El sistema de la sana crítica surge en España hacia el año de 1855, en la ley de
enjuiciamiento civil español. Esa ley de enjuiciamiento civil español dispone que los jueces y tribunales apreciarán según las reglas de la sana crítica las declaraciones de los testigos. Aplicación de principios científicos, de principios psicológicos, de principios técnicos, de las leyes de la lógica y de las reglas de la experiencia a la apreciación de la prueba. El juzgador aprecia los elementos probatorios conforme a las reglas de la lógica, la experiencia y las ciencias y artes afines.
Reglas de la sana crítica
La doctrina entiende por reglas de la sana crítica a las pautas racionales fundadas en la lógica y la experiencia que hacen de la valoración judicial la emisión de un juicio formalmente válido y argumentativamente sólido.
Las reglas de la lógica
Son de carácter permanente. Sustenta la validez formal del juicio emitido por el juez. Evalúan sí el razonamiento es formalmente correcto. Validez universal y legitimación formal que le otorga a la valoración efectuada por el juez.
Las reglas de la experiencia
Son variables en función del tiempo y del espacio. Son el número de conclusiones extraídas de una serie de percepciones pertenecientes a campos del conocimiento humano, tomadas por el juez como suficientes para asignar un cierto valor a los medios probatorios. Devis echandía precisa que son reglas para orientar el criterio del juzgador directamente, para rechazar afirmaciones del testigo, o la confesión de la parte, o lo relatado en un documento, o las conclusiones que se pretende obtener de los indicios.