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20 TEMA 42 La épica medieval. Los cantares de gesta. El cantar del mio cid. 0. Introduccién 1. La épica medieval 1.1, La formactén de la épica medieval 1.2. Los origenes de la épica castellana 2. Los cantares de gesta 2.1. Caractoristicas de lo épica costellana 2.2. Las gestas castellanas: temas, ciclos y cronologia 3. El cantar de mio cid 3.1. Fecha de composi 3.2. Tema y estructura 3.3, Caracterizacién de los personajes 3.4, Métrica del Cantar 3.5. Lenguaje, estilo y técnicas narrativas 4. Conelusi6n 5. Bibliografia 6. Legislacién ny autoria 0. INTRODUCCION La palabra épica significa narracién y hay que entenderla, ademés de como un determinado género litera- rio, como una cierta cotegoria estética e, incluso, como una concepcién del mundo. La funcién estética de lo épico consiste en hacer presente un mundo que ha sido, un personaje que ha vivido en tiempos remotos y cuyo comportamiento haya sido ejemplar. Los poemas épicos, por lo tanto, se forjan en tomo a un héroe ©.a un acontecimiento caracterstico de una época que se desean mantener en la memoria colectva. Le épica se considera poesia narrativa, con un cardcter objetivo del que carece Ia poesia lirica, La na- ica se apoya en una base histérica 0 en una tradicién unénimemente admiida por el pablico y considerada como verdadera, por lo que svele ser uilizada como un susiuto de lo historiografia, en una Epoca en la que el pueblo llano no tenia acceso a las crénicas en lengua latina, Sin emborgo, la realidad en los poemas épicos aparece sublimada: las pasiones y los sentimientos de los personajes olcanzan el maximo de tensién, el valor y la lecltad llegarén a cotas sobrehumanas; en el plano fisico, héroes y antihéroes son capaces de acciones extraordinarics. la Edad Media es la época en lo que surgen los primeros fexios épicos fiiados por la escrtura (a fines del siglo Xi). La épica, por lo tanto, nace como resultado del esptit heroico que anima a una colectvidad en un periodo de formacién nacional. Asimismo, la cultura medieval europea representa lo fusién de dos tra- diciones, Ia latina y la germénica, y en Espafia, ademés, la drabe. En esta exposicién trataré dar respuesta a los contonidos establecidos en la pregunta, atendiendo al guiente orden... {Es conveniente exponer con claridad y de forma dgil el orden que se va a seguir, siguien- do el indice-guion del tema) 1. LA EPICA MEDIEVAL 1.1. LA FORMACION DE LA EPICA MEDIEVAL A\leorias romanticas B origen delos estudios sobre la épica medieval se stia en el Romanticismo del XIX, cuando se despienta una atencién inusitada por la cultura del medioevo. Partieron del mito del pueblo creador de literatura como expresion de pulsiones colectivas, sin conocimiento de la tradicion iteraria precede de la lectura y la escritura. Por lo tanto, se produce en la memoria y se conserva en la tradi in el vecurse n oral El émbito de estudio fue el de la épice francesa, en el que aparecié un problema: la enorme diferencia de tiempo entre los hechos histéricos narrados y la versién mas antigua que se conoce de la Chanson de Roland. En efecto, entre la botolla de Roncesvalles (778), y la més ontigua versién de la obra mencionada (1086-1095), hay una laguna de 300 afios. La explicacién dada por los roménticos es que, ya en los siglos VIllo IX, exisieron unos eantos populares de creacién colectiva y esponténea nacidos préctica- mente al color de la batalla, fro de la emocién por una victoria 0 una derroia. Estos cantos serian breves y de caracter épico-irico, se habrian transmitido oralmente y habrian sido refundidos hasta que unos poetas © copistas, tres siglos més tarde, se decidieran a reunitlos como cantar de gesta. Asi, defendieron la teoria de la agregacién, oplicondo a la épice medieval las ideas de Wolf (formuladas en 1795) sobre la forma- cién de los poemas homéricos por aglutinacién de breves rapsodias anteriores. En Espafia, comportié estas ideas, on una primora otapa do eve investigaciones, Mild y Fontanale. Con estos precedentes, Fauriel expuso en 1830 sus leorias sobre la Spica francesa, segtin las cuales los poemas que conocemos son el final de una evolucién que orrancaba de cantos populares, compuestos inmediatamente a ratz de los sucesos ocurridos, En 1865, Gaston Paris acufa el término “eantinela” (tomado del latin clasico, en el que significaba gené- ricamente “canto") para referirse a esas primeras composiciones. Las cantinelas debian expresor, a través de elementos lricos, la reaccién emocional anle determinados hechos hist6ricos. Pronto surgieron los primeras crlicas @ esta teoria de los cantinelos, Milé y Fontanale, en su obra De la poe- sic heroico-popular castellana de 1874, reiraciéndose de los conclusiones a las que habia llegado en un principio, demostré que los poemas breves 0 coninelas eran consecuencia de la descomposicién de los cantares de gesta, y no causa de su formacién, A estos crffcas se sumé Pio Rajna con sv obra Origenes de la epopeya francesa, en la que defendia que los cantares de gesta estuvieron desde un principio en la cultura popular de la Romania. B) Teoria individvalista Sobre este terreno abonado, el francés Joseph Bédier, en Las leyendas épicas. Investigaciones sobre la formacién de los cantares de gesta, de 1910, niega la existencia del nacimiento de leyendas y de canciones inmediatamente ligadas « los ocontecimientos hst6ricos, lo que le leva a desesiimar que la creacién de los antares de gesta fuesa anterior al siglo X. Para él, los grandes poemas que se conservan son los primeros existentes: la Chanson de Roland, en Francia; el Cantar de Mio Cid en Espafia. Segin Bédier, ademés, cada cantar puede ser relacionado o localizado en torno a santuarios © monasterios que jalonaban las ru- tas de las peregrinaciones, con el fin de divulgar con un objetivo propagandisico los historias de los santos de los héroes que estaban enterrados o cuyas reliquias se guardaban all. Las crénicas de los monasterios contenian indicaciones sobre estas figuras histéricas y fueron la fuente de la que pudieron proceder los fundamentos histéricos de los cantares de gesta, De todo ello se deduce que los cantares no tengan una ‘utoria de origen anénimo, sino que su autor fuera culto, aunque su émbito de difusi6n popular. Si bien esta teorfa tuvo un amplio nimero de seguidores, tampoco faltaron las crffcas. Asi, Ferdinand Lot y Albert Pauphilet observaron que la teoria de Ia localizacién de los cantares no convenia a todos ellos, a 22 ya que, por lo que respects a a épica castellano, no falian ciclos enleros, como el de don Rodrigo, sin vinculacién alguna a monasterios. Segin estos autores, el clero no tiene un papel demasiado importante en estos poemas que, ademés, revelan una inspiracién esencialmente profana, Teoria tradicionalista o neotradicionalista ‘Menéndez Pidal, continvador de lo expuesto por Rajna, se opone decididamente a la teora individualista de Bédier, y le concede gran importancia al fermento popular. Segén Pidal, rasgo fundamental de esta poesia heroica es su cardcter anénimo. El autor no tiene conciencia de tal y se confunde can la colectividnd Deduce que la épica espafiola vivié varios siglos en conslante variacién y en estado latente. No habia tex- t08 escrito, sino textos orales, asegurada su persistencia por la fuerza de la tradicién, que los mantenio y los difundia, Lo existencia de gestas épicas con anterioridad al Mio Cid esta comprobada por cbundantes tesfimonios, en especial por las prosiicaciones de que fue objeto en las crSnicas medievales. Una importante confirmacién « esta teoria fue el descubrimiento realizado por Démaso Alonso, en 1954, de la por él llamada *Nota Emilianense", fexio en el que aporece un brave relato de la derrota de Ronces- valles que sigue en lineas generales la Chanson de Roland, La “nota” ha sido fechada de treinta a cincuenta afios antes de la composicién de la obra, lo que demuestra la difusién del tema épico de Roldén mucho antes de la gesta conocida y, por tanto, la existencia de primitivas redacciones del cantar. ‘Como vemos, Pidal sigue en lo fundamental las teorias roménticas, pero, para él aquellos poemas menores serion como los gérmenes primeros de las gestas, sélo que éstas no resullan de aglutinar estos poemas braves, sina da su natural desarrollo y crecimiento. Como conclusién a las teorias expuestas, cabe sefialar que hoy se liende a huir de posiciones extremas, y @ contemplar el problema de los origenes de la épica en el sentido de una compleja interrelacién de ele- menios cultos y juglarescos, a la vez que se destaca cada vez més la funcién propagandistca (poliica y monacal) de los cantares de gesta, 1.2, LOS ORIGENES DE LA EPICA CASTELLANA. a) Teoria latina La teoria hoy més olvidade es la tess latina, que pretende vincular los origenes de nuestra épica a las for mas cldsicas de las epopeyas latinas. Ahora bien, existe ciertos recursos comunes como, por ejemplo, cuando un poeta va a descrbir un combate hace antes un recuento y nominacién de los principales com. batientes, cuyos nombres se van dando acompafiados de los correspondientes epitetos. Esto ya so puede observaren La liada y lo mismo en el Cantar de Mio Cid, Pero, ges éste un rasgo comin a todas las épicas ‘un rosgo heredado de las epopeyas clésicas? b) Teoria francesa Giertos semejanzas observadas entre la épica francesa y la espafiola, asi como la priotidad cronolégica de aquella, llevaron « Gaston Paris a proclamar que la épica espafiola procede de la francesa. Pero ya ‘Menéndez Pelayo distinguié entre los aspectos que podian obedecer al influjo francés de aquellos oftos ue podian ser indicios de un arigen comtin de una y otra épica. Por supuesto, es innegable el inljo cultural de Froncio sobre Expafia a través de la orden de Cluny y del ‘camino de Santiago. Pero esto no significa que nuestra épica sea una imitacién de la francesa o que no exis- tiera ningén cantar en Espamta antes de la influencia de las gestos francesas, como sefiala Menéndez Pidal. ¢) Teoria germénica Gran predicamento ha tenido la opinién de los que creyeron (Milé yFontanals, Menéndez Pelayo, Menén- dez Pidal, etc.) que la poesia pica espafiola, lo mismo que la francesa, tiene sv origen en la costumbre que tenian los antiguos pueblos germénicos de cantar en poemas épicos extensos (“cantos histo- ticles”) las gestas de sus naciones, caudillos y héroes. Esta opinién se basa en el antiguo testimonio de Ta- cito, que nos informa con palabras precisas sobre esta costumbre. El Gnico testimonio de interés que aporta, esta feoria es unc obrita de San Isidoro, las Insftutionum disciplinae, donde se anima a los jévenes a ejer- citar sv voz en los carmina maiorum, esto es, en los cantos de los antepasados. Aporia asimismo algunos temas de procedencia gorménica on nuestra épica. Los argumentos pidalianos resultan poco convincentes a Salvador Martinez y Marcos Marin, d) Teoria arabista A principios del siglo XIX, ya se propuso la posible influencia de la poesia ardbiga en el nacimiento de la épica castellano, pero pronto esia opinidn cayé en descrédito. Posteriormente, el arabista espafol Julian Ribera sostuvo que habria oxisido una epopeya andalusi, y que esta épica érabe-hispénica habrria in- fluido en Europa. Explicaria los nombres y alusiones érabes de la épica francesa y el hecho de basarse sv obra maestra, no ‘en una victoria, sino en una derrota de Carlomagno, en la que precisamente los riunfadores fueron los éra- bes. Explicaria tombién la simpatia por delerminados musuimanes de nuestra gesta del Campeador, que hasia en su ttvlo es érabe: “Cid” es igual a “Sidi, que significa “sefior”. Marcos Marin defendié la idea de que, on una Espafia en la que los visigodos habrian perdido en gran parte la costumbre de los cantos historiles, la llegada de los érabes fue un buen revulsivo para su renacimiento. Por olta parle, los drabes disponian de un género destinado @ contar los combates entre las tribus, los “Ayyam-al-arab" (o “dias de los Grabes") cuya misién era la que corresponderia a los cantos historiales germanos. Y ademés, otro género, el de las “archuzas” didécticas, de las que se ha conservado una entera, ademés de fragmentos de oltas y resimenes en las crénicas. Digamos, por dlimo, que quizé la primitivo 6pice hispénica arrancaria de la triple influencia érabe, lati na y germénica, y que fal vez ninguna de los tres fuerzas, por s{ sola, hubiera sido capaz de provocar el nacimiento de una épica como la castellona, 2. LOS CANTARES DE GESTA 2.1. CARACTERISTICAS DE LA EPICA CASTELLANA Puesios a establecer unos diferencias que asegurasen la independencia y personalidad de nuestra épica medieval con respecto « la de otros paises (especialmente, con respecto a la francesa), Menéndez Pidal destacé unos rasgos que pretendié caracteristicos de la épica espafiola, y que son los siguientes: o) Irregularidad y asonancia del verso Es decir, nuesira épica se caracieriza por la rima asonanle y el metro irregular, frente a la regularidad y el uso de la rima consonante que caracterizan a la épica francesa, Domina la fluctuacién silébica (anisosila- bismo}, con predominio de hemisiquios heptasilabos. Como hemos dicho, la rima es asonante y el grupo de versos enlazado por la misma rima forma una tirada, cuya extensién es variable. b) Vitalidad y capaci ‘Més incontestable atin parece la enorme vitalidad y capacidad de renovacién que ha demostrado nuestra materia épica, una y otra vez refundida en los més diversos géneros, a diferencia de lo que sucede en Fran- cia, donde, ol decliner la Edad Media, se abandonan sus temas. La épica castellana describe la defensa y ¢l triunfo de valores colectivamente reconocidos, de los cuales son portadores los héroes (posivamente) los enemigos de los heroes (negativamente]. lad de renovacién 23 24 ¢) Realismo e historicidad En el realismo y la historicidad que presents la épica castellana quiso ver Menéndez Pidal un efecto de la coetaneidad de la creacién del cantar con respecio a los hechos que lo inspiran. La épica castellana evita os sucesos maroyillosos, las fuerzas sobrehumanas, los prodigios. En este sentido, encontramos una abis- mal diferencia de concepcién al comparar el Mio Cid con el Roland, que altera incluso en lo fundamental la realidad de los hechos, mientras que el primero se sujeta en lo esencial« la historia. Tanto es asi, que llegé < ser fuente primordial de informacién, de tal manera que muchos poemas fueron prosificados y entraron @ formar parte de nuestras erénicas, tra coractersica realisia es la otencién a los detalles de lo cofidiano que presenta nuestra épica, nla cen el caso de la francesa, debido a que la concepcién del mundo es opuesta en ambas. En la francesa se concibe un espacio interno {la “douce France”, cristiano y racional) frente @ un espacio externo, castico, poblado de seres monsiruosos y temibles; en la espafiola existe un espacio énico, la peninsula Ibérice, que permite ol héroe moverse sin problemas, ya que las distancias se han anvlado, y por esta razén tampoco ‘existe una valoracién negativa del enemigo ni de su lugor, ya que éste es el mismo que el del héroe. Sin embargo, el supuesto cordcterhistoricista de nuestra épica ha sido muy rebatido con amplias razones. Asi, Leo Spitzer hizo ver como una parte importante del Canfar ero, precisamente, icicia, Pidalrecificé a medias, susituyendo el concepto “historcista” por el més eldstco de “verista”, en el sentido de una propen- sién de acercar el arte « la verdad hist6rco. 2.2. LAS GESTAS CASTELLANAS: TEMAS, CICLOS Y CRONOLOGIA, Los estudiosos, con Pidal a la cabezo, distinguieron cuatro etapas en la épica castellano. El problema de la falta de textos que afecia gravemenle © nuestra épica, no es privalive de nuestra literatura. Gracias a las crénicas, al romancero y, en algunos casos, «la literatura posterior, pedemos hoy reconstvir bastantes leyendas épicas, algunas de las cuales fueron poemas en su dia. 1a) Etapa de formacién Esta etapa abarcaria desde los origenes (que no se pueden precisar con exacitud) hasta 1140. Se trataria de caniares probablemente breves, cuyos primeros nncuentran en una Cronica Gathorum del si glo XI en la Crénica General de Alfonso X. En ellos se ratarian los asunios familiares de los reyes y condes cristianos y las relaciones que mantuvieron con los érabes. Entre las gestas més representalivas podemos citar: el Cantar de la hija del conde don Julién y de la pérdi- do de Espafa, vinculado al tema de don Rodrigo, y giraria en tomo a la conquista musuimona; El conde Fernén Gonzélez; La condesa traidora; el Romanz del infant Garcia; Los siete infantes de Lara, reconstruido: {ntegramente por Pidal a partir de la Primera Crénica General, y el Mainete, que trata el tema de las mo- cedades de Carlomagno. b)Etapa de florecimiento o plenitud Comprenderfa desde 1140, fecha en que Menéndez Pidal supone escrito el Poema de Mio Cid, hasta 1236, aio correspondiente al Chronicon Mundi de Lucas de Tuy, primera obra historiogréfica que utilize extensamente las gestas como fuentes histéricas. En esta etapa, los cantares épicos ganan en perfeccisn y longitud, y se ccusan los infujos franceses. Ademés, esta segunda época nos ofrece ya textos conservados, por lo general, fagmentariamente, Destacaremos como obras més imporianies de este periodo, en primer lugar, el Cantar de Mio Cid, del que nos ocuparemos a continuacién mae dotenidamente, y también El cantar de la mora Zaida; la Gesta de Roncesvalles; y el Ciclo de Bernardo del Carpio. ¢) Etapa de las prosificaciones Se extiende desde 1236 hasta mediados del siglo XIV. Es la época de las prosificaciones en las crénicas y se ‘caracteriza por la obra continua de refundicién de los poemas anliguos, como la ampliacién del Mio Cid, del Bernardo de! Carpio, y el llamado Segundo cantar de los Infantes de Lara d) Etapa de decadencia Hasta mediados del siglo XV se produce la hinchazin y grandilocuencia de la épica. Bajo el influjo de nuevas condiciones sociales y de nuevas formas poéticas, se pierde el gusto por los visios cantares épicos, ‘al mismo tiempo que se da entrada en ellos a elementos novelescos o legendarios, y el lenguaje es més tetérico y arlificioso. Aeeste petiodo pertenece e! cantar de Las mocedades de Rodrigo, en el que los elementos Iterarios y la fantasia han ido susituyendo a los elementos hst6ricos. Esta clasificacién, hecha por Menéndez Pidal, fue muy discutida por la ertica posterior, por lo que otros, estudiosos de la épica (como Alan Deyermond o Colin Smith) propusieron una clasificacién tematica en tomo a los siguientes nicleos: Epica en tomo a la conquista drabe: un supuesto poema tratarfa el tema de la Reconquista y la batalla de ‘Covadonga. Otro de ellos, prosificado en la Crénice Sarracina, trataria el tema de la figura del rey Rodrigo Y Su pena consiguiente. Epica en tomno a los primeros condes auténomos de Casilla: formado por el Cantar de los siete Infantes de Lara, Cantar de la condesa traidora, Romanz del Infant Garcia y Cantar de Fernén Gonzélez. Epica en torno al Cid: constivide por el Cantar de Mio Cid, Cantar de Sancho Ily la Gesta de las Moce- dades de Rodrigo. Epica de tema carolingio: en este nicleo temético se incluyen distntas obras relacionadas de una forma v otra con la épica francesa, y « él pertenecen Roncesvalles, Mainete, y Bernardo del Carpio. 3. EL CANTAR DE MIO CID 3.1, FECHA DE COMPOSICION Y AUTORIA Eltema de la datacién de la obra ha sido una euestién muy debatida, por los diversos problemas que ha planteado tanto la datacién del manuscrito, que se conserva en la Biblioteca Nacional, como la datacién del texto. Como so ha venido viendo a lo largo del tema, también hay distintas posturas sobre este asunto, la teoria de Menéndez Pidal es que el exio puede datarse, oproximadamente, enire 1140 y 1145, y se ha conservade, tras diversas refundiciones, en un manuserite del siglo XIV, més concretamente, de 1307. Pidal estudié la fecha que aparece en dicho manuserito: “Per Abbat le escrivio en el mes de mayo en era de mil e CC XIV afios". Es decir, en era de 1245, fecha que sigue el cémputo de la era hispénica 0 era del César. Cuando se establecié el sistema imperial romano en Espatia (38 a.C.), se establece también la cos- tumbre de empezar el calendario con el primer aio en el que Augusto fue sefior de Espafia. Por lo tanto, de acuerdo con nuestro calendario acival, se nos dice que Pedro Abad escribié este libro en 1207. Para Pidal, ademés, “escribi” no significa “componer”, sino, simplemente, realizar la labor de copista Por otto lado, el cordcter de la letra empleado en el manuscrto data, segin los paledgratos, del siglo XIV, por lo que no se corresponde con la fecha que nos de el colofén. Segin Menéndez Pidal, alguien, conscienie de que esa fecha podria desorientar, intenté acercar la fecha del manuscrito a la fecha de composicién del texto y rasgé una lercera “C" (en efecto, se observa un hueco tras la segunda “C” y el resto de la fecha). Siel afo en el que el copista escribié la obra fuera 1307, ya no se daria la contradiccién 25 26 expuesta, También deduce que el manuscrito conservado se copié de un manuscrto anterior perdido, que cexplicaria la distancia temporal Respecto a la fecha de composicién de la obra, Pidal se basé en datos que aparecen en la propia obra, para establecer una serie de fechas respecto a las cuoles, necesariamente, el poema tendra que ser pos- terior (termini post quem), ya que no se pueden contar hechos histéricos si estos no han sucedido ain. Por ejemplo, en el verso 3724 se dice que los reyes de Espatio de entonces (“hoy”) eran parientes del Cid. Este hecho histérico se produjo cuando la bisnieta del Cid, Blanea de Navarra, se casé en 1151 con Sancho Il, pero los esponsoles ~promesa de futuro matrimonio ya se habian dado en 1140, Pidal enfiende estos esponsales como un matrimonio, y sobre todo estos, celebrados cuando castellanos y navarrenses estaban «© punto de enfrentarse. Del mismo modo, estudié otros textos que reflejaban la influencia de la obra en ellos, por lo que el Cantor tenia que haber sido anterior (termini ante quem). Asi,en un poema de unos 400 verses en lain, incluido en la Crénica de Alfonso VII (de 1150), se hace referencia c la conquista de la ciudad de Almeria por parte del rey, ¥ se compara a los héroes que participaron en ella con la figura del Cid. Segén Pidal, esto demostrarfa conocimiento del texto del Cantar. Pero, ademés, en el verso 1180 de la propia obra, se hace mencién a la inferioridad de los musulmanes frente al Cid, por lo que piden ayuda al rey de Marruecos, que no puede ayudarlos porque estaba inmerso fen una guerra contra el rey de los Montes Claros. Para Menéndez Pidal, este verso se refiere al enfrenta~ imiento entre almordvides y almohades, que tuvo lugar de 1123 a 1145, por lo que deduce que el texto es anterior al afio de finalizacién de la contienda. Asi, dedujo que el poema habia sido compuesto entre 1140 y 145. Respecio c la autoria de lo obra, Pidal creyé, en un primer momento, que debja ser algin juglar de Me- dinaceli o de sus alrededores, pues demuesira tener un conocimiento de la zona muy superior al de otros lugares @ itinerarios, més importantes para la accién del poema. Este mismo poeta debia conocer también la ragién de San Esteban de Gormaz, sogtn se infiere del detallismo con que la describe, Ademés, el epi- sodio de la Afrenta de Corpes pertenece exclusivamente a la tradicién oral de San Esteban. Sin embargo, posteriormente, Pidal rebatié su anterior opinin, y supuso entonces una primera versién del poema, escrita a raiz de la muerie del Cid por un poeta de San Esteban de Gormaz, conocedor de los hechos histéricos y respetvoso con ellos por su cercania temporal. A este poeta perteneceria el plan total de la obra, y a él tendriamos que attibuir todos aquellos casos de verismo histérico en lo relatado, verismo que va disminuyendo progresivamente a medida que avanza el paema, hasta desnparacer dal misma Ast pues, todo lo que en el Mio Cid hay de invencién y anacronisino perteneceria a un segundo poeta, de Medinaceli, que, ol refundir el poema y alargorlo, ya en 1140, tuvo una mayor libertad para novelar y tronsformarla realidad de acuerdo con su instnfo postico, muy acertado por cuanto, gracias a él, el poema crece en dramatismo en su dilima parte, Més atin, Menéndez Pidal observé dos modalidades en la versificacién, lo que vendria a ser una prueba més de lo doble autora. El poeta de San Esteban usa una versificacién variada con frecvente cambio de ‘asonancias. Por el contratio, el poeta de Medinacali iende a una versificacién de gran sencillez, suprime las asonancias difciles, y consigue largas tradas homogéneas. la teoria de Menéndez Pidal ha terido, y sigue teniondo ain, gran predicamento entre los erticos y estu- ddiosos del Cantar, pero fueron muchos también los que disintieron total o parcialmente de sus conclusiones. ‘Asi, Antonio Ubieto y otos, demostraron que eran falsos los argumentos dados por Pidal para datar la obra. Con rospocto a loz verzos que hacen referencia al parentesco del Cid con los reyes de Espaiia, seftalun que el Cid no estuvo relacionado con todos los reyes de Espofia hasta 1201, « través de las nietas de Blanca de Navarra y Sancho Il de Costlla. Berenguela de Casilla contrajo matrimonio con Alfonso XI de Leén en 1197, y Urraca, con el rey Alfonso Il de Portugal en 1201, porlo que esta fecha seria la més antigua posible de lo composicién del Cantar. Asi que dan como valida la fecha que aparece en el manuscrito, sin la adi- cién de ninguna "C" (como supuso Pid De este modo, llega a defenderse que Per Abbot fuera el autor del poema. Se descubre, ademés, que en Fresno de Caracena, en Soria, vivia hacia 1220 un Per Abbot, clérigo, que podria ser el autor de la obra. Teoria que a Pidal no parecié demasiado aceptable, yo que Per Abbat es un nombre demasiado comin en la époce. Peter Rusellfié su atencién en la presencia notable en el cantar de escritos de naturaleza juridica, ylegé a dos conclusiones: primera, que el autor es de procedencia culta; y segunda, que el texto debe ser datado 2 principios del siglo XIll Rusell aplicé a la épica espafola la teoria de la localizacién de los cantares de gesta propuesta por Bédier, ¢infrié que el pooma se relaciona con el culo sepuleral que recibié el Cid en el monasterio de San Pedro de Cardefia. Porsu parte, Colin Smith raté de rebatirla teor‘a de Rusell sobre lalocalizacién de la obra: un clérigo avtor de Cardefia no habria ignorado el nombre del afamado abad del monasterio, San Sisebuto, que no apare- ce en el poema. Ademés, creyé encontrar ol Pedro Abad autor de la obra en Santa Eugenia de Cordobillo, en el siglo Xll, quien, al parecer, falsficaba documentos en favor del monasteri. En conclusién, en este como en fantos aspectos, lo falta de textos dficulta el estudio de la épica medieval Y propicia la oparicién de diversas hipétesis que pretenden resolver el problema, y que distan mucho de ormonizarse y llegar a un acuerdo. 3.2, TEMA Y ESTRUCTURA. Vorios crticos han apuntado que el fema central de la obra es el restablecimiento de la honra del héroe. Se ha hablado de unc doble deshonra: deshonra militar en el plano piblico, debida a una falsa acuso- ién que provocs la situacién de destierro; y una deshonra doméstica en el plano familiar, que se produce con el casamiento de las has del Cid con los infantes de Carrién y la posterior afrenta, La primera desarrolla la situacién de destiero injusto hasta la consecucién del indulto real, y ocupa ms del cincuenta por ciento del poems. El autor demuestra su maestria al entrelazar las dos partes, pues la segunda parte comienza ya antes de la finalizacién de la primero, cuando los infantes deciden que seria Yenigjoso para ellos casarse con las hijas del Ci. Respecto a la organizacién intorna de lor contonides, co vione reproducionde la triparticién realizade en el poema por Menéndez Pidal: a) Cantar del destierro (hasta el verso 1084), donde el Cid abandona Vivar y se dirige « Burgos, donde nadie se aireve « ayudarle. Abandona Castilla y entra en Aragén donde se producen sus primeras victorias sobre los moros y enirega de ofrendas al rey Alfonso VI,;b) Cantar de las bodas (versos 1085-2277). El Cid continda hacia Valencia, Envia nuevos regalos al rey y este le pide que sus hijas se casen con los condes de Carrién; c) Cantar de la afrenta de Corpes (vers0s 2278-3730). Los hombres del Cid se burlan de los condes y estos, en vengenza, azotan a sus esposas en el robledo de Cotpes dejéndolas malherides. El Cid exige justcia al rey, quien convaca cortes extraordinarias en Toledo y dos hombres de nuestro héroe vencen a los de Carrién. Los hijas del Cid se casan, felizmente, con los infontes de Navarra y Aragén, quedando Rodrigo Diaz de Vivar emparentado con la realeza. 3.3. CARACTERIZACION DE LOS PERSONAJES Naturalmente, desiaca el persanaje dal Cid, ol cual ajemplifica las més altas virtudes caballorescas: hombria, lealtad, rligiosidad, cortesiay, sobre todo, moderacién y mesura, cvalidad éstasItima que no es propiamente épica, por lo que destace la iremenda humanidad del héroe, que se manifiesla como padre preocupado y amaniisimo esposo. a

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