You are on page 1of 16

Apuntes 26 Primer Semestre 1990 77

GUAMAN POMA DE AYALA Y LA LOGICA ANDINA


DE LA CONCILIACION

Juan Dejo

RESUMEN ABSTRACT

La Colonia inaugura en el Perú una era de inco- At the beginning of Peruvian colonial period,
municación e incomprensión entre los sectores dominan- the time of misunderstanding among the Spaniards and
tes (españoles) y la población indígena. Sin caer en la the Andean population was opened. The author, far from
perspectiva de análisis antagonizante, el autor señala algu- conflictively perspective of analysis, shows some signs of
nos de los rasgos más saltantes de la visión de la política the political thought of the Andean people at these time.
existente entre la población andina en aquellos tiempos. Guarnan Poma de Ayala, in the seventienth century is one
El estudio de la Nueva Coránica y Buen Gobierno, del of the most smart chronists in the Andean world. His
cronista Guarnan Poma de Ayala, uno de los más astutos Chronicle, the Nueva Coronica y Buen Gobierno starts the
informantes andinos, nos permite observar los orígenes de political thought in the Andean mentality, with the mes-
un discurso político en el que está presente el interés por sage of the conciliation between the two worlds, "la
la conciliación y la armonía, sin por ello obviar la validez república de españoles y la república de indios".
cultural de una identidad andina.

Los planteamientos en torno al fe- cional" que se podía ceñir bajo los criterios
nómeno de la conquista y la interacción de una dualidad que tomaba en cuenta "lo
cultural inaugurada a partir de ella, deben sagrado" y "lo profano", en términos de
comenzar a reformularse alrededor de algo Eliade (de quien se hace necesaria una re-
que tenemos muy cerca hoy en día: el cho- lectura).
que —encuentro y desencuentro— entre dos Con el transcurso del tiempo, nos
lógicas distintas. Claro está, durante los hemos podido dar cuenta de que el hombre
años pasados, los etnohistoriadores, habla- andino no era tan mecánico. Su lógica,
ron mucho sobre las "cosmovisiones" como muy peculiar, era la que cimentaba su mun-
entidades muy concretas del pensamiento do. Si se quiere buscar la comprobación
- a n d i n o sobre todo— obviando algo que —tarea ardua, por cierto—, podemos cons-
parecía muy evidente y que en realidad era tatar un extenso campo por explorar con el
el sustento de aquel concepto: la lógica apoyo de estudios de perspectiva interdis-
andina. En esos momentos, los análisis ciplinaria. No sólo los archivos —tan ricos
insistieron en la "visión cíclica" de la histo- en nuestro país son fuente de los histo-
ria andina; los estructuralistas exageraron el riadores. Nuestra realidad es demasiado
asunto de las categorías numéricas. En rica para circunscribirnos únicamente a la
buena cuenta, era el resultado del descubri- labor de archivo. Lo andino no sólo está
miento de un pensamiento de tipo "tradi- testimoniado en el papel. Vive en cada
78 ARTICULOS

paso de nuestras ciudades, en cada esquina, distintas aunque destinadas por necesidad a
en cada graffitti y discurso callejero de las unirse. Los rituales andinos, la siembra, la
plazas limeñas, que cada vez se parecen más organización espacial (hanan-urin), etc.: la
a las plazas públicas que tanto admiró noción del yanantin era algo vital; una re-
Bajtin 1 presentación vivida de las fuerzas disyunti-
María Rostworowski ya lo señaló vas-conjuntivas. No había una sola cara en
sintéticamente así como Tristan Platt lo la realidad. Esa creyó traerla la cultura ofi-
indicó desde una perspectiva antropológica: cial hispano-occidental luego de la con-
en el mundo andino existe una inicial per- quista 2 .
cepción de la realidad como una comple- De todo esto queremos quedarnos
mentación de elementos opuestos que, arbitrariamente con una sola idea que nos
guardando sus identidades particulares, se servirá para el análisis posterior: el pobla-
complementan. Lógica de los espejos, lógi- dor andino según esta lógica escuetamente
ca del yanantin, como quiera que se le lla- reseñada, tenía-una gran capacidad asimila- „
me, tanto en la religión andina (el panteón dora de otras culturas. Es decir, la base de
de divinidades); o en la política (sistemas su lógica permitía la conciliación con aque-
"duales") como en la iconografía se mani- llos elementos virtualmente opuestos (o
fiesta esta concepción del poblador andino desconocidos) que les parecían gratos —por
de un cosmos dual. ejemplo, a su estética—. Pero eso sí, no po-
Como las dos caras de una misma dían concebir algo que escapara a los már-
moneda, el hombre andino concebía su genes de esta "lógica de la conciliación", el
cosmos como la coexistencia paralela de problema vendría al encuentro de una cul-
realidades opuestas, pero complementarias. tura que, autoritariamente, fuese contraria
Así. el caos y el cosmos formaban un to- a la complementación de opuestos. Tal fue
do: el mundo de arriba y el de abajo (lo el caso de la cristiano-occidental: ésta con-
hanan y lo urin)\ el pasado y el futuro, en sideró que su verdad era la única. Los an-
principio opuestos, se complementaban. dinos no podían entender algo así; es decir,
Su visión cíclica de la realidad permitía que una "lógica intolerante". En buena cuenta,
lo pasado pudiera retornar. Es lógico supo- los límites de la lógica andina estaban en no
ner, desde esa perspectiva, que en su cos- poder admitir la intolerancia 3 . En un prin-
movisión, las oposiciones eran relativas y se cipio, creyeron que los españoles maneja-
tendía, más bien, a complementarlas. Por ban criterios tan permeables como los su-
ello hablamos de una "lógica de la concilia- yos y cuando se dieron cuenta que eran ab-
solutamente contrarios a ellos, era demasia-
ción", que más que un término riguroso,
do tarde: los conquistadores comenzaban a
pretende ser didáctico. Dicha lógica, sería
derribar toda subsistencia de aquella "hete-
"ilógica" para los que pensamos bajo cate-
rodoxia" andina no grata a su autoritaria
gorías occidentales.
verdad.
Este engranaje de fuerzas opuestas
es asumido por el poblador andino como El poblador andino se ve sumido así
base de su vida cotidiana, hasta en mecanis- en la incomprensión de la realidad que se le
mos tan concretos como la reciprocidad. conmina a aceptar La verdad a la cual se
Lo cierto es que en el mundo andino, la re- tiene que adscribir tiene una sola cara, una
ciprocidad prestación de fuerza de traba- sola posibilidad Es totalitaria y autorita-
jo en forma retributiva y consensual entre ria. Los andinos, "no se explican" que está
los pobladores de las diversas sociedades an- sucediendo. La imposición de la religión
dinas representaba en la práctica esta per- cristiana, fundada en torno a la idea del
cepción de la complementación de fuerzas "Dios único" es "absurda" Asi. el Manual
J u a n D e j o : G u a r n a n P o m a de A y a l a y la lógica a n d i n a de la c o n c i l i a c i ó n 79

de Confesión de Diego Torres (1 584) señala Guarnan Poma de Ayala: la resistencia de


como los "errores" en la comprensión andi- una lógica
na de la fe cristiana. Uno de sus ítems se-
ñala que los indígenas observaban Durante las últimas décadas, el estu-
dio de lo andino bajo el régimen colonial se
enfocó desde la perspectiva de los "venci-
"5. Que como los christianos tienen ymá- dos" luego de aplicar a la realidad peruana,
genes y las adoran, assi se puede adorar
los términos con los que trabajara inicial-
a las huacas (Idolos, piedras que ellos tie-
nen). Y que las ymágenes son los Idolos
mente el historiador mexicano León Porti-
de los christianos (. . .) lla. El discurso tuvo un efecto inmediato y
8. Que bien pueden adorar a lesu Christo una aceptación casi total en las corrientes
nuestro Señor y al demonio juntamente, historiográficas que se autoproclamaban de
porque se han concertado ya entrambos y avanzada. Mucho tuvo que ver la coyuntu-
están hermanados. . " 4 ra filo-socialista de aquellos años que abra-
zaba al marxismo como una de las más ap-
tas formas de analizar la realidad histórica
En síntesis: al poblador andino le peruana. "Visiones del conflicto" las han
costó mucho trabajo poder desechar la po- comenzado a llamar los historiadores con-
sibilidad de conciliar los elementos opues- trarios a esas corrientes que redescubren
tos tal y como su cultura lo hizo ancestral- para la contemporaneidad la retórica de
mente. Riva Agüero, Bartolomé Herrera o Víctor
Cristo y el demonio, eran, entonces, Andrés Belaúnde. Si bien es cierto ésta es
dos fuerzas que podían concertar y no lo una labor que ya debía haberse iniciado,
contrario. Esto nos conduce a interrogar- creemos que tampoco se debe caer en exce-
nos más de lo que se ha venido haciendo sos y deslegitimar la validez que los estu-
hasta hoy. por la concepción andina del dios de óptica marxista tuvieron en nuestro
bien y del mal, de la paz y la violencia. El medio 6 . Creo que al final de cuentas, son
folclor nos revela cosas insólitas a nuestros ellos quienes inician la etapa de madurez de
ojos occidentales: la representación del de- los estudios históricos en nuestro país 7 .
monio es ambigua y más de una vez festiva: Lo cierto es que hasta hace algunos
las máscaras altiplánicas que representan al años, lo andino colonial se limitaba a la des-
demonio no difieren mucho de sus "antagó- cripción de algunos roles periféricos antes
nicas" representaciones de los ángeles: am- que protagónicos: en todo caso, se hacía
bas sonríen festivamente. Por otro lado, mención de la "reestructuración" como si
el Wamani puede ser o un "segundo Dios la conquista hubiese liquidado un proceso
después de Jesucristo"; un "ángel menor cuyas cenizas se reformularían tiempo des-
que por haber sido malo tayta Dios les or- pués. En esta perspectiva, la continuidad
denó estar en la tierra y en los cerros" o de muchos elementos culturales y sobre
simplemente, el demonio 5 Analizar desde todo, la resistencia del poblador andino, se
la historia y la psicología social estas pers- veían minimizados. Los historiadores mar-
pectivas más complementarias que "paradó- xistas querían insistir sobre los cambios y
jicas" puede dar mucha luz acerca de una los no-marxistas en las permanencias.
mentalidad que muchos siguen consideran- Franklin Pease conciliaria: la cuestión era
do anacrónica o pre-moderna y que, pese a debatir acerca de la dialéctica del cambio
todo, subsiste. y la continuidad 8 . Resistencia consensual;
adaptación en resistencia diría años más
80 ARTICULOS

tarde Steve Stern 9 . El hombre andino tra- textual respondería, pues, a esta lógica y
tó hasta el cansancio de conciliar su lógica ello lo demuestra el dominio de la lengua
con la del Otro. Adoptó muchos elementos castellana sin obviar la importancia del
culturales foráneos porque le parecieron quechua: interactúan ambas dando solidez
pertinentes, y desechó otros por considerar- a un mensaje de muy amplia perspectiva:
los irrelevantes. Su tragedia radica en la im-
posición española de todos sus criterios: al ". . . hay una coincidencia de estructuras
en diferentes niveles de la obra. Es decir,
hombre andino, en buena medida, no le
la categoría gramatical que define el al-
quedó más que aparentar una aceptación cance de afirmación del locutor, en que-
para evitar la muerte o la violencia física: chua, superpuesto al uso del castellano
se puso la máscara. Realidad trágica, coti- por el narrador, da lugar a una expresión
dianeidad tensa: debió sobrevivir, fraguar, sinónima fraseológica y espacio-temporal
ocultar y, a veces, avergonzarse de su pro- de la identificación del narrador con el
pia cultura. Cultura que, en mucho, pudo mundo andino representado." 1 1
sobrevivir en la clandestinidad 10 .
Hoy se nos presenta indispensable Ciertamente, el armazón textual de
—prácticamente como un signo de estos la Nueva Coránica. . . debe verse, en princi-
tiempos— hurgar más a fondo en el análisis pio, como la expresión vivencial de su au-
histórico de este proceso de resistencia tor; es decir, como una muestra de "yuxta-
"invisible", rastreando en la iconografía, en posiciones, ambivalencias y contradiccio-
los documentos, en el folclor, en las cos- nes" 1 2 . Agregaríamos: expresión de un
tumbres, en la violencia de nuestros días. mundo inmerso en una tensión generada
Una de las fuentes más ricas y pobremente por la interacción de dos cosmovisiones
agotadas en nuestro medio es la Nueva Co- —en suma, de dos lógicas—, al interior de la
ránica y Buen Gobierno del cronista hua- mentalidad andina. Sobre esta compleji-
manguino Guamán Poma de Ayala (1613). dad, se alza la voz de Guamán Poma. Su
Hay mucho en ella del testimonio de esta intención es dirigirse a una audiencia múlti-
resistencia de la que venimos hablando: re- ple: al conjunto de españoles y andinos (sin
sistencia no violenta, sino, ante todo, respe- dejar de lado a los otros grupos asimilados:
tuosa y persuasiva: acorde con la "lógica de negros y mestizos). Es el Yo que denuncia,
la conciliación". Algo que sería poco en- amenaza y conmina a los diversos rostros
tendido por los europeos de aquel siglo y de su sociedad a encaminarse hacia el Buen
quizá también por nosotros, hoy en día. Gobierno13. Ante un público heterogéneo,
el discurso pretende ser integrador de esas
Don Felipe Guamán Poma de Ayala
diversas voces. Y lo hace utilizando el len-
expresa, desde su nombre mismo, esa inten-
guaje y el discurso del dominador. "Gua-
ción de acabar con los antagonismos y con-
mán Poma —observa López-Baralt— ha lle-
ciliar los dos mundos enfrentados para dar
gado a dominar el arte de maldecir al inva-
un sentido a aquella realidad que por ese
sor en su propio lenguaje" 1 4 . Agregaría-
entonces se desgajaba bajo la poco realista
mos que, más que maldecir, lo persuade, lo
acepción jurídica de "república de indios" intenta convencer. Pretende dominar su
y "república de españoles". conciencia tal y como aquél lo hizo con su
Desde esta perspectiva, es claro que historia. 1 5
Guamán Poma era un indio aculturado, si
por ello entendemos que, sin hacer tábula No podemos dejar de lado la filia-
rasa de su cultura nativa, adoptó a su vez ción que con el plano mítico guarda el dis-
todo aquel elemento de la cultura europea curso de nuestro cronista; sin embargo, no
que consideró pertinente. La construcción por este motivo debemos caer en el exceso
J u a n D e j o : G u a r n a n Poma de Ayala y la lógica a n d i n a de la conciliación 81

de creer, como üssio, que la Nueva Coráni- a los pintores en el colorir con la variedad,
ca. . . sea sólo un lejano eco de la ideología igualando los contrarios e iguales" 20 .
intelectual de occidente y que "en sus pro- Intuitivamente, Guamán Poma de
pósitos últimos lo que se advierte es una Ayala se circunscribe en toda una corriente
ideología y un pensamiento que no guarda cultural que, a partir de Maravall, concebi-
ningún parentesco con el lenguaje que ex- mos como barroca. Persuadir, deleitar: son
presa y que más bien se vincula a categorías algunas de las tantas aristas de esta cultura
míticas que tenían una larga tradición en el tan compleja que hay que profundizar en
mundo a n d i n o ' " 6 . Eso es poco menos que análisis, pues es quizá mucho más impor-
argumentar que el discurso occidental de tante en nuestro contexto histórico de lo
Guamán Poma es sólo una máscara, dejan- que los historiadores suelen pensar 2 1 .
do de lado el complejo proceso que se ini-
cia en el siglo XVI, donde lo andino se defi- ". .. porque su intento (de la historia) ni
ne justamente por su reformulación, su es deleitar ni persuadir: pero deleite con
interacción con lo occidental y, claro está, la elegancia y orden de palabras de su elo-
como señaláramos con anterioridad, por cución: y con los accidentes que contiene
"resistir adaptándose". Optar por la pre- y casos notables, y persuade a seguir el
eminencia de un solo lado nos lleva no sola- bien y apartarse del mal."22
mente a una visión conservadora (estática)
de la evolución (o revolución, como la ha No vamos a repetir aquí aspectos ya
llamado Burga 17 ) de la mentalidad andina, analizados con anterioridad por otros estu-
sino que además nos conduce a un asfixian- diosos con una eficacia que no pretende-
te etnocentrismo que tiende a dejar lo andi- mos igualar. Lo cierto es que sabemos con
no como parte de un universo inmutable, seguridad que Guamán Poma estuvo bastan-
donde existe únicamente permanencia. Co- te bien enterado de la retórica eclesiástica,
mo si se tratara de una preocupación taxi- hasta el punto de repetir en medio de sus
dérmica. argumentaciones, no sólo conceptos de co-
Volvamos pues a nuestra idea cen- nocidos dominicos lascasianos (incluso del
tral: la interacción de discursos en Guamán mismo Bartolomé de las Casas) sino de in-
Poma. cluir, en su texto mismo, largos sermones
A fines de los setentas y durante la de cuño eclesiástico, tal como el del Symbo-
década ya concluida, se han profundizado lo Catholico Indiano del criollo Jerónimo
los análisis acerca del fuerte peso que en la de Oré 2 3 . No cabe duda de que al citar ar-
mentalidad de Guamán Poma (y por ende, gumentos lascasianos, Guamán Poma res-
la andina) ejerció la cultura occidental, im- paldaba sus propias denuncias, "conmo-
puesta a lo largo del siglo XVI 1 8 . Es debi- viendo" aún más las conciencias de sus
do a esto que el cronista indio pudo mane- "cristianos letores".
jar con eficacia los postulados del Otro para Si bien el reconocimiento de las
elaborar una teoría que a sus ojos, pareciera principales tesis lascasianas existen en la
convincente. Hay, por ejemplo, un conoci- argumentación de Guamán Poma, esto no
miento bastante claro de la filosofía de la es un indicador necesario de una lectura
historia de aquella época 19 De este modo, efectiva de los tratados del dominico por
nuestro cronista manejará con habilidad los parte del cronista indígena. Bien puede
argumentos míticos (para él, históricos) del tratarse y quizá así lo sea— de un cono-
mundo andino como recursos al modo oc- cimiento indirecto. No olvidemos que la
cidental, para "entretexer fábulas, apartán- resonancia de las quejas del fraile dominico
dose de la materia y de las cosas, imitando excedieron los límites de sus escritos. In-
82 ARTICULOS

vadieron las conciencias de los españoles Por este motivo, debemos recordar
sin que ellos necesariamente hubiesen leído que en este tipo de construcciones textua-
los asertos del fraile. Todo lo contrario: es les, el discurso del enunciador se coloca
más probable que, al tener en De las Casas dentro de un contexto de "estrategias"
a un fuerte opositor, los encomenderos ten- que, en el caso de Guamán Poma, son tra-
diesen a ignorar sus escritos. Sin embargo, bajadas con suma habilidad.
cuán fuerte debió ser la resonancia que fi-
nalmente —quizá desde el pulpito y la reali- "El enunciador sabe que al evocar un
dad misma— aquellas argumentaciones de- acontecimiento que ha sido objeto de un
cantaron sus conciencias haciendo reformu- discurso, de otro discurso, resucita en la
lar sus criterios y su mentalidad 2 4 . mente de sus destinatarios el texto que
alegaba este suceso. A este recuerdo se
Es cierto que podemos hallar ideas suman las "deformaciones" que introdu-
en Guamán Poma que indiquen una proba- ce la situación presente de la enunciación
ble lectura de Las Casas; pero más intere- sacando el enunciador partido de esta
sante es pensar que pueda tratarse de la circunstancia (. . . ) " Otra característica
aprehensión de dichas ideas latentes, por del enunciador es que "quiere ganarse la
estar latentes en la mentalidad de aquella simpatía del público valiéndose de la re-
época. Ello indicaría, por un lado, la im- presentación de sí mismo (. . . ) desarrolla
portancia mayúscula que el discurso lasca- una estrategia en la cual el uso de la pri-
siano tuvo en el Perú del XVI (y aun del mera persona sostiene la fuerza expresiva
de la argumentación: el yo del enunciador
XVII, tal y como piensa Pease 2 5 ); y por
(. . .) es la misma persona gramatical que
otro lado, que este mismo discurso terminó
busca estrechar sus lazos con el Interlocu-
siendo parte del imaginario colectivo andi- tor, al apelar su emotividad mediante la
no, permitiéndosele formar parte, quizá, de autorreferencia,"29 (Subrayado nuestro)
planteamientos que hoy los historiadores
insisten en denominar como "utópicos" 2 6 .
Ciertamente, Guamán Poma recurre
Es más interesante rastrear el modo a la autorreferencia para poner en relieve
como Guamán Poma traduce y comunica sus argumentos y lograr así la conmoción
estos principios de su mentalidad. El cro- de sus lectores. Esta es una de las armas
nista construye una "armazón textual más interesantes del cronista y que no hace
estratégica" en base a un sistema retórico sino revelar la astucia andina.
que convence (persuade) a su lector de oc-
En aquellos días, el razonamiento
cidente de la validez de sus postulados sin
español ponía en tela de juicio la capacidad
que éstos aparezcan como subversivos
y la validez cultural de los pobladores andi-
(puesto que sí lo eran).
nos en función de su demostrada idolatría.
Respecto al sistema retórico, Win- En pocas palabras, la vara que medía la va-
berg lo define como aquél que, con una in- loración de las personas en el siglo XVI y
tención persuasiva, se dirige a una determi- hasta el XVII, era no sólo el catolicismo,
nada audiencia, recurriendo al carácter de sino también la inserción consciente —y
la misma; al del narrador y a los argumen- mejor si era fanática— dentro de su comuni-
tos del habla como medios de persuasión 27 . dad. Desde la década de los sesentas del si-
Guamán Poma, en su afán por de- glo XVI se había cuestionado la participa-
mostrar la validez de sus argumentos, mani- ción sincera de los andinos dentro de la es-
fiesta una intención no sólo persuasiva, sino fera de la oficialidad católica; i.e., de la
además, afectiva: intenta conmover a su pú- "cultura verdadera". Autoritariamente, el
blico 28 sistema de dominio español había conside-
J u a n D e j o : G u a r n a n P o m a d e A y a l a y l a lógica a n d i n a d e l a c o n c i l i a c i ó n 83

rado pertinente clasificar a los indios como bo justamente durante el siglo XVII. Y ello
"menores de edad", prácticamente, como no es otra cosa que la búsqueda de comple-
incapaces. Ser indio, entonces, era una mentar verdades o criterios que, en aparien-
muy difícil situación y Guamán Poma lo sa- cia inconciliables, pueden al fin hallar un
bía. ¿Cómo tener la certeza de que sería acuerdo al interior de la lógica andina.
escuchado? La respuesta nos lleva a obser- Guamán Poma siente que la religio-
var tres fases: I o Demostrando ser un fer- sidad andina es mucho más fuerte que la
viente, acérrimo y a veces hasta un fanático del español. Mientras que este último se
defensor del cristianismo; 2 o Arguyendo contradice, el hombre andino actúa -según
que el conjunto de andinos (así como su su propia lógica— de un modo mucho más
historia) eran virtualmente cristianos desde coherente (aunque pareciera todo lo con-
tiempos muy remotos y 3 o Instalando sus trario para el español). Es así como toda la
asertos al interior de una abigarrada histo- Nueva Coránica. . . reproduce (rehace) una
ria, muy dramática, que hiciese ver el error historia cristiana —en el más puro sentido—
de la ocupación hispana y además los sufri- del mundo andino.
mientos a los que había conducido dicha
ocupación. Conmover para convencer. "Cómo los yndios antigos fueron mucho
De este modo, Guamán Poma de- más cristianos. Aunque eran ynfieles,
fenderá la capacidad de sus congéneres y su guardaron los mandamientos de Dios y las
derecho al autogobierno. No olvidemos buenas obras de misericordia sacándole
que el español, al considerar a los indígenas las ydúlatras, fueron cristianos.
como menores, argumentaba de un modo
inmediato la dependencia hacia la Corona Para nuestro cronista, el caso de la
española, entendida como la defensora de idolatría que por entonces tantos curas
los ideales católicos y, por ende, la encarga- visitadores afanosamente perseguían era
da de su difusión por todo el mundo. algo así como un lapsus en la historia cris-
Demostrar que era un verdadero tiana del mundo andino. Inmerso como
cristiano era para Guamán Poma de una ne- estaba de la teología y de la política de la
cesidad vital. Era, en resumidas cuentas, la época, Guamán Poma delataba a los incas
necesidad que guiaría sus argumentos. De como los únicos idólatras del pasado andi-
ahí su apasionamiento. No creo que esto no. Un lapsus del pasado que no debía to-
quiera decir que el cronista de Huamanga marse en cuenta, puesto que —según de-
fingiera una determinada actitud o que uti- cía— la totalidad de los pobladores eran
lizara una retórica eclesiástica sólo para lo- descendientes de Noé mismo, llegados a es-
grar sus objetivos sin una real asunción de tas tierras luego del diluvio. Así, no sólo
los criterios allí vertidos. Si echamos un eran viejos cristianos, sino que, además,
vistazo a las actitudes religiosas y al cristia- se hallaban eximidos de la "acusación de
nismo de la población andina veremos ras- deicidio que se atribuía a los judíos en esos
gos que nos transmiten una intensidad muy tiempos" 3 1 . Algo así como la demostra-
marcada. Naturalmente sincrética, pero ción de una "pureza de sangre", que tanto
igualmente válida desde la asunción de una preocupaba a los españoles de aquellos
serie de principios que el hombre andino días.
absorbió al considerarlos válidos o "lógi- Para fundamentar más a fondo su
cos" al interior de su propia cosmovisión. razonamiento, Guamán Poma trata de "lim-
Es una forma de comprender lo que Marzal piar" el recuerdo que tenían los Otros de la
convino en denominar la "cristalización" "idolatría" hallada en el Perú al momento
de la religión andina, proceso llevado a ca- de la Conquista. El cronista afirma que el
84 ARTICULOS

conocimiento del Dios cristiano y la cerca- dad, Guamán Poma trabaja con hechos que
nía de los hombres andinos hacia El. se fue en principio han sido propagandeados a fa-
perdiendo gradualmente. Este es, exacta- vor de los españoles. Es decir, en esos mo-
mente, el mismo argumento que por enton- mentos, no caben dudas respecto a su "ve-
ces, y con otros términos, regulaba el ima- racidad histórica" —según los criterios de la
ginario del medieval tardío: las edades de época—. Pues bien, lo que hace el cronista
la historia estaban en función de una paula- es seducir al Otro con sus propias armas: en
tina "degeneración" y alejamiento del un ambiente en el que, como anota Ador-
conocimiento divino, en donde, además, no, la evangelización misma se ajustaba al
los hombres se hacían cada vez más peque- criterio de que existía un abismo entre cu-
ños. 32 ras doctrineros e indios por cristianizar (a
Ese cristianismo primigenio había partir de la idea de que unos eran superio-
llegado por las mismas vías que en España y res y los otros inferiores), Guamán Poma ob-
otros países de Occidente: por intermedio serva que en erterritorio andino sí ocurren
de los apóstoles. En el caso peruano, Santo milagros; por lo tanto, es de la misma con-
Tomás. La popularidad de esta versión pa- dición que el continente europeo. Por otro
rece haber sido abrumadora por aquellos lado, al relatar los castigos que inflige Dios
días. Guamán Poma la ofrece junto con la a los indios (caso de los "rayos" que manda
hipotética presencia de una cruz (de Cara- la Virgen en el cerco del Cuzco) lo que bus-
buco) de tiempos prehispánicos para de- ca el cronista es demostrar que aquí tam-
mostrar al Rey y a los españoles en general bién Dios castigó a los pescadores —o idóla-
que sí había existido un conocimiento de tras— del misñio modo que pudo ocurrir
la Palabra de Dios por estas tierras. en occidente.

"Se deve muy grandemente guardarse con


"Como castigó con las aguas del (di)luvio
gran solinidad del mundo estos relatos
al mundo, como castigó las tres provin-
milagros deste rreyno que mando Dios
cias, tragó la tierra, como castigó a la So-
del primero del señor San bartolomé
doma con el fuego del cielo, como castigó
apóstol de Jesucristo; el segundo, de la
en este rreyno al pueblo de Cacha, en el
santa crus de Carabuco." 3 3
Collao con el fuego del cielo, como casti-
gó al rreventar el bolcán de la ciudad de
Mas adelante, explicará que San Arequipa y llovió arena en toda su pro-
Bartolomé (o Santo Tomás) fue quien dejó vincia." 3 6
la Santa Cruz de Carabuco "como testigo"
de sus milagros y cuya aparición se conme-
mora en una "gran fiesta de la Santa Crus Buscando conciliar verdades (en
deste rreyno del Pirú". 3 4 este caso, historias), Guamán Poma recalca
que los castigos de Dios no son para los in-
Al fundamentar un cristianismo an-
dios, sino para aquellos que son infieles:
terior a la llegada de los españoles invalida-
ba entonces la "guerra justa" y los "justos
títulos" 3 5 . Lo mismo veremos que sucede "Y que cayó con gran trueno como rrayo
con la reformulación del pasado andino rrelánpago. Y anci mató (Santiago) mu-
con las constantes referencias a hechos mi- chos yndios ynfieles y desbarató el serco
lagrosos ocurridos en el territorio andino, de Mango Inga a los yndios ynfieles por
conoselle con su caballos blanco como
como es el caso de las apariciones de la
otras veses en fabor del rrey de Castilla a
Virgen y el apóstol Santiago durante la re-
hecho milagro." 3 7
belión de Manco Inca. Aquí, con sagaci-
J u a n D e j o : Guarnan P o m a de Ayala y la lógica a n d i n a de la c o n c i l i a c i ó n 85

Conciliar historias, pero también Que para ello me hize pobre(. . .) con la
conciliar destinos, cuando contrarresta el fe que adonde está el pobre está el mismo
argumento de la inferioridad de los natura- Jesucristo; adonde está Dios, está la jus-
les subrayando el apego del Dios cristiano ticia." 4 0
por ellos:
Aquí podemos ver claramente có-
"Cómo hizo Dios milagros para hazelle mo nuestro cronista llega aún más lejos,
merced a su Madre bendita a los españo- identificándose con el arquetipo máximo
les cristianos, por mejor decir que más del cristianismo: el mismo Cristo. Entre El
quizo hazer merced a la Madre de Dios a y los pobladores andinos existe el nexo del
los yndios, porque fuesen cristianos y que sufre injustamente. Los iconos dibuja-
salvasen las ánimas de los yndios." 3 8 dos por Guamán Poma insisten en mostrar
a los indios como los Cristos azotados de
En otras palabras, la mediación de las Indias 41 . Al señalar esta identificación
los españoles era poco menos que irrelevan- ahinca el remordimiento de conciencia de
te. Guamán Poma insiste en persuadir sutil sus lectores criollos, amedrentándolos astu-
y respetuosamente acerca de la real existen- tamente. Esta estrategia, de atemorizar a
cia de una conciencia religiosa (y, por ende, la audiencia para lograr un efecto mayor,
política, según los criterios de la época) en está dentro de lo que Jones y Gerard indi-
el poblador andino: no es un menor de can como el factor de atemorización, esen-
edad; por lo tanto, su autonomía era una
cial para manipular los valores de una au-
necesidad.
diencia.
Pero la persuasión no sólo va de la
mano con una fundamer.tación de los roles "Equivale a cambiar una actitud para in-
históricos y cristianos del pasado y del pre- fluir en otra. Cuando tratamos de mani-
sente andinos. Guamán Poma se interioriza pular un valor, se ha de empezar con
en la conciencia del lector no sólo para dar otro valor que se sabe existe ya y tiene
cuenta de la errática concepción que se tie- importancia para la audiencia . ,)o ha
ne de sus congéneres, sino también para de crear ese valor apelando a otros valores
que aquél se conmueva e identifique con que, sabe, su audiencia mantiene firme-
ellos. Para que sienta la situación como mente."42
una tragedia.
Por ello, pienso que lo que hace Para Guamán Poma, la mejor mane-
nuestro cronista, es tratar de convencer al ra de amedrentar a su audiencia era median-
Rey de que la vida andina es ya una trage- te los castigos que podrían ser infligidos
dia. De ahí que recurra a un amplio con- por la religión. El temor a las penas posi-
junto de lamentaciones y quejas angustian- bles de obtener por conductas condenadas
tes que, apoyadas en los registros ¡cónicos, por la Iglesia es lo que sirve a nuestro cro-
no hacen sino dar origen a una tragedia to- nista para lograr un efecto persuasivo ma-
tal, de marcado acento épico, en la que el yúsculo en su lector 4 3 .
mismo autor ocupa el rol de un Odiseo Cuán complejo debió resultar para
errante en pos del lugar que le corresponde. nuestro cronista no dejar de ser andino a
Un héroe que "protege a su gente, informa pesar de argumentar como un occidental.
al Rey y sirve a Jesucristo" 3 9 Ossio pensó —ya lo indicamos más arriba
que lo occidental presente en su discurso
"Para dar fe desto, conbenía escrivir có- estaba muy distante de lo que su ideología
mo sentenciador de ojos y avista como más profunda señalaba. Pienso que si admi-
cómo se ha prociguido primero de mí timos la fuerza de la racionalidad andina al
86 ARTICULOS

interior de la Nueva Coránica. ., también que no fue el único. No olvidemos que


creo que toda la argumentación cristiano- Guamán Poma asume el Yo Colectivo en el
occidental es realmente asumida por el cro- acto de la comunicación 45
nista —claro está, bajo una lectura andina,
tal y como creo que lo hizo el poblador "Vea vuestra señoría este libro y corónica
andino del común—. La diferencia entre y los capítulos y prevea justicia. Esto que
este último y nuestro personaje estriba en se escrive no se haze para mal ni daño, ci-
la sólida preparación intelectual del hua- ño para el servicio de Dios y buena justi-
manguino y su posibilidad de interpretar su cia y emienda de los malos crestianos y
realidad a través de la codificación escritu- soberbiosos ( . . . ) Y anci ablo en común,
común con todos. " 4 6 (Subrayado
ral. A esto, agreguemos la astucia y sutileza
nuestro).
que condimentan una angustiosa necesidad
por denunciar y ser escuchado. Es obvio
Mientras que la Nueva Corónica alu-
que para lograrlo hubiese sido necio y poco
de sin duda alguna a la necesidad de una
inteligente razonar "a la andina" las cues-
nueva historia andina que legitime la histo-
tiones religiosas (tal y como por ejemplo
ricidad y racionalidad de los pobladores na-
veíamos al comienzo del presente trabajo,
tivos del mundo andino, el Buen Gobierno
lo denunciaba Manuel de Torres en su
insta a la búsqueda de un sentido para una
Manual). El interés de Guamán Poma era,
realidad que se presenta como incoherente
a todas luces, de carácter político. Y lo era
para el mismo poblador andino, de quien
ante todo desde el punto de base de su for-
Guamán Poma es vocero. La formulación
mulación teórica: el manifiesto de una con-
de ese nuevo sentido para su realidad se da-
ciencia, de una identidad andina. Concien-
ría valorizando lo andino y otorgando a la
cia que, por otro lado, había ido forjándose
vez, un papel primordial a los valores de la
a lo largo del conflictivo y violento siglo
ética cristiana de occidente, los cuales serán
XVI.
vistos como esencialmente similares a los
La Nueva Coránica y Buen Gobier-
principios ancestrales que regulaban la vida
no (y ya el mismo título presenta y propo-
andina antes de la llegada de los españoles.
ne) era la Carta de presentación del Yo An-
Profundizar el derrotero de la con-
dino al mundo de occidente, al Otro. Aho-
ducta y las actitudes andinas a través de
ra bien, debemos plantearnos si este fenó-
nuestra historia es una labor quizá hoy más
meno de conciencia fue colectivo. Las ba-
que nunca imprescindible puesto que a la
ses para que existiera estaban en la concien-
luz de los análisis y rescatando otra forma
cia misma del poblador andino de sentirse
necesaria de aprehender lo peruano, como
parte de un mundo dominado para, luego,
es la intuición, podremos percatarnos de
valorar tanto las diferencias como las seme-
que no hay incoherencias ni contradiccio-
janzas entre los dos mundos y, finalmente,
nes ni en la elaboración teórica de Guamán
cuestionar la validez del dominio español
Poma ni en la mentalidad andina. Colocar-
en base al hallazgo de su identidad. Lógi-
nos en el discurso de esos otros rostros de
camente, ello suponía la puesta en marcha
nuestro país, tal y como las prédicas polí-
de mecanismos que lograsen vencer las in-
ticas anuncian hoy en día, amerita un acer-
terferencias de los discursos que se le ha-
camiento y comprensión históricos. Y des-
bían repetido acerca de su inferioridad y.
de la perspectiva de una larga, muy larga
además, de que Dios (coactivamente im-
duración.
puesto y asumido) lo pensaba así 4 4 Hubo
un hombre que lo hizo y podemos pensar
J u a n D e j o : G u a r n a n P o m a de Ayala y la lógica a n d i n a de la c o n c i l i a c i ó n 87

A modo de conclusión Conciencia política, identidad. ¿Ca-


bría hablar de utopía? Creemos que no.
El presente artículo ha tenido como Pero ello nos llevaría a otro análisis que es-
intención reseñar algunos aspectos esencia- capa a la pertinencia inmediata del presen-
les de la argumentación del cronista Gua- te. Por otro lado, nos llevaría a la necesi-
mán Poma de Ayala vertida en la Nueva dad de un estudio interdisciplinario, pues
Corónica y Buen Gobierno. Hemos mostra- hablar de utopía se ha vuelto casi ya un
do un eje esencial del armazón teórico cual ejercicio retórico en nuestro medio, sin una
es la presentación de una sólida formación concienzuda aproximación epistemológica
cristiana a través de la retórica eclesiástica desde nuestra realidad histórica.
que, para efectos del siglo XVII, era demos- La identidad andina y su estudio sí
trar no sólo una capacidad, frente a la gene- nos obligan a ser conscientes de una mirada
ral percepción del poblador andino como diacrònica de los fenómenos políticos.
un ser incapaz, sino también un consciente Puesto que, mencionar lo andino colonial
desempeño en la teoría política de la épo- es hacer acotación de una muy buena parte
ca, pues a inicios del siglo en cuestión, teo- de la cultura popular de aquel entonces. Y
logía y política seguían de la mano en rela- ¿cuál es entonces el camino seguido tanto
ción a los principios que regulaban el domi- por la cultura popular como por lo andino
nio político de España sobre sus colonias en nuestra historia? ¿Cabría también ha-
en América. blar hoy en día de una cultura andina con
Al manifestar una perfecta cobertu- una relación de equivalencia con lo popu-
ra cristiana, Guamán Poma podía alzar su lar? Creemos, tal y como lo piensa también
voz, manifiesto de una voz colectiva andi- Ansión 4 8 , que mucho de nuestra cultura
na, con una clara conciencia política. Su popular urbano-"marginal", tiene en su
propuesta —que no hemos incluido en el profundidad raíces andinas. Por ello, hoy,
presente análisis47— no es sino el colofón cuando los diques que separan el mundo de
de toda una argumentación que intenta las Instituciones de la cultura popular se
otorgar un sitial relevante para sus congéne- van quebrando, nos parece trascendental
res andinos, a través de una autonomía po- hacer un diagnóstico del proceso en forma
lítica a la cual, según el razonamiento de retrospectiva. Pues hablar de coyuntura en
la Nueva Corónica. . ., tenían todo el dere- nuestro medio, nos obliga a ver los procesos
cho. Y ello sin obviar los principios básicos que han estructurado nuestra historia. Y
de la cultura de occidente, cuyo máximo creo que en ella, lo andino no es sino su eje
valor residía, para el cronista de nuestro nodal 4 9 .
estudio, en la ideología cristiana.
88 ARTICULOS

NOTAS

(1) Bajtin, Mijail. La Cultura Popular en la Edad límite de la tolerancia es que no puede tole-
Media y el Renacimiento. El contexto de rar la intolerancia (Ciusti, Miguel. "¿Utopía
François Rabelais. Barcelona, Seix-Barral, del mercado o utopía andina?" Sobre la fi-
1974. losofía y la comprensión de la realidad na-
(2) Dentro del proceso de unificación española, cional". Areté, I, 1: 159).
incentivado a fines del siglo XV, el catolicis- (4) Wachtel, Nathan. La visión de los vencidos:
mo tuvo un rol preponderante como meca- los indios del Perú y México frente a la con-
nismo homogenizador de la población que quista. Madrid, Alianza Editorial 1976: 231.
pasaría a ser denominada como "española". (5) Ansión, Juan. Desde el rincón de los muer-
La expulsión de nacionalidades distintas a la tos. Lima, GREDES 1987: 126-135.
ibérica, tales como judíos o moros, ocasionó (6) Por ejemplo, véase Iwasaki, Fernando. Na-
en la mentalidad española la idea de que La ción peruana: ¿entelequia o utopía? Lima,
Verdad sólo podía relacionarse con el cristia- CRESE 198?.
nismo y que, carecer de él era carecer de le- (7) Véase el trabajo de Flores Galindo en la re-
gitimidad: era estar apartado de la Norma. vista Márgenes No. 3 del año 1987, sobre la
El cristianismo católico y su institución es- Historiografía moderna en el Perú; también
pañola —a la sazón, reformada por Jiménez mi artículo publicado en el Boletín del Ins-
de Cisneros— se consideraron como la única tituto Riva Agüero No. 17 acerca de nuevos
posibilidad de ser alguien en el mundo. En derroteros en la historiografía de nuestro
un espíritu de Cruzada en un m u n d o en el país.
que la mayoría ya disfrutaba su lejanía, Es- (8) Véase Pease, Franklin. Del Tawantinsuyo a
paña se ufanaba en conquistar América so la Historia del Perú. Lima, Pontificia Univer-
pretexto de ser ellos los dueños de la verdad sidad Católica, 1978; y, también del mismo
y la obligación de ser sus mensajeros. Auto- autor, "Unidades étnicas y noción de identi-
ritariamente, todo el sistema colonial se dad en el Perú colonial". Cielo Abierto, Vol.
planteó bajo las bases de ser justo en tanto VI, No. 17 así como "Continuidad y resis-
intentaba "civilizar" a los indígenas, es decir, tencia de lo andino", Allpanchis, Vol. XV,
en tanto les comunicaba la Verdad. En bue- No. 17-18. Cuzco, ambos del año 1981.
na cuenta, es un argumento esgrimido por
(9) Stern, Steve. Resistance, Rebellion and
toda política o ideología que pretende ser
Consciousness in Andean Peasant World in
dueña de la verdad. Los intereses homogeni-
Eighteenth Century. Wisconsin, 1988. La
zadores son en realidad intereses hegemoni-
edición en castellano acaba de ser editada
zadores. El absolutismo, el totalitarismo,
por el Instituto de Estudios Peruanos.
las dictaduras o el iluminismo, el positivis-
(10) Es lo que observan Flores Galindo y Manuel
mo, el mito de la "modernidad", etc.
Burga en su trascendental artículo sobre la
(3) Verdad plural, relativismo, la cultura andina "Utopía andina", Allpanchis, Vol. 16, No.
tenía una real tolerancia por elementos cul- 19, del año 1982, Cuzco.
turales foráneos. Aun la antagónica relación (11) Adorno, Rolena. Writing and Resistance in
de los Incas con los pobladores selváticos Colonial Perú. Texas, University of Texas
—chunchus, tal y como les decían— no ob- Press, 1986: 139.
viaba la adopción de una serie de símbolos (12) López-Baralt, "Guamán Poma de Ayala y el
culturales y míticos oriundos de la selva co- arte de la memoria". Cuadernos americanos,
mo parte de su bagaje cultural. Así pues, el Año XXXVIII, No. 3: 146.
problema de la tolerancia en el mundo andi- (13) El problema del Otro es hoy en día un eje
no tuvo un límite: el encuentro con una so- esencial en el análisis de lo social. La otre-
ciedad intolerante. Como diría Miguel dad implica el estudio de la alteridad, lo que
Giusti recientemente en un agudo artículo a su vez nos conduce a rastrear una serie de
de reflexión acerca de los planteamientos nociones que son parte de otras disciplinas
utópicos de la política contemporánea: el no necesariamente sociológicas (como sí lo
J u a n D e j o : Guarnan P o m a de Ayala y la lógica a n d i n a de la c o n c i l i a c i ó n 89

son la historia o la sociología de la literatura) (22) Adorno Rolena. Guamán Poma, Writing and
tales como la filosofía o la psicología social. resistance. 38.
El Yo es, pues, no sólo una imagen retórica (23) Véase Adorno, Rolena. Cronista y Príncipe.
sino un concepto que merece más análisis (24) Una muestra de ello es la restitución realiza-
dentro del proceso histórico del Perú. Nos da por los encomenderos en beneficio de los
eximimos de esa labor en el presente artícu- indígenas. Guamán Poma alude a ellas en su
lo, remitiendo al lector a un preliminar tra- Nueva Corónica. . .: véase el f. 573. El tema,
bajo nuestro, Aproximación al estudio de la por otro lado, ha sido recientemente investi-
identidad andina. . . Lima, Pontificia Uni- gado por Adriana Schaaf, en su Memoria de
versidad Católica. Memoria de Bachillerato, Bachillerato titulada La tesis lascasiana de la
1989: Cap. 3, nota 1. restitución. Lima, PUC, 1989.
(14) López-Baralt, "Guamán Poma y el a r t e . . . " : (25) Pease, Franklin. "Unidades étnicas y no-
147. ción. . .": 45.
(15) El análisis de las características del texto a (26) Es interesante observar cómo pudo haber
nivel discursivo han sido excelentemente una complementación de las nociones políti-
trabajadas por Rolena Adorno en Writing cas que transmitía el dominico Las Casas en
and resistance. . . como en el capítulo 5 de sus asertos y la visión de lo político en el
su obra Cronista y Principe publicada por el mundo andino. Aunque el tema da para mu-
Fondo Editorial de la PUC. Es de interés cho más, cabe anotar que la propuesta de
esta última por cuanto se pone en relieve el Las Casas del liderazgo español "a larga dis-
aspecto del punto de vista, tanto a nivel tex- tancia" es, en buena cuenta, la imagen que
tual como en relación al nivel iconográfico. de el Estado tenía la gran parte de la pobla-
(16) Ossio, Juan. "Guamán Poma y la historio- ción del Tawantinsuyu bajo la égida incaica.
grafía indianista de los siglos XVI y XVII". Así, se comprendería la total adhesión de la
Historia y Cultura, 10. Lima, Museo Nacio- población indígena a la postura lascasiana, y
nal de Historia: 204. a la utilización de sus criterios con un senti-
(17) Burga, Manuel. El nacimiento de una utopía. do claramente político en medio de sus de-
Lima, Instituto de Apoyo Agrario, 1988. nuncias y peticiones en general.
(18) Véase al respecto, Adorno, Rolena. "Las (27) Adorno, Rolena. Guamán Poma: Writing
otras fuentes de Guamán Poma de Ayala: and resistance. ..: 62.
sus lecturas castellanas". Histórica, II, 2;
(28) Es un recurso utilizado hábilmente por la ge-
también la introducción hecha por Franklin
neralidad de la población andina. Titu Cusi,
Pease a la edición de la Nueva Coránica. . .
en su Instrucción. . ., recurre constantemen-
de Guamán Poma realizada por la Biblioteca
te a la afección de los sentidos de sus lecto-
Ayacucho en 1980 (véase la bibliografía al
res. Utilizando el recurso de las "voces", el
final del presente trabajo).
penúltimo inca vilcabambino colocaba el si-
(19) Adorno, Rolena. Writing and resistance. . .;
guiente discurso en boca de uno de los capi-
también Cronista y Principe, citados con an-
tanes de Manco Inca frente a los españoles:
terioridad.
"Qué andáis vosotros aquí con nuestro Inga
(20) Adorno, Rolena. Writing and resistance. . .
daca por allá cada día, hoy prendiéndole,
38.
mañana molestándole y esotrodía haziéndo-
(21) Lo barroco como concepto cultural que sub- le befas, ¿qué os ha hecho este honbre?,
yace a una serie de períodos históricos que ¿asy le pagais la buena obra que os hizo en
suelen coincidir con etapas críticas de la evo- meteros a su tierra contra nuestra voluntad?
lución humana, así como la mentalidad que ¿qué queréis dél? ¿qué más os puede hazer
ello determina, han sido interesantemente de lo que ha hecho?, ¿no os dejó entrar en
abordados por autores tan importantes como su tierra con toda paz y sosiego y con mucha
Alejo Carpentier o José Antonio Maravall. honra no os enbió a llamar a Caxamarca?. .
l,a Cultura Barroca, de este último, es de (Titu Cusi Yupanqui. instrucción. Edi-
consulta indispensable. El tema, sin embar- ción realizada por Luis Millones. Lima, El
go. no ha sido estudiado a fondo en el con- Virrey. lc>85 (1570) 15) Conmover por
texto de la realidad peruana
90 ARTICULOS

medio de la autorreferencia conmiserativa es (41) Una serie de iconos registran la imagen de los
un recurso que será utilizado hasta muy en- indios azotados cruelmente por los españo-
trada la Colonia (y quizá hasta mucho des- les. Es el caso de los folios: 525, 557, 582,
pués). En 1699, los indios de un ayllu de 585,647,670.
Quiquijana reclamaban contra un tal Fran- (42) Jones, Edward y Harold Gerard. Principios
cisco Ochoa quien "con manos poderosas sea de Psicología Social. México, Limusa 1980:
(sic) entrado violentamente en las tierras del 475.
. . . nuestro aillo. . . viéndonos pobres yndios (43) Véanse las representaciones sobre el infierno,
pusilanimos y yndefensos con ánimo de qui- por ejemplo, en los folios 876 y 955. Ade-
tarnos para incorporar un pedaso de dos to- más, el capítulo de Justicias y castigos exis-
pos." (Citado por Stavig, Ward. "Violencia tentes en la época de los Incas. Claramente,
cotidiana. . ." Referencia en bibliografía) se mencionan las mismas culpas y se aplican
Subrayado nuestro. los mismos castigos de la óptica cristiana a
(29) Forns, Roberto. La estrategia comunicativa la época prehispánica: ff. 303 a 313. Véase
del semanario critico de Juan Antonio de también los folios 314 a 316.
Olavarrieta: Ilustración y polémica en el (44) El caso de la asunción del criterio de Dios
periodismo limeño de 1791. Lima, Pontifi- amerita un análisis más profundo. Los estu-
cia Universidad Católica. Memoria de Bachi- dios acerca de la religiosidad andina hasta
llerato presentada en 1988. ahora no dejan del todo clara la imagen de la
(30) Guamán Poma de Ayala. Nueva Coránica y divinidad Wiraqocha, de carácter generaliza-
Buen Gobierno. México, Siglo XXI editores do en el mundo andino. No por el nombre
y Lima, Instituto de Estudios Peruanos. Ed. de dicha divinidad, sino por el Principio que
a cargo de John Murra y R. Adorno, 1980. representa. La idea de los "ayudantes" o
El subrayado es nuestro. "parientes" de Wiraqocha en su proceso or-
(31) Al respecto, véase Pease, F. Introducción...: denador, más nos recuerda la imagen de un
XXXVI; también el artículo de Sara Castro- Cristo y sus apóstoles haciendo actos fantás-
Klaren. "Guamán Poma y el espacio. . . " ; ticos, que a lo que en la realidad pudo haber
Wachtel, Nathan. "Pensée sauvage et accul- sido: algo más cercano a los principios divi-
turation". Annales, 26. Igualmente útil es nales de Oriente un solo Principio y diferen-
el artículo de Pierre Duviols, publicado en el tes "emanaciones".
Bulletin de l'Institut Français d'études an- Ni Urbano, ni Rostworowski o Franklin
dines' en 1980: "Periodificación y políti- Pease dan una palabra final al respecto (no-
ca. . . " tar bibliografía del tema al final del presente
(32) Un interesante documento para esta parte artículo). Molinié Fioravanti, a pesar de sus
del análisis es el texto de Jacques Le Goff, riesgos, es quien más ha sugerido con una
L'imaginaire médiéval. Paris, Gallimard propuesta creativa y más alejada de las hepá-
1985. ticas discusiones bizantinas, tan del gusto de
(33) Guamán Poma de Ayala. Nueva Coránica.. .: Henrique Urbano, por ejemplo. (Véase bi-
f. 656. bliografía).
(34) Ibid. Loe. Cit. (45) Ortega, Julio. "La Corónica de Guamán Po-
(35) Adorno, Rolena. Guamán Poma: Writing.. ma: historia y ficción". Socialismo y Partici-
27. pación, 10. Lima, 1982: 115.
(36) Guamán Poma. Op.Cit: 681. También revi- (46) Guamán Poma, Op. Cit., Loe. Cit.: 714-715.
sar los ff. 654 y 716. El Subrayado es nuestro.
(37) Ibid. 655. Véase también el f. 654. (47) Dejo, Juan. "Aproximación al estudio de la
(38) Ibid. Loe. Cit. identidad andina. . .": Capítulo III, ya cita-
(39) Adorno, Rolena. "Waman Puma de Ayala: do anteriormente.
Author and Prince". Review, 28. New York (48) Juan Ansión viene trabajando temas de cul-
1981. tura política en sectores populares,en losque
(40) Guamán Poma, Op.Cit. 17. observa una cercanía bastante grande con
J u a n D e j o : G u a r n a n P o m a d e A y a l a y l a lógica a n d i n a d e l a c o n c i l i a c i ó n 91

los criterios de la racionalidad andina. Véa- ciso por Roberto Miró-Quesada en un artícu-
se al respecto su artículo publicado en la re- lo denominado justamente así, "Lo andino
vista Allpanchis No. 32, año 1989. como eje nodal", en Socialismo y Participa-
(49) El término fue indicado de modo muy pre- ción, 41,año 1988.

BIBLIOGRAFIA

ADORNO, Rolena (1979). "Las otras fuentes de ma, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Guamán Poma de Ayala: sus lecturas caste- Memoria de Bachillerato.
llanas". En: Histórica, II, 2. GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe (1980).
- (1981). "Waman Puma de Ayala: author Nueva Corónica y Buen Gobierno. México,
and Prince". En: Review, 28. Nueva York. Siglo XXI Editores e Instituto de Estudios
- (1986). Guarnan Poma. Writing and Resis- Peruanos.
tance in Colonial Perú. Texas, University IWASAKI, Fernando (1988). Nación Peruana:
of Texas Press. ¿Entelequia o utopía? Lima, CRESE.
(1989). Cronista y Príncipe. Lima, Pontifi- JONES, Edward y GERARD, Harold (1980).
cia Universidad Católica. Principios de Psicología Social. México,
ANSION, Juan (1987). Desde el Rincón de los Limusa.
muertos. Lima, GREDES. LE GOFF, Jacques (1967). La civilisation de
(1989). "Autoridad y democracia en la cul- l'Orient Médiéval. París, Artaud.
tura popular: una aproximación desde la cul- (1985). L'imaginaire médiéval. París,Galli-
tura andina". En: Allpanchis, 33. mard.
BAJTIN, Mijail (1974). La Cultura popular en la LOPEZ-BARALT, Mercedes (1979). "Guamán
edad Media y el Renacimiento. El Contexto Poma y el arte de la memoria". En: Cuader-
de François Rabelais. Barcelona, Seix Barrai. nos Americanos, XXXVIII, 3.
BURGA, Manuel (1988). El nacimiento de una MARAVALL, José Antonio (1975). La cultura
utopia. Lima, Instituto de Apoyo Agrario. del barroco. Madrid, Ariel.
BURGA, Manuel y Alberto, FLORES G ALINDO MARZAL, Manuel (1983). La trnasformación reli-
(1982). "La utopía andina". En: Allpan- giosa peruana. Lima, Pontificia Universidad
chis, XVI, 19. Cusco. Católica del Perú.
CASTRO-KLAREN, Sara (1981). "Guamán Poma MIRO-QUESADA, Roberto (1988). "Lo andino
y el espacio andino de la pureza". En: Re- como eje nodal". En: Socialismo y Partici-
vista Iberoamericana, 114-115. pación, 41. Lima.
DEJO, Juan (1988). "Mentalidades: Teoría y Pra- MOLINIE FIORAVANTI, A. (1987). "El regreso
xis y su aplicación para la Historia del Perú". de Viracocha". En: Bulletin de l'Institut
Lima, Boletín del Instituto Riva-Agüero, 15. Français d'études andines. Lima.
(1989). Aproximación al estudio de la iden- NEIRA, Hugo (1987). "Violencia y Anomia".
tidad andina. Nueva Corónica y Buen Go- En: Socialismo y Participación, 37, Lima.
bierno de Guamán Poma de Ayala: la voz de ORTEGA, Julio (1980). "La Corónica de Guamán
un Yo andino frente al Otro. Lima, Pontifi- Poma: historia y ficción". En: Socialismo y
cia Universidad Católica. Memoria de Bachi- Participación, 10. Lima.
llerato. OSSIO, Juan (1976-77). "Guamán Poma y la his-
FLORES GALINDO, Alberto (1987). Buscando toriografía indianista de los siglos XVI y
un Inca. Lima, Instituto de Apoyo Agrario. XVII". En: Historia y Cultura, 10. Lima,
FORNS BROGG1, Roberto ( 1988). La estrategia Museo Nacional de Historia.
comunicativa del semanario critico de Juan PEASE, Franklin (1978). Del Tawantinsuyu a la
Antonio de Olavarrieta: Ilustración y polé- Historia del Perú. Lima, IEP.
mica en el periodismo limeño de ¡791. Li-
92 ARTICULOS

(1980). Prólogo a la edición de la Biblioteca STLRN, Steve (1988). Resistance, Rebellion and
Ayacucho de la Nueva Coránica. . . de Gua- Consciousness in Andean Peasant World in
mán Poma. Eighteenth Century. Wisconsin.
(1981a). "Unidades étnicas y noción de TITU CUSI YUPANQUI, Diego de Castro (1565/
identidad en el Perú colonial". En: Cielo 1985). Relación de la Conquista del Perú y
Abierto, VI, 17. hechos del Inca Manco II. Lima, 11 Virrey.
(1981b). "Continuidad y resistencia de lo Edición a cargo de Luis Millones.
andino". En: Allpanchis, XV, 17-18. Cusco. URBANO, Henrique (1981). Wiracocha y Ayar:
(1986). "Notas sobre Wiraqocha y sus itine- héroes y funciones en sociedades andinas.
rarios". En: Histórica, X, 2. Cusco, Instituto Bartolomé de las Casas.
PLATT, Tristan (1978). "Symétries en miroir: le (1986). "La invención andina del hombre,
concept de Yanantin chez les macha de Bo- de la cultura y de la sociedad y los ciclos
lievie". En: Annales ESC, 33, 5-6. Setiem- míticos judeocristianos". En: Boletín de
bre-Diciembre. Lima, 8, 46.
ROSTWOROWSKI, María (1983). Estructuras an- WACHTEL, Nathan (1971). "Pensée sauvage et
dinas de poder. Lima, IEP. acculturation". En: Annales, 26.
STAVIG, Ward A. (1985). "Violencia cotidiana de — (1976). Los vencidos. Los indios de México
los naturales de Quispicanchis, Canas y Can- y el Perú frente a la Conquista. Madrid,
chis en el siglo XVIII'.' En: Revista Andina, Alianza Ed.
111,2.

You might also like