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OS CLAVE ee bi © eat © = ES 3 = oa mu S ce = COLIN RENFREW Y PAUL BAHN (EDS.) re au CONCEPTOS CLAVE Disefio interior y cubierta: RAG Reservadlos todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Cédigo Penal, podirn ser castigados con penas dde multa y privaci6n de libertad quienes reproduzcan sin la preceptiva autorizaci6n o plagien, en todo o en parte, una obra literaris, antstica 0 cientifiea fijada en cualquier tipo de soporte, ‘Titulo original Archaeology. The Key Concepts ‘© de la seleccion y las Inbores de edicién, Colin Renfrew y Pau! Bahn, 2005 © de cada uno de Jos textos, Jos autores, 2005 Todos los derechos reservados. Traduccién autorizada de Ia edicién en lengua inglesa publicada por Routledge, miembro de Taylor & Francis Group © Ediciones Akal, S.A., 2008 para la lengua espafiola ‘Sector Foresta, 1 28760 Tres Cantos Madrid - Espatia Tel: 918.061 996 Fax: 918 044 028 wwwakal.com ISBN: 978-84-460-2590-0 ‘Depésito legal: M-44.528-2008 Impreso en Lavel, S.A. Humanes (Madrid) COLIN RENFREW Y PAUL BAHN (EDS.) ARQUEOLOGIA Conceptos clave ‘Traduccién de David Govantes akal CONCEPTOS CLAVE agencia anilisis del 4rea de captacién de yacimientos antigiiedad del hombre arqueoastronomfia arqueogenética arqueologia catastrofista arqueologia cognitiva arqueologfa contextual / holistica arqueologia darwinista arqueologia de género arqueologia del culto y la religién arqueologia del paisaje arqueologfa ecolégica arqueologfa experimental arqueologia feminista arqueologfa fenomenolégica arqueologfa histérica y textual arqueologfa medioambiental arqueologia posprocesual e in- terpretativa arqueologia procesual arqueologia publica / museologia / conservacién / patrimonio arqueologia simbdlica y estruc- turalista arqueologfa social arqueologias indigenas caracterizacién y teorfa de los intercambios chaine opératoire conceptos de la pérsona conceptos de tiempo difusionismo y las teorfas del desplazamiento de los pue- blos (el) «edades oscuras» y arqueologia / colapso de sistemas entidades politicas iguales epistemologia etnoarqueologfa evolucién cultural evoluci6n de la complejidad so- cial y el Estado evoluci6n multirregional habitus ideas clave para la excavacién ideas concernientes a la datacién relativa y la datacién absoluta implicacién material y materiali- zacién innovaci6n ¢ invencién — ,acon- tecimiento aislado 0 proceso hist6rico? materialismo, marxismo y ar- queologia modularidad mental procesos posdeposicionales organizacién social, incluidas _prospeccién las jefaturas revolucién de Childe origen del hombre simulacion pensamiento sistémico teoria de la prdctica social principios de sucesién estrati- _tres edades grifica uniformismo procesos no lineales y arqueologia COLABORADORES Leslie C. Aiello pertenece al Departamento de Antropologia, Univer- sity College, Londres. Paul Bahn es escritor, traductor y comunicador en temas de arqueo- logia. Geoff Bailey pertenece al Departamento de Arqueologfa, Universidad de York, Reino Unido. John C. Barret pertenece al Departamento de Arqueologia y Prehis- toria, Universidad de Sheffield, Reino Unido. Richard Blanton pertenece al Departamento de Sociologia y Antro- pologia, Universidad de Purdue, West Lafayette, Indiana, EEUU. Martin Carver pertenece al Departamento de Arqueologfa, Universi- dad de York, Reino Unido. John F. Cherry pertenece al Museo Kelsey de Arqueologia; Univer- sidad de Michigan, EEUU. Elizabeth DeMarrais pertenece al Departamento de Arqueologia, Universidad de Cambridge, Reino Unido. Kenneth L. Feder pertenece al Departamento de Antropologia, Uni- versidad Estatal de Central Connecticut, EEUU. Jonathan Friedman pertenece al Departamento de Antropologia, Universidad de Lund, Suecia. Peter Gathercole es miembro en calidad de emérito del Darwin Co- lege, Cambridge, Reino Unido. Guy Gibbon pertenece al Departamento de Antropologia, Universi- dad de Minnesota, EEUU: @ Chris Gosden pertenece al Museo Pitt Rivers, Escuela de Antropolo- gia y Museo de Etnografia, Universidad de Oxford, Reino Unido. Catherine Hills pertenece al Departamento de Arqueologfa, Univer- sidad de Cambridge, Reino Unido. Jan Hodder pertenece al Departamento de Antropologfa Cultural, Universidad de Stanford, EEUU. Linda Hurcombe pertenece al Departamento de Arqueologia, Uni- versidad de Exeter, Reino Unido. Timothy Insolll pertenece a la Escuela de Historia del Arte y Arqueo- logia, Universidad de Manchester, Reino Unido. Matthew Johnson pertenece al Departamento de Arqueologia, Uni- versidad de Exeter, Reino Unido. Martin Jones pertenece al Departamento de Arqueologfa, Universi- dad de Cambridge, Reino Unido. Kristian Kristiansen pertenece al Departamento de Arqueologfa, Universidad de Gotemburgo, Suecia. Vincent M. LaMotta pertenece al Departamento de Antropologfa, Universidad de Arizona, EEUU. Lynn Meskell pertenece al Departamento de Antropologfa, Universi dad de Nueva York, Reino Unido. Steven Mithen pertenece al Departamento de Arqueologia, Universi- dad de Reading, Reino Unido. Sarah Milledge Nelson pertenece al Departamento de Antropologia, Universidad de Denver, EEUU. Paul B. Pettitt pertenece al Departamento de Arqueologia y Prehis- toria, Universidad de Sheffield, Reino Unido. Colin Renfrew pertenece al Instituto Mc Donald, Universidad de ‘Cambridge, Reino Unido. John Robb pertenece al Departamento de Arqueologta, Universidad de Cambridge, Reino Unido. Michael Rowlands pertenece al Departamento de Antropologfa, Uni- versity College, Londres, Reino Unido. Clive Ruggles pertenece a la Escuela de Arqueologfa e Historia Anti- gua, Universidad de Leicester, Reino Unido. Jeremy Sabloff pertenece al Museo de Arqueologfa y Antropologia de la Universidad de Pensilvania, EEUU. Michael B. Schiffer pertenece al Departamento de Antropologfa, Universidad de Arizona, EEUU. Nathan Schlanger pertenece al Institute National d’Histoire de Paris, Francia. Michael Shanks pertenece al Departamento de Clésicas, Universidad de Stanford, EEUU. Stephen Shennan pertenece al Instituto de Arqueologia, University College, Londres, Reino Unido. Marie Louise Stig Sprensen pertenece al Departamento de Arqueo- logfa, Universidad de Cambridge, Reino Unido. Julie K. Stein pertenece al Departamento de Antropologia, Universi- dad de Washington, Seattle, EEUU. Joseph A. Tainter pertenece a la Estacion de Investigacién de las Montaiias Rocosas, Albuquerque, EEUU. Julian Thomas pertenece a la Escuela de Historia del Arte y Arqueolo- gfa, Universidad de Manchester, Reino Unido. Christopher Tilley pertenece al Departamento de Antropologfa, Uni- versity College, Londres, Reino Unido. Sander E. van der Leeuw pertenece al Departamento de Antropolo- gia, Universidad Estatal de Arizona, EEUU. Milford H. Wolpoff pertenece al Museo.de Antropologia, Universi- dad de Michigan, EEUU. Ezra Zubrow pertenece al Departamento de Antropologia, Universi- dad de Buffalo, EEUU. INTRODUCCION En cierto modo, la misma idea de una teorfa arqueolégica resul- ta novedosa. Hasta la década de los sesenta se crefa que la arqueo- logfa era una tarea fundamentalmente practica. Por supuesto, se asumfa que el excavador debfa dominar las técnicas necesarias y co- nocer el objeto de la investigaci6n. Sir Mortimer Wheeler dejé clara Ia cuesti6n, con una tipica metéfora militar, en su obra Arqueologia de Campo (Wheeler, 1954), cuando establecia una distincién entre la estrategia y la téctica en una buena campaiia de excavacién. No es casualidad que fuese un admirador de las técnicas de campo de un militar y arqueélogo de campo anterior, como fue el general Pitt Ri- vers. La ciencia arqueolégica se desarrollé gradualmente durante el siglo xx, sobre todo con la invencién de la datacién por radiocarbo- no en 1949 y con el establecimiento de los principios del razona- miento arqueolégico por parte de originales pensadores como Gor- don Childe, en profundas obras como Piecing Together the Past (Childe, 1956). No obstante, hasta 1a década de los sesenta los ar- queélogos no se centraron plenamente en desarrollar 1a l6gica de su disciplina, con su epistemologfa (es decir, la teorfa del conocimien- to) y con su curiosa posicién —de acuerdo con la opinién de algunos, una aspirante a ciencia que, por otro lado, y sin lugar a dudas, se ocupaba de Ia historia y la prehistoria de la humanidad, y por tanto cuya posicién se encontraba entre las humanidades-. Los primeros pensadores, como Collingwood (1946) y el primer historiador de la arqueologia (Daniel, 1950, 1962), ya habfan tratado estas cuestio- nes, pero hasta la década de los sesenta estos dilemas relacionados con Ia teoria arqueolégica no se agudizaron, llevando a, para emplear la famosa frase de David Clarke (Clarke, 1973), la «pérdida de la inocencia» de la arqueologia. Ba

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