La droga se emplea legalmente como analgésico para calmar
dolores posquirúrgicos, malestares óseos y hasta dolencias provocadas por el cáncer Es que en presencia de dolor y de los otros trastornos para los cuales la morfina se indica, una combinación de factores psicológicos y fisiológicos se conjugan y, en personas con ciertas características, la adicción puede aparecer. El doctor Eduardo Kalina, especialista en Psiquiatría y máster en adicciones explicó que "la mayoría de las personas desarrollan una adicción después de algún episodio en el que debieron recibir la droga por dolores que tenían", pero aclaró que en los casos en los que la dependencia "prende" es porque "tenían alguna problemática previa y la droga encuentra un terreno fértil". Para el especialista, en muchos casos se trata de pacientes depresivos, que con la morfina no sólo se les va el dolor sino que empiezan a sentirse placenteros "y en la medida que se sigue usando se genera una adaptación en el cerebro que depende de la personalidad y llega a aplicarse varias dosis por día". Tras asegurar que "esta es una sustancia con la que se puede convivir más que con la cocaína", Kalina remarcó que "de todas maneras la ansiedad y la dependencia son terribles". Al respecto, la doctora Verónica Mora, médica psiquiatra y miembro del capítulo de Drogodependencia y Alcoholismo de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (Apsa), resaltó que si bien la morfina "no es un producto de fácil accesibilidad", lo que suele verse es que las personas toman analgésicos derivados de la morfina. "En general son personas con dolores crónicos que empiezan a hacer un uso habitual de esa medicación y terminan habituándose", dijo. "Tampoco es una sustancia que circule fácilmente en los mercados ilegales. Lo que ocurre es que todos estos derivados generan hábito y dependencia fácilmente porque son muy potentes y además cuando la persona intenta dejar de consumirlos tienen cuadros de abstinencia bastante significativos". Dolores y calambres musculares Diarrea Sudoración Moqueo Lagrimeo Fiebre Problemas para dormir Deseo de usar la sustancia
Quién es el paciente, cómo usa los medicamentos, sus características de
personalidad son algunos de los recaudos que debe tener en cuenta un médico al recetar morfina.
Y si bien no está claramente establecido el tiempo por el que puede
extenderse un tratamiento sin que el paciente caiga en la adicción, Kalina resaltó que "hay personas que caen con más facilidad; hay gente que después de un accidente ya no pueden parar de consumir". A lo que Mora agregó: "Puede desarrollarse dependencia en semanas con un uso regular y continuado, por eso se busca rotar rápidamente la medicación, buscar sustitutos químicamente parecidos pero con otros componentes, controlar regularmente al paciente y sopesar beneficios contra riesgos evaluando caso por caso". "La sustancia tiene una finalidad que es clara, pero es verdad que se ven patrones donde la presencia de la adicción son de fuerte presencia familiar -explicó la especialista-. Existe un comportamiento que está facilitado por un patrón genético y el fenómeno se repite. Suponemos que hay patrones genéticos que condicionan la adicción y dependencia, que si bien está más estudiado para alcohol y nicotina, puede darse con otras sustancias". A corto plazo, la morfina es un depresivo respiratorio y una dosis muy fuerte puede conllevar a la muerte por paro respiratorio (sobredosis). La misma provoca - una contracción de la pupila (miosis). A largo plazo, la morfina genera trastornos del humor. Esta engendra una fuerte dependencias física, una fuerte dependencia psíquica y una fuerte tolerancia.
La adicción a los opiáceos es una enfermedad crónica, como las
enfermedades del corazón o la diabetes. Una enfermedad crónica es una condición médica que dura toda la vida. No puede ser curada, pero puede ser manejada. Una persona que sufre de adicción puede volver a llevar una vida saludable y productiva. La mayoría de las personas no pueden simplemente apartarse de la adicción. Necesitan ayuda para cambiar las conductas adictivas a un patrón de conductas saludables y no adictivas. Las personas pueden obtener esta ayuda por medio de un tratamiento, con la asistencia de médicos y de proveedores de tratamiento para el abuso de sustancias. El tratamiento ayuda a las personas a dejar de usar la droga que les está causando problemas. Les ayuda a pasar por el síndrome de abstinencia y a manejar los deseos intensos de usar la droga. El tratamiento también les puede ayudar a abandonar otras conductas perjudiciales, tales como tomar alcohol o abusar de otras drogas. Igual de importante que todo lo mencionado, es que el tratamiento ayuda a enfrentar asuntos de la vida que pueden estar relacionados a la adicción, tales como sentimientos que indican una baja autoestima, una mala situación en el trabajo o en el hogar, o pasar tiempo con personas que usan drogas. En resumen, el tratamiento ayuda a las personas a adoptar un estilo de vida saludable y libre de drogas, una manera de vivir que se conoce con el nombre de recuperación.