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Redacción Sábado, 10 de febrero de 2018 | Leída 204 veces

ENTREVISTA

Charla con Haritz Aranburu de la SD


Eibar sobre fútbol base
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Hoy hablamos con Haritz Aranburu, 26 años. Este es su quinto año entrenando en la SD
Eibar, ha estado de entrenador en el infantil A, cadete B, juvenil de División de Honor y este
es su segundo año con el cadete A en la máxima categoría.

Haritz, ¿qué consideras que debe ser importante a la hora de trabajar en los inicios
del fútbol base?

Bueno, a mí en primer lugar me parece muy importante darle prioridad a las cosas. En
nuestro caso tenemos hora y media de entrenamiento cuatro días a la semana, que son seis
horas semanales, y al final hay que priorizar. Yo no creo que con este tiempo podamos
ayudar a pulir en exceso lo que es el gesto, la técnica. Eso al final requiere de muchísimas Claves pa
horas que, ni de cerca, compensan las horas de entrenamiento. Y si eso de forma pavo"
autodidacta, en el tiempo libre, con el balón en la calle, no lo tienen… Si no tienen balón, si
no van acompañados de un balón, posiblemente nunca vayan a tener un gesto claro, un
gesto limpio, porque nunca vamos a tener unas horas de entrenamiento suficientes como
para llegar a conseguir una acción muy limpia. Todos los jugadores que vemos que tienen
técnicamente muy buen gesto son jugadores que vienen y viven acompañados del balón. Y
sociales y fisioló
creo que en el entrenamiento es muy complicado llegar a puntos de mejora muy altos.
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Luego, por otro lado, lo que a mí me parece muy importante en estas edades, no sé en
alevines, pero a mí en infantiles me parece fundamental las tareas que tienen que ver con el
espacio, el balón y el compañero. Es decir, tareas que quizás no tengan tanta relación con
Un silencio tan
una estructura, con jugadores tan lejanos, sino con los jugadores cercanos y con la encontrarnos la
interpretación del espacio. Me muevo en función de donde está el compañero, me muevo en llena de luz y de
función del balón,… eso me parece que es fundamental. En eso más concretamente, donde
veo más carencias, por ejemplo, es a la hora de buscar las alturas de líneas de pase. Qué
tipo de altura doy en la que puedo estar habilitado para una opción de pase pero que a la vez ¿Qué op
pueda dar toda la profundidad que me permite el fuera de juego, o que me permite mi par, o hacer de
el jugador más próximo. Y en base a eso qué tipo de orientación tengo y qué tipo de control
verano?
voy a hacer. Y a la hora de percibir hay muchas carencias. Pocos jugadores ves que estén
continuamente girando el cuello, y quienes lo tienen también es muchas veces de forma
autodidacta. Jugadores muy pillos que son muy perceptivos y tienen la capacidad de estar Ejercicio
continuamente buscando información, y a mí ese aspecto me parece fundamental. ¿Cómo
podemos llegar a esos varemos en edades infantiles? Con espacios amplios, intentando
Ejercicio
buscar que no haya mucha simetría, siempre que queramos buscar aspectos concretos
utilizar acciones con balón donde queramos una frecuencia alta de esas acciones, con
superioridades, con comodines,… Por ejemplo, el mítico seis para tres en tres zonas, con tres Deportes
esperando en intermedia y tres recuperando es una muy buena tarea para buscar las alturas.
Dónde doy la altura, qué tipo de control puedo hacer para progresar, en caso de que no
pueda progresar qué tipo de control puedo hacer para mantener,… Son tareas en las que son Deporte i
11.8%
situaciones bastante micro y tienes muchas frecuencias de este tipo de acciones.
Y no me parece nada oportuno en estas edades, por ejemplo, trabajar las acciones a balón
parado. Sí las acciones a balón parado como concepto, por ejemplo, en un saque de banda Pasamos
dónde la quiero, cómo puedo buscar movimientos para recibir en condiciones óptimas, por quedamo
ejemplo un jugador que es fuerte de espalda y que va bien de cabeza o un jugador pequeñito 11.8%
que haga movimientos falsos de ir para venir o venir para ir. Que el que saca sepa a quién
está sacando y a quién se la va a dar. Son aspectos que le van a servir en toda la etapa
Otros (Co
deportiva. Pero creo que no les sirve absolutamente de nada trabajar 10 acciones a balón Twitter): 0
parado si luego el siguiente entrenador es de otro tipo. Me cuesta mucho verlo porque son
aspectos que están más orientados a la competición que la formación.
Esta encues
Me llama a la atención que tú consideres que seis horas no es tiempo suficiente septiembre d
para lograr una mejora considerable en el gesto técnico mientras muchísimos
equipos de fútbol base (hablo de prebenjamines, benjamines, y quizás un poco
menos en alevines) entrenando dos días a la semana, una hora cada día, dediquen
buena parte de su entrenamiento al trabajo analítico de técnica. Por ejemplo de un
jugador enfrente del otro dándose pases con el interior del pie. Y por lo tanto mi
pregunta es: si entendemos que seis horas a la semana no es tiempo suficiente
para conseguir un aprendizaje motor, en este caso el gesto técnico, ¿tiene sentido
entonces este trabajo entrenando dos horas a la semana teniendo en cuenta que no
le vas a dedicar a este trabajo las dos horas, sino como mucho 10 o 15 minutos
cada día? Es decir, ¿son 20 o 30 minutos semanales, en relación al cómputo global
del tiempo del niño, minutos suficientes para lograr un aprendizaje motor de una
habilidad motriz específica como puede ser, por ejemplo, el gesto técnico del pase?
Dicho de otra manera, ¿compensa priorizar ese tiempo en este trabajo teniendo en
cuenta que el progreso que puedas conseguir puede ser mínimo? ¿O compensaría
dedicarlo a otra cosa?

No digo que no se pueda mejorar. Se mejora y es evidente. Pero a lo que voy es que, por
ejemplo en infantiles, en el club en el que entreno entrenan tres días, cuatro horas y media a
la semana. Con cuatro horas y media yo tengo dudas de que dedicándole una hora a la
semana a lo que se refiere a tareas únicamente relacionadas con el gesto, en las que no haya
oposición, se dé una mejora significativa. No acabo de verlas. Las técnicas colectivas sí que
las veo de distinta forma porque pueden llegar a ser muy ricas en lo que se refiere a la
percepción. Pero tareas en las que solamente tenga incidencia el gesto, como pueden ser
filas enfrentadas, lanzar veinte balones y hacer controles, yo no le veo mucha utilidad. Lo
digo desde el desconocimiento, es algo que percibo yo, no es algo que esté basado en ningún
estudio. A lo mejor hay algún profesor en educación física, que haya estudiado esto, y me
dice que estoy equivocado. Pero creo que con una hora a la semana, dedicada a tareas de
ese tipo, la mejora es mínima. En cambio creo que si fomentas tareas en las que exista un
alto grado de realidad, es decir oposición-colaboración, me parece que es cien mil veces más
rico y cien mil veces más efectivo, creo. Porque al final, aunque sea con menos frecuencia,
estás trabajando todos esos aspectos relacionados con el gesto, pero a la vez estás
trabajando la percepción, el factor de la relación con el compañero, el factor del espacio.
Entonces, si me preguntases si le veo utilidad a hacer tareas específicas para trabajar el
gesto técnico en infantiles, te diría que no, que no lo veo. Meterlo en un calentamiento sí,
pero como tarea en la parte principal no, no lo veo. Creo que seis horas de entrenamiento a
la semana no es suficiente y creo que la solución no está en añadir más horas de
entrenamiento, sino en que vuelvan a desaparecer los carteles de no se puede jugar aquí al
fútbol, de que se deje la Play Station, y que todo eso que hace quedarnos en casa pierda
trascendencia y que se vuelva a recuperar el balón todo el día, el tiempo libre con balón.
Mientras esto no esté, yo creo que el entrenamiento nunca va a ser suficiente. Yo lo que
pregunto es: Tenemos una realidad que es esta, ¿a qué le damos prioridad? El hecho de dar
porcentajes, un 15% a la técnica individual por ejemplo. ¿Realmente con esos porcentajes
conseguimos llegar a trabajarlo todo dentro de las posibilidades que tenemos de forma
óptima? ¿No podemos trabajar esos mismos aspectos en estas edades desde tareas que sean
juego, que todo tenga oposición y colaboración? Me pregunto, no sé.

Coincido en que el trabajo de la técnica es fundamental pero ¿qué técnica vamos a


trabajar? ¿Vamos a trabajar una técnica descontextualizada o contextualizada?
Porque no tiene la misma transferencia al juego trabajar de una manera que de
otra. Trabajar el pase con dos niños, uno en frente del otro, pasándose la pelota sin
oposición o trabajar el pase en un juego de posición o posesión donde crees una
superioridad numérica ofensiva que te asegure, quizás menos pases que los que
van a dar los dos niños anteriores, pero un número de pases alto y reales mientras
aprendes a adaptar ese gesto técnico al juego. Por lo tanto entrenar la técnica es
importante pero, ¿tiene transferencia al juego cualquier tipo de entrenamiento
técnico? Yo tengo mis dudas.

Por otro lado, otro debate interesante relacionado a las horas de entrenamiento y
con la falta de fútbol en la calle, en el patio del colegio o donde sea, es que no sé
hasta qué punto nosotros tenemos forma de demostrar que la mejora técnica del
niño guarda relación con el entrenamiento que nosotros realizamos y no con las
horas que ese niño estuvo jugando en la calle. Es decir, un niño que desconocemos
si realiza más actividad física fuera del entrenamiento, no necesariamente fútbol ya
que toda actividad puede ayudarte a un desarrollo coordinativo que repercuta en el
fútbol, en sus gestos técnicos, ¿podemos decir que ha mejorado gracias a nuestro
entrenamiento? A lo mejor el niño hubiese sido mejor si no fuera por nuestro
entrenamiento. Todo lo que él mejoraba era gracias a jugar en la calle, en el patio,
o practicando otra actividad que repercutiese en su desarrollo motor. Por lo tanto,
¿hay forma de demostrar que un método de entrenamiento es mejor que otro
desconociendo si la mejora que se da en el individuo corresponde al método o a lo
que ese individuo ha realizado fuera del entrenamiento? Además que las horas del
entrenamiento son muchas menos que las horas que se pasa fuera del
entrenamiento.

Medir de forma exacta qué utilidad tiene cada cosa es bastante jodido si no es mediante la
interpretación propia. Es decir, de dónde creemos que han partido y a dónde creemos que
han terminado llegando. Un jugador en agosto cuando lo coges es esto y cómo ha terminado
a final de temporada. Luego están los condicionantes claro. Pero yo tengo una cosa muy
clara, y lo digo desde mi experiencia, y creo que es extrapolable a la mayoría de las
experiencias. La mayoría de jugadores que técnicamente son claros en gestos, que tienen
buenos controles, que son jugadores perceptivos, que son capaces de llevar el balón pegado
al pie, que tienen capacidad de girar, de salir,… son jugadores que juegan mucho o que están
mucho en la calle. Yo siempre pregunto a todos los chavales que entreno y que entiendo que
tienen una capacidad técnica mayor que el resto. Les suelo preguntar cuánto suelen jugar y,
comparándolo con los menos hábiles, en el 95% de los casos los jugadores que más
capacidad tienen son los jugadores que más han jugado al fútbol, o que más se identifican
con un balón en la calle en sus tiempos libres. Y eso para mí, desde mi experiencia, es una
cosa objetiva. En cambio, yo no conozco ningún caso de un niño que sea bueno que no
juegue nada en la calle y lo que le dedique, o le ha dedicado a lo largo de su vida a jugar al
fútbol, sea solo la hora de entrenamiento. Pero hay el mítico chaval, entre diez y catorce
años, que le ves y está todo el día jugando en la calle y eso es una cosa significativa. Que el
entrenamiento puede ayudar a mejorar es evidente, pero no creo que sea muy significativa la
mejora técnica si hablamos solamente del propio gesto, porque creo que no son horas
suficientes.

Y yendo por el tema de la mejora planteo otro tema, que es cómo hacemos que el jugador
mejore, es decir, un jugador al que le quieres corregir x, porque entiendes que ese x es un
defecto, el jugador modifica ese x pero y, que era bueno, resulta que empieza a hacerlo de
forma menos frecuente. Por ejemplo, una experiencia mía con cadetes. Un extremo que tú
entiendes que juega poco en profundo, que tiende a acercarse y que muchas de las veces
que tiene la posibilidad de tirar al espacio no lo hace. Y tú venga a insistirle, que tiene que ir
al espacio, que va a ser un jugador más completo,… Y resulta que esa insistencia por hacerle
mejorar a veces provoca que vaya más al espacio, no siendo su fuerte, y a la vez deje de
tener esa frecuencia de acercarse y ser, o hacer, aquello en lo que se encuentra cómodo. Yo
en eso siempre tengo esa especie de cuestionamiento a mis intentos de correcciones, o
intentos de ver errores, e intentar distinguir qué es un error o qué es una parte que no
pertenece a él y que no tiene porqué pertenecer. No existe el concepto de jugador completo.
No existe. No puede haber jugadores completos. O los hay y son muy pocos, o los
consideramos completos pero seguro que no lo son porque tienen carencias, y porque el ser
de alguien no lo abarca todo, no se adapta a todo lo que hace tu equipo. Por ejemplo, tu
equipo tiene una identidad y está claro que esa identidad es adaptable, pero tú eres lo que
eres, y en muchos momentos va a aparecer aquello que eres. Y con un jugador veo lo
mismo. Muchas veces intentamos mejorar aquello que el jugador no es. Añadirle una especie
de virtud que nosotros consideramos que le falta cuando, realmente aquello que es, es todo
lo contrario a aquella virtud que le queremos meter. Un jugador, por ejemplo, algo que a mí
me ha pasado y me pasa, un mediocentro que creemos que no jugaría igual con un ritmo
más bajo. Con balón tú quieres que lo haga todo a un ritmo más alto pero es que resulta que
estos jugadores que te juntan, que pivotan sobre sí mismos,… Eso es él, es un jugador de
ese perfil, perfil de pivotes posicionales que te ordenan todo alrededor, que juega mucho con
los tiempos. Tú a ese jugador no le puedes pedir que continuamente te haga controles
agresivos hacia delante. No, porque no es eso. Dices tú “quiero que mi pivote sea…”, no, no,
él es lo que es. No podemos ver un defecto en lo que es él. No nos gustará, vale, es legítimo,
no nos gusta y le alinearemos menos. Pero lo de ver algo que no nos gusta y convertirlo en
defecto e intentar corregirlo porque no se adapta a aquellas exigencias que queremos que
tenga... A mí esa lógica me parece peligrosa, y creo que es una lógica que está muy
extendida. Y yo soy el primero al que le pasa. Porque al final es muy jodida esa distinción
entre lo que tú consideras que es un error o lo que es parte de su ser. Puede ser hasta un
defecto de su ser, pero es parte de su ser. Mejor dicho sería una consecuencia de su ser. No
sé si me explico. No sé cómo lo ves tú. Esa dicotomía entre el defecto y el error y esa
interpretación que nosotros le damos al error.

Sí, yo creo que, yendo a un caso práctico, debemos diferenciar entre un jugador que
comete constantemente un
error técnico a la hora de
controlar, ya sea el propio
gesto, ya sea que está mal
perfilado, lo que sea, pero
debemos diferenciarlo con un
jugador que, por ejemplo, no
realiza regates. Yo creo que no
puede tratarse igual. Porque
una cosa es un error y otra cosa
es una carencia, y no se pueden
tratar por igual. Porque tú
puedes llegar a enseñar a un
niño, o un adulto, a jugar
potenciando sus virtudes e
intentando esconder sus
carencias. Por ejemplo, un
jugador físicamente débil es un
jugador que tiene una carencia
que le impide ganar acciones
que impliquen contacto físico,
ese jugador va a perder esas
acciones. Pero tú puedes enseñar a ese jugador a potenciar sus virtudes, que
conllevarán que sus acciones sean buscando el menor contacto físico posible. Ya
sea jugar rápido, conducir poco, aprender a colocarse en situaciones donde sea
poco probable el contacto físico… lo que sea. Porque este jugador tiene una
carencia física, no un error físico, no sé si me explico. Entonces en ese sentido no
se debe tratar por igual una carencia de un error. Pero entonces ya desde la base,
quizás, debamos intentar potenciar las virtudes, corregir errores e intentar enseñar
a sobrevivir con las carencias de cada uno. Ver dónde puede ser bueno un jugador y
aprovecharlo.

Estoy 100% de acuerdo. Al final el tema va por ahí. De todas formas volvemos a lo mismo.
No sé dónde leía una anécdota de algún jugador que de chaval era pequeñito y, como jugaba
con los mayores, para evitar el choque potenció sus virtudes para buscar maneras de
evitarlo. Pero claro, eso necesita práctica. Práctica o trabajo especializado, es decir, trabajar
de forma especializada con cada uno de los jugadores, que sería lo ideal. Pero vamos a lo de
antes, ¿es real plantear eso? Yo creo que no. Por eso ese tipo de carencias no pueden ser
resueltas si no es desde el hábito de jugar. Y con el hábito de jugar no me refiero a cuatro
horas y media semanales, me refiero al hábito de jugar de verdad. ¿Y cómo podemos
solucionar esas carencias en el entrenamiento? A mí me llamó la atención una anécdota que
creo que contaba Bielsa, de cómo él preparó una tarea para Orellana. Bielsa le hizo una tarea
que consistía en que el pasador a Orellana fuese un receptor con tiempo, para que éste no le
diese el balón a Orellana en el primer movimiento sino en el segundo. Lo de antes, tiene el
balón un jugador, Orellana se va, pero se va para venir. Consigue despegarse de su marca.
Claro, eso no lo puedes hacer si no tienes tiempo. Pero el tiempo que dispones para hacer
eso, en este caso en una selección, tiene que ser grande para hacer tareas específicas. Si no
tú no puedes hacer tareas para potenciar las recepciones de cada jugador con aquello que
cada uno es. Tienes dieciocho jugadores. Claro, lo podemos hacer dos veces, pero lo que van
a mejorar va a ser en la relación en el partido de esos jugadores. No voy a crear un hábito
que ellos ya no tienen de forma ya adquirida anteriormente. No sé si me explico. Si tú harías
una tarea de esas, seguramente va a ser para conseguir que la relación en el partido sea
mejor, que es como se plantean. Vamos a alinear a este extremo y a este que como tira
muchos controles hacia dentro vamos a tener que buscar un soporte, tanto de cara como de
lado para que podamos jugar en esa recepción. Y por supuesto que tiene que haber un
jugador que aproveche el espacio que ese jugador deja en banda. Entonces creas una
especie de automatismo, o de tarea en la que se dé esa dinámica. Eso lo haces en infantil y
los niños no están mejorando la técnica, estás intentando aclarar una situación que se puede
dar en el partido y la estás trasladando al entrenamiento. Que es legítimo también. Pero a lo
que voy es que no tenemos tiempo para trabajar esa táctica o esa técnica individual.
Técnica-táctica individual. Téctica le llamaban en la escuela de entrenadores, en el tercer
nivel. Un nombre cojonudo. Fusionaron la asignatura de técnica y táctica y se llamaba
téctica. Pero bueno, eso, yo creo que no hay posibilidades reales de poder hacer ese tipo de
trabajo que para mí es fundamental en este tipo de edades, la téctica individual.

Y a raíz de esto, y un poco siguiendo con el tema, ¿qué importancia tiene la competición en
una categoría, por ejemplo, cadete? Incluyendo el resultado.

¿A qué edad entiendes tú que la competición, o más bien el resultado, cobra una
importancia diferente? Porque claro, anteriormente hablabas de que no creías
demasiado, en edades tempranas, en el trabajo de acciones a balón parado porque,
lógicamente, estás priorizando el resultado por encima de la formación. Estás
priorizando el trabajar esas acciones por encima de otra cosa. Que unos
benjamines, o unos alevines, tengan siete jugadas de córner y cinco jugadas de
saque de centro, evidentemente es porque esos jugadores han invertido un montón
de tiempo en sus entrenamientos a ello, y otra serie de contenidos han tenido
menos tiempo o directamente no lo han tenido. Su entrenador priorizó eso. Priorizó
el resultado por encima de la formación. ¿En qué etapa tú crees que eso debe de ir
dándose la vuelta y por qué?

Para mí el tema del resultado, en cualquier tipo de competición, siempre está ahí. Cuando
hemos jugado de pequeños siempre ha estado el ganar y siempre va a estar. Es un aspecto
natural del juego. Yo no me imagino a ningún jugador que haya llegado arriba perdiendo un
partido con doce años y que se la sudara. El resultado está ahí. El tema en esas edades es
qué importancia le damos al resultado como entrenadores, porque la importancia que le dan
los chavales está ahí y siempre va a estar ahí, no se puede quitar ni se puede pretender
quitar. Decir que el resultado no importa, decir eso en cualquier edad, es mentira. Es mentira
porque a ellos les importa. Estás perdiendo credibilidad. A ellos les importa. Otra cosa es que
pierdas todos los partidos, seas último porque tienes una capacidad baja, y centres tus
mensajes en la mejora y tal. Pero si has perdido quince partidos y ganas uno, el primer
ilusionado seguro que eres tú, por la ilusión que genera en los chavales y todo eso. El
resultado está. El tema es qué importancia le damos en nuestras sesiones o cuándo podemos
empezar a darle trascendencia a ello. Por ejemplo, ¿cuándo podría llegar a ser válido
empezar a condicionar el entrenamiento si vas a jugar en un campo pequeño? Con tareas en
dimensiones más pequeñas de las que sueles utilizar habitualmente. Yo en cadetes eso lo
hago, en infantiles no hacía eso. En infantiles hacíamos una especie de programación en la
que era algo periódico, y no entraba el factor rival. Pero yo en cadetes le doy mucha
importancia. Tal vez es por la categoría en la que estoy, que es la máxima, pero más allá de
eso yo creo que es importante. Creo que tú no dejas de estar formando, porque al final tú
puedes hacer un tipo de tarea, que siempre va a ser reducida, para intentar acercarla a unos
contextos que luego no les acercan mucho pero que están ahí. A mí me parece que está bien
y que es óptimo. Yo lo hago. Lo que no vería, que para mí no tiene que ver, son las acciones
a balón parado. Que para mí es el parentesco entre condicionar el entrenamiento reduciendo
el campo porque vas a un campo pequeño a jugar o estar veinte minutos mecanizando
acciones a balón parado. Tú en esa tarea que es más reducida, porque las dimensiones que
te vas a encontrar el fin de semana son más reducidas, a mí eso me parece que está de puta
madre siempre y cuando tenga sentido y vayan acompañadas de tareas que continúan con el
camino que se ha emprendido con el equipo. Para mí eso es legítimo y correcto. Y, en mi
opinión, no atenta en ningún momento contra la formación, ni siquiera atenta contra la
formación poder dar matices de rivales o poder condicionar tu identidad en cierta manera
para poder estar más cerca de competir en el partido. A mí no me parece mal.

En cambio en benjamines ganar o no, como entrenador, te la debería de sudar. Y lo mismo en


alevines. Pero para mí a partir de cadetes tiene que tener una trascendencia y yo se la he
dado siempre. Yo solo he entrenado infantiles y cadetes y para mí el resultado ha sido una
cosa que en mi proceso ha tenido trascendencia y creo que no ha condicionado
negativamente el proceso de los chavales. Pero yo creo que el resultado está ahí, la
competición es una parte importante, y nosotros en los entrenamientos la mayoría de las
tareas que hacemos tienen ganadores y perdedores, son tareas en las que se puntúa. Si
vamos a hacer una posesión buscamos la manera en la que pueda haber ganadores. Es
importante. Me parece que para un chaval de quince años es importante. Nosotros hacemos
cosas como el que pierde en esta tarea recoge el material o cuando hacemos una merendola
los que pagan son los que pierden. Nosotros hacemos esos estímulos que entendemos que
van a ayudar a darle ese punto de tensión a ciertas tareas y a mí eso me parece que es
fundamental, a mí me parece muy importante. Por ejemplo una tarea de 8c7 en la que el
equipo que está en inferioridad empieza perdiendo o empieza ganando 2-0, y el que pierda
recoge el material, por ejemplo. Vas 2-0, igual no vas a atacar todos los partidos, el otro
equipo se va a volcar más en ataque, eso te va a llevar a que tengas que estar mejor
compensado para que no te pillen al contragolpe, no ir a lo loco porque luego te van a hacer
el 3-0, o jugar más directo, o meterme más atrás,… Es importante y eso está ahí y va a
estarlo siempre. Entonces, ¿por qué alejarlo de la realidad? Yo en infantiles también haría
tareas de ese perfil, no todas pero sí las haría. ¿Por qué alejarlo del entrenamiento?

Fuente: Antón Añón (futbase10.blogspot.com.es)

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