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Hace miles de años, en lugares casi estratégicos del planeta surgieron avanzadas civilizaciones

que nos dejaron increíbles conocimientos como si fueran huellas a seguir, en América había
una gran civilización, hoy denominada Caral-Supe. Ellos construyeron ciudades sostenibles y
seguras, nos enseñaron como construir una sociedad en armonía con nuestro mundo y con
nosotros mismos. Alcanzamos un desarrollo notable, asombrosa arquitectura, ingeniería,
medicina y arte. Algo sucedió y dejamos de estar unidos, fue como entrar en un sueño,
formamos nuevas y grandes civilizaciones, cometimos errores y empezamos a competir entre
nosotros para saber qué tan fuertes éramos, teníamos conocimientos y habilidades increíbles,
sabíamos que había después de la vida, conocíamos secretos de este universo, desarrollamos
técnicas que se acercaban a la perfección, sabíamos que teníamos una misión aquí en la Tierra,
superamos barreras geográficas insuperables, construimos ciudades sorprendentes, algo nos
impulsaba a crecer, formamos el imperio más grande del continente, el Tahuantinsuyo.
Nuestro destino era crecer, pero no de esta manera, se desato una guerra fraternal y dos
hermanos lucharon por heredar un imperio, fue cuando nos sorprendió otro adversario, un
vasto imperio caía y una noche triste nos ensombrecía, culturas muy lejanas llegarían a
nosotros, ellos traerían sus propios conocimientos tenían otra forma el ver el mundo, tenían
otra forma de crecer, tenían su propio Dios, los continentes de este mundo se habían
encontrado en esta tierra milenaria, trajeron otro idioma y otras leyes, nuevas figuras
religiosas nacieron, formaron otro imperio al que llamaron Virreinato. El más poderoso que
habían formado. Nuestro continente había sido colonizado, fuimos juzgados y sentenciados
por ellos. Pero hubo quienes se pusieron de pie. Un grito de libertad remecía esta tierra y los
hombres que pelearían por ella.
En nuestro continente brotaba un sentimiento de libertad, una nueva nación había nacido,
pero era demasiado joven aun y tuvo que enfrentar otra guerra con otra nación don la cual
teníamos lazos de sangre y enviamos a nuestros niños a pelear porque ya no nos quedaba
nada, tomó tiempo levantarnos y curar las heridas. Hubo mucha confusión, pero también
creatividad y deseos de soñar, o tal vez de despertar de un mal sueño.

Nuestro mundo cegado por la codicia se volvió irreconocible, ahora el mundo estaba siendo
colonizado, el ser humano pensó que estaba conquistando el mundo, pero en realidad estaba
huyendo de sí mismo. Migraciones masivas se venían dando desde hace décadas y nuestra
joven Nación seguía recibiendo nuevas y lejanas culturas. Nuestra nación crecía, nuestro
mestizaje se extendía cada vez más. El encuentro de todos los contenientes se había
completado. Cada vez más cera de despertar, pero una sombra aun nos esperaba. Un enemigo
que nunca dio tregua apareció, nos declaró la guerra desde las sombras y nos hizo retroceder
en un país sitiado por el terror al límite de su resistencia sacamos todo nuestro coraje y
vencimos al miedo, pero a un alto costo y fue la vida que nos motivó a superar una etapa muy
difícil.

Reconstruir un país, nuestro destino siempre fue crecer y lo hicimos juntos, trabajando largas
jornadas empezamos a unirnos espontáneamente. nos dimos cuente que habíamos vivido
divididos desde hace mucho, y que en realidad no somos tan diferentes que nuestro corazón
es el mismo y que compartimos los mismos sueños, fue cuando empezamos a perdonarnos.

Después de 5mil años nuestra nación empezó a despertar de un largo sueño y ahora se pone
de pie.

Ahora nosotros estamos escribiendo la historia, nuestra historia.

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