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LA HISTORIOGRAFÍA EXCLUYENTE

En este informe y con base en las lecturas “El campesinado, luchas agrarias e
historia social: notas para un balance historiográfico”, de Jesús Antonio Bejarano,
“La historia al final del milenio” de Carlos Miguel Ortiz y “Populistas: el poder de las
palabras” de Marcos Palacios, explicaremos las características principales de la
escritura de la historia en Colombia desde sus inicios y nos enfocaremos en el objeto
de estudio de la misma, analizando el nivel de inclusión de todos los sectores
populares en las distintas investigaciones históricas y las principales problemáticas
que dieron inicio a los periodos de violencia del país.

La lectura de Jesús Antonio Bejarano nos deja en manifiesto que ni los campesinos
(ni los sectores populares en general) fueron parte importante y fundamental de la
historiografía colombiana, sino hasta finales de los años 70 con los inicios de la
historia profesional; la historia profesional en Colombia tuvo sus inicios a finales de
la década de los sesenta pero se consolidó en la década de los ochenta, la
profesionalización de la historia surgió gracias a dos grandes procesos que se
llevaron a cabo en ese entonces en el país, tales como la expansión de la cobertura
educativa debido al crecimiento urbano, lo que conllevo a la apertura de historia
como carrera universitaria, y, el éxito editorial de la obra de Indalecio Liévano
Aguirre, el cual le abrió las puertas a los historiadores para la construcción del
pasado nacional mediante escritos novedosos en cuanto a la forma de abordar los
temas históricos del país, representados -en su gran mayoría- en manuales de
enseñanza.

Al contextualizarnos en la época analizada en los libros tomados como referencia


para este informe, - finales del siglo XIX e inicios del siglo XX- podemos inferir que
la corriente historiográfica dominante era una historiografía política, -inspirada en el
historicismo alemán- basada en la narración de acontecimientos y hazañas de
próceres pertenecientes a las élites, y observamos como los sectores populares (en
los trabajos anteriores a estos) no eran tenidos en cuenta puesto que se
consideraba que no eran sujetos históricos, y por ende no eran objeto de estudio,
ignorando así sus luchas y aportes a la historia colombiana; esta exclusión se ha
visto reflejada en todos los escenarios sociales, hemos visto cómo el conflicto
armado colombiano fue resultado de las luchas del campesinado y el sector agrario
del país debido al inconformismo y la desigualdad; estas tres obras rescatan estos
sectores y abordan temas que la mayoría de los historiadores se abstenían de
investigar, como el tema de las violencias en el país, el campesinado, la esclavitud,
el conflicto y la lucha de las clases sociales, dando inicio a la historia social
influenciada por las corrientes marxistas.

Jesús Antonio Bejarano como gran estudioso del sector rural en el país, con una
bibliografía bastante amplia, se interesa por el desarrollo agropecuario, destaca que
para la década del 50 la agricultura experimentó un desarrollo excepcional, en
expansión de cultivos y en la rapidez de la modernización del campo. Señala
también el crecimiento de la ganadería y su desplazamiento a tierras altas debido a
los cultivos comerciales. Como segundo actor de cambio en las políticas
económicas del país, que permitieron la trasferencia de recursos a través de la Caja
Agraria en formas de créditos. Así mismo muestra cómo la propiedad de la tierra
está en un gran porcentaje en pequeños y medianos propietarios. El enfoque
económico de muchos de sus textos hace un perfecto empalme con el enfoque
expuesto en el libro estudiado el cual llama a pensar en una historia social. El
campesino de carne y hueso no aparece, sólo interesan aquellos grandes
movimientos que visibilizaron el progreso y desarrollo del país.

La historiografía colombiana, nos muestra un problema agrario ligado al desarrollo


económico atravesado por problemas políticos y de violencia. La institucionalidad
los muestra como agentes portadores de violencia y obstáculos para el desarrollo.
La historiografía social del sector rural, como lo dice Bejarano, está por construir, no
sólo desde la historia, sino desde otras disciplinas que ayuden a comprender mejor
la condición social y cultural del campesino.
LA HISTORIA EXCUYENTE

KAREN VICTORIA OROZCO SARABIA

CATEDRA CONSTITUCIONAL
PROGRAMA DE HISTORIA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

CARTAGENA, SEPTIEMBRE 05 DE 2017

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