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Bn todo caso, lo que resultania interesante a partir de a eoneepaualizacion propuesta yarno wert estabiecer st hay} ‘ono preidominio del valor simblico para entonces determi nar si es 0 no “consumo cultura’, sino idemtficar las Noyioas ‘aplicadas por los consumidores de los bienes culturales, en tas que, por ejemplo, usar une obra de arte para fines pré- ticos encontraria mojor explicaci6n que en la propuesta de ‘Garela Canetini (1995), ya que el consumo de bienes cule Jes podria aparecer, entonces, como realizado a parr de una 1ogca (la funcional), que no nocesariamente tendria que ser la de velor/aizno, como to exigt el concepto aniado por Garcia Canctii. ‘Al abordar al consumo “a seeas", y recurrr alos aportes ‘de autores sjenoe al campo de los estaios dela eomunioacisn | ‘yla cultura, 2e encontné un fecundo bagaje ebro y de inves tigacion que puede ser de prevecho para el estudio de ~ahors ‘el consumo de bienes cultaraes, Tal fue caso de a incor- poraciin de tre de i nuove categorias que se usaron en esta ‘nvestgacn (ver apéndiee), dos clas cues Rueron adoptadas | de studios dobre consumo de bienes como autos, mucbles, ‘ope, etesera, ge aplcaran al ands dela toma de decisiones | ‘en el consumo de los bienes culkorales, en tanio que a or, si bien utiizada para el andlisis de formas simbdloas en general, s¢ aplio6 aun ipo enpecico de ells: los bienes cultural. re cio? Elementos para el analisis ‘Be acuerdo con Philips, Olson y Baumgartner (1995), la mayo- ria de los modelos que analizan ia woma de decisiones en et ‘consurmo dan por hecho que Tos consumidores integren sts creencias presentesy las evaluaciones que hacen acerca de los ‘rbutos de un producto, para formar actiaudes hacia a compra, ‘pero muy pocos modelos abordan la manera en que los con. _midoresllegan a tener dichas ereencias y evaluaciones. ios ‘modelos tadicionales de toma de deciciones en el consumo se propone un proceso ene! que las indviduoe ientiean los arn tos relevantes del producto, evaldan dichos atibutoe y seleo- cionan, con base en una combinaeiin de los jicios realzadon Phitipa, Olson y Baumgartner, 995), En tal sentido, Davie y| [igaux (1874) proponen un modelo bisioo que, con variants ‘segin sea el autor, identifica tres etapas en el proveae de toma {de decisiones de consumo: recanacimicnto del problema, ‘risqueds de informacion y decisin fina ‘Baos modelos, sin embargo, parten del modelo neoclsica ‘que sustenta la soberania del consumidor, al que se considera ‘como un sujeto auténom, libre de tener decsiones y de legit ‘qué consumi,discureo que Konak’ y Ox (2004) cuestionan, ‘duciendo que ha sd elaborado en parte can base ene mode: Joneockisico,y en parte por medio de los mensajes publica sigs elaborados por las grandes firmas comercinles. As, dicen ~~ Gichos autores, la impartancia de ese disourao sobre lx sobera———} te emwunior alle a enabece an nase concepts Becta imaodol uc eqtal sone od, ae ede etn Nc exit unprn denen l= SreRmNe eleanor Meso ene co cone Ser de una prin silenversne reotnaiadet ffenstiy Oe tp 90, Dx conrattn tat det sro or tide oqo en pe conelferars a Rana rg sna de Maun Sore (26) pes vets leant desta cl oi; co ‘Chana Koesy Otto be hase meconqucleon= “le ro, mentes qu seeps elepac pr ‘Deane ta esl -es ocd cn gino seeer se amade asta un fev wun tee Seana saves cs cnntsnes Get protic Karena O20, 500. nn nari de Be (60) a tar serene las vet onde par neg consuno be dat ee Crema elo deuce oils peso dl proceso Shia evel eenpu os epee qs expan a nel Gin om oy dds eres de lass 0 grupo eo) sets aconame atten papel des publ Johnie cone in jr de wnarnownilasobervadones yo men pada ete cetcorrun pace ono ators ee abe Janae bt dened teen qo de espe (hs condones ue hoe oe Sauer. LA DECISION De GONSUNAR ‘Conbase en el modelo de tes etapas en la voma de decisones, ‘Wenben (1994) argumenta que los eonsumidores obsenen la se -tuenag orgs | a uid de manera holistic, @ partie de una constelaeson de fe consumo mis que 4e productos separados, esquema en donde le inuelaciones _y sigifieados que #0 establocen entre los productos que ya se tionen y et que se piensa comprar tienen una importancia ‘central, y ques eonbascen es0s esquemas como los ongumi- ‘ores desarrollan estrawegias de eleccién. De igual modo, MeCracken (4988) estaboe In existencin de patrones de consis ‘encia entre fos productos -situeei6n que denomina “efecto Diderot’-y el usuario mismo, lo eual esta en eonsonencia con. Jos hallazgos de Bourdieu (1984) respocto de Ia complementa- ‘edad del gusto porciertosbioncs cultraes, alimentos einchu- 0 deportes, ‘Una limiante que se debe tomar en cuenta es que inves- Ligaciones recientes en comportamienta y toms de decisiones| el conaurnidor sugieren que ts preferencias se construyen ‘cuando la gente se ve enfrentada a a necesdad de tomar deci- siones, mia que estar elaboradas previamentey ser recupers- ‘as de un conjunto de valores y preferencias preexistentes que ‘se nen en la nernara (Simonson y Nowiis, 2000, p. 2}. De ger ast, se podria entonces establecer un paraleiamo entre exe proceso de construccidm de las preferencias que se leva a cabo a ahora de la toma de decisiones, con la manera en que ethabitus contribuye a estructurar e! consumo, ya que sega Bourdieu el habitus, en tanto sistema de predisposiciones, “gener estrategis que pueden estar objetivamente conformes| ‘on os intereses objetvos desus autores sin haber sido conce- bidas expresamente con est fn’ (Bourdieu, 1900, p. 44) ‘Junto con To anterior, habia que considerar la afiemacion ‘de Mayerol (2004, p. 67) reapooto de que *La gente hace etee- lone de acuerdo con los recursos que tiene a gu diaposicion, -y de acuerdo con su porcepoisn de que dichas elecciones Banenospocantes +7 ‘erin parte de cursos de accin exitosos” Dichos recursos, de lqualmente dstbuidos en to el cuerpo social, ya que la exis- tencia de asimetrias es caracterfstca de la estructara de la sociedad eapitaista contemporénea. Asi las eleeciones en ‘consumo estarian determinadas por los recursos en este ‘cago, sobre todo econdmicos y eulturales~ de que se dispone para clegi oe bienes exlursles por consumi pues, de acuerdo ‘con Thompson (1990), las caracter‘sticas de los contextos sociales gon constitivas dela produccidn y recepein de formas simbélicas, in sentido sitar, Bors (1998, p43) firma que “os indi Viduos consumen desde su posicn en I sociedad, determinada fen gran forma por la estructura social y en definitiva por Ia lMamada claee ocupaciona, que en ima instancia va referida ‘almundodela produccién’, conto que ee opone los argumen- tos de los te6ricos de: la posmademnidad, para quienes los patrones de consumo san ahora fundamentales paral forma: ‘in dela idenidad,yhan Begado atomarclugar queen la moder. nidad tenfa la clase social En su obra Fl consumo, un ani sciligen, Bors (1990) ‘muestra la relacin entre Ins clages sociales y sus préticas de ‘consumo pormesiode un adlisis de estructura delconau ‘mo en formas y habios dferenciadios y desiguales, ala vez que relaciona ega estructuraeidn oon la propia estructura social, ‘la que entiende como un sistema de elases, Pare lograr su ‘objetivo, el autor reconove lances de un marco wri que ayude a estudiar las relaciones entre las préctiens de consumo _ylaestructura socal Asimismno analiza la manera en que poo Clones desiqualés en dicha estructura corresponden a repre ‘seniaciones y peroepciones diferentes y se raduoen en prcioas| de consumo también diferenciadas y desiguales, muy similar 9+ wen oHega ea al andlisis que hace Pierre Bourdieu (1984) respecto de tos avert on Thompson (1990), no sor los mismos-ntestin ——] —~eaulos de vida. in resumen, para Bors, “Tener determina {dos hAbitos de consumo frente a no tenerios implica una desigualdad de acceso al consumo que est selecionada con la clase ocupacional” (Borras, 4998, p. 407), ya que oominmente ‘se asooia al consumo con Jos ingresos, pana se olvida ctimo fueron obtenidos esos ingresos, de abi que este autor canst {dere fundamental tomar en cuenta e6mo la gente e enna la vida para poder entender como, por qué y qué se consume (ornas, 4998). Agunos autores, como Chan y Goldthorpe (2006), sostic- nen que, més que la clase socal compuesia por quienes poseen ‘ono los medios de produccién, eel estamento en el sentido ‘weberiano el que ests fuertemente vineulade on et consumo sobre todo el de benes culturloa- y, asi, con ol estatus que ‘et manifesta, y establecen que “al ratar con asuntos de eatra- Uleacién social y cultural [..] os preferible acguir a Weber y ‘ver ala clase y al estamento como diferentes formas de estra- lileacién social, cuya conexién entre ambos es empicamente variable". De aht que, en el sentido weberiano, “lage social” denominanoa un grupo que posee ono oe medlioe de protic: dn, sino a un grupo humano que s# encuentra en una misiaa “situncion de clase’, definida esta dima por conjunto de ls probabibdades tpn 4. De provisiin de bienes, 2. De posioén externa, 8. De destino personal, ‘que derivan, dentro de un determinado orden econémico, dea ‘magninid y naturalza del poder de disposcion (a dela caren i del} sobre bienes y servicios y sobre lat maneras de 6 ‘plcablidad para la obtencién de wae o ingresoe (Weber, 1904, p. 242) Soest ane {Los estamentoa,? por 6u parte, “son normalmente comuni- defo aunque’ con Trecuencis de carder amorfo" (Weber, ——} {00% p 607, ya can stent ee condkunde po a teumad soe (ponva oneal) que ee aca gn hate qucescominasrucas personas (,en sends to gure smparid con ex grupo) Fn orion dos ‘Wer ena estinatn sear x om de peste fou honor y que word cpl sna de Bore fod esareursonatn conus de ce, de medo qe Iban dechoclegenaconbinrseconderan ler tis enamente, coo cei eco ques reenact {atm nde los tpn de cons deen uals repo. enua deren esamenttn ol inerr de una eae ue Cormpare de paer geno de re anon Cal Pr ena Wee, 86 expn 2, De aes cn Cee uony de miera ar gue ckna Rois 200, Instn doe ein post que se-apa ene Ab tabat ode vienes, cn lo qe, mlosres eae“ entire a racine de redness derbene bs evanruceo hacen nein es pop de ‘tomoomodn bees en as versa ferme eaaxteas de 8 “aera deve" (Weber, 04, p 6B, crs en le Ted eonegur que xsi dest Se ld orice (lesen on rn na prove dee fede nneuno cama «nga yea dren doo Fbeoopinan bs ner da prods re rea unmodo dev reer gid y read avesdl ontumo de lero tio de bene, sno a manilestaibn-en prices de consumo dela extresinvingacién de aque ‘con el origen sécial y el capital educativo. “tn nes sn "ee oe’ pr sewed Sota Oya [tera que 04245, natn Con basen lo anterior se observa imo, desde los diferent ridores no pueden adjuticarse a un solo elemento condi ‘ante: por una parte, la subjsivided adquiere importancia como ‘expresién individual, pero, por otra, tas condiciones partie lares, el contexto inmediato dentro del cual se consiruye y se ‘manifesta. esa eubjetividad,intervienen también enlsconstruc- cin de estrategias por medio de as cuss los inividuoslegan ‘aclegit unos bienes por encima de at. Junto con elo, lass ‘determinants socileseleanzan tambien al proceso de const ‘mo, por medio de las posiciones de los indviduos en a esteuc- tura social. De ahi que el concopto de habitus de Bourdicn (1990) sea tl para entender esa intrrelaeiin entre lo objet ‘vosubjetivo, aunque sine fataliomo que e! propio autor critica: ‘aquél que entiende habitus como destino del que no se puede cescapar: LESTRATEGIAS DE VALORACION siMaGuicA ‘Al serlos bienes culturales un ipo de formas simbotions en el sentido de ‘Thompson (4986), el hecho de estar insertas en ‘contextos sociales las hace ser objtn de process de valora- ‘ion eeonemica y simbelice, aunque aqut el interés ge contra cn los segundos, Para Thompson e valor simbdlico es conceptustizad ala ‘manera de Bourdieu (2002}, de ahi que lo define como el valor “que tienen los objetos en vitud de las maneras y el grado en Que son extimados por tos individuos que los prodiucen y te eben’ (thompson, 990, p.454), de modo tal que la valoracién, ‘ibe consis en et proceso por el cual tno quien produce Ja forma simbdtica como quien la recibe le adscriben a aqueila ‘un determinado valor simbetieo. oot: peas 51 ORIARCTON ACADEMIGA, Sin embargo, este avioraclara que ol valor de una forma nes, sunque sirven como punto de partida para entender las slimbdlica, asf como le nterpretacidn que de ela se hace, estan tmoldeados por las caracteristioas de los contextos histrieo- Sociales en que ee ubican quienes las reciben, ya que los recep- {ores no son exits pasivos, sino que de manera activa y ‘creative “hacen sentido” @ partir de las formas simbolicas {Thompeon, 1990, p. 153), los cntiotos de valoracion sedan, precieamente, por la diferentes posiciones de los agentes Sociales on un cantexto social estructurado y que se carooteriza por asimeurias y diferencias diversas. ‘Dado que los intviduos que proslucen y reciben formas simbélicas oominmente ae dan cuenta de que aquélias estén sujet a procesos de valoracién, dice Thompson (1990), que pueden poner en marche estrtegias orintadas a aumentar 0 Teduciel valor -econdmica osimblico-de una forma simbé- ‘ica Tor ello, ¥ para el cago de fos bienes cuales, cuyo con sumo puede ser considerado recurso para la distincion entre ‘grupos eociales (Bourdie, 4984) interesan en este trabajo las testratogias de evaluacién® simbélica que ‘Thompaon (4990) ‘aracteta de acuerdo con tes posciones Bsiowsen un eampo ‘de interaceion: dominant, intermedia 0 eubordinada ‘as estratogias de evsluacion simbdlia Upicas de quien ‘ocupa una posicion dominange eon la distinc, la burlay ie condescendenia;qulenes oeupanposicones intends [punden poner en marche la moderacién, la ptensién ola fuaeiGn, en tanto que quienes ge ubican en posiciones eubor- timadaeutlizan a vablided, la resignacn respetaosa yeltecha- ‘20. Tal como actara Thompson (1990), no son és las Unions ‘etrategias posibles, yen los resultados de este estudio st ‘observa que tampoen aon exchusivas de determinadas posiio- ‘80 utiican indlstintamente Ion vermin “yalorscin” y “ovaluacin” simbata,poeset ong nee sae end ino, ens Peaaeetn espe dda por nun Xocuico en 200) wisn ‘Sear 9 suemaonp Ma neras en ‘imboicas san objeto de valora- ‘ion simbslica Los individuos en posicién dominante poseen o tienen, ‘ceoa0 a recursos de capital de varios pos, yal producir 0 valo- ‘ar formas simbélicas pueden bueoar distinguinse de quienes ‘ocupan posiciones subordinadas al otorgar valor a formas. simbélicas inaccesibles para quienes posoen menos capital, ‘pueden también hacer mofa de ae formas simbdlias produce {das en os estat inferior; o bien, mostaroe convdescendlentes respecto de aquéllas,y de esta manera afrmarla posicién dorl- ante del que las est valorando mediante esta estrategia, or ‘su parte, quienes ocapan pesiciones intermediag en un campo de interaccion tienen acceso a ciertos tips de eapital pero no ‘2otro9,o pueden tener acceso muy limiado aos diversos pos de capita! a que accedten ampliamente los det estrato domi ante. Estas posiciones intermedia ge earweterizan por tener ‘capital eoondmico pero poco capital cour, ¢ ala inversa; 0 bien, por poseer poco capital de ambos tipos. Las extrategias de evaluacton simbelica a que pueden recureie apuntan, por ‘jemplo, a valorar mvs aquels formas simbsieas que les pee ten uutizar su capital eutural, pero maneniendo sus limitados ecursos econdmicos; pueden, también, prexendler geo que no ‘#0n, afin de accede a posciones superores ala propia, o pueden despreciar las formas simbélicas producidas desde una posicin superior, con Jo que busean ubicarse por encima de ‘lla (Pharmpson, 4990) ‘Finalmente, quienes se ubican en posiciones eubordina- ‘das poscen menos recursos y sus oporauniades de aeceder a los son mis restringias queen 1s casos anteriores. Alosar ‘is preccupados por su sobreviveneia qué los individuos situados en los otras dos niveles, le dan mayor valor simbeioo ‘los objetns préctionsyfuncionales, que adomés extén al aan ones pane +5 ce de sus recursos y que “den més por el dinero". Asiinsino, ‘como superiors y valiosas, dignas de respeto, pero aceptar ‘que eatin fuera de en aloance, yen el extremo, quiz lleguen ‘incluso a rechazaro riiculizar las formas simbdlicas produ: ‘das por individuos en posielones superiors, con lo que al tiempo que realieman el valor de sus propios productos dejan naterada la dstebucién desiguel de recursos que caracteriza ‘campo (Thompson, £980). ‘Analizor el consumo de bienes cultrales « partir de las ‘cotratogia de evaltincion simbstica puesta en marcha por los individwos que eonsumen © podrian ser potenciales consumt- ores de bienes cultures puede arrojar Toe sobre algunas situaciones que cotidianamente enfrentan los promotores de Jas netnuciones de cultura legtins, quienes apican creatvidad _y cafuerzo en la promocion de eventos de corte anistico con Jos cuales no logran alearzar alos seevores populares. Viscots DaL CONSUMO DE SENES CULTURALES Tilo candi que sbordan el consumo de cts tpos debienes _y servicios -alimontos, muebles, vacaciones destaca el modelo ‘qucidentiio tres etapae:reeonddimiento det problema, bisque- a interna y externa de informacion, y decisim final (Davis y| [igaux, 4974), Tl decision, en tanto jcio evaluative, se tome ‘can bate en informacién acerca del producto y sus atbutos, ‘ya ea la que se pose previamente o aqua que se obtione ‘detexterior Sin embargo, Philips, Olson y Baumgartner (4998) ‘nguyen que la toma de decisiones no siempre ocurre de tl ‘modo, propanin que cuando las consumidores ve ven enfren- tados a tomar decisiones de consumo respocto de bienes con Jog cuales eatin poon familiarizados, cuando el problema esta 5 surrawougomt re ‘yagamente definite o donde los aspecton emocionales tienen un ——pusderrresonacer is formas simbdices producidas- por ateoe ——} pape importante e labora “sine de-concuma* que ayuda ‘geleccionar una eltemativa edecuada, Para dichos autores, na vision de consumo es ‘una imagen visual de cients condtas eecionadae eon un ‘producto y Ins postles consecuencins de ella [..] (Que eon sate en) imdgenes mentales vides yconorsns qe permiten los consumidores la expenca viera do lao congeouencias relevantes para eyo, de uso del producto, (Walter y Olson, 4994, en Fhiips, Olson y Baumgarene, 4908, p, 200), ‘Los wes autores mentionados extsblocen que, en la vision {de consumo, ¢lconsumidor proyecta un “yo posible” en una furu- :asituacion detconsumo, proese “yopoaible" piedecornespan- der alo que idealmente se buscara eo, alo que probablemente se va ser, oa lo que se teme legar a ser y dicha prayccoitn {del posible yo provee elementos pars interpreta na experien- 6a de consumo que es relevante para eindividuo, en tanto que Je permite ientfcar fos rasgos sobresalientes de cada opoion potencil y experimentar reacciones afectivas ante el resulta ‘db maginado, formando asi una base cogniivay afectiva para tas preferencias que manifesta en la desision (Philips, Osan yy Baumgartner, 1995). neste sentido, Philips y colaboradores vefalan que las visiones de consumo pueden ser inducides por dversos eatin: tos externos, como la publicidad, una soliitud expresa para hacerlo o las limitaciones econdmicas, que Hovan a os indi- ‘viduos a formar visiones de consumo de aquelloa products Jos que razonablemente pueslen tener acceso, o que en térmi- ‘nos dle Thompson (£980) corresponderta a una estrategin de ‘moderacién en la evatuacién de forma simbsticas, que en este caso, son los bienes cultural objeto de consumo. aes peta 55 Lan visianes de consumo permiten al eansuunidor proyectar respecto de lo que implica et consumo de biones cultura leg ‘posible yo" er um fara stuacion samo; de mane ‘a que proven una base para interpreta las experiencias de ‘consumo que son importantes para el yo, ala vez que per riten conetruir reprozentaciones sobre su posible satifac- ‘eién, que pucden conduc alevara cabo el acto de consumo ‘0 no realizaro, Son varios los elementos contextuales que pueden indueir la formacidn de visiones de consumo, por ‘ejemplo, una fotografie en una revista, un anuncio publicario ‘o una eoticiud expicia para imaginar una siwacién de con- ‘sumo partioular. Bn todo caso, las visiones de consumo tenen forma narrativa, esto es, tienen un personale -el posible yo fconsumidor-, un argumento -la serie de eventos en los que ‘acta et pervonaje- yun escenario -el contexto en el que ocur vin ja aeoién- (Philips, Olson y Baumgartner, 1905) CConsiderando que las vsiones de consumo adquieren mayor Importancia cuando se trata de productos sobre tos cuales et potencial constmidor no tiene informacién previa, se puede ‘rasladar cate recurso a la construct de visiones de consumo de bier eulurles respecto de loe cuales el individuo tne poca 0 nulla informacion o donde Ia informacion de: que dis- ‘pone es provisla, por una pare, pore consexto social en que ‘e ubica; y por otra, y en relacion con la anterios, pore acceso ‘a informacién proveniente de los medios masivos de comani- ‘acid. Gon elo, le visiones de consumo de bienes culture Je claboradas estanin fuertomente inuidas por las represen: ‘tacionee sociales dominantes relativas a ls bienes culturales ‘ya ga valommeién simbdiea, tal como se pudo observaren los ‘eaultados de la invostigacicn, 1a utlidad de est categoria para el andlisis de ta toma de ‘deciaiones en mera de consurno de bienes cultura reside en le posibiidad de comprender ebmo es que el nulo contacto ‘con la oferta cultura intivuconal y la escaser de referentes 56 wnat oneg ts nes de consumo de ese tpo de bienes, puesto que no formar parte del mundo en que viven amplios sectores de poblacién (ver eapitulo 3} EESTRATEGIAS DE SOLICION De CONFUCTOS EN LA TOMA DE DECIONES Apiliacién de estrtegias de evaluacin simbslien, elaborncion de visiones del consumo, recepeién de formas simbolicas, son process que se aprenden isicamenteenethogayunidad domes: ica generalmente conformada por una fant, ‘Desde la teoria critic, la familia es considerada como una lunidad de reproduecién social, un aparatoideol6gico de Estar 4, segin Althusser (1973), quo al operar predominantement ‘mediante la Wdeologla contrbuye ala reproduces dc las rola ciones sociales de produceidn. Hn esta concepciém althusse- ana el individuo no existe, es interpelado en sujeto ain antes de nacer,y lega a insertarse en yn mundo ideoldgicamente constitu, de manera que cualquier pensamiento, aceén 0 producto son manifestaciones ideotigcas. Pn ese mismo tenet, Herbert Marcuse (1968) expresa que las industrias culturales ‘no som as\inicas responsables de aconainucén delpensamien- to unidimensional en el individuo, sino que éste llega ante loe medios de comunicacion ya preparado por la accién de la fern, ‘Bs evidente que para estos ebrioos no existe enronces ber: {ad alguna de election, pues et individuo es resultado de la estructura social. Ante ello, autores posterioros han planteada ‘ue st bien la estructura social determina en cierta medida aloe indviduos, éos ambien, en su actividad coana, ranatorman ermspaa darn ane arimposligae ce eabsora Wisio= gu ethabturno os un destino remediable; sin que alse las prope estrucruras que lo hen actu. As Bourdiew clara lures institucionalizadas, y “da forma a inluencias totaizadras, producto de la historia ee “un sistem de disposicones que est constantementesujetoa la experiencisy,porlotanto,constan ‘ementeafectado por lla, en forma tal que pueden reforzar 0 rmodiicarlcatructuta’; reproduce, sunqueno dejade recono- cer que existe una alta probabilidad de que is experiencia confiemen ol habits, lo que e daria en tanto sistema de dispo- siciones- una reiava cerrandn (Bourdieu y Wacquant, 1992, +p. 439}. La reproduccién zocial ee lgra, entonoes, por meso del ‘habitus, que hbiendo nteiorizado la estructura que le da ong ‘actin conforme a ella, yal hacero la reproduce o la ransfor- ‘ma (Boundiew y Wacquant, 4992). De acuerdo con Bourdieu, la farila es un principio ealec- tivo de construccién de la realidad social, pues esa la ver. el ‘resultado de tna “auténtica labor de institucion [.] rientada ‘9 insinir duraderamente en cada uno de los miembros dc ‘Unidad instiuida tunos aenuimientns adecuados para garant zat la integracidn, que es la condicion de existencia y de la persistencia de esta unided” (Bourdieu, 2002, p. 121) Para Benger y Luckmann (1968), a familie socializa @ los agentes y os provee Ine hesramientas para desenvolverse en ‘el mundo. nels et inlvidu aprende las pants de socialization _ytiene u primer contacto con eea urdimbre de eignifioaciones| {ques a cukura (Geer, 2001), o que e permite former sentir ‘se pant de un grupo, de modo que se puede afar que no #610 las précticas de consumo sino tambien el significado de ios ‘misma gon aprendides en el eno familia [No obstante, conviene recordar a Giddens (2008), quien firma que aun baando e emino “estructura” presupone al de ‘sistema’ dado que s6lo los sistemas poseen caracteistions cstructurales- yl eatructura se fundamenta en peticas regi Bnet orev a vide socal (Giddens; 2004, p-48) también que ‘prcicas particulates, ootdianas, pueden tender a reproducir| ‘oa transformar los sistemas globalizantes. Asi, e! consumo en 1a familia puede ser considerado como prictica no e610 esructurada o actvided reprodtuctiv, sino ala vez ereativa y ‘generadara de nuevos sistemas de signiiacion, ‘Depde los trabajos en mereadotooin se ha Hogad a necano- ‘er que el papel def familia para a constigucin de las pricicas {de consumo ae vuelve crucial, pues la astudos hacia el arto -yel gasto, y aun hacia las mareas.y los productos, son fresuen- temente moldeadas en la familia Soni y Singh, 2008), Segiin Reimer y Leslie (2004), ge ha aobreeatimado el caricter inaivi= ‘dualista del consume y ee ha dejado de lado et papel de ta ‘indmice familiar en la construceidn de identdades a pariede ‘quella actividad; y en relacién con el consume de alimentos, secuerdan que el hogar es un lugar de consumo individual pero también colective (en weminos de unidad domestica o {amitia), donde los bienes, aus signifloados y sus usos son negaciados y en orasiones disputados por los miembros dela famiia, De modo similas, Martinez y Polo (4999) consideran, 1a familia como tna tnidad de toma de decisiones que rec ‘We informacion, sigue procesos de toma de decisionesy obtio~ ne divereos resultados, y agregan que las diferencias respect ‘do quién toma la decisiones al incerior de la familia pueden ‘ser determinadas en funcién de diferentes variables suscep: lubles de mostrar como ve producen las relaciones de poder al interior de la mina, ‘A partir de los trabsjos que estudian a woma de decisiones en Ja familia se hace evidente que en tanto campo de interee ‘idn (Thompson, 1990), los miembros de la familia ocupan posiciones diferentes segiin el tipo y monta de sus capitals, Bers 395+ yen tanto espacio de interacciones de sus miembros, se puede ‘elaciones de poder en el sentido de Giddens (2004), que no necesariamente implica dominacién, sino que se entienste ‘como eapacidad de movilzar resursos para consiituir medio {que permizan la obtencién de resultados. En este abajo! poder es entendidoa a manera de Giddens (2001), en tanto propiedad de la interaecidn que implica “a ‘capacidad de asegurar resultados donde la realizacin de éatoe {depende del obrar de ou" (Giddens, 2004, p. 488), y que invo- ora a uttizacion de os reeuraos de que ciaponen quits part- cipan en i interaccion, “incluso la posesidin de ‘autoridad!y la ‘amnenaza de uso dela Tuesza’* (Giddens, 2004, p. 139). ‘Aun cuando el recurso al poder puede consttuirec en domi- nnacién, no necesariamente viene que ser asi, pues no implica ‘bligatoriamente la exstencia de un conficio. Para Giddens, “Si poderyconfiiofrecuentemente van juntos[es}(..) porque ‘ol poder ee enlaza a ta perseoucién de intereses, x ls intere- see de la gente pueden no coineid” (Giddens, 2004, p. 138) Por ello, se pucde afrmar que los confictos al momento de Ja toma de decisiones respect del consumo de un bien, surg {dos por la diferencia de intereses entre los involuerados en. elconsumo, se abordan a partir de: negociaciones entre los pprticipanies 0, dicho de otro modo, a parti de esirategias de reaolucidn de confitos, Estas eatrategiae se han tornado ‘en cuenta por Ios investigadores en mereadotecnia, ya que tienen fuerte impacto sobre el resultado final de la decisién de ‘compra. ‘Aiheer una revision de divertos trabajos que abordan et tema de la resolacion de eonficios en la toma de deciaiones {e consurno, Kwan-Choty Colin (2000)egan a una sintess de Ja estrategiae que diversos autores han identiieado, y en- 0 wrvaieone 8 listan cinco tipos bésieos: experiencia, legtimacisn, eoalicién, —afirmar queiasrelaciones a interior de a fami som también —} —— eon y negated Tar primera estrategia consiate en eCurRiE recisamente a la experiencia de lor miembros de la familia y ‘@ menudo invoiuera la obtencion de informacién previa a la _valuacign de ls opciones, ala vez que la bisqueda de fuentes ‘confiables externas a la familia para austentar los argumen: tos; en eat estratega, I discusion se sustenta en hechos y 8 leg a a decision por la via del conseneo. La legtimacién, por ‘su pare, destaa le importania del papel de uno de los miembros {ol familia para esubleoer a parti de abi su posicién pevile- sada en a decisién de consumo (a mam, por ejemplo, puede ludir aque debidoa su papel es a que decide sobre la comida), _¥generalmenteinvohira un controlador que se hace carge de a toma de decisions In cuanto ala ena, dow mas miembros se allan para influ sobre Ia deci in, sabre teco para aslar ‘al miembro oon et que se tiene confcto. Por lo que se refiere ‘alaemocién, un miembro rata de peruadir alos otras utlican- {do recursos emocionales, como Horar, grita, hacer gesto 0 'movimientos corporates (berrinches, por ejemplo)-En el rega- ‘wo, un miembro trata de ganar infuenela eobre la toma de \decisiones a partir de ntereambiarvalorenalgin otro moenen- toy usando como etic la invacacin ala justiciay la equided, porejemplo, recuriendo a tcteas del estilo “hoy port, maa ‘na por mi" (Kwan-Chok y Colin, 2000, pp. 1482-1404) ‘Alaplcar una categoria de anlisis poco explorada en lo que ‘otros autores Taman consumo eultural, se ha hecho posible jdenticar al menos una estrategia especiica del consumo ‘de bienes culturales, que se relacions oon et equipamiento reque- "ido paralevario a cabo, y que no estéconsiderada en la ltera- ura sobre negociasion de eonfictos en el consumo de otros tipos de bienes: la posesion de ms do un wlevieor, que evita conficios en el momento de decidir qué program(s) clegir (ver capitulo 3). Bones gaa dant +61 “TlEMPO Una CONSUMIO DE BIENES CULTURALES 5- visto como moraly eeonomicamentevalioso patel desarro- Bl conoepto de “tiempo libre” es concomitante de de “tiempo ‘de trabajo’,y su us0 ee hizo manifesto con el advenimienso de In eociedad posindueual cuando as ecsvidedes labors enten- ‘dae como la via para el mejoramiento del hombre desde ta éica protoszante que dio oustento ideoligco aa Revolucion indus: trial en Inglatorra- pasaron a ser consideradas como tiempo alienante, en el que el individuo trabajador no era un eer ‘quo se desarrollara a af mismo por medio del trabajo, sino un Individuo explotado, sujto del tiempo programado en funcin se a eicencia que requeei la producti captalsta (Thompson, 4067). Sin embargo, el tiempo libre de la actividad laboral no ‘ee nocesariamente un Uempo de descanso, de distraccin o de re-ereacin. in el dempo libre se pueden identifica diferentes temnpos, sogin lag actividades que se llevan a cabo. Asi, fuera de la jornada laboral se puede diferenciar et tompo deaicado a Ja reproduceidn de la Maerua de trabajo (preparar comidas, ‘limertars, impiar la cas, etoéora). Sve (4998) distingue den ‘no del tempo libre: 4) el uempo de repreuecia en el sentido _ya mencionado, y 2) € tiempo de ocio, que es eanceptuaiza- ‘dode diversas formas segin ol maxielo de organiza social de ‘que se tate. Por ejemplo, en la Grecia antigua trabajo y ocio ‘eran opuesins,¢1 ooio ~que viene del griego scholé- dene el doble significado de “acio"e “instrucein, que de acuerdo con ‘Sue (1995) maniiesta desde entonces una connotacin elit, ‘pues supane cierto nivel de insiruen; y en lain, odum es 19 ‘puesto a neyotium, al comer, al trabajo. Con el advenimiento dela sociedad industriatlocioadgui- 176 una connofacidn negativa, pues Ia étice predominant ‘eastigaba el ocio, a grado de ealifcarlo como actualmente s¢ ehala: “madre de todos ls vicios". BI trabajo era-y todavia to 2 ues lode in-sociedad-y i rguesa pod danse et Tok ‘de dedicanse al ocio y de demostrario por medio del consumo ‘atentoso, ya que eran quienes no tenian necesidad de traba- jar, Bl ocio pae6 a ser entonces un simbolo de pertenencia & tuna clase social (Veblen, 4974), Por contrast, con Ia Negada de 1a sociedad posindusuial, et acslerado desarrollo tcriokigco se contempla como la oportunidad para reduc la jornada de ‘wabajo al minimo y iberar al ser humano de él afin de pes tir eu desarrollo pereonal (Marcuse, 1968), De acuerdo con Hoger Sue (1995), el lempo libre incluye al tempo de ocio, pero no son lo mismo. Para Sue, “toda activi- dad que resute de una eleciénibrey que proporcioe ala perso- ‘aque larealiza un sentimiento de Hberiad poeta eonsidenarse ‘como csi, Foro tanto, coco seria ante w0d0 una att peo oa del individuo” (Sue, 4895, p. 9). ‘Noobstante, sibienlasluchas sindicalesy las revindicacio- nes de los trabajadores han permitido reducir las jornadas sborales, los progresos en la tecnologia 6e han ulilizado para Incrementar ia produccién, fo que asa vez ha requerido aumen- lar el consumo que la sostenga (Sue, 4995), consume que se realiza durante e! tempo en que no se crabja, de modo que el ‘ojo se encuentra fuertemente vineulado eon el consumo. De ‘hi que en as sociedades contemposinese, donde a expnesion de ainviduntiad se ha convertido en un valor dealt estima, centro comercial se presenta camo el espacio donde el ser hhumano puede consiruir su Wdentdad aobre la baee de un eons mo de masas: Fl cardcter paradéjico del canto comercial 2 hace ast ev ene [Jal enoontrarnos con un espacio de consumo de ‘masan donde se aliments una sonsacian de exitencia des Iemufcads, de indivdualizacion y bord de reooeridos. A Bonertaspaa canis +6 ‘un espacio cerrado sabre af mismo, que funciona rane superfce-aiert- lugar heel par el negocio, pere que toma toda au fuerza de 6 cofoa- ‘id del empo de oxo. (Alonso, 2005, p. 125) Ia ver lov iene, pues, na funcién econdmics, snque concep ‘uatmente signe manteniendo su oposicén ante el trabajo; es, ‘decir de Sue (1998), "antidow", ya que permit la expansion ddelas eapacidades creativas del individu y el desarrollo de Jas poteneialidades reprimidas en ts vida labora, un tiempo ‘ara el encuentso consigo mismo, para la re-creacién del ind vidvo. & partir de J. Dumazedies, Sue (4995) identifica tes unciones psicologicas del ocio: la de descanso, lade diver- sign y lade desarrollo, Mientras que el sentido de a primera es cevidente, en in segunda se dala rupturs con la rutin cotiana ‘mediante actividades hidicas (especticulos, juegos, deportes), ‘en tanko que la func de desarrollo esta mis ie de eumplir, _ya que implica una participacién activa de individuo en ta ‘bisqueda del desenvolvimento personal polvalente que com- pense los efectos negativos de un trabajo unidimensional (por ‘ejemplo en la dedioaci6n a hobbies que permiten la maniesta- dn de capacidades creativaso artisticas) Por lo que respecta alas funciones sociales del oro, éstas #00 la de soclaiidad, la simblica y la erapéuticn. Por la pi ‘mera Loci permite desarrolar rlaciones sociales, sean fami liares 0 no, como en la pertenencia a cubes 0 asoriaciones; :modiante la segunda, individuo puede manitestar -con sus actividades de ocio~ ta perenencia a una categoria social (la “istineén’ de Bourdieu, 1996) o puede ver de oct un sim Yolo de afirmacién personal (un medio para conformar un *eauilo de vida" que Jo identifica, en el sentido posmodernistal, aunque puede ser también “una posiiiad de emaneiparse de las divisionee sociales, de romper con el conformisimo del (stu Ones r propio medio social para faclitar une expresi¢n ms integra de In propia personalidad, de Tos propios deseos y qustos’ (Sue, 1095, pp. 98-93), finalmente, la funcién terapétiea del ocio c= Ja conjuncion de las dos anteriores. ine ls actividades que 8 pueden realizar en el tempo de cio, Sue (4995) disungue cuatro categories: de esparcimiento, fisioas, pricticas, socal y cultures, Acdvidades isis sean, ‘por ojempo, realizar agin deporte o hacer ejerccio; entre Ia ‘ectvidades prictoas 8 uentan los hobbies coma la carpintci, Jn contra, ln reposts, entra; ejemplo de actividades sociales a partcjpacion en grupos erganizados externos al ere fi- nil; y is actividades culturales aerian las me onreanas @ 10 ‘que en este trabajo se denomina consumo de bienes culuraes ‘Al igual que varios de los autores ya mencionados en este ‘capitulo, Roger Sue (4995) expone oémo la distribucion de las actividades cultural entre la poblacion recjalae profundas des -gualdades sociales, y como existenalgunse que euentan con ‘mayor reconocimiento social ~ir al teatro 0 & conciertos, por ‘jemplo- Cabe sefiala, sin embargo, que algunas actividades “como ver tlevision 0 escuchar radio-, no son especies del ‘tiempo de oc, pues se mezclan con otras dedicaas ala repro- duccibn, y puede haber también acuvidades propiamente reproductivas que sean consideradas como entretenimiento, ‘por lo cual se ha propuesto que ae les denominen coma “semi ‘istracciones", en funcién de la dileuiad que presentan para ‘determinar a cud! tompo carresponsen (Sue, 4995) in todo caso, eneste trabajo se ha considerado que es duran ‘eel tempo libre no solamente en el empo de ecto cuando ve realiza el consumo de bienes culturaes, que incluye las act- vvidades ubicadas por la Encuesta Nacional sobee Uso del ‘Tempo {i880}, 2002) en el rubro de “esparcimiento, catura y matsp aes 45 EVE RECORMDO POR IOS ESTUDIOS SORE CONSUMO "Y CONSUMO CLLTURAL® “tay Kacz-Gerro (2004), hacer una revisin dela teorfay meta ologia utiizadae para abordar i investigacion sobre consumo cultural, destaca algunas premisas: 4) que Tos gustos en mate- ra cultural sirven coro medio para distinguir alos grupos ‘sociales, pues el consumo cultural es un esténdar y una base ‘pora establene posiciones, preferencias y conducts euturaes; 2}que.l consumo es ol nico ceritral del proceso de reproduc: cn de Jos grupos socilee,y 3} que el coneume de productos celturales de alto valor eimbstico en tanto reconocimiento} ‘contbuye al legiimacion de los pevleglosy fia la seleoren ela siguiente goneracin privilegiada. Sin embargo, esta autora crea el hecho de que los académicos han negado un punto de vista eapecificamente comparativo acerca de las diferencias ‘enconaumaculnuralquesurgen desdiversos regimenesecondzni- ‘oe, de diferentes respucsias alos procesos de globelizacion,y ‘te relaiones variantes de poder entre el Estado y el mercado, asi como de tadllones histiricas (Katz-Gerro, 2008, p. 42) or au parte, Viranen (2004), en su estudio sobre consumo cultural e‘nequidad entre jovenes europeos, encontrd que Ia feducacidn es una de las variables explicativas més fuertes, ‘aunque el género también desempenia un papel importante, Para Virtanen, diversos endo indican que las mujeres tienen tna participacion mas activa en el eonsumo culvral, y de aouerdo ‘con los propos rentltados de su trabajo advierte que tal noc se puede extender a otras actividades culturats relacionadas, ‘como loa hobbies, Asimismo, enoontré que allo nveles de excn- Jerid pareoen tener un fuerte impacto en elconssumo cura, “siti eneste mao acetone conc "ens aur su 89 se texte en alsa coterie, poo queen ete apart 6 ‘ropes ded qu ase aejaen os uabaos Qe e menos (4 Wado Ongp _yaque en su inveatigacion toios los dominioe eatudindos, con mayores nivelos educativos. Agrega que sibien as diferencias en const: smo no se explican Gnicamente por diversdad de gustos, ampoco tu estructura determina totalmente ls preferencias en eonaumo ‘outural. Para este autor Tas exuructuras erean nites denaro de los eualeslos actoes hacen sus eecriones indivduales de acne ‘do.con su gusto y controlen le mayor pave del consume eal ral, de modo que a través dela estrucauray ences ee produce ‘omanafests, en el consumo cultural, est grado de inequidad (iitanen, 2004, p. 47), Tiallazgns similares se presentan en este trabajo (ver el capitulo 3}, donde el nivel de marginalidad de las viviendas en que ge apioé la encuestay el nivel edacativo {e! informnante se reacionan fuertemenze con el consumo de bones cultures, ‘Douglas Holt (1996), en un estadto eobre el consumo y st reacion con el capital cultura, ententa los srgumentos dealgu- ‘os eric y académicos que establooen queen las sociedades| posiexicmas,y en partioularen Estados Unies, los patrons de ‘consumo no contrbuyen a estructura cases gociles,y que la roliferacion de significados culturales, junto eon ia fragments ion de tas iensidades unskarias~en tanto rasgos siene de la ‘cultura postmoderma-, han desiruido ls cnrrespondencian dine ns entre las categorias sociales y los patrones de consumo. Para Folt(1896), lo ques weixicos dea posmodernidad descr ‘ben no.es una condicion general, sino un aspecto del eso ce -vida de las closes con mayor capital cultural de Ins soctedades| copitalistas avanzadas. Para este autor, dichos teéricos estén {an profundamente involuerados en el habs de las eases con ato capital ealtra, que no son capaces mi sigulra de esbozar la ‘minima reflexvidad socildgica para darse cuenta de que lab lidad para “estetizar® una amplia variedad de objetos, urge de Sees ars

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