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452 Y Originales Codependencia y literatura. La codependencia en la antigiiedad clasica Jauregui, Inmaculada Pricéloga clinica, Psicoeducadora, Ms. C. Profesora de antropologia de la Universidad Catdlica de Son Antonio de Murcia Doctorando en psicologia-Departamento de psicologia dinémicalhumanista Universidad de Québec en Montreal (UQAM). Resumen Este articulo se escribe con la finalidad de profundizar sobre el origen del fenémeno adictivo de la codependencia. Para ello, se analiza la narrativa literaria mitolégica de Eco,narrativa concebida como la metifora por excelencia de la condicién codependiente El anilisis literario hard emerger ciertas caracteristicas familiares que se sitian teérica- mente en el origen del proceso adictivo codependiente, corroborando asi hipétesis de trabajo. Palabras clave Codependencia, Adiccién, Origen, Familia, Paren Fenomenologia, Intersubjetividad. icacién, Mitologia, Literatura, Resumen Cet article est écrit dans le but d'approfondir lorigine du phénomane dépendent de la codépendence. Pour ce faire, la narrative mythologique d’Echo sera analysée puisque elle est concue como la métaphore par excellence de la condition codépendente. analyse littéraire faire émerger certaines caractéristiques familiales, selon la théorie,a origine de tel processus de dépendence qui est la codépendence. De la sorte, les hipothases de travail se voient confirmées Palabras clave Codépendence, Dépendence, Or Phénoménologie, Intersubjectivité. Famille, Parentification, Mythologie, Littérature, Draenei Te a7 a rat ree Resumen This article is written with the aim of deeping into the origin of the addictive phenomenon of co-dependency. Fot that purpose, it is analysed the mythological narrative of Echo, narrative coinceived as the metaphor par excellence of the co-dependent condition The literary analysis will arise certain family characteristics, theoretically placed in the origin of the co-dependent addictive process, thus corroborating some hypothesis. Palabras clave Codependency, Addiction, Origin, Family, Parentification, Mythology, Literature, Phenomenology, Intersubjectivity INTRODUCCION La codependencia es concebida como una adiecién a otra u otras personas y sus pro- blemas y, en consecuencia, no se trata de un sintoma de algo sino de un problema en si ‘Ahora bien, las personas codependientes no solamente mantienen relaciones con pers ras dependientes (adictos) sino que ademas exhiben muchas de las caracteristicas que definen al adicto como tal, Pueden asi no uti- lizar el alcohol u otras sustancias quimicas pero utilizan otras cosas de manera compul- siva y adictiva. Asi se observa que las perso- nas codependientes son frecuentemente anoréxicas © bulimicas 0 presentan proble- ‘mas con la alimentacién. También a menudo tienen una relacién adietiva hacia actividades como el trabajo, el amor. Finalmente, es posi ble que la codependencia, sin un tratamiento terapéutico adecuado, se convierta en una adiccién tradicional, es decir a sustancias qui micas. En defrnitiva, la codependencia apare- ce come la otra cara de una misma moneda: la adiccién, Una vez definida y comprencida la code- pendencia, la pregunta que emerge concier ne a su origen :;Cémo se desarrolla la code~ pendencia? En qué contexto se desarrolla? ‘Aunque la codependencia aparece mani- fiestamente en una relacién intima con un toxicémano, ello no quiere deci- que las ca- racteristicas de una persona codependiente 1n0 estén presentes en su manera de relacio- narse con el mundo pero de manera sote. rrada, ocuita, velada bajo una aparente nor malidad en el funcionamiento cotidiano. Pues- to que la codependencia es una probleméti- @ relacional, sélo en la relacién puede ob- viarse y manifestarse, y las relaciones se ma- nifestan y expresan en otro orden que el cotidiano. Ast pues resulta de interés clinico el estudio del entorno familiar de origen de las personas codependientes con la finalidad de entender el proceso por el cual la code- pendencia emerge como problemitica nosoldgica. Para ello, nos sirve de ilustracién el mito de Eco, una narrativa literaria mitolégica que nos revelaré aspectos psicocutturales del entorno familiar en el cual se origina la codependencia. El andlsis de di- cha literatura nos revelaré el espectro fami- Jier particular que nos daré la clave para una mayor comprensién del proceso adictivo 700 000 453 "Y6ecependriny eran a cadeentec ode ses codependiente, corroborando asi ciertas hi- pétesis teéricas emergidas de una prictica terapéutica LA CODEPENDENCIA: UNA ADICCION OCULTA La codependencia es un fenémeno estre- chamente ligado al de las adicciones 0 toxi- ‘comanias, Por ello, englobar ambos fenéme- nos en un mismo estucio y proceso terapéu- tico nos parece fundamental: «... difcimente puede entenderse lo dependencia psiquica de iguien a algo, sin detenerse a comprender la cedependencia del entorno mds inmediaton (Marti, 1997: 222). «As pues, desde el punto de vista terapéutico, no sélo se ho de tratar al adicto, ayuddndale a deshacer las bases psiqui cas de su adiccién, sino tornbién poner de ma- nifiesto y tratar después, el problema de la co- dependencian (Marti, 1997: 223). Buena parte de la literatura sobre la code. pendencia ha puesto el acento en la code- pendencia como una adiccién —dependen. cia— de orden afectivo (Prest y Storm, 1988) y ello se expresa a través de diferentes tér- minos: relaciones adictivas, adiccién al amor, dependencia patolbgica y dependencia afec- tiva, La precursora de esta perspectiva es Karen Horney (1950) quien habla de "solu- cin autoeliminadora’” -selF-effacing solution— para describir la dependencia neurética que consiste fundamentalmente en una extrerna dependencia hacia los otros de cara a adqui- rir un sentido de sf mismo, Se trata de una dependencia mérbida que gestiona la nece: sidad primaria de obtener y preservar la afec cién mismo, en detrimento del compromiso en una relacién de dependencia abusiva (Horney, 1942). Los infantes son tan depen- dientes afectivamente de sus padres que, la situacién lo pidiera, podrian negar sus pro- pias expectativas, necesidades y deseos «... incluso hasta e! punto de entregar su pro: pia voluntad y adquinr significado y valor en tanto que individuos, 0 partir de fa consideracién en Ja que fos padres fes han mantenico» (Lyon y Greenberg, 1991: 436). El movimiento anénimo! pone el acento en la codependencia como una patologia del vinculo y la definen como una excesiva ten- dencia 2 encargarse del otro o a asumirres- ponsabilidades por los otros (Haaken, | 993). En este mismo sentido, Wegscheide-Cruse (1985) describe esta condicién patolégica como caracterizada por una preocupacién y dependencia extrema hacia una persona Eventualmente, esta dependencia al otro deviene una condicién tan patolégica que afecta a otras relaciones. Mulry (1987) ha definido claramente la codependencia como una adiccién a una persona toxicémana.Peele y Brodsky (1975), por su parte, afieman que Una relacién personal puede ser tan compul- siva € impulsiva ~overdriven~ como fo es la dependencia (adiccién) quimica. En otras pa- labras, este tipo de relacién también supone una adiccign (Wright y Wright, 1991).Seguin Cleveland (1987), la codependencia es un término utllizado para describir un patrén exagerado de dependencia llegando hasta la negigencia de si mismo y debilitando su pro- pia identidad, Schaet (1987) afirma que la co- ' Aleohdlicos andninws (A.A.), Codependientes andnimos (ACOA). 2 00 dependencia se caracteriza por un patron exagerado de dependencia al punto de ser negligente con la propia persona. Lo original de esta autora es la contextualizacién de las adicciones, toxicomanias y condependencia, dentro de una sociedad y cultura que favo- rece dichos comportamientos.En este senti- do, la sociedad esta enferma (adicta) y, en consecuencia, también lo esté el individuo. El término codependencia describe esencial mente el mismo sindrome que el descrito por Norwood (1985) cuando habla de adic- ci6n al amor. La codependencia es entendida como una ‘dependencia al igual que la toxicomania yen este mismo sentido, la persona codependiente transforma el objeto de de- seo en una necesidad, La diferencia entre la compulsion de una persona toxicémana y la de una persona codependiente no estriba en las dindmicas subyacentes a la adieci6n, sino en el objeto de consumicién, presentindose ambas problemnaticas como las dos caras de una misma moneda. Asi, mientras que las per sonas toxicémanas buscan de manera obse~ siva solamente las sustancias, con la finalidad de aliviar su dolor, aislindose cada vez mas de la gente y profundizando cada vez mas en, ‘el problema, las personas codependientes utilzan el comportamiento compulsivo de hacerse cargo del toxicémano para aliviar igualmente et dolor La soledad a la que el codependiente llega en este contexto, no implica necesariamente una alienacién social Aunque la tteratura sobre este tema mues- ‘tra, en un primer momento, una gran varie~ dad de definiciones y perspectivas tedricas, (Neveille, Bradley, Bunn y Gehri, 1991), pare- ce existir actualmente un consenso sobre la problematica relacional de carécter adictivo de la codependencia. De hecho, dicha carac~ teristica aparece en la definicién oficial emergida de la primera conferencia nacional sobre codependencia que tuvo lugar en Arizona, en 1989: «la codependencia es una pauta dolorosa de dependencia de compor= tamientos compulsives y de busqueda de aprobacién en un intento de estar a salvo, de adquirir una identidad y un valor de sf mis- mov (Lawlor, 1992: 19}, Donde se plantean mayores problemas es en el origen de dicha problemitica. Al res- ecto, partimos del postulado cientfico fe- nomenolégico segin el cual el ser humane no es una sustancia -ménada- situada més alla de sus relaciones con el entorne. Es més, la persona no existe fuera de una red de re- laciones (Jacques, 1982), Nuestro contexto tedrico se sitda asf en la perspectiva intersubjetiva segun la cual los fenémenos psicoldgicos no pueden entenderse aparte del contexte intersubjetivo -sistémico— en el cual cobran forma (Stolorow y Atwood. 1992). Desde esta perspectiva, el contexto intersubjetivo juega un papel constitutive de toda forma de psicopatologia (Stolorow, Atwood y Brandchaft, |994) y como tal debe ser incluido en el estudio de la misma La literatura sobre el origen de la code- pendencia parece haberse polarizado en dos argumentos. Uno de ellos pone el énfasis en la perspectiva disfuncional familar la cual ge- nera dindmicas interpersonales disfuncionales, ‘estando éstas en el origen de la codepen- dencia (Lyon y Greenberg, 1991). Dentro de esta dptica se sittan algunas definiciones so- bbre la codependencia: eH 00 4 55 456 Yertepeoense hore ta «%... impotencia adquirida? y comprende un sistema aprendide de comportamientos que consiste en unas tradiciones y eituales familia res legados de una generacién a ta siguiente y que conciernen en cémo ia familia ensefia la intimidad y ta vineulacién [...} la codependen- Gio es comprendida dentro de este contexto como un tipo de problema relacionaty (O'Gorman, 1993: 200}. «la codependencia es un esqueme de vido disfuncional que emerge en nuestra fornia de origen, asf como en nuestra cultura, producién- dose asi un paro en el desarrollo cuyo resultado €5 una hiperreaccién a fo externo y una hiporeaccién a to interne, Sin tratamiento, pue- de deteriorarse y convertirse en una adicciéroy(Friel y Friel, 1988: 157). En este sentido la codependencia se desa- rrolla como una respuesta a circunstancias, familiares cisfuncionales en un esfuerzo por controlar y establecer una estabilidad ante una situacién incontrolable e incomprensible. Esto se aborda en el sentido de la teoria del desa rrollo de la depresion y la impotencia de Seligman (1975), segdn la cual las personas con depresién son guiadas por situaciones en las cuales no han aprendido a ejercer un control sobre el entorno, la que implica que la codependencia se cristalza en una edad temprana en el infante, con un sindrome de personalidad concreto —codependencia ‘endégena- y que contintia su propia dingmi- ndencia en le antigueded clésica ca en las relaciones, mismo si la persona no vive con su familia ce origen. Estas personas tienen mayores posbilidades de estar impli- cadas en repetidas relaciones disfuncionales. La otra gran corriente -préxima al interaccionismo simbdlico- sobre el origen de este fenémeno afrma que la codepen- dencia representa un esfuerzo de una perso- na‘esencialmente normal’ para ajustarse a un ccOnyuge y una situacién de vida extremada- mente dificiles jackson y Kogan, 1963), como puede ser un adicto, sin que elo implique mayores disfunciones en el entomo familiar de origen de la persona codependiente. Lo que implica que la codependencia se confi gura en la edad adulta y que puede desapa- recer en cuanto se aleje del entormo de la persona problemdtica. Como conclusién, podemos decir que es- ‘as teorias de corte sistémico 0 interaccional concluyen, a partir de la observacién de ca- 05 clinicos, en que la codependencia es la consecuencia de una exposicién a largo pla- 70 a un entorno familiar altamente estresan- te,definiéndolo como un entorno en donde hay presencia de problemas tales como toxi- comania, enfermedad crénica, abuso fisico © incesto (PotterEfron y Potter-Effron, 1989), Para intentar aportar un luz sobre este d bate de manera que emerja una conclusién hemos recurrido al estudio de un caso clini- co que la literatura nos aporta. Elconcepto de impotencia adquirida learned helplessness- fue desarrollado por Seligman con la finalidad de explicar ta depresion experimental. Esta nocién explica como el ser humano puede ser condicionado a ver el poco o ningtin impacto que sus acciones ejercen sobre el medio, Hay cuatro temas gue subyacen al concepto: ninguna percepcién de control sobre el entorno, ninguna implicacién en las tareas, imerrupcién de rutinas y ausencia de apoyo social. 2509 2000, LITERATURA, MITOLOGIAY _PSICOLOGIA La mitologia se emparenta estrechamente con la literatura yen general, con el arte, en. el sentido de que el relato, la novela y otros géneros literarios y artisticos prolongan la narrativa mitolégica.El mito, como el arte en general, representan formas culturales, cons- ‘ituyendo la mitologia esa iteratura clésica que nos ha sido legada desde tiempos remotos La psicologla, con anterioridad a su naci- miento como ciencia independiente a finales del siglo XIX, era considerada una rama de la filosofia, es decir conocimiento, sabiduria, La filosofia, conocimiento heredado de los grie- gos, brota de la entrafia materna de la poesia “literatura (Barrientos, 1996)— que era la paiceia ~ectucacién~ més antigua de los grie- £98 (lacgeis. 1996): Ia. paidio, sindnimo de . cultura (Jaeger, 1996), deriva del griego poiesis que significa creacién, Creacién de una ima~ gen ética del ser humano que se correspon- dia con la virtud ~areté— de obrar bien. La concepcién del bien estaba estrechamente asociada con el cosmos: «todo ser es bueno cuando en é! se impone y se reatiza el tipo de orden que corresponde a su esencia, su propio cosmos» (Jaeger, 1996: 534). La paideia no estaba dirigida al ser humano como tal sino su alma, Por la paideia, la psiqué se transfor maba en algo sublime, sabio, docto, bueno. La virtud era una cualidad civica, es decir del ciu- dadano, de aquel que participaba del mundo comin en donde se trataban los asuntos huranos. En la herencia que los griegos rios legaron, existe una estrecharelacién entre li- teratura, psicologs filosofia, educacién, pol tica y cultura. Entendemos que la literatura, antiguamente poesfa y mitologia, era la cons- truccién de una imagen del ser humano en participacién con los otros; supania la cons- truccién de un cosmos, modelo humano por excelencia, de las relaciones humanas. Se ci- mentaba sobre una comunidad de diferentes unidos en sus diferencias, formando un oF den, un cosmos.No era algo natural en el ser humane y, por ello, requeria una formacién, una paideia, una cultura, De la puesta en co- min con los otros emergia un orden, funda- mentaimente ético, virtuoso, bueno. En el centro de todo ella, se encontraba el alma la psiqué considerada punto de partida de to humano. La mitologia y la psicologia han podide mantener, a lo largo de los siglos, una estre- cha relacién. La psicologia, buscando un fun- damento biogenético indispensable para su fundamento, ha side conducida hasta los mi- 1t03.y ello: porque el problema esericial que concierne al ser hurnano ya habia sido trata- do através de imagenes mititas. Muchos psi- logos y filésofos han recurrido a los mitos intentando explicar los misterios del ser hu- mano (Jager,no publicado). En otras palabras las ciencias humanas buscando al hombre encontraron el mito y elle porque forma par te de su humanidad: de hecho la constituye. Los mites emergen de las profundidades de la psiqué (Bilodeau, 1993). EI conocimien- to de los mitos dan acceso a las estructuras fundamentales del ser humano pueste que los procesos simbélicos, de orden cognitivo, subyacen al pensamiiento humano, Los mitos, 1nos revelan aspectos psicolégicos, socioldg)- cosy éticos del ser humane. Aunque la codependencia ha emergido como una nueva drea terapéutica importan- 0 457 ' te en el campo de las adicciones, pocos au- tores que trabajan la relacién entre toxico- mania y literatura han considerado esta nue~ va dimension, Una de las razones, ademas del habitual reiraso entre fos descubrimientos en una disciplina y su aplicacién en otra, es la minimizaciGn 0 negacién de las implicaciones de la adiccién en los familiares préximos, Po- cos estudios ligados con estas dos dreas, y explicitamente preocupados por la codepen- dencia,estén sin embargo empezando aemer ger actualmente: por ejemplo, Timothy Rivinus and Brian Ford en su articulo "Children of Alcoholics in Literature: Portraits of the Strugale’ y Amy Masheberg "Co-Dependence and Obsession in Modome Bovary”. De manera si- milar y come testimenio det creciente inte- rés en estas dreas, encontramos la revista Dionysios, asi como la conferencia que hubo cen Inglaterra en abril de 1991 sobre adiccién y literatura (MacGregor, 1991). Desde esta perspectiva, el mito de Eco y Narciso resulta edificante building para la comprensién del fenémeno de la cadepen- dencia,asi como su origen. Esto no debe con- ducir al engafio de pensar que ya en la Gre- cia clésica existiera el concepto de droga como problematica social, asi como la adic- cin a una sustancia en tanto que enferme. dad cientfico-natural y, por lo tanto, tampo- co el de la codependencia LA PROBLEMATICA DEL NARCISISMO: LA BUSQUEDA DEL MITO Cuando entendemos narcisismo,no pode- ‘mos impedir hacer referencia al mito de Nar- ciso y en consecuencia, pensar en ese per sonaje enamorado de s{ mismo a través de la imagen que el agua le reenvia. A partir de este mito, la psicologia y ms especificamen: te el psicoanilisis,ha trazado lineas que con. ciernen esta patologia: el narcisismo. Sin em- bbargo, en el mito de Narciso hay una parte que se ha mantenido bastante a la sombra y que hace referencia al aspecto relacional de Narciso con la ninfa Eco. El mito de Narciso, concretamente el episodio de surelacién con Eco, se presenta en este trabajo como una metéfora de la condicién condependiente. Esta perspectiva metaférica de la codepen- dencia ha sido claramente puesta de relieve por dos autores: Cermak (1986) y Donaldson-Pressman (1994). Cermak (unpublished) ve la persona codependiente como aquella que est dis- puesta a refiejar a los otros, es decir actuar como espejo reenviéndoles sus propias ima- genes Elrrelato mitico del poeta griego Ovidio que data de hace dos mil afios y que conci ne, entre otros personajes, a Eco, parece la mejor ilustracién de la condicién codependiente. En los trabajos de Cermak (199 ).la codependencia se revela como una problematica complementaria al nacisismo. En, otras palabras, la codependencia y el narci- sismo son dos manifestaciones de un mismo proceso subyacente: «si el narcisismo puede Giertamente presentorse como comportamien to necesitado, tenaz y absorbente, esto levanta la posibiidad de que Narciso y Eco sean sim plerrente dos manifestaciones de un mismo proceso subyacente» (Cermak, 1991: 141). Esta (hipdytesis de la complementariedad de la codependencia con el narcisismo, viene apo- yada por los propésitos de Freud (1914) quien de hecho reconoce este papel com: plementario del narcisismo cuando es- cribe que las personas narcisistas sienten ‘™mayor atraccién por esas otras personas que hhan renunciado a una parte de su narcisismo: «el narcisismo de otra persona ejerce una gran atraccién pora aquellos otros que han renun- Glade a parte de su propio narcisismo y buscan «el objeto del omom» (Santer, Persone y Fonagy, 1991: 19). demas Masterson (1981) distin- gue entre los problemas de personalidad rarcisista, una serie de manifestaciones mas particulares liamadas por él“narcisismo ocul to” ~closet narcissism- frecuentemente mal diagnosticado como personalidad limite. Este autor afirma que estas personas se centran en el otro més que en ellas mismas y son el reflejo (espejo} del otro, Estas personas fu- sionan con el otro para evitar la fragmenta- cin de su yo interno (Seif), El otro de la fue sion no es mas que una idealizacién. En esta forma particular de narcisisma, todavia no clasificada, hay una renuncia de’s{ mismo. La problemitica subyacente es del orden de la depresién de abandono (Masterson, 1993), Cermak (1986) ilustra a partir del mito el, contrato relacional que, segin él, base de la codependencia: Eco, queriendo ganar la afeccién de Narciso por el reflejo de sus propias palabras, pierde aquello que que: ria realmente decir, quedéndose asi con un profundo sentimiento de impotencia, sobre ‘todo del hecho de que le habia dado su pro- pio poder a Narciso. El don de su propio poder; de su propia voluntad, sacrificéndose ella misma estd en el centro de la codepen- dencia. El precio a pagar es la pérdida de la corporeidad y asi de su propio lugar de habi- taciGn.Sin embargo le quedara lalimitada voz. Eco muestra a Narciso cémo ella se le parece: las palabras eran casi las mismas, Eco sté en la, eee , hace de espejo sonore de Narciso, Las per sonas que en sus relaciones se limitan a re- figjar a los otros, a actuar como espejo son los codependientes, Para Cermak (1991), el problema de personalidad codependiente podria muy bien llamarse Ecoismo de fa mis- ma manera que el problema de personali- dad narcisista se le conoce bajo el nombre de narcisismo, Donaldson-Pressnan y Pressman (1994) emergen la leyenda olvidada de Eco en el mito de Narciso, La relacién Narciso-Eco re- presenta la metafora de la familia narcisista. Narciso representa el sistema parental mien: tras que Eco representa la progenitura que intentard tener la atencién y la aprobacién de los padres a través del reflejo reactive de las necesidades emocionales parentales sin desarrollar asi jamds su propia voz, En estas + dindmieas disfucionalés esa responsabilidad dela descendencia el conocer y responder a las R€desidades de los padres. * Eh’ dna investigacién exhaustiva y profun da sobre el mito de Narciso y Eco, hemos encontrado tiertos articulos que analizaban “Richo episodio mitico siempre como la me- +p. défora de un problematica sin nombre pero ‘que sin embargo representa todo un cuadro clinice importante sobré todo dentro de la dindmica de la toxicomania y del alcohotis- mo Yamos a realizar un breve recorrido pues encontramos que todos estos trabajos ha- blan de un mismo fenémeno:la codependecia. Elarticulo de Claudette Lafond (1991) si- ‘tia la problematica ecética en la dptica del Proceso de subjetivacién. La autora toma como punto de partida una problematica Particular encontrada en su practica profe- 5) 300 sional. Se trata de una serie de sintomas que presentaban ciertos pacientes. Todos los sin- tomas le levaron a la rellexién sobre el suje- to, es decir su existencia, La autora piensa Eco y sus padres. Encontramos la falta de es- pacio psiquico en Eco para crear su propio espacio habitable, su morada, ya que se en- cuentra secuestrada en el espacio parental que se trata de «... una subjetividad que no un espacio conflictivo entre los céryuges. En tha podide tlegar a ser» (Lafond, 1991: 1639), contraremas también la condena de Eco La persona no ha podido edificar «... ura ser el espejo sonoro del otro por la pérdida :itologio personal sin fa alienacién de Jo rele- de su capacidad de palabra, fruto de un cas- Gi6n imaginaria con el otro» (Lafond, 1991: tigo maternal; encontramos también la pro- 1640), Este imposible sujeto no ha podido —_blemiética incestuosa del padre para con las construir su yo, su morada.a través de... la _hermanas de Eco y encentramos finalmente posesién psiquica de su territorial‘ donde uno la dificultad relacional de intimar en su rela- se siente en su casa con un perimetro bien de-_ciévcon Narciso. inal del drama es la inexis- finide y oly donde Jas aperturas hacen posible tencia de Eco en tanto que sujeto, Eco inten- evolucionar, Un lugar que se construye en un ta construir su propia habitacién intentando tiempo. Un lugar que contenga, paralelamente entrar en relacién intima con Narciso, aun al tiempo, y que constituye ia historia del swe- que no lo consigue. En otras palabras, su re- to» (Lafond, 1991: 1640). Comprendemos que —_facidn con Narciso deviene también tan alie- el desarrollo de un yo (Self), de una subjetivi- ante como la mantenida con sus padres, Eco __ dad, de Una, persona, ey la, creacidn qe un... no consigue establecer un lazo a partic del, Ts efpatio, de habstacién, que fe eertog Saggs” chal Bethy . Beep Yetpenen ers a cafe ey erie sen r nance’ sus bozos ol desead cela. Hye éy.al 390 fa algo les nanos de abrazo. «Morré antes ce, cade que te aes de ib. Eto na repité nod @ 70 cae adueies de min Despreiaa se oeuto en of be que y vergoreodta cube su coo cur rames.y a par de entonces vive en saltvias cxsas pera. sh embar 395 ove amor est dentro y cece can ef dlr del echo 2a las insrmves preacypadenes amenguan su cuer po que mueve 0 compas to celgarez canvae su piel y to el jogo de su cuerpo se wa hac fs aves solamente fe quedan fe voz y los huesos permanece la wo cuenten que ls huesasacoptaren 4 fg de na pea. A part de ese momento se oauta enlas 400 Dasques yo es vite en moniafa alguna es ada par tad: ef sonido s el que we ene ANALISIS DEL MITO La narrativa literaria mitolégica de Eco se estructura en tres partes: el castigo de juno a Eco (primera metamorfosis), la relacién de Eco con Narciso, y finalmente la conversién de Eco en sonido después del rechazo de Narciso a Eco (segunda metamorfosis) ECOY EL ESPECTRO FAMILIAR En esta parte de la narrativa, tenemos una rica descripcién de la dindmica familiar Mien- tras que |piter esposa de Juno y padre de Eco, se abandonaba a los juegos amorosos con las ninfas de la montafa, hermanas de Eco,Juno (madre de Eco) lo intufa y queria, saber qué ninfa concretamente era con la que su esposo se diverta, Eco, tan habladora, dis- trajo y divirtié incluso a Juno, de manera que durante ese tiempo las ninfas pudieran esca- parse. Juno se da cuenta de lo que Eco inten- taba hacery en consecuencia, le condena ala ecolalia. El castigo de Juno es asf una regre- sidn hacia un estado anterior del desarrollo, es decir una vuelta al estado natural de la palabra humana. La ecolalia es una fase pro- pia del desarrallo del infante (Barclay, 1993) y que debe desembocar en el desarrollo de la palabra. Al respecto,subrayar que el térmi- no infante viene del latin infans que quiere decir'sin palabra’ Esta fase ecctica comienza hacia los cuatro o cinco meses, es decir dur vante la fase simbistica con la madre. Esta fase se comprende como una apertura al mundo, una receptividad hacia los sonidos del ambiente; sonidos indiferenciados, aunque se ha demostrado que el infante distingue algu- nos de ellos. Pero por otro lado, la ecopatia es una pa- tologia aduita caracterizada por la repeticién idéntica de fragmentos después de la emi- sion de palabras hecha por otro y que se observa en ciertos estados psicoldgicos de confusién. El origen de esta patologia parece hallarse en un estado de privacién (Barclay, 1993), Elkisch (1957) aborda la significacién psicoldgica del espejo y establece una rela cidn entre esta significacién y el fenémeno ecético representado por el personaje mit co de Eco.Al parecer este desarrollo patolé: gico emerge de una fjacion narcisista hacia la madre iQué significa el castigo de no poder ini- ciar una conversacién? En esta primera me- ‘tamorfosis, la condena a repetir las uitimas palabras de la frase de los otros tiene conse- cuencias importantes. El pasaje de la conver sacién a la ecolalla significa una regresién im- portante. Significa igualmente una naturaliza- las traducciones francesas ¢ inglesas. 750 2000 cidn de la palabra.es decir el lenguaje huma- no se transforma en lenguaje natural -balbu- ceo~ que consiste en emitir sonidos sin signi- ficado y direccién claros, lo que imposibilita cl ser reconacido por lo otros. De esta ma- era, Eco no puede responder ni por el si- lencio, nico espacio en donde la palabra de! otro puede emerger, ni dirigirse a otro en primer lugar. En consecuencia, el castigo va en a... direccién inversa a} proceso de subjetiviocién» (Lafond, 1991; 1641).Dado que la humanidad del ser se adquiere en conver- saci6n con el otro dentro de un contexto intersubjetivo o interrelacional, Eco no po- dra adquirirla y su proceso de humanizacion quedara comprometido. Sin palabra no hay expresién y sin ésta, no hay existencia huma- ra, La pérdida de iniciativa al dislogo en Eco es la pérdida de la capacidad de dirgirse yen consecuencia de construir una relacion intersubjetiva y hospitalaria con el otro, en definitiva, de construir una morada humana, En esta pérdida de la capacidad dialégica hay igualmente una imposibilidad de escucha del otro, lo que significa una imposibilidad de re- bir al otro en tanto que invitado para offre cerle la hospitalidad, Hacemes un paréntesis para especificar que la conversacién de Eco antes del castigo era un parlar, es decir un hablar desmesura- do, en abundancia, cuya finalidad era no co- municar nada sino entretener: Esta mane- rade hablar lejos de revelar al sujeto hablan- te como es el caso de la palabra dirigida (Arendt. 1961),lo que hace es aturdiral otro, dejindolo fuera de juego. Se trata més bien de una palabra compulsiva que sirve para confundir y aturdir al otro. Se trata de un dis- curso vacio, un monélogo. Las palabras no revelan nada del sujeto hablante, Se trata de meats ores YO una palabra que, habiendo perdido su sent do espectiico de formar una comunidad hu- mana, una unién, deviene un medio y ne un fin en si mismo. Ello se produce cuando se est por o contra alguien (Arendt, 1961). En este caso podriamas decir que Eco estaba contra Juno y con jupiter y sus hermanas Todo ello nos deja entrever conflictos entre los esposos, entre Eco y Juno y finalmente entre Eco, juno y jipiter Por otra parte, Eco est condenada a se- guir al otro de cerca para que pueda repetir fielmente sus palabras. En otros términos, Eco no podré mantener una distancia propia € inherente al dilogo, sino que es condenada a una relacién simbiética con el otro; una re- lacign en donde haya fusién entre ella y el otro, El castigo implica también una falta de ini- Ciativa en la actién de ella. Ella no actla sino que reacciona al otro,repitiendo las palabras: Eco es reactiva, En psicologia, la reaccién es del orden de la impulsividad y de la inmedia- +tez (Le Petit Robert, 1991). La impulsividad es‘actuar’ segdn la impulsién del movimiento donde los actos no son reflexionados sino esponténeos en el sentido de naturales, ins- tintivos, es decir fuera del contexto de la conversacién humana. En otras palabras, son actos involuntarios, automaticos, maquinales, reflejos Lanocién de inmediatez hace referencia a carentes de mediacién, sin espera, La inmne- diatez es del momenta presente. Inminente, de inminere, quiere decir amenaza. Se trata pues de una reaccién ante la proximidad del otro concebida como amenaza y.en este sen- tido,lo es puesto que no hay mediacién algu- na entre ellay el otro, Se trata de una proximi- iy 467 468 "Yoocerdercey mesure cxpen ots nied sca dad en donde ambos personajes pierden los limites, Se trata de una relacién no intencion nada, no dirigida, en bruto, Porqué Eco toma el papel de distraer a Juno? jporqué Eco no mantiene relaciones sexuales con jipiter como lo hacen sus otras hermanas? Ovidio nos muestra aqut una nin- fa de la montaria, Eco, que no participa direc- tamente de los juegos amorosos de su padre y sus hermanas pero que los favorece de manera indirecta. Para ella, parece mis im- portante retener a Juno que dejarse ir ella misma a una aventura amorosa con Jipiter: Eco, de alguna manera, evita los contactos sexuales intimos con los hombres y ello se reflea claramente en otras versiones més an- tiguas del mito de Eco. n éstas, Eco tiene un gran admirador; Pan, el dios de los bosques y las praderas, Pan castiga a Eco por su recha- 70 a unirse a él a ser desmenuzada por otros pastores. Eco rehusa unirse a otro hombre y, de hecho, en la eleccidn de Narciso no haloré consumacién sexual con él Por otro lado, Eco tiene una gran compli- cidad con jupiter manifiesta en el hecho de que protege su placer: Pero jdénde se sitva su propio placer? En el grado de placer de Jépiter primero, de las ninfas en segundo lu- gar y fnalmente en el de Narciso, la busque- da afectiva de Eco «... toma el camina de fo {gratiffcacién narcisista del otro» (Lafond, 199 | 1642), En otras palabras, Eco no parece te- ner un placer propio sino que éste parece ser el de satisfacer el de otros, incluyendo su madre, pero también veremos que se trata de una satisfaccién indirecta. JUPITERY JUNO Jipiter es un ser diving, un dios en la mito- Jogia griega, que se caracterizaba por sus in- numerables relaciones sexuales extraconyu- gales con mujeres més jévenes Tenemos aqui el personaje de un megaiémano con dificul tades importantes ante la intimidad relacional confundida con la intimidad sexual. Un per sonaje que necesita constantemente esa ju- ventud perdida que no deja de anhelar en otros, En todo ello reconocemos marcados trazos narcisistas en la figura del dios Jupiter Juno, en la ritologia griega, ha sido descri- ta en general de manera poco halagadora. Mujer extremadamente celosa justificado en parte por las numerosas mujeres" honorades” por Jipiter Es deserita como una mujer colé- rica y rencorosa pues jamds olvida una inju- ria. Estd persuadida de que los hombres son més felices que las mujeres y tienen mayor placer (sexual). De alguna manera, ella envi- dia a los hombres. En la mitologia, Juno es la diosa protectora del matrimonio y se ocupa~ ba especialmente de las mujeres casadas (Hamilton, 1962), protegiendo la integridad de sus hogares. La relacidn entre los esposos no parece ser una relacién reciproca puesto que Juno mantiene una relacién de espia hacia su ma- vido. Eco, por iniciativa propia, se interpone entre Juno y jipiter y se convierte en una especie de chivo expiatorio entre aquello que 5 causa de ltigio entre los esposos. Estamos ante la dindmica familiar en donde la ‘triangulacién hace acta de presencia. Este fe- némeno se define como «una pauta de co- ‘municacién utizando @ una persona como in- termediorio» (Friel y Friel, |988:74). Eco ejer- ce una funcién particular en la economia pst quica parental, con lo cual ella no es una per sona auténema y diferenciada: 7) 2005 «en particular el mito nos dice [...] que cuor- do hay une conexién ausente {...} entre padre y madre (juno y jipiter), ta hija estaré abocada aun papel de mediador en una alianzo-estruce tura viangulor,sirviendo como un afecto-puen- te entre ambos progenitores -{...] y al mismo tiempo aportando un portavez 0 canal para e! deseo no expresado de Ja madre que es el de cconectorse con su rarido y su vider (Kalsched, 1980: 55). El término ‘mouthpiece’ se refiere a un medio para expresar las opiniones de otros De hecho, en fa etimologia del término eco encontramos esta nocién de portavoz, parti- cularmente en el periodismo, en donde el término eco tiene la signifcacién de propa- gacién de una noticia, En este sentido, el tér- mino eco es concebide como un agente de cifusién indirecto, Dicho de otro mode, el eco es la voz de la opinién (publica) de alguien y en ciertos patses encontramos hoy esta ape- lacién en un periédico donde las pequefias noticias circulan. «Coma puente mediador en fa indifevenciada atmésfera de dicho ambiente familar, hija nunca desarrolia su propia diferenciacién inter- ‘na y autonomian (Kalsched, 1980: 55). En tan- to que alma o principio del sistema familiar, Eco... nunca Hega ella misma a tener su pro- pia énimo, a encaenarla» (Kalsched, 1980-55). Dicho de otro modo, unadie ha sido jamés eco de Econ (Lafond, 1991: 1642). El alma es el principio, el fundamento, el origen, la fuen. te y no hay otro principio o fuente anterior Asi, comprendemos que el principio hurna- no, el origen, reside en la mediacidn simbdii- ca de una relacign intersubjetiva con el ctro, pero este principio no esté encarnado por tuna persona dentro del sistema familiar sino sonics Y por la cultura, lo simbélico entre las diferen- tes relaciones que se tejen en la familia. Sin embargo, en este tipo de familias, la persona que juega el papel de portavoz es elevada a la categoria de principio o fuente familiar; de ahi su sensacién de no ser percibida por na die ni nada y en consecuencia su sentido de desarraigo. EI mito nos oftece una imagen apropiada de «ia injurio norcisista ocuita en te persona» {Kalsched, 1980: 57) de Eco. En otras pala- bras, Eco «es ef nucleo ocuito, herido que nun. a ha encontrado una voz real 0 sustancio en- carnada en el mundo» (Savitz, 1986: 332) Jipiter mantenia relaciones sexuales con las hermanas de Eco, y Juno es la madre de Eco. En defintiva, podemos hablar de un en- toro familiar en donde el incesto esté pre- sente. Sin embargo, Eco no es la persona incestuada directamente, sino sus hermanas. En la narrativa, Eco defiende a su padre y el acto incestuoso de Jpiter hacia sus hijas (hs manas de Eco). De alguna manera Eco des- via el deseo de su madre y defiende a su pa- dre de la intrusién maternal. Este detalle de la narvativa, concerniendo la complicidad pa- re-hija, identifica a Eco como la nifia de sus ojos. Eco mantiene una alianza secreta con su padre y forman asf una coalicién contra la madire, aunque el precio a pagar por el servi- io prestado a jipiter resulta muy caro. Eco lo paga con la pérdida de su alma, de su pala bra, de su psique La transgresién del tabii del incesto entre Jopitery las ninfas, la intromisién de Eco en el conflicto parental y las coaliciones familiares nos hablan de un entorno poco eiferenciade, ‘en donde las diferencias transgeneracionales estan borradas. Ba mo 469 470 Yoocepeneac y trae La cabspendenc ne engded lee A pesar del castigo del cual Eco es objeto, ella no maidice nia jupiter ni a juno, lo que plantea interrogantes. Eco guarda el secreto sin decir nada, sin defenderse, tomando el castigo como si ella fuera verdaderamente la culpable, como si ella lo mereciera reaimen: te. ECOY NARCISO El primer elemento que nos llama la aten- cin en el mito es el deseo de Eco por Nar. iso, Se trata de un deseo ardiente. a pasién amorosa que nos hace ir hacia el otro. Este movimiento implica un oscurecimiento de las diferencias, una fusi6n. Se trata de un mundo en donde hay una supresién temporal del deseo de ser reconocido. Este mundo repre- senta la indiferenciacién, en donde la emer gencia del ser humano en tanto que sujeto por lo tanto, diferenciado det otro no es po- sible (Jager, 1997). Para que el sujeto pueda manifestarse en su plena subjetividad debe haber un umbral a atravesar, una distancia creadora que permita una relacién intersubjetiva (Jager, 1997). La creacién de este umbral se hace posible por la distancia tomada con respect a nuestras necesida- des y deseos inmediatos, cediendo asi un es- pacio al otro, Ello hace posible la emergencia de la intersubjetividad, en donde el encuen- tro pueda tener lugar a partir de la instala- cién de un umbral que abre asf la puerta al didlogo (Jager, 1997). Sin embargo, Eco no puede establecer un didlogo, puesto que ella estd condenada a repetir sonidos, palabras, es decir a espiarlas. Un elemento importante a subrayar nos lo da el hecho de que Narciso pide la pre- sencia de alguien. En efecto, en el mito, Nar ciso vaga, pues se encuentra separado de sus compafieros. Este sentimiento de soledad le confunde. Narciso se siente perdido, confuse yeante este estado, pide la presencia de al auien, de ese otro que pueda aclarerle, Ovidio nos pone aqui ante la realidad humana de la presencia del otro, como el elemento de en- cuentro verdadero y real de uno mismo, La presencia del otro en un espacio salvaguar dado por un umbral, nos estructura, nos ikt mina de manera que podamos salir de la con- fusin, del caos. De este encuentro emergen dos subjetividades diferenciadas y auténomas, Eseen este sentido que la relacién con el otro ‘sla condicién humana del ser:Sin el otro en tanto que invitado, estamos perdidos, confu- s0s.Pero para el encuentro es necesario rea- lizar el sacrificio de distanciarse de uno mis- mo y entregarse ai otro.a su encuentro, crean- do asi una apertura Narciso, sin querer realizar este esfuerzo, espera del otro que lo saque de la confusién, del caos en el que se encuentra. En realidad Narciso pide la presencia del otro, pero no camo invitado, sino come prolongacién de sf mismo, para algo concreto. En este desencuentro, Narciso no busca la conversa- cién festival didlogo con el otro, su presen- Cia, sino é! mismo. Es del orden de! mondlo- go. Narciso, en el mito busca el refiejo de sf mismo en el otro, Pero para ello, el otro tie- ne que ser transparente, no puede exist Pide al otro que sea su espejo para que él pueda constituirse como persona pero «... este reflejo es la comunidad humana a la cual él pertenece quien se la da» (Laborit, 1976: 76). Entendemos que Narciso no fue refljado, reconocido por esta comunidad humana, comenzando por la familia, pues es un hijo ilegitimo fruto de una violaci6n. Por ello, Nar- Bay 300 iso prefiere la tlusién del otro al otro real mente, pues el otro seria su alteridad y no su imagen. En realidad Narciso no puede ena- morarse del otro pues ello significaria que el otro no es él, no es su imagen, sino su dife~ rencia,su alter-ego. Narciso estd todavia en la busqueda de su propia individualidad, de su propia identidad y la diferencia, en estas ci cunstancias, es concebida como una amena- za para su fin. rechazo de Narciso por Eco no es mas que el rechazo de la diferencia, el rechazo del otro en tanto que sujeto, pues su propia identidad se siente amenazada de desaparecer, de fragmentarse. En el mito, Narciso es seducido por esa copia sonora exacta de sus palabras y por ello, pide a Eco que se manifieste. Eco, ena- morada de Narciso, le seguia por todas par: tes sin que é! lo sepa, pero al1no poder iniciar una conversacién, se mantiene ala espera de que éste pronuncie algunas palabras. Cuan- do lo hace y escucha sus propias palabras, Narciso creyé que alguien le respondia. Nar iso tomné esa repeticién por una respuesta Es esta perfecta empatia de Eco la que sedu- ce a Narciso, quien asi se acercaba a su sue- jo, a su ideal, Llegados a este punto, queremos subrayar algunos puntos importantes. El primer punto hace referencia a la corporeidad de Eco. En el mito, Eco aparece corporalmente slo cuando Narciso le propane reunirse. Hasta ese momento. y después, Eco se escondlia en los bosques escuchandose de ella sdlo la vor. Luego su presencia se anunciaba por la voz, El segundo punto, si prestamos atencién a | narrativa, es que ante la proposicién de Narciso para reunirse, Eco repetiré solamen- +e la palabra unirse,cuya connotacién es total- rots ora mente diferente.De esta manera, Eco puede manifestar su propio deseo de intimidad sexual con Narciso (Hannan, |992).Con ello, Eco rompe la imagen sonora perfecta ervia~ a para seducirle y se presentard ella misma como siendo el otro diferente con corporeidad e iniciativa. De alguna manera rompe el contrato relacional existente entre ambos, Tercero, Eco estaba ya enamorada de Nar iso antes de que éste la reclame en su pre- sencia, De hecho, Eco le segufa furtivamente, esperando una oportunidad para repetir sus palabras y asi manifestarse. Eco espia a Nar ciso y cuando puede, salta a abrazarlo como cualquier cazador que espera su presa. De alguna manera, Eco hace lo mismo que Juno: espiar y saltar cuando la presa cae en ia tram= pa. El espionaje representa aqui la modalidad de interaccién unilateral, un amor de una sola, direccién, ‘Cuarto,el amor de Eco por Narciso crece y se retro-aimerta, EI hecho de seguitle y espiarle de cerca alimenta su amor por él Noes pues el contacto con él lo que alimen: ta su amor. Lo que alimenta su amor hasta quemarla de pasién es Ia distancia, a espera Parece pues un amor idealizado, fantaseado puesto que el otro real no estd presente. La ambigtedad de la relacién se manifesta en diferentes contextos de la narrativa mitica Al respecto, hemos destacado el cambio de palabras -unién por reunién-, cambiando ast el contrato relacional ~de imitar por presen tarse, Hemos destacado también el gesto de aproximacién répide que hace Eco, el cual 1no deja espacio ni tiempo para una respues- ta del otro, Echarse al otro abrazindole es un gesto sin autorizacién del otro; le que hace aw 471 472 que este gesto tenga una connatacién de asalto, de ataque, de fuerza.No es una invita cidn a amar al otro, Parece més del orden de un rapto, Finalmente, Narciso se siente de~ cepcionado por esa imagen sonora, esa voz que al alternar, cambia el propésito del en- cuentro que é! proponia: «alternae deceptus imoge vos» (Hannan, 1992). En esta relacién, ambigua vemos que cada uno pretende pre- sentarse al otro, con una demanda personal. Por un lado esta Narciso, cen su necesidad de fusionarse con el otro, con la finalidad de que este otro le refleje. Se trata de una rela cidn maternal pues el papel de la madre es esencialmente el de ser el espejo del infante. La demanda de Eco es también clara:preten. de la unién marital con el otro sin que éste pueda decidir La necesidad del otro parece asi un imperativo mds que un deseo. El nudo del crama entre Eco y Narciso se sita justamente en el momento en donde intercambian el contrate relacional. La no reciprocidad del intercambio es puesta en evidencia cuando Narciso, escapando del abrazo de Eco, le dice:"moriré antes de que te aduefies de mf"”.A to cual Eco responde- rate aduefies de mf" Etimokigicamente y, en este contexto, el término “copia” hace referencia a la plenitud en el sentido de abundancia (Bremkman, 1976)- que se siente ante el otro. La presen cia amorosa del otro satisface el deseo del ser humano de sentirse completo, Nos hace sentirnos vivos, plenos, satisfechos. En este sentido, Narciso rechaza no solo la relacién con el otro, sino ese sentimiente profundo ‘Quam sit tibi copia nostri” ‘Sit 1ibi copia nostri” de unign y de satisfaccién que se aleanza con el otro. Por su parte Eco,a pesar del rechazo, acepta dar ofrecer su presencia sin respuesta del otro y,en consecuencia, tampoco conse- guird satisfacer su deseo de plenitud ya que no hay reciprocidad en la relacién. Eco, a pe- sar del rechazo, continua amando a Narciso. Pero si prestamos atencién al texto, Narciso no pudo escuchar las utimas palabras de Eco, © lo que es lo mismo, Eco hablé sin auditorio, sin que nadie la escuchara. La complementariedad de estas dos diné- micas relacionales ha sido puesta en eviden: cia en esa relacién interpersonal. Este episo dio mitico testimonia la gran sensibilidad de Ovidio hacia su gemelidad y hacia una fata de un yo consistente en ef narcisismon (Savitz 1986332). NARCISO: En este episodio del mito, encontramos a Narciso a la edad de 16 afios, es decir en plena adolescencia, En cuanto a su aparien- cia, nos da la impresién de ser, en parte, to davia un nifto y por otra un hombre, Sin em- bargo, en el mito se le considera un nifio ("puer") de aspecto andrégino. Su contacto con los jévenes de su edad que le encontraban por otra parte muy de- seable, se caracterizaba por una actitud arro- gante, De hecho Ovidio habla de “dura superbia” (Zwettler-Oite, 1989), es decir un orgullo solide. Los otros no le conmovian (Zwettler-Otte, 1989).Ya se anuncla en Nar ciso una falta de contacto con los otros. Sin Be Sa embargo parece desear ardientemente la proximidad fisica de los otros, puesto que la busca, ‘Cuando Narciso muere, su cuerpo desapa- rece y en su lugar se encuentra una flor: el rnarciso. Se trata de una flor que, como con- secuencia de su efecto téxico, simboliza el entorpecimiento de la muerte «... pero de una muerte que no puede ser mds que un sue on (Chevalier y Grant, 1982:658). El término narciso tiene su raiz en la pala- bra griega narké, de donde viene el término narcosis, que quiere decir embotamiento. Dicho término hace referencia a una «ralentizacién de las funciones vitales» (Le Petit Robert, |991),a una «disminuicion de la sensibilidad, de la actividad sin pérdida de consciencia» (Le Petit Robert, 199 1)-También revela igualmente una ralentizacién de la ac- tividad psiquica: abatimiento, inaccién, depre- sion. En el dominio médico, el término nar cosis —de donde viene narcstico— hace refe. rencia a un «suefio provacado por la aecién de narcéticos, de anestésicos» (Dictionaire ethymologique Quillet de la langue francaise, 1959: 1253). A partir de este término griego narké va. mos a profundizar en este personaje mitico de Narciso y que tiene su corolarie, come lo vamos a ver en la figura del toxicémano. Come hemos visto el términe griego narké describe un importante trazo de personali- dad,a saber aquel que vive en un sueiio, vive anestesiado. Esta anestesia de la vida carac- teriza pues este tipo de personalidades. Tal y como lo hemos visto, Narciso es un perso: naje mitico que representa el repliegue so- bre sf mismo debido a una incapacidad para ver al otro en tanto que alter: Busca al otro Inns nvern YO como una prolongacién de s{ mismo. un es- pejo para asi confirmar su propia existencia y sacarle del caos y de la confusién en la que se encuentra, De ello se deriva una especie de suefio o letargia profunda que bien pue- de tratarse de la depresién, El término de letargo viene del griego fethargos y hace referencia al mito del rio mmitico de los griegos Lethe. En el mito, aquel que bebia demasiado del agua de este rio era inducido a un estado letargico, de tal manera que olvidaba la tarea humana de atra- vesar el rio de un lado al otro, Este término, contenido en el de narké, nos indica un alto en el movimiento de atravesar el rio, movi- miento que suponia la humanizacién del ser ager; no publicado), En el mito, hemos visto que Narciso bus- caba a alguien préximo a él pues se habia perdido de sus cararadas, La busqueda del otro aparece aqui motivada no por el deseo de encuentro con el otro, sino de salir de la confusion en la que se encontraba, EI otro aparece aqui como un instrumento que le ayudard a salir de su propia paradoja. Nes encontramos asf con la utllzacién del otro para sus propios fines, Necesita del otro para verse, para ser confirmado en su propia exis- tencia.En este sentido, el otro es transparen- te para 61 Por otro lado, Narciso se presenta en el mito come un ser que necesita ayuda, que sufre de su inexistencia. La herida de Nar- ciso esta en el terrible sentimiento de impo- tencia en cuanto a la inaccesiblidad de su amor representado en la narrativa bajo el tema del espejo.EI tépico de la metafora del espejo abre un amplio y profundo tema con- cermiente al doble, a la sombra y ala pérdida de su propia alma (Eikisch, 1957), es decir su 500 474 muerte. La busqueda constante de si mismo a través del reflejo que el otro le puede pro- curar,nos lleva a su enorme necesidad de ser reflejado para que pueda desarrollar su sen- timiento de estar en el mundo. Sin embargo. esta indiferencia que siente por el otro es lo que le da el sentimiento de estar perdido. A partir de este sentimiento de que algo le fal- ta, busca al otro para llenar el vacio. La anestesia, la depresin, el letargo parte del hecho de que no puede realizar ningtin encuentro con un alter.es decir con un suje- to diferente de él, lo que le procuraria un sentimiento profunde de tener un sitio legiti- mo, una morada propia. Narciso se encuen- tra paralizado, no hay movimiento hacia el otro, Utilizando la metéfora del rio griego Lethe, no es capaz de atravesar el rio e ir al otro lade. En eltérmino griego de narciso se encuen- tra la raie griega narké de donde deriva nar. cético, droga. Sabemos por numerosos estu- dios y relatos clinicos que la depresién se encuentra subyacente en el fendmeno de la toxicomania. El abuso de las drogas sirve para anestesiar una parte dolorosa de la persona que consume, una especie de vacio. La droga deviene un medio de aliviar el sufrimiento interior la falta de encuentro con el otro. Narciso, por todo lo expuesto hasta ahora, representa la metéfora de la condicién del toxicémano o adicto situado en el registro nosogrifico del narcisismo (Bergeret, Leblanc etal, 1984) CONCLUSIONES _ El mito presentado aqui, bien que imagi- nado en una época que no es la nuestra, pue- de perfectamente corresponderse con la rea- lidad conternpordnea que se manifiesta en el terreno de las adicciones, El entorno familiar de Eco se nos dibuja como un entorno altamente disfuncional en. el sentido en que los autores Donaldson- Pressman y Pressman (|994) han definido la nocién de disfuncién familiar: Segin estos autores, la disfuncién reside en el sisterna parental de la familia, es decir aquella en don- de las necesidades parentales se anteponen a las de los hijos, concebidos como meros instrumentos de satisfaccién parental. Esta estructura familiar es la bautizada por estos autores como familia narcisista. El mito nos revela cémo las necesidades del padre se han antepuesto a la de su progenitura y cémo el conflcto entre los padres toma un cariz prio ritario al punto de producirse una triangulacién, Las fronteras generacionales se borran, desapareciendo asf cualquier limite que pueda proteger y defender la seguridad y la identidad de los infantes, Aunque el pa- dre no presenta antecedentes de toxicorna- nia, e! incesto esté bien presente en la narra- tiva, Los papeles se han invertido en cierto modo, de tal manera que e! padre ha pasado asser el nifio que necesita satisfacer sus part: cularas necesidades sexuales extraconyuga- les, las hermanas han pasado a desempefiar ciertas funciones de esposa y la madre, que parece la tinica autoridad que queda vigente, la utiliza castigando a Eco en vez de resolver el problema con quien en realidad lo tenia, que es su marido. La madre de Eco estaba primeramente centrada en la vida amorosa del pacrre. Esta aparece como su principal pre- cocupacién. De hecho, en la mitologia.ella est Bane considerada como la diosa protectora del ma- trimonio y no de la familia de la descen- dencia La eleccién de Narciso como pareja nos parece relevante pues ello ya implica una in- satisfaccién de los deseos de Eco de entrar fen una relacidn intima. Si en algo se aserne- jan piter y Narciso es en ese trazo infantil de permanente juventud en el cual ambos nadan. Ambos personajes son incapaces de acceder a una relacién intima madura. Am- bbos se presentan como unas personas cen- tradas en sus propias necesidades y perciben al otro come una prolongacién de ellos mis- mos, Narciso representa tanto al cOnyuge adicto como al sistema parental, el cual, por diferentes razones,-en este caso incesto,toxi- comania y conflicts parentales— estén involucrados en la satisfaccién de sus propias necesidades. Eco representa el otro cOnyuge asi como la progenitura intentando ganarse el amor y la aprobacién de la otra parte del sistema, conviertiéndose asi en un reflejo reactivo de las necesidades de los otros sin desarroliar la habilidad para encontrar su pro- pia expresién, es decir reconocer sus pro- pios deseos y necesidades y desarrollar es. trategias para alcanzarlos, En definitiva, la narrativa de Narciso y Eco se revela como una impactante alegoria de las relaciones de una familia narcisista en don- de se origina la codependencia, Un sindrome. de personalidad cuyo cariz endégeno le hace vulnerable a relaciones disfuncionales, ulteriores BIBLIOGRAFIA Alvarez, C. Iglesias, R.M. (/997). Meto- morfosis. Cétedra, Madrid, Iasi fase YO Arendt,H. (1961).La condition de shamme moderne. Calmann-Lévy. Paris. Barclay, M.W. (1993). The Echo Phase Journal of Phenomenological Psychology. vol. 24 (1), pp. 17-45. Barrientos J.L. (1996). El Jengugje literario, Arco. Madrid Berman, I. (1990). 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