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EL INFORME

 Se presenta el informe para dar cuenta de una actividad académica ya terminada o en curso.
 Generalmente se emplea para presentar avances de una investigación o los resultados de la misma.
 Docentes y estudiantes recurren a este tipo de texto académico cada vez que se necesite combinar la teoría y la
práctica en una misma actividad.
El informe es un texto académico de carácter expositivo, ya que en él se describen las acciones, los métodos y los
procedimientos llevados a cabo para adelantar una labor, bien sea investigativa u operativa. A nivel educativo, es una
herramienta que facilita la formación académica y profesional, ya que para su redacción se deben combinar la teoría y la
práctica.

Conocer las características de un informe es fundamental para aprender a redactarlo correctamente y no incurrir en
fallos inútiles. Para saber cómo hacer un informe, tendremos que tener en cuenta unas cuantas pautas y rasgos básicos de
este tipo de escrito:

 Claridad. Un informe, sea del tipo que sea, debe por ser entendido por cualquier persona con un nivel cultural medio. Una
redacción sencilla y una estructura coherente entre las ideas expresadas será esencial para que un informe científico, por
ejemplo, llegue al mayor número de público.
 Redacción concisa y directa. Estrechamente ligada al punto anterior, la información que se dé a conocer en un informe
deberá ser la estrictamente necesaria, aunque detallada.
 Objetividad. Entre las características de un buen informe, esta ocupa un lugar especial, puesto que si todas aquellas
interpretaciones que se vuelcan en el informe no están correctamente fundamentadas, no será válido, pudiendo
perderse credibilidad y tiempo de trabajo.
 La replicabilidad. Esto significa que, en cualquier modelo de informe, tan solo leyendo su contenido, el lector puede repetirlo
y contrastar la veracidad de las conclusiones que se exponen.
 Sobriedad. Dependiendo del tipo de informe que se esté trabajando, se deberá emplearse un lenguaje adecuado en su
redacción, utilizando la terminología específica necesaria.

Todos los informes siguen una misma estructura, aunque el contenido sea distinto. Si vas a hacer un informe, es muy
importante que definas con claridad la finalidad del mismo y conozcas previamente cuáles son las partes de un informe.

La estructura de un informe se divide principalmente en tres partes: la introducción, en la que justificaremos la


elaboración de este escrito; el desarrollo, en el cual detallamos los procedimientos y la metodología empleada para recopilar
la información y la conclusión, en la cual presentamos los resultados obtenidos y las valoraciones.
A continuación, te explicamos cada una de las partes de un informe:

o Portada de un informe: deberá incluir los datos de autor del informe, así como el título del informe y el lugar y la fecha de
elaboración. Estará formada por el título del trabajo, nombre de los autores, el nombre de la organización o empresa y la
fecha de realización o entrega.
o Título: debe dar una idea clara y relacionada con el tema del documento.
o Índice: en esta parte deberemos señalar todos los apartados del informe y el total de páginas que contiene. En
esta parte quedará señalada la estructura del informe y las partes que va a contener, además de las páginas
totales.
o Introducción de un informe: se trata de una breve reseña de lo que trata el tema del informe y lo que vamos a
estudiar. Es un breve texto en el que se especifica el objeto del que va a tratar el informe. Abarca la presentación
del tema o problema a tratar. Su función esencial es contextualizar al lector. Algunas veces presenta los
antecedentes teóricos del tema en cuestión.
o Desarrollo o cuerpo: es la información principal y completa del tema del informe. Se complementará con
gráficas, diagramas, notas al pie de página, extractos, etc. Es la parte más densa, en la que se vuelca toda la
información del tema que se trata. Presenta la metodología utilizada y los resultados y el análisis de los mismos o
del procedimiento utilizado, si el tipo de informe lo permite.
o Conclusiones en un informe: en esta parte se presentan los resultados del informe más importantes y que, en
definitiva, permiten responder los interrogantes planteados en la introducción. Aquí es donde se pueden observar
todos los resultados y respuestas. Las conclusiones se pueden ofrecer en torno al análisis de los resultados o de
los procedimientos. Si se incluyen comentarios personales deben estar argumentados, también se pueden incluir
sugerencias y/o aplicaciones de las conclusiones para la toma posterior de decisiones
o Bibliografía: aquí detallaremos por orden alfabético y por fecha de consulta todos los documentos
consultados (libros, enciclopedias, artículos de prensa, medios audiovisuales, etc.) para responder todas las
preguntas del informe y concretar las ideas del trabajo. Al final del informe se señalan todas las fuentes de
información consultadas para su realización.

Aspectos formales del informe


Título que implica el tema, debe enunciarse sin verbo. Es decir; una frase nominal. Los subtemas son también frases
nominales que van como inter títulos. Por lo general, los informes dan cuenta de eventos pasados, por lo tanto deben ir
redactados en pretérito o pasado. Es importante que las enunciaciones vayan acompañadas de tablas, datos, gráficos y
documentación complementaria que puede ir a manera de apéndice o anexos.
La información contenida debe ser fiable y clara, ya que con base en la misma, se generan cambios y se toman decisiones.
Siempre que el informe emplee un lenguaje especializado, debe presentar un glosario. El informe requiere un estilo directo
y formal alejado de toda parcialidad. En el proceso de elaboración de cualquier tipo de informe es importante
documentarse, planear, elaborar una versión preliminar que luego será revisada y corregida antes de la versión final del
documento. En la evaluación de los informes con fines académicos, es necesario que el docente determine unos parámetros
de evaluación que deben ser conocidos, con anterioridad, por sus alumnos .

Clases
Teniendo en cuenta los objetivos, el informe se clasifica en: expositivo, demostrativo e interpretativo.
Informe expositivo: se caracteriza por la descripción de un hecho o una secuencia de hechos carente de interpretaciones
personales.
Informe demostrativo o investigativo (científico y técnico): el autor presenta su hipótesis, la descripción de todos los
pasos que ha seguido para su demostración y las conclusiones.
Informe interpretativo: a diferencia de los anteriores, en este tipo de informe, no solo se presentan y describen hechos,
también es necesario interpretarlos y analizarlos lo que constituye el fundamento para la toma de decisiones y
conclusiones. Este tipo de informe presenta análisis y recomendaciones, hecho que lo caracteriza más como un texto
argumentativo que como uno expositivo. Según los contenidos y fines específicos se clasifican en: de lectura, de salida de
campo y de laboratorio, entre otros.

Estructura textual
En su estructura textual, el informe presenta tres partes bien definidas que son: la introducción, el desarrollo y la conclusión.
El contenido de cada una de estas tres partes varía dependiendo de la tarea asignada y de la rama del conocimiento en la
cual se aplica.

Aspectos formales de presentación del informe


Cubierta, carátula o portada contiene: tema, autor o autores, asesor, si aplica, entidad a la que se presenta, ciudad y fecha.
Índice o contenido: utilización de nomencladores que presentan las partes del informe. Cuerpo del informe
Introducción o presentación: se contextualizan las acciones reportadas, sus condiciones de realización, intenciones y
necesidades que las originaron.
Objetivos: Se pueden subdividir en objetivo general y en objetivos específicos. En su redacción responden al qué, el cómo y
el para qué de los propósitos con los cuales se realizaron las acciones.
Acciones: se presentan secuencialmente.
Metodología: corresponde al tipo de procedimientos realizados o a las metodologías empleadas según el tipo de acción
efectuada.
Recursos: son los medios, materiales e instrumentos empleados en la ejecución de las acciones.
Conclusiones: aquí se plantean los resultados de las acciones adelantadas cuidándose de no repetir lo ya expuesto. Es
importante hacer recomendaciones para la toma de decisiones, por parte de los entes ante los cuales se les presenta el
informe.
Bibliografía: listado alfabético de fuentes consultadas y utilizadas. Si se han usado fuentes documentales, la bibliografía se
presenta, si no, no.
Anexos: gráficos, tablas, registros fotográficos, etc.
EL PÁRRAFO
Por párrafo entendemos una composición breve formada por un conjunto de oraciones conectadas entre sí que desarrollan
una idea o aspecto parcial de la misma. Debe tener unidad y estar lo suficientemente diferenciado del resto para que se pueda
separar por una pausa notable; es decir, por un punto y aparte.
Las oraciones que lo integran se centran en una idea principal a la que se pueden unir otras secundarias que matizan,
ejemplifican, dan razones o añaden datos. La claridad se asegura por la presencia del punto y seguido, del punto y coma, de
los dos puntos y de la coma. El final del párrafo se marca, tal como se ha indicado, por un punto y aparte. La conexión sucesiva
y armónica de los párrafos da coherencia semántica al texto en su conjunto y lo convierte en una unidad estructural y
significativa con sentido global.
Los párrafos varían en extensión y disposición según el tipo de texto, el género literario y el estilo del autor. Para que se
califiquen de buenos deben reunir las siguientes condiciones:
1) Invitar a la lectura (buena organización visual).
2) Estar bien conexionados (se contribuye a la fluidez). Un párrafo tiene que llevar a otro y ninguno es totalmente
independiente, ya que en cada párrafo está anunciando o prefigurando lo que sigue. El párrafo final debe hacer una especie
de conclusión, parcial o total, según proceda.
3) No es necesario que cada párrafo contenga una idea o que tenga predeterminado el número de líneas (unas 10), aunque
se recomienda que no haya grandes desequilibrios en la extensión de los mismos.
Evite:
a) Los párrafos frase y los párrafos de más de 15 líneas.
b) La mezcla anárquica de párrafos largos y cortos.
c) Las repeticiones y los desórdenes que rompen la unidad significativa:
 Ideas que pueden ir juntas ponerlas en párrafos distintos.
 Repetir la misma idea en dos o más párrafos.
 Tratar el mismo tema en dos párrafos cuando se puede hacer en uno.

 Poner en el mismo plano informaciones que tienen diferente valor porque no se distinguen con claridad las ideas principales
de las secundarias, lo previsible de lo inesperado, etc.
Ejemplo:
La operación salida para este largo fin de semana, que empieza con la festividad de San Juan [1] y la coincidencia con [3] la
verbena de ayer por la noche [3] provocaron un gran colapso circulatorio en Barcelona durante toda la tarde, de manera
que [2] las principales vías de salida de la ciudad [3] no pudieron engullir los más de doscientos mil [5] coches que se preveía
que saldrían [4] [2], el caos duró hasta la primera hora de la noche.( D. Cassany: La cocina de la escritura. Pág. 117)
[1] El párrafo tiene una extensión adecuada pero está constituido por una oración demasiado larga en la que abundan las
subordinadas y los incisos (que empieza con la festividad de San Juan).
[2] Los conectores (de manera que) y enlaces se pueden sustituir por signos de puntuación.
Se puede:
[3] Eliminar la coincidencia con, de ayer por la noche y de la ciudad.
[4] Sustituir que se preveía que saldrían por previstos.
[5] Sustituir doscientos mil por la cifra correspondiente.
Con los cambios anteriores la redacción se mejora mucho y queda como sigue:
La operación salida para este largo fin de semana, que empieza con la festividad de San Juan y la verbena, provocaron un
gran colapso circulatorio en Barcelona durante toda la tarde. Las principales vías de salida no pudieron engullir los más de
200.000 coches previstos. El caos duró hasta la primera hora de la noche.
ESTRUCTURA
La entrada inicial: la primera frase es la más importante y debe introducir el tema o la idea de forma enérgica, clara y
concisa. Si no induce a continuar la lectura el párrafo estará muerto. Se pueden emplear fórmulas como:
 En estas líneas se pretende [demostrar, presentar, tratar…],
 El objeto [objetivo] de este escrito es…
 En este trabajo nos proponemos…
 Con este estudio [análisis, investigación…] se pretende…
 El autor [presenta, expone, hace un análisis (o síntesis)…],

 En el texto de referencia se [expone, describe, analiza, cuenta, refiere, alude, estudia, intuye,…]. Tras estas fórmulas y si la
redacción del primer párrafo lo requiere se pueden utilizar conectores de presentación del tipo en primer lugar, de entrada,
lo primero que, ante todo, antes que nada, etc.
El desarrollo: las oraciones y los conectores que las enlazan siempre deben mantener la unidad de sentido. No deben ser
muy extenso (unas 6-8 líneas) y hay que procurar:
a) Salvo preposiciones o conjunciones no escribir la misma palabra o expresión.
b) Ser muy comedido con los incisos y procurar que sean breves. Es cierto que los incisos enriquecen la idea básica con
información complementaria, pero:
 Camuflan la idea principal.
 Alargan innecesariamente el párrafo y rompen el hilo de la lectura porque no se puede recordar todo.
 Contribuyen a la pesadez.
 Cortan el flujo natural de la oración. c) Dentro de un inciso no incluir otro.
En los párrafos de continuación o desarrollo se pueden emplear, entre otros, conectores como los que siguen:
 De continuación y agregación de ideas: además, incluso, asimismo, igualmente, después, luego, y más aún, también, cabe,
todavía, ahora pues, con que, así pues, hay que destacar, paralelamente, etc.
 De aclaración y ejemplificación: es decir, o sea, a saber, mejor dicho, dicho de otra manera, esto es, con otras palabras, o
lo que es lo mismo, por ejemplo, pongo por caso, tal como, tal que, etc.
 De objeción y contraste: aunque, si bien, a pesar de, no obstante, en cambio, por el contrario, por más que, con todo, antes
bien, sin embargo, así y todo, ahora bien, por otra parte, etc.
 De causa y consecuencia: por ello, debido a, en virtud de, dado que, de ahí que, pues, así que, por consiguiente, en
consecuencia, etc.
 De énfasis, realce, inclusión y refuerzo (fuerza argumentativa): en efecto, sobre todo, en realidad, en el fondo,
especialmente, naturalmente, además, de nuevo, más aún, incluso, es más, principalmente, de sumo interés, lo más
importante, hay que hacer hincapié en, etc.
El final: recupera algún dato relevante y facilita la conexión con el párrafo siguiente. Las fórmulas y conectores de cierre
más habituales son:
 Por último, En suma, En (como) conclusión, En resumen, En definitiva, Finalmente, Para terminar, A modo de resumen.

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