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20 LA EVALUACION PARA PSICOTERAPIA (CONTINUACION): IV. LA INDICACION DE PSICOTERAPIA BREVE EL HOMBRE DE SINGAPUR uo hombre de 47 alos ue qb de ingoencia ee gush de impotent plants un problema inmedito en diagno die seal Ents rn mayor de oy pacts esl esa de angst nut argos stl ene ganic profesor ote ldo ont hombre 7» Fos ade end nego st masque a saad de un dexalleimiento naturel e's poten, con ialacin de un clavsiom de frzasoy mie al fra Give. Tombn puede st ana marfeacion de pcos; y po ino: en una prororase mu pest de ater suongn or onic. Ea conscience vse pu conten comp elit de a poten com al lee ue ecope una "imprenn” soe el pace Etproblema del diagndstico psicocinémico diferencial El paciente era un hombre robusto, de maneras francas y abiertas, capaz de ha- bar de manera yesontnea sobre cualquier tema y con ua ania ne- cesidad de descargase. Muy pronto se averigu6 que la impotencia 1) era slo par cial, lo que determinaba un mejor prondstico que en el caso de ser absotuta;2) habia aparecido y desaparecido durante cierto ndmero de aftos y 3) habia sido ‘objeto de una exhaustivainvestigacin médica. La impresion de conjunto que da- ba el paciente era de un hombre esencialmente normal que sufria de angustias e- ‘uals, y desde los primeros momentos dela entrevista se deseché cualquier otro diagnéstico psiquiatrico. Todo el problema consistia entonces en saber si esas an- agustias se podan discerir. Entramos ahora en ef terceno del diagndstico psicodinémico diferencia. Tres positilidades de freeuente observacién son: 1) sentimiento de culpa por el exo; 2) probiemas de rivalidad, con sentimientos de infeioridad como hombre y 3) INDICACION O€ PSICOTERAPIA BREVE Co hhostilidad inconsciente hacia la mujer. El caso se tomé con estas posibidades en mente, : Bl entrevistador, varén, sabia que el paciente se haba casado (a os 30 afos) ¥ se habéa separado de su espose tres aos antes de I consulta; en exe momento ex+ taba divorciado. En ese perfodo habia tenido relaciones con diversas mujeres, Dd {6 claro que su potencia dependfa de la actitud de la mujer: “No soy realment® impotente, sepa usted”. Una pauta recurrente Je habia sobrevenido en los casos ‘en que la mujer era sexualmente avanzada y le ped{a que le hiciera el amor ya at ‘comienzo de la relacién; narré que entonces se atemorizaba y perdia su ereceién, y el desdén de ell io volvia totalmente incapaz de consumar el acto. En camblo, si Ja mujer no era demasiado avanzada y se mostraba “muy comprensiva”, pod ft tener una funcién normal Prosiguié diciendo que si bien habia llevado siempre una vida recatada, a Jot 14 aftos sentfa por las muchachas lo mismo que cualquier varén, con suetion y fantasia sexuales, erecciones normales y masturbacién. No obstante, haba id0 ‘extremadamente {imido con las muchachas y a los 26 afios ain no habia visto u- ‘na mujer desnuda, El entrevistador le pregunt6 a qué se podia deber esto, ante 1o cual reflexioné que ciertamente habia perdido tres afls de su vida: habfa pasado su infancia en Malasia, su familia fue capturada por fos japoneses en Singapur y entre los 14 y los 17 afios permanecié en un campo de concentracién japonét. Los cuatro miembros de la familia hab an sobrevivido. Por el momento, el entrevistador dej6 de lado este aspecto y siguié pregun- téndole por sus relaciones con mujeres, Cuando a los 26 afios lo enviaron al Aft+ ca por razones de trabajo, consigui6 arreglirselas sexualmente con una prostitute asidtica que se habia mostrado comprensiva y un poco maternal. ” A los 30 affos le permitieron ira Inglaterra de licencia, Alli oonoci6 a su futu: suesposa y aunque no estaba realmente enamorado de ella, convinieron en casat+ se, cosa que hicieron. Ella era francesa por una de sus ramas y, lo mismo que ‘atélica romana, Para su luna de miel viajaron a Francia, y ella se mostré dead®> flosa con é cuando armé querella en un negocio a causa del cambio monetartdi Ella le dijo que era imposible no hubiera visto ya la pizarra de cotizaciones colds cada en una pared. : No obstante, la elacién sexual marchaba bien, A los pocos dias de matrtmes nio, narr6 el paciente, lo sexual estaba perfecto, no habia problemas y alcanea+ ‘ban el orgasmo al mismo tiempo. Para no entrar en una larga histori, digamos que los periodos de armonia em peaaron a ser mds raros, mientras las querellas eran ms frecuentes, lo que parfue ie6 el deseo del paciente de hacer el amor a su esposa, a pesar de que ello no a+ fectaba realmente su funcién sexual. Con el'propésito de formarse una iden acer ‘ea de sentimientos agresivos, el entrevistador le pregunt6 qué ocurria cuando #8 peleaban. El paciente describié momentos de ira apasionada: “Casi habria podl+ do matatla”, “Hice estallar su monedero contra una pared”, “Tenfa miedo de mf 308 _PSICOTERAPIA INDIVIDUAL Y LA CIENCIA DE LA PSICODINAMICA mismo... Podria haberla aplastado con furia ciega..con fuerza sobrehumans con- seguia controlarme”; s6lo en escasas ocasiones le pegé realmente, y en esos casos sélo ls abofeteaba. ‘Era una prueba negativa muy importante. El paciente mantenia total contac- to con su ira y, por otra part, durante este periodo su funcién sexual no experi- ment6 disminucién notable. Esto reducta las posibilidades del dlagndstico dife- rencial, haciendo muy improbable que su impotencia obedeciera a sentimientos ‘agresivos ocultos hacia las mujeres. El entrevistador le pregunt6 por los motivos de las querellas. El paciente ‘eansmitié Ia impresién de que su esposa ers muy competitiva y lo hacia sentir inferior en todos los terrenos, salvo ef sexual, Este tera reaparecié en el pasaje ‘suiente, cuando refirié el modo en que su relici6n con cieeta mujer habia termina {do en ruptura en Jos dos afios pasados. Le hibia ocultado su verdadera profesiOn Y sus muy limitados ingresos: ella estaba convencida de haber conquistado a un persongje, que él insinus era, y descubrié que se habia unido a un simple promo- tor de ventas. Era ésta una importante prueba positiva: sus ingresos eran inferiores a su real ‘sapacidad, y era tan susceptible a ese hecho como para dejar que se introdujera fen su elaciGn con una mujer. El entrevistador en consccuencia le hizo una obser- vacidn interpretativa: que todo el problema perecfa reducirse 2 una falta de con- ‘fianza como hombre, y le pregunté si podia sbundar sobre esto. Como respuesta, ‘cl paciente dijo que se sentia siempre “apretado” por las personas que hactan las ‘cosas mejor que él, que tenian empleos y titwlos importantes. Siempre sofiaba ‘con obtener estas cosas, pero nunce daba pisos para mejorar su situacién: “Creo ‘que no puedo lograrlo™, As{ confirmaba tanto un sentimiento de inferioridad co- mo intensos sentimientos de rivalidad. ‘Entonces el entrevistador le sefial6 que desde luego tenfa capacidad para ha- ‘er las cosas bien. Por ejemplo, habia perdido afios de escuela y sin embargo lle- 16 a obtener un titulo universitario. Y siendo asi, ,oudl era el problema? La res- puesta del paciente fue significativa en grado sumo si se considera ol material posterior. Dijo que habia terminado sus estudios universitarios para complacer a fu padre, a quien “habja causado aflicién durante muchos afios de andar mal en In escuela”. GY por qué no andaba bien? “Por mera haraganeria” fue Ia respuesta. Narré los esfuerzos de su padre, pacientes y firmes, pero en definitive infructuosos, destinados a que adoptara hibitos de trabajo, S6lo una vez en la infancia su padre le dio una bofetada por desobediencia; en otros casos habia bastado con su tono de vor y el brillo de su mirada. En cambio, su madre solia castigarlo muy severa~ mente; lo hacia con una varilla que guardsba con ese fin. A raiz de esto, senal6 ‘suintensa rebelién contra ella, sus furiosos gritos cuando le pegaba y las fantasias de venganza sobie lo que le gustaria heceri en represali. Pero en otros momen- tos se sentia inmensamente préximo a sus dos progenitores: sofil6 un sentimien- INDIBACION DE PSICOTERAPIA BREVE 200. to de camaraderia y una apasionada relaciin fisca con su madre; dijo: “Me gus- taba besarla y morderle el l6bulo de la oreja”. Este testimonio debilite la primera de las tres posiblidades del diagndstico psicodindmico diferencial, «saber, el sn- timiento de culpa sexual inconsciente; no obstante, acaso atin permanecian e; condidos aspectos edjpicos de aquelle relacin 5 ‘Uno de los puntos culminantes de la entrevista sobievino Tuego, cuando narré sucesos del campo de concentracién. Su madre y hermane estaban en un campo, yy ly su padre en otro, Cont6 la desafiante negativa de su padre @ mostrarse ob- ‘sequioso con los guardias japoneses, y Tas teribles consecuencias de esa actitud. EE entrevistador se preparaba para soportar un relato de atrocidades, pero recibi6 ‘en cambio el testimonio de la fuerza supreme del espiritu humano: lo habian a zotado en presencia del paciente, pero regresé a la barraca casi sonriente, y des- pués dijo que, durante toda esa experiencia, lo unico que pudo disuadirlo de in- tentar matar a uno de los guardias haba sido la consideracién por su esposa ¢ hi- {jos sabia que si respondia, lo matarian. Fl paciente prosiguid narrando que 50 pretexto de no tener hambre,e! padre a menudo le daba la mitad de su racién: y dijo, avergonzado, que él aceptaba sin dase cuenta en ese momento de Io que su padre hacia E] entrevistador no cabja en si de admiracién. Llevado por una sospecha, le inguirié por la historia de su padre después de Ia guerra. ¥ la sospecha se confir- ‘m6 sobradamente: habie conseguido elevarse hasta una posicién de gran respon subilidad; y el paciente agregé que su. padre, de nto, habia sido muy buen alum no y el primero de su clase. De pronto et caso parecia cobrar un sentido discernible, En el siguiente pasa- je, el entrevistador insisti6 varias veces en que el sentimiento de inferioridad del Paciente muy bien podta deberse 4 la imposblidad de ponerse ala alcura de ese ‘hombre admirable en grado inaudito. “Si —respondié el paciente—. Era severo pero cilido, padre y amigo al mismo tiempo, bueno en su trabajo, esposo aman- te, hablabq con fluides francés, alemin ¢ italiano. Era un hombre maravlloso, perfecto. Pero murié en el momento decisivo de mi vida, cuando tenia 26 afics y me disponia a ital Africa... Sepa usted que hice mds de un esfuerzo..Todavia pienso ‘si paps hubiera estado aqui, podria haber discutido las cosas con é?. No ‘reo que me hubiera casado con esa mujer; no habria tendo tiempo para ella”. Por razones de espacio, omitié la mayoria de los detalles del resto de Ia entre Vista. El padre habia muerto a consecuencia de un accidente automovilistico. La madre qued6 postrada, pero hijo e hija habjan hallado “una fortaleza interior” para enfrentar todo lo que significaba aquella muerte. No se averiguaba bien si el hijo hab a hecho o no duelo por su padre. 4 [a pregunta sobre la idea que se formaba del tratamiento, respondi6 que “se aba cuenta de que deberia heblar de cosas intimas, micntras mds franco sea uno major, lo podrén asistir. Me parece que elo ayudar al final. Tengo gran confian- 2a”, Su motivaci6n, pues, parceja realsta y elevada. 310 —_PSIGOTERAPIA INDIVIDUAL Y LA CIENCIA DE LA PSICODINAMICA No obstante, ala postre el entrevistador quedé con el desagradable sentimien- to de que en cierto modo habia omitido el punto decisivo. Segin advirt6 des- pus, acaso Ia Interpretacién correcta era ms complicada; en efecto, parecia ue por la personalidad del padre, el hijo nunca pudo permitir que aflorare su necesided de desafio, rebelion y rivalided, salo en la relacin con su madre; el 4inico modo en que podia rebelarse contra el padre era el fracaso. Pero esta inca- pacidad para comprenderio todo durante la entrevista no interesa realmente. No necesario aleanzar una interpretacién exacia y correcta, sino sblo descubrir el problema esencial. La entrevista tavo un post scriptum., Pocos dias después el entrevistador lamé por teléfono al paciente para averiguar mis detalles de hecho. En el curto de la conversacién, el paciente dijo haber estado pasando mucho sobre “ese descubri- miento ‘suyo™. ,Qué descubrimiento? Pregunté el entrevistador. “Que todo tiene ‘ue ver con fa relacién con mi padre”. Prosigui6 diciendo que Te daria vergienza encontrar de nuevo a-su padre en el mas ala causa del fracaso que habia sido su propia vida; no tenga un centavo en el banco. Y una vez més se puso a elogiar 1a vide y el matrimonio de su padre, para rewlar de pronto que éste habia debido ‘trabajar en exceso después de la guerra, lo que le produjo un colapso nervioso. EL enirevistador no profundizo en esto, sino que se limite a decirle que quiza no era demasiado tarde para rectifier la situaciGn. Por lo tanto, el trabajo interpretativo realizado en ia entrevista comparando al paciente con su padre habia sacado a la luz algo més, a saber, un sentimiento de culpa, ante su padre, por su propio fracaso. Si se sentia tan culpable, gpor qué no s¢ empefiaba? La respuesta, en favor de la cual hay fuertes indicios en las ‘comprobaciones recogidas, es que debe de hacer un impulso de fracasar. Esto confirma aquellainterpretacion tiscernida después que terminé la entrevista, a saber, que el paciente expresaba su rebelion mediante el fracaso. Es un ejemplo del fendémeno expuesto en el capitulo 8 (véanse las pégs. 85 y sigs): bajo el ge- nuino amor y la sincera admiracién hacia un padre bueno, se esconden sentimien- tos devastadoramente malignos. Por Gitimo, el nitido efecto de fa entrevista es un fuerte indicedor en el senti- do de que el paciente es muy apto para un abordaje interpretativo. leccién de tratamiento: los erterios para la psicoterapia breve programada ‘Ahora podemos considerar la forma exacta de tratamiento, Este paciente se pres- ‘ta para una comparacién muy interesante ooa la secretaria del director de filma- ‘ign, cuyo caso exponemos en ef ditimo capitulo. En ambos se cumplian estas tres condiciones: INDICACION DE PSICOTERAPIA BREVE ae 1. El problema vial det paciente se pudo disoernir con caridad, to ir con claridad, lo que propor. cioné un tema bien deslindado o foco para la terapia, 2. Bl paciente responds a interpretaciones referidas a ese f000, 3. Era manifesto que el paciente tenfa la motivacion para trabajar con ese foo. ‘Son las primeras tres indicaciones para la psicoterapia breve programada. Pero en el caso de la paciente anterior, era de todo punto inconcebible que Ia ‘terdpia pudiera ser breve: se podia predecir, con certidumbre casi completa, ‘que muy pronto se volveria dependiente de st terapeuta, y cualquier intento de ‘erminar produciria una seria intensificacién de sus problemas de ingesta. En o« {as palabras: se advert{a un nitido peligro, que parecie inevitable, para una psico~ terapia breve. Con el paciente considerado en este capitulo, no se disciernen peli- 70s de esa indole y no parece exist: razén para que no se consiga reelaboras el foo dentro Ge un apo relativamente breve Ax satisface un cuanto exiteio, que anuncia asf: 4. prs consiea los pts pons de una pcoterai breve: ys aire ne no se discirnaninguno 0 pateearaconable super ques os pod ‘superar o evitar, see : Estos cuatro criterios para la psicoterapia breve s han dilucidado sobre la bar se de una vasta experiencia clinica y de investigacién (wéase Malan, 1976a). Ete Pacient satisfacia los cuatro, y entonces és era el tratamiento preferible La experiencia ha indicado tambien que lo mejores trabajar con un plao fj do desde el comienzo, Para este paciente, cuyo problema es de larga data y pare- © de profunds raigambre, acaso lo conveniente sea un total de treinta sexionés, ‘una por semana. Por tito, como su problema principal parece situare en la re. Jacién oon su padre, acaso el terapeuta tendria que ser varén. También parece a. Zonable predecir que tras un periodo inical de luna de mie, cobrard importancia un tema de la transferencia: el desto de fracasar en laterapia como un modo de derrotar al terapeuta, LA EVALUACION PARA PSICOTERAPIA (CONTINUACION): V. LAS CONTRAINDICACIONES DE LA PSICOTERAPIA INTERPRETATIVA Como espero ya esté claro por los capitulos anteriores, la decisién de edministrar ‘© no psicoterapia a un paciente depende, por lo comin, del conjunto de la situa- ‘ign: del paciente, su medio y las formas de tratamiento disponibles de hecho. Si bien gran cantidad de pacientes pueden llegar a ser considerados inaptos, son po- ‘cas las cantraindicaciones que merecen el calificativo de absolutas. Aun los facto- res de exclusién de Hildebrand (véase la pég.289) acaso sélo tengan validez esta- distiea. En lo que sigue presentamos a dos pacientes para quienes, y por razones enteramente diversas, se entendié que una psicoterapia intensiva interpretativa era desaconsejable. En los dos casos s¢ lo advirti6 muy pronto y en consecuencia, 1 entrevistador evit6 con rigor toda interpretacién y aun las preguntas que pu- dieran hacer aflorar a la superficie el inconsciente del entrevistado. EL HOMBRE DEL. CENTRO BORSTAL DE REHABILITACION Era un hombre de 30 aflos, Tomamos extractos de la carta de presentacién del clinico general: “Le agradecerfa si puede usted de algiin modo ayudar a este hombre cuya vi- 4da parece haber sido una serie ininterrumpida de desastres. "Todo indica que su madre sufria de una afecciGn depresiva en la infancia de 1; en efecto, cuenta que a menudo permanecia en cama y lo dejaba solo a cargo del hogar por largos periodos. El paciente dice que su padre yolvia demasiado ccansado del trabajo para hacer otra cosa que mirar televisiGn o dormitar en su si- Us "Al final de su adolescencia lo recluyeron en un centro de rehabiltacién por dos aflos, acusado de intento de asesinato. Presenta este perfodo casi como el mejor de’su vida, Parece haber apreciado plenamente el régimen de vida ordena- da, con deportes y recreaciones. Obtuvo libertad total, y durante los diez meses ‘en que estuvo en el centro pudo aprobar tres niveles de escuela técnica, aunque dice que a los quince afios apenas podia leer y escribir”. CONTRAINDICACIONES DE LAPSICOTERAPIAINTERPRETATIVA 818 Por el informe del clinico general se supo también que el paciente habia ‘estado casado dos veces, rompiendo en ambos casos el matrimonio. Las respuestas del paciente al cuestionario inicial fueron en extremo lacéinis cas:

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