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CONOCIMIENTO TRADICIONAL, wx INNOVACION Y REAPROPIACION SOCIAL AVOUT WTI ETTE Ty NY Cite Coney ae ETAT Jaime Navia Antezana (Croce tes Onc) grupo editorial siglo veintiuno siglo xxi editores, méxico siglo xxi editores, argentina salto de pagina biblioteca nueva anthropos C65 2012 Conocimiento tradicional, innovacién y reapropiacién social / coordinado por Arturo Argueta Villamar, Ménica Gomez Salazar, Jaime Navia Antezana, — México : Siglo XXI Editores, 2012. 292 p. — (Sociologia y politica) Coedicién con: UNAM : Proyecto Compartiendo Saberes Foncicyt : Unién Europea : Conacyt | ISBN: 978-607-03-0428-6 | 1. Conocimiento ecolégico tradicional ~ México. 2. Medicina tradicional - México. 3. Organizacién social I. Argueta Villamar, Arturo, editor. II. Gémez Salazar, Ménica, editor IIL. Navia Antezana, Jaime, editor. IV. Ser libro ha sido dictam ido por pares académicos. Este documento se ha realizado con la ayuda financiera de la Comunidad Europea. El contenido de este documento es responsabilidad exclusiva de la Universidad Nacional Auténo 1a de México y en modo alguno debe considerarse que refleja la posicién de la Union Europea. Programa Foncicyt, Unién Europea. fotografia de la cubierta: arturo argueta: angahuan, michoacén primera edici6n, 2012 © unam, proyecto “compartiendo saberes” foncicyt (952 conacyt 5), unién europea, © arturo argueta, ménica gomez y jaime navia (coords.) © siglo xxi editores, s.a. de cw isbn 978-607-03-0428-6, derechos reservados conforme a la ley impreso en reproscan, sa. de cw antonio maura 190 col. moderna, 03510 méxico, df GRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL mee 5. SISTEMAS AGRICOLAS, CONOG! Y AGROBIODIVERSIDA\ : EL MAI DEL LAGO DE PATZCUARO IMIENTO TRADICIO; ivr te el valor de los agroecosistemas tradicionales, asi IZENLA CUENCA, stan g) importantes actividades de resistencia de las comunidades indigenas, muchos de estos sistemas se estan transforman- lente en sentidos no deseables. Variedades nativas de do gencrado durante siglos para manejarlas (Boege 2006). ca, los pueblos indigenas y comunidades campesinas re- ser reconocidos como importantes reservorios de germo- mesoamericano y de conocimiento valioso para el manejo de rsidad. Para ello se requiere de enfoques de investigacién ciplinarios y novedosos para la documentaci6n, valoracién, i6n y protecci6n, dirigidos a fortalecer las actividades de INTRODUCCION En la mayoria de las comunidades rur, tura ha sido una actividad im luego— se © ales mesoamericanas la to portante durante siglos, el maiz ha sido un cultivo privilegiado en esta larga histor Xpresa en su dominancia en los sistemas agricolas tesich Pero también en la diversidad de razas y v ml ariedades de la g en los usos que se hacen de ella, asi como en el disenio de los: a ambientes que componen el paisaje rural a lo largo del in a 9 9 2, * 2 tinente (Ramos, 2008). En los agroecosistemas y sistemas aliment ¢ Ja mayoria de las comunidades indigenas y rurales de México maiz es el cultivo principal y la base alimenticia mas im ademas de 5 xlturalll de ser un elemento clave en la construcci6n cultural yor mien social de los pueblos (Esteva y Mariel, 2003). En Mé alrededor del 54% de la superficie destinada a este cultivo se sie 2 partir de 237 variedades nativas, en laderas y bajo condiciones temporal, lo que sugiere que se realiza bajo el modelo de agricul campesina © sistemas agricolas tradicionales (Boege, 2008 td at 2009, Morales y Rodriguez, 2009, Perales et al. 2003), Hombres y mujeres han requerido de medios intelectuales pa Benerar, conservar y mejorar esta agrobiodiversidad en context culturales, ecoldgicos, econémicos y sociales muy cambiantes @ largo del tiempo (Toledo y Barrera-Bassols 2008). L més titil ha sido preservada de eae duos y colectividades, (Pretty et al. 2008), ceso dinamico, estos ‘ia de estos grupos humanos. Los esfuerzos en ese sentido, elevantes no slo para estas comunidades, sino también para subsistencia alimentaria, la soberania nacional y para hacer a las condiciones de cambios globales a los que nos enfren- os como humanidad en el presente siglo (Ortega, 2003; ado de Michoacan y atin en la actualidad tiene una importan- encia indigena purhépecha, la ocupacién en este territorio tura desde hace aproximadamente 5 000 afios (Fisher et al., }). La relevancia del maiz en esta regién ha sido mostrada en osas investigaciones sobre los sistemas agricolas, realizadas Ja década de los cincuenta (Argueta, 1982). En los afios se- y ochenta se concentran la mayoria de los estudios, destacan- € en algunos de ellos el cr en relacién con el maiz. En el estu- Argueta y colaboradores (1982) se describian alrededor de iedades locales que eran identificadas y nombradas por los car .a informacié la de generaci6n en generacion en ind °s, principalmente a través de medios orale siendo la generacién de conocimientos un P han sido probados y enriquecidos con las obsé! Sens hen entaciones individuales (Altieri, 2001), ademas 4 fados a través de creencias y rituales en cada ciclo producti yen Ia mayoria de los calendarios rit , $ rituales (Te 2002; Te ledo y Barrera-Bassols, 2008), ae enas purhépechas. Otras investigaciones lograron ider nbres para distintas etapas del desarrollo del maiz, relacionados la aparicién de hojas, espigas, elotes y la maduracién de la ca (Mapes et al., 1987). Los antecedentes no se restringen al conocimiento a escala de especie, sino ademas se han hecho vaciones y experime! terizaciones del conocimiento tradicional a escalas de sistemas ‘olas y de paisaje (Mapes ef al., 1994). Otros estudios han do- nentado también la riqueza de creencias y rituales alrededor de [146] 149 148 EMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICION, MAS A\ LAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL cién de los sistemas agricolas que mantienen agrobiodiversidad y nocimientos tradicionales? te capitulo tiene los siguientes objetivos: 1] generar un modelo jnteraccién entre CT y agrobiodiversidad en sistemas agricolas los sistemas agricolas (Argueta et al., 1982). Recientemente ¢o, menos las investigaciones que se han realizado, aunque existen ec fuerzos de colecta y sistematizaci6n de las razas presentes er 1d agroccosistemas y en el paisaje de la cLP, asi como de sus usos » caracteristicas agronémicas (Astier y Barrera-Bassols, 2007), de |g ritualidad alrededor del maiz (Astier et al., en prensa), asi come revisiones de la cultura purhépecha donde se abordan elemento del conocimiento tradicional relacionados con los sistemas agrico} de maiz en la regién (Alarcén-Chaires, 2010). Los estudios descritos destacan también que la agricultura en cup ha estado ligada desde siempre a una dindmica regional com rsidad y el cr en los sistemas agricolas tradicionales; 3] caracte- los tipos de conocimientos que se encuentran en los sistemas ; y 5] revisar y proponer estrategias de proteccion y conservaci6n agrobiodiversidad y los cr en los sistemas agricolas tradiciona- la cL. pleja y cambiante que se expresa en los sistemas agricolas actual en los que pueden encontrarse multiples hibridaciones, conjugacio nes, exclusiones y coexistencias entre una cultura que defiende su presencia y otra u otras que tratan de dominarla o desplaz ? (Mapes et al., 1994). Pero quizas estos cambios nunca habian tenid la velocidad y magnitud que hoy presentan; como muestra podemo mencionar que estos sistemas han estado continuamente expuesto a la aplicaci6n de fertilizantes, pesticidas, irrigacién y uso de com bustibles fésiles, particularmente para los maices “hibridos” 0 “ jorados”, por otra parte, se encuentran afectados por los cambios pérdidas de los mercados y sistemas alimentarios de Ia regién motor del uso de numerosas variedades locales, asi como por amenazas de la introduccién de oGm (Astier et al., en prensa). obstante, resulta sorprendente que en la actualidad la graminea el cultivo que domina en la agricultura de temporal, sembrada partir de materiales derivados de al menos seis razas nativas (Asti¢! y Barrera-Bassols, 2007), esto es una muestra de que en esta regi persisten acciones de resistencia expresadas en sistemas agrico) que involucran conocimiento tradicional, ademas del manejo de agrobiodiversidad que se expresa en los diferentes agroambiente los cultivos y sus variantes y la organizacion sociocultural que 1 sustenta. En este contexto surgen las siguientes preguntas: :cudles son 4 tualmente los sistemas agricolas ligados a las razas y variedades nativ™® de la cLP?; gcémo se distribuyen en la regién y en el paisaje © sistemas?; zqué conocimientos tradicionales pueden ser identific \QUE DE INVESTIGACION ntendimiento de la interaccién entre el cr y la agrobiodiversi- del maiz en los agroecosistemas tradicionales, asi como el de- lo de acciones para su proteccién y conservacién es de tal nplejidad y relevancia que implican el planteamiento de un cologia, la etnobotanica, la geografia ambiental, la epistemo- , el derecho y la ética, por citar las msds notables, lo cual tiene o de la informacién y de las acciones que se realizan a partir ello. La propuesta del enfoque de investigacién se presenta en secciones: 1] El marco conceptual que plantea las caracteristi- los sistemas agricolas tradicionales y un modelo de la inte- mas tradicionales y el papel del maiz como eje articulador y nizador; 2] La contextualizacién de los sistemas agricolas tra- jonales en la CLP; 3] Los métodos empleados para desarrollar la lstigacion y las acciones. en ellos?; gcudles son los procesos actuales que amenazan a &s sistemas? y ¢cudles pueden ser las estrategias de conservaci6n Y P” ‘TRADICIONAL, 151 4s AGRICOLAS, CONOCIMII 150 SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO ‘TRADIG 10 tradicionales. En este modelo se proponen los siguientes entes: MARCO CONCEPTUAL seres humanos, los cuales se encuentran organizados en una ala ascendente que inicia desde el individuo y la familia en el er nivel, en el segundo nivel se encuentra la comunidad, de individuos y familias comparten una racionalidad, creen- , valores, y son contemporaneos.! El tiltimo nivel es la cultu- desarrollada en una escala temporal, espacial y de complejidad amplia (Toledo y Barrera-Bassols, 2008). Por lo tanto, esta cultura ha sido desarrollada por todos los miembros, antepasados Sistemas agricolas tradicionales Los sistemas agricolas tradicionales son sistemas de uso de la ti que tienen los siguientes atributos: 1) son derivados de largas p torias de interaccién y coevolucién entre la diversidad biologi la cultural y por lo tanto son considerados como contin bioculturales (Boege, 2008; Toledo y Barrera-Bassols, 2008); 2) sido desarrollados en condiciones dificiles, como poca disponibj dad de tierra, laderas muy pronunciadas y generalmente de tem, ral (Boege, 2006); 3) son dindmicos y adaptables; estos sistemas igual que las sociedades campesinas ¢ indigenas que los mane} estan en procesos de cambio dinamico, redefiniendo constantemen lo que consideran como “tradicional” y han logrado su manten miento y perpetuacién mediante la transformaci6n, la aprehensié la asimilacion y la agregaci6n de elementos provenientes del ento no propio y ajeno (Berkes y Folke, 2002); 4) son coherentes coi los contextos ecoldgicos, econdmicos y culturales, desarrollados e condiciones de baja disponibilidad de capital externo, empleand la experiencia local y los recursos disponibles (Altieri, 2001); 5) soi diversos en el uso y el manejo a distintas escalas de una gran het rogeneidad de elementos de indole geofisica y biolégica, asi com de recursos culturales como lo es el conocimiento tradicional, cual esta dirigido a favorecer la resiliencia, estabilidad y productivi dad global en estos sistemas (Jackson ¢t al., 2007); 6) estan dirigido principalmente a la subsistencia y a la reproduccién de la forma d vida local y regional, maximizando la productividad de todos 10 componentes de los sistemas agricolas y de los otros sistemas (P' cuarios, forestales, pesqueros) que integran los sistemas de subsis tencia (Toledo, 1991). conocimientos que la conforman son cambiantes y dindmicos, pasan de generacién en generaci6n (véase capitulo 1). agrobiodiversidad se refiere a la variedad y variabilidad de organismos que contribuyen a la agricultura en un sentido am- plio, aqui se incluye a las variedades y razas dentro de las espe cies, a las especies silvestres, en proceso de domesticaci6n, do- nesticadas y a sus poblaciones, a los ensambles, gremios y comunidades que influyen en los cultivos y en el ganado y a las jinteracciones entre los paisajes agricolas y ecosistemas no agri- colas que incrementan los recursos para la agricultura y la resi- liencia de éstos (Brookfield 1996, Jackson et al. 2007) EI manejo se refiere a las intervenciones humanas de paisajes, comunidades, especies y variedades con los objetivos de aprove- "char, conservar y generar agrobiodiversidad. a poder manejar a la agrobiodiversidad en estos sistemas, los humanos requieren generar medios cognoscitivos, formas de dacién y mecanismos culturales de acumulacién y proteccién de onocimientos. nuestro modelo, el cr proviene de los siguientes elementos: 1] iciones, rituales y creencias, experiencia de interacci6n de los ante- ores con el ambiente en general y el sistema productivo en particu- } que en nuestro modelo se establece en el largo plazo y que es MODELO DE INTERACCION ENTRE EL CT Y LA AGROBIODIVERSIDAD. te de la cultura; 2] reglas colectivas de manejo o costumbres, que Proponemos aqui un modelo que aspira a integrar elaboracion® te6ricas previas acerca de la agrobiodiversidad y el cr en siste! Véase capitulo 4 sobre el sistema de tlacolol. 152 SIs’ MAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADIC}g § AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADIGIONAL por los miembros de una generacién en relacién con las précticas , TODOS EMPLEADOS cuadas de un sistema productivo 3] la observacién, experimentacian , el ae experiencia particular y familiar adquirida a través de la repeticign » este documento se realiz6 la integracién de las siguientes ciclo productivo, cognoscitivo y ritual; y 4] lo que es asimilado 6 i," idades: porado en la interacci6n con otras culturas a lo largo del tiempo ) espacio en la escala regional, nacional y global (Toledo, 1990, Ali 2001, Berkes y Folke, 2002, Toledo y Barrera-Bassols, 2008, Lopéz, 2099 Con base en nuestro modelo, el concepto de cr que proponem €s: cuerpo acumulativo y continuidad dindmica de la interacci6n realizaron encuestas en seis municipios y 19 localidades que los seres humanos con la agrobiodiversidad a partir de sus signifieg jorresponden al 46% de las comunidades que forman parte de nes, creencias, rituales, valores, observaciones, experiencias y expe Cuenca del Lago de Patzcuaro y de la de Zirahuén. Las en- mentaciones a través de las acciones de manejo en los sistemas agric estas fueron realizadas con 87 familias, los temas abordados las, en diferentes escalas espaciales, temporales y de complejidad, — ron: ubicacién de los sistemas tradicionales relacionados con | maiz, tipos de maices reconocidos, clasificacién local, interac- ciones espaciales y temporales con otros cultivos, criterios de leccién de semillas y de uso, razones para mantener las varie- EL MAIz COMO ARTICULADOR Y ORGANIZADOR: EXCELENTE EJEMI PARA ANALIZAR EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL EI maiz, al ser una planta tan importante para la cultura mesoan ricana tiene un papel ordenador y articulador de los distintos co ponentes y escalas en nuestro modelo que se expresa en: 1] la si cronizaci6n de las actividades en la estrategia de subsistencia de calendarios rituales y de la organizacién social y politica con los clos agricolas de la graminea;? 2] en la organizaci6n de los pais @ través de las interacciones entre los sistemas agricolas tradicio ACION ACTUAL EN LA CUENCA DEL LAGO DE PATZCUARO donde se cultiva maiz y otros sistemas forestales y pecuarios que i : gran las estrategias de subsistencia locales y regionales; 3] su do esté conformada por cinco municipios que incluyen a Patz- cia en la mayoria de los agroecosistemas tradicionales, determina Quiroga, Erogaricuaro, Tzintzuntzan y Tingambato; debido a la presencia de otras especies cultivadas como en el caso de la milp Mportancia en la produccién de maiz en tierras de temporal, © bien de otras especies perennes y anuales silvestres y en proce n se incorpora el municipio de Salvador Escalante que perte- domesticacion en los sistemas agroforestales; 4] organizando la d ala cuenca del lago de Zirahuén (figura 2). La CLP Gene, alre- buci6n espacial y las actividades productivas en las parcelas agric® r de 1000 km%, incluyendo al espejo de agua, se describe con con base en las caracteristicas de las variedades de maiz. Debido a lima templado y una gran diversidad, edafica, topografica y el maiz constituye un excelente ejemplo para analizar la relacién eu ica (Mapes et al, 1994; Toledo et al,, 1980). De acuerdo con conocimiento tradicional y agrobiodiversidad en las distintas & atos mas recientes del INEGI (2005), en los seis municipios don- espaciales, temporales y de complejidad. f realiz6 este trabajo se encuentran aproximadamente 13000 tes, dominando la poblacién femenina (53%) con respecto a ® Véase capitulo 4. lina (47%). 15. sist vate 7 . " 4 ISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAy S AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADIGIONAL 155 idas son las de artesanfa® (18%) y la ganaderia (14%); la alba- fa (10%) y el comercio (6%). Otros empleos son: jornaleros agri- miisicos, apicultores, pescadores y empleados, lo cual representa 1% de las respuestas. Estas actividades complementan el ingreso de dad familiar, pues a diferencia de las de indole agricola, a través Jas actividades complementarias se obtiene dinero en efectivo. a agricultor tiene una superficie promedio de 4.6 ha, la que stribuye en 2.6 parcelas. La superficie varia de 1.56 ha a 16 ha roductor y el ntimero de parcelas varia de una a cinco. Las lo- ades con menor tamaiio de parcela son: El Jaguey en Tzintzunt- San Andrés Tziréndaro y Santa. Fe de la Laguna, en Quiroga; ajo y Ajuno de Patzcuaro y Opopeo de Salvador Escalante. entras que las mas grandes se encuentran en Chapultepec y San n Tumbio de Patzcuaro y Nuevo Rodeo de Tzintzuntzan. En la actualidad la estrategia de subsistencia de estas comunidade se basa en la articulacién de la agricultura con actividades como jg horticultura, la ganaderia, la recoleccién, la caza, la pesca y la elabe. raci6n de artesanias, ademas de los ingresos a partir de remesas y dey crecimiento de las plantaciones de aguacate (Astier et al., 2000: Ay. gueta y Castilleja, 2008; Alarcén-Chaires, 2010). En la CLP se hay identificado las siguientes seis razas de maiz: c6nico, puthépech,, elotes occidentales, chalqueiio, tabloncillo y cacahuacintle (Astier 4 Barrera-Bassols, 2007). En esta regidn, el maiz domina la agricultury de temporal —88% de la superficie sembrada— y se estima que | graminea abarca en promedio el 50% de la superficie total cultivad, generando alrededor de dos toneladas por hectérea (1NEGI, 2008), Este cultivo se siembra principalmente para la autosubsistencia fami. liar y para la reproduecién del ciclo agricola. Para completar la ¢s trategia de subsistencia, el maiz también se emplea en la actividad ganadera y es el insumo fundamental para la elaboracion de tortillas artesanales para intercambio 0 venta. CARACTER{STICAS DE LOS CAMPESINOS ACTUALES aje con relaci6n a la milpa (Barrera-Bassols et al., 2006). Una presién de esto es la clasificacién y el manejo del paisaje por parte os agricultores en la CLP, la cual se basa en dos criterios relacio- con el maiz que se cultiva: la disponibilidad de humedad y los A partir de la disponibilidad de humedad a lo largo del aio, pesinos clasifican a las tierras como “de humedad”, “de tem- ”, “de riego” y “de jugo”. Para los suelos, la clasificacién local basada principalmente en la textura y el color, dando lugar a Los campesinos actuales se encuentran en un rango de edad de 30 @ 80 arios, el 61% de los encuestados se encuentra en los rangos que abarcan de 51 a 70 aiios, el 26% tiene menos de 50 afios y solo el 7% son menores de 40 aftos, afortunadamente atin existen {6 nes sembrado maiz, El 24% de los encuestados habla purhépecha, no hablarlo, y en comunidades con mayor presencia indigena como ae sea Triréndaro también son los productores mayores 10s tipos: tupure, charanda y pedregoso o “mal pais”. Con ambos cri- que lo - lan con mas frecuencia. El 52% de los entrevistados ha los campesinos identifican los siguientes tipos de agroambien- emigrado a Estados Unidos (xv) alguna vez en su vida durante U" el paisaje de la cLP: lapso que varia entre tres y diez aiios; entre las razones mas rele Tierras de humedad, se localiza generalmente en las partes mas altas de la cp. En ellas se aprovecha y conserva la humedad que es ofrecida por neblinas y rocios, asi como por la precipitaci6n n ye: atender las siembras, parcelas ¥ animales (31%); no les gusté y se regresaron (25%);se cans6 del trabajo 0 se le terminé el contrato (19%), y s6lo un 12% lo hi por la familia. Ademias de la agricultura, 61% de los encuestados se dedican a ot actividad para complementar el ingreso familiar. Las actividades Entre las que destacan las de madera (ver capitulo 3), las de fibras naturales 95 lagos y la alfareria. pueden corresponder a los distintos agroambientes descritos- secci6n siguiente se aborda el manejo de la agrobiodiversidad & contexto del modelo de produccién campesino de la region. 156 SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONA,, JSTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL. ai} del ciclo anterior que es conservada en suelos tipo andosol, de ONOCIMIENTO Y MANEJO DE LA DIVERSIDAD INTERESPECIFICA: colores café claro o amarillos y de textura franco arenosa cong. _USO DEL TIEMPO Y EL ESPACIO. cidos localmente como tupure. Gracias a la conservacion de |g » humedad en estos suelos, es posible iniciar la siembra de mai, en periodos sin Iluvia, lo cual ocurre entre los meses de marzo y abril. Las variedades de maiz sembradas en estos sitios son de ivel regional se reconoce un modelo de produccién campesino ez-Agis, 2006) cuyas caracteristicas principales se describen en la bla 1. Bajo este modelo existen dos dindmicas de manejo de las ‘elas agricolas: 1] el de arto y vez donde a las parcelas destinadas | cultivo de maiz se les deja descansar uno o dos afios después de er sembrado la graminea y en algunas ocasiones durante el pe- odo de descanso se siembra algtin cultivo de invierno (Gutiérrez- a et al., 2004; Astier et al., 2000; Bocco y Pulido, 2003; Chapela y endoza, 1988) y 2] las de ario con arto, las que como su nombre lo ica son sembradas anualmente. Para aprovechar la diversidad de elas distribuidas en los distintos agroambientes, en la mayorfa de ocalidades se practican ambas formas de manejo, asi, un produc- puede tener tres parcelas bajo un tipo y al mismo tiempo tener tantas con el otro tipo de manejo, es menos frecuente encon- F casos como el de San Juan Tumbio, donde se acostumbra el a7io o, y el de La Vitela en Patzcuaro, donde domina el aio y ve Dtra forma de aprovechamiento de la diversidad es su manejo en spacio y en el tiempo. Para ello los agricultores de la cL? tienen estrategias: 1] la asociaci6n simultanea, que es la siembra en el 10 ciclo de otras especies que son benéficas 0 complementarias Ja graminea, por ejemplo el famoso policultivo mesoamericano ido como milpa, las plantas que suelen sembrarse en asociacion ultinea con el maiz en esta region son calabaza (53%), haba una duracion de entre nueve y diez meses, conocidas localmen. te como “tardfas” o de ciclo largo. Tierras de temporal, en este tipo de agricultura se aprovecha e] agua proveniente de las Iuvias, lo cual ocurre entre los meses de junio y julio. Los suelos en estos sitios son del tipo cambisol, de textura franco-arcillosa y de colores café rojizo a rojizos, conocidos localmente como charanda. En la misma proporci es posible encontrar suelos tipo tupure y en menor canti suelos con un alto porcentaje de basaltos en la capa arable, lo cuales son conocidos regionalmente como suclos pedregosos 0 “malpais”. Las variedades que se cultivan en estos sitios son resistentes a la sequfa, su ciclo es de seis meses y debido a ello son conocidas en la regién como “violentas” 0 de ciclo corto En algunos casos también se cultivan maices hibridos en es' lugares. Tierras de riego, se utiliza el agua de los manantiales, del lago de pozos mientras Ilegan las Iluvias. En estos lugares domin los suelos de tipo charanda. Se sucle sembrar maiz de varicdade nativas en el mes de abril. Tierras de jugo, son terrenos que presentan alta humedad dé suelo y se encuentran localizados en las riberas del lago. suelos son de tipo acrisol, arcillosos, de color gris a pardo ob curo conocidos también como charanda. Esta agricultura § encuentra en extincién y actualmente es realizada sdlo en comunidad de Napizaco. Solares 0 ekuaros, son los traspatios de las casas donde tambié se cultivan de manera importante maices nativos. a el uso de la milpa en un aio y la incorporacién de otros Vos 0 asociaciones simultdneas en un segundo ciclo 0 ao, en studio se registré que la rotacién se practica principalmente tivos de cobertura normalmente en el ciclo otofo-invierno y disefar la milpa, hombres y mujeres mesoamericanos Tequi- m de un profundo conocimiento de los ciclos de vida de especies ‘omo calabaza, frijol y maiz; asi como de las interacciones eco- que pueden ser establecidas entre estas especies, conocimiento sido enriquecido con las rotaciones a partir de la incorpora- especies exéticas como el trigo, las lentejas y el janamargo. Se estima que cada agricultor tiene alrededor de cinco hectare distribuidas en aproximadamente tres parcelas diferentes, las © 158 SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICION, No obstante los esfuerzos por promover el monocultivo en estos Sis temas, actualmente la asociacién simultanea es practicada por 78% del total de productores y la de rotaci6n por 80% de los entrevistados, las siguientes razones son las mas frecuentemente mencionadas Para enriquecer la dieta familiar, para la produccién de forraje de inviex no, para obtener ingresos extraordinarios a través de la venta de fo. rrajes 0 cultivos de invierno y para mantener la fertilidad del suelo y telo y la salud del agroecosistema. CONOCIMIENTO Y MANEJO DE MAizZ (7S/RI) ‘Tsivies el nombre con el que se conoce al maiz entre los purhépechas quienes han desarrollado un profundo conocimiento de él. Estudios previos en algunas comunidades y en la regién documentaron que hombres y mujeres indigenas generaron una nomenclatura morfolé- gica del maiz que comprende todas las partes constitutivas de la planta, ademas de describir distintos estados fenolégicos de acuerdo con el tipo de variedad, recibiendo todos un nombre en purhépecha (véase Argueta et al., 1982; Toledo y Barrera-Bassols, 2008). En la década de los ochenta, autores como Argueta et al. (1982) describie- ron alrededor de 50 variedades identificadas por los campesinos purhépechas, esta valiosa diversidad que es el resultado de la hetero geneidad ambiental de la regién y desde luego del conocimiento tradicional, los usos, las preferencias, el intercambio, la introduccién, hibridaci6n, aislamiento y seleccion del maiz a lo largo del tiempo (Alarcén-Chaires, 2010). CLASIFICACION LOCAL DE LOS TIPOS DE MaiZ Los indigenas puirhé y los campesinos mestizos de esta regién ha desarrollado una clasificacién de las variedades, la cual esta jerarqur zada de la siguiente manera: - El origen de la semilla. Los campesinos son capaces de rec nocer y discriminar entre variedades tradicionales 0 “criollas” MAS AGRICOLAS, Ct NOCIMIENTO TRAD! ONAL 159 y variedades “hibridas”. Las primeras son Iamadas tradiciona- les porque son el resultado de la mejora de las variedades nativas, las cuales han sido conservadas, mejoradas, seleccio- nadas y adaptadas por los agricultores a las condiciones y ne- cesidades locales a través de muchos siglos, en algunas ocasio- nes las variedades mejoradas y variedades introducidas de otras regiones se acriollan a las condiciones locales, ambas situacio- nes dan origen a los maices que son conocidos localmente como “criollos”, éstos son generalmente cultivados en las tie- rras de humedad, en algunas de temporal y en los solares o ehuaros. De acuerdo con los agricultores, las razones por las cuales se siguen cultivando estas _variedades criollas son: ‘voy a la segura, el criollo siempre da; son mas rapidos, resistentes y no se plagan; la semilla es nuestra; es la costumbre y quiero conservar la semilla; no me animo a meter otro, lo piden mu- cho las tortilleras, es el sabor que més le gusta a mi_ familia; el color de los maices me gusta.” Los maices “hibridos” son producto de la cruza entre dos 0 més tipos de maiz, su prin- cipal objetivo es la comercializacion, la gran mayoria de los campesinos lo han probado (85% de los encuestados) algunos lo han incorporado, pero la mayorfa lo han dejado porque: “los paquetes son de una sola temporada; son mas retrasados; y son caros.” Los ciclos de las variedades y la disponibilidad de humedad. Otro criterio relevante de clasificaci6n esta ligado al conoci- miento de las condiciones agroecolégicas del paisaje y al ciclo de las variedades que pueden ser establecidas en cada agroam- biente. En segundo término la clasificaci6n campesina distingue entre variedades “violentas”, aquellas que tienen ciclos de alre- dedor de seis meses y son sembradas en las tierras “de temporal” y el caso de las variedades “tardias”, las cuales suelen ser ubica- das en las tierras “de humedad” y cuyo ciclo se encuentra alre- dedor de nueve o diez meses. Atendiendo a esta categoria también suelen discriminar entre maices de “temporal” y de “tiego”. El color de las semillas. La siguiente caracteristica morfologica importante en la clasificacion purhépecha es el color de las semillas. Mapes et al. (1994) identificaba seis colores, y cada uno de ellos recibfa un nombre purhépecha: tsiri urhépiti (maiz 160 ~ iCOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL 161 SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICION a, localidad de la cual proviene la semilla —blanco de Zirahuén—o blanco), tsiri charhdpiti (maiz rojo), tsiri tsipdmbiti (mai ama. Ja raza o tipo a la cual pertenece —matz purhépecha o pipitilla. rillo), tsiri turipiti (maiz negro), tsiri tsirangui (maiz azul) tsiri huachasi_ (maiz pinto). En las encuestas recientes encon, tramos la mencién de nueve colores diferentes que incluyen al blanco, amarillo, aperlado, azul, colorado, negro, pinto, ptirpura y naranja. De estos, el 53% de los encuestados cult un color, 27% dos colores, 12% tres colores y el resto (8%) de cuatro a siete colores. En la taxonomia occidental cientifica |g textura de los granos es un criterio mas importante que ¢| color, debido a ello es posible encontrar distintos colores en todas las razas (Mapes et al., 1994). Cuando los materiales 1 gistrados son agrupados por razas encontramos que los pro ductores definieron seis colores para la raza cénico, el color dos en esta seccién. IZACION DE LA DIVERSIDAD DE TIPOS DE MAIZ todos los casos los agricultores siembran varios tipos de mafces iferentes parcelas y con varios propésitos. Normalmente eligen 1 0 dos variedades como la mas importante en términos de su- ficie cultivada y preferencias particulares, pero hay otras que se nbran en pequenas parcelas aledafas al hogar para consumo liliar, para efectos de este documento se le nombr6 primera més comin es el blanco, seguido del amarillo, y otros como e! rojo, negro, pinto y café claro. Para la raza purhépecha, defi nieron cinco colores, siendo el mas comin el blanco, segui del amarillo, el blanco aperlado, el negro y el rojo. Para la ra chalqueiio se identificaron cinco colores, aunque el domina te fue el blanco con una minima presencia de amarillo, rojo azul y pinto. El uso. El uso diversificado constituye un patr6n en Mesoam« rica (Toledo, 2002) y es expresado como un criterio relevante también en las categorias de clasificacién del maiz. En las e1 cuestas encontramos que 80% de los entrevistados usa prefe! temente maiz de color blanco, amarillo y colorado, en 10 diferentes, principalmente alimenticios —tortillas, tamal, poz0 le, atole, pinole, elote; forrajeros, para el cultivo y para la venta. Estos usos se encuentran distribuidos de la siguiente manera: € 7% de los productores hacen un uso, 23% dos usos, 34% ela a aquella que nombraron al tipo de maiz considerado como importante y asi sucesivamente. De manera general podemos rvar en el cuadro 2 que la primera opcién siempre corresponde aiz blanco, y en las siguientes opciones son preferidas las varie- s de color. El porcentaje de campesinos que tienen una segun- reera y cuarta parcela va disminuyendo, asf como el area que mbrada de cada variedad. Asimismo los maices blancos son des. las semillas son seleccionadas por los agricultores, sien- en promedio 30 aiios el tiempo que recuerdan los agricultores esas semillas, y en algunos casos hasta 70 aiios. El maiz co puede ser conseguido en Ia regién, en la localidad, o bien Ja familia; las semillas de color son obtenidas en mayor porcen- por medio de los padres, hermanos y parientes muy cercanos, i para acceder a algunas de estas variedades el tinico medio ' familia. el cuadro 3 se muestran los criterios que fueron mencionados para , ‘i6n de las semillas, de acuerdo con las razas y colores. Existen seis y siete usos. Para 3% de las respuestas, los colores de semill cultivadas son aperlado, azul, negro y pinto, siendo los usos frecuentes tortilla, forraje, elote, atole, venta y mistico. S6lo © dos casos se mencioné que existen mazorcas naranjas y purpu! que aparecen de forma espontanea en la milpa y son consid radas como guardianes en ella. tores, incluyen la época en la que se siembran las variedad@ como es el caso del maiz “marcefio” (sembrado en matzo): $ AGRICOLA, CONOCIMIENTO TRADICIONAL 163 162 ISTEMAS AGRIC IMIENTO TRADICIg mencionados en general para todas las razas y colores son: la sani largo, la forma y el grosor de la mazorca, el grueso del olote, el a forma, tamaiio y color del grano; y la_alineacion de las hileras, ZAS PARA LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES criterios especificos para la raza purhépecha, la calidad de la alm. 4 (embri6n de Ia semilla) y para la raza chalquefio, que la planta seq ‘era, es decir que se puedan obtener dos mazorcas por planta. nas y campesinas y de la nacién mexicana de los sistemas agri- tradicionales, de la agrobiodiversidad y del conocimiento tradi- en relacién con el maiz, nos encontramos en un momento ico en el que la agricultura campesina e indigena se encuentra a presiones y crisis muy severas (Boege, 2008). Este es también 50 de los sistemas agricolas tradicionales de la cLP, donde en los tados previos pudimos observar algunos de los puntos que des- n el profundo conocimiento de los campesinos e indigenas en lugar; sin embargo, al igual que el patron nacional, se estén ‘ollando procesos a escalas locales, nacionales ¢ internacionales estan amenazando la permanencia de los agroecosistemas cam- inos e indigenas. Estos procesos se describen a continuaci6n: EL ESTADO DE LA DIVERSIDAD DE RAZAS y Barrera-Bassols (2007). + COnico, es la raza mas ampliamente distribuida, presente en 32 de las muestras. Cabe mencionar que no es frecuente encontra razas puras, en las muestras de cénico frecuentemente tiene mez cla de otros progenitores como purhépecha y palomero. + Purhépecha, es la segunda raza mas ampliamente distribuid presente en 23% de las muestras, esta raza se identificé mez da con otros progenitores como cénico, pepitilla, chalqueiio palomero. t + Chalqueiio, es la tercera raza mas ampliamente distribuida presente en 18% de las muestras. Esta raza también present mezcla con purhépecha. + Elotes conicos, presentes en 8% de las muestras, esta raza es ml | Pérdida del idioma purhépecha. Actualmente menos de un cuarto de la poblacién de la cP indica que hablan purhépecha, ~ esta situacién es muy relevante, pues el lenguaje es la herramien- ta esencial para la construccién de la diversidad cultural y la -materia prima del conocimiento humano (Toledo y Barrera- Bassols, 2008). Con la pérdida del lenguaje se diluyen los cono- cimientos asociados a los agroecosistemas tradicionales y sus “componentes, como los suelos, los climas, los animales, las "plantas y los cultivos como el maiz. Ademas, siendo el lenguaje s el método por excelencia de transmisién del conocimiento tra- apreciada por su calidad como elote, su color es muy intenso. dicional (Altieri, 2001), estas situaciones truncan la posibilidad + Elotes occidentales, presentes en 8% de las muestras; esta _ de transmitir hacia las siguientes generaciones una forma de ver €s muy apreciada por la dulzura de su grano cuando se consume ~ el mundo y el conocimiento relacionado con esa cosmovision. como elote y la suavidad del mismo cuando se consume come Migracion y envejecimiento de la poblacién campesina. Los pozole. — "3 _ campesinos mas pobres ¢ indigenas son los que atin mantienen + Tabloncillo, también presente en 3% de las muestras, esta _ el germoplasma nativo pero son también éstos los que estan presenta una de las mazorcas mas largas de la regién, alcan2 migrando. Cuando los jévenes migran se pierde contacto con a medir 24 cm de largo. las acciones cotidianas, los valores, y la forma de vida local que . Cacahuacintle, presente en 3% de las muestras sdlo en tres 1 " constituye la raz6n de ser de los sistemas agricolas tradicionales; calidades; esta raza es muy apreciada por la suavidad y dul! aunque es sabido que existe una importante tradici6n migrante del grano asi como por su rendimiento en forraje. en Michoacan, donde los que se van mantienen nexos con la SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICION, comunidad a partir de cumplir con sus obligaciones por medig econémicos 0 asistiendo durante las festividades y los Ciclos agricolas, no obstante esto es cada vez menos frecuente. Est, proceso se magnifica con la baja participacién de la poblacién, joven que se dedica a la agricultura en las comunidades de |g cip. Ambas situaciones ponen en riego los procesos de experi. mentacion y observacién, que son formas muy importantes de. generaci6n y transmisién del conocimiento tradicional. Transformacién alimentaria. El uso, como vimos en las seccion previas, es una de las razones mas importantes por las cuales ¢ mantenida la agrobiodiversidad de maiz y sin maéz no hay pais, pero sin consumo no hay maiz. Desafortunadamente se ha incrementado en entomos rurales y urbanos el consumo de los alimentos d origen externo, de répida preparacién y de baja calidad nutrimen productos de la milpa pierde su raz6n de ser, lo cual no sélo amenaza a los maices nativos, sino también a variedades de frijo les, calabazas, amarantos, etc., de las que desconocemos su esta actual en la regi6n. En la cip se ha dado el incremento de las tortillerias industriales y los duefios de éstas prefieren comprar maiz a los proveedores foraneos, porque ofrecen crédito; ademé de la mayor facilidad de procesamiento del grano de maices hf bridos homogéneos, en comparaci6n con Ia diversidad del maiz nativo. Competencia desleal en los mercados locales y regionales. Estos mercados, como el de Patzcuaro, son espacios donde atin realiza el trueque. El maiz en forma de grano y tortillas es inte! cambiado por flores, frutas, leita, o productos de la regidn. Si embargo, actualmente el mafz nativo se encuentra altament® amenazado por la presencia de camiones que venden mai origen desconocido a precios mas bajos que los que existen pa las variedades del lugar, esto hace imposible la competencia p? parte de los campesinos locales y desde luego para los sistem tradicionales en su conjunto. j Politicas piblicas inadecuadas. Los ejes rectores de la polit nacional en relacién con el maiz incluyen presiones y subsidi° para la adopcién de variedades mejoradas y la sustitucion Y © ji EMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL 165 abandono de variedades nativas a través de programas como Kilo por kilo, la importacion sin aranceles de maices mejorados; la monopolizacion de la produccién de semillas y de la harina para tortillas de maiz por parte de empresas trasnacionales; y el poco _ presupuesto para cl fomento y estudio de las variedades nativas. Todas estas politicas hacen su labor en la CLP; no obstante que es una zona autosuficiente e incluso excedentaria en la produc- _ci6n de maiz, actualmente el 60% de la semilla que ahi se con- sume no es producida en el lugar, sino producto de materiales _ hibridos que provienen de Sinaloa, Jalisco y la region del Bajio en Guanajuato (Orozco-Ramirez, 2007). Riesgo de contaminacién por transgénicos. La presién de empre- sas transnacionales para la introduccién de transgénicos en Mé- xico es una amenaza relevante para los agroecosistemas tradicio- nales, la agrobiodiversidad y el conocimiento tradicional (para _ profundizar véase Boege, 2006 y 2008). Debido a que el sistema alimentario de la cup recibe una importante cantidad de maiz de otras regiones para ganado o bien para la produccién de tortilla - industrial, existe la posibilidad de que las semillas que provengan -naci6n transgénica, puedan contaminar a los maices nativos de la regi6n, por lo cual es muy importante rastrear los origenes de estos materiales (Astier et al., en preparacién). Cambios en el uso de la milpa a cultivos comerciales. Muchos campesinos estan vendiendo sus tierras, que eran dedicadas a la _milpa, para ser empleadas en el cultivo de aguacate y posterior- “mente convyertirse ellos mismos en asalariados. Los agricultores ‘omentan que ademas de sembrar el maiz en menor cantidad de tierras... “hoy somos peones de las que antes eran nuestras \TEGIAS Y PROPUESTAS PARA LA CONSERVACION Y LA \CION DE LOS AGROECOSISTEMAS CAMPESINOS tinuacién se enumeran algunas estrategias y propuestas que ser consideradas para la conservaci6n y proteccién de la agro- ‘rsidad y los agroecosistemas tradicionales en la CLP: 166 EMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIOy, 7 vA Reconocimiento y valoracién de las formas de vida. Una de mas importantes premisas para la conservacidén de los AgrOeCg. sistemas tradicionales, la agrobiodiversidad y el conocimieny tradicional es identificarlos como resultado de estrategias localc, de vida determinadas por la interaccién de variables relaciong, das con el acceso al recurso tierra, los tipos de suelo, disponit. lidad de humedad y el uso de cultivares para aprovechar ¢ potencial de los recursos ambientales, desde luego con una ra. cionalidad especifica, donde las tradiciones, las creencias, Jog valores, el lenguaje y las practicas cotidianas permitan la consep. vaci6n y al mismo tiempo la innovaci6n que han desarrollado a lo largo del tiempo (Borge 2008; Toledo, Barrera-Bassols, 2008), Fortalecimiento de la organizacién comunitaria y los movimien- tos locales de resistencia. Los agroecosistemas campesinos que “cobijan” la agrodiversidad dependen de Ia fortaleza cultural y de la organizacién de las comunidades y regiones; individual mente no es posible hacer frente al embate de la penetracién comercial del modelo agroindustrial, de las politicas de desarro- llo econémico de la region, del comercio desleal y de los cam- bios globales que nos afectan como humanidad. Es necesario fortalecer y apoyar a los movimientos de resistencia locales que ya se generan en estas comunidades, como es el caso de Piché- taro (véase Astier et al., en prensa), ya sea con investigacién basada en las necesidades locales, concientizacién y promocién del valor del trabajo, y asesoria para el disefio de politicas pi blicas adecuadas para la regién. Investigaci6n apropiada y politicas ptblicas correctas. Recono- cer al germoplasma del maiz y de las plantas culturales nativas —asi como a los miles de hombres y mujeres que las conserva y mejoran— como prioritarios para el desarrollo de la nacién y para la sobrevivencia de las comunidades indigenas y cam pesinas, serfa un primer paso de una adecuada politica ptibli ca. En coherencia, los incentivos a los centros de investigacion deberian dirigirse al diagnéstico del estado de los agroecosis- temas tradicionales, al estado de las razas y variedades nativas: a colectas adecuadas, donde se informe a las comunidades del destino del germoplasma y ademés del significado de los rie gos a los que se enfrentan en cada regin. La innovacion Y transformacion en la agrobiodiversidad ocurre como un pt” MAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL 167 ceso comunitario. Las familias son las que trabajan ciclo tras ciclo e imponen sus preferencias personales, pero los procesos que estén determinando en el largo plazo el mantenimiento de la diversidad operan a escala comunitaria. Si existe un duefio de la diversidad éste es la comunidad y resulta funda- mental para desarrollar politicas efectivas. . Responsabilidad compartida. Una situacién importante es acep- tar que, a partir de la agrobiodiversidad que generaron las co- munidades indigenas y campesinas, nuestro pais y toda la hu- manidad reciben beneficios por los cuales no ha habido una retribuci6n justa, la cual tendrfa que partir de una valoracién adecuada de los productos nutrimentales, acordes con el am- biente y socialmente justos que los campesinos indigenas suelen poner a disposicién de la humanidad. Nuestra responsabilidad como consumidores es relevante: RADECIMIENTOS. te trabajo fue financiado por el Fondo Mexicano para la Conser- i6n de la Naturaleza, y el Proyecto Foncicyt 95255-uNAM. Se agra- ela asesoria y participacién del Centro de Investigaciones en grafia Ambiental de Ia UNAM. Agradecemos también a las comu- des de la Cuenca del Lago de Patzcuaro y Zirahuén por compar- su conocimiento y por su hospitalidad. DRO 1 MAPTACIONES DEL MODELO DE PRODUCCION CAMPESINO LAS CONDICIONANTES LOCALES DE LA REGION PURHEPECHA LA CUENCA DEL LAGO DE PATZCUARO Modelo de produccion campesino ‘Modelo de produccién campesino en la regiGn purhépecha Condicionante Produccién simulténea de mas de una variedad de maices nativos (va- ‘ riedades de ciclo largo, ciclo corto F en diferentes gradientes de altitud y disponibilidad de humedad). Baja productividad Diversificacién de la produccién SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRaDicy Produccién en policultivo eq Pequetias superficies de 0.5.40 hectareas, estrictamente parg autoconsumo. Rotacién de cultivos mediante jg introduccién de forrajes de ¢ invierno. 2. Baja disponibili-_Aporte de enmiendas Periodos de descanso de hay dad de mutrimentos organicas, rotacién de _aftos Fsquiema “alioy ver altivos, periodos de — Manejo de cubierta vegetal da descanso, pricticas de el periodo de descanso (acclchany fertliacién mixta, de restos de rastrojos de por lo nos una t/ha durante cinco mess dependle de la carga anima, incorporacién de materia orn vegetal (restos de vegetacion cule que crece durante el periodo de descanso). Abonado im situ, durante el periods de pastoreo (Aportaci6n 0.8 t/ha depende de la carga animal), Fertilizacién quimica, onganica y mixta ta dos 3. Limitada capaci-—Traccién manual, 5 Traccién manual en areas pe dad para modificar animal y mixta, ex: ied ; va sas y mas de 10% de pendiente. el ecosistema pansin de la frontera Traccin animal en Pie con agricola. pendiente mayor a 5% y mixta, me- nica y quimica en zonas planas. 4. Pérdida del equi Manejo de pobla Periodo de descan: t jo de d librio del agroeco- __ciones de plagas y eyes, it ae sistema enfermedades. Barbecho temprano. Control mecénico de brotes de lepi- dépteros (de la familia Noctuidae). Rotacién con cultivos de cobertura como gramineas forrajeras (avena y trigo) y leguminosas (Lens esculentum y Vicia sativa) para manejo de brotes de meloléntidos y elatéridos. les terrenos pueden estar bajo “aiio y vez”, si la parcela en produc” Cin se deja en descanso o barbecho uno o dos aiios, 0 “afio con aio”, sila parcela no se deja en descanso. Estos terrenos en descanso permi- ten el libre pastoreo y la obtencién de carne a partir del ganado; ade- mas de la recuperacién paulatina de la fertilidad del suelo ya que se evita la quema de rastrojos creando una capa de materia organica enriquecida con el abonado in situ que hace el ganado; el desarrollo y crecimiento de algunas especies leguminosas como Lupinus campestris 0 2 gRENCIAS DE COLORES DE MAIZ (el porcentaje representa trevistados que expresaron esas preferencias $ AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL 169 pdium sp., las cuales permiten el reciclaje de nutrimentos, lo cual penéfico para el cultivo posterior de maiz (Gutiérrez-Nava et al., tier et al., 2000, Chapela y Mendoza, 1988). (14%). Superficie Tiempo Razones dela Destino dela __Seleccidn y origen destinada de uso referencia __produccién de la semilla 23has 40 Esunbuen Autoconsumo _Seleccién propia afos —alimento (33%). (100%). en pro- (83%) Ganado y Familiar (padres, medio, Altoren- venta (67%). hermanos) (69%). rango — dimiento En la localidad de8 como forraje (21%). a7 (65%) Fuera de la locali- afios. Alto rendi- dad (13%). miento en grano (22%) Resistencia al acame (22%) 15has 36 Bueno para Autoconsumo _Selecci6n propia afios, tole y forra- (74%) (100%). rango je (47%) Ventacomo Familiar (59%) del Bueno para elote (37%). En la localidad a70 tamales y (35%) aios. — atole (41%) Otra localidad Bueno para (5%). pozole (35%). 2.3 has Bueno para Autoconsumo _Selecci6n propia ahos, el atole (73%) (100%). rango (43%) Venta de elote Familia (86%) de20 Bueno para (27%). No lo recuerdan a70 _pozole, (14%). afios. tamales, fo- rraje y para conservar la semilla (28%). Para hacer tortillas y tener bue- nos elotes 170 SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIO, Guarta Menos 43 Hacer tort: Autoconsumo _Seleccién propig parcela: deuna — afios, las (60%). yy ventaen (100%) (21%) ha rango Para pozole fresco. Familiar (100%) azul de 20 yatole (60%) a7 (40%). rojo afos Para tamales (40%) yporsu precocidad (20%). CUADRO 3 MUESTRA DE LAS RAZAS, EL TIEMPO Y LOS RANGOS DE USO; COLORES DOMINANTES EN CADA RAZA Y CRITERIOS GENERALES ABORDADOS POR LOS CAMPESINOS Raza Productores Tiempo Color del Criterios de que seleccio- de mane- grano do seleccién de nan la er? jo (anos) minante —semilla Productor ~—-Externa Promedio Rango 89 u 38 3a68 Blanco, Cénico amarillo blanco: sanidad, largo de ma- zorca, olote delgado y forma de mazorca. Cénico amarillo: sanidad y largo de Purhé = 72. 28 21 1a78 Blanco, Largo de pecha amarillo, mazorca y blanco. sanidad aperlado, negro y rojo S AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL 171 85 15 8 3a60 Blanco, Chalque- Forma amarillo fo blanco: de yrojo —_largode grano, mazorca, _ancho Menadode de ma- grano, sani- _zorca, dad yforma — olote, de mazorca. acomo- Chalqueio do de amarillo: hileras largo de yquela mazorcay planta sanidad. sea “cua tera” (que la planta dé dos mazor cas por mata) 1 23 28 1a60 Negroy Largode ——Grosor anil mazorca, de la olote delga- —-ma- doyllenado zorca, de grano_sanidad, forma y tamaiio det grano 88 12 30 5265 Rosa Largode ——Llena- mazorca, do de olote delga-_grano, doy forma —alinea- de mazorca.cién de las hileras ycolor del grano 50 50 55 50a Blanco Largode —_Olote, 60 mazorcay forma lenadode dela grano mazor- cay color del grano 50 50 22 360 Blanco Formade mazorca, olote, llenado y color del grano 172 SISTEMAS AGRICOLAS, CONOGIMIENTO TRADICIOy FIGURA 1 MODELO HIPOTETICO DE COMO INTERACTUAN EN EL CONTEXTO. DE | LOS SISTEMAS AGRICOLAS TRADICIONALES, LA AGROBIODIVERSID ay EL MANEJO Y EL CT EN ESCALAS ESPACIALES, TEMPORALES Y DE ESA EL TEJOCOTAL EN EL ESTADO DE HIDALGO (MEXICO) COMPLEJIDAD ASCENDENTES, Y EL PAPEL DEL MAiZ COMO ELEME, ARTICULADOR Y RECTOR DE ESTOS COMPONENTES CONTEXTO REGION IACIONAL, GLOBAL ‘MANEJO ‘Aprovechamiento Conservacion Generacion SERES HUMANOS |q—¥——» ‘Cultura Tradiciones Comunidad Roglas y costumbres Familiafindividuo | Conocimientos CObservacion y experimentacion | Variedades /AGROBIODIVERSIDAD tiltimos lustros ha venido aumentando la preocupaci6n por el joro de los recursos naturales y la reducci6n de la biodiversidad ico, particularmente en lo que se refiere a la contaminacion -cuerpos de agua, la desaparicién de especies acudticas y la explotacion de los recursos pesqueros en diversas zonas del pais, j efectos mas negativos se han dejado sentir en los grupos socia- abres y marginados que dependen de estos recursos. os autores han destacado que si bien el nacimiento y preser- de una pesqueria depende sobre todo de la disponibilidad de sos acudticos, su desarrollo también esta condicionado por de caracter econdmico, politico, social y cultural. México —dado su cardcter de pais megadiverso y multicultural— factores son particularmente importantes para entender el con- €n el cual los recursos icticos son explotados y aprovechados por munidades pesqueras en diversas entidades y regiones. MO se sabe, hasta hace muy poco tiempo las regulaciones pes- Ly acuicola nacionales no consideraban cn sus estrategias de a los conocimientos tradicionales, las tecnologias, las formas sanizaci6n y los valores —vale decir, el contexto sociocultural— ESPACIO, TIEMPO, COMPLEJIDAD FIGURA 2 DISTRIBUCION DE LOS MUNICIPIOS ESTUDIADOS EN LA CLP. que agrupan a la mayoria de los pescadores del pais. Obstante, en los tiltimos afos han surgido diversos enfoques On de recursos basados en la comunidad. Tales enfoques no ‘an establecer un vinculo directo entre el gobierno y las Nidades, sino que toman muy en cuenta el contexto sociocul- el conocimiento tradicional y local de los pescadores como clave para asegurar la sustentabilidad de los recursos mari- SUS Ecosistemas. (173) INTRODUCCION a Arturo Argueta, Ménica Gomez y Jaime Navia 1. PROBLEMAS EPISTEMOLOGICOS Y ETICO-POLITICOS DE LOS CONOCIMIENTOS TRADICIONALES 19 Ravil Alcalé, Rocio Becerra, Paulina Camarena, Jorge Dettmer, Iskra Garcia, Melina Gastélum, Ma. Carmen Gomez, Monica Gémex, Adalberto de Hoyos, Luz Lazos, Gerardo Mora, Adriana Murguéa, Jaime Navia, Leén Olivé, Marcela Tovar y Ambrosio Velasco 2. LENA PARA USO DOMESTICO EN COMUNIDADES. PURHEPECHAS DE MICHOACAN: ACCESO, UTILIZACION E IMPLICACIONES SOCIALES 54 Victor Manuel Berrueta y Ana Beatriz Magallanes 3. PUEBLOS DE. MADERA: LOS P’UKGRIIKUARHICHA DE MIGHOACAN 76 Jaime Navia, Gerardo Mora y Celerino Felipe 4. CONOCIMIENTO TRADICIONAL ¥ RITUALIDAD EN LA MONTANA DE GUERRERO. UNA APROXIMACION DESDE LAS PRACTICAS DE POLICULTIVO Y EL TEJIDO DE LA PALMA 108 Maria Victoria Avilés, Abel Barrera, Graciela Salazar, Maria Luisa Santiago, Euridice Sosa, Natalia Tenorio y Marcela Tovar 5. SISTEMAS AGRICOLAS, CONOCIMIENTO TRADICIONAL Y AGROBIODIVERSIDAD: EL MAIZ EN LA CUENCA DEL LAGO DE PATZCUARO 146 Marta Astier, Esperanza Pérez-Agis, Quetzaledatl Orozco, Maria del Carmen Patricio Chavez y Ana Isabel Moreno-Calles 6. CONOCIMIENTO TRADICIONAL Y¥ COMANEJO EN UNA COMUNIDAD PESQUERA DE PEQUENA ESCALA: EL CASO DE LA COOPERATIVA DE PESCADORES DE LA PRESA EL TEJOCOTAL EN EL ESTADO DE HIDALGO (MEXICO) 178 Jonge Dettmer y Angélica Reyna [291] ee i

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