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Predicción de eclipses
Las pinturas representan el primer arte maya encontrado en las paredes de una casa. El muro nor-
te, al frente según se entra en la habitación, muestra a un rey sentado, vestido con plumas azules.
La imagen de otro hombre aparece en un vibrante color naranja. Los glifos cerca de su cara le lla-
man «hermano más joven de Obsidian», un curioso título rara vez visto en los sitios mayas. Sa-
turno cree que puede tratarse del hijo o del hermano menor del rey, posiblemente el escriba que
vivió en la casa.En la pared oeste, otras tres misteriosas figuras masculinas aparecen pintadas de
negro, con taparrabos blancos, medallones alrededor de sus cuellos y tocados con una pluma, algo
que también supone una novedad. Una especialmente corpulenta «como un luchador de sumo»
es el «hermano mayor de Obsidian». Pero lo que sin duda resulta más atractivo y misterioso son
los calendarios y los cálculos que, en vez de en códices, como ocurriría cientos de años después -el
más famoso es el códice de Dresde-, han aparecido escritos en las paredes. El muro oriental está
dominado por figuras numéricas, incluidas las columnas de números que representan los cálculos
de conteo y calendario. Algunos siguen las fases de la Luna, otros intentan reconciliar los períodos
lunares con el calendario solar, «una forma de predecir eclipses», dice Saturno. Incluso algunas
notas pintadas en rojo junto a los cálculos parecen correcciones. «Los mayas tenían grandes cono-
cimientos de astronomía», dice el arqueólogo. «Los utilizaban para planificar sus eventos en sus
vidas, como por ejemplo la coronación del rey o cuándo empezar una guerra con otro pueblo».
7.000 años en el futuro. Precisamente, en el muro norte cuatro largos números que representan
de un tercio de millón a 2,5 millones de días reúnen todos los ciclos astronómicos que los mayas
consideraban importantes, como los de Marte, Venus y los eclipses lunares. Estas fechas se ex-
tienden unos 7.000 años en el futuro, demasiado tiempo como para considerar que el mundo
puede acabar en 2012.
Muy al contrario, los científicos creen que estos símbolos reflejan una visión determinada del
mundo que nada tiene que ver con las populares profecías sobre el final de los tiempos. «Para los
mayas todo era cíclico», dice William Saturno, que se ríe al recordar los terribles presagios para
finales de año y pone un ejemplo: «Debemos pensar en el cuentakilómetros de un coche, cuando
se pone otra vez a cero, vuelve a empezar». Pese a estos razonamientos, el científico está conven-
cido de que cuando llegue el 21 de diciembre y no ocurra nada, los catastrofistas «se inventarán
una nueva fecha». «Tenemos algo que aprender de los mayas y es que nosotros, en vez de pensar
en cómo mejorar el mundo, parece que solo pensamos en su fin», reflexiona
Un equipo de investigadores analiza las pinturas encontradas en una casa. Se trata del calendario
maya más antiguo descubierto hasta la fecha. La estructura pudo pertenecer al lugar de trabajo
del escribano de la ciudad.
Una gran ciudad construida por los antiguos mayas, y descubierta hace casi un siglo, está comen-
zando a revelar sus secretos, como el del calendario maya más antiguo descubierto hasta la fecha
que no aporta indicios sobre la creencia popular de que el mundo pueda acabar en 2012.
El hallazgo, publicado por la revista Science, desmonta la teoría de quienes auguran que el mundo
se acabará en 2012 basándose en los 13 ciclos del calendario maya, conocidos como ‘baktun’, ya
que tiene 17 ‘baktunes’.
“Esto significa que hay más periodos de los 13″ conocidos hasta ahora, subrayó Stuart, uno de los
investigadores de la Universidad de Texas que ha participado en el descubrimiento.
Además, Stuart ha señalado que el concepto ha sido “manipulado” y aseguró que el calendario
maya continuará con sus ciclos millones de años.
La casa cuenta con tres paredes intactas en las que cada mural representa su propia historia y mis-
terios. Una de estas estructuras está cubierta con diminutos signos rojos y negros (glifos) que pa-
recen representar los diferentes ciclos del calendario trazados por los mayas, según el descubri-
miento publicado en la revista Science.
Revista ciencia
Calendario Maya y misterioso mural descubierto10 de mayo de 2012, los Los investigadores han
descubierto un mural Maya muy bien conservado y las marcas naturales que añaden la perspecti-
va en el pensamiento maya.National Geographic Society concesionario William Saturno y su equi-
po descubrieron la obra de arte en lo que fue ya sea una casa o lugar de trabajo abandonada hace
cientos de años. Los hallazgos aparecen publicados en la edición del 11 de mayo de la revista
Science y la edición de junio de la revista National Geographic.En lo profundo de la selva tropical
de Guatemala, el arqueólogo y National Geographic concesionario William Saturno, ha descubier-
to una joya del arte maya.Enterrada durante siglos en la ciudad maya de Xultún, donde decenas de
miles de personas se cree que vivió - es lo que pudo haber sido un hogar maya o área de traba-
jo.En el interior de las paredes: un mural muy bien conservada y algunos símbolos misteriosos as-
tronómicos y calendario.Las rocas erosionado por Saturno, al parecer, fueron colocados allí por los
mayas como una práctica común para llenar en las estructuras que ya no eran necesarios.Una de
las paredes cuenta con un rey sentado, con plumas azules - visto en el extremo derecho.Y en el
extremo izquierdo, se puede ver una de las tres figuras masculinas llevan uniformes al estilo de los
vestidos mitra en la cabeza. Semejante despliegue de un grupo no se ha visto de esa manera antes
en el arte maya.Y un tercer muro conservado, aunque muy erosionada, está dominada por cifras
numéricas, incluidas las columnas de números que representan el conteo y cálculo del calenda-
rio.Saturno y su equipo dicen que los símbolos reflejan una cierta visión del mundo: que los mayas
predijeron que el mundo continúe.Mientras que algunos siguen buscando las terminaciones en el
calendario maya, dice que los mayas fueron en busca de una garantía de que nada iba a cambiar-
una actitud completamente diferente.Los hallazgos aparecen en la edición del 11 de mayo de la
revista Science, y la edición de junio de la revista National Geographic.de crédito de vídeo: 2012
National Geographic