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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

INTRODUCCIÓN

Nuestras pistas en el Perú son escenario de accidentes de tránsito que dejan dolor en los
hogares de las víctimas. Camiones y buses que atropellan a transeúntes y huyen, maquinas
no autorizadas para circular en vías y provocan muertes, conductores en estado de
ebriedad que estrellan sus vehículos acabando con vidas, e innumerables circunstancias
en las que el alcohol y la imprudencia temeraria trastocan la vida de nuestras comunidades
son el cuadro recurrente. Sin embargo estos hechos con graves consecuencias son
sancionados por la justicia.

La ola constante de accidentes de tránsito con víctimas con daños personales y materiales,
la responsabilidad civil por accidentes de tránsito, La importancia radica en que el accidente
ya no es una simple circunstancia sino una categoría jurídica independiente, con
consecuencias jurídicas propias, La teoría del riesgo y la responsabilidad objetiva, lo que
es remarcado por la jurisprudencia en los supuestos de concausa y fractura del nexo causal.
Problemas que se suscitan en la práctica judicial en los procesos de indemnización por
accidentes de tránsito.

La imprudencia de los conductores es uno de los factores reiterados que ocasionan estos
accidentes. Así, si bien puede considerarse a la responsabilidad civil como una garantía de
los ciudadanos al resarcimiento de los posibles daños derivados de un accidente de
tránsito.

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RESUMEN

El accidente de tránsito, es un problema de salud pública y un problema social. Es el evento


que causa daño a personas o cosas, que se produce como consecuencia directa de la
circulación de vehículos. Suceso impremeditado, casual, no intencional y a la vez previsible,
evitable, que se produce en una vía de circulación donde participan los elementos del
tránsito, y por lo menos un vehículo debe estar en movimiento circunstancias necesarias
para que un determinado hecho se acepte como accidente de tránsito:

a. Suceso eventual, no intencional, no deseado.


b. Como consecuencia o con ocasión del tránsito, supone la utilización de una vía
abierta a la circulación sea pública o no, por una o más unidades de tránsito.
c. Con intervención al menos de un vehículo en movimiento.
d. Cuando un viandante se golpea con una señal de tránsito o se cae en la calzada y
se lesiona, no se considera como un A.T., sin embargo si un vehículo se encuentra
en movimiento y si su conductor llega a atropellar a una persona si es considerada
como un A.T.
e. Con producción de una situación anómala en el normal discurrir de la circulación.

En las fuentes de accidentes es cualquier actividad humana, se encontrarán tres factores


elementales de los accidentes: el hombre, el material y la máquina. Los factores que inciden
(causas) en la alta siniestralidad en el tránsito, están directamente asociados al
comportamiento humano, quien constituye el 83.8% de las causas; en el destacan, el
exceso de velocidad, imprudencias del conductor, ebriedad, imprudencias del peatón y del
pasajero, fundamentalmente.

Se debe individualizar si el supuesto de responsabilidad civil es contractual o extra-


contractual: en muchas ocasiones, basta que se genere un daño y lo que se hace es invocar
el art. 1969 c.c. (que es la cláusula abierta en materia de responsabilidad civil extra-
contractual). Se debe tener en cuenta que, si se trata del incumplimiento de una obligación,
el principio básico está regulado en el art. 1321 c.c. (el cual debe ser interpretado
sistemáticamente con los arts. 1314 al 1332 c.c.).

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Evidentemente, en el caso que se presenten en forma simultánea ambos supuestos, la


víctima puede optar por la vía que más le conviene (como es el caso de la responsabilidad
civil por actividad médica).

Los accidentes de tránsito constituyen un supuesto de responsabilidad objetiva, de acuerdo


al art. 29 de la Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre, Ley Nº 27181: en atención
a ello, supletoriamente, se pueden aplicar el art. 1970 c.c. o el art. 1972 c.c. (para acreditar
la ruptura del nexo causal); pero no el art. 1969 c.c.

La persona jurídica, a nivel de Derecho civil, es responsable objetivamente: muchos escritos


se refieren a la culpa, dolo o negligencia de la persona jurídica, lo cual es inexacto. Quienes
incurren en ello son los representantes, titulares de los órganos o dependientes de la
persona jurídica. De la lectura del art. 1981 c.c. (en responsabilidad extracontractual) y del
art. 1325 c.c. (en responsabilidad contractual) se llega a la conclusión de que la persona
jurídica tiene una responsabilidad civil objetiva y no subjetiva.

El demandante debe individualizar y fundamentar exactamente los daños de los cuales está
solicitando indemnización: es usual pedir una cantidad de dinero “por todo concepto” (y que
las sentencias también sigan ese tenor); pero lo que se tiene que hacer es identificar cada
uno de los daños, vale decir daño emergente, lucro cesante, daño moral y, de ser el caso,
daño a la persona, fundamentarlos y solicitar el monto respectivo. Ello, a efectos de una
correcta administración de justicia en beneficio de las partes y de la misma sociedad.

El demandante debe acreditar el nexo causal y el demandado la ruptura del nexo causal:
Ésta es, a mi parecer, la parte más descuidada de los escritos. En efecto, pocas son las
demandas en las cuales se acredita el nexo causal. El demandante no solo debe acreditar
el daño, sino también que el hecho imputable al demandado es el que originó (causó) el
daño (para ello, basta leer los artículos 1985 c.c., en materia extracontractual, y el 1321 c.c.
segundo párrafo en responsabilidad contractual). Por su parte, el demandado tiene la carga
de acreditar la ruptura del nexo causal, vale decir, caso fortuito, fuerza mayor, hecho de un
tercero o el hecho de la propia víctima (arts. 1972 c.c. en extracontractual, 1315 c.c., y 1327
c.c. en contractual).

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MARCO TEORICO

1. RESPONSABILIDAD CIVIL EN LOS ACCIDENTES DE TRANSITO PARA LA VÍA


CIVIL:

Cuando se produce un accidente de tránsito, por decir el choque de dos vehículos


motorizados y los daños solo son materiales, generalmente se llega a un acuerdo verbal
y se resuelve en forma instantánea. Se arregla. Esto si no hay ningún tipo de lesiones o
muerte. Estamos hablando estrictamente de daños materiales que se producen entre los
vehículos. En su mayoría estos incidentes se arreglan bajo acuerdo directo de las partes.
Si no hay ese arreglo, entonces ya tienen que acudir al órgano jurisdiccional, que
corresponde a los juzgados de paz, que es la vía civil donde se determina quién fue el
responsable, el monto indemnizatorio y se puedan resarcir los daños.

Aquí no interviene el Ministerio Público, ni interviene el Juez Penal. Ahora, cuando existen
lesiones, con o sin intervención de los vehículos, tenemos que ver que determinar si las
lesiones son culposas. Son simples cuando el médico decreta atención facultativa y
descanso médico entre 15 y 30 días. Si las lesiones son leves y si no hay un agravante,
esto se resuelve en instancia privada. Procede interponer querella ante el juzgado
unipersonal. “cuando las lesiones tienen carácter de grave, o sea mayor a 30 días u otras
condiciones establecidas en el Art. 121 del Código Procesal Penal como en las que se
pone en peligro inminente la vida de la víctima, o se mutila un miembro o parte principal
del cuerpo que lo hacen impropio para su función, o si se deriva en una persona con
incapacidad para el trabajo, invalidez, anomalía síquica permanente o
queda desfiguración grave y permanente. Aquí, ya interviene el Ministerio Público.
También cuando el resultado es la muerte del agraviado”. Advirtió que tanto en el caso
de lesiones leves o graves, “pueden existir circunstancias que pueden agravar la
responsabilidad y en consecuencia la pena del causante. Conducir en estado de ebriedad
o infringir las reglas de tránsito, agrava la pena, Por ello el Art. 124 que se refiere a las
lesiones, sanciona con pena no menor de 1 año y no mayor de tres, si las lesiones son
producto de la inobservancia de las reglas de ocupación, profesión o industria. La pena
alcanza los 4 años si son varias las víctimas de un mismo hecho.

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La condición de quien provocó el accidente se agrava aún más, de 4 a 6 años e


inhabilitación, si la lesión se comete con un vehículo motorizado o arma de fuego estando
el agente bajo los efectos de alcohol, drogas, toxinas o sustancias sicotrópicas”. En el
caso de la conducción de vehículos en estado de ebriedad, “tenemos que precisar que
si se trata de un vehículo particular, se permite alcohol de 0.5 gr/l y si es un vehículo de
transporte público, pasajeros, mercancías o carga en general, es 0.25 gr/l permitido. Por
encima de esos niveles, la situación es agravante, 4 años como mínimo y 6 años como
máximo. La misma pena agravante se da si el accidente ocurre por la inobservancia de
las reglas de tránsito”.

1.1 ALCOHOL Y MALA CONDUCCIÓN:

Según la estadística, ha sido una constante que la mayor cantidad de accidentes son
casos provocados por el alcohol y la imprudencia al conducir. “En casos de
homicidios culposos, los de accidente de tránsito en mayor número son por
inobservancia de reglas de tránsito o por conducción en estado de ebriedad. Esa es
la mayor cantidad. En el caso de los accidentes por inobservancia de reglas de
tránsito, la mayoría son por conducir vehículos a velocidades mayores a la permitida.
Podemos hablar de, vías de evitamiento que cruzan centros poblados. Allí
generalmente los vehículos recorren con velocidades sobre los 80 o 100 km/h. Eso
está prohibido. Siempre se tiene en cuenta la velocidad de acuerdo al tipo de vía.
Esta circunstancia genera una pena entre 4 y 8 años, similar a lesiones agravadas,
pero aquí aumenta porque es por accidente. En estos casos es imperativa la
intervención del Ministerio Público”. Sobre los plazos de investigación y proceso, el
juez señaló que, “es igual que un proceso común. El mismo plazo de investigación.
Es de vital importancia la pericia técnica que realiza la Policía especializada en
tránsito. Estas pericias demoran, porque si no se podría llevar incluso hasta en un
proceso inmediato. En esas pericias, se interviene al causante del accidente en forma
inmediata. Lo que sí se está pidiendo son prisiones preventivas a los causantes. Acá
en las audiencias de proceso inmediato, se puede llegar a un resarcimiento. Si hay
un acuerdo en cuanto a la reparación civil, se da penas suspendidas.

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1.2 LA FUGA COMO DELITO ADICIONAL:

En los casos en que quien ocasiona lesiones graves o muerte y fuga de la escena
del accidente, el Estado se suma como parte agraviada. “hasta aquí solo se asume
como agraviada la persona. Pero hay otras circunstancias en las que el Estado
resulta agraviado. Cuando el causante huye del lugar del accidente de tránsito.
Entonces allí ya está cometiendo dos delitos. Uno es el homicidio o lesiones
agravadas y el hecho de huir o escaparse constituye un delito autónomo. Esto está
previsto en el Art. 408 del Código Penal. En este caso resulta también agraviado el
Estado. Si el causante huye del lugar para sustraerse para su identificación, para
eludir las comprobaciones necesarias, o se aleja por razones atendibles pero no da
cuenta a la autoridad, será reprimido con pena privativa no menor de seis meses ni
mayor de 4 años. Esto es cuando huye y deja lesiones graves o muerte. No solo
cuando el causante huye con el vehículo sino también cuando el conductor
desaparece luego de provocar lesiones o muertes, dejando el vehículo en el lugar
ejm.un señor que salía de palo verde en Cruce. El Milagro, atropella, ocasiona
muerte, huye y esconde el vehículo. Allí vemos que se dan los dos delitos. También
el caso de un ómnibus que en la Panamericana arrolló a un indigente. Se ubicó al
bus en Paiján. En lima se dio un caso de una persona que provocó una muerte y
ahora está en el extranjero, también se dan los dos delitos”.

1.3 EL RESARCIMIENTO:

Luego de los penosos resultados de un accidente, el resarcimiento económico es


apenas una compensación material para un hecho irreparable. Sin embargo es lo
único que queda. “así está previsto en la norma, el resarcimiento económico. Es libre.
Las partes pueden acordar. A veces son familiares o vecinos, porque no
necesariamente es un desconocido. Si estoy conduciendo en estado de ebriedad y
llevo dos pasajeros, vecinos o familiares, en consenso surge un resarcimiento
menor. No hay un tope mínimo ni máximo. Resarcimientos desde 10 mil hasta 60 mil
Nuevos Soles. Ya es el acuerdo de las partes”. Cabe señalar que a pesar de llegarse
a un resarcimiento económico, un proceso penal por muerte por accidente igual
puede dejar al causante un antecedente, una sentencia.

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“El autor recibe una sentencia. Aunque también se puede llegar a un principio de
oportunidad. Una negociación entre las partes para el resarcimiento. Se llega a un
monto resarcitorio, que obviamente tendría que ser mayor al de una terminación
anticipada”.

2. CONCEPTOS DOCTRINARIOS:

De Trazegnies define al accidente de tránsito como: “un daño estadístico e inevitable, el


mismo que es consecuencia de la vida en común, lo cual le da un ingrediente social. A
su vez, el azar interviene al momento de la individualización de las personas que se ven
involucradas en el accidente”.
Vega Mere lo define como: “Todo hecho que produce daños a personas o a cosas, con
un automotor, aunque no se encuentre en circulación”.

Mesinas Montero, lo define como: “un evento súbito, imprevisto y violento en el que
participa un vehículo automotor en marcha o en reposo en la vía de uso público,
causando daños materiales y/o personales, pudiendo ser las personas afectadas tanto
ocupantes como terceros no ocupantes del vehículo mencionado”.

3. CONCEPTOS NORMATIVOS:

El TUO del Reglamento Nacional de Responsabilidad Civil y Seguros Obligatorios por


Accidentes de Tránsito, aprobado por D.S. Nº 024-2002- MTC señala que el accidente
de tránsito es un: “Evento súbito, imprevisto y violento (incluyendo incendio y acto
terrorista) en el que participa un vehículo automotor en marcha o en reposo en la vía de
uso público, causando daño a las personas, sean ocupantes o terceros no ocupantes de
vehículo automotor, que pueda ser determinado de una manera cierta”.

El TUO del Reglamento Nacional de Tránsito - Código de Tránsito aprobado por D.S. Nº
016-2009-MTC, señala que el accidente es un: “Evento que cause daño a personas o
cosas, que se produce como consecuencia directa de la circulación de vehículos”.

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3.1 EL AUTOMÓVIL COMO BIEN RIESGOSO:

Según la Real Academia Española, automóvil significa: “Que se mueve por sí mismo.
Aplicase principalmente a los carruajes que pueden ser guiados para marchar por
una vía ordinaria sin necesidad de carriles y llevan un motor, generalmente de
explosión, que los pone en movimiento”. Además, no importa cuán diligentes
seamos en el manejo, aun el conductor más precavido o prudente puede cometer
un error, quizás insignificante en apariencia (por ejemplo: desviarse un par de
centímetros); o también puede que el comportamiento diligente dé lugar a un
accidente.

Imaginemos al conductor que, ante la proximidad de un cruce, se encuentra mirando


el semáforo y, de improviso, sale una persona entre los autos estacionados siendo
atropellada de repente. Esto nos muestra el carácter riesgoso del automóvil, lo cual
no implica ignorar el hecho de que hay choferes imprudentes que constituyen un
riesgo no deseado por la sociedad.

Las múltiples contingencias que pueden presentarse durante la conducción


del vehículo automotor. La realidad es que toda sociedad se beneficia con ese
peligro que no puede suprimirse radicalmente; por ello el artículo 1970 del Código
Civil requiere, inevitablemente, que en cada caso que se aplique la jurisprudencia
sobre el tema de peligrosidad extraordinaria,
Argumentada en forma razonable, teniéndose en cuenta las circunstancias,
valorando la forma como la gente normalmente considera las cosas en términos de
peligro extraordinario, sin menospreciar pero también sin forzar situaciones.

3.2 EL ACCIDENTE DE TRÁNSITO:

Algunos autores definen al accidente de tránsito como un cambio, modificación o


alteración, ocurrido en las vías públicas, causado por las personas, los animales o
las cosas inanimadas y, especialmente, por los vehículos, del cual resultan lesiones,
daños o perjuicios a la vida humana y a los bienes.

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El accidente de tránsito es un suceso inesperado ocurrido en una vía de circulación


en el que participa, por lo menos, un vehículo en transporte teniendo como resultado
la lesión de personas y/o daños a la propiedad. La frase “en transporte” tiene, dentro
de esta definición, dos acepciones: a) en movimiento; y b) listo para moverse.

El accidente de tránsito, en nuestro ordenamiento jurídico, posee dos definiciones


no necesariamente concordantes:
“El Texto Único Ordenado del Reglamento Nacional de Responsabilidad Civil y
Seguros Obligatorios por Accidentes de Tránsito (aprobado por Decreto Supremo
024-2002-MTC), lo define en su artículo 5 como el “evento súbito, imprevisto y
violento (incluyendo incendio y acto terrorista) en el que participa un vehículo
automotor en marcha o en reposo en la vía de uso público, causando daño a
las personas, sean ocupantes o terceros no ocupantes de vehículo automotor,
que pueda ser determinado de manera cierta”.

El Reglamento Nacional de Tránsito (aprobado mediante Decreto Supremo 033-


2001-MTC), considera como accidente (a secas) al “evento que cause daño a
personas o cosas, que se produce como consecuencia directa de la
circulación de vehículos” (artículo 2). Anteriormente, el Código de Tránsito y
Seguridad Vial (Decreto Legislativo 420) presentaba a su vez una definición de
accidente de tránsito. Dicho cuerpo legal señalaba, Artículo 164º.- Se considera
accidente de tránsito a todo hecho que produzca daños en personas o cosas, como
consecuencia de la circulación.

Cuando pretendemos analizar los accidentes de tránsito, nos encontramos con un


panorama de multiplicidad de criterios. Por ejemplo, a nivel policial y administrativo,
se adoptan criterios eminentemente subjetivos para el establecimiento de las
causales de los accidentes. Todos –absolutamente– son calificados sobre la base
de ellos. Sin embargo, por otro lado, tenemos el artículo 1970 del Código Civil, que
establece una responsabilidad objetiva para las actividades y bienes riesgosos,
como se ha desarrollado precedentemente.

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Finalmente, debe admitirse que el ciudadano común percibe a los accidentes de


tránsito básicamente como actos de imprudencia.

LOS PROGRESOS MATERIALES, han traído como contrapartida el crecimiento de los


riesgos que deben sufrir las personas y sus bienes, dando lugar a la doctrina de la
responsabilidad por cosas riesgosas o actividades, en cuyo caso no es necesario
determinar la culpa o el dolo del agente, el que responde solo por daños causados por
cosas o actividades que se consideran como tales la teoría del riesgo se funda en el
principio qui sentit commodum sentire debet et imcommodum: “El que aprovecha de los
medios que han causado un daño y obtiene sus ventajas, es de equidad que también
sufra las consecuencias de tales daños”. No será justo que uno se llevara los beneficios
y otro los daños”.

El artículo 1970 del Código Civil establece un supuesto de responsabilidad objetiva:


“Artículo 1970.- Aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de
una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo”. Es
evidente que un vehículo automotor es un bien riesgoso, tal como lo reconoce una
ejecutoria suprema: “Debe tenerse presente que el vehículo como tal constituye un bien
riesgoso o peligroso y su conducción una actividad que tiene las mismas características,
lo que conlleva a la obligación de parte del conductor a reparar el daño causado”.
Asimismo el transporte es considerado como una actividad peligrosa: “Por el solo hecho
de haberse encontrado el vehículo automotor en movimiento o en su uso ordinario,
constituye este un peligro potencial; es criterio aceptado y reconocido uniformemente
tanto por la doctrina como por la jurisprudencia, que se entiende por actividades
peligrosas aquellas realizadas por medio de transporte”.

4. LA RESPONSABILIDAD CIVIL EN LA LEY GENERAL DE TRANSPORTE Y


TRÁNSITO TERRESTRE, LEY Nº 2718:

El artículo 29 de la norma citada prescribe:


“Artículo 29.- De la responsabilidad civil La responsabilidad civil derivada de los
accidentes de tránsito causados por vehículos automotores es objetiva, de conformidad
con lo establecido en el Código Civil.

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El conductor, el propietario del vehículo y, de ser el caso, el prestador del servicio de


transporte terrestre son solidariamente responsables por los daños y perjuicios
causados”. En el mismo sentido, tratándose de accidentes entre dos o más automotores
una ejecutoria suprema reitera que estamos en un supuesto de responsabilidad objetiva.

“Que, en este orden de ideas las diferencias se resuelven, no atendiendo a la culpa o


dolo del conductor, como lo señala el recurrente, sino, que debe aplicarse el artículo 29
de la Ley N° 27181, Ley General de Trasporte y Tránsito Terrestre, concordante con el
artículo 1970 del Código Civil; en virtud a que los hechos sucedieron como consecuencia
de haberse puesto en actividad dos vehículos automotores, el transporte terrestre y el
camión volquete, que al ser puestos en marcha constituyen bienes riesgosos y en tal
caso, los resultados se miden objetivamente por el daño causado, independientemente
de la conducta de la víctima, cuya concurrencia en la producción del daño solo sirve
para graduar equitativamente el monto reparador tal como lo establece el artículo 1973
del Código Civil, normativa que ha sido tenida en cuenta por las instancias de mérito
para la reducción del monto indemnizatorio”.

FRACTURA DEL NEXO CAUSAL, conforme al artículo 1972 del Código Civil, en los
casos del artículo 1970, el autor no está obligado a la reparación cuando el daño fue
consecuencia de caso fortuito o fuerza mayor, de hecho determinante de tercero o de la
imprudencia de quien padece el daño. Con relación al caso fortuito, la Corte Suprema
considera que: “ el caso fortuito debe entenderse como un acontecimiento
extraordinario, imprevisible e irresistible producido por el hombre y para calificarlo como
tal se trata de un hecho que no puede preverse, o que previsto no puede evitarse, no
debiendo ser una previsibilidad exacta y precisa sino por el contrario conocida por el
hombre común para el caso concreto” y que “ no se puede calificar el desperfecto de la
motonave como un caso fortuito, extraordinario, imprevisible e irresistible”.

CONCAUSA, conforme al artículo 1973 del Código Civil: “Si la imprudencia solo hubiere
concurrido en la producción del daño, la indemnización será reducida por el juez, según
las circunstancias”.

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Con relación a la imprudencia de la víctima, debe tenerse presente que el artículo 276
del TUO del Reglamento Nacional de Tránsito - Código de Tránsito aprobado por D.S.
Nº 076-2009-MTC prescribe que:

“Artículo 276.- El peatón goza del beneficio de la duda y de presunciones a su favor, en


tanto no incurra en graves violaciones a las normas de tránsito, como cruzar la calzada
en lugar prohibido; pasar por delante de un vehículo detenido, parado o estacionado
habiendo tránsito libre en la vía respectiva; transitar bajo la influencia del alcohol, drogas
o estupefacientes; cruzar intempestivamente o temerariamente la calzada; bajar o
ingresar repentinamente a la calzada para intentar detener un vehículo; o subir o bajar
de un vehículo en movimiento y por el lado izquierdo”.

PRESUNCIONES.- al momento de resolver los procesos derivados de accidentes de


tránsito debe tenerse presente las siguientes presunciones establecidas por la norma
glosada:

a) La persona que conduzca un vehículo en forma de hacer peligrar la seguridad de los


demás, infringiendo las reglas del tránsito, será responsable de los perjuicios que de ello
provengan (artículo 271).
b) Se presume responsable de un accidente al conductor que incurra en violaciones a
las normas establecidas en el presente Reglamento (artículo 272).
c) Se presume responsable de un accidente al conductor que carezca de prioridad de
paso o que cometió una infracción relacionada con la producción del mismo, sin perjuicio
de la responsabilidad que pueda corresponder a otro conductor, que aun respetando las
disposiciones, pero pudiendo evitar el accidente, no lo hizo (artículo 273).
d) En los accidentes de tránsito en que se produzcan daños personales y/o materiales,
el o los participantes están obligados a solicitar de inmediato la intervención de la
Autoridad Policial e informar sobre lo ocurrido. Se presume la culpabilidad del o de los
que no lo hagan y abandonen el lugar del accidente (artículo 274).

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LEGITIMACIÓN PASIVA SOLIDARIA Y RESPONSABILIDAD DE LOS


ASEGURADORES, conforme al artículo 29 de la Ley Nº 27181, existe responsabilidad
solidaria entre el conductor, el propietario y el prestador del servicio de transporte
terrestre. Asimismo, es responsable el asegurador del daño, conforme al artículo 1987
del Código Civil. Con relación a la responsabilidad del asegurador la Corte Suprema ha
establecido que: “Si bien la acción indemnizatoria puede ser dirigida contra el
asegurador por el daño, quien responderá solidariamente con el responsable directo de
este, según el artículo 1987 del Código Civil, sin embargo, dicha responsabilidad, en el
caso de la compañía aseguradora, se halla limitada al monto máximo de cobertura
otorgado al riesgo pactado en el contrato de seguro de acuerdo con lo que prescribe el
artículo 325 de la Ley N° 26702 Ley General del Sistema Financiero y Orgánica de la
Superintendencia de Banca y Seguros; que señala que “las empresas de seguros se
encuentran prohibidas de pagar indemnizaciones en monto que excedan lo pactado”.

Que, además, debe tenerse en cuenta que la obligación de su representada emana del
contrato de Póliza número , y según lo dispone el numeral 386 del Código de Comercio
“El contrato de seguro se regirá por los pactos lícitos consignados en cada póliza o
documento ”, por lo que en virtud a ello, solo pueden pagar la indemnización hasta el
límite establecido en la cobertura del seguro, que para el caso de autos es hasta 3.6
UIT, monto que debe ser abonado en moneda nacional de acuerdo con el tipo de cambio
al día de pago, entendiéndose que este monto integra en definitiva la suma de Treinta y
seis Mil Quinientos Dólares Americanos, señalado por la Sala Superior”. Es la práctica
de las aseguradoras: a) Responden hasta el límite de su póliza. b) A veces el siniestro
no está cubierto porque los asegurados no estaban al día en los pagos de su póliza. c)
No cubren el siniestro cuando el asegurado actúa con imprudencia temeraria. d) No
cubren el siniestro si el asegurado no lo reporta dentro de las 24 horas. e) Los contratos
de seguros contienen un pacto que prohíbe transigir al asegurado con la víctima, sin
intervención de la aseguradora.

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5. NATURALEZA DEL ACCIDENTE DE TRÁNSITO:

Por riesgo se entiende el “peligro o contratiempo posible”, pero no todos los riesgos a
los cuales estamos sometidos diariamente son jurídicamente relevantes, al igual que
ocurre con los daños: no todos los casos se encuentran comprendidos en la definición
de lo que podríamos llamar bien riesgoso o actividad riesgosa, de acuerdo a lo regulado
por el artículo 1970 del Código Civil. Siendo considerada una actividad riesgosa o
peligrosa de acuerdo a la visión social y de las justificaciones que para ello pueda
ofrecer la responsabilidad en un momento dado, habiendo daños que se producen
al margen de las precauciones adoptadas o la diligencia empleada; pudiéndose en dicho
sentido, entenderse como actividades o bienes riesgosos a todas aquellas cuya
realización o uso normal, según sea el caso, cree ese riesgo adicional, esto es,
situaciones riesgosas que incrementen la posibilidad de daños o siniestros.

Los accidentes de tránsito son, por lo general, consecuencia del automóvil, que si bien
es cierto, proporciona múltiples ventajas a las personas (como la fluidez en el tránsito y
la consecuente mejora de las comunicaciones y comercio, así como el ahorro del factor
tiempo), constituye un bien riesgoso. Todos los días, se podría decir, que jugamos a la
“ruleta rusa motorizada”, pues conducir un vehículo automotor es una actividad riesgosa
que puede generar un resultado dañoso.

Para esto tenemos normas sobre responsabilidad extracontractual del Código Civil y
otras leyes como el Código de Tránsito y Seguridad Vial, siendo factible darse cuenta
que no funcionan las primeras al no garantizar una indemnización satisfactoria, mientras
que en el segundo caso, no regulan eficazmente el manejo de automóviles, factores que
de alguna manera repercuten en la posibilidad de reducir el número de accidentes y la
gravedad de estos.

6. SOBRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y SUS ELEMENTOS:

En relación con los elementos de la responsabilidad civil, debemos referir que


la antijuridicidad se entiende como el hecho que genera un daño determinado, pudiendo
ser un hecho ilícito, un hecho excesivo o abusivo.

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En el caso de la relación causal, que determina cuál es el hecho que genera el daño
entre una serie de posibilidades, se tiene en cuenta diversos criterios de selección que
pueden ser la cantidad, la proximidad de la causa o conexión lógica y necesaria del
hecho generador con el daño producido y la cualidad del hecho. El factor de atribuciones
la respuesta del porqué se debe indemnizar al causante, pudiendo ser por culpa, riesgo,
garantía y abuso de derecho.

El daño es un elemento primordial y el único común en todas las circunstancias, cuya


transcendencia fija el ordenamiento. De ahí que no se dé responsabilidad civil
contractual o extracontractual sin daño demostrado, y que el punto de partida de toda
consideración en la materia, tanto teórica como empírica, sea la enunciación,
establecimiento y determinación de aquel ante cuya falta resulta inoficiosa cualquier
acción indemnizatoria, debiendo reunir las siguientes condiciones: que el daño no
haya sido indemnizado anteriormente, que el daño sea cierto, que exista una
relación causante-víctima y que el daño sea injusto.

6.1. LA NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL QUE SURGE DEL


ACCIDENTE DE TRÁNSITO:

La responsabilidad civil que surge del accidente de tránsito es objetiva, sin causa,
conocida en el derecho anglosajón como responsabilidad estricta. No se
fundamenta en los criterios valorativos de la conducta como en la
responsabilidad subjetiva. Siendo la imputación sin culpa, el criterio por el cual
se le imputa responsabilidad a un agente respecto a un daño, con el simple hecho
de comprobarse ciertos supuestos fácticos junto con la norma (que a
priori sanciona), sin requerirse de la valoración de la conducta del agente. Dentro
de este criterio, los causantes del accidente responderán por el solo hecho de
haber ocasionado el daño, sin entrar a juzgar si su comportamiento fue diligente o
no.

Sin embargo, hay también casos en los cuales sin haberse ocasionado daño,
existe la obligación de indemnizar. Ese es el caso en el cual una persona que se
encuentra en estado de ebriedad conduce su vehículo, lo hace sin ocasionar

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accidente alguno y respetando las reglas de tránsito durante la conducción que


realiza, pero llegando a su domicilio es intervenido en un operativo de rutina
efectuado por la policía; de manera que al ser sometido al examen del alcoholemia
se detecta que ha conducido en estado de ebriedad; por lo que se le sanciona al
conductor no por haber ocasionado daño alguno, sino por el hecho de haber
infringido la regla de haber conducido en estado de ebriedad por encontrarse así
contemplado en la norma, hallándose en ese supuesto el daño subsumido en lo
establecido en la violación de dicha norma.

Se da también responsabilidad civil por accidentes de tránsito no solo cuando un


vehículo impacta a una persona, o cuando dos vehículos en movimiento chocan
entre sí (sean mayores o menores), sino también cuando un vehículo en
movimiento entra (o sale) de su estacionamiento y choca con otro estacionado en
un espacio continuo, siendo pertinente remitirnos para ello, al Reglamento
Nacional de Tránsito aprobado por D.S. 033-2001-MTC, de fecha 23 de julio del
2001, que establece que se presume iure tantum responsable de un accidente al
conductor que incurra en violaciones a las normas establecidas en el reglamento
(artículo 272). Sin embargo, el artículo 295 de dicha norma, precisa que “el
solo hecho de la infracción de tránsito no determina necesariamente la
responsabilidad del infractor por los daños causados, si no existe una
relación causal entre la infracción y el daño producido por el accidente”

La responsabilidad también se presume en el caso de “un conductor que


carezca de prioridad de paso o que cometió una infracción relacionada con
la producción del mismo, sin perjuicio de la responsabilidad que pueda
corresponder a otro conductor, que aun respetando las disposiciones, pero
pudiendo evitar el accidente, no lo hizo” (artículo 273). Debe tenerse cuidado
en no entender este artículo como una “subjetivización” de la responsabilidad
objetiva. En efecto, la conducta de los conductores se toma como un medidor de
la responsabilidad, a efectos de la cuantificación del daño y no como factor de
atribución. Nótese que en este supuesto se utiliza la técnica de la presunción de
responsabilidad, a los solos efectos del conductor que comete la infracción del
reglamento.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

Debe tenerse en cuenta también, que “el propietario, representante legal o


encargado de un garaje o taller de reparaciones de vehículos al que se lleve
un vehículo motorizado que muestre la evidencia de haber sufrido un
accidente, debe dar cuenta del hecho a la comisaría de la Policía Nacional de
su jurisdicción dentro de las veinticuatro horas de haber recibido el vehículo.
El incumplimiento de esta obligación motiva la aplicación de una multa”.

Por su parte, en cuanto al peatón, dicho reglamento le otorga el beneficio de la


duda y de las presunciones a su favor, en tanto no incurra en las siguientes
violaciones a las normas de tránsito, que son calificadas como graves:

Estos supuestos cometidos a diario por los peatones configuran casos de


concurrencia de responsabilidad o ruptura del nexo causal, según el grado de
imprudencia de la víctima y de participación del conductor. Cabe aquí la aplicación
del artículo 1972 del Código Civil, dado que quien conduce un vehículo automotor
o su propietario, no serán responsables si acreditan que el daño se debió a caso
fortuito, hecho de un tercero o de la propia víctima.

En este contexto, podría inferirse que se trata de una imputación a priori, porque
desde ya los agentes tienen conocimiento que la norma les
atribuye potencialmente el costo de indemnizar el daño que ocasionen con su
actividad, siendo esta una de las funciones de la responsabilidad civil, esto es,
desincentivar aquellas conductas que vienen a ser demasiado riesgosas y
perjudiciales para la sociedad o incentivar a poner mayor diligencia en aquellas
actividades riesgosas o peligrosas que son permitidas porque conllevan mayores
beneficios a la sociedad.

En términos del análisis económico del derecho, “el costo privado de los
potenciales responsables (los conductores) será igual al costo social de su
actividad pues en principio todos los daños son cubiertos por los
conductores”.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

Lo mencionado podría reseñarse mejor en el siguiente ejemplo. El chofer de un


bus interprovincial sabe de antemano que la actividad que realiza le va a ocasionar
el costo de cubrir los daños que cause, entonces tendrá él mismo que actuar
diligentemente, de otro modo dicha actividad no le resultará rentable, dado que sus
ganancias serán utilizadas para pagar futuras indemnizaciones.

6.2. LA CARGA DE LA PRUEBA EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR


ACCIDENTES DE TRÁNSITO:

Como sostiene Taruffo, para establecer qué parte debe perder la causa por no
haber probado un hecho principal, hace falta un criterio que determine “quién debe
probar qué” en cada situación, afrontándose este problema normalmente por
medio de distinciones teórico-jurídicas acerca de los hechos principales del
caso. Conteniendo dicha reglas, dos aspectos fundamentales, de un lado se
indica como el juez debe sentenciar cuando no aparezcan en el proceso
pruebas que le den certeza sobre los hechos que deben sustentar su
decisión y, de otro lado, a las partes la responsabilidad que tienen para que
los hechos que sirvan de sustento de sus posiciones aparezcan
demostrados; por lo que la carga de la prueba en este tipo de responsabilidad le
incumbe al autor, teniéndose en cuenta que la responsabilidad civil por accidente
de tránsito es objetiva por calidad de bienes riesgosos y por el riesgo creado por
los vehículos puestos en circulación, así como por la irrelevancia de que el agente
dañante tenga que probar su ausencia de culpa; teniéndose solamente que
acreditar el daño y la relación de causalidad, tomando en consideración los
supuestos de ruptura de nexo causal y la concausa, asimismo teniendo esta
responsabilidad un valor solidario que implica poder responder a favor de la
víctima.

Debiendo referirse que en relación a las instrumentales que se acompañan es


común que se adjunte el atestado policial que determina la responsabilidad y la
magnitud del daño; y comprobantes de pago, boletas de venta, una o varias
proformas, fotografías, etc; que permitan cuantificar estableciendo el monto de la
reparación y todo lo cual al encontrarse probado pueda ser apreciado por el juez

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

al fijar la indemnización por el daño ocasionado, pero considero que es


preponderante en el caso de los atestados policiales, que estos sean elaborados
en base a la participación y observación directa al momento del accidente de
tránsito por parte de los efectivos de la Policía Nacional y no se realice días
después, en mérito a las declaraciones unilaterales efectuadas por la parte
afectada del accidente de tránsito.

Otro aspecto que debe observarse es el Reglamento Nacional de Responsabilidad


Civil y Seguros Obligatorios por Accidente de Tránsito, aprobado por Decreto
Supremo 049-2000-MTC del 10 de octubre del 2000, el cual establece la obligación
de contratar un seguro contra accidentes por parte del propietario, cubriéndose los
daños que se produzcan a las personas ocupantes del automóvil, como a los
terceros no ocupantes, y, en caso de muerte a sus beneficiarios como se verá más
adelante. En atención a ello, se sostiene que el régimen del SOAT, es similar al no-
fault, toda vez que no interesa quién es el culpable del daño para que la
aseguradora indemnice a la víctima del accidente.

Es pertinente hacer referencia que en la demanda de indemnización por daños y


perjuicios no basta que solo se hagan afirmaciones sobre la existencia del daño
ocasionado sin respaldo probatorio, porque estas no serán valoradas por el
Juzgador, al no tratarse de hechos notorios o que se presuman, sino de situaciones
cuya comprobación por mandato legal le corresponde al demandante estando a la
naturaleza de esta pretensión demandada. Por ello el daño debe ser probado por
quien lo sufre, al ser este un requisito de la obligación de indemnizar y corresponde
a quien lo ha sufrido, presentar los medios probatorios conducentes para conocer
su existencia y su extensión, para efectos de que juez proceda a la cuantificación
del daño en su real dimensión y conforme a lo peticionado, teniéndose en cuenta
que el resarcimiento del perjuicio, debe guardar correspondencia directa con la
magnitud del daño causado, mas no puede superar ese límite.

En dicho sentido, debe expresarse que ya se está cambiando de mentalidad por


parte de los juzgadores al buscar una reparación tomando en cuenta la magnitud
de los daños ocasionados, esto se ha comenzado a generar ya en sede penal,

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

considerándose para ello las reglas de responsabilidad civil, al establecerse que la


reparación civil acumula obligatoriamente la pretensión penal y pretensión civil,
siendo su objeto doble: el penal y civil, tomándose en cuenta el artículo 92 del
Código Penal, y que su satisfacción va más allá del interés de la víctima, que no
ostenta la titularidad del derecho de penar, pero si tiene derecho a ser reparada
por los daños y perjuicios que se produzcan por la comisión del delito, como
aconteció en el caso del desaparecido joven fotógrafo Ivo Johao Dutra
Camargo en el que se otorgó a sus deudos acertadamente una reparación
civil ascendente a un millón de nuevos soles, atendiéndose la magnitud de los
daños y perjuicios causados y no en función de las posibilidades económicas del
obligado que puede trasmitirse a terceras personas para que ésta no sea
incumplida y considerándose el bien jurídico infringido (vida humana), que es el de
mayor magnitud dentro del sistema de jerárquica y valoración de bienes jurídicos
y considerándose a este sobre la base de daño moral, si bien es cierto, en dicha
decisión no se fundamentó detalladamente la cuantificación de cada uno de los
daños, sin embargo, esta decisión es importante porque deja de lado el criterio que
se venía aplicando en sede penal de considerarse las posibilidades económicas
del obligado para cuantificarse los daños y establecerse un resarcimiento
económico adecuado, que da un buen mensaje a la sociedad. Y así evitar que la
víctima del accidente de tránsito tenga después que accionar en la vía civil, para
efectos de conseguir una indemnización por daños y perjuicios con un monto
adecuado que repare integralmente los daños que se le han ocasionado, ya que
ya no tendría objeto.

6.3. EL SEGURO OBLIGATORIO POR ACCIDENTE DE TRÁNSITO:

Los intentos de contrarrestar los efectos nocivos de los accidentes de tránsito, así
como la necesidad de contar con mecanismos alternativos que permitieran obtener
una atención rápida a las víctimas y sin dilaciones, a lo que debemos agregar la
incapacidad o indiferencia de nuestras autoridades para hacer cumplir los
reglamentos de transporte y tránsito–, dieron lugar al establecimiento de sistemas
de seguro obligatorio de accidentes de tránsito (en adelante, SOAT).

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

Estableciéndose en la Ley 27181, la obligación de contar con un Seguro


Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), con la finalidad de cubrir los
daños personales de los ocupantes o “terceros no ocupantes” resultantes
del accidente de tránsito asimismo se dejado abierta la posibilidad que los
servicios públicos de transporte cuenten con seguros especiales.

Encontrándonos con un esquema de seguro de accidentes y no de responsabilidad


civil exclusivamente, lo que implica en cierto modo una visión sistemática de los
accidentes de tránsito.

Asimismo, encontramos una diferencia importante respecto de los seguros


que habían venido siendo implementados anteriormente con carácter
obligatorio, esto es, la cobertura únicamente por daños personales (lesiones o
muerte), sin considerar los daños materiales (que usualmente venían siendo
comprendidos en la cobertura de responsabilidad civil).

El SOAT tiene previsto un pago “automático” de las indemnizaciones sin


consideración alguna de la responsabilidad o causa de los accidentes. A diferencia
del Código Civil, el pago de la indemnización como consecuencia del seguro
obligatorio de accidentes de tránsito no implica el reconocimiento, ni la presunción
de culpabilidad que pueda tener el propietario o conductor del vehículo asegurado
o prestador del servicio de trasporte, ni servirá como prueba en tal sentido, en caso
de ejercitarse acciones civiles o penales.

Otorgándose, en dicho sentido, los beneficios establecidos sin menoscabar el


derecho las víctimas a demandar en la vía judicial por los daños no cubiertos o por
montos mayores respecto de los riesgos ya cubiertos, dado que el SOAT cubre los
siguientes riesgos por cada persona, ocupante o tercero no ocupante del vehículo
automotor: Muerte c/u hasta (4) UIT; invalidez permanente c/u hasta (4) UIT;
incapacidad temporal c/u hasta una (1) UIT; gastos médicos c/u hasta (5) UIT; y
gastos de sepelio c/u hasta una (1) UIT.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

Sin embargo, las indemnizaciones que se pagan por muerte invalidez permanente
total o parcial no son acumulables. Pudiendo también la compañía de seguros
observar el dictamen emitido por el médico tratante de la víctima del accidente de
tránsito.

En cuanto a las acciones para lograr el pago de las indemnizaciones


derivadas de los accidentes de tránsito (cobro del seguro) el plazo
establecido es de dos años, no debiendo confundirse con el plazo
prescriptorio para exigirse el pago de la indemnización de los perjuicios de
quienes sean civilmente responsables en el accidente, que es también, de dos
años de acuerdo al inciso 4) del artículo 2001 del Código Civil.

Sin embargo, no podemos dejar de mencionar a las Asociaciones de Fondos


Regionales o Provinciales Contra Accidentes de Tránsito (AFOCAT), que fueron
incorporadas gracias a la modificación del artículo 30 de la Ley General de
Transporte de Tránsito y Terrestre Ley 27181. Esta norma estableció que
opcionalmente a la póliza de seguro, se puede contar con certificados contra
accidentes de tránsito que contengan los mismos términos equivalentes,
condiciones semejantes o mayores coberturas que el SOAT vigente, sin embargo,
esta opción ha tenido serios cuestionamientos y reclamos por las víctimas de los
accidentes de tránsito dado que, generalmente, no cumplen con pagarles o lo han
hecho parcialmente (en relación al cobro del seguro), dado que muchas de estas
asociaciones AFOCAT son administradas en la mayoría de casos por grupos de
choferes que no han asumido la indemnización de las víctimas y no cubren la
totalidad de gastos médicos y así tampoco exhiben para sus beneficiarios una
información clara sobre los riesgos cubiertos y sus exclusiones incumpliendo de
esa manera con sus obligaciones, debiendo por ello tener una mayor supervisión
para garantizar el resarcimiento a las víctimas de los accidentes de tránsito.

Los accidentes de tránsito constituyen un supuesto de responsabilidad objetiva, de


acuerdo al art. 29 de la Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre, Ley Nº
27181: en atención a ello, supletoriamente, se pueden aplicar el art. 1970 c.c. o el
art. 1972 c.c. (para acreditar la ruptura del nexo causal); pero no el art. 1969 c.c.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

El demandante debe individualizar y fundamentar exactamente los daños de los


cuales está solicitando indemnización: es usual pedir una cantidad de dinero “por
todo concepto” (y que las sentencias también sigan ese tenor); pero lo que se tiene
que hacer es identificar cada uno de los daños, vale decir daño emergente, lucro
cesante, daño moral y, de ser el caso, daño a la persona, fundamentarlos y solicitar
el monto respectivo. Ello, a efectos de una correcta administración de justicia en
beneficio de las partes y de la misma sociedad.

El demandante debe acreditar el nexo causal y el demandado la ruptura del nexo


causal: Ésta es, a mi parecer, la parte más descuidada de los escritos. En efecto,
pocas son las demandas en las cuales se acredita el nexo causal. El demandante
no solo debe acreditar el daño, sino también que el hecho imputable al demandado
es el que originó (causó) el daño (para ello, basta leer los artículos 1985 c.c., en
materia extracontractual, y el 1321 c.c. segundo párrafo en responsabilidad
contractual). Por su parte, el demandado tiene la carga de acreditar la ruptura del
nexo causal, vale decir, caso fortuito, fuerza mayor, hecho de un tercero o el hecho
de la propia víctima (arts. 1972 c.c. en extracontractual, 1315 c.c., y 1327 c.c. en
contractual).

Ley No. 27181, la responsabilidad civil derivada de los accidentes de tránsito es


objetiva y solidaria entre el conductor, el propietario del vehículo y, de ser el
caso, el prestador del servicio de transporte terrestre. Por lo general, se
entiende que la responsabilidad objetiva es, contrariamente, aquella que, en su
determinación, prescinde del análisis de la conducta del responsable.

En su obligatorio Tratado, Juan Espinoza Espinoza señala como ya había sido


advertido anteriormente, que según el art. 29 de la Ley General de Transporte y
Tránsito Terrestre, Ley No. 27181, del 07.10.99, la responsabilidad civil derivada
de los accidentes de tránsito es objetiva y solidaria entre el conductor, el
propietario del vehículo y, de ser el caso, el prestador del servicio de transporte
terrestre.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

El autor citado pone de relieve que el Reglamento Nacional de Tránsito,


aprobado por D.S. No. 033-2001-MTC, del 23.07.01, establece que se
presume iuris tantum responsable de un accidente al conductor que incurra en
violaciones a las normas establecidas en el presente reglamento (art. 272). Sin
embargo se señala que el art. 295 establece que “el solo hecho de la infracción de
tránsito no determina necesariamente la responsabilidad del infractor por los daños
causados, si no existe relación causal entre la infracción y el daño producido por
el accidente”. Consideramos que, tal como lo deja ver Espinoza, hay una
contradicción entre afirmar que se presume responsable a quien no ha cumplido
con las reglas de tránsito, y finalmente señalar que el hecho de la infracción no
indispensablemente establece la responsabilidad del infractor de las reglas de
tránsito.

Sobre los supuestos de ruptura del nexo causal el autor citado señala que “Existen
en el ordenamiento especial de responsabilidad civil por accidentes, supuestos que
configuran casos de concurrencia de responsabilidad o ruptura del nexo causal,
según el grado de imprudencia de la víctima y de participación del conductor. En
materia de ruptura del nexo causal, cabe aplicar, sobre la base de una
interpretación sistemática, el art. 1972 c.c. Así, quien conduce un automóvil o es
su propietario, no será responsable si acredita que el daño se debió acaso fortuito,
hecho de un tercero o de la propia víctima.

Sobre el Caso fortuito, es interesante señalar, conjuntamente con Espinoza, que


los vicios o fallas de funcionamiento de un vehículo no pueden ser comprendidos
como un caso fortuito. No estamos pues ante un evento extraordinario, imprevisible
e irresistible sino ante un supuesto perfectamente predecible para lo cual era
necesario que el conductor o el titular del vehículo adopten las medidas idóneas
para el buen estado del vehículo. De cualquier modo, si se determina impericia,
imprudencia, en las maniobras automovilísticas del demandante, se podría
configurar un supuesto de concurrencia de responsabilidades ex art. 1973 c.c. (y
no un supuesto de ruptura del nexo causal, como se establece a veces).

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

El supuesto del hecho de un tercero, se da en el caso de una persona que


provoca el atropello de un transeúnte exponiéndolo al mismo luego de empujarlo
frente a un automóvil en marcha.

Espinoza en lo referente al Hecho de la víctima, comenta el caso de un menor de


17 años que, para evadir una redada que hacía la policía, se echó a correr en
medio de la vía expresa a la altura del Puente Angamos en Surquillo y fue
atropellado por un automóvil. El menor quedó seriamente lesionado y los padres
demandaron al propietario y al conductor del vehículo. Mediante resolución del
18.12.95, el Vigésimo Noveno Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, declaró
fundada en parte la demanda, por concepto de daño moral a los padres (el menor
falleció durante el proceso) la cantidad de tres mil dólares americanos o su
equivalente en moneda nacional, más intereses. Sin embargo, esta resolución fue
revocada por sentencia del 28.06.96, por la Primera Sala Civil de la Corte Superior
de Lima, por entender, que se trataba de un supuesto de ruptura del nexo causa.

Para el caso de la concausa se cita el caso de un joven de diecisiete años de edad


que, al cruzar la calzada por delante de un vehículo sobre parado, impactó con otro
es necesario que los operadores del derecho analicen categorías conceptuales
como las de accidente, riesgo, caso fortuito, bienes o cosas riesgosas, actividades
riesgosas y peligrosas para poder comprender mejor y responder de manera más
eficiente ante los casos concretos que se nos presentan. Pienso que la finalidad
primordial del sistema de la responsabilidad extracontractual es siempre la
reparación de la víctima. Para decirlo en términos de Calabresi, el objetivo
fundamental es reducir los costos del accidente”. Idea fundamental en el autor
citado es la de los “riesgos sociales” que tiene que ser respondidos con una
“distribución social de la reparación” aludiendo a los sistemas de seguros tanto
obligatorios como convencionales. Por consiguiente, la justificación de la
responsabilidad no se encuentra propiamente en el riesgo individual sino en el
hecho de que estamos frente a situaciones que la sociedad como un todo tiene
que enfrentar. En otras palabras, frente a riesgos que son propiamente sociales,
tenemos que enfrentar sus consecuencias con una distribución social de la
reparación.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

CONCLUSIONES

1. Los accidentes de tránsito son consecuencia del automóvil, que constituye un bien
riesgoso y al conducirlo puede generar un resultado dañoso. Por lo cual tenemos
las normas sobre responsabilidad extracontractual del Código Civil y otras normas
especiales como el Código de Tránsito y Seguridad Vial, siendo factible darse
cuenta que no funcionan, las primeras al no garantizar una indemnización
satisfactoria, mientras que el segundo no regula eficazmente el manejo de
automóviles, factores que atentan de alguna manera contra posibilidad de reducir el
número de accidentes y gravedad de accidentes que se debería mejorar.

2. El artículo 29 de la Ley 27181- Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre que


regula con claridad que la responsabilidad civil derivada de los accidentes de
tránsito es objetiva y solidaria entre el conductor, el propietario del vehículo y de ser
el caso, el prestador del servicio de transporte terrestre, aunque sería pertinente una
definición más precisa teniéndose en cuenta el criterio de responsabilidad por riesgo
establecido en el artículo 1970 del Código Civil, pero debe denotarse que la citada
disposición resulta positiva, en tanto, define el criterio que será utilizado por parte
de los jueces y además como se ha referido establece la responsabilidad solidaria,
lo que constituye una herramienta favorable y facilita la acción indemnizatoria de las
víctimas de los accidentes de tránsito.

3. Debe referirse que el daño, que es un elemento primordial y el único común en todas
las circunstancias, cuya transcendencia la fija el ordenamiento, no habiendo
responsabilidad civil contractual o extracontractual sin daño demostrado. Por ello
las demandas de indemnización por daños y perjuicios, no basta que solo se hagan
afirmaciones sobre la existencia del daño ocasionado sin respaldo probatorio,
porque estas no serán valoradas por el juzgador, al no tratarse de hechos notorios
o que se presuman, sino de situaciones cuya comprobación por mandato legal le
corresponde al demandante.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

4. La responsabilidad civil que surge del accidente de tránsito es objetiva, sin causa,
no se fundamenta en los criterios valorativos de la conducta de la persona como en
la responsabilidad subjetiva. Siendo la imputación sin culpa, el criterio por el cual se
le imputa responsabilidad a un agente respecto a un daño, con el simple hecho de
comprobarse ciertos supuestos fácticos con la norma (que a priori sanciona), sin
requerirse de la valoración de la conducta del agente.

5. Se está cambiando de mentalidad por parte de los juzgadores al buscarse una


reparación tomándose en cuenta la magnitud de los daños ocasionados, esto se ha
comenzado a generar ya en sede penal, considerándose para ello las reglas de
responsabilidad civil, como aconteció en el caso del desaparecido joven fotógrafo
Ivo Johao Dutra Camargo, en la que se atendió la magnitud de los daños y
perjuicios, considerándose el bien jurídico infringido (vida humana),dejándose de
lado el criterio que se venía aplicando en sede penal de considerarse las
posibilidades económicas del obligado para cuantificarse los daños, dándose con
ello un buen mensaje a la sociedad; y esto evitaría que la víctima del accidente de
tránsito, tenga después que accionar en la vía civil, para efectos de conseguir una
indemnización por daños y perjuicios con un monto adecuado que repare
integralmente los daños que se le han ocasionado.

6. La Ley 27181, establece la obligación de contar con el SOAT, para cubrir los daños
personales de los ocupantes o “terceros no ocupantes” resultantes del accidente de
tránsito, teniendo previsto un pago “automático” de las indemnizaciones sin
consideración alguna de la responsabilidad o causa de los accidentes. Asimismo,
otorga los beneficios establecidos sin menoscabar el derecho las víctimas a
demandar en la vía judicial por los daños no cubiertos o por montos mayores
respecto de los riesgos ya cubiertos, sin embargo, el monto máximo cubierto por
gastos médicos tiene un tope de (5) UIT, monto que resulta insuficiente si nos
planteamos el supuesto de que la víctima del accidente de tránsito por la gravedad
del accidente debe permanecer en la unidad de cuidados intensivos de una clínica
privada, cuyos costos por día superan largamente dicho tope establecido; por lo cual
al resultar actualmente ese monto insuficiente, se debería incrementarse dicha
cobertura para darse una protección a la integridad humana.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

7. El criterio del Pleno Jurisdiccional Penal resulta más razonable, pues, es evidente
que existen daños que el juez penal no podría meritar, como podría ser el caso del
daño moral, o algún otro daño emergente y lucro cesante que podría no derivarse
directamente de la comisión del delito o falta.

8. Fijar un monto indemnizatorio, dejando constancia de que forma parte del mismo el
fijado por la justicia penal, a fin de evitar situaciones de enriquecimiento indebido
por parte de la víctima o agraviado en el proceso penal, disponiéndose que el cobro
de la reparación civil fijada por el juez penal se realice en dicho proceso y el cobro
de la diferencia en el proceso civil. Esperamos que estás líneas sirvan de orientación
a los magistrados competentes para resolver los casos de responsabilidad civil
derivada de accidentes de tránsito, y que el Poder Judicial pueda contribuir
eficazmente a la solución de los conflictos derivados de los accidentes de tránsito,
que se solucione esta innecesaria dualidad de procesos que sobrecarga los órganos
jurisdiccionales, y que se establezca criterios uniformes para fijar el monto de la
indemnización o reparación civil, pues usualmente en la vía civil los montos son más
elevados que en los procesos penales.

9. Que se dote peritos especializados en accidentes de tránsito.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Perrot.

CIEZA MORA, Jairo. (2016). Personas, Negocio Jurídico y Responsabilidad Civil. Lima:
Juristas Editores.

DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. (2016). La responsabilidad extracontractual. 8° ed.


Tomo II. Lima: ARA Editores E.I.R.L.

DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. (2015). Tratado de responsabilidad civil.


Contractual y Extracontractual. Comentarios al Código Civil. 1 ed. Tomo II.
Lima: Instituto Pacífico.

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Real Academia de la Lengua Española. (1970). Diccionario de la Lengua Española 19° Ed.
Madrid: Espasa Calpe.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

Valdivia, Carlos. (2017). Aspectos relevantes sobre la actualidad de la responsabilidad civil


derivada de accidentes de tránsito. [Blog] Legis.pe. Consultado de:
http://legis.pe/actualidad-responsabilidad-civil-accidentes-transito/

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

CASOS

1. DEMANDA DE INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS POR


RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL

SECRETARIO :
EXPEDIENTE :
ESCRITO : 01
CUADERNO : Principal
SUMILLA : Demanda

SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO MIXTO DE MARISCAL NIETO DE MOQUEGUA

JONATHAN ROJAS VALDIVIA, identificado con DNI Nº 457896, con


domicilio en la calle piura Nº 212, y señalando domicilio procesal en la calle Moquegua Nº
969, a usted con el debido respeto me presento y digo:

I. NOMBRE Y DIRECCIÓN DEL DEMANDADO:


- Sergio Vera Ascue, con domicilio real en la calle Ayacucho Nº 541,
conductor del vehiculo camión XU524, lugar donde se debe de emplazar al demandado.
- Renato Salas Cuayla, con domicilio en fonavi III etapa b-4, en calidad
de propietario del vehículo de placa de rodaje XU-524, lugar donde se debe de emplazar al
demandado.
- Vanessa Palomino de Salas, con domicilio en fonavi III etapa b-4, en
calidad de propietaria del vehículo de placa de rodaje XU-524, lugar donde se debe de
emplazar al demandado.

II. PETITORIO:
Teniendo legitimidad para obrar y solicitando tutela jurisdiccional
efectiva y ejerciendo nuestro derecho de acción y pretensión que garantiza nuestra norma
jurídica, por ante su despacho recurro, a efecto de interponer demanda por las acciones y
pretensiones acumuladas de:

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

1. INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS POR RESPONSABILIDAD


EXTRACONTRACTUAL. (Pretensión Principal)
2. INDEMNIZACIÓN POR DAÑO PERSONAL. (Pretensión Accesoria).
3. INDEMNIZACIOÓN POR DAÑO MORAL. (Pretensión Accesoria).

Con el objeto de que, los demandados cumplan con indemnizarme, hasta por la suma de
S/. 142,000.00 nuevos soles (ciento cuarenta y dos mil con 00/100 nuevos soles), por las
pretensiones acumuladas, más el pago de intereses devengados desde la fecha del
accidente con expresa condena de costas y costos del proceso, que a continuación detallo:

1. TOTAL DE DAÑO PATRIMONIAL:


A) Daño emergente (pérdidas sufridas)
Gasto de medicina y otros S/. 20,000.00
B) Lucro Cesante: (utilidades frustradas)
a. Remuneraciones insolutas:
A razón de S/. 350 mensuales
(S/. 4,200.00 x año) x 10 años S/. 42,000.00
b. Vacaciones: Remuneración computable S/. 3,500.00
c. Gratificaciones: Remuneración computable S/. 3,500.00
TOTAL DE LUCRO CESANTE S/. 52,500.00

2. DAÑO PERSONAL
Por fractura de columna
Alteración de la marcha y los movimientos S/. 50,000.00

3. DAÑO MORAL: (detrimento, menoscabo en el proyecto de vida)


Incapacidad e invalidez permanente a razón de daño perjudicado
S/. 20.000.00
RESUMEN:
1. DAÑO PATRIMONIAL S/. 72,500.00
2. DAÑO PERSONAL S/. 50,000.00
3. DAÑO MORAL S/. 20,000.00

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

TOTAL INDEMNIZACIÓN S/.142,500.00

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:

1. El día 11 de marzo de 2007, fui víctima de un arrollamiento en


la avenida Alfonso Ugarte, , a las 6 y 10 minutos de la mañana, cuando se encontraba
haciendo ejercicios por el ciudadano Sergio Vera, donde me apreciaron Dolor lumbar y
politraumatismo en el tórax y con parestesia y pérdida de funcionamiento o movilidad en
miembros interiores, tal como quedó establecido en informe médico, que a partir de ese
momento, comenzó mi padecimiento y comienzan a realizarme una serie de análisis y
exámenes para determinar los daños causados por el arrollamiento.

2. Que los demandados no han asumido su responsabilidad por


los daños ocasionados a mi persona, por su actuar negligente al conducir el vehículo en
excesiva velocidad, por tanto se interpuso la denuncia penal, la que dio origen al expediente
penal Nº 0152-2007, en el que no me constituí en parte civil, y que a la fecha cuenta con
sentencia en la declararon culpable al demandado.

3. En la actualidad me encuentro impedido de realizar actividades


básicas y normales que cualquier ser humano realiza, no puedo trabajar ni valerme por mí
mismo. Es evidente que el accidente inutilizó mi vida y me ha impedido el seguir adelante
y realizar todos los planes que tenía preparado para el futuro.

DETERMINACION DE LOS DAÑOS:

DAÑO EMERGENTE: Consistente en la perdida que experimento en


mi patrimonio y está simbolizado por los gastos efectuados para la atención en el Hospital,
los exámenes practicados(resonancia magnética), terapias, citas médicas a especialistas,
transporte en daños causados al actor traslados a otras ciudades y las medicinas prescritas
por los médicos para llevar un correcto tratamiento, que a lo largo de seis meses he tenido
que sacar de mi bolsillo, sin recibir en ningún momento auxilio del causante de mi estado
actual.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

LUCRO CESANTE: Consiste en privarme de un incremento en mi


patrimonio como consecuencia directa de la conducta del ciudadano Sergio Vera a causa
del arrollamiento, y está simbolizado el lucro cesante por los ingresos o el incremento en el
patrimonio que dejaré de percibir como consecuencia del estado de salud en que me
encuentro en estos momentos, para antes de haber sufrido el accidente que me mantiene
incapacitado, laboraba en una empresa denominada “PC SOLUTIONS”, cuya
remuneración mensual era de 350 nuevos soles, cantidad que he dejado de percibir como
consecuencia del accidente de tránsito que me dejo incapacitado para desempeñar mis
labores en dicha empresa.

DAÑO MORAL Y PERSONAL: El daño personal consiste en que me


ha dejado en estado de invalidez al no poder mover mis extremidades inferiores, por lo que
no puedo desarrollarme como lo hacía anteriormente en mis labores y en mi vida diaria,
teniendo en cuenta que tengo a la actualidad tengo 30 años de edad, lo cual me ha frustrado
una vida llena de oportunidades y poder ascender en mi puesto de trabajo, asimismo el
daño moral consiste en que me ha causado dolor, afectación, sufrimiento, al saber que no
podre movilizarme como lo hacía anteriormente y no llevar mi vida normal como lo hacía
antes de que sufra el accidente.

IV. FUNDAMENTACIÓN JURIDICA


1. Constitución Política del estado Artículo 1 y siguientes. “Derechos
fundamentales de la persona”
2. Código Civil, articulo 17, 1969, 1981, 1984. 1985.
3. Código Procesal Civil artículos 424, 425, 181.

V. MONTO DEL PETITORIO


El monto de la presente demanda asciende a la suma de S/. 142,000.00
nuevos soles.

VI. VÍA PROCEDIMENTAL


Proceso que se tramita como Proceso de Conocimiento.

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Responsabilidad Civil en los accidentes de tránsito

VII. MEDIOS PROBATORIOS


1. Declaración de parte del demandado Sergio Vera Ascue.
2. Declaración de parte de los codemandados Renta salas y Vanessa
Palomino.
3. Declaración testimonial de Patricia Rivera, de 22 años de edad, con
DNI Nº 4526874, con domicilio en fonavi III etapa Moquegua, quien declarara conforme al
pliego interrogatorio que adjunto en sobre cerrado.
4. Declaración testimonial de Milagros Gavilano, de 22 años de edad,
con DNI Nº 57896325, con domicilio en la calle ancash Nº 965 Moquegua, quien declarara
conforme al pliego interrogatorio que adjunto en sobre cerrado.
5. Copia certificada de ocurrencias, otorgada por la Comisaria de la PNP
Moquegua.
6. Certificado médico actual del estado de la salud del recurrente.
7. Certificado médico legal Nº 25-2007
8. Historia clínica del Hospital Honorio delgado de Arequipa.
9. Copia de la tarjeta de propiedad del vehículo materia del accidente.
10. Constancia de trabajo como trabajador de la empresa PC
SOLUTIONS.
11. Expediente penal Nº 152-2009, se deberá cursar oficio al juzgado
penal a fin de remitir dicho expediente.

VIII. ANEXOS
1. A. copia de DNI.
1. B. Declaración de parte del demandado Sergio Vera Ascue, conforme
al pliego interrogatorio que se adjunta en sobre cerrado.
1. C. Declaración de parte de los codemandados Renta salas y Vanessa
Palomino, conforme al pliego interrogatorio que se adjunta en sobre cerrado.
1. D. Declaración testimonial de Patricia Rivera, conforme al pliego
interrogatorio que se adjunta en sobre cerrado.
1. E. Declaración testimonial de Milagros Gavilano, conforme al pliego
interrogatorio que se adjunta en sobre cerrado.
1. F. Copia certificada de ocurrencias, otorgada por la Comisaria de la
PNP Moquegua.

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1. G. Certificado médico actual del estado de la salud del recurrente.


1. H. Certificado médico legal Nº 25-2007
1. I. Historia clínica del Hospital Honorio delgado de Arequipa.
1. J. Copia de la tarjeta de propiedad del vehículo materia del accidente.
1. K. Constancia de trabajo como trabajador de la empresa PS
SOLUTIONS.

POR LO EXPUESTO:
A usted señor juez pido admitir la presente demanda y oportunamente se
sirva declarar fundada, con expresa condena de costas y costos del proceso.

Moquegua, 13 de diciembre del 2009.

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