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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BUCARAMANGA

Grupo de investigación Violencia, Lenguaje y Estudios Culturales


Semillero de investigación Sujeto y Psicoanálisis
Protocolo correspondiente a la sesión del 21 de febrero de 2018.

Se dio inicio a la sesión con la lectura del protocolo anterior, retomando la diferencia
entre lo que Foucault propone como una dietética y la noción de terapéutica: esta
última apunta a una estandarización a partir de ideales, se trataría de la inscripción
de los modos de satisfacción en una lógica del para-todos, desde la que, más que
una apuesta por construir un saber sobre el propio cuerpo, se dictaminarían una
serie de prescripciones y proscripciones; en lo que respecta a la dietética, esta
emerge en tanto práctica del cuerpo vinculado al alma, un saber-hacer singular que
implica la construcción de una relación con el propio cuerpo. A la luz de lo anterior,
se discutieron algunas prácticas contemporáneas como la educación sexual, cuyo
campo de acción se inscribe frecuentemente en un proceso de instrucción sobre las
funciones del aparato reproductor, dejando de lado que la sexualidad humana,
atravesada por el lenguaje, comporta un más de satisfacción que no responde a la
lógica homeostática de la biología. En esta misma vía, los programas de promoción
y prevención, orientados desde una psicología del yo, presentan un catálogo de
métodos anticonceptivos y prácticas sexuales sin consideración alguna por la
posición subjetiva de aquel que escucha.
De lo anterior se concluyó que existe un olvido creciente de la necesidad humana
de construir una relación con el cuerpo, olvido que se traduce en un rechazo al saber
sobre el goce, tanto el propio como el del otro. En relación a este último punto, se
referenció el rechazo al goce femenino en la cultura patriarcal, rechazo que, durante
el siglo XVII, operaba a partir de la exaltación de la función reproductiva de la mujer
y la constitución de un ideal de pureza y castidad, encarnado en la figura de la Virgen
María. Posteriormente, se abordaron los diferentes discursos en los que se actualiza
este rechazo al goce femenino: primeramente, se mencionó el discurso del retorno
a los valores de familia que utilizan algunos candidatos políticos como principal
objetivo de su campaña; se introdujo, entonces, la pregunta por la familia funcional,
¿quién tiene una familia funcional?, ¿Qué caracteriza una familia funcional?
destacando que se trata de un ideal.
Seguidamente, se discutió la cuestión del feminismo en tanto exaltación que, a
pesar de inscribirse en el discurso de la igualdad, introduce la desigualdad; con el
fin de ilustrar lo anterior, se referenció el feminicidio, definido por la ley como el
asesinato de una mujer por su condición de ser mujer, ante lo que se destacó que
aquello que se mata, aquello que se busca eliminar es lo que el otro representa en
relación al goce. Adicionalmente, se hicieron tres puntualizaciones desde el
psicoanálisis, que, al no inscribirse en una teoría de género, reconoce que la
sexualidad es de carácter psíquico y corresponde a la manera en que un sujeto se
posiciona respecto de su goce y el del Otro: primeramente, la exaltación de la mujer
olvida que La mujer no existe, dado que no hay una única manera de ser mujer y,
por tanto, de definirla, además, aquello que caracteriza la singularidad es,
precisamente, la imposibilidad de inscribirla en alguna categoría; en segundo lugar,
específicamente respecto del feminicidio, se introdujo la siguiente pregunta, ¿hasta
qué punto la exaltación del feminicidio ha incitado a otros crímenes de este tipo?,
pues la prohibición resulta en una invitación a la transgresión. Por último, se señaló
el modo en el que la exaltación opera también como una modalidad de rechazo al
goce del otro, dado que, más que reconocer la singularidad del mismo, se construye
una excepción. En esta misma vía se inscriben los discursos que proponen el
borramiento del género, “hagan todos lo que quieran” o “gocen todos por igual” se
traduce en “el goce de cada uno no me importa”, lo que contrasta con el esfuerzo
que hace cada uno de hacer valer su singularidad, afirmarse como sujeto en relación
al Otro.
Una vez leída la relatoría correspondiente a La dieta de los placeres, se destacó el
aporte metodológico del trabajo de Foucault, quien toma un punto de referencia en
razón de la pregunta de investigación que le ocupa, retornando a los griegos para
problematizar los discursos que han intentado regular el empuje constante a la
satisfacción en el ser hablante. En relación al contenido mismo del apartado, se hizo
énfasis en la caracterización de la dietética como principios estratégicos para el uso
de las aphrodisia y no un conjunto de recetas imperativas; teniendo en cuenta lo
anterior, se estableció una diferenciación entre la capacitación, entendida como el
aprendizaje aplicado al cumplimiento de instrucciones, cumplimiento susceptible de
ser estandarizado, y la formación, cuyo campo de acción se inscribe en la lógica de
la construcción de principios, implicando a un sujeto que, más que cumplir
imperativos, decide y, además, responde por sus decisiones considerando las
circunstancias. Adicionalmente, se destacó el carácter dinámico en el que la
dietética inscribía la sexualidad, proponiendo principios de economía que le
permitirían a cada uno discernir la frecuencia y el momento oportuno en el que le
fuera conveniente hacer uso de los placeres.
Finalizando la sesión, se introduce un interrogante por las condiciones que ofrece
la contemporaneidad para la construcción de principios, lo que implicaría el esfuerzo
por hacerse a un saber respecto del propio cuerpo y del goce, en tiempos en los
que se privilegia el acceso inmediato a grandes cantidades de información y, por
otro lado, la caída de todo referente introduce en el sujeto una cantidad excesiva de
angustia que resulta paralizante, más que movilizarle a la emergencia de preguntas
que le permitieran hacerse a una solución, inventarse la manera de hacer con su
propio goce y, a la vez, permitirse un lazo con el otro. Así, la caída de los ideales se
traduce en un “todo vale”, un empuje a la satisfacción que coincide con la
desvalorización de los vínculos, ejemplificado a partir del horror contemporáneo al
apego, pasando por alto que este es de carácter estructural, y, además, un rechazo
a la castración, a la inscripción de un no-todo que permitiría un modo de relacionarse
con el otro menos mortífero.

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