You are on page 1of 7

Duelo congelado o retardado.

Se le conoce también como duelo inhibido o


pospuesto. Se presenta en personas que, en las fases iniciales del duelo no
dan signos de afectación o dolor por el fallecimiento de su ser querido. Se
instaura en el deudo una especie de prolongación del embotamiento afectivo,
con la dificultad para la expresión de emociones. En el duelo congelado, a los
deudos les cuesta reaccionar a la pérdida.

Percibir como presentes a los seres queridos que físicamente se han marchado, o considerarlos
ausentes cuando están físicamente presentes, puede hacer que las personas se sientan
impotentes, y, por eso, mas propensos a la depresión, la ansiedad y los conflictos en las relaciones.

5. Duelo retardado

Es similar al duelo normal, con la diferencia a que su inicio se da al cabo de un tiempo. Suele ser
parte del duelo ausente, y también recibe el nombre de duelo congelado. Suele aparecer en
personas que controlan sus emociones en exceso y se muestran aparentemente fuertes. Por ejemplo,
una persona que tiene hijos y debe mostrarse entera.
El duelo retardado suele darse cuando la persona que lo sufre, en un primer momento, debe hacerse
cargo de muchas cosas que requieren su atención inmediata, como por ejemplo el cuidado de
una familia.

Es, por lo general, un efecto del duelo ausente. Aunque en un principio


la persona pretenda ignorar su dolor, pasado un tiempo emerge con
gran fuerza y quizás en el momento menos esperado. A veces pueden
transcurrir incluso varios años antes de que se inicie el duelo.
También se da el caso de que una persona no puede experimentar el
duelo en el momento en que se produce la pérdida, debido a
condiciones especiales, como un compromiso laboral demasiado exigente
o una situación familiar apremiante.

Duelo crónico, patológico o complicado

Duelo crónico. El deudo se queda como pegado en el dolor, pudiéndolo


arrastrar durante años, unido muchas veces a un fuerte sentimiento de
desesperación. La persona es incapaz de rehacer su vida, se muestra
absorbida por constantes recuerdos y toda su vida gira en torno a la persona
fallecida, considerando como una ofensa hacia el difunto restablecer cierta
normalidad
El duelo crónico también es una clase de duelo sin resolver, que no remite con el paso del tiempo
y que dura durante años. También se denomina duelo patológico o duelo complicado.
El duelo patológico puede darse cuando la persona es incapaz de dejar de revivir de forma detallada
y vívida los sucesos relacionados con la muerte, y todo lo que le ocurre le recuerda esa experiencia.

Para poder considerar un duelo como posible patológico, deberíamos tener en cuenta
los siguientes criterios26:

• Falta de respuesta o respuesta débil durante las semanas que siguen a la pérdida.
Prolongación del embotamiento afectivo.

• Tras las primeras semanas persisten emociones muy intensas de rabia,


resentimiento, tristeza o culpa.

• El deudo no puede hablar durante la entrevista del fallecido sin experimentar un


intenso dolor.

• La persona que ha sufrido la pérdida no quiere desprenderse de ninguna pertenencia


material que pertenecía al difunto, o, por el contrario, se deshace precipitadamente de
todos los objetos (evitación fóbica).

• Cuando algún acontecimiento relativamente poco importante desencadena una


intensa reacción emocional.

• El deudo no hace la menor referencia a la pérdida, evitando cualquier circunstancia


que pudiera recordarle.

• El doliente ha desarrollado síntomas físicos como los que experimentaba el fallecido


antes de la muerte, incluso imita a éste en gestos, conductas, etc.

• El deudo realiza cambios radicales en su estilo de vida después de la muerte de su


ser querido.

• Miedo desmesurado a la enfermedad y a la muerte, hipocondría, consultas


frecuentes al médico.

• Impulsos destructivos y autodestructivos con abuso del tabaco, alcohol. En su grado


extremo puede llevar a realizar intentos de suicidio.

• Si tras el primer año desde que falleció el ser querido, no hay ningún signo de
recuperación.

• Cuando a los 2 ó 3 años de la pérdida no hay una clara evolución satisfactoria.

• Si la persona presenta una larga historia de depresión subclínica, marcada por la


culpa persistente y baja autoestima.
El duelo crónico se presenta cuando una persona no logra superar la
pérdida de un ser querido. De uno u otro modo se resiste a aceptar lo
ocurrido y se enfoca obsesivamente en mantener vivo el recuerdo de ese
alguien que ya no está. Termina paralizando su vida y manteniendo
constantemente una postura de dolor.
Las personas con tendencias depresivas son más propensas a
instalarse en este tipo de duelo, que también se convierte en una forma
de vida. Prima la ansiedad, la tristeza y la culpa, así como una sensación
de impotencia y desilusión. Este tipo de duelo demanda ayuda profesional.

Criterios para el diagnóstico de


F60.3 Trastorno límite de la personalidad (301.83)

Un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad,


y una notable impulsividad, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos
contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

1. esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los
comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
2. un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia
entre los extremos de idealización y devaluación.
3. alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente
inestable.
4. impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos,
sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida). Nota: No incluir los
comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5.
5. comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de
automutilación.
6. inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de
intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días)
7. sentimientos crónicos de vacío.
8. ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (p. ej., muestras frecuentes de mal
genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
9. ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves

Síntomas

Los síntomas del trastorno límite de la personalidad pueden incluir:

 Esfuerzos frenéticos para evitar ser abandonados por amigos y familiares.


 Relaciones interpersonales inestables que alternan entre la idealización - "¡Estoy
tan enamorado!" - y la devaluación - "la odio". Esto también se conoce como
"escisión".
 Autoimagen distorsionada e inestable, que afecta al estado de ánimo, valores,
opiniones, metas y relaciones.
 Conductas impulsivas que pueden tener resultados peligrosos, tales como gasto
excesivo, sexo no seguro, abuso de sustancias o conducción temeraria.
 Comportamiento suicida y automutilación.
 Períodos de intenso estado de ánimo depresivo, irritabilidad o ansiedad que duran
unas pocas horas o unos pocos días.
 Sentimientos crónicos de aburrimiento o vacío.
 Ira inapropiada, intensa o incontrolable, a menudo seguido de vergüenza y culpa.
 Síntomas disociativos: desconectarse de los pensamientos o sentimiento de
identidad, o tener sensación de estar "fuera del cuerpo", e ideación paranoide
relacionada con el estrés. Los casos graves de estrés también pueden provocar
episodios psicóticos breves.
El trastorno límite de la personalidad se caracteriza en última instancia por la agitación
emocional que provoca. Las personas con TLP sienten las emociones intensamente y
durante largos períodos de tiempo, y es más difícil para ellos volver a una base
estable después de un episodio emocionalmente intenso. Las amenazas y los intentos
de suicidio son muy comunes en personas con TLP. Actos de automutilación, como
cortarse o quemarse, también son comunes.

Causas

Las causas del trastorno límite de la personalidad no se conocen completamente,


pero los científicos coinciden en que es el resultado de una combinación de factores:

 La genética. Si bien no se ha demostrado que ningún gen específico cause


directamente el TLP, los estudios en gemelos sugieren que esta enfermedad tiene
fuertes vínculos hereditarios. El TLP es aproximadamente cinco veces más común
entre las personas que tienen un familiar de primer grado con el trastorno.
 Los factores ambientales. Las personas que experimentan acontecimientos
traumáticos en su vida, tales como abuso físico o sexual durante la infancia o
negligencia y separación de los padres, tienen mayor riesgo de desarrollar TLP.
 La función del cerebro. La forma en la que funciona el cerebro es a menudo
diferente en las personas con TLP, lo que sugiere que existe una base neurológica
para algunos de los síntomas. Específicamente, las porciones del cerebro que
controlan las emociones y la toma de decisiones / juicio pueden no comunicarse
bien entre sí.
Diagnóstico

No existe ninguna prueba médica para diagnosticar el TLP, y un diagnóstico no se


basa en un síntoma. El TLP debe ser diagnosticado por un profesional de la salud
mental tras una entrevista psiquiátrica minuciosa, puede incluir hablar con
profesionales previos, evaluaciones médicas y, cuando sea apropiado, entrevistas con
amigos y familiares. Para llegar al diagnosticado del TLP se deben cumplir al menos 5
de los 9 síntomas indicados anteriormente
García-García, J. A., Landa, V., Trigueros, M. C., & Gaminde, I.
(2001). Inventario de Experiencias de Duelo (IED): adaptación al castellano,
fiabilidad y validez. Atención Primaria, 27(2), 86-93.

García-García, J. A., Landa, V., Trigueros, M. C., & Gaminde, I.


(2005). Inventario Texas Revisado de Duelo (ITRD): adaptación al castellano,
fiabilidad y validez. Atención Primaria, 35(7), 353-358
https://psiquiatria.com/depresion/es-posible-medir-el-duelo-adaptacion-al-castellano-y-
validacion-del-inventario-de-experiencias-en-duelo-ied-y-del-inventario-texas-revisado-de-duelo-
itrd/

You might also like