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Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, cualquiera puede
comenzar a partir de ahora y crear un nuevo final. Carl Bard
Entre las causas de la migración encontramos que la misma surge para mejorar
las condiciones económicas. Esa es, en definitiva, la principal razón por la cual
emigran los guatemaltecos. "El país no ofrece las condiciones laborales ni
económicas que fomenten el desarrollo integral de estas personas", Según lo
indica en su estudio el Fondo de las Nacionales Unidas para la Infancia (Unicef).
La Unicef señala que el 90.5 por ciento de quienes emprenden el viaje busca
aumentar sus ingresos económicos mediante un empleo en el extranjero —sobre
todo en Estados Unidos—, así como para enviar remesas y cumplir con el sueño
de construir una vivienda digna, cosa que ven imposible si permanecen en
Guatemala.
Otros, en cambio, se van porque tienen conflictos familiares. Unos más salen para
trabajar y crear un ahorro que, luego, les permita abrir un negocio propio.
La inseguridad que impera en el país también incide en la temática, pues los
emigrantes confiesan que se van por esa razón. Solo una ínfima parte decide
marcharse para huir de la justicia.
El país de destino más buscado es Estados Unidos, pues perciben que es ahí
donde podrán desarrollarse.
Por motivo de las emigraciones los efectos económicos surgen a medida de que
los habitantes empiezan a tener problemas por falta de oportunidades de trabajo,
falta de proyectos productivos a corto y a mediano plazo destinados al área rural
para la actividad agrícola y agropecuaria, para beneficiar a las poblaciones de
escasos recursos y extrema pobreza.
Derivado de lo anterior, los habitantes del área rural, ante los bajos salarios y las
pocas oportunidades, tienden a emigrar a los Estados Unidos de América, con
algunos familiares o conocidos, como último recurso para encontrar medios de
ingresos económicos para la subsistencia, siendo mayormente los hombres los
que migran para emplearse en trabajos informales, a cambio de dinero para
satisfacer sus necesidades básicas.
La pobreza, la falta de oportunidades de empleo, la desigualdad y la violencia,
empuja a muchos a salir. Tal decisión, sin embargo, conlleva el riesgo de ser
deportado o, en el peor de los casos, a ser asaltado, violentado o incluso a morir
en el intento.