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CONCEPTO DE COSTAS

Entendiendo la palabra “costas”, en un sentido genérico; con independencia de los


criterios que rigen su imposición pago, se puede decir que la noción de cost-as
ha de entenderse a la totalidad de gastos o inversiones económicas que se
ocasionen en la substanciación de un proceso, ya sea mediata o inmediata.

En sentido estricto se comprende en este concepto sólo los gastos necesarios


para el movimiento del mecanismo procesal, pero en sentido amplio se añaden a
tales gastos las mayores pérdidas que el proceso lleva consigo, como por ejemplo,
aquellas sufridas por el demandado que ha debido abandonar o descuidar su
trabajo para defenderse.

Es de advertir, que la doctrina no está de acuerdo unánimemente en la definición


del concepo de costas.

La doctrina francesa, las define como los gastos legales hechos o por hacer con
ocasión de un proceso, que la parte que pierde debe reembolsar a la otra, no
incluyendo en este concepto los honorarios de los abogados, ni los gastos de viaje
de las partes al lugar del juicio.

Para un sector de la doctrina española “se comprende bajo el nombre de costas,


todos los gastos que se ocasionen en la substanciación de un pleito, dentro de los
mismos autos” no incluyendo los gastos que no tienen objetivamente un nexo
directo con proceso. Así por ejemplo: las consultas de abogados precedentes a la
iniciación del pleito, viajes, reuniones, etc.

Según Chiovenda, costas “son los gastos necesarios de un pleito que se


encuentran en relación de causa a efecto con él”. Como vemos, se señala la
relación causal que debe existir entre el juicio y el gasto para que ésta pueda ser
comprendido entre las costas. Este criterio restrictivo tiene su origen en el derecho
romano que sólo comprendía entre las costas los gastos originados por el pleito
que fueran estrictamente necesarios.
Nuestra ordenanza procesal, el Código de Procedimiento Civil, no define las
costas ni indica explícitamente cuáles son los renglones de gastos que comprende
dicho concepto. Esta omisión no es exclusiva de nuestro Derecho, sino por el
contrario una constante casi universal en el derecho comparado, que se debe al
propósito previsivo de no agotar con una enumeración que sería incompleta todos
los renglones que puede comprender el resarcimiento.

FUNDAMENTO JURÍDICO DE LAS COSTAS EN EL PROCESO CIVIL

La condena en costas puede definirse en doctrina, como una imposición en una


resolución judicial a eterminada persona del pago de ciertos gastos procesales
que, sin dicha imposición, el condenado no tendría la obligación de satisfacer.

Los elementos que constituyen la condenación en costas son:

a) Resolución judicial: para que exista imposición de costas a una persona


determinada, es necesario que el juez la declare, ya sea expresa o
tácitamente. La condena no opera ipso iure. Nadie se entiende condenado
por el solo ministerio de la ley. Aunque está determinado cuándo procede la
condenación, dando más o menos latitud al Juez para decidir sobre ella.
b) Imposición de las costas a una persona: es requisito obvio y constituye el
contenido mismo de la resolución que decreta la condena. El condenado no
es necesariamente una parte litigante, ya que la imposición de las costas
puede recaer sobre cuántos intervienen en el proceso.
c) Alteración de la situación que tuvieron las partes durante el proceso
referente a los gastos del mismo: la condena constituye una innovación en
el estatuto pecuniario que rige a las partes, por cuanto pone los gastos del
juicio a cargo de persona distinta de la que los soportó en el curso del
proceso, determinando definitivamente quién deberá satisfacer y en qué
medida a esos reembolsos.

LA CONDENACIÓN EN COSTAS EN EL RECURSO DE CASACIÓN


El artículo 437 del Código de Procedimiento Civil derogado regulaba la materia de
condenación en costas de la siguiente manera:

Cuando el recurso de casación se declare sin lugar se condenará a la


recurrente en las costas. La Corte podrá eximirlo de ellas cuando
apareciera que él haya tenido motivos racionales para recurrir, sobre lo cual
hará declaración expresa en la sentencia.

También se condenará al recurrente en las costas, si desistiere del recurso


o lo hubiere dejado perecer.

El actual Código de Procedimieno Civil, rige la materia de la condenación en


costas del recurso de casación, en el penúltimo aparte del artículo 320, que
establece:

En la sentencia del recurso se hará pronunciamiento expreso sobre costas


conforme a lo dispuesto en el Título VI de este Libro. La condena en costas
del recurso será obligatoria en caso de desistimiento o cuando se le deje
perecer.

Dicha normativa en materia de condenación en costas en sede casacional, es


descrita y explicada por los proyectistas del nuevo Código de Procedimiento Civil
en la Exposición de Motivos del Proyecto, de la manera siguiente:

Se armoniza el régimen de costas del recurso con el propuesto para la


instancia y se establece su obligatoriedad para los casos que se traducen
en temeridad procesal. Así mismo, se regula, en la misma norma, las
formas procesales a seguir en los casos de pluralidad de recursos lo cual
no contempla la Ley actual.

Así, si el régimen de condenación en costas en el recurso de casación es igual al


régimen de condenación establecido para la instancia, tendremos, en conclusión,
que el nuevo Código se ha acogido al criterio objetivo en forma absoluta, para la
imposición de costas del recurso de casación.
Ahora bien, en Casación, a diferencia de la instancia, la condetoria en costas sólo
alcanza al recurrente, cuando su recurso se declara sin lugar, sin que pueda
extenderse al recurrido cuando el recurso propera y aún en el caso de que éste
hubiere impugnado.

Ello es evidente, pues, al ser declarado procedente el recurso, se estima que el


recurrido tuvo motivos racionales para sostener la litis, tale son: porque fue
vencedor en la instancia, y b) en el recurso e casación, el recurrido, podríamos
decir, es un litigante forzoso, en virtud de que, aun cuando no llegue a contestar el
recurso, siempre la Corte deberá decidir sobre la formalización interpuesta.

La jurisprudencia, en forma unánime y conteste, estima que el recorrido ejerce un


derecho de legítima defensa en el proceso civil, ya que él no puede impedir la
interposición del recurso. Existe, pues, una exoneración del derecho en cuanto al
recurrido.

Es de destacar que, si ambas partes recurren y formalizan y se declara sin lugar el


recurso, no hay cosas, pero si una lo dejare perecer por falta de formalización y el
otro recurso se declara sin lugar, si hay procedencia a la condenación en costas,
por cuanto al que lo deje perecer no se le podrá eximir, mientras que al otro si, si
tuvo motivos para recurrir, y de no tenerlo se le condenará también en costas.

Al ser desestimado el recurso, la condena en costas puede ser expresa o explícita.


En la primera, la Corte establece la condenatoria como consecuencia del rechazo
del recurso y en la segunda, resulta del silencio en el fallo sobre esta cuestión. Se
contraría así el principio según el cual toda decisión debe ser expresa, ya que no
hay condenatorias implícitas o sobreentendidas. Así la ley contradice aquel
principio al interpretar la ausencia de todo pronunciamiento sobre costas como
una condenatoria implícita. Es de advertir que, si bien la exención debe ser
motivada, en cambio, la imposición no requiere fundamentación en caso de
vencimiento total.

La condena en costas, en casación, puede resultar de decisiones sobre


incidentes, como la declaratoria sin lugar del recurso de hecho por la negativa de
casación y dese luego, de sentencias definitivas sobre el propio recurso. La
imposición de costas es forzosa, sin análisis del elemento subjetivo, cuando el
recurrente deje perecer el recurso, pero si el recurso es declarado inadmisible por
la Corte, es improcedente la condena en cosas porque el error de haberlo admitido
el juez sentenciador justifica su actividad.

LA OMISIÓN DE PRONUNCIAMIENTO SOBRE COSTAS PROCESALES

El Código de Procedimiento Civil dispone que la parte que fuere vencida


totalmente en un proceso o en una incidencia, se le condenará al pago de costas
(Art. 274 CPC). La obligación de condenar en costas surge para el juez cuando en
su fallo exista vencimiento total de una de las pares, Ahora bien, “la parte actora
vence totalmente cuando se declara con lugar su pretensión en forma integral; por
su parte, el demandado vence totalmente cuando se declara sin lugar la
pretensión del actor en cada una de sus partes. No existe vencimiento total
cuando el actor o demandado sólo obtiene parte de lo que pretende, bien sea en
el proceso o en una incidencia”.

La jurisprudencia nacional ha establecido, en la mayoría de los casos, más no en


todos, que, ante la omisión de pronunciamiento sobre las costas, cuando una de
las partes fue totalmente vencida, debe entenderse que dicha parte perdidosa fue
condenada “implícitamente” a pagar las costas el proceso.

Ahora bien, otro sector de la doctrina, nacional y extranjera, considera que debe
haber pronunciamiento expreso en la sentencia para que pueda entenderse
condenada en costas la parte totalmente vencida.

Es de advertir que, la jurisprudencia nacional no ha acogido, entusiastamente y


con buen tino, la “Tesis del Pronunciamiento Expreso” en materia de costas y, más
aún, se ha pronunciado, reiteradamente, por la “Tesis del la Condena Implícita o
Sobreentendida”.

PRINCIPIOS COMUNES DE LA CONDENA EN COSTAS DEL RECURSO DE


CASACIÓN SANCIONADOS POR LA JURISPRUDENCIA NACIONAL
1º. Las costas del recurso de casación, sólo pueden ser impuestas a la parte
recurrente cuando se declare sin lugar el recurso.
2º. Cuando es declarado improcedente el recurso de casación no hay
condenatoria al recurrente en el pago de costas.
3º. Cuando el CPC, en el penúltimo apare del artículo 320, se ordena que el
pronunciamiento expreso sobre las costas del recurso de casación se haga
conforme a lo dispuesto en el Título IVI del Libro Primero ejusdem; la norma
aplicable es la contenida en el artículo 281, pues guarda más analogía con
las costas del recurso de casación.
4º. En materia de las costas en general, las normas que la rigen son las de
interpretación estrictamente restrictiva y aplicables a los casos concretos y
específicos a los cuales se refiere cada una de ellas.
5º. Cuando la Corte entra a conocer sobre la admisibilidad o no del recurso de
casación, no hay lugar a la imposición de costas.
6º. El pronunciamiento expreso sobre las costas debe existir siempre en la
sentencia que resuelve el recurso de casación.
7º. La condena en costas en el caso de perecimiento o desistimiento del
recurso de casación es obligatoria.

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