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George Boole (1815-1884), 48 elementos El Algebra Logica de George Boole MAURICIO BEUCHOT Introduesién El propdsito de este trabajo es presentar las ideas fundamentales de! céleulo de Boole, intercalande comentarios sobre el procedimiento que éste siguié en su ‘eonstitucién y tratando de menifestar sus supuestos filoséficos, Esto sera de alguna ayuda para entender as aplica cones del digebra booleana en la actuall dad partiendo de una comprensi6n mds profunda de sus fundamentos 16g: cos-seménticos, es decir, filoséficos. George Boole (Lincoln, Inglaterra, 1818 ~ Cork, Irlanda, 1864) es eonside ado como el primer autor que presenté Un eéleulo légico aceptable, por lo que recibe el galardén de ser él auténtico fundador de la l6gica matemética (Bo- chenski, pp. 294 y 312-313; Kneale, b, P. 376; Dumitriu, p. 39). Pero todavia ‘més importante resuita el hecho de que, » pesar de comprensibles deficiencias ¢ imperfecciones, su dlgebra se sigue usando actualmente en varios aspectos. Partiendo de la matemitica, Boole cons- ‘ruye su céleulo para la légica, aunque no se da entre ellas una correspondencia biuntvoea; mantienen algunas diferencias ‘notables. El eélculo booleano abarca tanto la légiea de proposiciones analiza {das (0 l6gieas de clases, términos o cuan- tores) como Ia légica de proposiciones sin analizar (0 logica de juntores). Es un itera bivalente (no admite intermedio tentre los dos valores “verdadero” y "fal- 50”) que procede tanto por leyes como por reglas de inferencia; y, ademés, bus- a su aplicacién préctica como metodo: logia de laciencia, Las dos obras principales de Boole son The Mathematical Analysis of Logic (1847) y The Laws of Thought (1854). Nos centramos en esta Gitima, pues nos ‘ofrece los aspectos més filoséficos de su Céleulo, @ saber, su concepcién del len- guaje, de sus leyes y do los tipos de ‘enunciados. Deserrollaremos aqui espe eificamente estos tres temas, 1. Lenguaje y 16giea Boole concede gran relieve al andlisis légico del lenguaje. De la somidtica del lengugje, encontramos que toma en ‘cuenta sobre todo la sintaxis y a seman: tica, no tanto la pragmética. ‘que, dada la formalidad de su eéleulo 0 Algebra de la légica, la dimension semio- tica més pertinente era la sintaxis (Beu- chot, a, pp. 14 y 303 ss). La intuicién sintéctico del lenguaje como la vertebra cién estructural del razon: es el instrumento del pensemiento, y, va ‘que buscamos las leyes del pensamiento, stas pueden rastrearse en el lenguaie (Boole, p. 24). A partir de él establece tuna lgebra 0 cSloulo; pero no se con tenta con adaptarlo sin més a la lgicg, cosa que ya etros escritores habian he- cho (Beuchot, be), sino que exalicita naturaleza’ misma ‘de célculo légico, bien, Corctonts de ue lo deena Partir del lenguaje, como la sintaxis 16g cade éste. El lenguaje es restringido por Boole @ su aspecto material de lenguaje escrito: atiende @ Ia corporiedad grafica del si ‘no linguistico, sin abordar los otros pro- blemas que surgen en torno a él. A se- mejanza del digebra, todas las operacio nes del lenguaje —que es el instrumento del razonamiento y cuyas leyes principe: les se buscan— pueden realizarse me diante un sistema de signos compuestos de los siguientes elementos." (i) Simbo: los literales, como x, y, ete, que repre- sentan cosis como temas de nuestras concepciones. (i) Signos de operacién, como +, —, x, que estén en lugar de las ‘operaciones dela mente por las cuales las concepeionesde las cosas se combinan © resuelven de modo que formen nuevas ‘concepciones que envuelven los mismos ‘elementos. ii) El signo de identidad (Boole, p. 27). 2. Las eyes del simbolismo En sequida, Boole clasfica los signos ‘adoptando un criterio generative (pue- den combinarse de manera simple y por leyes simples, y de ello se generan todas Jas formas. concebibles del_lenquaje) Constituyen tres clases: (i) “Signos ape lativos © descriptivos, que expresan el nombre de una cosa 6 algune cualidad o circunstancia que le pertenezca" (Boole, pp. 27-28). Estos son el sustantivo—pro: >. Designan luna clase de individuos, y pueden repre- sentarse por uns letra, p. ej. x puede significar la clase de los hombres. Tam- bién pueden juntarse, y, asf, x puede significar la clase de las’ cosds blancas, ¥y la clase de los carneros y z la de l Cosas cornudas, y entonces xyz significa: a la clase de los carneros blancos cornu- dos, ie. esta conexién de conjuntos tie- ne él sentido de la multiplicacion 0 pro- dducto l6gico, Hay ciertas leyes que se aplican a esta clase de expresiones. La primera es la siguiente: (ay =v que corresponde a la ley de la conmuta- Cién para la multiplicacién o el produc: to; 0s decir, el orden de los simbolos es indiferente. Por otra parte, cuando dos simbolos representan lo ‘mismo, cuando gy =x, en realidad se trata de 2 = & Y xx puede representarse como 2; por lo cual, obtenemos otra ley ge- (2) 2 =x ‘que es la ley de la tautologia, y con ella se evitan repeticiones innecesarias de pa labras idénticas. Esta es una ley que no rige en el élgebra numérica y que fue im- plementada por Boole para el élgebra legis. Pasamos, entonces, los elementos simbdlicos de la clase (i): “Signos de las ‘operaciones mentales en las que eolecta- ‘mos partes en un todo o separamos un todo de sus partes” (Boole, p. 32). Estos signos se interealan entre os signos de la clase anterior, pare. tener férmul bien formadas. P. ej. tenemos ef —conjuncién— y el “0” —disyuncion—, etc. En concreto, “y" y “0 tienen leyes idénticas 2 las del signa "+" en aritmé: tica, En efecto, representex a "hombres ¥y. 2 "mujeres", y "+" est6 on lugar de “yy "0" tendremos: Getyoy te que es la ley de ta conmutacion de ta uma, Afiédase ademés el simbolo 2, r presentando el adjetivo “‘europeos” que, segiin Boole, tiene la misma cate: goria’sintéctica que el sustantivo—, y entonces decir “hombres y mujeres europeos” seré lo mismo que decir "hombres europeos y mujeres europess”: ast: Mzuty=axty que es la ley de ta distribucion de la su- ma, Ambas son las leyes que gobiernan €2l uso del signo "+", el cual representa la agregacién de partes en un todo. Pero también se puede hacer lo opuesto, i.e. quitar partes a un todo y so expresard on el signo opuesto, a saber, "—". En consecuencis, “todos los hombres, ex cepto los asiaticos’, se representa como x ~ y.¥ también es indiferente el orden. ih aie se expresen los términos: (hx +x que es Ia ley de la conmutaci6n de la esta. A semejanza de (4), i. con la su: ‘ma, también esto sucede con la resta: si X representa la clase “hombres”, y la Clase “asisticos” y z Ia clase “blaricos”, afiadir “blancos” a la expresién “los hombres, excepto los asiéticos”, seré lo mismo que decir “los hombres blancos, excepto los asidticos blancos" de la si guionte manera: (zk-y=x-w ‘que es la ley de la distributividad de la resta, Podemos. interpretar claramonte ‘que Boole pretende expresar el hacho de ‘que lo que se adscribe a los miembros del todo se adscribe a los miombros de todas sus partes, de cualquier modo co- ‘mo se conecten entre si, i.e. da una ver si6n de los principios aristotélicos dic- ‘tum de omni y dictum de nutto. {La clase (i) de simbolos esa siguien- te: “Los signos por los cuales se express la elacién, y, por los cuales formamos proposiciones” (Boole, p. 34). A esta clase pertenecen en general todos los verbos; pero Boole dice que en realidad basta eon el verbo “ser”, ye que todos los otros verbos pueden reducise 0 ly 2 uno de los elementos de la clase (i). En otras palabras, Boole adopta la idea se- Iméntia tradicional de quo el verbo “et” 5 el verbo sustantvo y todos los demas verbos adjetvos, y que los verbos adja tivos pueden patatrasearse con el verbo “ser” el pariipio,adjetivo o sustant vo derivados del otro verbo en cueston, El signo para el verbo "ser" 0 eépula es "=" Con ello Boole da une interpre- tacién de la cépula predieativa 0 propo- Sicional como identidad, Las leyes de este simbolo son consideradas por Boole como axiomas. See la proposicién, “las estrellas son los soles fos planeta, re presentando “estrellss” por x, “soles” ory ¥ “planetes” por z:entances: (Neaytz De ello se deduce que las estrellas, ex ceptuando os planetas, son soles, i. la siguiente ecuacién: (x-z El término 2 se ha combiado de un lado 8 otro de [a ecuacién, mudando sdemés Su signo; esto corresponde a la rela a: gebratca dela transposici6 Boole enuncia para la igualdad los 40s axiomascorrespondientesdel lgebra: (i) Si cosas iguales se ataden o coses igusies, los todos son quotes. (i) Si cosas iquaes se sustraen a cosas iguales, los esiduos son iguales, “También ve gue se aplica a la Logica Ia ley algebraica de que sos dos miem bros de una ecuacién son multiplicados por la misma cantidad, los productos son iguales. Asi, de x= y se infiore 2x =2y. Poro hoy un punto en el que le FOgiea no coincide con el lgebra, pues no vale la inferenca inversa ala anterior, ie, de zx zy no se puede inferir x —y valdarnente Como verdadera (solo eat do se sabe que z = 0), Dicho de otra for ma, no vale para Ia Logica el axioms alge braico de que ambos lados de una ecua- cién pueden ser dvididos por ls misms eantidad, Con todo, Boole asogura que este Giltimo axioms no tiene la general dad de [os ots que se han considerado, Por lo demds, fa exacta aalogia dela légiea con el slgebra numérica no preo- cupa demasiado 2 Boole; pues, asimis imo, hay que recordar que fos smbolos Gal ‘sigebra losica estan sujetos 3 le ley especial x2 =x, a diferencia de os sim- boos del algebra numérica. Y, lo que #4 mis decisivo, en la Logica sBlo hay, ‘eqn Boole, dos simbolos de nimeros O'y 1, en ios cuales se cumple dicha fev, pues 0? =O 12 = 1. Glaramente lementos 49 podemos decir que Boole admite sola: mente fos valores 0 y 1 porque su légica es bivalente (i.e. seménticamente Oy 1 ccorresponden a ios valores falso y verde dero, respectivamente) y porque en ellos 8 cumplen todas las leyes que ha esta blecido para la légica; en especial, como hemos visto, lade x2 =x y la dltima ley que menclonamos antes. Ast, pues, dice: *Concebimos, entonces, un élgebra en la cual los simbolos x,y, Z ete. admitan in diferentemente los valores Oy 1, y s6lo estos valores. Las leyes, los axiomas y los procesos de tal dlgebra serdn ‘cos en su totalidad a las mas y los procesos de un élgebra de la logiea, Unicamente las separard una dite rencia de interpretacién” (Boole, pp. 37-38). He aqut su gran innovaci6n y su verdadera aportacién a la historia de la formalizacion de la Iégica (Kneale, a, pp. 149-175); no s6lo adapta un calcula Imatemitico a la I6gica, sino que estudia {a naturaleza dei céleulo légico en si mismo y traza las direcciones por donde puede oriontarse su desarrollo. Finalmente, Boole asevera que los elementos del ienquaje ordinario que no hha tomado en cuenta se reducen a los que ha tratado (i.e, sustantivo, adjetivo, verbo y las particulas "y" y “excepto"), © bien s6lo contribuyen a redondear su significado, El pronombre se reduce al sustantivo 0 al adjetivo, el adverbio es s6l0 un aditamento del verbo, y las pre posiciones contribuyen a expresar_ las Circunstancias y relaciones de los obje- 10s significados por los simbolos litera: les. ¥ las conjunciones como “si” y “o” ‘© Usan principalmente “en la expresion de Ia relacién entre proposiciones, y se ‘mostraré después que las mismas reiacio- ies se pueden expresar completamente ‘con simbolos elementales de interpreta- cién anéloga, y con forma y ley idéntica 2 los simbolos cuyo uso y significado se hha explicado. ..” (Boole, p. 38). En ver- ddad ahora encontramos estudios —como los de Montague— donde se muestra la Jmportancia de recoger en las inferencias, légieas elementos proposicionales tales ‘como los adverbios (Gochet, 158); sin ‘embargo, en Boole encontramos, avant 4a lettre, |a actitud formalista y recons- ‘ruccionista ~superar con el formalism légico las ambigliedades del lenguaje ordinario~ que se dara posteriormente fen Frege y Russell 3. Las Leyes del pensami to Continuando su investigacion leyes, Boole buscaré una légica de las operaciones mentales que no le haga ‘comprometerse con una metafisica de la ‘mente; los actos intelectivos le interesan especiticamente a nivel operatorio, lo 50 elementos cual esclarece el objeto de la légica y excluye el psicologismo. Antes que ni da, s@ propone: (1) “Deducir las leyes de’ los simbolos de Ia légica a partir de tuna eonsideracién de las operaciones de Ja mente que estén implicadas en el uso ‘stricto del lenguaje como un instru mento de razonamiento” (Boole, p. 42) Lo primero que surge en este contex: to es la nocién de universo de discurso; el campo de objetos, el tema ultimo sobre el que versan las expresiones que se usan, La nocién de universo de dis: curso sitve para que el nombre 0 térmi no descriptivo no se refiera indiscrimin damente a todos los entes a jos que es aplicable esa descripcién, sino a los que s¢ dan dentro del ifmite de ese Universo de discurso, y la conceptuali- zacién procede justamente delimitando © definiendo su alcance ~al modo como al sustantivo se afiade el adjetivd que lo restringe. A partir de esa operacién intelectual obtenemos las leyes del pen- sar, y las leyes de los simbolos que se han dado anteriormente son las mismas que las de os procesos mentales que Fepresentan o expresan. CY, Boole encuentra que esta operacién de conceptualizacién constituye una de las mismas leyes del pensamiento, sie do indiferente el orden en que se rea 2a; y, efectivamente, esto corresponde a Ia ley (2) que ha establecido antes. Tal cosa nos conduce a pensar que de dos oncepeiones correspondientes a dos clases de coses distintas podemos for- ‘marnos la concepeién de una clase com- puesta por esas dos clases, también con Independencia del orden que se observe; Y esto constituye la ley general (3), va establecida. De todo ello, Boole obtiene dos co Clusiones: (a) Gue las operaciones de la ‘mente por las cuales, en el ejercicio de su facultad de imaginaci6n o concepci6n, ‘combina y modifica las ideas simples de las cosas 0 cualidades, no menos que sas operaciones de Is razén que son sjereidas sobre las verdades y les propo: siciones, estén sujetas a leyes generales. {(b) Que esas leyes tienen forma matemé- tiea y que estén de hecho desarrolladas en as leyes esonciales del lenguaje hu: ‘mano; por lo cual, las leyes de los sim- bolas de la l6gics son deducibles de una cconsideracién de la operacién de la men teal razonar"’ (Boole, pp. 45-46). Pasa después Boole 2 los problemas relacionados con la ley x2 = x, que dis tingue al digebra numérica, Para asegurar tal distincién 0 autonomfa es necesario probar que los s{mbolos 0 y 1 tienen un lugar y une interpretacién en la logics. Boole advierte que los simbolos de Ia I6- gica, a diferencia de los simbolos nume- rales de la matemética, estén universal- mente sujetos a la ley expresade por 22 =x, De entre los simbolos numerales ‘lo hay dos que la satisfacen: Oy 1, co: mo ya se ha dicho. Pero uno y otro tie: ren una ley peculiar en el sistema nume: ral leyes que veremos en sequida—, y hay que investigar como esas leyes se realizan también en el sistema légico, De acuerdo con ello, Boole se propo: fe, en segundo lugar: (i) “Determinar @l valor y la significacion l6gicos de los imboles 0 y 1” (Boole, p. 47). En pri mer lugar, tenemos que la ley formal (9) oxy 1,0 también Oy =0 se cumple con la condicién de que 0 sig: nifiea "nada, sea cual fuere el nimero de y. Por es0 0 significard la clase nula, el Universo vacio, 0 la “‘Nada”, que es el tope minimo de’ individuos que puede tener una clase. El tope méximo es el "Universo", que es el mayor nimero de Individuos {que puede tener une clase. Esto se cumple en el 1, pues la ley (9) Ixy =y, otambién ty se cumple a condicién de que el 1 signi: fique el Universo, sea cual fuere el ni- mero de y. Asi, pues, en el sistema 16g co 0 y 1 significan, respectivamente, Nada y Universo. La existencia de la cle- se universo y la existencia de la clase vacfa, junto €on la existencia de més de un término, son los supuestos existen- ciales del igebra l6gica booleana (Lan: ger, p. 193; Suppes, p. 187). Por otra parte, (9) y (91) son las leyes de la clase Universo y de la clase vacfa, que consti- tuyen las leyes de los elementos Gnicos (Langer, pp. 183-194; Suppes, p. 184). Cada clase tiene como contrapartide la clase de cosas que no estén en ells, pues ambas constituyen el Universo, p. fj. Ia clase de los hombres tiene como clase contraria la de los no-hombres Ast: Gi) “Six representa cualquier clase de objetos, entonces 1 — x representard la clase de objetos contrarie © complemen: tara, ie. la clase que incluye todos tos objetos que no estén comprendidos en la clase 4” (Boole, p. 48). Es decir: (10) x +x =1y también x=—x=0 que constituyen las leyes de Ia comple ‘mentaci6n 0 de Ia clase complementaria; or lo dems la existencia de una clase complementaria para cualquier clase ‘constituye uno de los supuestos opera- Cionales del dlgebra booleana (Langer, pp. 193; Suppes, p, 188). Por otra parte, aunque dice que irfa mejor en un capitulo sobre méximas 0 verdades necesarias, Boole introduce aqui el principio de no contradiecién: (is) “El axioma de los metaffsioos que recibe el nombre del principio de con: tradicci6n, y que afirma que es imposi ble que cualquier ente posea una cuali- dad y que en el mismo tiempo no la poses, es una consecuencia de la ley fundamental del pensamiento cuya expresion es x? (Boole, p. 49) Escribe esto en forma de ecuacién, asf: x =0 de la cual obtiene otra ecuacién que constituye una nueva le: (11) x (1-2) =0 mediante Jas leyes de combinacién y ansposicién, ic. (7) y (8);alli, (1-2) representarfa, p. eje. la clase que es al ‘mismo tiempo de hombres y de no-hom- bres, por lo cual os igual a 0, ex decir, no ‘existe, Boole afirma que esto coincide cabal y exactamente con el principio de contradiccién puesto por Aristéte- les como el axioma fundamental de toda la filosoffa. Pero cabe notar una importante diferencia: para Boole ese principio primero de la metatisica es sélo una consccuencia de una ley del ensamiento que tiene forma matemé- tica. Con esto, Boole da a antender que, 2 diferencia de los sistomas axiométicos anteriores, no hay de por sf ninguna roposicién que sea més “esencial” 0 “fundamental” que las otras. Esa ley ue corresponde al principio de no con- tradiccién recibe también de Boole el nombre de “ley de la dualided”. De he cho, en el élgebra booleana se manejo luna doble ley de la dualidad, a saber: (2) —& +y) = xy) ny a {que son analogs a las leyes de Augustus De Morgan, y que, junto con las leyes de la complementacién ~ya mencionada— de la contraposicion, de la doble nega. cién y de la expansion, constituyen las leyes de la negacién (Langer, p, 194; Su: pes, p. 204), 4, Las proposiciones, Sus dos clases prin- cipales Después de haber expuesto los simbolos elementales y sus leyes, pasa Boole a sus combinaciones, ie. a las proposiciones Y las inferencias. Con respecto a lo pri- mero —a saber, las proposiciones— trata de la disposicién de sus partes y de dos clases principales de proposicion respecto a lo segundo —s saber, el méx do de inferencia—, inicia la construccion de un método general de andlisis deduc- tivo, A esto llama la aplicacién practica de los resultados obtenidos. Es devisiva la observacién de Boole relativa a las proposiciones: “Todas las proposiciones iégieas pueden considerar- 58 como pertenecientes a una u otra de dos grandes clases, a las que se pueden ‘dar los respectivos nombres de ‘propo: siciones primarias’ 0 ‘coneretas’ y ‘pro pposiciones secundarias’o ‘abstractas’ (Boole, p. 62). Las de la primera clase expresan relaciones entre cosas, as de la segunda expresan relaciones entre pro- osiciones. Ejemplo de la primera: “el sol brilla", “la tierra esté edlida’; ejem- plo de la ‘segunda: “si el sol brilla, a tierra esté caida’ Esta distinci6n se acerea, aunque no | distineién entre ceategéricas e hipotéticas (cfr. Prior pp. 171-196). Boole dice que las pro: posiciones primarias y secundariss no son coextensivas a las categGricas e hi 8, Porque cree que hay propo: siciones ‘que no pueden reducirse ringuno de esos dos tipos o clases; pero no parece estar en lo correcto cuando aduce los ofrece ejemplos de proposiciones que desde antiguo se llamaban resolubles, las cuales pueden redueirse a hipotéticas ‘mediante una parafrasis, Tales ejemplos son, una de extremo disyunto (el pred ccado tiene una disyuncién): “los anima- les son o racionales 0 irracionales” y otra que dice: “los hombres son, si sabios, templados”, Ia cual ~segin Boole no puede resolverse en: "si todos los hombres son sabios, entonces son templados”; sin ‘embargo, no vemos por qué no pueden reducirse o resolverse en una disyuntiva Yuna condicional, respectivamente. Boole afiade que los miembros conec- tados en la proposicién serdn términos (sujeto y predicado), mientras que los de la proposicién secundaria seran pro: Posiciones, Sin embargo, ya que una pproposicion puede ser verdadera o false (tiene valor de 1.0 de 0) sin tétmino me dio, toda proposicién primeria origina luna proposici6n secundaria que declara su verdad o falsedad, p. ej. de “el sol brill” obtenemos “es verdad que el sol brilla", la cual tiene como partes otras, proposiciones ~"es verdad” y “el sol brilla”=, seain se ha estipulado para I roposiciones secundarias, Pues bien, Boole se esfuerza en deducir el métode general de operacién tanto para las pro: osiciones primarias como para las se cundarias (Boole, pp. 54-55}, y en su desarrollo de tal métado eonsistié el surgimiento de la 16gica matemética, Y, asf, aunque Frege 1o superé con “un algoritmo totalmente nuevo" (Frege, p. 176), tuvo que tomario en cuenta y par tir dé sus trabajos. 5. Conclusi6n Este método general del élgebra de Ia Io gica que compuso Boole es el primer intento logrado de I6gica matemstica Seguin Boole, toda ciencia parte dela ex eriencia, con diferente modalidad: la Ciencia positiva, induciendo leyes de la nnaturaleza y la eiencia formal, estable: endo los principios con las que operaré deductivamente, La l6gica es un saber formal 0 matemético, pero sigue perte Reciendo a la filosofia porque, aunque sta no surge ~segin Boole de Ia expe riencia sino que procede por especula Cién, sin embargo, funda las ciencias al establecer la existencia de un orden que los fenémenos obedecen en todos los campos (cfr. Hesse, pp. 61-81). Asi, 2 partir de la experiencia, Boole demuestra que las leyes de las proposi ciones primarias son las mismas para las proposiciones del andliss de las propos Ciones primarias para obtener sus leves de formacion y transformacién; leyes {que simboliza algebraicamente, Examina «1 algebra numéries (tal examen es suge- ‘ido por la representacién algebraica ob- ‘tenida del lenguaje de proposiciones pri arias) y advierte que entre el simbolis ‘mo légico y el élgebra hay analogias que ermiten ‘interpretar el simbolismo ‘como un algebra numérica restringida al 0 y al 1, Enriquece las leyes de transfor ‘macién de la ldgica introduciendo todes aquellas vilidas, dentro del élgebra nu: rmérica, para el 0 y el 1, tal como la divie sin, [0 que da lugar a proposiciones no interpretables en lenguaie primario, que Negarén en el desarrollo final del céleu: fo, a ser nuevamente interpretables, Fi rnalmente trata tal simbolism como un eéleulo cuyos signos variables estan de- ‘terminados por las relaciones en que [Bueden incurrir, relaciones simbolizedas por constantes ‘légicas; célculo carente de contenido susceptibie de ser interpre tado con el lenguaje de las proposiciones seeundarias. Cumple Boole su cometido al presentar al célculo como un sistema elementos 51 formal al que denomina ‘matemético" debido @ que es la forma y no el ndmero Jo propiamente matematico"” (Zurcher, p. 73). Es decir, no deja de ser la gies algo filosbfico, sino que aqui su carécter matemétieo viene entendide como for- ‘mal; 0, con otras palabras, la logica si- gue siendo por antonomasia el instru: ‘mento filos6fico (érganon), pero ahora con una modalidad matemética: el for Imalismo. ¥ es esta formalizacion, juste mente, la que permitird a la logica en- contrar el cUmulo de aplicaciones que recibe en la actualidad, Bibliogratia citade M. Beuchot, 2, Elementos de semi6ti- ca, México: UNAM, 1979. 'M. Beuchot, b, “Sobre algunas ideas légicas de Johann Bernoulli”, en Di rnofa, (Instituto de Investigaciones Filo- séficas de la UNAM), 28 (1982). M, Beuchot, c, “El céloulo légico de Gottfried Plouequet”, en Estudos Filo- s6ficos, (Valladolid, Espafa), 32 (1983) 1. 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Suppes, Introduction to Logic, New York: Van Nostrand Reinhold Co., 1987, 4. Zurcher, “George Boole y las leves dei pensamiento”, en Revista de Filoso- fia de la Universidad de Costa Rica, 19 (1981), 52 elementos Absolutismo y Relativismo en Logica JEAN VAN HEWENOORT David Mibert (1962-1943), El absolutismo, en el sentido en que ‘aqui se entenders la palabra, es la doc- trina segin la cual hay s6lo una lésica, esta logica es la que se ha llegado a co- rnocer como légica clésica y, ademés, que dicha légica es ominicomprensiva ¥ universal. El relativismo es la doctri na opuesta y niega aquello que el abso- lutismo sostiene. A menudo, absolutis mo y relativismo aparecen como ten- encias a seguir en las investigaciones filoséficas més bien que como doctri- ‘as claramente definidas. El absolutismo ha permeado en dis tintos grados y épocas la filosofia del logica. En los tiempos modernos ha s: do propuesto de diferentes maneras por Kant, Frege y Russel, entre otros, ¥ generalmente, sin una suficiente ar- gumentacién que los sostenga. La ex: plicacién de esto radica quizés en el hecho de que un argumento tal tendria, que ser circular. De acuerdo con Kant, la ldgica, y lo que él tenia en mente fra a l6gica clésice, era la “forma de! ensamiento’. Y supuestamente, nin ‘gin pensamiento puede cuestionar su ropie forma sin él mismo incurrir en tun circulo, El cuestionamiento impli- ceria algan tipo de argumentacion y la forma’ que adquiriera esta arguments: cién seria precisamente lo que se esti examinerdo, Freq, es quizés el logico que més firme! en: ha definido el absolutismo fen losice. *o:com0 una tesis explicita- mente enunciada y definida por una

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