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A) El Parnaso

1/ El Parnaso es el lugar donde se encuentran los poetas que han sido canonizados, junto
a sus musas. Es un lugar idílico construido por ellos mismos. El Parnaso es un lugar
cambiante, debido a la gran cantidad de poetas que han ido pasando por ese lugar y de la
cantidad de personas que han escrito acerca de él. Algunos autores definen la subida al
Parnaso como un hecho autónomo para construir una nueva literatura.

2/ Muchos autores definen el Parnaso como un lugar idílico. Pablo de Tarsia lo describe
como un lugar donde conviven nueve poetas canonizados junto a nueve musas. Algunos
años más tarde concretan que el lugar es un monte y que en este lugar también aparece
Pegaso, el caballo alado de la mitología griega. Como se puede observar, este lugar está
inspirado en la mitología griega, como el monte del Olimpo. Santillana, por su parte, lo
describe con todos los elementos anteriormente dichos, además de con una fuente.
Santillana, en sus poemas, invocará las musas del Parnaso:
¡Oh vos, Musas, qu'en Parnaso
fazedes habitación
allí don fizo Pegasso
la fuente de perífección!
Otros poetas invocan a dioses griegos, como Apolo, Júpiter o Venus. Mena, por su parte,
le da nombre a la fuente que aparece en las estrofas de Santillana: fuente de Phebo.
La mayoría de los poetas coinciden en que los escritores de la antigua Grecia y los
antiguos latinos han ascendido al Parnaso, debido a su gran aportación a la literatura y a su
canonización. Además, coincide en que al escritor canonizado se le debe premiar con una
corona de laurel, como a los antiguos reyes de Roma.
Entre Santillana y Mena se intercambian halagos y se conceden el uno al otro la categoría
de “poeta”. Esta actitud entre estos dos poetas ha servido para la creación del Parnaso
español, ya que al conceder el nombre de “poeta” ya se les está canonizando.
Santillana utiliza el homo viator para poder mostrar los personajes de sus poemas. Este
rasgo da cuenta de que está transitando un camino poco conocido, aquí es donde se le da
más importancia al cursus.

3/ Santillana y Mena fueron los principales representantes del Parnaso español. Este
Parnaso estaba condicionado por sus autores selectivos y por sus musas. Santillana y Mena
no hablan de escritores, sino de poetas, porque este término refleja la condición de un
Parnaso en constante cambio. Mena y Santillana aparecen en un momento crucial para la
literatura española, entre la Edad Media y el Renacimiento, creando un nuevo tipo de
literatura. Santillana se basa en la obra de Quintiliano para escribir sus poemas. En todos
ellos nombra todos los elementos que se encuentran en el Parnaso. Mena, por su parte,
escribe para expresar cuán difícil le ha sido ascender al Parnaso, sabiendo que Safo si pudo
ascender y ser canonizada.
Otros autores han escrito acerca de la figura de Santillana y de Mena en el Parnaso
español. Por ejemplo, Gómez Manrique le dedica a Santillana, que es su tío, unos versos
donde lo elogia por su carrera literaria.

A) Obras
1/ En el capítulo 8 se pueden apreciar los rasgos del amor cortés, mientras que en el
capítulo 38 se aprecian los rasgos del caballero.
El capítulo 8 es una carta de amor que le escribe Leriano a su amada, Laureola. En dicha
carta Leriano le escribe expresándole sus deseos de obtener el galardón por parte de ella:
porque te pido galardón sin haverte hecho servicio. Esta petición muestra que la dama está
por encima de él.
Leriano está a su merced. Lo único que quiere él es que Laureola le corresponda a su
amor: te suplico que hagas tu carta galardón de mis males […]podrá ser que tengas tienpo
de arrepentirte y no lugar de remediarme.
En ningún momento se dice dónde se encuentra Laureola y, tampoco, qué aspecto tiene.
Este rasgo es típico del amor cortés, ya que se puede pensar que Laureola se encuentra en
un lugar idílico y que ella pertenece a la élite de la sociedad.
El capítulo 38 es la descripción de una batalla. El hecho de que se describa una batalla
ya es un rasgo de los libros de caballerías: porque estava ya ordenado el conbate fuése cada
uno a defender la parte que le cabía […] no dando menos gloria a los que enterrava que a
los que veía.
Leriano combate en esta lucha movido por su amor a Laureola y, también, por rescatarla:
después que Leriano de la verdad se informó, enbióle al rey suplicándole que salvase a
Laureola de culpa.
En el combate, en todo momento, Leriano estuvo acompañado de sus caballeros: con
tanta constancia de ánimo fue Leriano respondido de sus cavalleros.

2/ Tanto en el fragmento del sesto auto como en el de decimonono auto hay rasgos de
parodia de Calisto.
En el sesto auto Celestina y Sempronio avisan a Calisto de que no hable de gozar con
Melibea antes de hacerlo: aunque no lo esté, debes, señor, cesar tu razón, dar fin a tus
lenguas querellas, tratar al cordón como cordón por que sepas hacer diferencia de habla
cuando con Melibea te veas; no haga tu lengua iguales la persona e el vestido.
Calisto no es capaz de conquistar por si solo a Melibea, por lo que tiene que depender
de lo que Celestina le diga. Este hecho es todo lo contrario al amor cortés, donde el amado
está bajo la amada.
El decimonono auto es la escena donde Calisto y Melibea consuman su amor. Esta
escena no es típica del amor cortés, ya que en este nunca llegan a consumar el amor: no hay
otra colación para mí sino tener tu cuerpo y belleza en mi poder (Calisto).
En esta obra es Melibea quien busca a Calisto y no al revés, como en el caso de Cárcel
de amor: ¿Es mi señor de mi alma, es él? No lo puedo creer. ¿Dónde estabas, luciente sol?
(Melibea).
En el decimonono auto aparece el personaje de Lucrecia, que está escuchando todo lo
que pasa entre Calisto y Melibea. Este personaje piensa que Melibea se está equivocando
con Calisto: ¡Que me esté yo deshaciendo de dentera y ella esquivándose por que la
rueguen!
Al final del decimonono auto Melibea es la que cambia los papeles de los amados y
decide que Calisto tiene que estar bajo ella, como es en el amor cortés: señor, yo soy la que
gozo, yo la que gano; tú, señor, el que me haces con tu visitación incomparable merced.

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