y multiplicacién del capital; la condicién del capital es el salariado. El salariado descansa exclusivamen- te enla concurrencia de los obreros entre si. El progreso de la industria, cuyo agente involuntacio y sin resistencia ¢s la bur guesia, sustituye el aislamiento de los obreros, consecuencia de su concurrencia, por su uniéa revolucionaria, consecuen- da de su asociacién. Con el desarrollo de la gran industria cede bajo los pies de la burguesia la base misma sobre la que produce y se apropia de los productos. Produce, sobre todo, 1 sus propios enterradores. Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables. Introduccion a la critica de la economia politica de 1857 12, Estees un estracto de una introduceién general. inconclusa, que en 1857 Marx empezé a redactar como prembulo metodolégico a sus investigacio- de la economia politica y El capital. A menudo se incluye este texto como parte del conjusto de cuademos conocidos como Elententos fundamenta- les para la critica de la economta politica (Grandrisse) -véase la nota 19 del siguiente capitulo pero, en realidad, se trata de un texto independiente e jnmediatamente anterior. La teaduccidn es de César Ruiz Sanjuén, [1.] La producci6n en general El objeto que vamos a considerar en primer lugar es la pro- duuccién material E] punto de partida lo constituyen naturalmente los indi- viduos que producen en sociedad, esto es, la produccién de los individuos socialmente determinada. El cazador o el pescador aislados y solitarios, con los que empiezan Smith y Ricardo®, pertenecen a las imaginaciones carentes de fan- tasia del siglo xvi, Son robinsonadas que no expresan sim- plemente, como 'se imaginan los historiadores de la cultura, una reaccién frente al exceso de refinamiento y un regreso a una vida natural malentendida, Tampoco el Contrato so- cial de Rousseau, que vincula y pone ‘en relacién a través de 13, Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823) estén consi- tas. Son dos de los mas importantes representantes de 133 Fecritos sobre snteralsme hiettico tun contrato a sujetos independientes por naturaleza, se lismo semejante. Esto es una apariencia, es s6lo la apariencia estética de las grandes y pequefias ro- binsonadas. De hecho, es més bien la anticipacién de la «sociedad burguesa», que se preparaba desde el siglo xvry aque aleanz6 su madurez a pasos agigantados en el siglo XVII. En esta sociedad de la libre competencia aparece el indivi- duo desprendido de los vinculos naturales, etc., que en &pocas histéricas anteriores hacen de él un elemento perte- neciente a un conglomerado humano determinado y deli- mitado. Los profetas del siglo xvi, sobre cuyos hombros atin se apoyan por compl y Ricardo, se represen- tan a este individuo del siglo xvmt-que es, por una parte, el producto de la disolucién de las formas de sociedad feuda- les y, por otra parte, de las nuevas fuerzes productivas que se desarrollan desde el siglo xv1- como un ideal cuya exis- tencia pertenece al pasado. No como un resultado hist6ri- 0, sino como el punto de partida de la historia. Puesto que como individuo natural, conforme a la representacién que tenfan dela naturaleza humana, no era algo surgido histori- camente, sino algo puesto por la naturaleza. Esta ilusién ha sido propia hasta ahora de toda nueva época. Steuart", que en muchos sentidos se encuentra en oposicién al siglo XVI y que como aristécrata se sittia més sobre el terreno histéti- 0, ha evitado esta ingenuidad. Cuanto més atrés nos remontamos en la historia, mas aparece el individuo ~por tanto, también el individuo pro- ductor— como dependiente, perteneciente a un todo mayor: primero todavia de una manera completamente natural 14, James Steuart (1712-1880) fue un economista inglés, uno de los élti- ‘mos representantes del librecembismo, 124 Introduci6n a la critics de a economa police de 1857 dentro de la familia y de la tribu en la que se amplfa la fami- lia; después dentro la comunidad en sus diversas formas que susge de la oposicién y fusién de las tribus. Es sélo en el siglo xvi, en la «sociedad burguesa», donde se presen- tan al indix Jas distintas formas de conexién social como un simple medio para sus fines privados, como una necesidad extetna. Pero la época que genera este punto de vista del individuo aislado es la época en la que las relacio- nes sociales (generales, desde este punto de vista) estdn mas desarrolladas hasta el presente. El hombre es, en el sentido mis literal, un zoom politikon [animal politico], no s6lo un animal social, sino un animal que sélo puede individualizar- se ea la sociedad. La produccién del individuo aislado fue- ta de la sociedad una rareza, que puede sucederle a un hombre civilizado perdido por casualidad en un lugar sal- vaje y que ya tiene en sf potencialmente las fuerzas de la so- ciedad~ es algo tan absurdo como el desarrollo del lenguaje sin individuos que hablen y vivan juntos. [1 pre de produccién en un determinado nivel de desarrollo social, de la produccién de individuos que viven en socie- dad. Por eso podria parecer que para hablar de la produe- ci6n tendrfamos que seguir el proceso de desarrollo hist6ri- co en sus diferentes fases, o bien explicar desde el principio que tenérios que ver con una épdca histérica determinada, por ejemplo, con la produccién burguesa moderna, que es, de hecho, nuestro tema propiamente dicho. Sin embargo, todas las épocas de la produccién tienen ciertas caracteris- ticas en comin, determinaciones comunes. La produccién en general es una abstracci6n, pero una abstraccién razona- ble, en tanto que resalta realmente lo comin, lo fija y nos evita de ese modo la repeticién. No obstante, eso general, es 1s cepa crear meer rt seeenentang tne neers Exctitos sobre materalsme histico decir, lo comtin obtenido mediante la comparacién, es ello mismo algo articulado de miiltiples maneras, algo que se despliega en distintas deverminaciones. Algunas de ellas pertenecen a todas las cas, otras s6lo son comunes a al- gunas. Ciertas determinaciones serén comunes a la época mas moderna y a la més antigua. Sin éstas no serfa pensa- ble ninguna produccién. Si las lenguas més desarrolladas tienen leyes y determis es comunes con las menos de- sarrolladas, lo que constituye precisamente su desarrollo es la diferencia de eso general y comiin. Precisamente las determinaciones que son validas para la produccién en ge- neral tienen que ser separadas, para que no se olvide la esencial diversidad por causa de la unidad (1a cual resulta ya de que el sujeto, la humanidad, y el objeto, la naturale- za, son lo mismo). En este olvido se encuentra, pot ejem- plo, toda la sabiduria de los economistas modemos, que demuestran la eternidad armonia de las relaciones so- ciales existentes. Por ejemplo, ninguna produccién es po- sible sin un instrumento de produccién, aunque este ins- trumento fuese sélo la mano, Ninguna produccién seria posible sin trabajo pasado, acumulado, aunque este traba- jo fuese s6lo la habilidad que est reunida y concentrada en la mano del salvaje a través del ejercicio repetido. El ca- pital es, entre otras cosas, también un instrumento de pro- duccién, es también trabajo pasado, objetivado. Por lo tanto, el capital es una rclacién natural universal y eterna, pero sélo si dejo de lado precisamente lo especifico, lo que convierte al «instrumento de produccién», al «rabajo acu- mulado», en capital. [..] En resumen: hay determinaciones comunes a todas las fa- ses de la produccién, que son fijadas por el pensamiento como determinaciones generales. Pero las denominadas 126 Introduecin a la critica de a economea politica de 1857 condiciones generales de toda produccién no son mas que estos momentos abstractos, con los cuales no se puede com- prender ninguna fase histérica real de la produccién, LJ [3.] El método de la economia politica Si consideramos un determinado pats desde el punto de vista de la economia politica, comenzamos con su pobla- ci6n, su distribucién en clases, a ciudad, el campo, el mar, las distintas ramas de la produccién, las exportaciones y las importaciones, la produccién y el consumo anuales, los precios de las mercancfas, etc. Parece set que lo correcto es empezar con lo real y con- cteto, con los supuestos efectivos, por tanto, en el caso de Ja economia, con la poblacién, que es el fandamento y el su- jeto de todo el acto de produccién social. Sin embargo, en una consideracién mas detenida esto se muestra como fal- so. La poblacién es una abstraccién si dejo fuera, por ejem- plo, las clases dé las que consta. Las clases son asimismo tuna palabra vacia si no conozco los elementos en los que se basan, por ejemplo, el trabajo asalariado, el capital, etc. Es- tos presuponen el intercambio, la divisién del trabajo, los precios, etc. El capital, por ejemplo, no es nada sin trabajo asalariado, sin valor, dinero, precios, etc. Ast pues, si co- mienzo con la poblacién, tendria una representacién cad ca del conjunto; pero a través de una determinacién mas precisa, llegaria analiticamente a conceptos cada vez més sim- ples; de Io concreto representado llegarfa a abstracciones cada vez més sutiles hasta alcanzar las determinaciones més a7 Ezcrtos sobre materalsmo histrico simples. Desde ahi habria que emprender de nuevo el viaje de retorno, hasta que llegase finalmente otra vez.a la pobla- cidn, pero esta vez no estaria ante una representacién caéti- ca de un conjunto, sino ante una rica totalidad de muchas determinaciones y relaciones. El primer camino es el que ha seguido hist6ricamente la economia politica en su fase de surgimiento, Los economistas del siglo xvit, por ejemplo, siempre comenzaban con el todo viviente, con la poblacién, la nacién, el Estado, diversos Estados, etc. pero siempre terminaban descubriendo a través del andlisis algunas rela- ciones generales y abstractas determinantes, como la divi- sién del trabajo, el dinero, el valor, etc. Tan pronto como estos momentos individuales fueron mas o menos abstrat- dos y fijados, comenzaron los sistemas econémicos que @ partir de lo simple, como el trabajo, la divisién del trabajo, las necesidades, el valor de cambio, ascendian hasta el Esta- do, el intercambio entre las naciones y el mercado mundial. Este iltimo es evidentemente el método cientificamente co- recto. Lo concreto es concreto porque es le sintesis de mu- chas determinaciones, por consiguiente, unidad de lo di- verso, De ahi que en el pensamiento aparezca como proceso Jo, no como punto de partida, de sintesis, como result aunque sea el verdadero punto de partida y, por tanto, tam- bién el punto de partida de la intuicién y de la representa- ci6n, En el primer camino, la representacién plena se disipa en una determinacién abstracta; en el segundo, las determi- naciones abstractas conducen a la reproduccién de lo con- creto por el camino del pensamiento. Por eso Hegel cayé en la ilusién de concebir lo real como resultado del pensa- miento que, concentrndose en si mismo y profundizando en si mismo, se mueve a partir de si mismo, mientras que el método que consiste en ascender de lo abstracto a lo con- 128 Introduccion a la eitica dela econornta politics de 1857 creto es para el pensamiento sélo el modo de apropiarse de Jo concreto, de reproducitlo como un concreto mental. Pero esto de ningtin modo es-el proceso de génesis de lo conereto mismo. Por ejemplo, la categoria econémica mas simple, digamos el valor de cambio, presupone la pobla-

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