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Journal Title: La parodia en la nue)
novela hispanoamericana (1960-1985)
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Pages: Introduction and chapter 1
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University of llinois at Chicago
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801 S. Morgan Street
Chicago, IL 60607-7041Introduccion
La novelistica hispanoamericana del tltimo cuarto de siglo (1960-85)
cconstituye un fenémeno que —a pesar de su heterogencidad estética €
ideol6gica— suele conceptuarse sea en términos comerciales (boom!
post-boom), sea histGrico-lterarios (nueva/novisima narrativa)." Aunque la
falta de distancia temporal implica una evaluacién de procesos literarios in
statu nascendi, en la terminologia empleada en ambas aproximaciones se
percibe la noci6n de evolucién, con una kinea divisoria més o menos a media~
tos de los setenta: el boom / la nueva novela estén interpretados como pro~
dducto de la década optimista de expectativas socio-politicas, mientras que el
post-boom/ia novisima novela aparecen como frutos de la disociacion del
proyecto revolucionario en la época marcada por las dictaduras y el exilio
‘i bien la nocién del boom nos parece menos apropiada para un andisis
de tendencias literarias que el término “nueva novela,” en las péginas que
siguen no nos sera posible prescindir por completo de ese concepto que
“aunque prestado del mundo del marketing— se ha convertido en sinénimo
de la narrativa de los sesenta. Al margen de estas vacilaciones taxonémicas
vale la pena, tal vez, evocar una advertencia de Octavio Paz: “Los hombres
‘nunca han sabido el nombre del tiempo en que viven y nosotros no somos una
cexcepci6n a esta regla universal.”
En el presente trabajo hemos favorecido, pues, el érmino “nueva novela”
para designar un conjunto de tendencias estétcas que legaron'a predominar
en Ia produccién novelistica hispanoamericana a partir de los afios sesenta.
‘Aunque tanto la nocién del boom como la de la nueva novela implican una
homogencidad estética e ideolégica inexistente en la praxis literaria, pode-
mos afirmar que el agotamiento y Ia transgresin de la formula (neo)realista
constituyen el denominador comin de numerosas novelas publicadas en esta
€p0ca. Bajo el r6tulo de la nueva novela hispanoamericana entendemos, porx La parodia en la nueva novela
lo tanto, una intensificacion de varias tendencias estéticas antirrealistas que
‘ya habfan sido anticipadas por la vanguardia poética (Vicente Huidobro,
César Vallejo, Pablo Neruda) y narrativa (Jaime Torres Bodet, Macedonio
Feméndez, el mismo Huidobro) de 1920-30.‘ Entre los precursores més
inmediatos habré que incluir « Jorge Luis Borges con su exploracién de lo
fantéstico, a Alejo Carpentier y Miguel Angel Asturias con su proyecto de
americanizacién del surrealismo (lo real maravilloso american), a Juan
Carlos Oneti y Ernesto Sabato y su experimentacién con el existencialismo
francés. La reelaboracién de las estrategias narrativas de John Dos Passos y
William Faulkner en Al filo del agua de Agustin Yétiez y el realismo mégico
e Pedro Péramo de Juan Rulfo se suman a esta vasta corriente que intenta
‘rascender la rigidez postivista de la novela.’
El cuadro de las tendencias precursoras de la nueva novela no seria com-
pleto si al realismo subjetivo y ata literatura fanéstica o mitica no agregéra-
‘mos las numerosas reflexiones metaliterarias de Borges y Ia ciencia ficeiGn
autoconseiente de Adolfo Bioy Casares (Invencién de Morel, Plan de
evasién) asf como la parodia totalizante de Leopoldo Marechal (Addn
Buenosayres), todas ellas fundamentales para la formacién del concepto
intelectual, kidico y altamenteirénico dela escritura.
Los afios sesenta en las letras de Hispanoamérica deben tratarse, por
Cierto, como una etapa de ta evoluciGn literaria caracterizada por la domi-
naci6n de la escritura experimental antirrealista, pero no desvinculada del
Ccontexto socio-histérico. Inclusive las obras que “prescinde{n} de la historia
la subordinafn} a una bisqueda formalista casi exasperada” parecen preser-
var lo que Edward Said llama “enraizamiento mundano del texto” (worldli-
zness) Segin ha observado Femando Ainsa, la nueva novela se destaca pot
su “capacidad de incorporar lo mejor de las vanguardias europeas para una
mejor expresién de lo americano.””
Si bien el marco de nuestro trabajo no nos permite abordar los complejos
problemas de la sociologfa de literatura, habrd que recordar que el surgi-
‘miento y la subsiguiente institucionalizacién dela nueva narrativa tienen que
verse también en términos extalteraros. En otras palabras, la tansferencia
del cero de grvedad esta que se da en a nueva novela no sure en el
vacio, sino en un contexto marcado por tales eventos y procesos como
Tevolcin cabana, la epansin urbana eldesarollodelos meios masvor
de comunicacién, el creciente interés mundial por América Latina y, en con-
sceuencia, la consagracién de algunos autores por el aparato publicitario de
las “metr6polisculturales” de Europa y Norteamérica.
Introduccién xi
Los deslindes que acabamos de establecer con respecto al titulo de
nuestro trabajo parecen muy rudimentarios, pero son necesarios por varias
razones, En primer lugar, debido a la manipulaci6n eritica-editorial, los
términos “nueva novela hispanoamericana” y “boom” durante muchos afios
han sido empleados casi indistintamente y coménmente abusados. Otra
seouela de una falta de precisiOn terminol6gica se deja notar todavia en Ia
{gualacién entre “novela hispanoamericana” y “literatura latinoamericans.”
Por cierto, es una sustitucién metonfmica deceptiva y totalmente ilegitima en
tun continente de varios idiomas donde a ta sombra del canon narrativo va
desarrollndose una abundante produccin lca, ensayfstica y dramitica.
Para evitar equfvocos y no exacerbar la existente confusi6n terminolégica
habré que hacer un par de aclaraciones més especificas con respecto a nuestro
tema, En primer lugar, la nocin de la “nueva novela” no debe identificarse
con el nouveau roman, aunque la deuda de algunos escritores hispanoameri-
anos con las técnicas objetivistas francesas es notable (Vicente Lefiero,
Severo Sarduy, Salvador Garmendia, Guillermo Cabrera Infante). En
segundo lugar, el adjetivo hispanoamericana no pretende reducir Ia nove-
Listica de los paises hispanohablantes al comin denominador del “continente
mestizo.” La coexistencia conflictiva en el seno del mundo hispanoameri
ccano de la tendencia unificadora “centripets” (la lengua espafiola, el pasado
‘colonial comiin, la dependencia neocolonial) con las fuerzas diversificadoras
“centrifugas” (el patrimonio cultural precolomibino, las influencias africanas,
la inmigracién europea, la configuracién geogréfica, etc.) nos hard reparar
siempre en las caracterfsticas de la literaturas nacionales y regionales.
'No es el propésito del presente estudio desenmarafiar el complejo cuadro
‘cultural de Hispanoamérica, pero en nuestro andlisis siempre vamos a tener
presente “la diversidad y la unidad” del contexto del cual han surgido novelas
concretas. Por otro lado, si bien reconocemos la difusién de la estética
antirrealista como signo distintivo de la nueva novelfstica, procuraremos
desentrafiar también los principios constitutivos de cada discurso y la especi-
ficidad de respuestas artisticas individuales frente al heterogéneo material
preexistente al texto.
Es importante subrayar que la nueva novela no representa un modelo
rigido, sino més bien una summa heterogénea de tendencias cuyo rasgo
distintivo es el desaffo con respecto al realismo decimonénico, Tal transgre-
si6n tiene que verse como resultado de la preocupaciGn de los escritores“
las estructuras narrativas, por Ia funcién social del lenguaje, por la cont
dad o discontinuidad de una tradicién literaria en Hispanoaméric4
xii La parodia en la nueva novela
‘mumerosos estudios al respecto hemos tratado de sacar en claro las carac-
terfsticas mas representativas de la nueva novela. En lugar de una definicién
‘nos proponemos tan s6lo establecer una nocién aproximativa de la nueva
novela hispanoamericana, una posible piedra de toque de su “"novedad.”
Simplficando al méximo, el consenso en cuanto a los rasgos de la nueva
novela hispanoamericana serfa, pues, el siguiente:
—la sustitucién del principio causa-efecto por la narracin fragmentaria
y de la secuencia por la simultaneidad (non sequitur, multiperspectivismo,
diferenciacién tipogréfica, rama acronol6gica);
—Ia desintegracién del personaje y su frecuente reducciGn parédica al
estatus de un antihéroe o un ser marginal;
—la coexistencia ambigua y conflitiva del orden real con el sobrenatural
(Gmaginaci6n, fantasfa, magia, mito);
ta activacin del lector;
el texto concebido como laberinto, rompecabezas, misterio; “novelas
‘que quieren burlar el concepto mismo de la novela” (Fernando Alegria);
__—el concepto intelectual y erudito de Ia esertura en cuanto re-ectura
(Gntertextualidad en cuanto “ansiedad de la influencia” en el sentido de
Harold Bloom);
la inclusi6n de meditaciones metaliterarias en el corpus narrativo:
—la interpretacin del lenguaje no como refejo, sino como ref
arbitraria de la realidad y, en consecuencia, el ejercicio de la libertad
"nga por medio de a veriginonexperimenacén formal (nolgis-
, yuxtaposicién del lenguaje coloquialy culto, anacronismos, jue
palabras, sintaxis barroca, ete); oe
—la transgresién del regionalismo hacia el nivel més universal gracias al
empleo de ideas inspiradas por el pensamiento moderno (psicoandlisis,
existencialismo, teoria de la relatividad, estructuralismo lingiifstico
antropol6gico); ’
_ ctl ereciente eclecticism formal vinculado al fendmeno de silva rerum
y “mines forma” (en términos de Michal Glowits:infuencia matua
entre los medios expresivos de varias disciplinas, por ejemplo de la soci
logfa y de la literatura}; Premed sien
—la preservacién de Ia tendencia critico-social de la narrativa realista
tradicional, pero con més hincapié que en aquella en la eficacia critica del
humor
Introduccién xii
1a sucesiva incorporacién —con frecuencia a través del discurso oral—
de las manifestaciones literarias o culturales anteriormente marginadas (Ia
subcultura juvenil, la cultura judia, la experiencia femenina)?
El marco cronol6gico de nuestro estudio (1960-85) no implica que la
poética de la nueva novela que acabamos de esbozar Se agote entre estas
fechas, Si consideramos la nueva novela como ana etapa de la evolucién lite-
raria que empez6 a gestarse en Hispanoamérica ya en la época modernizadora
‘vanguardista (1920-30), vamos a notar que precisamente a principios de los
sesenta —todavia antes de que La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa
iniciara el boom gracias al Premio de la Biblioteca Breve de Seix Barral—
aparecieron varias novelas cuyo valor atistico asegur6 1a consolidaciGn y el
reconocimiento de la nueva estética. Asf pues, tras la publicacién de La
regién mds transparente (1958) Carlos Fuentes dio a conocer La muerte de
“Artemio Cruz (1962), Carpentier reforzé su renombre de experimentador con
EE siglo de las luces (1962), Augusto Roa Bastos publicé Hijo de hombre
(1960), Sabato Sobre héroes y tumbas (1962) y Onetti El astillero (1961).
Esta némina de novelas indica que el afio 1960 puede marcar con cierta legiti-
rmidad el punto de partida para nuestra investigacién.
‘Algo mAs problemético es el afio 1985 que cierra nuestras reflexiones. Si
hemos juzgado importante analizar aqu{ algunas novelas de los aiios 80,
inclusive so pena de no ser capaces de suministrr una visin sintética de esta
novisima narrativa, es para buscar en estos textos muy recientes y apenas
cestudiados atisbos de Ia innovaciGn y discernir mecanismos de la evolucién
literaia
‘A pesar del agotamiento del boom editorial y publicitario —fechado por
algunos criticos hacia 1972-73!°—, la estética de la nueva novela parece
seguir una evolucién que puede justificar el uso del sérmino “novisima
novela” para designar una parte de la produccién novelistica hispanoameri-
cana a partir de mediados de los setenta. El concepto esté funcionando con la
‘misma suerte que Ia nocién del post-boom: no esté bien delineado, pero
algunos escritores (Mempo Giardinelli, Antonio Skérmeta) se autodefinen
precisamente como “novisimos.”""
‘La mueva y novisima novela hispanoamericana ha despertado un enorme
interés critico, pero desigualmente distribuido. Han sido publicadas y siguen
apareciendo monografias dedicadas a los mds destacados novelistas, estudios
{que trazan y revisan la historia del género, analizan sus manifestacionesxiv La parodia en la nueva novela
nacionales o ahondan en los aspectos concretos de estética ¢ ideologta
novelesca (el realismo magico, el barroquismo, el tema de la violencia y de la
La sétira y Ia parodia son, continga Hutcheon, géneros literarios cuya
proximidad —o inclusive confluencia— se basa, en primer lugar, en el hecho
de que ambos pueden valerse del recurso retérico dela ironfa para conseguir
tuna impresiGn subjetiva requerida (ethos) parddica o satitica. Con estas
reflexiones Hutcheon llega a matizar, pues, algunas distinciones demasiado
jantes que reducen la sétira a una leccién moral y Ia parodia a un juego
‘gratuito Por otro lado, en el esquema de Hutcheon se reconoce que el acer-
camiento y contagio reciproco entre los dos géneros (parodia-sétira) pueden’
rendir formas intermedias, que conforme a su intencién (ethos) egan a bifur-
cearse en la sétira parédica y la parodia satirica.”
Basado en el criterio de la “intencionalidad,” el modelo de Hutcheon
puede ser fécilmente sometido a una critica igual a la que ejerce Gilman,
cuando cuestiona tadas las interpretaciones subjetivistas de Ia parodia y
aboga por el abandono completo de los crterios que sirven para juzgar los
objetivos de la parodia. No obstante, Hutcheon s{ cumple con otras suge-
rencias de Gilman, aunque tan s6lo tangencialmente y al margen de su
enfoque “pragmético”: enfatiza la descripcidn de la forma parédica (Io
estructural) y hace hincapié en las permutaciones histéricas de la misma
(lo socio-histérico).
En torno al concepto 13
Con més clarided que las otras teorfas, el planteamiento de Hutcheon
pone de relieve la potencialriqueza de as précticastextuales de Ia parodia en
Ta iteratura y el arte, El material analizado por Hutcheon es muy amplio, La
parodia en la literatura ests ejemplificada en A Theory of Parody por Jorge
Date Borges, John Barth, Robert Coover, Thomas Pynchon, Alain Robbe-
Grillet, Tom Stoppard, Umberto Eco, Stanislaw Lem, entre otros, En las ates
plisticas taza Hutcheon a parodcideden in obra de René Magrite, Salvador
Dall, Mel Ramos, Andy Warhol, Shusaku Arakawa, Tampocofaltan ejemplos
pally msica (Peter Maxwell, George Rochberg, Luciano Berio), de la
Srauitectura (Paolo Portoghes, Robert Venturi, Charles Moore) y del cine
@oody Allen, Brin De Palma). Segin vemos, el proyecto de disefar un
sevelo general de la parodia no est favorecido en detrimento del anslisis de
re manifestaciones concretas de la parodicidad, Hutcheon lleva a cabo de
Jas Mpanera admirable la taret de conciliar un estudio “intratextual” de las
ue Mopias ret6ricas de Ia parodia (ionfa, comicidad, exageracién) con un
cauiige de ous efectos “pragmsticos” (autotelexién,transgresién critica o
andlfiva del modelo stra, subversién ideol6gica). Es importante recalear,
ace, que la parodia puede ser ponadra de varios sigificados que deben
ues, aarse por medio de una expicacin de sus procedimientos y sus
cfecto® nayorta de las elaboraciones recientes de la parodia conllevan
también una hulle relativisa de su propio momento histérico: no se com-
tareten a bazar coments ytendecias i pretenden ser defntvas 0
Proiyontes. Muchos estudios autolimitan Ia aplicablidad ée su modelo
conc yuna époce expecfica, una obra o un autor. Asf pues, Hutcheon y
toot Han enfocan sus respectvos estudios en I etapa postvanguardisa
(eisttoderna), Rose extae a gran pare de sus ejemplos del siglo XIX,
eos alia la literatura francesa de los sglos XVIXIX. Bouché dedica
Gene rata ala obra de Lautéamont, mientras que Gary Savl Morson
ga Ta suya a a narativa de Dostoevs :
saera neato objetivo afecer un modelo comprensivo de la parodia
stam pretendemos haber expuesto de manera exhastva la teoras ya
Tap ote No obstane, ua leciGn que se desprende de todos los textos
exit iutetados es a necesidd de poner a prucba ls premisasteéricas
teens fade textos cores, Heros inenade, pues, centramos en ls
a Teg de relieve ala tora de a paodicidad ieraia moderna y
aportac os gon el objetivo de encontrar una orientaciGn erica en nuestas
osm cones a vaassoveashspaeamercams. En part anal de14 La parodia en la nueva novela
nuestro estudio intentaremos capar ls estrategias dela parodia y su funcién
en la produccién del efecto estéticoy significado ideol6gico, su papel en Ja
revalorizacién de la “arqueologia” lterariay su papel en la activaciGn del
lector.
"Ladeuda contra por nosotos con todos ls estudios tericoscitados es
evidente, pero en particular debernos reeonocer la influencia inspiradora del
método de Hutcheon, cuyo valor radica en percibir la dimensin estructural
del discurso en relacin a a producein semsntca. Tal aproximaciGn leva
impicito un manejo relaivamente flexible de las torias de Ia parodia, ala
vez que permite dar Ia preponderancia a la especificidad esiéica de textos
concretos y a su significado ideol6gico. Asi pues, las premisas generales que
inn guiando nuestas lecturas de novelas hispanoamericanas pueden reca-
pitularse de modo siguiente:
—la clasificacin de un discurso como parédico va a basarse en el
reconocimiento de la presencia permanente, no incidental, de un pre-texto
(texto originador dentro del texto estudiar
—el pre-texto puede apareceren forma de varias obras de un solo autor,
como un conjunto de convencione, una obra conereta, una amplia mina de
obras de varios autores te:
—aceptamos que la relaciGn par6dica entre el texto y el pre-texto se
caracteriza por una distancia iénica que puede ser matizada a través de una
variedad de recursos y producir toda una gama de impresiones subjtivas:
desde un ethos extatextal, satico, desprecitivooltigante, através de los
diferentes matices de lo Iidico y humoristico, hasta el tono serio y respe
twoso; asimismo,coincigimos con la idea heredada de los formalist russ y
compartda hoy por la mayorfa de los eriticos (Hutcheon, Izaak Passi
‘Gtowitski) de que la parodia evoca los pre-textos no en el sentido de una
repetcin “parasitica” sino més bien transgresion “constuctiva™?
egies fundamental conssird en anaizar los recursos paréicos
de novela conerens einer sus inpliasioneseolégics, seinen:
ilar dos aproximaciones que Thomson llams, respecivament
ester yla seminic; en ova palbras os insrbimos aa en deus
“hablar dela pari igi blr del sentido y desu poduclén'
—mis que un género literario, la parodia —iguel que la sétira-—
onecbida como uno de los mades erro (el moo rates eae
mio, hse, semimentl, tric y de romance) que legen cena
cles en su modifiaciGn del exquema de Nomrop Frye: °
En torno al concepto 15
—finalmente, vamos a tener presente tanto el dinamismo hist6rico del
_género novelistico (Bajtin), como la idea de Paul St. Pierre de que la parodia
es una prictica en la cual Ia historia esté explfcitamente inscrita;® asimismo,
‘compartimos la teorfa de Dane de que muchas de las acepciones actuales de
la parodia estén marcadas todavia —aunque de manera residual— por los
criterios de codificacién establecidos por Ia postica neoclisica.
1.3. LA PARODIA COMO FACTOR DE EVOLUCION LITERARIA EN LA NOVELA
HISPANOAMERICANA
En las reflexiones sobre Ia parodia hemos venido recalcando el caricter
dinémico de la misma en cuanto factor fundamental de la evoluci6n literaria,
citando a la sazén las ideas de Tinianov y Bajtin. Hemos dicho también que el
pensamiento crtico hispanoamericano carece de una elaboracién propia de a
parodia, por lo cual las teorfas existentes al respecto (anglosajonas y france-
sas en su mayorfa) pueden servir solamente como sugerencias interpretativas
de pricticas textuales concretas y no como una descripeién completa de una
poética,
De lo dicho hasta aquf se desprende que en vez de estudiar Ia nueva
novela como un fendmeno auténomo y aislado habria que analizarla més a
fondo en relaci6n a sus antecedentes. Mientras que no aspiramos a tazar aqué
‘una genealogfa de la nueva novela hispanoamericana, s{ nos parece vilido
situarla en un contexto que permita evaluar su poética en términos de la
continvidad y Ia ruptura, de Ia canonizacién de lo marginal y la marginali-
zacién del canon,
En nuestra aproximativa definicién de la nueva novela hemos visto que la
transgresiGn de la formula realista —efectuada a través de diversas estrate-
gias narrativas— es el signo distintivo de la estética que predomina en
lanarrativa hispanoamericana a partir de los sesenta. La vitalidad de la novela
hispanoamericana en esta época puede explicarse quizas en términos de
ln inherente plasticidad del género novelesco, de su capacidad de abarcar a la
vez la tradicién —“la memoria del género,” segsin la f6rmula de Bajtin— y
Ja renovacién desafiante" En palabras de Fuentes: “Lo que ha muerto no es
la novela, sino precisamente la forma burguesa de la novela y su término de
referencia, el realismo.” A esta opiniOn expresada en pleno auge del boom,
clescritor mexicano iba a agregar afios ms tarde el siguiente juicio: “nuestra
Modernidad no ha tenido forma més expresiva que la novela, para mostrar16 La parodia en la nueva novela
tanto su proximidad a la historia, su confirmaciGn de la experiencia personal
y Su rebeli6n contra todo lo que la limita, encadena y entorpece.™*
Esta semilla de la subversi6n plantada en la poética del género ya en sus
exigenes canavalescos a tira menipea, Cervantes, Rabelais) —intuds por
Igunos de sus estudiosos (Bajtin), ¢ ignorada por otros (Lukées)— resulta
‘esencial para el desarrollo de su parodicidad. Para dar un ejemplo més inme-
into y claro recordemos que en el siglo veinte el agotamiento de la formula
novelesca tradicional iré consumandose precisamente a través de una cadena
de parodias del modelo realista. La semilla subversiva de la parodia iré
germinando para alcanzar el apogeo de su florecimiento en la novela
Postvanguardista,
Situada en el marco de esta evolucién, la nueva novela hispanoamericana
corresponde a un momento cuando, en palabras de Barth, “no se puede
volver al realismo simplista de la novela del siglo XIX...si alguien construye
ahora la Catedral de Chartres, serfa una propiedad embarazosa ;n0 es ast? A
menos que lo hci innicament,"? Tradciendlo a Ia nomenclature de
Barthes, peermos dei que el esl elisa pit ou cuaidad del serp-
tble* Quis Pie Menard con su iarea imposible de esrbirel Quote en