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Historia
de la Confederación
Argentina
tomo I
CAPÍTULO III
LA CRISIS REVOLUCIONARIA
(1820)
I. La política de López: intimación que le hace Dorrego.— II. Las milicias del sur. —
III. Las reúne Rozas a pedido de Rodríguez. — IV. Las influencias de Rozas puestas a
prueba: resultados que obtiene; gastos que hace con tal motivo. — V. Rozas
comandante del 5° Regimiento. — VI. Operaciones de Dorrego: sus ventajas sobre
López. — VII. Tentativas de paz. — VIII. Toma de San Nicolás. — IX. Reapertura
de las negociaciones: Dorrego comisiona a Rodríguez y a Rozas; nuevo
armisticio. — X. Exigencias de López y denuncia del armisticio: batalla de
Pavón; Rozas teniente coronel. — XI. Rodríguez y Rozas se separan del ejército
cuando Dorrego persiste en invadir Santa Fe. — XII. Derrota de Dorrego en
el Gamonal. — XIII. Negociación directa de Rozas con López: obstinación de
Dorrego. — XIV. Agitación electoral en Buenos Aires: el partido directorial-
unitario en la ciudad, y el partido de las campañas. — XV. Los directoriales
propician a Rozas. — XVI. Participación de Rozas en la elección de gobernador.
— XVII. Circunstancias en que se elige a los representantes, — XVIII. Intriga de los
directoriales. — XIX. Elección de Rodríguez. — XX. Propósitos orgánicos y
nacionales de la Junta.
CAPÍTULO IV
REPRESIÓN DE LA ANARQUÍA
(1820)
CAPÍTULO V
CAPITULO VII
ENTRE RÍOS Y EL LITORAL
(1821-1823)
I. Las influencias civilizadoras de Buenos Aires. — II. Preliminares de paz con López
Jordán. — III. López Jordán y Mansilla. — IV. Pronunciamiento de Mansilla. -~- V. La
Junta del Paraná. — VI. Ésta libra la situación a Mansilla. VIL Derrota y fuga de López
Jordán: Mansilla independiza de Entre Ríos a Corrientes y a Misiones. — VIII. Instala-
ción del primer Congreso entrerriano. — IX. Éste nombra gobernador a Mansilla, y
sanciona la primera Constitución de Entre Ríos. — X. Boceto de Mansilla. — XI.
Tratado cuadrilátero. — XII. Leyes e instituciones libres. — XIII. Avances de los
portugueses. — XIV. Arreglo con el Barón de la Laguna. — XV. Misión del Cabildo de
Montevideo a Buenos Aires. — XVI. La comisión oriental solicita la ayuda de Santa Fe
y de Entre Ríos. — XVII. Revolución que la misma fomenta en Entre Ríos. — XVIII.
Lo que pensaba Mansilla respecto de la cuestión con el Brasil. — XIX. Cómo arregla
Mansilla su diferencia con López. — XX. Tratado con López: habilidad de Mansilla.
— XXI. Misión del doctor Cossio. — XXII. Reclamación del Barón de la Laguna. —
XXIII, Revolución que éste hace estallar en Entre Ríos. — XXIV. Mansilla renuncia su
reelección, y pasa a Buenos Aires como diputado al Congreso Nacional,
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
LA CUESTIÓN DE LA BANDA ORIENTAL
(Continuación) (1824-1825)
I. Las medidas de guerra. — II. El Imperio se propone invadir por la costa sur y lanzar
los indios sobre Buenos Aires. — III. Comisión que el gobierno coníía a Rozas con tal
motivo. — IV. El negocio pacífico con los indios. — V. Cómo conjura Rozas la
invasión. — VI. Fracaso de los imperiales en Patagones. — VIL Combate de los Pozos.
— VIII. Creación del Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas. — IX. Recepción del
presidente Rivadavia. — X. Proyecto sobre capital de la República. — XI. Los unita-
rios y los federales: paralelo histórico. — XII. La opinión de Buenos Aires. — XIII.
Trabajos de Rozas contra el proyecto sobre capital: su prisión. — XIV. Representación
de la campaña. — XV. Discusión y sanción del proyecto. XVI. Dificultades de la
presidencia. — XVII. La obra de la Constitución. — XVIII. El régimen de gobierno. —
XIX. Dictamen de la comisión del Congreso. — XX. Impresión que produce el
dictamen. — XXI. Los oradores: Galisteo y Mansilla. — XXII. Discurso de Gómez. —
XXIII. Cómputo del voto de las provincias: sanción del régimen unitario.-XXIV. La
solución de la ilustración y de la experiencia representadas por la mayoría del
Congreso. — XXV. Efectos de esta solución.
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XIII
DORREGO Y LAVALLE
(1828-1829)
I. Miras de los revolucionarios del l' de diciembre. — II. Lo que veían los
adversarios. — III. El rigorismo revolucionario: la prensa y las clasificaciones de los
federales. — IV. La reacción de las provincias. — V. Por qué esta reacción aparecía
más radical que la anterior. — VI. López y Rozas en la campaña de Buenos Aires. —
VII. Lavalle envía a Paz al interior y sale a contener a aquéllos. — VIII. La táctica de
López y de Rozas. — IX. Combates de las Palmitas, Vizcacheras y Puente de
Márquez. — X. López se retira a Santa Fe y propone a Lavalle la paz. — XI. Los
prestigios de Rozas. — XII. Lavalle contra los sentimientos y la tendencia de la
campaña. — XIII. Su resolución en presencia de estos hechos. — XIV. Su excursión
nocturna al campo enemigo.— XV. Lavalle en el alojamiento de Rozas. — XVI.
Conferencia entre Lavalle y Rozas. — XVII. Convenio de 24 de junio de 1829. —
XVIII. Impresión que produjo el convenio. — XIX. Fraude en las elecciones: lo que
pensaba Rozas de esta situación. — XX. Convenio adicional de 24 de agosto:
nombramiento del general Viamonte. — XXI. Fusión del partido urbano de Dorrego
con el partido de las campañas. — XXII. Nuevas adhesiones a este partido: rumbos
en que entra desde luego. — XXIII. Aspiraciones de Rozas al gobierno. — XXIV.
Vacilaciones del general Viamonte para convocar a elecciones. — XXV. Consulta
que le hace a Rozas. — XXVI. Opinión de los dorreguistas. — XXVII. Informe de
Rozas en la consulta del gobernador.— XXVIII. Éste convoca la legislatura
derrocada.
CAPÍTULO XV
EL EJECUTIVO FUERTE
(1829-1830)
CAPÍTULO XVII
EL INTERIOR Y EL LITORAL
(1830-1831)
I. Política de Paz cuando es arbitro del interior. — II. Su título y motivos para
someter las provincias. — III. Modo como las divisiones de Paz resuelven en
favor de éste la situación de las provincias. — IV. Lamadrid en L'a Rioja; Videla
Castillo en Mendoza: los Videla en San Luis; Alba-rracín en San Juan; López y
Dehesa en Santiago del Estero. — V. Tratado de alianza entre los gobiernos del
interior, Cuyo y norte. — VI. Alcance de este tratado. — VIL Ellos invisten al
general Paz con el Supremo poder militar. — VIII. Invitación del general Paz a
los gobiernos del litoral. IX. Éstos lo invitan a organizar la República bajo el
régimen federal. — X. Por qué Paz hizo imposible por entonces la organización
nacional: el plan de la organización unitaria. — XI. Comienzo de ejecución
de este plan: revolución unitaria en Entre Ríos. — XII. Derrocamiento del
gobernador Sola: anarquía entre los partidarios de López Jordán y los de
Barrenechea. — XIII. Carril y demás revolucionarios invitan al general Paz a que
se ponga en acción contra el litoral. — XIV. Lucha entre López Jordán y
Barrenechea, y fracaso de la revolución. — XV. Iniciativa orgánica del litoral: el
Pacto Federal de 1831..— XVI. Organismo institucional que establece. — XVII.
Puntos de partida del Pacto, distintos de los de las constituciones anteriores:
su trascendencia en el futuro de la República Argentina. — XVIII. El Supremo
poder militar como principio antagónico al Pacto federal. — XIX. ¿Luchaba
el general Paz por organizar la Nación, según la voluntad de las provincias?
CAPÍTULO XVIII
GUERRA ENTRE EL INTERIOR Y EL LITORAL
(1831)
CAPÍTULO XIX
LAS ISLAS MALVINAS
(1832)
CAPÍTULO XX
LAS FACULTADES EXTRAORDINARIAS
(1832)
CAPÍTULO XXI
LA CONQUISTA DEL DESIERTO
(1833-1834)
I. Iniciativa de Rozas para conquistar el desierto. — II. Sus trabajos! en este sentido
desde 1820 hasta que subió al gobierno. — III. Invitación que al respecto dirige al
gobierno de Chile y a los generales Quiroga y López. — IV. Plan que combinan
entre sí. — V. La revolución en Chile y.la paz que celebra el general Bulnes con
los indios. — VI. La expedición se organiza con tres divisiones argentinas. — VII.
Preparativos científico-militares para la marcha de la división Izquierda. — VIII.
Bozas la revista en el Monte. — IX. El gobierno le niega a Rozas los recursos
votados: Rozas abre sus marchas no obstante. — X. La llegada a Tapalqué: Catriel
y Cachul. — XI. El ejército se interna en el desierto. XII. Pasaje del arroyo
Naposta. — XIII. Rozas adelanta su vanguardia al mando de Pacheco: sus
providencias en su itinerario hasta el río Colorado. — XIV. El cuartel general del
río Colorado. — XV. Rozas manda explorar el río Colorado. — XVI. La división
del Centro contra los ranqueles: avisos de Rozas al general Huidobro. — XVII.
Huidobro se dirige en consecuencia sobre el cacique Yanquetrú. — XVIII. Batallas
de las Acollaradas y derrota de Yanquetrú, — XIX. Huidobro lo persigue y se
retira después a Córdoba. — XX. División de la Derecha; sus marchas hasta
Malalhué: ocupa el río Chadileuvu. —• XXI. Sorprende a los indios Limey-
Maguida y los bate en las tolderías de Yanquetrú: fin de las operaciones de la
división Derecha. — XXII. Operaciones de la división Izquierda: Pacheco ocupa el
río Negro, batida en las márgenes de este río, muerte del cacique Payllaren. —
XXIII. Críticos momentos de la expedición. — XXIV. Sublevación que se fomenta
a los indios reducidos de Tapaíqué y Salinas. -— XXV. El Ministerio de la
Guerra de Buenos Aires fomenta la sublevación de la división Izquierda.
CAPÍTULO XXII
LA CONQUISTA DEL DESIERTO
(Continuación)
CAPÍTULO XXIII
REVOLUCIÓN DE LOS RESTAURADORES
(1833)
I. Los actos de partidario del general Balcarce y sus compromisos con el partido
federal. — II. En razón de éstos los federales lo llevan al gobierno: sus
declaraciones como gobernador. — III. Balcarce se divorcia del partido federal y
se propone abatir la influencia de Rozas. — IV. Perfil del general Enrique
Martínez, ministro de la Guerra. — V. Medidas de éste contra el partido federal
y contra Rozas. VI. La mayoría federal y la minoría de los lomo-negros.
VII. El poder ejecutivo suspende las elecciones cuando los federales
triunfaban. — VIII. Proyecto de los diputados Olazábal e Iriarte sobre libertad de
imprenta. — IX. Idea general de la prensa de 1833: las hojas federales y las de
los lomo-negros. — X. Los hombres del gobierno en la prensa. — XI. El
Constitucional y El Restaurador de las Leyes. — XII. La virulencia de la
prensa y la agitación popular. — XIII. Comisiones que se acercan al gobernador.
XIV. Llamamiento que le hace la prensa opositora. — XV. El poder ejecutivo
acusa a los diarios de oposición. — XVI. Juicio de El Restaurador de las Leyes.
— XVII. Tumulto en la plaza de la Victoria: los descontentos se retiran á
Barracas. — XVIII. Los revolucionarios dominan la campaña: el general
Pinedo, nombrado jefe del movimiento. XIX. Conferencia de la comisión de la
legislatura con el general Pinedo. — XX. Éste se limita a la defensiva y pide la
renuncia de Balcarce. — XXI. Balcarce manda batir a los revolucionarios y
queda estrechado en la ciudad. — XXII. Pinedo declara que tomará la
ofensiva. — XXIII. Los revolucionarios avanzan sobre la ciudad: Balcarce so
mete su continuación en el mando a la decisión de la legis latura. — XXIV. El
acuerdo de la legislatura, la intimación del general Pinedo, la legislatura
exonera a Balcarce y nombra a Viamonte. — XXV. Respuesta de Rozas a la or-
den del ministro de la Guerra de que dicte medidas para restablecer el orden.
— XXVI. Lo que se propondría con esto el ministro de la Guerra. — XXVII.
Prescindencia de Rozas en la revolución de octubre.
CAPÍTULO XXIV
EL PROVISORIATO Y SU CRISIS
(1834)
I. Retrospección: las provincias del norte después del año 1831. — II. El general
Latorre: reacción que encabeza contra el plan del general Paz; desaloja las fuerzas
unitarias de Santiago del Estero y ocupa el gobierno de Salta. — III. Revolución de los
unitarios en Salta; combate de los Fulares. — IV. Latorre y Heredia; anarquía en
Catamarca: Latorre acusa a Heredia. — V. Rompimiento entre ambos gobernadores;
Latorre se pone en campaña. — VI. Misión de Quiroga; la vida de Quiroga en
Buenos Aires: cambio que se opera en su persona. — VII. Sus vistas respecto de la
política general del país: su conducta con los adversarios. VIII. Quiroga consulta a
Rozas sobre su misión al norte: ambos convienen en la necesidad de arreglar a
Heredia con Latorre. — IX. La conferencia en San José de Flores. X. Rozas
acompaña a Quiroga hasta Areco: Quiroga rehusa la escolta que aquél le presenta. —
XI. Rozas le dirige la carta convenida sobre la obra constitucional. — XII. Detalles de
esta carta: las provincias y la Nación. — XIII. El precedente del año 1826: carácter
del Congreso y base de la Constitución a dictarse. — XIV. Idea de la confederación de
las provincias. — XV. Idea de la capital: Rozas se pronuncia por la creación de una
capital como Washington; resume las dificultades para dar inmediatamente la Cons-
titución. — XVI. Marcha de Quiroga hasta Pitambalá: aquí sabe la muerte de
Latorre y se dirige a Santiago. — XVII. Vacilaciones de Quiroga cuando debe regresar:
combate íntimo sobre si debe esperar en Santiago o en Córdoba a sus asesinos. —
XVIII. Ibarra se sincera a sus ojos: Quiroga se penetra de que López y los Reinafé
quieren asesinarle y marcha hacia ellos. — XIX. Idénticos avisos y detalles certeros
que recoge en la posta del Ojo del Agua. XX. Barranca-Yaco: asesinato de Quiroga y
de su comitiva. XXI. Antecedentes que desautorizan la sospecha contra Rozas:
opinión de Rivera Indarte y de Sarmiento. — XXII. Quiénes fueron los asesinos. —
XXIII. Enemistad entre López y Quiroga. — XXIV. Revolución que fomenta Qui-
roga contra Reinafé: plan siniestro que le denuncia Ruiz Huidobro y que
concuerda con la denuncia anterior de Moreno. — XXV. Actitud subsiguiente de
López: confesión de López a Rozas. — XXVI. Opinión del general Paz que
concuerda con esa confesión; cuándo y cómo arreglan López, Cullen y los
Reinafé el modo de sacrificar a Quiroga. — XXVII. Las últimas instrucciones del
gobernador Reinafé a su hermano. — XXVIII. Cómo los glosa Rozas en su carta a
López. — XXIX. Consecuencias que deduce Rozas del estudio de los hechos. — XXX.
Empeño de Rozas de descubrir a los asesinos. — XXXI. Juicio y –fusilamiento de
los asesinos.
CAPÍTULO XXVI
LA SUMA DEL PODER PÚBLICO
(1835)
I. Cómo se desenvuelve el plan revelado por el ministro Moreno. — II. El
gobierno de Buenos Aires obliga al gobernador López a que defina su posición. —
III. El gobernador provisional denuncia la crisis y amenaza en que se halla la
provincia y dimite su cargo. — IV. El proyecto para nombrar a Rozas gobernador
con la suma del poder público.—V. El fervor de las clases distinguidas y docentes.
— VI. Rígida observancia de las formas parlamentarias. — VII. Selecta
composición de la legislatura. — VIII. Razones que aduce Rozas para solicitar
reconsideración de esa ley en Sala plena, y que la misma sea sometida al plebiscito.
— IX. Singularidad de esta creación de gobierno fuerte. — X. El plebiscito
ratifica el voto de la legislatura: opinión de Sarmiento.— XI. Reapertura de la
discusión. — XII. Recepción de Rozas: su programa de gobierno. — XIII. La
suma del poder de que se apodera Augusto y la que la ley acuerda a Rozas. —
XIV. La sociedad hace la apoteosis del gobierno fuerte.— XV. Los guardias
del honor y las suscripciones de los hacendados y comerciantes. — XVI. El carro
triunfal y las solemnidades teatrales. — XVII. La consagración religiosa del
gobierno fuerte: los tedeum en las iglesias. — XVIII. Origen de lo mazorca: las
manifestaciones en la campaña. — XIX. Las medidas de Rozas para afianzar la
federación: carácter esencialmente nacional que la asigna. — XX. Abolición de la
pena de confiscación; primer tratado sobre la abolición de tráfico de esclavos;
reformas en la instrucción universitaria y educación común. — XXI. La hacienda
pública: responsabilidades, control; facilidades al comercio interior y exterior. —
XXII. Fundación del Banco de la Provincia. — XXIII. Error en atribuir esta
fundación al doctor Vélez Sársfield. — XXIV. Restablecimiento de la Compañía
de Jesús. —XXV. Las provincias invisten a Rozas con el poder ejecutivo nacional:
el hecho orgánico de la Confederación Argentina.— XXVI. El programa de la
reacción unitaria dado por el general Lavalle: motivos para convulsionar Entre
Ríos; instrucciones sobre la vida y la propiedad de los federales; reglas para
legalizar el movimiento — XXVII. Carácter de la lucha que se inicia.
CAPÍTULO XXVII
LUCHA CIVIL EN EL ESTADO ORIENTAL
(1835-1836)
CAPÍTULO XXVIII
CAPÍTULO XXIX
LA GUERRA CON BOLIVIA Y LA REVOLUCIÓN ORIENTAL
(1837-1838)
I. Complicaciones con Bolivia: diferencias que promediaban entre este gobierno y
el de Buenos Aires. — II. Invasiones al territorio argentino que ayuda el general
Santa Cruz.— III. Relaciones de éste con el general Lavalle y los emigrados
unitarios en Montevideo. — IV. Reclamaciones del gobierno argentino: Santa Cruz
se niega a satisfacerlas desconociendo el carácter, de aquél.—V. Rozas cierra toda
comunicación con Bolivia. —VI. La confederación peruano-boliviana. — VIL
Chile y la Confederación Argentina le declaran la guerra a Santa Cruz: la prensa de
Chile. — VIII. Rozas da a Heredia el mando de las fuerzas argentinas; ejército de
reserva en Tucumán. — IX. Primeras operaciones de Heredia: victoria dé Santa
Bárbara. — X. Sorpresa del Rincón de las Casillas. — XI. Marcha del general
Alemán por Humahuaca: el general Brün se retira con su ejército. — XII. Marcha
del general Gregorio Paz: los pueblos de Tanja se pronuncian por los argentinos.
— XIII, Retrospecto: segunda campaña de Rivera contra el gobierno de Oribe;
combate de Yu-cutuya; combate del Yí. — XIV. Rivera sigue la guerra de
recursos: su marcha hasta Montevideo.—XV. Rivera pone sitio a Paysandú; las
fuerzas argentinas de observación.— XVI. Lavalle se incorpora al ejército de
Rivera; correspondencia inédita entre ambos. —XVII. Misión que envía Rivera a
Río Grande: instrucciones al comisionado. — XVIII. Batalla- del Palmar y derrota
de Oribe (Ignacio). — XIX. Alianza de hecho entre Rivera y los agentes de
Francia en Montevideo. — XX. Situación insostenible del presidente Oribe. —
XXI. Éste resigna su autoridad. — XXII. Rivera queda arbitro del Estado Oriental
y aliado a Francia contra el gobierno argentino.
CAPÍTULO XXX
EL BLOQUEO FRANCÉS
(1838)
CAPÍTULO XXXI
AGRESIONES DEL EXTRANJERO
(1838)
CAPÍTULO XXII
LOS ALIADOS CONTRA ROZAS
(1838 -1839)
I. Alcance que se dio a las agresiones de Francia. — II. La prensa de ambos
mundos y los publicistas enemigos de Bozas.— III. Ideas del general Lavalle
sobre el particular. — IV. Lo que empujaba a la primera coalición contra el
gobierno del general Rozas. — V. Lo que buscaban los coaligados. — VI. Tratado
dé alianza entre el general Rivera y el gobernador Berón de Astrada, bajo la
protección de Francia. — VII. Consecuencias de este tratado: la reacción contra
Astrada. — VIII. Rivera' le declara la guerra al gobierno argentino. — IX. Berón
de Astrada hace igual declaración, y solicita de los agentes de Francia que
levanten el bloqueo a Corrientes: condiciones que imponen los franceses. — X.
Astrada separa Corrientes "de la Confederación y suscribe a las exigencias de
Francia. — XI. El gobierno argentino refuerza el ejército de Entre Ríos: Echagüe
marcha sobre Berón de Astrada. — XII. Batalla del Pago Largo: derrota y muerte
de Berón de Astrada. — XIII. Cómo reputa esta victoria el gobierno argentino:
amnistía parcial que concede. — XIV. La inacción de Rivera. — XV. El sistema de
Rivera: el despilfarro y los que lucraban con éste. — XVI. Don Blas Despouy
lo insta a nombre de los agentes de Francia a que invada Entre Ríos. — XVII.
Pretextos que opone Rivera. — XVIII. Su negociación de paz con Rozas: sus
cartas a Lavalleja. — XIX. Trabajos de don Domingo Cullen en las provincias, de
acuerdo con Rivera y los franceses; muerte de Cullen. —• XX. La Comisión
Argentina y el general Lavalle. — XXI. Las declaraciones de Várela, Carril y
Lavalle y la invitación del primero para que La valle tome las armas en unión de
Rivera y con el auxilio de Francia. —XXII. Boceto del doctor Várela. — XXIII.
Va-reía decide a Lavalle a hacer la guerra en alianza con los agentes de Francia y
con Rivera. — XXW. Várela solicita el consenso de Rivera. — XXV. Emulación
de este último: Várela se esfuerza en mostrar que Lavalle servirá bajo las órdenes
de Rivera. — XXVI. Lavalle ofrece a Rivera sus servicios: Rivera no los acepta.
— XXVII. Lavalle se prepara a salir de Montevideo con los emigrados y Rivera
dicta medidas para impedírselo. — XXVIII. Embarque de Lavalle para Martín
García. — XXIX. Rivera se declara cooperador de Lavalle cuando Rozas rechaza
sus proposiciones de paz. — XXX. Nuevas agresiones de las fuerzas de Francia a
la Confederación Argentina: desembarcos en las costas norte y sur de Buenos
Aires.
CAPÍTULO XXXIII
LA CONJURACIÓN DE MAZA
(1839)
I. La conspiración en Buenos Aires: conocimientos que tenía Bozas al respecto. — II.
Su confidencia a Terrero. — III. La tertulia de Fernández y los avisos de La Gaceta
Mercantil. IV. La frase de Rozas al comandante Maza y lo que sobre la conjuración
dice el general Paz. — V. Los que iniciaron la conjuración, banquete de la
Asociación Mayo. — VI. La fracción revolucionaria de esta asociación y el
comandante Maza.—VII. Elementos de que Maza disponía: los conjurados se
comunican con La valle por medio de Tejedor.— VIII. Maza invita a Lavalle a que
desembarque en Buenos Aires con banderas argentinas solamente; trabajos del doc-
tor Maza en la legislatura. — IX. Plan general de la conjuración.— X. Prisión del
comandante Maza. — XI. Crítica situación del doctor Maza: Rozas le proporciona
los medios para que se ausente del país. — XII. El conflicto del doctor Maza. —
XIII. Terrero consigue de él que vayan a ver a Rozas: Maza reacciona y penetra
en la casa de la legislatura. — XIV. El asesinato del doctor Maza. — XV. Providen-
cias de la legislatura. — XVI. El pueblo en la casa de la legislatura: fusilamiento
del comandante Maza.—XVII. La apreciación del asesinato: discurso del diputado
Garrigós. XVIII. La imputabilidad del asesinato. — XIX. Impútanselo a Rozas sus
enemigos: hechos y declaraciones que des autorizan esta especie. — XX. Rozas
manda suspender todo procedimiento y fusilar al asesino convicto del doctor Maza;
cómo Rozas aprecia estos hechos treinta años después. — XXI. Reacción en favor
del gobierno de .Rozas: la legislatura.— XXII. La prensa: origen del mote de
salvajes unitarios.— XXIII. El tono de la prensa. — XXIV. Las manifestaciones en
la ciudad y campaña. — XXV. Ellas eran las resultantes de las raíces que había
echado el gobierno fuerte. XXVI. Causas impulsivas de la adhesión a Rozas: el
supuesto terror y el consenso manifiesto. — XXVII. La moral acomodaticia para eludir
responsabilidades. — XXVIII. Festividad político-religiosa de la parroquia de la
Merced: las personas que la dirigían. — XXIX. La función de San Telmo. XXX. La
de San Miguel: apoteosis de Rozas; la procesión cívica; el brindis del general
Lamadrid. — XXXI. La manifestación en Lobos. — XXXII. La manifestación en
San Nicolás. — XXXIII. Influencia de la literatura que se servía en estas
manifestaciones de campaña.
CAPÍTULO XXXIV
LA REVOLUCIÓN DEL SUR Y EL GENERAL LAVALLE
(1839)
CAPÍTULO XXXV
LAVALLE Y RIVERA
(1839-1840)
CAMPAÑA DE 1840
CAPÍTULO XXXVII
CAPÍTULO XXXVIII
LA CRISIS DEL AÑO 40
(Continuación)
I. Lavalle manda tomar por asalto la ciudad de Santa Fe: Garzón la defiende
hasta que se ve obligado a capitular. —II. Los jefes del ejército libertador le
piden a Lavalle que fusile a Garzón y a los jefes capitulados. — III. Lavalle ac-
cede a ello y da las órdenes del caso; circunstancias que hacen cambiar su
resolución.—IV. Impresión que produce en el ejército unitario la convención
Mackau-Arana; Lavalle evacúa Santa Fe.—V. Revolución en Córdoba;
Lamadrid entra en esta ciudad y se pone en comunicación con La valle. — VI.
Lavalle se dirige a incorporarse con Lamadrid; Oribe lo sigue en su marcha. —
VII. Difícil retirada de Lavalle hasta los Quebrachitos. — VIII. Batalla del
Quebracho. — IX. Derrota dé Lavalle. — X. Asesinato de don Rufino Várela. —
XI. La convención Mackau-Arana. — XII. Examen crítico de esta convención. —
XIII. Singular ventaja que con esta convención obtiene la Confederación
Argentina. — XIV. La posición de Rozas después de estas ventajas. — XV.
Enérgico decreto contra los perturbadores de la seguridad pública. — XVI.
Rozas nombra un comisionado para que, en unión del comisionado francés, le
presente a Lavalle la convención Mackau-Arana y le ofrezca las garantías que
pida para terminar la guerra. — XVII. Lavalle desconoce el carácter oficial de
los comisionados. — XVIII. Respuesta de Lavalle al comisionado francés; rehusa
recibir al comisionado argentino. — XIX. Nueva tregua que obtienen los
comisionados; Lavalle resiste todo arreglo. — XX. Crítica política de la
resistencia de Lavalle a todo avenimiento. — XXI. Los dictados del honor y los
sacrificios que impone el patriotismo. —XXII. Desastre de San Cala; Lavalle
se dirige a Catamarca. — XXIII. Rivera y la convención Mackau-Arana.
CAPÍTULO XXXIX
CAMPAÑA DE LA RIOJA
(1840 -1841)
CAPÍTULO XL
OPINIÓN Y REACCIÓN
(1841)
I. Objeto que se propone Lavalle al retirarse de La Rioja. —II. Doble hipótesis bajo
la cual opera Oribe. — III. Error de cálculo de Lavalle. — IV. Resultado de las
operaciones de Oribe en los Llanos de La Rioja; justicia que Oribe rinde a Peñaloza.
— V. Lavalle se retira a Famatina sin. poder reducir a Brizuela a que lo siga. — VI.
La obcecación de Brizuela.— VIL Brizuela y la Comisión Argentina de Chile;
propósitos radicales de esta comisión. — VIII. Lo único positivo que vio Brizuela en
la conducta de dicha comisión. —IX. Aldao marcha sobre Brizuela y lo destroza
en -Sañogasta; muerte de Brizuela. — X. Lavalle y Lamadrid se reúnen en
Catamarca y acuerdan sus operaciones respectivas. — XI. Motivos que facilitan la
marcha de Lamadrid de Tucumán a Catamarca. — XII. Por qué Lagos no batió a
Lamadrid; propósito a que obedecían las órdenes terminantes de Oribe. — XIII. Por
qué Oribe no 'batió a Lamadrid y prefirió marchar sobre Tucumán. - - XIV. Lamadrid
adelanta su vanguardia a La Rioja y de aquí a San Juan al mando de Acha. — XV.
Aldao marcha sobre San Juan y Acha sale a esperarlo. — XVI. El cuadro de Angaco.
— XVII. Epílogo de Angaco. — XVIII. Benavídez asalta la plaza de San Juan; Acha
se rinde después de tres días de combate. — XIX. Benavídez concierta la evasión
de Acha, pero se retira a la aproximación de Lamadrid y lo remite a Pacheco,
que lo hace fusilar. — XX. Crítica de la conducta de Lamadrid mientras Acha se
hallaba en San Juan. — XXI. Su indecisión y lentitud destruyeron su vanguardia. —
XXII. Lamadrid entra en San Juan y marcha en seguida sobre Mendoza; sus
partidarios lo aclaman gobernador. — XXIII. Marcha de la columna de Pacheco por
San Luis. — XXIV. Avance de Pacheco por el Desaguadero; combate de la Vuelta de
la Ciénaga. — XXV. Batalla del Rodeo del Medio; número y formación de las
fuerzas de Lamadrid y de Pacheco; movimientos de la columna federal para
pasar el puente de la Vuelta de la Ciénaga; error capital de Lamadrid; despliegue de
las fuerzas federales; ventaja relativa del coronel Alvarez; desobediencia del
coronel Saltar; carga del centro unitario; Lamadrid vuelve a formarlo bajo los
fuegos enemigos; derrota completa de Lamadrid. — XXVI. La retirada de Lamadrid:
su pasaje por la cordillera cerrada. — XXVII. Sarmiento le conduce auxilios por el
lado de Chile.
CAPÍTULO XLII
FIN DE LA COALICIÓN EN EL NORTE
(Continuación) (1841)
I. Lavalle en el norte: situación de Tucumán y de Salta. — II. Reacción de los
federales de Salta. — III. Lavalle se traslada a Salta, pero regresa a Tucumán
cuando Oribe se aproxima. — IV. Dificultades que rodean a Lavalle; salida
audaz que efectúa; por qué no ataca a Oribe después de haberlo flanqueado.— V.
Marcha de Lavalle hasta Monteros; motivo que lo resuelve a presentarle batalla
a Oribe. —VI. Batalla de Famaillá o Monte Grande; formación de ambos
ejércitos; la izquierda unitaria y la derecha federal; Pedernera y Lagos;
inminente combate singular entre ambos; choque de las caballerías; fácil ventaja
sobre el centro y la derecha de los unitarios; derrota de Lavalle; persecución
tenaz de Oribe. —VII. Epílogo sangriento de Famaillá: cómo y por qué cayó
Avellaneda prisionero de Oribe. — VIII. Oribe lo somete a un consejo de
guerra. — IX. Comunica a Rozas la decapitación de Avellaneda y el
fusilamiento de los jefes prisioneros. — X. La cabeza de Avellaneda y doña For-
tunata García. — XI. Cómo esta dama obtuvo de Carballo la cabeza de
Avellaneda para darle sepultura. — XII. El último de los gobernadores
coaligados del norte; Oribe destaca a Maza sobre Catamarca. — XIII.
Fisonomía política y moral del coronel Maza. — XIV. Breve sinopsis de sus
hechos sangrientos. — XV. La nota resaltante de estos hechos. — XVI.
Programa de Maza al reabrir su campaña sobre Catamarca. XVII. Toma por
asalto la plaza: su comunicación al gobernador de Córdoba. —XVIII. Fin de
la coalición del Norte: las provincias resueltas en favor de la federación. —XIX.
La retirada de Lavalle a Salta; circunstancia imprevista que frustra su plan.—
XX. Lavalle sigue para Jujuy con el resto de sus fuerzas; entra en la ciudad y se
aloja en la casa de Zenavilla. — XXI. Muerte de Lavalle. — XXII. La fidelidad
y abnegación de sus compañeros; éstos resuelven salvar el cadáver de Lavalle.
— XXIII. Designan a Pedernera para que dirija esta empresa: la llegada a
Tumbaya. XXIV. La peregrinación guerrera hasta Potosí; honores y los restos de
Lavalle al ser depositados en la catedral de Potosí. — XXV. Dudas sobre la
muerte de Lavalle; nota estupenda de Oribe. — XXVI. Oribe propone a Rozas
la reincorporación de Tarija. — XXVII. Rozas se opone a ello sentando
principios que felizmente se han conservado.
CAPÍTULO XLIII
GUERRA DEL LITORAL
(1841-1842)
I. Rivera y Ferré; por qué el primero medraba contra Paz, --II. Por qué Paz
acepta un puesto secundario en Corrientes.— III. Manejos de Rivera contra
Paz; éste renuncia su cargo; términos en que Ferré comunica a Rivera que no
acepta tal renuncia. — IV. Paz forma y organiza el ejército de reserva. — V.
Avanza sobre el río Corrientes; alardes de Rivera.-—VI. Actitud especulativa de
Rivera; sus negociaciones con Urquiza. — VII. Reclamaciones y desconfianzas de
Ferré.—VIII. La escuadra argentina; Brown queda dueño de las aguas del Plata;
Rivera da el mando de su escuadra a Garibaldi. — IX. Cálculo de Rozas respecto
de la posición de Paz; los allegados de Rivera concuerdan en el fondo con Rozas.
—X. Rivera se queda en el Durazno, mientras Echagüe se viene sobre Paz. — XI.
Hábiles operaciones de Paz; la guerra de partidas. — XII. Opera sobre la
retaguardia de Echagüe; fusila al coronel Benítez. — XIII. Obliga a Echagüe a
tomar la ofensiva; marcha de este último sobre el río Corrientes; error capital de
Echagüe. — XIV. Llegada del coronel Salas al campo de Paz; tratado con el
gobierno de Santa Fe. — XV. Paz atraviesa el río Corrientes por el paso de
Caaguazú; posición crítica en que pudo quedar si Echagüe aprovecha esta
circunstancia. — XVI. Batalla de Caaguazú; formación de ambos ejércitos;
posición respectiva de Paz y de Echagüe; cómo Paz saca partido de su posición;
hábil maniobra de Núñez; desbande de las caballerías de Echa güe; vanos
esfuerzos del centro federal para restablecer el combate; retirada de Echagüe a
Entre Ríos. — XVII. Paz sigue su campaña sobre Entre Ríos; demoras y
exigencias que le opone Ferré; disposición sobre hacienda de los fede rales con la
que Paz morigera esas exigencias. — XVIII. Rivera pasa el Uruguay cuando
conoce la victoria de Paz. --XIX. Éste ocupa el Paraná; espíritu de la población.
—XX. La negociación con Santa Fe y Corrientes; bases insólitas de Ferré. —
XXI. Paz resuelve trasladarse a Corrientes; la población, alarmada, le pide que
no lo verifique. —XXII. Paz, gobernador de Entre Ríos; Ferré le quita el ejército
correntino. — XXIII. La integridad argentina amenazada por Rivera y sostenida
por Rozas; testimonios del general Paz. —.XXIV. Cómo Rivera desenvuelve su
plan en Entre Ríos. — XXV. Facilidades relativas que encuentra. — XXVI. Por
qué quiere impedir que Paz se incorpore a Núñez; su resolución de batir la
división de Húñez. — XXVII. Situación extrema de Paz; su marcha de Nogoyá
a Gualeguay. ---XXVIII. Por qué Rivera destruía la influencia de Paz en el
litoral. — XXIX. Lo que más mortificaba a Paz; conocimiento que tenía Ferré del
plan de Rivera. — XXX. Rivera
CAPÍTULO XLIV
ROZAS Y LA MEDIACIÓN ANGLOFRANCESA
(1842)
CAPÍTULO XLV
ASEDIO DE MONTEVIDEO
(1842-1843)
CAPÍTULO XLVI
LA PRENSA PROPAGANDISTA DEL PLATA
(1843 -1844)
CAPÍTULO XLVII
LA COALICIÓN Y LA DIPLOMACIA SINIESTRA
(1843 -1844)
CAPÍTULO XLVIII
ROZAS Y LA COALICIÓN
(1844)
CAPÍTUUO XLIX
LA INTERVENCIÓN DE LA GRAN BRETAÑA Y DE LA FRANCIA
(1844 -1845)
CAPÍTULO L
LA MISIÓN OUSELEY-DEFFAUDIS
(1845)
CAPÍTULO LI
LA INTERVENCIÓN ANGLOFRANCESA
(1845)
CAPÍTULO LIII
LA GUERRA CON GRAN BRETAÑA Y FRANCIA
(1846)
I. Urquiza regresa a Entre Ríos, que amenazan los aliados por los ríos y Paz desde
Corrientes. — II. Operaciones de Urquiza contra Paz. — III. Paz rehuye el
combate y levanta su campo de Villanueva. — IV. Combate de Laguna Limpia;
derrota de la vanguardia de Paz. —'V. Éste toma posiciones en Ibahai; retirada de
Urquiza; resultado de su campaña.—'VI. Negociación entre Urquiza y los Ma-
dariaga sobre la base de la separación de Paz: Madariaga le da de ello conocimiento a
Paz. —VII. Paz se propone desbaratar estos arreglos y depone al gobernador
Madariaga; éste se sobrepone y Paz, destituido, se retira al Brasil. — VIII. Rosas
estimula el arreglo con los Madariaga; la prensa de Montevideo ante las
declaraciones del gobernador de Corrientes. — IX. Lo que Rozas descubre a través
de esto. X. La negociación entre la Comisión Argentina de Montevideo y los
interventores con Urquiza sobre la base de la segregación de Entre Ríos y
Corrientes, — XI. Urquiza le transmite a Rozas los antecedentes de este asunto;
cómo lo glosa La Gaceta Mercantil. —. XII. El gobierno y las facciones de
Montevideo. — XIII. Elaboración de un gobierno híbrido en Montevideo con el apoyo
de los interventores. — XIV. Rivera recurre ante ese gobierno y los interventores
de las medidas contra su persona; la prevención a su esposa. — XV. La revolución
riverista del 1" de abril; los interventores reasumen el gobierno de Montevideo. —
XVI. Estivao y los legionarios. — XVII. Ataque a la legión argentina; los
interventores se resuelven en favor de Rivera, que recobra el poder. — XVIII.
Nuevos rumbos en que entra Rivera respecto de Oribe; éste reproduce sus declara-
ciones anteriores. — XIX. Los interventores continúan su protectorado y sufragan los
gastos de la guerra. — XX. El combate de San Antonio. —-XXL Thorne rechaza a los
aliados que desembarcan en la costa de Obligado; el convoy de los aliados. —XXII.
Combate de Acevedo. — XXIII. Combate dé San Lorenzo; desastre del convoy;
pérdidas de los aliados. — XXIV. Los aliados bombardean el campo del Tonelero;
combates del 2 y 6 de abril. — XXV. Mansilla represa el pailebot Federal, con
armamento y correspondencia de los aliados: combate con el Lizard. — XXVI. Los
aliados pretenden desembarcar en la Ensenada, y saquean e incendian barcos
mercantes en la bahía; reconocimiento que practican sobre la Atalaya y muerte del
oficial que lo verifica. — XXVII. Decreto de Rozas sobre los incendiarios. XXVIII.
Impotencia de la intervención bélica, según los oficiales aliados. — XXIX. El gran
convoy dé los aliados baja el Paraná. —XXX. Combate del Quebracho; desastre del
convoy y derrota délos aliados. —XXXI. Cómo subsanan sus pérdidas los
negociantes de Montevideo. — XXXII. Felices operaciones de Rivera. — XXXIII.
Las depredaciones de Rivera y el interés que en ellas tenían el gobierno de Mon-
tevideo y los ministros interventores. — XXXIV. Forma en que se manejan con
Rivera para la remisión de ganado, cueros y demás frutos. — XXXV. El sistema de
Rivera y las exigencias de los interesados.
CAPÍTULO LIV
LA MISIÓN HOOD Y LA GUERRA
(1846)
I. Motivos que inclinan a Gran Bretaña a un acomodamiento con la Confederación
Argentina. — II. Interpelación de lord Palmerston sobre el estado de relaciones con el
Plata. — III. Sir Robert Peel elude la discusión. — IV. Lord John Eussell la coloca en
los verdaderos términos. •— V. Ostensible adhesión de Francia a la política de paz; la
misión Hood. — VI. Bases de pacificación que a nombre de Inglaterra y Francia
propone el comisionado Hood al gobierno argentino. — VIL El gobierno de
Montevideo pide explicación a los interventores acerca de esta misión; declaraciones
que anticipa de acuerdo con éstos. — VIII. Diplomacia guerrera de los interventores.
— IX. El ministro Magariños le transmite a Rivera la mira de los interventores. — X.
La negociación Hood-Arana; Rozas ordena suspender las hostilidades contra los
aliados. — XI. Consentido que el bloqueo será levantado, el gobierno argentino
acepta las bases de pacificación; Mr. Hood da por terminado el arreglo con el
gobierno argentino. — XII. Trabas que ponen los interventores para que el
comisionado se comunique con Oribe. — XIII. El gobierno de Oribe acepta las bases
bajo el mismo concepto que el argentino; el comisionado entrega ambas aceptaciones
a los interventores para que terminen la pacificación — XIV. Medios que emplean
éstos para frustrarla. — XV. El gobierno de Montevideo hace publicar las bases antes
de aceptarlas: reticencias con que acepta unas y rechaza otras. — XVI. Insistencia
calculada con que se atribuye facultades de gobierno de la República Oriental;
hechos notorios que lo colocan cuando menos a la par del que ejerce Oribe. — XVII.
Forma en que los interventores admiten la aceptación de ambos gobiernos. —
XVIII. Los interventores se niegan a proceder a la pacificación porque el gobierno
argentino ha modificado la base relativa al bloqueo; el comisionado Hood invoca
el texto de las instrucciones que admite esta modificación. — XIX. El barón
Deffaudis insiste en referirlo a su soberano; el verdadero motivo de la resistencia del
barón Deffaudis. — XX. El comisionado Hood pide al gobierno argentino que vuelva
sobre lo pactado. — XXI. Motivos que éste da para preferir que la cuestión se refiere
a los gabinetes de París y Londres. — XXII. Explicación que pide el mismo sobre la
permanencia de las escuadras aliadas en el Paraná. — XXIII. El comisionado
Hood se dirige nuevamente a los interventores; éstos le declaran que él ha terminado
su misión y lo embarcan precipitadamente. — XXIV. Triunfo moral de los ministros
Ouseley y Deffaudis; actitud de Rivera durante la pacificación. — XXV. Cómo el
gobierno de Montevideo aprovecha ese triunfo para frustrar la pacificación. —
XXVI. Cómo se refleja esta política de guerra en la prensa de los emigrados
argentinos. — XXVII. Fuerzas de la Confederación para resistir las agresiones de
los aliados. — XXVIII. Decisivos esfuerzos de los interventores para que Rivera
obtenga ciertas ventajas; puntos que éste ocupa. — XXIX. El gobierno de
Montevideo intenta nuevamente de Urquiza que se subleve segregando Entre
Ríos y Corrientes; Urquiza remite a Rozas los anteceden tes. — XXX. Los
buques aliados bombardean Paysandú; Rivera entra a saco en la plaza. — XXXI.
Operaciones del general Ignacio Oribe; Gómez retoma el Salto; la vanguardia de
aquél retoma Mercedes. — XXXII. Derrota de Rivera en Sierra de las Animas;
Gómez retoma Paysandú; Moreno es rechazado en la Colonia. — XXXIII.
Derrota de los franco-rriveristas en Spriano: botín que éstos hacen; decreto con -
siguiente de Oribe. — XXXIV. Rivera, desalojado de la isla del Vizcaíno, se
encierra en Maldonado; últimas operaciones de los aliados en territorio oriental.
— XXXV. Expectativa a principios del año de 1847.
CAPÍTULO LV
ROZAS Y EL BRASIL
(1846 -1847)
I. Llegada de los plenipotenciarios para reanudar la negociación Hood. — II. Boceto del
conde Walewski. — III. Boceto de lord Howden. — IV. Espíritu de los gabinetes de París y
Londres. — V. Los plenipotenciarios le declaran al gobierno argentino que su misión es
ajustar la ejecución de las bases Hood. —VI. Proyecto de convención que remiten:
trascendencia de las variaciones que introducen. — VII. 'El ministro Arana les remite un
proyecto igual a las aceptadas bases Hood y un memorándum explicativo. — VIII. Variación
que hace notar el memorándum respecto de quién ejerce autoridad legal en la República
Oriental y acerca de lo cual se pronuncian los plenipotenciarios; principio que esto sentaría.
— IX. Agregado al objeto de la convención de asegurar al Estado Oriental en su
independencia; derecho de intervención erigido en principio. — X. Del rol del gobierno
argentino en la guerra en el Estado Oriental. — XI. Del desarme de los extranjeros en
Montevideo; supresión del saludo a la bandera argentina. — XII. De la navegación del
Paraná y del Uruguay- desconocimiento de los derechos de la Confederación. — XIII.
Derecho implícito para interrumpir el de la Confederación a hacer la guerra. — XIV. De las
incumbencias respectivas de los gobiernos aliados; la amnistía general y amplia. — XV.
Supresión de la cláusula sobre el retiro de los plenipotenciarios si el gobierno de
Montevideo rehusaba desarmar los extranjeros; nulificación implícita de la convención. —
XVI. Contestación de los plenipotenciarios: contraste entre las declaraciones y las exi-
gencias de los mismos. — XVII. Lo que el gobierno de Rozas habría sentado admitiendo las
nuevas proposiciones de los plenipotenciarios. — XVIII. Arreglo confidencial que presenta
el conde Walewski.—XIX. Acuerdo respecto del objeto de la convención; actitud de lord
Howden.—XX. Emulación entre ambos plenipotenciarios, derivada del espíritu de sus
gobiernos respectivos. — XXI. Esfuerzos del conde Walewski y del doctor Várela para
doblar a lord Howden. — XXII. Relaciones del conde Walewski con los emigrados unitarios;
su reserva repulsiva respecto de la sociedad de Buenos Aires, y su ojeriza contra el gobierno
de Rozas. — XXIII. Cómo lord Howden cultiva la alta sociedad de Buenos Aires: cómo se
familiariza con las costumbres del país. — XXIV. Su afición al caballo; su excursión a Santos
Lugares. — XXV. No'ticia sobre este campamento militar.— XXVI. Recibimiento que se le
hace allí al ministro británico; brindis de éste y del ministro Arana. — XXVII. Sorpresa que
recibe lord Howden en su visita a Santos Lugares; ecos de El Comercio del Plata. — XXVIII.
Cómo medra el conde Walewski para que lord Howden coadyuve a sus miras. — XXIX. Lo
que quería Walewski; entrega de la pretendida devolución de las banderas tomadas a los
ingleses. ---XXX. Dificultades que promueven los plenipotenciarios sobre el título que se
ciaría a Qribe en la convención; fórmula que presenta el ministro Arana; declaración y
agregado que proponen aquéllos. — XXXI. El ministro Arana se niega a admitirla. —
XXXII. La cláusula sobre navegación de los ríos interiores; los plenipotenciarios insisten en
hacer predominar sus ideas. —. XXXIII. Los plenipotenciarios proponen discutir por la vía
diplomática los derechos de la Confederación a los ríos interiores. — XXXIV. Nueva
forma que dan a esta misma proposición; digna respuesta del ministro Arana. — XXXV.
Ruptura de -la negociación. — XXXVI. Resolución de lord Howden ante sus instrucciones.
---XXXVII. Armisticio que celebran los plenipotenciarios con Oribe.— XXXVIII. El
gobierno de Montevideo lo rechaza. — XXXIX. Motivos notorios de este rechazo. — XL.
Motivo que aduce el plenipotenciario británico para levantar el bloqueo por parte de Gran
Bretaña. — XLI. El ministro británico solicita y obtiene de Oribe una amnistía para el
caso en que se apodere de Montevideo.
CAPÍTULO LVII
RUPTURA DE HECHO DE LA INTERVENCIÓN
(1847 -1848)
CAPÍTULO LIX
EL GOBIERNO SUPREMO
(1848)
I. Apogeo del poder de Bozas después de la batalla de Ven ces. — II. Regreso de los
emigrados. — III. Aspecto general del país en el año de 1848. — IV. Similitudes
sociológicas entre el gobierno de Rozas y los de César, Carlos V e Isabel de Inglaterra. —
V. Palermo; lo que era Palermo. —VI. Trabajos que Rozas emprende allí; Palermo cuatro
años después. — VII. La casa de Palermo. — VIII. Las dependencias del establecimiento.
— IX. Las peonadas de Palermo: distribución del trabajo y método del establecimiento. —
X. La vida de Rozas en Palermo. — XI. Palermo, paseo público. — XII. Rozas, absorbido
por la tarea gubernativa. — XIII. Cómo se identifica con el gobierno. — XIV.
Consecuencia de esta concepción del personalismo. — XV. Cómo se inicia su decadencia
intelectual. — XVI. Sus relaciones con los oficiales de su secretaría. — XVII.
Ceremonial en las conferencias semioficiales. — XVIII. Arrebatos que le sobrevienen.
— XIX. Su manifiesto fastidio por los honores que le dispensan. — XX. Rozas en la
intimidad de su casa; el general Soler. — XXI. Don Adolfo Mansilla; el doctor Lepper. —
XXIL Una dama y el doctor Vélez Sársfield. — XXIII. Sombras del apogeo; la mina
para hacer volar la casa de Rozas. — XXIV. Ecos de £1 Comercio del Plata y de La
Gaceta Mercantil. — XXV. Actitud respectiva de la prensa del Plata; programa limitado y
conservador de la de Buenos Aires; descrédito en que había caído la de Montevideo. —
XXVI. Situación angustiosa de Montevideo: el gobierno declara imposible su existencia y
la de esa plaza. — XXVII. Atentados contra la propiedad y la vida: imposibilidad de
reprimirlos. — XXVIII. El asesinato sensacional del doctor Várela. ---XXIX. Cómo se
conceptúa este asesinato en el Cerrito. — XXX. Eco del British Packet; imputación de
El Conservador. — XXXI. Ecos de La Gaceta Mercantil. — XXXII. Ecos de la prensa del
Brasil; la imputación; el asesinato a la luz de los hechos. — XXXIII. Dificultad para
encontrar la verdad a través de estos ecos; Moreira. — XXXIV. Lo que Moreira le dijo a
Cabrera haber visto en su casa; ¿Oribe le ordenó a Cabrera que matase a Várela?;
deposición de Blanes; extravío del proceso de Cabrera; notable declara ción del doctor
Juan Carlos Gómez, miembro del jury que juzgó a Cabrera; circunstancias que
impiden afirmar con conciencia que Oribe le ordenó a Cabrera ese asesinato; necesidad
de que ese proceso apareciera para execrar una vez más el asesinato político. — XXXV.
Corno se entendió entonces la solidaridad respecto de las inmunidades y garantías de la
palabra escrita.
CAPÍTULO LX
LA MISIÓN GORE-GROS. - EL GOBIERNO SUPREMO
(1848)
CAPÍTULO LXII
LAS CONVENCIONES CON GRAN BRETAÑA Y FRANCIA
(1848 -1849)
I. Últimos arreglos entre los aliados. — II. El Imperio del Brasil como entidad dominante
en la coalición. — III. El general Rivera reclama un puesto en la coalición; esfuer zos
infructuosos en este sentido. — IV. Dislocación del ejército de Oribe; pronunciamiento
de Garzón; éste pasa el Uruguay con Urquiza.— V. El gobierno de Montevideo denuncia
el armisticio de 1849 y comienza las hostilidades. — VI. Situación definida de Oribe;
misión d^l coronel Ramos ante Rozas; los jefes argentinos se dirigen a un buque británico
y pasan a Buenos Aires. — VII. Capitulación de Oribe; declaraciones que justifican su
conducta. — VIII. Fin de la carrera pública de Oribe. — IX. Ajuste entre los coaligados
para cumplir los objetos del tratado de 29 de marzo. X. Estipulación sobre la formación
del ejército aliado y su entretenimiento. — XI. El tratado de 1843 y el de 1851; dónde
aparece la razón por la cual Rozas no quiso ratificar aquél. — XII. Hechos
trascendentales que el Imperio le hizo suscribir a Urquiza por el tratado de 1851. — XIII.
Situación ventajosa que esta alianza creaba para el Imperio; prevenciones y temores del
Imperio. — XIV. Interposición del ministro de S. M. B. ante el gobierno del Brasil. — XV.
Comunicaciones confidenciales de dicho ministro al ministro Arana. — XVI. Cuándo
cambia de actitud el gobierno imperial respecto del ministro de S. M. B.; lo que el
ministro Paulino pensaba de Rozas, según el ministro Southern. — XVII. Combate con
los imperiales en el río Paraná; cómo lo aprecian la prensa de Montevideo y la de
Buenos Aires. — XVIII. El Imperio abultando las dificultades. — XIX. Recursos que le
proporcionaba a Rozas la próspera situación financiera de Buenos Aires. — XX.
Fisonomía de la situación política; la desorganización y el miraje. — XXI. El momento
psicológico de Rozas. — XXII. Incuria del general Pacheco. — XXIII. Pacheco y Lagos;
las fuerzas de Santos Lugares. — XXIV. Sublevación del número 2 en el Rosario. —
XXV. Inútiles esfuerzos de Echagüe para que Rozas lo refuerce en Santa Fe. — XXVI.
Urquiza pasó el río Paraná sin encontrar resistencia. — XXVII. Urquiza ocupa Santa
Fe y Echagüe se retira a Buenos Aires.— XXVIII. Espíritu de las fuerzas de Buenos
Aires que Urquiza agregó a sus filas. — XXIX. Sublevación del regimiento Aquino: los
soldados se presentan todos en Santos Lugares. — XXX. Desaliento de los jefes de Rozas
ante la idiosincrasia de éste. — XXXI. Actitud del general Pacheco respecto de las fuerzas
del Norte. — XXXII. Lagos enfrente de Pacheco. — XXXIII. El coronel Sosa;
distribución de las fuerzas del norte. — XXXIV. Lagos, comandante en jefe del norte;
primeros movimientos de la vanguardia de Buenos Aires. — XXXV. Lagos avanza a
cubrir la línea del arroyo del Medio; Pacheco desaprueba este plan y le ordena se
repliegue sobre el cuartel general. — XXXVI. Motivos que abonaban el plan de Lagos.—
XXXVII. Urquiza ocupa los puntos que Lagos quiso ocupar. — XXXVIII. Lagos sor-
prende las partidas de la vanguardia aliada, y se le pasan algunas fuerzas de Urquiza.
CAPÍTULO LXVII
CAMPAÑA DE CASEROS
(1852)
I. — Palermo, centro de la política; los unitarios y los federales. — II. Lo que importaba
la exigencia de los primeros; el hecho consumado de la Confederación Argentina que sos-
tenían los segundos. — III. Urquiza se decide por el hecho consumado; el acuerdo de San
Nicolás. — IV. El grueso del partido unitario rechaza el acuerdo en Buenos Aires. — V.
El congreso del Paraná' sanciona la Constitución federal. VI. Los emigrados unitarios
sancionan la Constitución provincial de 1854. —VIL La convención nacional de Santa Fe;
cómo queda sancionado en los tiempos el hecho consumado de la Confederación
Argentina.