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DANTE Y LOS POETAS ANTIGUOS 37

cuya oración a la Virgen María impetra para Dante la visión


de Dios con que termina el Paradiso. Como acorde inicial, Dante
II necesitó ese encuentro con los poetas antiguos y esa aceptación
en su círculo; hacía falta legitimar su mensaje poético. Los seis
EDAD MEDIA L AT IN A poetas (si se cuenta a Estacio) vienen a formar una comunidad
ideal, se constituyen en bella scuola de autoridad intemporal,
cuyos miembros tienen todos la misma categoría. Homero es
1. Dante y los poetas antiguos, p. 36.— 2. Mundo anti-
sólo primus inter pares. Esos seis autores son una selección del
giùo y mwido moderno, p. 38.— 3. Edad Media, p. 41.
antiguo Parnaso; el que Dante los haya reunido y constituido
— 4. Edad Media latina, p. 46.— 5. Romania, p. 54.
en “escuela” es manifestación característica del concepto me­
dieval de la Antigüedad.
§ 1. D a n te y lo s p o e ta s a n tig u o s Homero, ilustre antepasado, apenas fué para la Edad Media
algo más que un gran hombre; porque la Antigüedad medie­
Cuando Dante, guiado por Virgilio, da sus primeros pasos por
val es Antigüedad latina. Pero era necesario mencionarlo; sin
el Limbo, ve destacarse entre la penumbra un espacio iluminado,
Homero no habría habido Eneida; sin el viaje de Odiseo al Ha­
morada de los poetas y de los sabios de la Antigüedad; Cuatro
des no existiría el viaje virgiliano al Infierno; y sin éste no se
figuras venerables se acercan a Virgilio y lo saludan:
hubiera dado el de Dante. Para toda la Antigüedad tardía y
. O norate l’altissimb poeta; para toda la Edad Media, Virgilio es, como para Dante, Valtissimo
l'oftibra n ía to m a , ch'era dipartita. poeta. Junto a él está Horacio, representante de la sátira romana,
que la Edad Media acoge como saludable censura de las costum­
Virgilio explica la escena a su discípulo: bres, y que a partir del siglo xn encuentra gran cantidad de
continuadores (la Comedia de Dante es, entre otras cosas, una
M ira colui con quella spada in m ano, censura de la época contemporánea). A Ovidio, por su parte,
che vien dinanzi a i trei si com e sire.
se le concibe en la Edad Media de manera muy distinta que en la
Q uelli è O m ero p oeta sovrano;
Valtro è O ra d o sátiro che viene; actual. En el comienzo de las Metamorfosis el siglo xii encontró
O vidio è il terzo, e l ’ultim o L u can o.1 una cosmogonía y una cosmología en todo acordes con el plato­
nismo contemporáneo; 4 al mismo tiempo las Metainorfosis cons­
Los poetas de la Antigüedad se dirigen entonces al moderno: tituían el novelesco y cautivador repertorio de la mitología.
¿Quién era Faetonte? ¿Quiénes Licaón, Proene, Aracne? Para
E piú <Tonore an cor assai m i fenno, miles de preguntas de este tipo, Ovidio era el W ho’s who de la
ch’ei sí m i fe ce r de la loro schiera,
época. Hacía falta saber esas cosas, porque sin ellas no había ma­
si ch ’io fu i sesto tra cotanto senno .2
nera de entender a los poetas latinos. Además, todas esas his-
En el Purgatorio, a Virgilio y Dante se une Estacio,3 el poeta
asiduam ente. N o m e m olestan esas cosas que proceden de cierto exceso de in g en io ;
de la tardía romanidad. El último guía y abogado de Dante en en cambio, adm iro en él el arte con que el m ejo r poeta tiene que captar las cosas con­
su viaje por el más allá habrá de ser San Bernardo de Claravalle, cretas y reproducirlas. V ea usted con qué cuidado describe el caballo de D om icíano,
con qué exactitud pinta la colum na de H ércules y en qué form a tan acertada m enciona
la situación de las casas de campo y el adorno de los baños. T o d o aquello que descri­
1 In fe rn o , I V , 79-80, 86-90. be con palabras parece presentarse ante nuestros ojos: tal es su arte de captar y de
2 In fern o , I V , 10 0 -10 2: “ Y to d avía más honra me hicieron, que m e aceptaron representar las im ágenes” (W . von Biederm ann, Goethes Gespräche, 2^ ed., L eip zig,
en su círculo de m odo que yo fuese el sexto de tales in gen ios.” 1 9 0 9 - 1 9 1 1, II, p. 2 6 2).
3 Y a no se aprecia h oy a Estacio. Con esta desestima contrasta el ju icio de 4 Véase infra, p. 160.
G o eth e: “ Estacio es un poeta que m erece gran elo gio , un poeta digno de ser estudiado
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38 EDAD MEDIA LATINA MUNDO ANTIGUO Y IStUNDO MODERNO 39
torias mitológicas tenían su sentido alegórico, de modo que Ovi­ De la Antigüedad total no clásica, la Edad Media adoptó y
dio era también tesoro de moral. Dante introduce metamorfosis transformó los elementos conservados por la tardía Antigüedad
en ciertos episodios del Inferno, con la aspiración de superar a latina. Poseemos dibujos de Villard de Honnecourt, hechos a
Ovidio, como ya había superado la terribilitá de Lucano. Lucano base de antiguos bronces que se encuentran hoy en el Louvre.
era el virtuoso del pathos macabro, y era también un conocedor Su sentido de la forma es gótico; só’o sabemos que son repro­
del Infierno y de sus hechizos; además, era fuente histórica para ducciones cuando los cotejamos con fotografías de los originales.5
la Guerra Civil romana, y panegirista del austero Catón de Ütica, Tenemos aquí la “Antigüedad medieval”, esto es, la imagen que
a quien Dante pone como guardián al pie de la montaña del la Edad Media se forjaba de la Antigüedad. Este concepto es
Purgatorio. Estacio, finalmente, fué para la Edad Media el autor tan válido para la literatura como para las artes plásticas.
de la epopeya que relata la guerra civil tebana y que termina La Antigüedad está presente en la Edad Media como recep­
con un homenaje a la divina Eneida. La historia de Tebas fué ción y como transmutación. Esta transmutación puede adoptar
un libro favorito de la Edad Media; llegó a ser tan popular como formas muy diversas: puede significar empobrecimiento, embru­
las leyendas del re y A rtu ro; en ella se hallaban episodios dramá­ tecimiento, atrofia, malentendido,0 pero puede ser también un
ticos y figuras cautivadoras. Edipo, Anfiarao, Capaneo, Hipsípila, erudito afán de allegar materiales (la enciclopedia de San Isidoro
el infante Arquémoro, todos estos personajes de la Tebaida apa­ y la de Rabano Mauro), un diligente deletreo, una copia cuida­
recen aquí y allá en la Divina coviedia. dosa de los modelos formales, una adopción de los contenidos
El encuentro de Dante con la bella scuola autoriza la incor­ culturales, una entusiasta proyección sentimental. Se dan ahí to­
poración de la épica latina dentro del poema universal de la das las etapas y todas las formas de la adopción, que hacia fines
cristiandad. Éste abarca un espacio ideal, dentro del cual se ha del siglo x i i culminan en una libre competencia con los modelos
dejado un nicho libre para Homero y que también sirve de lugar venerados: se ha alcanzado la mayoría de edad.
de reunión para todas las grandes figuras del Occidente: los em­ La relación entre el mundo antiguo y el moderno no puede
peradores (Augusto, Trajano, Justiniano), los Padres de la Igle­ ya concebirse hoy como “supervivencia”, como “perpetuación”
sia, los maestros de las siete artes liberales, las lumbreras de la o como “herencia” de la Antigüedad. Hacemos nuestra aquí la
filosofía, los fundadores de órdenes, los místicos. Pero este reino visión universal histórica de Ernst Troeltsch. Según él,7 nuestro
de fundadores de órdenes religiosas, de maestros y de santos sólo mundo europeo descansa, “no en una aceptación ni en un aban­
existe en uno de los complejos históricos de la civilización euro­ dono de la Antigüedad, sino en una fusión total y a la vez cons­
pea: en la Edad Media latina; en ella hunde sus raíces la Divina ciente con ella”.
comedia. La Edad Media latina és la calzada romana, desgastada
por el tiempo, que conduce del mundo antiguo al mundo mo­ El mundo europeo consiste en Antigüedad y Modernidad; es el
mundo viejo que recorre todas las etapas, desde las primitivas hasta
derno. la supercultura y la desintegración de sí mismo, y es también el mundo
§ 2. M u n d o a n t ig u o y m u n d o m o d e r n o
nuevo, que principia con los pueblos romano-germánicos del tiempo
de Carlomagno y que recorre igualmente todas sus etapas... [Y con
Mundo antiguo significa toda la Antigüedad, desde Homero todo,] estos mundos tan profundamente separados por su sentido y
hasta la invasión de los bárbaros; de ningún modo se limita a la su evolución están tan engarzados uno con otro, tan fundidos por una
continuidad y un recuerdo históricos y conscientes, que el mundo mo­
Antigüedad “clásica”, la cual es en realidad creación del si­
glo xvm y producto de una teoría del arte que debe, a su vez, 5 Véase Jean Adhém ar, In fluen ces antiques dans l ’art du moyen âge français, T h e
comprenderse históricamente. La ciencia histórica S e libró ya W arbu rg Institute, Londres, 1939.
6 Sobre el m alentendido como categoría de la transm utación de las formas cf.
hace mucho del estrechamiento clasicista, pero la ciencia literaria in fra , Excurso I.
se ha quedado atrás, en este punto como en los otros. 7 O er H istorism us, op. cit., pp. 7 1 6 -7 1 7 .
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derno se ve en todos sus aspectos poseído y con dicion ado en lo m ás
§ 3. E d ad M e d ia
íntim o por la cultura, la tradición, el derecho, la política, el lenguaje,
la filosofía y el arte antiguos, aunque su espíritu sea enteram ente nuevo Antigüedad, Edad Media, Edad Moderna son nombres que
y p ropiofi Eso es lo que da al mundo europeo su profundidad, su
designan tres épocas de la historia europea, nombres que desde
plenitud, su complejidad y su actividad, y a ello debe a un mismo
tiempo su tendencia a pensar y elaborarse a sí mismo históricamente... el punto de vista científico son “absurdos”, como ha dicho A lfred
Dove, pero que para el intercambio práctico de ideas son indis­
Hasta donde nos es posible ver, Carlomagno es el primer pensables. El concepto que menos sentido tiene es el de Edad
representante del mundo moderno. Pero su obra es sólo corona­ Media, creación del humanismo italiano, explicable sólo desde su
miento de un proceso que se inicia con la ruina del poder real perspectiva particular. Mucho se ha discutido sobre la delimi­
franco, hacia el año 650. Pipino de Heristal, mayordomo de tación de estas épocas, y en general sobre el problema de la
palacio de Austrasia, conquista en la batalla de T e rtry (687) el división en períodos;0 pero todas estas discusiones han sido fé r­
poder sobre, todo el reino; esto decide el ascenso de los pipínidas tiles y han iluminado ciertas etapas escasamente exploradas.
o carolingios. Para el comienzo de la Edad Aíedia, y por lo tanto para el fin
El comienzo del mundo “moderno” debe señalarse hacia 675. de la Antigüedad, se han señalado diversas fechas, que fluctúan
Ese nuevo mundo está “profundamente separado” del antiguo, y entre los siglos iii y vn. Michael Rostovtzeff hace llegar su “his­
sin embargo “fundido” con él “por una continuidad y un recuer­ toria del mundo antiguo” hasta Constantino; Ernst Kornemann
do históricos y conscientes”. Una continuidad, es decir, una divide el Imperio romano en: época del principado (desde 27 a. C.
conexión vital uniforme que salva un profundo abismo. ¿Cómo hasta 305 d. C.), época de la restauración del Imperio por Cons­
entender esa relación? ¿Es éste un caso único o hay otros seme­ tantino (305 a 337) y época de la dominación (337 a 641). Pero
jantes? La historia comparada de Toynbee nos ayudará a seguir con esto penetramos de lleno en la historia bizantina; el Imperio
adelante. Para Toynbee, el Imperio romano es la fase final —Es­ de Occidente ya estaba destruido en el siglo v. Es cierto que
tado universal— de la cultura helénica; después de él hay un Justiniano (527-565) pudo reconquistar África, Italia, Sicilia y
interregno, del año 375 al 675, y en seguida la “cultura occiden­ parte del litoral español, pero a costa no sólo de un total agota­
tal”. Ésta está “afiliada” a la cultura helénica, es hija suya. Así miento hacendarlo del Imperio, sino también del abandono del
queda circunscrito, con cronología y terminología más precisas, Oriente, por donde se desparramaron los eslavos y los búlgaros.
el hecho señalado por Troeltsch. La relación de dependencia “De ese modo quedaron devastados los países nucleares del Im­
que produce la afiliación corresponde al concepto de “fusión perio, mientras las fuerzas guerreras bizantinas festejaban su vic­
total” y de “continuidad” en Troeltsch. El distinguir dentro de toria en el lejano Occidente.” 10
este proceso ciertos “renacimientos” dependerá del provecho que La obra justinianea de restauración terminó con un desmo­
de ello se pueda sacar; habría que probarlo en cada caso. Lo ronamiento. El Imperio de Occidente estaba definitivamente per­
esencial es reconocer que la sustancia cultural de la Antigüedad dido; el de Oriente pasó por agudas crisis, de las cuales sólo
nunca desapareció. El ocaso que tuvo lugar entre 425 y 775 se pudo salvarlo Heraclio (610-641), a quien tanto ensalzaron Cor­
limitó a Francia y se reparó después. Un nuevo ocaso comenzó neille y Calderón. Con Heraclio comienza la historia bizantina
en el siglo xix y ha adoptado en el xx proporciones catastróficas; 9 L a m e jo r orientación se encontrará ahora en P . E. H ü bin gcr, “ Spätantike und
no es éste el lugar adecuado para discutir el significado de tal frühes M itte la lte r” (en D eutsche V iertelja hrsschrift fü r Literaturwissenschaft und
G eistesgeschichte, X X V I , 1952, pp. 1-4 8 ), estudio rico en ideas y m ateriales, que reco­
fenómeno.
m iendo calurosam ente al interesado.
G e o rg O strogorsky, G eschickte des byzantinischen Staates} M unich, 1940, p. 44.
O strog orsk y distingue tres períodos en la historia bizantina: 1 ) 324-610 , bizantino
tem prano; 2 ) 6 10 -10 2 5 , bizantino m ed io, 3 ) 10 2 5 -14 5 3 , bizantino tardío (H istorische
8 Las cursivas son m ías. Z eitsch rift, C L X I , 1 9 4 1 , pp. 229 ss.).
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propiamente dicha, la historia del Imperio medieval griego. En Hispania eran aún parte del Imperio. Veinte años después de
lo que toca a la política exterior, Heraclio tuvo que defender el su muerte, en cada uno de esos países habían surgido reinos
Imperio contra los nuevos persas, los Sasánidas (226-641). Logró germánicos; el Imperio vivía una doble existencia romano-germá­
brillantes éxitos, pero ya en su tiempo comenzó la invasión de nica. El reinado de Teodosio marca también el final de una época
los árabes. Pocos años después de la muerte de Mahoma (632), los por el hecho de que durante él queda consagrada la política
árabes conquistaron Persia, Siria, Egipto (636-641), en seguida religiosa de Constantino, y el cristianismo elevado a la categoría
toda el Á frica romana, y finalmente España (711). de religión del Estado (381). Persistir en el paganismo significa
Los árabes se hicieron dueños y señores del Mediterráneo. desde entonces incurrir en delito de alta traición. En 384 se re­
Esto trajo consigo una revolución económica. A partir de 650, tira del Senado —baluarte de la antigua tradición romana— el
el comercio marítimo que había llevado al Occidente los produc­ altar de la V ictoria; por esos años se inicia también la destruc­
tos orientales se fué reduciendo gradualmente; y este comercio ción de templos en el Oriente; hordas de monjes recorren la re­
había sido la fuente de riquezas de los merovingios, a cuyo tesoro gión, arrasando templos y destrozando obras de arte, seguidas
real afluían todos los impuestos de aduana. Esa decadencia del de bandas de gentuza ávida de botín, que entra a saco en los
comercio afectó sobre todo a Neustria, donde se hallaban las pueblos sospechosos de paganismo.13 Ésa es la época en que
ciudades mercantiles. El peso político se desplazó entonces hacia surge también el más grande de los Padres de la Iglesia, San
Austrasia, y pasó del rey a la nobleza terrateniente. De esa no­ Agustín (354-430). El Norte de Á frica, Egipto, Siria y el Asia
bleza saldrán los pipínidas, fundadores de una potencia política Menor son baluartes de la Iglesia. San León I (muerto en 461)
que ya no gravitará hacia el Mediterráneo, dominado ahora por marca el fin de la historia papal del antiguo orbis Romanus.
el Islam. La etapa que va de Teodosio a Carlomagno es de enorme
importancia para la tradición europea. Entre los autores de ese
Coa los carolingios, Europa se lanza definitivamente por un camino tiempo están las grandes personalidades que el investigador nor­
nuevo. Antes de ellos, Europa había seguido viviendo con la vida de
teamericano E. K. Rand ha llamado “fundadores de la Edad Me­
la Antigüedad; pero el Islam trastornó todas las condiciones tradiciona­
les. Los carolingios tendrán que enfrentarse a una situación que no dia”.14 San Jerónimo y San Agustín alcanzan todavía a vivir en
han creado ellos, que han encontrado ya constituida, y que aprovechan, el siglo v, lo mismo que Prudencio, el primero de los grandes
iniciando con ello una nueva etapa. El papel de los carolingios sólo se poetas cristianos, y Orosio, el primer historiador universal del
comprende si se tiene en cuenta que el Islam desplazó el equilibrio del cristianismo. Hacia 400, Macrobio y Servio inician la interpreta­
mundo. ción medieval de Virgilio, y Marciano Capela compone un ma­
nual de las siete artes liberales que llegaría a ser para la Edad
A sí Pirenne,11 quien al considerar como frontera entre la A n ­
Media una autoridad. Entre los años de 450 y 480 se crea la
tigüedad y la Edad Media las consecuencias económicas y po­
vasta obra poética y prosística del galo Sidonio Apolinar, que
líticas de la invasión árabe, coincide con la fecha señalada por
ejerció gran influencia en el mundo medieval. W . P. Ker ha di­
Toynbee: 675.
cho que “casi todo lo característico de la Edad Media y mucho
Para Toynbee, la fase final de la Antigüedad comienza su de­
de lo que perdura más allá del Renacimiento se encuentra ya en
cadencia en 375. Algunos han señalado también, con buenas razo­
los autores del siglo vi”.15
nes, el año de la muerte del emperador Teodosio (395) como lí­
mite de las dos épocas.12 Durante su reinado, Britania, Galia e 13 V éase O lto Seeck, Geschichte des U ntergangs der a n tiken W e ll, B erlín , 18 9 7-
192 0, t. V , p. 220. D iscurso de L ibanio (3 1 4 a ca. 39 3) pro tem plis (cd . Förster, I I I ,
H enri Pirenn e, M a h om et et Charlem agne, 6s* ed,, P arís-B ruselas, 19 3 7 , p. 16 6 . Of. 30 ).
L a traducción alem ana de P . E. H íibinger ( Geburt des A bendlandes, 1 9 3 9 ) contiene 14 E . K . R an d , "Founders o f the M id d le A g e s , C am bridge, M ass., 1928.
m aterial bib lio gráfico ad icional. Sobre lo efím ero y lo' duradero de la obra de P iren n e 15 W illia m P . K e r, T h e D ark A g es, N u eva Y o rk , 190 4, pp. 10 1-10 2 . A l sig lo v i
véase ahora el artículo de P . E . H übin ger citado supra, p. 4 1 , nota 9. está dedicado el útil libro de E . S h ip ley D uckett, T h e gateway of the M id d le A g es
P o r ejem plo H . St, L . B . M oss, T h e birth o f the M id d le A g es, O x fo rd , 1 9 3 5 . N u e v a Y o rk , 1938.
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A l siglo vi pertenece también Boecio (t 524). Con su traduc­ según que partamos de la historia política o de la espiritual.
ción de algunos tratados de lógica de Aristóteles, dió al Occi­ Desde el año de 1492 aparecen en la Europa occidental los mo­
dente material para ejercicios intelectuales, que serían antecedente dernos Estados nacionales, como nuevos complejos históricos.
de la escolástica. Su Consolatio philosophiae, escrita en la prisión, Italia quiere que la Edad Moderna comience con el Renacimien­
es obra que deleitó y sigue deleitando a muchísimos hombres; es to; Alemania, con la Reforma; y ninguno de los dos países logró
la única obra de la tardía Antigüedad romana que se ha tradu­ su unificación política antes del siglo x í x . Pero la costumbre de
cido al alemán en el siglo xx. En el siglo vi tiene lugar también fijar el límite entre las dos épocas poco antes o después de 1500
la fundación del monaquismo occidental, obra de San Benito. descansa además en la creencia general, más o menos abiertamen­
Además, la vasta obra literaria de Casiodoro (490-583), cuyos li­ te confesada, de que la Edad Moderna, hasta 1914, es realización
bros principales son otros tantos eslabones en la cadena de la de un progreso, que conduce a la Ilustración y a la democracia
tradición medieval. (Inglaterra y Francia), o bien al Estado nacional (Alemania e
El límite entre el siglo vi y el vil lo alcanzaron o lo franquea­ Italia). Esta idea del progreso, y con ella el ingenuo europeísmo,
ron Venancio Fortunato, a quien se ha llamado el último de los se ha visto desmentida por las guerras mundiales del siglo xx. Hay
poetas romanos, el papa San Gregorio Magno, ilustre por sus es­ además otro factor que hace anticuado el concepto de “Edad
critos didácticos y edificantes, y San Isidoro de Sevilla, cuya enci­ Moderna”: la transformación decisiva del mundo durante los si­
clopedia sirvió de manual a toda la Edad Media. San Isidoro glos xíx y xx es obra de la industria y de la técnica, que en el
trasmite a la posteridad la suma de la sabiduría de la Antigüedad principio se consideraron “progresos” y que más tarde se reve­
tardía, como Fortunato le trasmite los modelos de la poesía cor­
laron también como potencias destructoras. En la historia del
tesana de fastos y panegíricos y la epopeya hagiográfica. Con­
futuro, nuestra época se clasificará probablemente como “época
temporáneo de ellos es también Gregorio de Tours ( t 594), el
técnica”. Sus comienzos se remontan al siglo xvm; aquí, pues,
historiador de los francos.
hay que marcar una división. El primero en llegar a esta con­
En el siglo vu decae la vida espiritual del Continente; pero en
clusión fué el historiador inglés G. M. Trevelyan; según él,1&
Irlanda, que nunca había formado parte del Imperio, surge una
la Edad Media no termina hasta el siglo xvm, y el fenómeno que
extraña cultura de claustro, que bajo San Columbano ( 1 615)
marca su fin es la “Revolución industrial”, que transformó la
irradia al Continente. Bobbio y St.-Gallen son fundaciones irlan­
vida más que el Renacimiento y más que la Reforma. Habremos
desas. Agustín, enviado por San Gregorio Magno, llega a Kent
en 597 para iniciar la evangelización de Inglaterra. A partir del de mostrar que en Inglaterra ocurre también, hacia 1750, la rup­
Sínodo de W h itby, en 664, la cristiandad romana se impone so­ tura de la más que milenaria tradición literaria de Europa.
bre la céltica, y produce, con Aldhelmo ( t 709) y Beda ( f 735), ¿Tiene todavía sentido llamar “Edad Media” al período que
una floración eclesiástica y espiritual que, además de apóstoles va de 400 a 1750? Evidentemente no. Pero éste no es el lu­
(San Bonifacio, t 754), dió al Continente reformadores de la cul­ gar a propósito para sacar de ello conclusiones de carácter ter­
tura (Alcuino, f 804). minológico. Sí la historia de la humanidad llega a prolongarse
Con esto quedan enumeradas las figuras sobresalientes de los aún unos millares (o decenas de millares) de años, la ciencia his­
"siglos oscuros” (en los capítulos subsiguientes habremos de tórica se verá obligada a numerar sus épocas, como lo hacen
mencionarlas más de una vez), y llegamos a un terreno histórico los arqueólogos con la primitiva Creta (civilización minoica I,
más conocido: a la época de Carlomaçno. Si volvemos ahora II, III), dividiendo cada etapa en tres períodos. T o yn b ee ya ha
L O
sobre el problema de la división en períodos históricos, nos ten­ procedido de esta manera; la cultura occidental se divide para él
dremos que preguntar: ¿Cuándo termina la Edad Media? ¿Cuán­
En su E n g l i s h s o c i a l h i s t o r y , 1944, p. 96. [Trnd . castellana de A . Á lv a re z-
do comienza en realidad la Edad Moderna? La respuesta variará JSuylla, H i s t o r i a s o c i a l d e I n g l a t e r r a , Méx ico, 1946, pp. 1 1 1 - 1 1 2 . ]
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en cuatro épocas: 1) ca. 675 a 1075; 2) ca. 1075 a 1475; 3) ca. leyes, sus documentos, sus cartas. La invasión de los bárbaros no
1475 a 1875; 4) λ ϊ. 1875 z X (A study of history, vol. I, p. 171). transformó los rasgos esenciales de la vida espiritual en el Medi­
terráneo occidental.21 Antes de que comenzara la influencia an­
glosajona, en el siglo vm, no hay ningún rasgo nuevo.
§ 4. E d a d M e d ia l a t in a
El hecho mismo de que los soberanos germanos sólo tuvieran
La invasión de los germanos17 en el mundo de la Antigüedad ministros y funcionarios laicos representa también una continua­
tardía y la invasión de los árabes constituyen procesos paralelos. ción del anterior estado de cosas; revela que hasta entrado el si­
Sin embargo, hay entre ellos una diferencia fundamental: los glo vm sobrevive una capa laica literariamente culta. El latín de
germanos se asimilaron, los árabes no. El empuje de los árabes la vida diaria, por corrompido que esté, sigue siendo latín. “No
fué mucho m ayor que el de los germanos, y sólo es comparable hay fuente alguna que nos haga ver, como sucederá en el siglo ix,
al vigoroso avance de los hunos bajo Atila o al de los mongoles que en la iglesia el pueblo ya no entiende al sacerdote. La lengua
bajo Gengis Kan y Tamerlán. Pero el dominio de éstos fué tan sigue viviendo, y garantiza, hasta entrado el siglo vm, la unidad
breve como duradero el del Islam. de la Romania”.
A l quedar obstruido el Mediterráneo occidental por las con­
¿Qué son, al lado de esta invasión, los embates por tanto tiempo quistas del Islam, la cultura carolingia retrocede a un tipo de vida
interrumpidos y tan poco violentos de los germanos, que en varios si­
glos apenas lograron penetrar en la zona fronteriza de la R om ania?...
aldeana. Los laicos no pueden ya leer ni escribir. Los carolingios
Si los germanos no tienen nada que oponer al cristianismo del Imperio ya sólo encuentran hombres cultos entre el clero; necesitan, pues,
romano, los árabes, en cambio, están inflamados por una nueva creen­ la colaboración de la Iglesia. “Aparece un nuevo elemento esen­
cia; y es esto, única y exclusivamente, lo que los hace inasimilables.18 cial de la Edad Media: la casta sacerdotal, que somete el Estado
Porque por lo demás no tienen contra la civilización de los pueblos a su influencia”; el latín se convierte entonces en lengua exclusiva
sojuzgados por ellos más prejuicios que los germanos; antes bien, la
adoptan con rapidez sorprendente. De los griegos aprenden las cien­
de los letrados, y lo seguirá siendo a lo largo de la Edad Media.
cias, y de ellos y de los persas las artes. No son siquiera fanáticos, El “Renacimiento carolingio” constituye una readopción de la
por lo menos no en el principio, ni aspiran a convertir a sus súbditos. tradición antigua y a la vez una ruptura con la destruida cultura
L o que quieren es llevarlos al acatariíiento del único Dios, Alá, de su romana. La nueva cultura es romano-germánica, “pero descansa
profeta Mahoma, y, como éste fué árabe, de Arabia. Su religión uni­ sobre los hombros de la Iglesia”.
versal es a la vez nacional. Ellos son los servidores de D ios... El
germano se romaniza apenas entra en la Romania; en cambio, el romano
La principal contribución germánica se ve comúnmente en
se hace árabe en cuanto es conquistado por los árabes.19 el feudalismo, esto es, en la estructura jurídica y política del mun­
do medieval.22 El feudalismo fué el resultado necesario de la ten­
Los germanos no sólo no aportaron ninguna idea nueva, sino dencia a poseer tierras, tendencia centrífuga e inclinada a la
que, “exceptuando a los anglosajones, en todos los lugares donde economía natural. Imponer sobre esa tendencia el poder real o
se establecían dejaban que el latín siguiese siendo el único medio imperial, en cuanto “Estado oficial” (Amtsstaat, como lo llama
de comprensión. Se asimilaron en este terreno, como en todos los A lfred W eb er), y hacer caber en éste al sistema feudal, costó
demás... En cuanto sentaban pie, sus reyes se rodeaban de re- luchas que llenan no pocas páginas de la historia de la Edad Me­
tores, de juristas y de poetas”; 20 hacían redactar en latín sus dia. El feudalismo determina todas las instituciones y todas las
relaciones humanas.
1 7 C f. P ierre C ourcelle, H istoire littéraire des grandes invasions germ aniques, También se suele considerar como contribución de los germa­
P a ris, 1948, y la reseña de M . L . W . L aistn er en Speculum , X X I V , 19 4 9 , p. 257.
18 Com o se ve, es falso decir que las ideas de P iren n e se apoyan esencialm ente
nos el sistema nórdico de ciudades (a partir del siglo xi). Tenga-
en la historia económ ica y p olítica.
19 Piren n e, M a h om et et Charlem agne, op. cit., pp. 1 2 9 -13 2 .
20 Ib id ., p. 102. 22 C f. sin em bargo, J. C alm ette, L e m onde féod a l, P a rís, 1934, p. 197.
48 EDAD MEDIA LATINA EDAD Al F.ΒΙΑ LATINA 49
mos presente, sin embargo, que en este sentido “los germanos” no idioma de la enseñanza, de la ciencia, del gobierno, de la justicia,
son un concepto uniforme, sino algo más difícil de captar. En de la diplomacia. En Francia, el latín fué la lengua del derecho
el listado de Carlomagno se entremezclan celtas, romanos, francos hasta 1539, año en que lo suprimió Francisco I.
y sajones. El factor germánico más vigoroso lo constituyen los También en cuanto lengua literaria sobrevivió el latín en mu­
vikingos, que en los siglos ix y x se radican en Francia y se cho a la Edad Media. Dante, Petrarca, Boccaccio escribieron en
civilizan. Su asimilación es lo que hace definitivamente de Fran­ latín como en italiano. El humanismo dió nuevo y poderoso ím­
cia una nación. Ya en el siglo xi los vikingos se expanden por petu a la dignificación del latín. Jacob Burckhardt dedica varios
Inglaterra y por Sicilia, llevando la cultura francesa más allá capítulos de su Citltma del Renacimiento a la latinización general
de los mares. Alemania no fué tocada por esta expansión. de la cultura, y uno de ellos a la poesía latina de los siglos xv
La asimilación de los germanos a la lengua y a la Iglesia y X V I , que, como demuestra, estuvo a punto de salir triunfante.
de Roma hace que la Antigüedad se convierta para la Edad Me­ Esta poesía tuvo también ilustres representantes en Francia, In­
dia, como dice A lfred W eber, en “herencia venerable y orien­ glaterra, Holanda, Alemania, durante los siglos xvi y xvii. Goethe
tadora”. dice en Kunst und Altertum (“A rte y Antigüedad”, 1817):
El florecimiento de las literaturas en lengua vulgar, a partir
de los siglos x i i y xm, no supone en modo alguno que la literatura Para una visión más libre del mundo, como la que está procurando
alcanzar el pueblo alemán, convendría que un joven e ingenioso eru­
latina se agote o pase a segundo plano. Por el contrario, los si­
dito se propusiera apreciar en todo su valor la obra verdaderamente
glos xn y xm constituyen un punto culminante en la poesía poética que han venido creando, desde hace trescientos años, los poe­
y en la ciencia de Roma. La lengua y la literatura latinas llegan tas alemanes que escriben en latín ... Este erudito tendría ocasión de
en esta época “desde la Europa central, meridional y septentrio­ observar que, en la época en que el latín era lengua universal, otras
nal hasta Islandia, Escandinavia, Finlandia y, en el Sudeste, hasta naciones cultas escribían también poesías en latín y se entendían de
una manera que hoy nos es extraña.
Palestina”.23 El hombre inculto sabe, como el educado, que hay
dos lenguas: la del pueblo y la de los letrados( clerici, litterati).
Esta poesía de humanistas o “poesía neolatina” 20 se suele se­
La lengua de los letrados, el latín, se llama también gi'ammatica;
parar, y con razón, de la poesía latina de la Edad Media. Pero
Dante —como ya antes el romano Varrón— la consideraba una
para los siglos xiv y xv no existe aún separación alguna; todavía
lengua artística inmutable, creada por sabios.24 En latín llegaron
Petrarca y Boccaccio participan de la herencia de la Edad Media
a ponerse obras literarias escritas originalmente en lengua vul­
latina, y en 1551 un humanista italiano siente aún necesidad de
gar.25 Y el latín siguió en pie, a lo largo de varios siglos, como
protestar contra los “malos poetas” del siglo x i i , 27 lo que significa
23 P . L ehm ann en Corona quernea, p. 307. que estos poetas seguían teniendo lectores. El hecho se explica
Rogrer Bacon rechaza esta idea. Es decir, que en tiempos de D an te va era
anticuada para la filo so fía . C f. G . W a lle ra n d , L es œuvres de Sig er de C ourtrai,
L o v ain a , 1 9 1 3 , p. (4 3 ). versión latina en prosa y otra en estrofas rim adas. Tam b ién los Contes motaüsés de
E l ju rista italian o G uido d elle C o lo n n e traduce una n ovela troyana del francés N ic o le B ozon (sig lo x iv ) se tradujeron al la tín . Y lo m ism o se h izo , todavía a
para “ quienes leen la tín ” (q u i grammaticam le g u n t): H istoria destructionis T roiae, m ediados del siglo x v i, con las famosas Coplas de Jorge M anrique ( t 14 7 9 ) a la
ed. G r if im , C am brid ge, M ass., 19 3 6 , p. 4. O tras traducciones al la tin de obras en m uerte de su padre. A G oethe le gustaba leer su H erm ann y D orotea en la tín (a Ecker·*
lengua v u lg a r: el W ille h a ln i d.e AVolfram (fragm en to de una traducción m étrica} m ann, 18 de enero de 18 2 5 ).
ed. Lachm ann, pp. C L i i i - C L i v ) j H erzo g Ernst (dos versiones} cf. Paul Lehm ann, G esta 20 V éase G e o rg E ilin g e r, Geschichte der neulateinischen Literatur D eutschlands
ducis E rn esti, M u nich , 1 9 2 7 )} dos refundiciones latinas d el G regor de H artm an n im 16 . Jahrhundert, B erlin -L eip zig , 19 2 9-19 3 3 . E l prim er volum en estudia el tema
( apud G u stav Ehrism ann, G eschichte dör deutschen Literatur his zum Ausgang des de " I t a lia y e l hum anism o alem án en la lírica n e o latin a” . Y a muy pronto surgieron
M itte la lle rs, M unich, 2*> parte, v o l. I I , 1, 19 2 7, p. 1 8 7 ) . Francón de M eschede hizo an tolo gías, com o aquella que tanto cita Burckhardt, las D elicia e poetarum Italorum
hacia 1330 una refundición latin a de la “ F ragua dorada’* (G o ld e n e Schm ied e) de (F ra n cfo rt, ι6 ο 8 , 2 v o ls.)} después las D eliciae poetarum G allorum (F ra n cfo rt, 1609*
K o n ra d von W ü rz b u rg ( Aurea fabrica). E l Carmen de prodicione G uenonts (s i­ 3 v o ls .), Germ anorum (ib id ., 1 6 1 2 , 6 v o ls .), Belgicorum (ib id ., 16 1 4 , 4 v o ls.). Sobre
g lo x m ) es refundición com pendiada de la Canción de R old a n ( Z R P h , 19 4 -) pp. 492- la prosa artística neolatin a, véase O . K lu g e en G lo tta , 19 3 5, pp. 18 jj.
509)5 la H istoria septem sapientum (hacia 13 3 0 ) se rem onta a una versión en prosa 27 G io v a n n i Battista G ira ld i C in thio, D e poe/is nostrorum temporum} ed. Kv
del Rom an des sept sages. D el v ia je de San Brandano de B encdeito poseemos una W o tk e, 1894, p. 4 7.
50 EDAD MEDIA LATINA EDAD Μ ΕΡΙΑ LATINA 51

por el sistema de enseñanza vigente en los siglos xv y xvi, y tam­ latinas. En el curso de muchos siglos, Roma había aprendido a
bién por la invención de la imprenta. En los siglos xv y xvi, los considerar su existencia política como misión universal. Ya V ir­
escolares tenían que leer los llamados Auctores octo,2S triste re­ gilio lo dice en ciertos versos célebres de la Eneida. A partir
siduo del método medieval de enseñanza y lectura. Pero también de Ovidio (A rs amatoria, I, 174) se crea la identificación de
los grandes autores latinos del siglo xii siguieron hallando en el or bis (‘Universo’) y mbs (‘Roma’), que en la época de Constan­
siglo X V I y en el x v i i lectores entusiastas, como lo prueban las tino se hizo inscripción monetaria, esto es, término del derecho
muchas reimpresiones de sus obras.2fl La literatura latina de la público,30 y que aún sobrevive en la fórmula de la curia papal,
Edad Media siguió viviendo al lado de las grandes corrientes de urbi et orbi. A l elevarse el cristianismo a la categoría de religión
la incipiente Edad Moderna —humanismo, Renacimiento, R efor­ del Estado, el universalismo de Roma adquirió un doble aspecto,
ma, Contrarreforma— y se mezcló con ellas, sobre todo en un pues al Estado se unió la pretensión de soberanía de la Iglesia. La
país escasamente tocado por la Reforma, y no afectado en su filosofía de la historia de San Agustín contribuyó a crear la con­
núcleo por el humanismo y el Renacimiento, como lo fué Es­ ciencia de que la Edad Media era continuación de Roma. En
paña. La definición que dió Hofmannsthal del Barroco como esa filosofía concurren tres ideas distintas: San Agustín relaciona
forma rejuvenecida “de aquel mundo más antiguo, que llamamos el curso de la historia de la humanidad con los seis días de la
medieval” corresponde m uy especialmente a la literatura del Si­ Creación y con las seis edades de la vida (PL, X X X IV , cois. 190
glo de Oro español. ss.; X X X V II, col. 1182; XL, cois. 43 ss.). A esto se añade la
Hemos recorrido rápidamente grandes etapas de tiempo. división de la historia de acuerdo con los cuatro reinos del mun­
Nuestra investigación requiere libre movimiento por entre las do, interpretación alegórica tomada de las profecías del Libro de
diversas épocas históricas. La cronología exacta nos ha de servir Daniel (II, 31 ss., VII, 3 ss.) 31 (De chútate Dei, XX, x x i i i y XVIII,
de apoyo, no de guía. n). El último de esos reinos es el romano, que corresponde a la
Volvamos ahora a la temprana Edad Media. Fué Carlomagno edad de la senectiis y dura hasta el fin del mundo temporal,
quien dejó realmente construido el complejo histórico que llamo el cual ha de terminar con el descanso celestial. La proximidad
“Edad Media latina”. No se suele emplear este concepto en la del fin del mundo estaba atestiguada por las palabras del Apóstol:
literatura histórica; pero para nuestros fines es imprescindible, Nos, in quos finis saeculorum deuenit (Primera epístola a los
puesto que nos permite caracterizar la participación de Roma, corintios, X, 11).32 De este modo, la espera del fin de los tiem­
de su concepto del Estado, de su Iglesia y de su cultura, en la pos, radicalmente cristiana, quedaba incorporada al pensamiento
formación de toda la Edad Media, como un fenómeno mucho medieval. Los autores de la Edad Media repiten incesantemente
más vasto que la simple supervivencia de la lengua y la literatura esas palabras (sin indicación de fuentes, claro está, como casi to­
das las citas medievales), o aluden a ellas. Los modernos histo­
28 Sobre su d iv u lg a ció n en form a im presa antes de 150 0 , vcase e l G esam tkatalóg
der W iegendrucke (1 9 2 5 y s ig s.)· D e los Auctores ocio aparecieron, en tre 1490 y 150 0, riadores de la cultura suelen interpretar equivocadamente estas
v ein ticin co ediciones, n in gun a de ellas alem ana. V éase el escarnio que de estos libros alusiones, considerándolas expresión espontánea de la Edad 'Me­
y otros parecidos hace R abelais, Gargantua, cap. x iv .
Ea asombroso el núm ero de obras de la literatura latin a ta rd ía y m ed ieval dia. Si en una crónica del siglo x i i leemos: “El mundo está en la
im presas antes de 1600. C f. Jean Seznec, L a survivance des d ieu x antiques, T h e ancianidad”,33 no hay que deducir de ello que la época “se sentía
W a rb u rg Institute, L on d res, 1940, p. 192, y sobre todo E . P h . G old sch m id t, M e d iev a l
texts a n d th eir first appearance in print, Lond res, 1943 (Su p p lem en t to the B ib lio ­
30 C f. J. V o g t, Orbis Romanus, Ι 9 2 9 > Ρ· * 7 ·
graphical Society’ s Transactions, núm. X V I ) } en las pp. 29 ss. habla G o ld sch m id t de
31 Esta d ivisión aparece prim ero en el C om entario g rieg o Libro de D an iel d el
los A uctores octo. A cerca de las ediciones de Juan de Salisbury, véase infra, p. 206.
obispo H ip ólito de Rom a, escrito hacia 204. San Jerón im o, por su parte, la adoptó
Sobre la desaparición d el la tín com o lengua litera ria m oderna, según los datos sumi­
y la gen eralizó en su p rop io'com entario al Libro de D an iel.
n istrados por los catálo go s de ferias de 1 5 6 4 a 1846, cf. F ried rich P au lsen , G eschichte
32 A sí aparece en San A gu stín ( P L , X L , col. 4 3 )5 la V u lg a ta trae: . . .ad correp- .
des g eleh rten U nterrichts auf den deutschen Schulen und U n iversitäten , v on A u s­
t'toncm nostram, in quos fin es saeculorum deuenerunt.
gang des M ittela lters bis zur G egen w a rt, L eip zig , 188 5, pp. 785 ss. En los años
33 Fredegar, ed. K rusch, en M G H , Scriptores rerum M erovtrtgicarum , II, p. 12 3 .
1 5 6 4 -15 7 0 el p orcen taje de libros latinos e r a ,de 69.25 en tre 1 7 4 1 y I 75 ° era de 23.8·,
La lam entación de Fredegar, ne quisquam potest huius tem pore nec ptesum it oratoribus
entre 1 7 9 1 y 1800, so lo de 5.8.
52 EDAD MEDIA LATINA EDAD MEDIA LATINA 53
envejecer”, sino una alusión al paralelo establecido por San Agus­ cientemente un continuador de Carlomagno. A partir de Carlo-
tín entre la fase final (romana) de la historia universal y la vejez magno, la historia alemana está estrechamente ligada, durante si­
del hombre.34 En su visión del Paraíso ( Paradiso, X X X , 131), glos, a la idea de la renovación de Roma. 37 Y la poesía política
Dante oye que sólo quedan unos pocos asientos vacíos en la rosa y dinástica de la Alemania de los Hohenstaufen está en su ma­
celeste; también él vive en espera del fin de los tiempos (cf. yo r parte escrita® en latín. Los versos más brillantes sobre Barba-
Convivio, II, XIV, 13). rroja, los del “Archipoeta” de Colonia, no están en alemán, sino
La Biblia proporcionaba además al pensamiento histórico me­ en latín. A l ceñirse la corona siciliana, los Hohenstaufen se sin­
dieval una razón teológica para la idea de la sucesión de un reino tieron aún más ligados a la literatura latina. Las obras de Godo-
por otro: Regnum a gente in gentem transfertur propter iniusti- fredo de Viterbo están dedicadas a Enrique V I. En el reino
tins et inncrias et contmnel'ws et dmersos dolos (Eclesiástico de siciliano de Federico II surge la primera escuela italiana de poe­
Jesús ben Sirac, X, 8): “Se traslada el reino de una nación a otra tas, pero el Emperador se solaza también con comedias latinas
a causa de las injusticias, violencias y agravios y engaños diver­ compuestas por sus juristas, y varios ingleses le dedican poemas
sos.” Y también: Ipse [Dominus] rmitat tempora et aetates, trans­ panegíricos en latín.38
fe rt regna atque constituit (Daniel, II, 21). De la palabra trans­ Pero no debemos olvidar que para la “Edad Media latina” la
ferre ( ‘trasladar’) se"1tomó el concepto de la translatio, fundamen­ idea de Roma no significa exclusivamente un ensalzamiento de
tal en la teoría medieval de la historia. La restauración del Im­ Roma o una aspiración a renovarla. De ninguna manera. La
perio realizada por Carlomagno pudo entonces concebirse como misma idea de la “traslación” implica ya que si la soberanía pasa
un traslado del Imperio romano a otro pueblo; lo revela la fórm u­ de un reino al otro es porque se ha abusado de ella. Ya en la
la translatio imperii, a la que más tarde se asociaría la tra?islatio Roma cristiana del siglo iv había surgido el concepto de la “Roma
studii85 (paso de la ciencia de Atenas o de Roma a Paris). penitente”, que “como un hombre cargado de culpas, tras arre­
El imperio medieval tomó de Roma la idea del Estado univer­ pentirse de haber derramado sangre cristiana, tras hacer peni­
sal; tuvo, pues, un carácter general, no nacional. Igualmente uni­ tencia y abrazar la religión cristiana, puede ser admitida en el seno
versal es la pretensión de la Iglesia romana. El Sacerdocio y el de la comunidad cristiana”.39 San Jerónimo, San Ambrosio, Pru­
Imperio son las máximas autoridades universales. La colabora­ dencio son otros tantos portavoces de esta idea. San Agustín llega
ción de ambos poderes sigue viva hasta entrado el siglo xvi, y a conclusión aún más rigurosa: desde el punto de vista cristiano,
en los tremendos conflictos que sobreviven desde entonces, la co­ las tan ensalzadas virtudes de Roma no son sino defectos; la mirada
laboración es el ideal a que se aspira. Aún a principios del si­ de los cristianos debe apartarse de la Roma terrenal, cu ya historia
glo XVI es ése el punto en torno al cual giran las ideas de Dante. pertenece a la emitas terrena, al reino del mal, y dirigirse en cam­
El concepto de la “traslación” está presente a cada paso en bio a la chutas Dei, al reino supraterrenal de Dios. Dante impugnó
el derecho público de Barbarroja,38 quien se considera muy cons- tácitamente esta idea de San Agustín; para él, la Roma de Virgilio
y Augusto y la de San Pedro y sus sucesores son una sola.
precedentes esse con sim ilis ( ib id ·) , debe interpretarse com o el pasaje correspondiente
de G re g o rio de T o u rs ( c f. in fra , p. 2 1 8 ).
Y a Lucrecio ( I I , 1 1 5 0 / j.,) se queja del en vejecim ien to del m u n d oi lo m ism o 3 ? E n este concepto confluyen ideales m uy diversos. C f. P . E . Schram m , Kaiser,
hace, en el siglo n i, el P ad re de la Iglesia San C ip riano ( A d D etnêtrianum , cap. n i ) . Rom und R en ovatio, L eip zig , 192 9. E rnst K a n to ro w ic z, K a iser Friedrich I I , ErgHttzungs-
C f. A . J . T o yn b ee, A study of history, op. cit., I V , pp. 7 ss. band, B erlin , 1 9 3 1 , p· 1 7 6 . Sobre Ja diferencia entre la idea im perial ca fo lín g ia y la
35 La idea aparecía form ulada en H oracio (E p istola s, II, î, 1 5 6 - 1 5 7 ) : G r a e c ia ... otónica, cf, C a rl E rdm an n en Deutsches A rch iv fü r G eschichte des M ittela lters, VT,
artes / in tu lit agresti L a tio , E ncuentro por v e z prim era el concepto de la translatio 1 943, pp. 4 12 ss- E l herm oso libro de Fedor Schneider, R om und Rom gedanke im
studii en la carta de H eirîco a C arlos el C a lv o (P o eta e, I I I , »p- 4 2 9 , lín ea 2 3 ), M itte la lter, M.unich, 192 6, se propone exam in ar “ los fundam entos espirituales del
C f. É tien n e G ilso n , L es idées et le s lettres, P a ris, 193 2, pp. 18 3 15 . R en acim ien to ” .
Según dice O tto von F reisin g . E n la epopeya anónim a Lig u rin u s, de ï î 86- 38 Ernst ÏCantorowicZj op. d t ·, p. 132- E l autor trae abundante docum entación
ï x 87, se nos dice que C a rlo s Jibero el Im perio y lo trasladó luego a sí m ism o. E l ßobre ía literatura latin a en la corte d el Em perador,
îU n , se dice, dom ina ahora sobre e\ T ib e r (I , 249 ss.¡ I I I , 543 ss., 565 s s.). 30 F ried rich K lin g n e r, Röm ische G eistesw elt, L eip zig , *9 4 3 , p. 449.
54 EDAD MEDIA LATINA ROMANIA 55

Imperio alemán e Imperio romano, pensamiento histórico pa­ cho más antigua, hoy casi olvidada. Tendremos que ocupamos
gano y eclesiástico, agustiniano y dantesco, no son sino algunas de ella si queremos lograr una perspectiva adecuada. Romania
de las muchas tensiones contenidas en la idea de Roma. Pero es derivado de romanus, que a su vez procede de Roma, como
todas esas tensiones se expresaron y se difundieron en la lengua latimcs de Latium. La herencia de Roma se repartió entre los vo ­
de Roma, que fué también la de la Biblia, la de los Padres, la de cablos lathms y romanus. De las lenguas del Lacio, o lenguas
la Iglesia, la de los auctores romanos incluidos en el canon, y “latinas”, la privilegiada debía ser la que se hablaba en Roma. En
por fin, la de la ciencia medieval. Todos ellos son parte inte­ el Imperio romano, por mucho tiempo, sólo se llamó romani a la
grante de la “Edad Media latina” y le confieren su plenitud. clase alta dominante; los pueblos sojuzgados conservaron sus nom­
bres originarios (galos, iberos, griegos, etc.). Un edicto de Ca-
racala otorgó derecho de ciudadanía a todos los habitantes del
§ 5 . R o m a n ía
Imperio (212), que desde entonces pudieron llamarse romani. De
En el lenguaje científico actual, el término Romania se aplica esta expansión del Imperio a la creación de un nuevo término que
al conjunto de países en que se hablan las lenguas romances, las designara el enorme territorio habitado por los “romanos” sólo
lenguas que surgieron en el suelo del Imperio romano (desde el había un paso. La necesidad de contar con un nombre nuevo,
Mar Negro hasta el Atlántico). Comenzando en el Oriente, son, breve, expresivo para Imperium Romanum o para orbis Romanus
por orden geográfico, el rumano, el italiano, el francés, el pro- debió hacerse más urgente desde el momento en que los pueblos
venzal, el catalán, el español y el portugués. Ya en la Edad Media bárbaros se establecieron en suelo romano. En esta época de
era bien conocido el parentesco entre los idiomas de la Península crisis aparece de pronto, en textos latinos y griegos, el nombre
Ibérica, Francia e Italia, como lo prueba el clásico testimonio del de Romania, y aparece primero bajo Constantino.40 El término
tratado De mdgari eloquentia de Dante. Los sabios de los si­ se emplea hasta la época merovingia y aun más tarde. En un
glos xvi y xvm (Pasquier, Voltaire, Marmontel) creían que el poema en alabanza del rey Cariberto dice Venancio Fortunato
provenzal —le langage roman ou romain corrompu—· era madre (M G H , Auctor. Antiquiss., IV , p. 131, vs. 7-8):
de las demás lenguas; lo llamaban también roman rustique, tér­
mino que se remonta al de lingua romana rustica, que adelante H in c cui Barbaries, illinc R om an ia plau d it:
examinaremos. El provenzal François Raynouard (1761-1836) diuersis linguis laus sonat una ttiri.41

afirmaba que el provenzal — que él llamaba langue romane— ha­


Desde el tiempo de los Otones cambia el sentido de Romania.
bía dominado desde el siglo vi hasta el ix en toda Francia, y que
Se emplea entonces para designar la parte romana del Imperio,
de él habían surgido las demás lenguas romances. Por esa época,
la zona de Italia. Finalmente acaba por referirse ya sólo a una
el arqueólogo francés Arcisse de Caumont aplicó la misma idea, y
provincia italiana, la Romagna, esto es, el antiguo exarcado de
con ella la palabra “románico”, al estilo arquitectónico que se
Ravena.
suponía había predominado desde el final de la Antigüedad hasta
En su sentido originario, en el sentido que tenía en la A nti­
el siglo x i i . Las investigaciones de Raynouard fueron una notable
güedad tardía, la Romania se ve sustituida, desde los siglos vii
aportación al conocimiento de la poesía trovadoresca, pero su
y vm, por nuevas formaciones históricas; pero los términos co­
tesis lingüística no pudo sostenerse. Friedrich Diez (1794-1876),
fundador de la filología románica, rechazó la tesis de Raynouard
40 C f . G aston P a rís en R om ania, I, 1872 , pp. 1 ss. N u eva bib lio grafía en la ed i­
sobre el predominio del provenzal, y sostuvo que todas las len­ ción alem ana de P ire n n e (c f. nota l i de este ca p ítu lo ), p. 289, nota 1 . Entre los
guas romances se habían derivado del latín, independientemente años 330 y 432 el nom bre R om ania aparece en nueve textos latin o s (Z e ille r, R evue
des Études L a tin es, 19 2 9, p. 1 9 6 ). T a m b ién San A tan asio (H isto ria A rian oru m )
unas de otras. llam a a R om a μητρόπολις τη ς ‘Ρ ω μανίας.
Pero los términos románico, Romania tienen una historia mu­ 41 “ P a ra aquel a quien aplauden a la vez los bárbaros y la R om an ia resuena en,
varías lenguas una sola alaban za.”
56 EDAD MEDIA LATINA

rrespondientes, romanus y romanicus, siguen existiendo. Cuando


ROMANIA 57
el latín hablado (latín vulgar) se había alejado tanto del len­ vierte en nombre de un género literario. A lgo semejante ocurre
guaje escrito que hacía falta un nuevo término, el antiguo dua­ en español: romance comenzó por significar ‘lengua popular’, y
lismo Roma-Lacio reaparece bajo nueva forma. Se distingue después se aplicó a la obra escrita en esa lengua, sin ceñirse en
entonces entre lingua latina y lingua rovuina (o romana rustica). un principio a algún género determinado. Encontramos el deri­
A ellas se viene a sumar, como tercer elemento, la lingua barbara, vado “romançar libros” = ‘traducir’ (Garcilaso, Juan de Valdés),
el alemán. Es significativo que San Isidoro, que escribe hacia el y también fórmulas como “los romancistas o vulgares” (Mar­
año 600 en una Hispania plenamente romanizada, no conozca qués de Santillana). A partir del siglo xv se llama romance al
aún esa yuxtaposición de las tres lenguas corrientes. género poético que todavía lleva ese nombre; los “romances” se
“Románico” es el nombre que la incipiente Edad Media da a compilaron, desde el siglo xvi, en “romanceros”. En español,
las lenguas vulgares neolatinas, contrastándolas con la lengua como en inglés, la palabra que corresponde al francés roman se
de los letrados, el latín. Los vocablos derivados de rommicus ha tomado del italiano novella.
y del adverbio romanice (en francés, provenzal, español, italiano, Durante la Edad Media, la Romania subsiste, por encima de
retorromano) nunca se usaron como gentilicios —había para eso los límites lingüísticos, como una comunidad cultural. Muchos
otros vocablos— , sino que designaban esas mismas lenguas; te­ italianos escriben poesías en provenzal (y, por el contrario, en la
nían, pues, el mismo sentido que el italiano volgare. El antiguo Comedla de Dante un gran provenzal habla italiano). Brunetto
francés vomanz, el español romance, el italiano romanzo son de­ Latini, el maestro de Dante, escribe su obra principal en francés.
rivados de ese tipo; son creación de la capa culta latina, y servían Es significativo un poema del trovador Raimbaut de Vaqueiras
para designar a todas las lenguas románicas, concebidas, frente (hacia 1200), en cuyas cinco estrofas alternan el provenzal, el
al latín, como una unidad. Los términos enromancier, romanear, italiano, el francés del Norte, el gascón y el portugués.45 Éstas
romanzare significaban traducir libros a la lengua vulgar, o es­ eran las lenguas usuales en la lírica románica de entonces. El
cribirlos en ella; y las obras mismas se llamaban roí/miz, ronmit, hecho de que se pudiera pasar libremente de una a otra demues­
román, romance, romanzo, palabras todas derivadas de romanice. tra que existía la conciencia activa de la unidad de la Romania.
En antiguo francés, romant, román significan “novela cortesana En España, esta alternancia de lenguas se encuentra a veces em­
en verso”, y, de acuerdo con el sentido del vocablo, “libro po­ pleada como recurso artístico, en sonetos de Góngora y de Lope.
pular”. Retraduciendo la palabra al latín, un libro de ese tipo A partir más o menos del año 1300, los países de la Romania
podía llamarse romanticus (se sobreentiende liber.).i2 Los con­ se van diferenciando cada vez más en lengua y en cultura. A pe­
ceptos de román ‘novela’ y romántico^ .están, pues, estrecha­ sar de eso, las naciones románicas siguen unidas, gracias a su
mente vinculados. En el uso lingüístico inglés y alemán se lla­ origen y al sentido, constantemente despierto, de su relación con
maba “romántico”, todavía en el siglo xvm, a algo “que podría el latín. En este sentido lato, se puede seguir hablando de una
aparecer en las novelas”.44 La palabra italiana correspondiente al Romania que, frente a los pueblos germánicos y a sus literaturas,
antiguo francés román es el galicismo romanzo ( ‘novela’), ya em­ constituye una unidad.
pleado por Dante con ese sentido (Purgatorio, X X V I, 118). El más antiguo monumento lingüístico de la Romania es el
Vemos, pues, que en francés y en italiano, romanice se con- texto de los juramentos de Estrasburgo, de 842; pero se trata de
42 A sí aparece en una obra del siglo x v : ex lectione quorundam romanticorum ,
un documento, no de una obra literaria. Sólo en el siglo x i 49
i¿ est librorum compositorum in gallico sermone poeticorum de gestis m ilitaribus, se inicia la cadena de monumentos literarios franceses. La litera-
quorum maxim a pars fabulosa est (G rim m , W ö rterbuch).
43 Estudios fundam entales sobre la palabra “ rom ántico” son los de A le x is F ra n ­ 45 V . Crescini, Rom anica fragm enta, 1932, p. 523, m enciona obrai análogas* en
çois, el especialista en Rousseau} cf. A nn a les J ea n -)aeques Rousseau, V , 1909» ΡΡ· 237
W . W a ckern a gel, P o e tik , R hetorik und S tilistik , 2$ ed., i8 8 8 , pp. 493-494, se encon­
ss., y M éla n ges Baldenspârger, 1930, I, p. 32 1.
trarán ejem plos alem anes y de otras lenguas.
44 E l equivalente francés es romanesque. 40 L a cantilen a de Santa E u la lia (fin e s del siglo ix ) no tiene paralelo, ni con­
tinuación alguna.
58 EDAD MEDIA LATINA
ROMANIA 59
tura española comienza a fines del siglo x i i , 47 la italiana apenas
romances, con la sola excepción del nombre de Carlomagno.48
hacia 1220, con el Cántico al Sol de San Francisco de Asís y con
Los lingüistas dicen, pues, que el magues del verso citado es un
la lírica artística siciliana. El hecho de que las literaturas de Es­
“latinismo”; lo que olvidan es que todos los grandes monu­
paña e Italia hayan tenido un comienzo tan tardío tiene su expli­
mentos de las lenguas romances están llenos de latinismos, em­
cación en el predominio de Francia; y el que, por otra parte, los
pleados muchas veces conscientemente como adorno retórico.
monumentos germánicos aparezcan en época tan remota (en In­
Buen ejemplo de esto es la Comedia de Dante; en ella encontra­
glaterra hacia. 700, en Alemania hacia 750) es consecuencia de la
mos —un caso entre tantos otros— el latín uir ‘hombre’ en la
esencial extrañeza de lo germano respecto a lo romano. Esto se
forma viro, porque Dante tenía necesidad de una rima en -iro.
ve claramente en los juramentos de Estrasburgo.' La versión ro ­
Cuando en el siglo xx el idioma francés crea la palabra avion (del
mánica comienza p ’O deo amor e t C h r i s t i a n poblo et n o s t r o común
latín mis ‘ave’), ocurre lo mismo. En las lenguas romances los
salvament, lo cual está aún m uy cerca del latín; en cambio, en
préstamos del latín no producen el efecto de “extranjerismos'’
alto alemán antiguo: in godes minna hid hi thes christianes fol-
que producen en alemán. El latín sigue siendo el tesoro común
ches hid t e n s e r bedhero gehaltnissi. . es un mundo lingüístico
e inagotable de todas las lenguas romances.
totalmente distinto. El romano sigue sirviéndose por largo tiem­
Desde las Cruzadas hasta la Revolución francesa, las literatu­
po de un latín más o menos corrompido, que le ofrece un punto
ras románicas han tenido, alternativamente, la preponderancia
de partida para p enetrar en la latinidad correcta. El germano, en
sobre las demás literaturas de Occidente. Sólo la Romanía puede
cambio, tiene que aprender el latín como idioma extraño, desde
ofrecernos un punto de partida adecuado para tener una idea
los primeros rudimentos; claro está, lo aprende correctamente.
correcta de la nueva literatura. De 1100 a 1275 — desde la Canción
Hacia 700 se escribe en Inglaterra un latín asombrosamente puro,
de Roldan hasta el Roman de la Rose— la literatura y la forma­
mientras que el latín de Francia está en plena decadencia. Hasta
ción espiritual francesas sirven de modelo a las demás naciones.
a los más eruditos italianos solían escapárseles solecismos, que
La poesía del alto alemán medio adopta casi todos los temas de la
eran el hazmerreír de los monjes alemanes; tal es el caso de
poesía francesa, y hasta la Canción de los Nibelungos resulta ser
Gunzo de Novara, que en 965 llegó a Alemania en el séquito

—según las investigaciones de Friedrich Panzer—49 deudora en
de Otón I y que al conversar con los monjes de St.-Gallen em­
gran escala de fuentes francesas. La cultura cortesana de Francia
pleó un caso erróneo; dice en una carta que lo han acusado falsa­
irradia hasta Noruega y hasta la Península Ibérica. En tiempo de
mente de ignorancia gramatical, “aunque a veces el uso de nuestra
Dante, el Rovicm de la Rose se refunde en la Toscana, como más
lengua popular, cercana al latín, me pone trabas”.
tarde lo refundiría Chaucer en Inglaterra. La literatura épica y
La proximidad entre la lengua vulgar y el latín persiste a lo
novelística francesa fluye en ancho caudal hacia Italia, donde
largo de la historia lingüística románica. Sus manifestaciones son
Boiardo y Ariosto la adaptan a la brillante forma artística del
múltiples. En todas las épocas las lenguas romances han podido
Renacimiento. Pero ya en 1300, la primacía literaria había pa­
hacer préstamos del latín. La Canción de Roldan (hacia 1100),
sado a Italia: Dante, Petrarca, Boccaccio, el primer Renacimien-
en antiguo francés, comienza con las palabras:
to. Este Renacimiento actúa a su vez, como “italianismo”, sobre
C aries li reís, nostre em perere magnes.
Francia, Inglaterra y España.50
A principios del siglo xvi comienza el “Siglo de Oro” espa-
Ahora bien, la palabra magnus se había sustituido, ya en el latín
tardío, por grandis, que es la única que subsistió en las lenguas 4 ® A dem ás, como caso aislado, el español tamaño.
49 Studien zum N ibelu n g en lied e, F rancfo rt del M en o, 19 4 5 .
L a idea de que también España, Francia, A lem an ia, etc., tuvieron un “ Rena­
47 Según M en én d ez P id a l, el Poem a del C id se escribió hacía 1 14 0 . C reo poder cim iento” es inadm isible. L o que está fuera de duda es que esos países tuvieron una
probar que no se compuso antes de 11805 cf. infra, p. 552. o varias ondas de “ italian ism o” , que es la “ form a de exportación” del R enacim iento
italiano.
60 EDAD MEDIA LATINA ROMANIA 61
ñol, que dominará por espacio de cien años sobre las literaturas Pero “con la Reforma, Inglaterra, que ya ha alcanzado su ma­
europeas. El conocimiento de la lengua y la literatura españolas yoría de edad, da de baja a sus maestros latinos, sin restablecer,
es tan importante para una ciencia de la literatura “europea” por otra parte, la estrecha relación que la había ligado a los
como lo es el conocimiento de la pintura española para la histo­ países escandinavos y alemanes. Inglaterra se ha convertido en un
ria del arte. Sólo a principios del siglo x v i i se emancipa Francia mundo aparte”.54
definitivamente del predominio italiano y español, para a su vez El inglés es un dialecto germánico abundante en extranjeris­
reasumir la primacía, que conservará hasta 1780. En Inglaterra, mos románicos y latinos. El carácter nacional y las formas de
entre tanto, se ha venido desplegando desde 1590 una gran poe­ vida de Inglaterra no son ni románicos ni germanos: son... in­
sía, que sólo comienza a llamar la atención del Continente en el gleses; representan una feliz combinación del conformismo social
siglo xvm. Alemania nunca pudo competir con las grandes po­ con el no-conformismo personal, a que no ha logrado llegar nin­
tencias de la Romanía; su hora llegará sólo en la época de Goethe; gún otro pueblo. La posición de Inglaterra respecto de la Ro­
antes de ella, recibe influencias de fuera, sin ejercer ninguna. mania, es decir, respecto de la tradición europea, es constante
Las relaciones entre Inglaterra y la Romania son muy pecu­ preocupación de la literatura inglesa. En el siglo xvm (Pope, G ib­
liares. Durante cerca de cuatro siglos, Inglaterra fué parte del bon), la latinidad ejerce gran atracción sobre Inglaterra; en el
Imperio. Las tropas romanas se retiraron en 410, pero la misión siglo XIX la ejerce Alemania. En el siglo xx se vuelven a acen­
de San Agustín (desde 597) constituyó una segunda romaniza­ tuar las tradiciones romanas de todo género, hecho interesante
ción, o, como ha dicho un historiador inglés, “el retorno de Bri- que aquí no podemos sino rozar; G. K. Chesterton e Hilaire
tania a Europa y a su propio pasado”.51 Los monumentos ro­ Belloc han sido impetuosos portavoces de ese movimiento.
manos sobrevivieron en Inglaterra a la invasión germana; además, Más importantes han sido en Inglaterra la crítica y la política
inspiraron la escultura northumbria del siglo v i i , y las gentes los literarias, representadas desde 1920 por T. S. Eliot:
mostraban con orgullo.52 La conquista normanda y los reyes an-
gevinos hacen de Inglaterra, durante varios siglos, un anejo de la Tres o cuatro grandes novelistas no hacen una literatura, por grande
cultura francesa. El francés es la lengua de la literatura y de que sea L a gu erra y la paz. Si se dejaran a un lado todas las influencias
históricas de Roma —todo lo que nos vino de la sociedad normando-
la vida política, y el latín, lengua de la cultura superior. París francesa, de la Iglesia, del humanismo, de cada uno de los canales di­
es la capital literaria de Inglaterra, y durante el siglo x i i ingleses rectos e indirectos—, ¿qué quedaría? Unas cuantas raíces y cáscaras
y galeses participan con brillantes contribuciones en el renaci­ teutonas. Inglaterra es un país “latino”, y 110 necesitamos tomar nues­
miento latino. Sólo en 1340 se da igualdad de derechos a los tra latinidad de Francia.55
ingleses de origen francés y a los de origen sajón,53 y sólo en el
A través de la Romania y de sus irradiaciones, el Occidente
curso del siglo xiv se funden ambas razas y lenguas. A esta época
adquirió sus conocimientos de la lengua y literatura latinas. A las
pertenece Chaucer, el primer poeta representativo de Inglaterra.
formas y a los frutos de esta enseñanza hemos de dedicar ahora
Chaucer se inspira en fuentes francesas e italianas. Muere en 1400;
nuestra atención. Pasaremos de lo general a la plenitud concreta
un año antes, el rey emplea por vez primera en el Parlamento el
de la sustancia histórica, e insistiremos en el detalle. Como solía
inglés, que desde 1350 era lengua de las escuelas y desde 1362
decir A b y W arburg a sus alumnos, “Dios anda metido en el
lengua jurídica. La Inglaterra medieval pertenece a la Romanía.
detalle”.
51 C hristopher H . D aw son, T h e m aking o f Europe, Lon d res, 1929» Ρ· 209·
52 V éase F. S a xl, en el Journal o f the W arburg and Courtauld In stitu tes, V I ,
194.3, P· *8 y nota 4. Sobre las relaciones culturales entre In g la terra e Ita lia en el G . M . T re v e ly a n , H istory o f E n g la n d , L ondres, 1934, I, p. 45 véase además
s i g lo 'v i l, cf. L ev iso n , E n g la n d and the C o n tin en t in the eighth century, O x fo rd , E n g la n d and the M editerranean tradition y British art and the M editerran ean } O xford
1 9 4 6 , p. 142. U n iversity Press, 194 5 y 1948.
53 J· J· Jusserand, A literary history o f E n g lish people, I, L o n d res, i8y$> p. 236. T h e Criterion, octubre de 192 3, p. i c i,.

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