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La sesión de lectura se acordó a las 08: 00 am. Los niños ya me esperaban, así
que seleccioné los libros que días anteriores había estudiado y reseñado. Hay
ciertas obra, con la cual, antes de iniciar con un nuevo grupo me gusta
compartirla, sobre todo: ¿A qué sabe la luna? De Michael Grejniec y “Mi día de
suerte” de la escritora e ilustradora japonesa, Keiko Kasza. Son libros que me
permiten entrar en mucha interacción con los niños, casi que atraparlos y
enamorarlos de esas historias desde un principio. Los niños de su parte, se dejan
llevar mucho por las ilustraciones, reconocen lo que ven, de lo contrario son
curiosos y también preguntan al respecto.
Por consiguiente, les compartí los demás libros que había llevado. Veo mucha
importancia en esto, de que ellos estén en ese contacto con el libro, que lo sientan
y aunque no sepan leer, puedan realizar lecturas de imágenes y dar invenciones a
través de historias por estas mismas.
Todos se sentaron en el lugar que se les indicó. La maestra Luz Adriana, siempre
mes estuvo muy atenta con el control de los estudiantes, de que m estuvieran
atentos y en silencio. Unas veces ella se paraba al frente y les hablaba de lo
importante de la lectura, otras veces lo hacía yo, de lo que significaba el hecho de
frecuentar y tener más acercamiento con nuestra biblioteca.
En cada actividad, me gusta tener entre 10 libros que estén muy visibles y pongo a
los estudiantes que escojan el libro del cual desean leer y que les comparta en voz
alta, para esta ocasión, primeramente me pidieron que les leyera el cuento
“Choco encuentra a una mamá” de la escritora japonesa, Keiko Kasza. Es un libro
que ya he tenido la oportunidad de abordarlo con otros grupos, lo cual me ha
permitido conocerlo muy bien y ante todo, las preguntas que debo formularles,
para así entrar en interacción con los estudiantes, que ellos se conecten con la
atmósfera de la historia en la que dan movimiento los personajes.
Cada vez que me ven llegar, los estudiantes se contentan y salen a abrasarme y
me preguntan a su vez, cuando vamos para la biblioteca. Me agrada mucho la
motivación que hay de parte de ellos, el interés por frecuentar la biblioteca y
disfrutar de sus colecciones literarias.
Así que les acompañé y los hice pasar hasta la sala infantil. La docente Luz
Adriana, me viene colaborando con el tema de que los niños se comporten bien,
hacerles saber desde que salimos, que este es un lugar para aprender y por lo
tanto debemos permanecer en silencio. Por consiguiente, los estudiantes se
sentaron a mí alrededor. Entre los libros que seleccioné para esta oportunidad,
estaba el de Hansel y Gretel, un verdadero clásico de la literatura infantil, ilustrado
por uno de los autores contemporáneos más famoso del mundo, Anthony
Browne.
Para esta ocasión, la sesión no se realizó dentro del aula de clase, sino que
salimos a un espacio más abierto, tranquilo, que fuera muy adecuado para estar
atento a las lecturas, lo que resultó ser uno de los patios del colegio.
La maestra Luz Adriana, estuvo muy atenta
en colaborarme con el comportamiento de
los niños, que estuvieran en orden durante
el transcurso de la actividad. Una de las
primeras obras que les compartí fue: “El
más poderoso” de la autora japonesa,
Keiko Kasza. Es de reconocer, que en los
niños le es muy llamativo el tipo de obras
en la que los personajes son animales,
ellos dan su característica, los reconocen y
se divierten con cada una de las
situaciones. Es una obra que contiene
muchos diálogos, lo que nos permite adentrarnos en los que piensa y lo que hacen
los personajes con el fin de conquistar la corona y darse cuenta de quien en
realidad es el más poderoso. Los niños se divirtieron mucho, las ilustraciones son
bellísimas, lo cual nos permite ver y reconocer los personajes como son, tener
claridad sobre los que transcurre en la atmósfera del cuento.
Al final de la lectura, les preguntaba sobre quiénes fueron los personajes y cada
una de las situaciones que fueron apareciendo, entrando nuevamente en
interacción con ellos.