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Bropovitica Y COLONIALIDAD. UNA LECTURA CRITICA DE Homo Sacer’ BIOPOLITICS AND COLONIALITY. A CRITICAL READING oF Homo SACER BIopoLitica E COLONIALIDADE. UMA LEITURA CRITICA DE Homo SACER ALEJANDRO DE OTO* CONICET / Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina adeoto@gmail.com MARIA MARTA QUINTANA® CONICET / Universidad Nacional de Rionegro, Argentina smariamarta.quintana@gmail.com Resumen El presente articulo retoma las tesis de Giorgio Agamben, presentes fandamentalmente cen Home sacr I, acerca de la biopolitics, l poder soberano y la auda vida. [objetivo ridica en elaborar una erties a los argumentos del autor que enfatizan la conexién entre tunos arcanos del derecho y ciertas teenologias de control peblacional, bajo un supuesto ceminentemente ontoligico de la euestidn que, desde nuestra perspectiva, incurre en tuna deshistorizacisn del fenémeno de la biopolitica, Mis precisamente, en relacién a esto élkimo formulamos un interrogante acerca del lugar que ocupa cl clonialismo, no s6lo del siglo XTX, en la trama histérico-conceptual recorrida por Agamben ~aunque también, en menor medida, por Michel Foucault, De otro modo, se intenta advert el lugar subsidiaio en que se deja en el mazco de estos encuades tedricos a esas formas de “gobierno sobre las poblaciones» que consciayen los regimenes coloniales. Palabras clave: biopolitiea — colonialismo — colonialidad del tiempo, "EL presente article (ve eldbordo en el marco del proyecto “Hlstra y subaltenidad. Un andlss bhstoriogeic de a bra de Frans Fanon, Relacones com la tora ccs conempordnea, divide por er. Aljando De Oto El project se ett eta Universidad Nacional de la Patagonia SB Arges). Seinics ene 2006 y finalise en el presente sho! fnanclamient conmespon alms ned = inmatigndorindependiene del Casco Nasonal de Irwstpntones Cente y Teenie (CONICET) ‘Docent deta Unnersdad Nacional de Patagonia (UNPSTB). Doctor en Eeadion de Ais y Afra por El Coleg de Meaio, Fue Research Fallow en Brow Ukr (EEUU) y parc como cuter ‘avieado del Aftan Seve Seminar de Uniersiy of Cape Towa, Sodtca, Su tecer bo, Fant Fanon Pelt» pot dl wee posse (2003), yecbie en 2005 el presio “Fran Fanon Aad fo (Gutsanding Book in Carhbean Though” de parte de a Caribbean Philosophical Associaton. Director ‘dela Maes em Ler dela Universidad Nactnal dela Patagonia SI. ‘cara doctoral del Consejo Navona de Investigaciones Centar yTésneas CONICET), Dosente dels Lnieridad Nacional de Rio Nes (UNRNI, Profeors de Forfa y dosorands en Floss dds Univeral de Buenos Aes (UBAD, La autora en Soaisnde la macatria en Socolopts Jel ‘Culture y Analisis Cultura de Instiuto de Altos Enudios Socles (UNSAMD, con una tes sobre rboapropackin de nos durante la alia diadura ilar en Argentina desde la perspec de bs lontlided Ha sido vesigadrnestudiant y ego en formation de vais proyectos de tvestigcion "adcadorenditeentes nests de Ia UBA. Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 ALEMANIA Fotografia de Johanna Orduz Abita: ‘This paper revisit Giongio Apamben’s theses — mainly present in Homo saeer I~ on. biopolites, sovereign power and bare life, It aims to formulate a criticism to the author's arguments emphasizing connection between some law arcana and certain technologies of population control, under the eminently ontological assumption of the question, which —from our perspective—, the phenomenon of biopolities fall into, More precisely, rclation to the last one, we ate asking a question about the place Colonialism occupies, rot only in the 19th century, in the historical-conceptual argument Agamben moves through —even though Michel Foucault did it to0, 10 & lesser extent. Conversely, i is noted the subsidiary place within which those colonial zegime-lke forms of “government ‘on populations” are inscribed by these theoretical frameworks, Key words biopolitics — colonialism coloniality of time Resume presente artigo retoma as teses de Giorgio Agamben, presentes fandamentalmente fem Hews sazr I, acerca da biopolitica, o poder soberano € a vida nua. O objetivo consiste na elaboragio de uma critica aos argumentos do autor, os quais enfatizam a conexio entze alguns arcanos do ditcito ¢ certas tecaologias de controle populacional, sob um pressuposto eminentemente ontoldgico da questo, © que, na nossa perspectiva, incorze em uma dés-historizagio do fenémeno da biopolitica. Com relagio a isso, mais precisamente, formulamos uma questio acerca do lugar que ocupa o colonialismo, ne somente no século XIX, na trama hist6rico-conceitual percorrida por Agamben ~ ¢, em menor medida, também por Focault. Por outro lado, alertase quanto ao lugar subsidisio que, no contexto destes enquadeamentos tedricos, apresentam as formas de woverno sobre as populaces» constituidas pelos regimes coloniais. Palerasehave biopolitca, colonialism, colonialidade do tempo. Ahora bien, si el genealogista se toma la molestia de escuchar la historia ‘mis bien que de afiadir fe a la metafisca, 2qué descubre? Que dettis de las cosas hay wotra cosa bien distintan: no su seereto eseneial y sin fecha, sino el secreto de que no tienen esencia, o de que su esencia fue construida pieza a pieza a partir de figuras extrafias a ella Michel Foucault: Niotgeby, da genealgi, la bistoria Elcolono hace la historia y sabe que la hace... La historia que escrihe no es, pues, la historia de! pais al que despoja, sino la historia de su nacién en tanto ‘que ésta piratea, viola y hambrea Frantz Fanon: La condenades dela tora Colonizacisn: eabeza de puente de la barbaric en una eivilizacién, dela cual puede llegar en cualquier momento la pura y simple aegacién de la ivilizacibn, He sefalado en la historia de las expediciones coloniales ciertos tasgos... Eso parece no haberle gustado a todo el mundo, Parece que esto es sacar viejos esqueletos del armario, ;Ciertamentel ‘Aimé Césaire: Ditcurso sobre el clonalimo Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 49 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer I. Presentacién Las consideraciones tardias de Michel Foucault acerca de la biopolitica han revelado un potencial hermenéutico extraordinario al punto de que resultan cruciales ¢ includibles para comprender el actual panorama de la flosofia politica contemporiinea y sus debates. Si bien el érmino fue acufiado en 1905 por el sueco Rudolf Kyellen (Castro, 2004: 3), sera Foucault quien le confiera un notable valor interpretative y una potencia especulativa capar de abrir nuevos interrogantes, de proyectar nuevas series conceptuales como asi también de renovar el programa politico-filoséfico de la actualidad, Enmarcado en este panorama el presente articulo busca, primeramente, profundizar la especificidad del dispositive biopolitico atendiendo principalmente a la titima conferencia de [Hay gue] Defender la sociedad, para luego retomat las tesis de Giorgio ‘Agamben acerca del poder soberano y “No olstante, cxbe desscar que los dessroles | Ja nuda vida, Bl interrogante planteado epee sure encores ote | radia en la cuestin acerca del lugar que ‘Btancon lara ae Can | ocup el colonissna, no ilo dl siglo Nate deta biplane 781979, " | XIX, en la trama histérico-conceptual * Tor diopaders en wenido ampli eenvende es | recorrida por los autores mencionados Fae oa ttisscadssebowrs. | 4 propésito del desarrollo del biopoder’ De otro modo, se intenta advertir el lugar que se reserva en estos encuadres te6ricos a esas formas de «gobierno sobre las poblaciones» que constituyen los regimenes coloniales, Una de las criticas que Roberto Espésito formulé a propésito de las investigaciones de Agamben resulta fundamental: ella cuestiona si al otorgar mayor preeminencia al plano ontoldgico, en menoscabo del genealégico, no se estaria incurriendo en una radical «deshistorizacién» de la cuestién (Clatin.com: 12/03/2005), Lo interesante de esta observacién para conectar con nuestra hipétesis, aunque en otra direccién, se halla en la posibilidad de pensar que quizis el espacio por excelencia donde el poder soberano se constituye bajo el paradigma de la excepcin es el «espacio colonials invencién profundamente matcada por la excepto (jerérquica) del “ Bnaio cn tad como rad hisirio | poder imperial —de la que aiin vemos, Fae aeeeeee eee estat | sus efectos, Por ello, resulta notable el hecho de que la «nuda vidav, cana ‘oseuta figura del derecho romano arcaico, en que la vida humana se incluye en el orden juridico Gnicamente bajo la forma de su exclusion (es decir de la posibilidad, absoluta de que cualquicta le mate)» (Agamben, 2003:18) no sea vinculada con los drdenes colonials, con la produccién de sujetos desechables (convertidos en. «vida vegetativay a través de diferentes mecanismos de des suibjetivacién, incluso juridico-burocriticos) en un marco de absoluta excepcionalidad. “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 50 Buscando responder a objeciones de carieter metodologico, Agamben sefiala cen Signatura rerum que su método es arqueol6gico y patadigmatico por cuanto se ocupa de figuras como cl «estado de excepeidmm, el «campo», el «homo sacer> © el amusuimam, que ademas de referir a fenémenos histéricos positivos son tomadas como paradigmas «cuya fancién [es] Ia de constituir y hacer inteligible Ja totalidad de un contexto histérico mas vasto» (2009:13). Sin embargo, dado que se intenta dar cuenta de las violencias que traman no sélo las prdeticas sino también las «zonas grises» del canon politico de occidente (gglobal), eabe preguatar si ese acontexto hist6rico més vasto» no debiera contemplar esa incémoda figura que constituye el «sujeto colonial, a quien cualquiera prima facie puede ocasionar la muerte en el sentido més literal de la expresion. En otras palabras, el interrogante se dirige especialmente a la clave en que al autor se le revelan los textos sagrados de la soberanfa y los arcanos inscriptos en los propios cédigos del poder politico; pues, aunque manifieste programaticamente que no se trata de un estudio historiogeifico que pretenderia deducir una estructura juridico-politica de ciertos acontecimientos, sino que, al conteatio, indaga en la estructura jusidico-politica que hizo posible determinados sucesos (Agamben, 1995), vale reparar, no obstante, en cicrtas restricciones para percibir el problema deun poder soberano que toma a su cargo la vida no s6lo al interior del tertitorio curopeo. Mis precisamente, se intenta objetar el vinculo que asegura la conexién, entre unos arcanos del derecho y ciertas tecnologias de control poblacional que Al encuentra radicalizadas en las sociedades contemporineas. La pregunta es si acaso la operatoria te6rica no termina afirmando trayectorias inmanentes la cultura y al tiempo eurocentrados, y, por consiguiente, desatendiendo a otras figuras paradigméticas que también contribuisian a explicar la creciente normalizacin de Ia excepién. Asumiendo entonces un gesto teérico arriesgado cabe discutr la asercién acerca de que los lugares por excclencia de la biopolitica moderna son el campo de concentracién y Ia estructura de los ‘Como proponen y sstienen los exponents del row opcton derolonia,aumimor la dnc fnalica general ene colonise yolonalidad, En ee sentido ycon lee reso de llr cabo una educcion dela heterogeneidad dele process coloniles, seilamos que mientras el primer termina hace referencia los procses histericos {aie preducen fa abordinacién polite, cura 1 econdmicn de una sociedad con respect 4 una Inetrpols cl sepund hace referencia al patron de poder que emerge en reac can el colonialism smodemo y que penura inchs, una ver que felacion de someumiento felicia) deaparece Por consguent, Is coloniaidad or aguelo que aun hoy sobre inscubiendo wana inertios el poder sabre oe cuerpo Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 grandes estados totaltarios del siglo XX. La invitacién en este trabajo ‘es a asumir el papel central que ha jugado cl colonialismo y que juega la colonialidad’ en la produccién politica de nda vida, esto es, en la constitucién y concepcidn de lo que sin mas se denomina «politica occidental (y que radiea en la fundamental inclusidn/ exclusién de las précticas coloniales). Por cierto, no se trata de una discusién Nsw 17942489 51 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer acerca de los origenes 0 de los fundamentos de la biopolitia, sino de reconocer que la opeién de Agamben ocluye las dimensiones coloniales de lo que genéricamente se diagnostica como la erisis politica de oceidente. En este sentido, cabe discutir y sefialar que e! movimiento ontolégico que supone su aniliss, esto ¢s, la investigacién referida al «punto oculto» en que confluyen el modelo juridico- institucional y el madele biopolitico del poder, se despliega sobre una diacronia uni-lineal que de Grecia a Europa, pasando por Roma y el medioevo cristiano, gota el trayecto hist6rico ~ahogando miltiples historicidades- instituyendo una tradiciGn exclusivamente autorreferencial que s6lo se confronta consigo misma y desconoce las pricticas politico-imperiales’, De otra manera, resulta sospechable la recurrencia exclusiva a unos. arcanas del derecho romano que revelarian la presencia de una extrafa figura de lo sagead, esto es, da vida a quien enalgiena puede dar muerte pera que es la vex nsacificable el bom sacer» (Agamben, 2005:18) como constitutiva del «primer patadigmay del espacio politico occidental ~radicalizada como der musselnann en los campos de concentracién nazis. A propésito resulta interesante, con el propésito de ampliar las investigaciones de Agamben, la tesis de Enzo Traverso al afirmar que «el nazismo permitié el encuentro y la fusién de dos figuras paradigmiticas: el judo, el “otro” del mundo occidental, y l “subhombre”, <1 “otro” del mundo colonizado» (Traverso, 2002:27). esis, por otra parte, ya presente en los autores caribefios Aimé Césaire y Frantz Fanon, "A propisto de In wiaconia unilinesh Cf uae, 20005 1992. En consecuencia, se trata de ampliar la cuestién més allé de su fenomenalidad eurocéntrica y de situar el problema biopolitico en relacién con la constitueidin del espacio colonial (y con anterioridad a la consolidacién del Estado nacional ccuropeo y sus consiguientes criss). én esta direccién, tal vez, no seria exagerado, afirmar que el lugar por exeelencia de la biopolitica moderna es el espacio colonial {insoslayable para comprender a «Europa» desde el siglo XV en adelante), como estado de excepcién, que el campo de concentracidn y la estructura totalitaria de los Estados del siglo XX; en todo caso, también cabria hipotetizar acerca de que éstos tiltimos fueron las «novedosas» expresiones que el colonialismo adquirié en. los confines intra-europeos. IL. El dispositivo biopolitico segiin Foucault Alinterior del prolifero corpus foucaultiano dos textos resultan fandamentales en. torno a la cuestion del biopoder. Por un lado, el capitulo postrero de La voluntad de saber, «Dexecho de muerte y poder sobre la viday, que corona los anilisis y descripciones de a formacidn del dispositive de sexualidad aludiendo a la cuestién del racismo moderno, en tanto, racismo biolégico y de Estado, Alli Foucault sefala «que siel poder soberano se caracterizaba por el privilegio de apropiarse de la vida, “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 52 incluso para suprimirla, a partir de la época clisica el derecho de muerte tender a desplazarse y a ejercerse (positivamente) sobre ésta; procurando administrarla, ‘multiplicarla, aumentarla, eerciendo sobre ella controles precisos y regulaciones _generales? (2002: 164). A propésito escribe que se trata de «{...] un micropoder sobre el cuerpo que también da lugar a medidas masivas, a estimaciones estadisticas, a intervenciones que apuntan al cuerpo social entero 0 a grupos tomados en conjunto» (2002:176), ‘jerlendo,proplamente una diopultea cone | respecto del cual la sexualidad (objeto un dela forma especies del bop. : Te Frode) queda, oe como lugar de acceso y de inferwarén entre el cuerpo individual y el cuerpo de la especie. Este nuevo punto de inflexién en el devenir de los desarrollos y de las investigaciones de Foucault, pone de manifiesto que ya no se trata sélo de perseguir los efectos individualizantes de la anatomopolitica, centrada en el cuerpo como maquina, sino de gobernar a los individuos en tanto entidad biolégica, El autor se refiere en este sentido a la hinpoltca como fenémeno regulador, como ejercicio positivo sobre la vida, como efecto masfiador dado que sus conteoles recaen en. los procesos biolégicos tales como las natalidades, las defunciones, la longevidad, el nivel de salud poblacional, a calidad reproduetiva, ete. Se trata entonees de analizar las ciculaciones del poder en torno de dos series que se combinan: cuerpo — organismo ~ disciplina — instituciones; poblacién — procesos biol6gicos — mecanismos regularizadores — Estado; organedicplina de la institucién, por una parte; y biaregulacin del Estado, por la otra (Foucault, 2000:226) Para profundizarlo anterior resultaincludible visitar la dltima clase del 17 de marzo de. 1976 com la que Foucault cierra el curso en el Collige de France, Dictado entremedio de Jas publicaciones de Vly casigar (febrero de 1975) y la mencionada La volumtad de saber (octubre de 1976), Defender la sociedad ocupa una posicibn espeecifica y estratégica en el recorrido de las indagaciones acerca de los efectos y funcionamientos del poder. Luego de un extenso itineratio por la formacién y las transformaciones del concepto «guerra de razas», Foucault destaca una profunda mutacién en el ejercicio del poder soberano, Despegiindose de los méviles del poder disciplinatio, aunque sin abandonatlos,afirma que uno de los fendmenos més signifieativos del siglo XIX, es la consideracién de la vida por parte del poder. A continuacién explica que el problema de la guerra concebida durante el siglo XVIII como «guerra de razas» desaparece del analisis de los procesos histérieos, aunque no asi la cuestién de la «razay. Fstailima se reconfigura en algo novedoso: el macismo de Estado. Su hipétesis alude a una westatizacién de lo biolégico» en el sentido de un ejercicio del poder sobre el hombre en cuanto ser vient que, a diferencia de las tecnologias del poder disciplinatio, sto es, de fos procedimientos que tienen por objeto Ia produccidn de cuerpos individuales, politicamente déciles Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 3 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer y econdmicamente rentables, pone en evidencia nuevas estrategias de inlusén de 4a rida en el seno del calculo politico (Foucault, 2000:217), Desde su perspectiva, a partir de la segunda mitad del siglo XVITI emerge otra tecnologia de poder que sibien no es disciplinaria se integra y se amalgama con ésta. Esta nueva técnica no busca regit la multiplicidad de hombres que hay que adiestrar, vgilar 0 castigar; por elcontrario, ...] es de otro nivel, de otra eseala, iene otra superficie de sustentacién yse vale de instramentos completamente diferentes» (Foucault 2000219); siendo esa heterogencidad la que hace posible que dos conjuntos de mecanismos de distinto nivel, disciplinario y regularizador, se articulen el uno con el otro”. Buscando definir Ia especificidad de esa tecnologia global aplicable al cuerpo de la poblacin, Foucault presenta una contraposicién con la teoria clisica de la soberanin" Asi, delimita dos cuestiones. Por un lado, que frente al viejo derecho de soberania se emplaza otra forma de poder que lo atraviesa y modifica en un. poder exactamente inverso, esto es, el poder hacer vivie y djar morir;y, por el otto, que este kbiopodem que tiene por objeto asegurar la vida debe ser analizado en el nivel de los mecanismos, de las técnicas y de las tecnologias del poder (2000:219). Como destacamos mis arriba ya no se trata (s6lo) de las tecnologias disciplinarias del trabajo y los modos de racionalizacién y economia de un poder ejercido al menor costo posible, sino de tomar en consideracién otra forma o rama del poder moderno que es la biopolitica. En este sentido, la normalizacién no tiene por objeto al cuerpo individual disciplinable (cuyo patadigma espacial era el pandptico), sino al cuerpo de la especie y los procesos propios de la vida biolégiea que se pretenden regular”. No obstante, es preciso volver a remarcar que esta nueva "Para Foucault la ciudad obrera del siglo XIX conatinye um cao ejemplo de la superposciin de teenolopas disciplnariayregularizadors (2000277. = Sogin ein ene a perssberano clsshdonncs porpleno derecho nivimnimmierescorespondes Indes del soberano que se ten dereso a estar vo, etcnsanciaiment, met Foucault 2000218, xa custhn es cae el Latin puesto que elsberan inte para poser vv, sin cmbaro, concenta sole ste pen poder o potecla de muerte, Lays queda pr er de pact peo, mismo tempo uch ‘dL En consoctnca, se eta de una prada eka que oe complement con a sete de desegueo retin, ya que elsaberano tmpee puede matary en conseclencia eee su pode sabe aida Al respec Fousultvestiene que cl decho de vida y de mute, en tant se ta fundaetalmente de un dere de Incopaa sempre neers del no dela muere yen ca descr arcana Yarns No hay en € ‘orlotavy uma siete) Esl derecho de hee mori dear in (2000218 Dello we sie ‘levine nds de vid y de muerte ya no comeponde a ett el eis de nme nail al maa ‘Eposer plies, por san se ncn en minds pot a oad sober "Dice Focal sos proceso eats, mortal ylangeiad,consuyeron ami ented usamenre ‘vd sgunda ad del ago XVI en concen con eo una maa de pablemas conte y pols Jos prams Manas de onl de shpat [| Se examin dl problema de a merida, ya no sentiment ono habla rnaldo ata enone ex plano debs fens epulemis cea amen abla termed ft tl put los pods pln ddl fond dela Edad Media. JEs ee moments 2 Se ‘Eo XVI nose tt deem pei sna de aged en ines pcre he pao aa at peri dan, rms, fatale ln aco, fda intend dear enero nas ‘Seonapoblicon J] Enns, enfermedad omo nena de pblacin no vom la ner ee aba ‘yt ste asd ln epidemisino como la mere permanent, ques desi en av, a cco costae a dsmanuye $b dea (2000220272), En sn nied dea police de toma {su ange ua sciedeensmcos que states la mean dela plain aa yen pla Astras, ‘eee dit ige 3 un lanier de medias no slo dcr ste sino de shar a “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 54 tecnologia de poder no suprime ni excluye a la diseiplinaria; por el conteatio, la integra, la engloba, se combina con ell, la modifica parcialmente implantindose a través de la existencia previa de esas tecnologias diseiplinarias ~de ahi la posicién dela sexualidad, competencia tanto dela Aisciplina como de la bio-regulacién”. Ct Fal 2000227228, 20021768 Ahora bien, haciendo a un lado la multiplicidad de problemas que atafien a la biopolitica, resulta crucial: 1) comprender que ésta se ocupa de un nuevo cuerpo desconocido hasta entonces por la teoria del derecho, esto es el cuerpo dea poblacién tomada «como problema politico, como problema 2 la ver cientifico y politico, como problema biolégico y problema de podem (Foucault, 2000:222); 2) que se trata de la poblacién valuada en su daracin, © sea, 3) de la necesidad de aleanzar su homeostasis, es decir, su equilibrio y regularidad reduciendo los fenémenos aleatotios, los peligros internos. A propésito, y retomando la contraposicién entre la cireulacién del poder soberano y la biopolitca, Foucault eseribe: Mis aca, porlo tanto, de ese gran poder absoluto, dramitico, sombrio que era el poder de la soberania, y que consistia en poder hacer morir, he aqui que, con 1a tecnologia del biopoder, a tecnologia del poder sobre la poblacién como tal, sobre el hombre como set viviente, aparece ahota un poder continuo, sabio, que es el poder de hacer vir La soberania hacia morir y dejaba vivir. Y resulta que ahora aparece un poder que yo llamaria de regularizacin y que consiste, al contratio, en hacer vivir y dejar morir (2000:223) En este punto cabe retomar la observacién con la que abre la clase del 17 de marzo, acerca del «racismo de Estado» pues, hasta aqui sélo se ha hecho referencia a una serie de mecanismos regulatorios y asistenciales asociados a una biopolitica «positivay, La pregunta, entonces, es gde qué manera la biopolitica acaba revirtiéndose en un poder mortifero, que incluso la leva hasta su paroxismo, transformando el chacer vivin» en necropolitca"?; puesto que ese Ete rina ya ccna com na trayectri en mbit de la tevia soca. Nees un intents naan lomascecanamente posible al de Achille Mberabe Ast, aotdatos quelasobeania no ene po ojeewo central ninguna autonoms del suet sno una wenetlisda inatrumentlieain de I exer y de In desccion material de los cverpos humanos de las poblaciones (Mbembe, 2003-14) (waducion ‘era. En co sentido, mis que Buca la ean cam ts Rindatento del expace lin, lo abe «ten juego son los trminas devils y muerte pues a colonia consticae el espacio por exlenci Ue Le aplicssion direct deen sohernia en tanto se confide paride como um espacio si eyes. ES onsecuenca que las eecologas que all surgeran furan ono wsadas en el narsne no hace al escola, fl problema ot preciamente que Ls colonia se conieae como uns wfrmaciin de terror. Como Ly Sobrante se teraz, enconces, define los limites defo humano, En el Estado estar lo humane ¥ porafies delle, [on hurmano. Las colonia representa at el cao auctipco Jeeta operas. A ropa, escbe Membre: «El espacio fe por lo tao la materia pina dea soberania yd olen {Bie emia con ell. La soberanin Sonn ocecn,yecipeci sige reg as colonzadas ex Una eeera zon ent el reino de la subjetoidad y den objeewdads (200526) fuaduccioa nue En resumen eteautor propone entender la recapliza come a subyugcin de lava l poder dea mere subpugacién entendida en terms de sus operaciones yconfguraconeshistriooespaciaesy de as econfiguracones dela elaconer ene reat, saci yteror (Memb, 2003.39) Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 55 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer biopoder que busca asegurar la vida, en su extremo, es capaz de destruisla y consiguientemente de suprimirse a si mismo. En consecuencia, hay que destacar «que lo nodal del planteo se halla en la inflexién accrea de que la politica moderna es esencialmente una politica de la raza, en tanto, el racismo se convierte en el motivo indispensable para dar muerte a los otros siendo la condicién gracias a Ja cual puede ejercerse el poder de matar. Esto implicaria su inscripcién en los mecanismos del Estado a través del funcionamiento del biopoder, por euanto es la eeazay la que permite fragmentar, hacer cesusas en el continuo de lo biol6gico, de Ia especie. El racismo, entonces, instituye la diferencia sustantiva entre lo que debe vivir y lo que debe moris, pero, administrada por el Estado. Luego, Foucault sefiala una cuestién sumamente interesante acerca del estrecho lazo entre la teoria biologicista del siglo XIX y el discurso del poder. En relacién, allo, afirma que: cada ver que hubo enfrentamiento, crimen, lucha, riesgo de muerte, existié la obligacién literal de pensarlos en la forma del evolucionisme [...] -Y agrega- El racismo va a desarallarse, en primer lugar, con la calonigacin, es dvr ‘con dl genocidiacolonizador. Cuando haya que matar gente, matar poblaciones, matar civilizaciones, geémo seri posible hacerlo en caso de funcionar en la modalidad del biopoder? A través dc los temas del evolucionismo, gracias, aun racismo (2000:232)*. Ademés, advierte que el motivo de la raza, muy vinculado al de la anormalidad, no parece ser més que «la extrapolacién biolégica del tema del enemigo politico» (Foucault, 2000:232); es decir, el concepto mismo de lo politico estructurado bajo la légica binaria del amigo-enemigo, pero ahora codificado, en los términos del enemigo politico racalizads, Por consiguiente, en la guerra 10 se intentara slo destruir al adversario politico sino a la raza sival, realizando cl suefo (fantasmitico) del fortalecimiento biolégico de la poblacién en tanto érgano de una pluralidad unitaria y viviente, Este racismo ~anota- no debe ser confundido ni con el desprecio u odio mutuo entre las razas, ni con una suerte de operacién ideoldgica o de mentalidades preocupadas por adversarios miticos. En las propias palabras de Foucault, se trata de «algo mucho més profundo que una vieja tradicién o una nueva ideologia» (2000:233); a especificidad del racismo, moderno esti asociada a la técnica del poder, de otro modo: EL ena cr nuevo, Esti ligada al hecho de que, lo més lejos posible de la guerra de razas y de sa inteligiblidad de Ia historia, nos sittia en un mecanismo que permite cl cjercicio del biopoder. Por Jo tanto, ef racsmo esti ligado al funcionamient. de um Estads obligads a servise de la raza, de a eliminacin de las rezas.y de a purfcciin dela raza, para eee su poder sberane. 12 yextaposicién 0, mejor, e “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 56 funcionamiento,a través del biopoder, del viejo poder soberano del derecho de muerte implica el funcionamiento, la introduccién y la activacién del racismo. Y creo que éste se arraiga efectivamente ahi (2000:233)". Retomando las reflexiones iniciales de este trabajo, resultan Mamativas al menos dos cuestiones. Por una parte, que reconociendo el desarrollo del racismo con el genocidio colonizador Foucault macere la problemética del otto colonial y lo extrapole sin solucién de continuidad al funcionamiento del Estado moderno —dejandolo, en definitiva, como un fendmeno subsidiatio y, por consiguiente, como si se tratara de procesos del mismo orden que no implican mayor profundizacién’”, De esta manera, al ignorarlo, homogeniza los procesos nfo eto "Tambien Traveso ha puesto de manifesto el cho de que la combinaccn entre el rcs Boldgeo yal colonialismo mereen especial atencion, Refine al sg XDK afer que ses ‘se entonce, el iciamo Biolyio yel colonialism Conocieon un Jesaroli paralelo en el gue ambos Aiscursos complemencaios tentan puntos © fmf [a “inion clindorn de Europa” y bs “owincion” de las "rnasinerionesy er deci, const a tovts del exterminon, Asian, Senala que Schmit habla a propio del "apogeo™ CLL Jan pum emopacin del gue el derecho Jiteracional no etumis que una simple extension fave autornabe eattrloente lar guess de ongutsta feta de Europa Travers, 200258), divergentes y heterogéncos en las pricticas histéricas colonials; prcticas ‘que produjeron las operaciones més vastas sobre los cuerpos, sus vidas y muertes. Por el otro, que luego de insistir en la especificidad de dos mecanismos de circulacién del poder, ‘que por el hecho de tener superficies de sustentacién diferentes pueden superponerse uno con otro, inseriba ahora a la racializacién en el interior de un poder estatal-y-soberano que, de momento @ otro, estalla como poder mortifero y suicida, En otras palabras, parecen insuficientes los pasos en la genealogia foucaultiana para sefialarlas condiciones de reversibilidad entre una biopolitca que asegura a vida, y otra quela destruye. Y es ahi, justamente, donde la trayectoria propuesta por Agamben se abre paso en la bisqueda de unos arcanos inscriptos en el plano ontolégico del poder soberano que desocultarian su faceta bipolar. Sin embargo, lo que resulta ocluido en uno y otro caso es la posibildad de pensar singularmente el poder mortifero que atraviesa al Estado nacién curopeo, tanto en lo que hace a su institucién como a sus pricticas extm-territoriales y de gobierno de las poblaciones en eonexién con las empresas coloniales desde cl siglo XVI en adelante. Posiblemente la insuficiencia que se sefalaba mis arriba, a propsito de los pasos genealgicos, también deba ponerse en relacién con una concepcién de la umodernidad» de caréeter excluyente que tiende al reduccionismo, cuando no a la oclusién de los acontecimientos y esquemas que constituyen su dado oscuro», esto es la colonialdad, Ahora bien, en principio destaquemos que el caricter enracenirade y la tendencia a pensar la politica (moderna), su nacimiento y sus crisis, de modos asociados al Estado de derecho, soslaya otras aristas de la cuestién enmarcadas en procesos Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 57 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer anteriores a la organizacién estatal, Estamos pensando en la conguista de América y en las consiguientes formas de control de In subjetividad que también podrian intexpretarse en clave biopolitica cuando no resignificar cl coneepto a la luz de otras evidencias histéricas y de otros regimenes conceptuales, Las consecuencias de este derrotero de la modlernidad han sido evaluadas por intelectuales como Enrique Dussel, Walter Mignolo y Nelson Maldonado-Torres, entre otros, Compartiendo la perspeetiva, por nuestra parte se tata de insist en la idea de que es preciso trabajar con un concepto desagregado de temporalidad a la hora de despejar algunas operaciones con respecto al tiempo hist6rico y sus formas de representacién — sobre esto volveremos més adelante. No obstante, queremos aclarar que no se trata de forzar el canon foucaultiano, ylos debates y reformulaciones generadas en torno de él, pero side encontrar los intersticios en el debate que permitan incorporar esos Jados incémodos que no dejan de hacer a la problemitica IIL. La ontologizacién de la biopolitica Hacia el final de la conferencia del 17 de marzo de 1976, Foucault afirma a propésito de la sociedad nazi, lo siguiente: [.--J es una sociedad que generalizé de manera absoluta el biopoder pero que, al mismo tiempo, generalizé el derecho soberano de matar. Los dos mecanismos, el clisico y el arcaico que daba al Estado derecho de vida y muerte sobre sus ciudadanos, y el nuevo mecanismo de biopoder, coincidieron exactamente [...] el Estado nazi hizo absolutamente coextensos el campo de una vida que ordenaba, protegia, garantizaba, cultivaba biolégicamente y, al mismo tiempo, el derecho soberano de matar a cualquiera, no s6lo a los otros, sino a los suyos. Fn los nazis se produjo la coincidencia de un biopoder generalizado con una dictadura ala vex absoluta y retransmitida a través de todo el cuerpo social por la enorme multiplicacién del derecho de matar y la exposicién a la muerte (2000:234-235). “Teniendo en cuenta la cita precedente se sigue que el punto que resta explicar es la coincidencia entre el viejo poder soberano de matary el biopoder—radicalizado con la experiencia nazi, Es alli donde las investigaciones de Agamben se proponen, corregir o completar la tesis foucaultiana, Desde su perspectiva, no se trata tanto, de pensar los modos en la que la vida como tal se vuelve el objeto eminente de los eileulos y de las previsiones del poder estatal, en tanto: lo decisivo es, mas bien, el hecho de que, en patalelo al proceso en virtud, del cual Ia excepcién se convierte en repla, el espacio de la nuda vida que estaba situada originariamente al margen del orden juridico, va coincidiendo de manera progresiva con cl espacio politico, de forma que exclusién © “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, exoojute 2010 Issn 17942889 58 inclusién, externo € interno, diary g9é, derecho y hecho, entran en una zona irreductible de indiferenciacién, [..] Todo sucede como si, al mismo tiempo que el proceso disciplinario por medio del cual cl poder estatal hace del hombre en cuanto ser vivo el propio objeto especifico, se hubiera puesto en marcha otro proceso que coincide gresso mado con el nacimiento dela democracia moderna, en el que el hombre en su condicidn de viviente ya no se presenta como objet, sino como sydto del poder politico. Estos procesos, opuestos en muchos aspeetos, y (por lo menos en apariencia) en acerbo conflicto entre ellos, convergen, sin embargo, en el hecho de que en los dos esta en juego la muda vida del ciudadano, el nuevo cuerpo biopolitico de la humanidad (Agamben, 2003:18-19), Segxin Agamben, el «fundamento oculto» sobre el que reposa el sistema politico no es otro que el extado de exepcién respecto del cual la nuda vida es (ala vez) excluida del orden juridico, pero apresada en él. No obstante, la estructura de la excepeién, que dl se propone bosquejar en su trabajo, considerada como «onsustancial con 1a politica occidental» en una genealogia que, partiendo de Aristoteles, pasando por los arcanos inperi, el medioevo y legando hasta las elaboraciones de Foucault, ‘no contempla ninguna referencia extra-curopea a la constitucién de! poder estatal y la democracia moderna: todo acaba en un movimiento de sublimacién que partiendo de la polis priega explicara al nazismo como el fin (tei) de un modelo que contiene en si mismo, germinalmente, su propia degeneracién'®, Mas ain, sus AL repgcto el autor afisma que ols singuae formula "generdn con wieae al vn” puede ter leida to solo coro una tnplicion ‘de bs snercion gtomént en ler od, sino ambien ome a exualn incluta (ana exces) de bs ten Us poly como In pole fern el Ig fee gue vii Ben, y fuer a nuda vd lo qe emp debe rer poiado, Landa vida iene [a pelea cecdental, ol singular pelea de ser sell sobre caya exclaims ids acd de analisis apuntan a desvelar Ie estructura fundamental de la metafisica occidental ‘que ocupa el umbral articulatorio entre el viviente y el Léges, de un lados y la politica, por el otro. A propésito, arguye que «la “politizacién” de la nuda vida es la tarea metafisica por cexcelencia en la cual se decide acerca de los hombees (Agen, 200317). Ia humanidad del ser vivo hombre, yl asumir esta tarea, a modernidad no have otra cosa que declarar su propia fidelidad ala estructura esencial de la tradicién metafisicay... Y continia afirmando que «la pareja categorial fundamental de la politica occidental no es la de amigo-enemigo, sino la de nuda vida-existencia politica, zoe bie, exclusién-inclusién. Hay politica porque el hombre es el ser vivo que, en el lenguaje, separa la propia nuda vida y Ja opone a si mismo, y, al mismo tiempo, se mantiene en relacién con ella en una exclusin inclusivay (Agamben, 2003:18). ‘feniendo en cuenta lo anterior, habria que destacar que distanciandose de una explicacién genealégica del poder més proxima a Foucault, Agamben opta por poner la cuestién en términos mas cercanos a una antropologia filoséfica, en Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 59 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer tanto, a fundamentacidn binasia de la politica estaria presupuesta por la escisibn, operada lingtifsticamente por el viviente. Por consiguiente, la «deshistorizaciém «que apuntibamos al principio, puede que sca el resultado del pasaje analitico a una estructura metafisica que se agota en si misma, esto es, que se inmanentiza y sélo refiere de modo derivado a ciertos acontecimientos histéricos ~en otras palabras, cl esfuerzo tedtico de Agamben desoculta la «ontologizacién» de Europa y su crisis como un destino metafisico, En la misma direccién es preciso sefialar que la conjuncién operada entre capitalismo y biopoder, que Agamben resefia haciéndose eco de la tesis de Foucault en la introduecién a Home sacer I, revela algunos problemas o limites explicativos. Alli afirma que el desarrollo y el triunfo del capitalismo no habsian sido posibles sin el control disciplinario llevado a cabo por el muevo biopoder y sus tecnologias de subjetivacién de «cuerpos déciles» (Agamben, 200312) Observa que el paso de las investigaciones foucaultianas del «Estado territoriaby al estado de poblacién», con el consiguiente andlsis de la importancia de la vida biol6gica y dela salud de la nacién como problema especifico del poder soberano, encuentra su correlato en una genealogia del capitalismo. Entonces, la biopolitica, el agobiceno sobre los hombres, estaria circunscripta a una problematica intra europea que fusiona clementos tedricos (como la teoria de la soberania, el derecho romano, la polis griega, etc.) como constitutivos de la «europeidadb, y de una concepcién del desarrollo y triunfo del capitalismo como un fenémeno exclusivamente europeo, esto ¢s, sin afuera. Asimismo, respecto del mismo pasaje también se hace preciso indicar que mientras al interior de (le tfalidad) Europa se advierte un proceso de «ereciente animalizacién» del hombre, por medio de refinadas técnicas politica, el espacio colonial se cierne sobre una concepeién del lotro ipso fac como «bestia de carga» amedrentada por el poder de la espada. Por consiguiente, hay algunas complicaciones en juego aqui, De una parte, una teleologia del capitalismo que se deseavuelve incorporando, elementos de la tradicién griega y romana, En general, no habria mayores objeciones a esta caracterizacién si se tuviese en cuenta que se trata de apropiaciones de conceptos y prictieas que también deberian contextualizatse Sin embargo, no parece claro el vinculo, tanto en términos de procesos como en. términos de acontecimientos singulates, entre unos arcanos del derecho y una sociedad capitalista contemporinea y sus tecnologias de control poblacional. Mis bien, lo que asegura tal vinculo es la ontologia que recorre el proyecto de Agamben, Una ontologia que reduce, pasando por operaciones complejas asimilables a una idea de Buropa, la dimensién historica de los procesos que constituyen la heterogeneidad llamada Europa. En este punto valdria preguntarse con legitimidad si no se trata de una operacién llevada adelante por los efectos de una categoria hiperreal, tal como las concibe Dipésh Chakrabarty, la cual esti “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 60 menos destinada a ordenar los procesos y encuestas histéricas de las sociedades asidticas, africanas y latinoamericanas y mis dirigida asegurar la estabilidad ontolégiea de la historia europea, ain en el reconocimiento de sus monstruos (2008). Por otra parte, habia que pensar no en la creciente politizacién de la ida vida como derivacién indefectible de un entramado metafisico, sino en la produccién politiea de nuda wida y de una metafisica diferencial que construye sub-humanidad desechable, necrsada en términos de Achille Mbembe. De otto mode, la «genealoginy de Agamben y el movimiento ontoligico que supone, esto es, el ingreso de la gofen la esfera de la polis como un movimiento, inmanente («inmanenter porque no parece estar pensando en una estrategia politica que irrumpe y erea un nuevo orden, sino en un proceso indeclinable ue acabarfa en una radicalizacién de la nuda vida en tanto incluida/exciuida del espacio soberano), no le permite vislumbrar que en el espacio politico colonial los sujetos son politicamenteproducidas come animales, esto es, como muda vida despojada de derecho. En este sentido, resulta impostergable visita la escritura de Fanon a propésito de la bestializacién de los condenades. Una politica que hace alianza, 0 mejor, que se constituye en la produccién de sub-humanidad, en la animalizacién dchombres y mujeres colonizados, disciplinados y bio-regulados (en algunos casos hasta su extincidn). Se trata, pues, de circulaciones del poder que tempranamente se han desocultado como necroticas y paroxisticas, aunque de increfble potencial regenerative (¢l del capital). Poder que circula con el doble propésito de explotar y matar, y que desde la conquista de América viene constituyendo el aire que respiran tres tercios de des-humanidad, Por ello, afirma Fanon: A veces ese maniquefsmo llega a los extremos de su logica y deshummaniza al colonizado. Propiamente hablando lo animaliza. , en realidad, et lenguaje del colono, cuando habla del colonizado, es un lenguaje zoolégico. Se alude a los movimientos de reptil del amarillo, a las emanaciones de la ciudad indigena, a las hordas, a la peste, el pulular, el hormiguco, las gesticulaciones. Bl colono, cuando quiere deseribir y encontrar Ia palabra justa, se refiere constantemente al bestiatio. Fl europeo raramente utiliza imagenes», Pero el colonizado, que comprende el proyecto del colono, el proceso exacto que se pretende hacerle seguir, sabe inmediatamente en qué piensa. Esa demografia galopante, esas masas histéricas, esos rostros de los que ha desaparecido toda humanidad, esos cuerpos obesos que no se parecen ya a nada, esa cohorte sin cabeza ni cola, esos nifios que parecen no pertenecer a nadie, esa pereza desplegada al so, ese ritmo vegetal, todo eso forma parte del voeabulario colonial (Fanon, 2007:37) De otto modo, si se acepta ampliar Ia idea de modernidad més allé de su fenomenalidad curocentrada y se concede situar el problema politico mas allé de la organizacién estatal y sus derivas concentracionarias, asumiendo que hay Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 ot Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer una problemética de gobernabilidad de la poblaciones en el espacio colonial y con anterioridad a la consolidacién del Estado nacional, no seria desatinado comprender la colonia como el espacio por excelencia de la biopolitiea moderna. En este sentido, ademas, resulta sugestivo que el derrotero de Agamben por las problemiticas politicas contemporaneas lo lleve a mencionar situaciones de cexcepcionalidad, en general, referida a «sujetos coloniales», sean inmigrantes en. tcrritorio europeo o pobladores de antiguas o actuales colonias también europeas Sin embargo, més alld de la excepeionalidad colonial, el viaje conceptual se centtaliza nuevamente frente a la insistencia del autor cuando afirma que: sila politica parece suftir hoy un eclipse duradero, este hecho se debe precisamente a que ha omitido medirse con ese acontecimiento fundacional de la modernidad, Los «enigmas» (Furet) que nuestro siglo ha propuesto a la raz6n historica y que siguen siendo actuales (¢1 nazismo es sélo el mas inquietante entre ellos) sélo podran resolverse en el Ambito la bio-politica- en que se forjaron. Unicamente en un horizonte bio-politico se podré decidir, en rigor, si las categorias sobre las que ha se ha fundado la politica moderna (derecha/izquierda; privado/ piilico; absolutismo/democracia; etc.), y que se han ido difuminando progresivamente, hasta entrar en la actualidad en una auténtica zona de indiferenciacién, habrin de ser abandonados definitivamente...”” (Agamben, 2003:13). Ese acontecimiento fundacional de la politica y de la modernidad que Agamben Giagnostica como la politizacién de la nuda vida como tal, que matcarfa el umbral cen el que se transforman radicalmente las categorias politico-filoséfieas del pensamiento clésico desocultando su fidelidad a la metafisiea occidental, lejos de horadar los lazos en que se imbrican metafisica y politica los refuerza. De alguna manera, cl despliegue agambeniano acaba por reforzar la presencia de dos metafisicas. Una, para Europa; otra, para el espacio colonial. Una, fundacional de la politica moderna; otra, grenegada condicién de posibilidad para la construccién, de shiperteales» tedricos?” El movimiento conceptual aludido hace pensar en lo que podriamos identificar como una «onciencia liberal que ® Blenfais es rc, , Tiss mic geargilossne caps | PRESeNtA al nazismo como un proceso se fandalo le polnia moder polo nie | sé generis respecto de la violencia anos fesonaydaiesnne somes” ass | politica (extzema) en el marco de la cl silo XX se a tenido que esperar para visimbrar | P* scx ylavolenca gactrana deselremqusts | excepcionalidad. Sin embargo, no SAS cakes spelt lsminossls | parece muy defendible tal posicién si se examinan los procesos del siglo XIX europeo, los cuales incluyen, de manera contundente, las Kigieas y las pricticas “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 2 imperiales. Al respecto, por qué no revisitar Corazgn de las tnieblasy reparar en el _gesto maniftico y psicstico del sefior Kurtz como una condensacién de todas, las acechanzas que asolaban esa subjetividad imperial. Este personaje es clave en mas de un sentido. Por un lado, porque asegura un cuerpo y una historia para la historia del imperialismo pero, por otro, porque en si mismo revela con, insistencia los limites morales, éticos, pricticos y politicos que el discurso colonial y civlizatorio pone en juego. Kurtz es en la novela de Conrad el empleado corrupto de una compafia de explotacién colonial en el Congo. Marlow tiene como misin ir hacia él en un camino que conduce al coraz6n del imperio, del imperio brtinico y del seiior Kurtz, en regiones profundas de Africa para un ojo curopeo. El viaje es el libro y Aftica es el gran lugar oscuro que rodea las pasiones y las razones de estos personajes, las conforma y las confronta, Ellos se corrompen un poco por eso y otro poco pore imperio. Kurtz muere en los brazos de Marlow, en algin lugar de Africa, y sus Glkimas palabras son eel horror, el horror. Marlow vuelve a Europa y le cuenta a noticia ala novia de Kurtz. Pero decide, y este acto es crucial, ante Ja tequisitoria de ella para que le cuente cuales fueron sus dlkimas palabras, no decitle la verdad, Decide que lo iltimo que dijo fue su nombre. Fin de la historia, La maestria, ciertamente, excede el ya impresionante arte en términos literarios gue la novela despliega. Lo que se hace patente, dirfamos casi sin mediacién alguna, es que intelectuales como Conrad tenian claro a fines del siglo XIX que Jas fuerzas desatadas por el impetio habfan socavado cualquier idea de razin, moderna o artilugio similar. ¥, por lo tanto, que esta historia europea que incluye a Africa es la muestra palmaria de la imposibilidad de diferenciar una ontologia europea, recortada en su esencialidad, a menos que sea s6lo un recurso ideol6gico en el antiguo significado de la palabra. Bin este contexto pensar que el campo de concentracién es lo que define la partida de la excepcién, del estado de excepci6n, se vuelve vago € impreciso, El descubrimiento de Kurtz, sintetizado en la frase «el horror, el horror, y la mentira de Marlow, muestean que ya se ha minado por completo cualquier posibilidad de que lo acontecido sea algo salvifico civilizador 6 liberador. Las palabras de Kurtz desvelan Ia trama del imperio como nadie No se trata del horror ante la muerte, por otra parte algo dificil de aceptar en un, personaje de esta naturaleza, sino de la eaida en el sentido més literal. De la eaida de toda la discursividad que rodea al sujeto imperial/colonial, dejando expuesto el cuerpo a una radical desmudez que, de un modo u otro, siempre habia estado del Indo de los nativos. La ironfa es que cuando Kurtz experimenta esa caida lo espera Ja muerte. Y Conrad lo resuelve bien. No era el cuerpo de Kurtz el indicado para enearar discursos poscoloniales luego de la caida, o para ser el exerpo de una politica, Pero el suspenso permanece en Marlow, quien por otra parte sabe de Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 6 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer 1a caida. Su actitud se introduce de lleno en el terreno doble de la tragedia y el sarcasmo, La tragedia en el sentido que experimenta una responsabilidad frente al discurso civilizatotio a sabiendas de sus procedimientos. Sarcasmo, porque ya 0 hay posibilidades de ningyin retorno cuando se sabe. Lo que queda expuesto en el corazén de las tinieblas de estas almas moderno- coloniales es que la trama de Ia modernidad/colonialidad ya ha preparado el espacio simbélico y practico para la existencia del campo. Tal descubrimiento ha tomado en masa esas conciencias curopeas porque en un sentido profundo y desde hace un largo tiempo, aiin si no se aceptan las tesis sobre el inicio mas temprano de la modetnidad a partir del siglo XVI de Dussel y del proyecto modernidad/colonialidad, pero s{ aquellas mas dependientes de las historias coloniales francesa c inglesas como las de Said y Bhabha, que se afirman en el, siglo XVIII para pensar el momento clave de la modernidad, ya estén dadas Jas cosas para que no haya extetioridad con respecto al mundo colonial. Es a misma historia en todo su despliegue practico. Es decir, no es la misma historia en términos homogéneos sino en términos de que en una y en otra ya no hay escapatoria: no hay proyecto moderno que se pueda pensar sin proyecto colonial. En ese terreno, el teoricismo de Agamben ocluye algo crucial: que las historias son antes que el desarrollo de un concepto, 0 su circulacién, © afirmacién, un territorio encarnado, pleno de humores y de olores, 0 parafraseando 2 Mare Bloch con su prosa econémica y potente, cuando referia que la presa del historiador era la que estaba tras los rasgos sensibles del paisaje, ahi donde habia olor a carne humana. Ein ese sentido, la pregunta por la politica moderna, como quiera quc ella sc la conciba, parece mejor respondida cuando se presta atencién a estos humores y olores que un. cfleulo geométrico u ontoligico. Eso nos Hleva a una consideracién sobre el problema de la temporalidad que debemos analizar, IV. La colonialidad del tiempo” La primera consecuencia es que un método ontoligico tiende a organizar Ja temporalidad en un marco fuertemente jerérquico del cual parten formas ramificadas que por obra de la expansién capitalista deben ajustarse progresivamente a una temporalidad central que ordena y marca el ritmo, A su Mignolo ha hesho referencia Jn eslonisacion del sempow en alsin una de Tas operaciones epstimias propias de las dscusos qe contibuyeon 3 tar la wierencia colonial yl wren imperinn,cama el de Lae Cate or ckmplo. Can site tring, sumado sa asians del epacton se propone dat cnesta de una dela acts fundamentales de a eolonalidae tsar ua lines, uh reptesentacin donde el tal mjto colonial sted prehendida ena mgsn de do prion po To'ant,colonsable De esta manera, Gempo y espacio queda corades ex dos pas Users, fa Jel rmaderidady In de prehiors. CF Mignolo, 200334041 “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 64 vex genera una dimensién adentro/afuera, interior/exterior, de la historicidad™ que termina afirmando trayectorias inmanentes a la cultura y el tiempo. De otro modo, si el campo de concentracién y la estructura de los estados totalitarios del siglo XX son los lugares por excelencia de la biopolitiea, asumiendo que mantendremos la vigencia del concept, lo son en tanto historia doméstica, intima, propia de un descavolvimiento histérico que se presume contenido dentro de marcos verificables, tanto en términos de las practicas histérieas {algo que menciona poco Agamben) como de los conceptos. Y en ese sentido podriamos usar una figura sarcastica 0 trigica con respecto a la forma en que se constituyen los imperialismos. Si se expone la propia sociedad a procesos de expansién imperial colonial, luego sera imposible reclamar una autonomia de la historia local de esa sociedad. Por ese motivo, Chakrabarty propone provincializar Europa en nombre de una operacién que podriamos llamar, para ‘nuestra conveniencia, descolonial. Sin embargo, tal provincializacién destinada a comprender el caricter no ontolégico de la historia europea en relacién con sus otros, no puede avanzar sobre los resultados concretos de las historias contemporineas. Es decir, puede conducis a una comprensién diferente del proceso, por e280, una comprensién anti-imperialista, pero no puede proponer La moc de tric ence vais problemas qu den se slarado para ple sant en nesta cexpsiin, En primer ay, lenin ha slo precinentemente obj de ellen wis ears 1h lola, nus que Kitties. Ad ex dacerible un cojunte de tot perenecetes a pewadones to Dil, Mannheim, este oto, que abondaon a Matrcad como ura ef que nda deanna Ica el conncmieato de bs condita buna, Los de suet uso et esa pespectie. Emo aso de Heidegger, la hsuriedd es un mode (us extend) propio de Dal pues, el marco de ls omtclg ‘undue, dela alia exten, que depigapara agar la conden strc del sr ahi irk), flea que te x anterior ats Riri en el etido de que ot puede acuperse de, eatin, surge x por el cho de ei hitkamente ex de a tonprl El Sarg Tepe 12 9a Lastlosofias de stra asu ves abonaron el ain puta ins idea susan de hsicidad. Eo las amas. derivadas del suminismo la hsticidad se yergue como cts de la tadieton per no come revultado de una performance cultural ino de uns concienclaomplaente que eapea su sumo et i Intra Enel aso hegelanolshstoricad spate de un proceso dual de renovation yonservacion de fuvimonis deatarios, Cuando hacemos referencia aides de una histricdad oneal asumimos Que ase despliega cos un tonosustancalsa cuando pretende oanizat as peictcas histores de sociedades “ifeates. En ee send, es un producto consonants con las Sosois dela histora decimononics y ‘ouosdervades mas cerancs temporalmente. Sin embargo, cuando hacemos luson as historiidadcs onstefidas por esta operacion, inluso cuando ealuamos a ext hstorekad curoceatrada como rr ogue intentamoe deci x que clgoler forma del hisoriidad en ego ese eleado de uns brtcay node una ontologia. Ex dec se tata de proceso vinculadoe al etary no al set Stute Hall dca que la dented es una cuesaon de devel no de set. Hn ese sentido nuesto uso dela ‘oct dicngue varios momentas metodologcos que vale Ia pena alas. Bn pumer gar distinguimos hisorcidady opeaci hisorogfia, pare deco con De Gert (1993). Bn eve nie a histoncidad el resulado de ln operacion de conocinienro que inten ctacetiar las fawtas de una historia ‘Jecrminada. En soul, vemos la istorcdad coms el nombre dado a certs ensmenos, como Los ‘entrates, por una disiplin particular en un mato eplstmelegico partic No le imagines comme susanci dient del proceo prctico de conocmiento gue arania el pasado en su forma historia, or ejemplo safc, pra el caso. En eer gn, aveszo uso responde alo que podeamos lamar {genclamientos producidas por posictones dl sets en as prices o con mis clad, agenclamientos roducidos ene proceso deconsetuion social cultural de subject ade scales, clao es, aunca 508 fm camp cerado de sicados sino qe extn stress pot tas apltidades postbles dl poder {En es nstancia,entonees, la storcdad es contngene. no oMme pues ala eacara de tliciones, sino como opvest 2 lo sastancialsos histrcos:y ea en el orden des tradiconesa preserva compe eh orden decuncindar ls eapers desu trno et storia para rane en cl Tala Rs, Bogs Coli, No.2: 47.72, eno 2010 Nsw 17942489 65 Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer que cosas tales como el colonialismo y el imperialismo son el resultado de una determinada mirada histérica, Para decitlo mas claramente y excediendo el marco temporal y espacial del proyecto de los estudios subalternos del cual Chakrabarty es cultor, el eolonialismo en sus variadas configuraciones ha asolado, ¢n los tiltimos cinco siglos cada regién de la experiencia social y cada espacio social, geogséfico y cultural del planeta. Pretender después de eso que se pueda detectar un conjunto de elementos referidos a lo que apareee como una suerte de procesos auténomos de la cultura europea para caracterizar Ia modernidad, es una reduccidn ideolégica y metodolégica grave. En este punto participamos parcialmente de la idea de Mignolo acerca de qué ofrece la lectura de Agamben, Para Mignolo, Agamben hace un descubrimiento tardio de la disechabildad de los euerpos en la historia moderna. Tardio y parcial porque no comprende la historia del colonialismo y las tramas del archi descolonial que presuponen los escritos de Cugoano, por ejemplo (2006:117- 118). Sin embargo, el niicleo de nuestra critica a Agamben, si bien esta asociada al problema conereto que se pone en juego cuando se ignora el caracter instituyente del colonialismo para la modernidad y para la teoria politica, se refiere a que su visién comprime la heterogeneidad del mundo moderno colonial, y las distintas formas de disposicién de la vida que se inauguran en ese marco, ala huella dejada por una marca ontolégica de la tradicién del derecho romano, Ea ese sentido la Jectura de Agamben no llega tarde. Llega desde una marca epistemolégica que no incorpora capilarmente los cuerpos coloniales en su trama conceptual. O mejor, Jes incarpora como referencia externa que no ater fa trayectoria del concepo Por el contrario, las formas de la subjetividad politica que se inauguran con cl colonialismo son inherentes al proceso histérico que conecta de manera irreversible las historias europeas desde el siglo XVI en adelante con las de otras sociedades. La temporalidad que pretendidamente organiza la ontologia europea de Agamben es ciertamente reduetiva y no aporta sino una confirmacién de la regla hegeliana para medir la historicidad. En todo caso es una temporalidad «que se despliega, tal como Maldonado piensa la colonialidad del ser, como una colonialidad del tiempo (que atravesaria las dimensiones del podes, del saber y del sex), en la cual las heterogencidades temporales de las sociedades afectadas por cl colonialismo se subsumen en un envés del tiempo maestro de la ra26hn. No obstante, el paso a una condicién descolonial del concepto requiere de otras operaciones que no son las del desvelamiento sino Ia de una comprensién de las temporalidades de los grupos sociales, de las clases, etc. (dependiendo del nivel de agregaciGn en el que se esté trabajando) que se aleja de la trayectorias de la filosofia de la historia y de otras formas sublimadas de representacién del tiempo y del pasado. Es decir, se trataria entonces de un concepto de tiempo organizado, por prtticas diferenciales dele subjetividad y on la subjetividad. En esa instancia ¢s ineludible la discusién sobre las subjetividades subalternas, “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 66 Desde esta perspectiva tienen un gran poder eritico las nociones de provincializacién y de categorias hiperreales de Chakrabarty (2008). Pllas son, de tun modo concreto, marcadores de dos clases de impulsos de la teoria, Uno, el de homologas las diferencias al punto de esfumaelas en una suerte de disolucién de otras historicidades, lo cual en iltima instancia no es sino uno de los sintomas de borramiento sistemitico de toda politicidad en los cuexposs ya otra, como control critico del impulso a la equivalencia sin advertir la dinémiea de la colonialidad en 1a constitucién de epiremes. A la par ambas nociones proporcionan estrategias descolonizadoras siempre y cuando aceptemos que una estrategia ocurre en. tun contexto definido por quien la diseia, a diferencia de las tacticas que deben, adecuarse al contexto propuesto por el oponente. La colonialidad del tiempo no representa el intento de rescate de formas ontolégicas de la temporalidad que habiendo sido derrotadas se subsumen en. tuna temporalidad universal del discurso de la raz6n. Si la critica al modo en que Agamben coneibe la trayeetoria de la nuda vida, es decir, en la secuencia que organiza el pasaje del el estado de excepcidn a la ciudadania, y Ia consecuente ampliacién del estado de excepcién al total del espacio social puede ser explicada en funcién de una ontologfa europea eso no significa que tal ertiea deba asumir Ja tarea de una ontologizacién de los restos supervivientes, en las tramas de 1a colonialidad, de otras formas temporales, de otras formas sociales. Fanon, advirtié esta dimensidn cuando historiz6 su comprensién de la sociedad colonial cen Piel negra, mavcaras blancas al advertir que la discusién sobre ella no pasaba ni por la filegeniao la ontegenia sino, centralmente, por la sacigenia (1974:17), esto es, por la conformacién histérico social de la sociedad colonial”. 2 Pars una dict amplin del conseeo de -soclagenla ya dimension de low aportes de Fanon, AT mismo, wer Siva Wher (003) y Lewis Gordon (@000} Fanos argumentaba en Pa nee ica lear que no hap posbldads del Sor os so Jhgelano en el tino colonial Yen ee senda cl ingumento et se hap en le conaiucion den frchlocolonindo una suerte de ura que bee ldesiegoe de una onalegi Sin ema, ya Stel dato cuca, let Fanon «Cuando se alm {Ee una vez por todas que Is omtloga des de aso Ja exten no nos ferme comprenicr el Ser el pee. Pes el Nero ya no Gene que er Neg Sino iene al Blanco. Algunos se enpedat fn recomlirmos que Is snuacon tine tn doe Sent Respondemos que cfs. Hl Neo 30 ene ressenciaontliges alos ojos del Blane GOTIGD) La compression de ota forma de ominacon, que emacs penonaidad ims, po clade resi a ua ontalgia impel an0 [Bde histor el momento en wns racism sce qu se instumenslza se wee pelt css de ‘eprom. De ahi ls preferencia anoniana ors ‘etm scopic ete as Tala Ri, Bogs Colby No.2: 47-72, enroaio 2010 Si hacemos caso a los reclamos de Castro-Gémez (2007) por una comprensién no totalizante de lo descolonial, ello requeriré que dos procedimientos tedrico-politicos se complementen. Por un lado, que se despliegue analiticamente el tipo de temporalidad que dibujan los proyectos hegeménicos en la modernidad/colonialidad, que colonizan la experiencia social y cultural disponiéndola en formas relativamente homogéneas del tiempo, ya sea en el lenguaje de lo civilizatorio, de lo étnico, de lo nacional, ete. Por el otro, que la temporalidad se conciba en términos Nsw 17942489 a Auxapno De: O70 ¥ Magia Marra QuINTANA ‘Biopoltea ycolanialidad: Ua lectura ea de Homo seer desagregados en relacién directa con Ia espacialidad, la cual es un lugar imposible de evitar conceptualmente si se quieren ver las cuerdas diferenciales en que la experiencia histérica subalterna se mucve. Tal temporalidad ocusriria de manera desagregada en un primer nivel analitico y, on un segundo, en términos genealogicos. La desagregacién, por cierto, implica una tarea genealégiea en tanto Io que ella hace es explicar la configuracién que vuna determinada forma histérica asume. Resulta, luego, bastante claro que no hay posibilidades metodoligicas de buscar ontologias reprimidas en tal desagregacién sino historicidades que se articulan tanto en términos espaciales como temporales, Enfrentamos entonces dos situaciones: una, relacionada con la etitica de las posibles totalizaciones en el orden del saber que estan en juego en los procesos moderno coloniales; y otra, que provee una ligaz6n histériea, en el orden de las praeticas, a las configuraciones, subalternas de la temporalidad. Al avanzar sobre esta dimensién hay pocas posibilidades de imaginar la nuda vida dependiente de un arcano del derecho, En realidad la nuda vida estaria investida y vestida, valga la paradoja, por una larga historia diferencial de reduecién de la historicidad y de la politicidad de los cuerpos en los colonialismos y més precisamente, en sus sistemas de funcionamiento prictico, las plantaciones, la trata, la racializacién, ete. A propésito, es significativa la propuesta de Castro Gomez de pensar la validez que tiene el método geneal6gico y la analitica del poder para describir las diferencias en las pricticas y para organizar encuestas sobre la colonialidad (2007) sin reduciela a mero artilugio homologador de una suerte de continuidad temporal y simbélica que se organizaria en modos jerarquicos de conceptualizacidn del poder. Castro Gémer se concentra en una separacién de hecho de los temas y el método foucaultiano™ (2007: 164), por cuanto, desde su perspectiva, los contenidos foucaultianos remiten a una historia eurocentrada pero su método se abre a dimensiones no centradas, Esta observacién que tiene su funclamento en la tarea critica de Foucault de distinguir las distintas tramas que organizan el poder y las subjetividades, le permite introducir a Castro-Gémer la {dea de que muchas de las respuestas erticas dadas al vinculo colonial moderno se articularon desde nociones homogéneas de la temporalidad, como pot ejemplo la Ese pric tiene muchot antecedent en la dcsin teéveny polite cmternprines. Laie de aus lar metodalogne pueden seprure de los contenidos se encusntra en vai teen que conforman, Ie biota erica Elard Saud express eta siuacin en ds momentos extaleseitlecuaes dea prolific vida En 1983 afc en “Traveling Theory” que cuando las eos se even deus conte ‘oro perden a capackad porenci cra y anata. Lueg, en 1999, rvisando aqucll ca express ue ls tora en ealdad tienen lavattd de poder rencendetse en nuevos contextos, Tal sera el caso de Frmon yu recta sobre os sews hisvicos del mansmo, burgess proletaros ene hoiaonee de In socadad colonia on la fguar dl colonizadr yl colons. “Tabula Rss. Boge Colombia, No.2: 47.72, enoojute 2010 Issn 17942889 68

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