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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

RECTORADO
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
CENTRO LOCAL METROPOLITANO

RESUMEN ANALITICO

POLÍTICA PÚBLICA DE SEGURIDAD CIUDADANA.

Alumno: Albis Arroyo.


C.I: V-18.736.385
Curso: Especialización En Derechos
Humanos.
Unidad Curricular:
Derechos Civiles Y Políticos.

Caracas, Marzo 2018


INTRODUCCIÓN

Los derechos humanos parece ser unos de los aspectos más vulnerables
en cuanto al hombre y su vida en sociedad. Aun cuando exista una amplia gama
de instrumentos que han sido desarrollados para procurar una efectiva protección
y garantía por parte de los Estado, pareciera que cada aspecto puede incidir de
forma negativa, mientras por una lado se dan largas luchas para generar un
desarrollo de los derechos humanos, por otra parte cualquier actuación puede
significar una grave afectación de dichos derechos. En el presente trabajo
pretendemos abordar las políticas públicas, más concretamente las que tiene que
ver con la seguridad ciudadana, es así como nos paseamos por describir las
políticas en materia de seguridad ciudadana, para luego abordar el tema desde el
enfoque de la comisión interamericana de derechos humanos, para luego
centrarnos en el caso venezolano, donde mencionamos la gran variedad de
planes implementados, y además se analiza la política pública que se inicia con la
denominada gran misión a toda vida Venezuela. Finalmente analizamos la política
pública en materia de seguridad ciudadana en el marco de los derechos humanos.
En el marco del presente trabajo investigativo, hemos decidido abordar la
política pública en materia de seguridad ciudadana implementada por el gobierno
venezolano. Al respecto podemos decir que por política pública de seguridad se
suele entender, partiendo de las consideración de Gabaldon (2008), como
aquellas actividades planificadas, dirigidas o coordinadas por el Estado para
identificar la problemática delictiva y para adoptar medidas tendentes a minimizar
los efectos de la criminalidad. De esta consideración vale la pena destacar que el
autor se refiere a aquellas medidas que toma el Estado para identificar el
problema delictivo y minimizar sus efectos de criminalidad, esto último nos lleva a
destacar que uno de las principales fines del Estado, y que le aportan una cualidad
de gobernabilidad democrática es garantizar la seguridad ciudadana, entendida
esta como la condición personal, objetiva y subjetiva, de encontrarse libre de
violencia, amenaza, o despojo intencional por parte de otros. Al mencionar la
seguridad ciudadana debemos indicar que este concepto implica el desarrollo de
una acción conjunta entre los mecanismos empleados por el Estado en esta
materia y la cooperación de la ciudadanía, es decir, la interacción constructiva
entre sociedad civil y Estado, la cual es necesaria para la existencia de políticas
públicas efectivas.

Es así como, es aceptado que el Estado debe crear las condiciones


efectivas para garantizar a los ciudadanos la protección frente a potenciales
situaciones que pudieran poner en riesgo su integridad física y patrimonial, para lo
cual es Estado recurre a la planificación y ejecución de políticas concretas
destinadas a la garantía de los derechos ciudadanos y por ende, de la convivencia
pacífica. Para lo cual las políticas públicas deben estar encaminadas a acercar la
situación real a la situación ideal, apuntando hacia la eliminación de las amenazas
de seguridad o hacia la protección de la población ante esas amenazas.
En el marco del derecho internacional regional la Comisión Interamericana
de derechos humanos a dicho sobre seguridad ciudadana y derechos humanos
que la inseguridad generada por la criminalidad y la violencia en las Américas
constituye un grave problema donde está en juego la vigencia de los derechos
humanos. Con lo cual se considera como fundamental evaluar desde la visión del
respeto y garantía de los derechos humanos, a las políticas públicas adoptadas
por los Estados en materia de seguridad ciudadana. Siendo así, para la
elaboración, diseño e implementación de una política sobre seguridad ciudadana
deben considerarse los estándares de los derechos humanos, y esta
consideración sirve para establecer una guía y de igual forma un límite a la
intervención del Estado, esta intervención se refiere a las consideración que el
Estado puede establecer sobre relajar ciertos derechos y garantías como pretexto
de poder implementar una política pública de seguridad. Mal puede por ejemplo
admitirse una política de seguridad que pretenda proteger la vida, cuando para
procurar tal fin, el estado vulnera tal derecho en el marco de la implementación de
dicha política pública.

Nos parece de gran importancia resaltar la consideración que hace la


Comisión Interamericana de derechos humanos sobre el diseño, implementación y
evaluación de las políticas sobre seguridad ciudadana al establecer que tales
procesos deben estar supeditado a los principios internacionales de derechos
humanos de participación, rendición de cuentas, y no-discriminación. De igual
forma nos parece de suprema importancia destacar lo que dice la comisión
respecto a la necesidad de políticas públicas sustentables, puesto que cualquier
clase de política pública sobre seguridad ciudadana requiere, para ser
verdaderamente eficaz, sostenerse en fuertes consensos políticos y amplios
acuerdos sociales, aspecto que es también central para el fortalecimiento de la
gobernabilidad democrática. Ya que por su naturaleza, requieren tiempos de
ejecución en el mediano y largo plazo.
Ahora bien, a nivel del Estado venezolano, la Constitución De La República
Bolivariana De Venezuela en su artículo 55 consagra que “toda persona tiene
derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad
ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza,
vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades,
el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes”. De este mismo
artículo en su segundo parágrafo se establece “la participación de los ciudadanos
y ciudadanas en los programas destinados a la prevención, seguridad ciudadana”.
Y finalmente la obligación para los cuerpos de seguridad del Estado de respetar
en sus actuaciones la dignidad y los derechos humanos. Lo último responde a que
son estos cuerpos uno de los brazos fundamentales llamados a materializar las
acciones de los planes de seguridad ciudadana, con lo cual el Estado obliga a que
sus actuaciones están ajustada al respeto de los derechos fundamentales del
hombre.

Desde la promulgación de la Constitución de 1999, es amplio el abanico de


planes en materia de seguridad ciudadana que se han implementado, estos
orientados a materializar el derecho consagrado en el mencionado artículo 55
constitucional, es así como podemos destacar los más mediatizados, siendo
estos; el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana (1999), Plan Bratton (2000), Plan
Estratégico de Prevención de la Violencia (2001), Plan Confianza (2001), Plan
Nacional de Control de Armas (2002), Plan Piloto de Seguridad (2003), Plan
Estratégico Nacional de Convivencia y Seguridad Ciudadana (2006), Plan Caracas
Segura (2008), Plan Ruta Segura (Distrito Capital) (2008), Plan Noche Segura
(2009), Madrugonazo al Hampa (2009), Plan Autopista Segura (Distrito Capital)
(2009), Dispositivo Bicentenario de Seguridad (2009), Operación Cangrejo (2009),
Guardia del Pueblo (2009), Misión A Toda Vida Venezuela (2012), Movimiento por
la Paz y por la Vida, Plan Nacional de Desarme, Patrullaje Inteligente (2014), y la
Operación Liberación al Pueblo (2015).
Esta tan variada gama de planes, donde unos son muy parecidos entre sí,
pero otros son radicalmente opuestos en cuanto a su concepción e
implementación, nos sugiere la idea de que a la hora se creación, no se ha tenido
una visión de política pública, sino que estos planes parecieran responder a
medidas improvisadas, tomadas bajo la urgencia de una coyuntura socio política
del momento, donde el Gobierno se ha visto obligado a dar algún tipo de
respuesta frente a la escalada de violencia y manifestaciones de delincuencia
organizada, que atenta de forma dramática con la sana convivencia social.

De lo descrito anteriormente, vale referirnos a que estos planes de


seguridad, si bien, son una de las medidas con las cuales se puede materializar la
política pública, no tiene que considerarse que la implementación de un plan de
seguridad por sí solo, sea la consumación de una política pública, es así como
consideramos que ninguno de estos planes, responde por si solo y de forma
autónoma a una política pública seria en materia de seguridad ciudadana.

Creemos oportuno a efectos de generar un contexto sobre dicha política


pública, aclarar algunos conceptos importantes:

La denominada gran misión “¡a toda vida! Venezuela” es una política


integral de seguridad pública, con alcance nacional y especial atención a los 79
municipios con mayor incidencia delictiva. Su objetivo es transformar los factores
de carácter estructural, situacional e institucional, generadores de la violencia y el
delito, para reducirlos, aumentando la convivencia solidaria y el disfrute del
derecho a la seguridad ciudadana. Esta política se fundamenta en la articulación
entre medidas de prevención y medidas de control penal.
Sobre el enfoque de esta política pública, se establece que a diferencia de
los planes anteriormente implementados, esta política no se limita a un plan
policial u operativo militar, ni una política criminal, sino que se trata de una política
integral de seguridad ciudadana de característica interinstitucional, que va de la
mano con las demás políticas públicas de inclusión social y protagonismo social.
Es decir, que sobre esta política pública podemos entender entonces que se trata
de la efectiva implementación de una política multifactorial, que permite abordar
cada uno de los aspectos que tiene incidencia en la realidad criminal que atenta
contra la estabilidad ciudadana. No se trata entonces de abordar solo el delito,
sino que generar política dirigida a prevenir la actuación delictuosa, y de igual
forma procurar la transformación social tanto del agente infractor como de su
entorno social.

Esta política pública se basa en 6 pilares fundamentales:

➢ Prevención integral y convivencia solidaria.


➢ Fortalecimiento de los órganos de seguridad ciudadana.
➢ Transformación del sistema de justicia penal y creación de mecanismos de
alternativos de resolución de conflicto.
➢ Transformación del sistema penitenciario.
➢ Sistema nacional de atención a la víctima.
➢ Creación y socialización del conocimiento para la convivencia y la
seguridad ciudadana.

Haremos referencia a una serie de medidas inmediatas implementadas en


el marco de esta nueva política pública.

➢ Plan Nacional de Vigilancia y patrullaje en los municipios priorizados.


➢ Plan Nacional de Despliegue el Servicio de Policía Comunal.
➢ Dotación del equipamiento individual e institucional a cuerpos policiales de
los Municipios priorizados y a los cuerpos nacionales desplegados.
➢ Tecnificación comunicacional para una respuesta rápida y efectiva.
➢ Promulgación de un nuevo Código Penal y un nuevo Código Orgánico
Procesal Penal.
➢ Refundación del CICPC.
➢ Programa de fortalecimiento de la investigación, aprehensión y
procesamiento de personas responsables de homicidios y secuestros.
➢ Programa de fortalecimiento de la investigación, aprehensión y
procesamiento de personas responsables de robo y hurto de vehículos.
➢ Creación del Registro Nacional de Huellas Dactilares.
➢ Creación de un Sistema de Información Unificado de los Órganos de
Justicia Penal.
➢ Instalación de las Casas de la Justicia Penal, en cada uno de los Municipios
priorizados.
➢ Creación de Fiscalías estadales dedicadas a la investigación.
➢ Construcción de 8 nuevas edificaciones penitenciarias.
➢ Se aprueba, vía habilitante, la Ley para el control de Municiones, Armas y el
Desarme.
➢ Destrucción masiva de armas que se encuentran en las salas de evidencia.
➢ Dotación a CAVIM de un sistema que permita el Marcaje de
municiones.
➢ Plan de auditoría a las armas orgánicas.
➢ Plan de resguardo de las principales vías rápidas del país y de los
principales corredores viales, despliegue de un sistema de Video-vigilancia.
➢ Integración del Cuerpo Técnico de Vigilancia del Tránsito y Transporte
Terrestre a la PNB.
➢ Plan de reparación integral de vías rápidas.
➢ Se crea el Fondo Nacional para el Financiamiento de Proyectos
Comunitarios de Convivencia Solidaria.
➢ Plan de aumento de la Inclusión educativa de jóvenes desvinculados del
sistema educativo.
➢ Plan de aumento de la Inclusión socio-productivo para jóvenes.
➢ Creación de Escuelas Juveniles de Audio Visual, Artes Gráficas y Música.
➢ Creación de un Núcleo del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de
Venezuela.
➢ Plan de Reforzamiento de la actividad deportiva en los municipios
priorizados.
➢ Despliegue de una Campaña Nacional por la Convivencia Pacífica y
Solidaria.
➢ Creación de Centros Comunales Integrales de Resolución de Conflictos.
➢ Se crea el Sistema Nacional de Víctimas de Violencia Grave Intencional.
➢ Fondo Nacional para la Investigación en el campo de la seguridad
ciudadana.
➢ Expansión de la UNES a 6 estados del país (Portuguesa, Bolívar,
Falcón, Barinas, Nueva Esparta y Apure).

De todas las consideraciones previas podemos establecer con la intensión


de esgrimir un análisis crítico vinculando a la política pública con los derechos
humanos, que sin duda, la seguridad ciudadana es fundamental cuando hablamos
de derechos humanos. No es posible concebir un sistema social en el cual puedan
materializarse un efectivo disfrute de los derechos humanos, cuando en dicho
sistema social la seguridad de sus ciudadanos está en entredicho. Así mismo, no
puede catalogarse a un Estado como garante de los derechos humanos, cuando
este no es capaz de implementar una política pública en materia de seguridad que
permita a sus ciudadanos tener la garantía de que serán respetados sus más
elementales derechos básicos.
Necesario es entender que la finalidad del Estado es brindar a los
ciudadanos las herramienta para poder satisfacer sus necesidades básicas
siguiendo un orden, puesto que de no ser así, en la procura de satisfacer las
necesidades cada individuo recurriría a formas primitivas lo que socialmente es
considerado como una conducta contraria al deber ser social, siendo esta
conducta contraria, catalogada como delito. Ahora bien, se dan casos en los
cuales ciertos individuos, renuncian a seguir las normas impuestas por Estado
para garantizar el orden, es frente a estos individuos que van dirigidas las políticas
públicas en materia de seguridad, puesto que de no ser así, se corre el riesgo que
en las propias estructuras del Estado implosionen en una anarquía social.

Son dos los aspectos que se hacen merecedores de la atención tanto


institucional por parte del Estado, como las que tiene mayor repercusión en la
sociedad. Se trata de los actos que atentan contra la seguridad e integridad de las
personas, y las que atentan contra la propiedad. Cuando se dan situaciones en las
cuales no se puede implementar medidas que hagan mermar o que impidan el
emerger de tales actos, bien sea por la formulación de políticas públicas erradas o
por la no formulación si quiera de alguna política pública que ataque tal
problemática, el Estado de forma indirecta deja de cumplir con su obligación de
garantizar los derechos humanos. Y no se trata que deja de garantizar algunos,
sino que partiendo del principio de interconexión, podemos decir que el Estado
deja de garantizar todos los derechos, puesto que es sabido, que la violencia
social afecta el pleno disfrute de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y
culturales.

Creemos, que finalmente el Estado venezolano toma la dirección correcta


en cuanto a generar una verdadera política pública en materia de seguridad
ciudadana, según la cual se pasa de la simple e histórica implementación de un
dispositivo de seguridad con poca efectividad, a la formulación de una política que
aborda cada uno de los aspecto del delito, concebido como un hecho social, del
delincuente como un sujeto de derecho, de la sociedad como factor determinante
en el moldeo de conductas, en la familia como núcleo fundamental de la sociedad,
en el deporte y la cultura como fuentes de prevención social.

Esta política pública, que desde un abordaje integral, define que la


seguridad es una materia que debe vincular a cada estructura del Estado, así
como a cada sector de la sociedad. Que delega funciones y fundamenta una
corresponsabilidad en cuanto a la implementación de cada vértice, nos permite
como ciudadanos respirar un aire de esperanza. Pero recordando lo que
mencionamos anteriormente, una política pública requiere ser sistemática y
continua en el tiempo para garantizar su efectividad, aun nos toca esperar para ver
los frutos de la primera política pública en materia de seguridad que se
implementa en Venezuela.
CONCLUSIÓN

Cuando la improvisación se convierte en marco metodológico de cualquier


plan, el fracaso es un resultado predecible. En Venezuela la seguridad ciudadana
desde hace largo tiempo ha sido el terrero público que a más improvisación a
estado sujeto. El cambio constante de los funcionarios responsables de estructurar
políticas públicas y la no continuidad de aquellas medidas que pudieron dar algún
buen resultado, ha imposibilitado crear las bases de una política pública en
materia de seguridad. Hasta ahora, creemos que el mayor acercamiento a tal fin,
es esta política, en la cual, la gran mayoría de sus vértices, están en via de
implementación, pero lo que hace pensar que este camino es el correcto, es la
vinculación que se hace entre el Estado y la sociedad, estableciendo la
corresponsabilidad. Sumado a ello, el enfoque multifactorial, desde el cual se
proyecta un abordaje integran, donde se prioriza el aspecto preventivo, de igual
forma que el de transformación social de los individuos.
BIBLIOGRAFÍA.
La Seguridad Ciudadana: Producto De Una Política Pública Efectiva. Universidad
Privada Dr. Rafael Belloso Chacín. Decanato de Investigación y Postgrado.
Autores: Ibis Gil A y Pablo Emilio Hidalgo. Año: 2012.
http://virtual.urbe.edu/eventostexto/JNI/URB-159.pdf
Políticas Públicas En Materia De Prevención Del Delito. Autor: M/G Miguel
Rodríguez Torres.
http://catalogo.mp.gob.ve/minpublico/bases/marc/texto/Monografia/MP.364.
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Política De Seguridad Ciudadana En Venezuela Especial Referencia Al
Desarrollo Jurídico Penal. Capítulo Criminológico Vol. 34, Nº 3, Julio-
Septiembre 2006. Autor: Gilda Núñez.
http://pdba.georgetown.edu/Security/citizensecurity/Venezuela/polsegciudad
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Gran Misión A Toda Vida Venezuela.
http://static.eluniversal.com/2012/06/20/misiontodavida.pdf
Seguridad Ciudadana y Políticas Públicas en Venezuela. Serie Dialogo Político.
Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales. Año: 2008. Autor:
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http://library.fes.de/pdf-files/bueros/caracas/05569.pdf
Informe sobre seguridad ciudadana y derechos humanos. Comisión
Interamericana de Derechos Humanos. Organización de Estados
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http://www.cidh.org/countryrep/seguridad/seguridadiv.sp.htm

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