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Obras de Erving Goffman en esta biblioteca Invernados. Ensayos sobre la situacién social de los enfermos mentales ‘La prosontacién de la persona en la vida cotidiana Estigma La identidad deteriorada Erving Goffman Amorrortu editores Buenos Aires - Madrid Biblioteca de scilogia ‘Stigma, Notes on the Management of Spoiled Identity, Erving Goffman (© Prentice-Hall, Ine, 1963 Primera edicin en inglés, 1963; segunda edicén, 1968 Primera ediein en castellano, 1970; tereerareimpresion, 1988; coarta reimpresén, 1989; quintareimpresin, 199; sexta reimpresién, 1995; sepia reinpreion, 1998; octava reimpresién, 2001; novena reimpre: ‘te, 2003; décima reimpresien, 2005, ‘Traduecin, Leonor Guinsberg La repredecin total o parcial de este libro en forma iéatica 0 mod cada por cualquier meio mesinico, eleetinico o informatio, incluyen- 4o fotoopia,grabecién, digtalizaciono cualquier sistema de almacena- ‘lento yrecaperaeién de informaciéa, no autarzada por los edores, ola derechos reeervadce ‘© Tedos ls derechos de a edicén en eatellano reservados por ‘Amorrrtn editors S.A, Paraguay 1225, piso - COSTAAS Buenos Aires sre amorrotueditore com ‘Amorrortu editores Bspaia S, San Andrés, 28 28004 Madrid ‘Queda hecho el depésito que previene a ley n* 1.728 ‘Industria argentina, Made in Argentina ISBN-10; 950-518-0160 ISBN.15; 978.950.518.010 ‘Gottman, Erving ‘Betigma: la densidad deteriorada-1* ed, 10*reimp- Buenos ‘Ares Amorrort, 2006 176 p.: 2012 crn (Biblitecs de sociologie) “Tradvsin de: Lecnor Guinaberg ISBN 950-516-016-0 1. Process Sociles I. Leonor Ginsberg, trad. Title Dp 908, Iimproso en Ios Talleres Graficos Color Bie, Paso 392, Avellaneda, pro vinci de Buenos Aires, en mayo de 2008, ‘Tirada de esta eicin: 2.00 ejemplare. Prdlogo Hace ya més de una década que la literatura de psicologia ‘social se ocupa intensamente del estigma, vale decir, de la Sn socal Gon el sempo se agin proves 2 tiempo se agregaron pr 08 est. dios elinicos,? cuyos aleances y aplicacién abarcaron catego- im lempre mera de penton! hones tb propésito en este ensayo es reviser trabajos sobre el estigma, en especial de indole popular, para ver cudl puede ser su utilidad para la sociologia. Debemos em- prender la tarea de deslindar el material vinculado con el ‘stigma de otros hechos cercanos a él, mostrar ofmo se ‘puede describir este material de un modo econémico, den- tno de un tnico esquema conceptual, y clatficar el vineulo cxistente entre el estigma y el problema de la desviaciéa, Esta tarea me permitiré formular y utilizar una serie espe- 1 Faure los mis ipportantes se cuentan socitlogos camo E, Lemert psissiogns como K- Lewin, F. Heider, T, Dembo. R, Barker Wapst Yn coacainens B, Wah, Phe Disslty "Po. ri i ® chology, Approach (Nucea York: Harper & Row, 1960), que me ba fecltado tumerosos pérrafon para ctar y referencias de gran ut- ra ele F, Cok, Fal Deformed Pte 4a srl Megas pol fd Dee Scere Me, Gee Gta an and De 2B, Gee Bat cial de conceptos: aquellos que tienen que ver con la «in- formacién social», la informacién que el individuo trans- mite directamente sobre sf mismo. stimada Sefiorita Corazones Solitaris: “Tengo diecistis sfos y estoy desorentada; le apradeceia que me aconsejara, Cuando” pequeda estaba acotumbrada {que los chicos que vivfan en la cuadra se burlaran de mf 3 20 cca an tebe, pero ahora me gustaria tener amigos fon quienes salir los sabedos a le noche como las desis icf gin choco ew a, me au aque ballo muy bien, tengo una ta y mi padre me gape lndos vas, hac nn ari = fe siento y toe obsrvo 9 loro. Tengo un agujero en medio dela cara que assta ala gente y también 4m; por exo no puedo eulpar a los muchachos de que no Guieran fnvitarme'a sir con ellos. Mi madre me quite eo. pore a tar donate, anda gl, Que hige yo para mesecer esta terrible desgracia? Aunque fibiesn hecho algo malo, nada malo hice antes de exmpl un afo, y sin embargo nact asf. Le premunté a ml pal; te dijo que no sabia, pero que tal ver algo hice en ef oxo tata, Ean pol puss cece pose 6 on obey Eso no To puedo eres porgue éles un hombre ma inneno. gDebo sukidarme? ” La saluda atentamente Desesperada ‘Tomado de Mise Lonelyears, de Nathanael West plgs. 1415. Co. Rt © 1962 gor New Bites, Reimpso con aiocailén few Directions, editors 1. Estigma ¢ identidad social Los griegos, que aparentemente sabfan mucho de medios visuales, crearon el término estignra pata referitse a signos corporeles con los cuales se intentaba exhibir algo malo y poco habitual en el status moral de quien los presentaba. Los signos consistfan en cortes o quemaduras en el cuerpo, y advertfan que el portador era un esclavo, un criminal 0 tun traidor —una persona corrupta, ritualmente deshonta- da, a quien debia evitarse, especialmente en Iugares pli. cos—. Més tarde, durante el cristianismo, se agregaron al ‘érmino dos signficados metaféricos: el primero hacia alte siGn a signos corporales de la gracia divina, que tomaban Ja forma de brotes eruptivos en la piel; el segundo, referen- cia médica indirecta de esta alusién religiosa, a los signos sorporales de perturbacin fisica. En In actualidad, la pala bra es ampliamente utilizada con un sentido bastante pare- ‘ido al original, pero con ella se designs preferentemente 4 mal en mismo y no-asus manfetacones corporates més, los tipos les que despiertan_preocupacién hhan cambiado. Los estudiosos, sin embargo, no se han es- forzado demasiado por describir las condiciones estructura. Tes previas det estigma, ni tampoco por proporcionar tna defini concepto’en sf, Parece necesrio, por consi- ‘guiente, tratar de delinear en primer término algunos si. Puestos y definiciones muy genetales, ‘Concepciones preliminares La sociedad establece los medios para categorizar a las Personas y el complemento de atributos que se perciben como cortientes y neturales en los miembros de cada una u de esas categorias. El meio social establece las categorias de personas que en él se pueden encontrar. El inteteambio social rutinario en medios preestablecidos nos permite tra. tar con «otros» previstos sin necesidad de dedicarles una atenciGn o reflexion especial. Por consiguiente, es probable ape 3 encontaoos frente «un ea las prince awe Hlencias nos permitan prever en qué categoria se hella y cuéles son sus atributos, es decir, su eidentidad socials —para utilizar un término més adecuado que el de «status socials, ya que en él se incluyen atributos personales, como Ja chonestidad>, y atributos estructurales, como la) «cu. pacién»—. Apoyindonos cn estas anticipaciones, las transformamos en expectatvas normativas, en demands riguosimente pre Por lo general, no somos conscientes de haber formulado esas demands ni tampoco de tu contenido hasta ue surge on interrogante de indole prictica: gserin satisfechas de al ‘gin modo? Es entonces probablemente cuando advertimos ue hemos estado concibiendo sin cesar determinados. sir estos sobre el individuo que tenemos ante nosotros. Pot Feat, als demandas qu formulames sels pos dene minat con mayor propiedad demandas eaunciadas «en esen- cia», y el cardcter que atribuimos al individuo deberfa con- sidetarse como una imputscién hecha con una mirada te- ‘tospectiva en potencia —una caracteriracién «en esencian, was wed svi rtd Ta cael y Los attr que, de hecho, segtin puede demostrarse, le pertenecen, se denominarén su identidad social rea. ‘Mientras el extrafio std presente ante nosotros puede de- mostrar set duefio de un attibuto que lo vuelve diferente de los demis (dentro de Ia categoria de personas a la que Al tiene acceso) y lo convierte en alguien menos apetecible en casos extremos, en una person casi enteramente mul vada, peligrosa 0 débil—. De ese modo, dejamos de verlo ‘como tna petsona total y corricnte para reducirio a un ser inficionado y menospreciado. Un atributo de esa naturalera 3 un estigma, en especial cuando él produce en los demés, a modo de efecto, un descrédito amplio; a veces tecibe taim- bign el nombre de defecto, falla 0 desventaja. Esto constitu ye una discrepancia especial entre la identidad social virtual 2 4. la real. Es necesatio sefalar que existen otras discrepan cias entre estos dos tipos de identidades sociales; por ejem- plo, la que nos mueve a reclusifiear a un individuo ubicado weviamente en una categoria socialmente prevista, para co” Fecaio en ora ctegors diferente aunque guste pie vista, o bien la que nos mueve a mejorar nuestra estimacion del individuo. Debe adverttse también que no todos los sebuoy ndebes son tema de dc, sino dice. te aquellos que son incongruentes con nuestro estereotipo acerca de cémo debe ser determinada especie de individuos, El termino estigma seri utiizado, pues, para hacer referen- cia 4 un atzibuto profundamente desacreditador; pero lo que cen realidad se necesita es un lenguaje de relaciones, no de atsibates, Un atributo que estigmatiza a un tipo de posee- dor puede confirmar la normalidad de otro y, por consi- fuente, no es ni honroso ni ignominioso en sf miso, En Estados Unidos, por ejemplo, hay empleos donde las perso- tas sin preparacién universitaria se ven obligades » disimer lar esta carencia, mientras en otros paises los pocos indivi duos que la poseen deben mantenesla en secreto, por mie do a que se fos sefale como fracasados 0 marpinales. Ané logamenie, a un muchacho de clase media no le produce ingdin remordimiento que Io vean camino a una biblioteca ca; sin’ embargo, un criminal profesional esctibe To Recverdo que en el pasado y en més de una octsién, por cjemplo, al dirigirme a una biblioteca pblica cercana al Ingar donde vivia, miraba por encima del hombro un. par de veces antes de entrar, solo para tener Ia seguridad de ‘que ningun de mis conocides anduviera por ally me viese? Del mismo modo, un individuo que desea pelear por sx patria puede ocultar un defecto fisico, por temor a que sa Dretendido status fisico se vea desacreditado; tiempo des- ‘pués, el mismo individuo, amargado y con deseos de eva- dirse del ejército, puede lograr que lo admitan en el hospital militar, donde el descubtimiento de que no posee en reali- 17. Parker y R. Alleron, The Courage of His Convictions, Lom tes: Hutchinson &e Co, 1962, pig 108. B dad ina enfermedad aguda puede hundirlo en el oprobio.? ‘Un estigma es, pues, realmente, una clase especial de rela- ig satre atributo y estereotipo. Sin nba rg0, propongo fur sbi nif, Sn eb pepe ate ce cov ote ag aes eo os E| término estigma y sus sinénimos ocultan una doble pectiva: el individuo estigmatizado, gsupone que su calidad Seri aie cet ce oe ed ‘que, por el contratio, esta no es conocida por quienes’ Io rodean ni inmediatamente perceptible para ellos? En el pri- ‘mer caso estamos frente a la situacién del desacreditado, en cel segundo frente a la del desecrediatle Esta es a dite Lap Se decent eso de ‘estigmatizado en particular haya experimentado ambas si- ‘tuaciones. Comenzaré con la situacién de! desacreditado para continuar con la del desacreditable, pero sin establecer siem- one a ee A pln core Se em, anes Stee Ea ie om chon ce del caricter del individuo que se perciben como falta de voluntad, pasiones tirénicas o antinaturales, creencias rigi- das y falsas, deshonestidad. Todos ellos se infieren de cono- Sg let genta ee cl ef oe reclusiones, adicciones a las drogas, alcoholismo, homosexua- lidad, desempleo, intentos de suicidio y conductas politicas extremistas. Por dltimo, existen los estigmas tribales de la rraza, la nacién y Ia religiSn, susceptibles de ser transmitidos por herencia y contaminar por igual 2 todos los miembros de una familia.* Sin embargo, en todos estos diversos ejemplos de estigma, incluyendo aquellos que tenfan en cuenta los 2 react con cn vine ol alo, de M. Meloee, Counter ‘manipulation through Malingsings en ‘por derman y H, Zimmer, The Manipulation of Human Bebsvior, Nueva ‘Yorks Yan Wiley & Sons, 1961, pigs. 277308 3. la historia fpoderna, especiamenie en Gran Bresa, el saros ‘de clase baja funcionaba como un importance estgma tribal: Ios pee fos de los padres, al rpenes su ambient, eran pegades por el mi: So si este recta nalecundamente por eacima de su condidén Socal ini El manejo del eatigma de" case es, saturalente, wh tema ‘ental en it‘novels ingles 14 egos, se encuentran los mismos rasgs socoligcos: un {dividie que podla haber sido fdlmente aeptado en Un ira sta crinte ones no ave puede in eve por la fuer a nuestra atcociOn y que nos leva « Frejarnos de él cuando lo encontramos, anulando el llamado ue nos hacen gos restantes.atrbuton, Posee un ettigma, Una indeseble diferencia que no bablamor previsto. Dace at nombre de normaes a todos aquellos que no se apart negate eis epctaion pales gu neo isi. Son en consi a nde qu nso, same cs, adoptams hacia una persona que posce uh esigma, ¥ las medidas que tomamos respecto de ella, ya que son pie- cisamente estas Tespuestas as que. ia benewolente. ace Social intenta suavizar y mejorar. Cxeemos, por definiién, desde Iuego, que la-peroona que tene uh extigmn D0. totalmente humans. Valigndonos de este supuesto pracca- Inos diversoetipor de distiminacién, mediante a eal te dicimos en la péctice sunque menudo sin pensarla, sus posibilidades de vida. Constuimos una tori cel extigma, Ena ieolopla para explcar su infriridad y dar cuenta del peligro qee representa esa persona, racionlizando «veces ne animosidad que se basa en ote diferencias, como, por tjemplo, In de cae socal* En nuestro dscuro cotidiano Stlzumos como faente de metdforas © imégenes sérminos fspecficamente refeidos al estigma, tales como invdlido, istardo.y tarado sin acordamnes, por lo gener, de st significado real Baséndonos en el’ defecto original, ten ‘demos attbuisle um clevado nimero de imperteciones® J, al mismo tiempo, algunos atribotos deseables, pero no Ueseados por el interesado, « menudo de fodole sobrenats- 4D. Ricsman, «Some Observations Concerning Marginality», en Poilon, segundo wimeste, 1951, pig. 122 '5 En un ariculo de préxima sparictn, T. J. Scheff presente el cao ‘on relacén fos enermon rentals 6 Gon referencia al ciepo, ease. E, Henrich y TL, Krleel, eds, Experiments in Sursindy Nueva York: Association for the Aid. of ‘Geppled Chilaen (Asocacén para Ia Ayuds de los Nice Invél- dos), 1961, pigs 192 7 186; 9 TH My Byes Have 2 Cold Nore, New Flsven, Conn. Yale Univeraty Press, en rst, 1582 e201 5 ral, como, por ejemplo, el «sexto sentido», o Ia percepeién dde'la naturaleza interior de las coses:™ ‘Algunos vacilan en tocar o guiar los ciegos, mientras que ‘otros generalizan la deficencia advertida como incapecided ‘tal, grtindoles a los ciegos como si fueran sordos 0 ine tentando ayuderlos « incorporarse como si fuetan invélids. Quienes se enfrentan con ciegos pueden tener un gran ni mero de creencias aferradas al estereotipo, Pueden pensat, por ejemplo, que estén sujetos a un tipo tnico de discemi- Iniento, suponiendo que el individuo ciego utilize canales especiales: de informacién, inacesibles a los demés.* ‘Ademés, podemos percibir su respuesta defensiva a esta situacién como una expresién directa de su defecto, y consi- derar entonces que tanto el defecto como la respuesta son el justo castigo de algo que él, sus padres o su trib han hecho, y que justifice, por Jo’ tanto, Ia manera como Io tratamos? Dejemos ahora al individuo normal y ocupémonos de Is per- sona con respecto a la cual este resulta normal. Por Jo. ge- retal, parece cierto que los miembros de una categoria so- cial sustentan sélidamente un modelo de opinién que, se- ain su parecer y el de otros sujetos, no les es directamente plicable. Ast, un hombre de negocios puede exigit una Spngucts femenina de ls mujeres 0 una conduc actin le los monjes y no concebirse a s{ mismo como alguien debe llevar a cabo cualquiera de estos dos estos de conde. ty Ta efreci et ee leat cabo una norma, y sin: lemente sustentarla, Fl problema del estigma no surge aquf sino tan solo donde existe una expectativa difundida de que quienes pertenecen a una categoria dada deben n0 solo apoyar una norma particular sino también llevarla a cabo, ‘Tambiga es posible que un individuo no consiga vivir de 7 Gon las palabras de una mujer ciga: «Me lamaron pata ayalar un perfume, presumiblemeate porque, tendo ciega mi sonido del olf fo era sipercaciminatvos. Vease T, Keen (con N: Lobsens), Fare- well to Fear, Nuevs York: Avon, 1962, pig. 10, BA. G, Gowman, The War Blind tn' Arericon Social Stractre, ‘Nagwa York: American Foundation for the Bnd, 1957, pg. 198. 9 Fara cjemplos, véase Macgregor y cclab, op. cit, patrim 16 acuerdo con lo que efectivamente exigimos de él, y a poser de ello pemanease relavament indferente « fa fra; sislado por su alienacién, protegido por creencias propias sobre su identidad, siente que es un ser humano perfecta- mente méduro y notmal, y que, por el contratio, nosotros no somos del todo humanos. Lleva un estigma, pero no parece impresionado ni compungido por ello, Esta posbili- dad es celebrada en relatos ejemplares sobre los menonitas, kos gians, los pleaos desrergonzados y los jus muy Con todo, actualmente en Estados Unidos los ebdigos de hhonor sepsrados parecen encontrarse en decadencia, El in- dividuo estigmatizado tiende a sostener las misenas creen- cias sobre la identidad que nosotros; este es un hecho fun- damental. La sensacién de ser una’ «persona normal», un ser humano como cualquier otto, un individuo que, por con- siguiente, merece una oportunidad justa part iniciarse en iguna activided, puede ser uno de sus més profundos sen- tmientos acerca de su identidad®* (En realidad, cualquiera sea su mancra de expresatlos, sus reclamos se basan, no en To que dl piensa que se merece todo ef mundo, sino solamen- te aquellos que pertenecen a una sclecta categoria social, dentro de la cual, sin dada, € encaja; por ejemplo, toda persona de sa misma edad, sexo, prolzién, et)’ Con todo, es posible que perciba, por io general con bastante correcci6n, que cualesquiera que sean las declaraciones de los otros, estos no lo eaceptan> realmente ni estin dispuestos a establecer tn contacto con él en eigualdad de condicio- nese." Ademés, las pautas que ha incorporado de la socie- Te. normalidad .™* Carente de la saludable realimentacién (feed-back) del in- teteambio social cotidiano con los demés, la persona que se alsla puede volverse desconfiada, depresiva, hostil, ansiosa y aturdida, Podemos citar la interpretacién de Sullivan: Tener conciencia de la infrioridad significa que uno no puede dejar de formularse conscientemente cierto sentimien- {o erénico del peor tipo de inseguridad, y eso trae como consecuencla ansiedad y, tl vez, algo ain mts grave, sicon- Sideramot que Tes eelos son realmente mis graves! que la fnsiedad. El femora que los demés puedan faltarle el rs- peto a una persona por algo que esta exhibe significa que se Eentiné siempre insegura en su contacto con otra gente; y festa inseguridad proviene no de fuentes misteriosas yen ‘erta medida desconocidas, como sucede con la mayor parte de nuestra ansiedad, sino de algo que ese individuo sabe que no puede arreglar. Ahora bien, esto representa una def- ‘Gencia casi fatal en el sistema del yo, ya que este no fcultar ai excluir una formulacién definida: «Soy in or lo tanto, a gente me tendré aversin y yo no me sen- tine seguro on elloen™ Guando normeles y estigmatizados se encuentran frente « frente, especialmente cuando tratan de mantener un et- cucntio pare dlogar juntos, tiene luget una de Tas escenas Drimordinles de la sociologfa, pues, en mochos cass, son 23 Macercat y col, op. cin pi, 91.92 Fh Meee G2 Cieat Gade? ln Pchatry, HLS, Perey, M. Le Gawel'y M. Gison, eds, Nuews York: W. W. Norton & Compe sy 195, pig 18, 24 estos los momentos en que ambas partes deberin enfrentar dbectamente las causas y Jos efectos del estigma. ET individuo estigmatizado puede it que se slente inseguro acerca del modo en que nosotros, fos notmales, ‘vamos a identificarlo y a recibirlo.™ Podemos citar un ejemn” plo de un estudioso de la incapacidad fisica: Para la persona estigmatizada, Ia insegutidad relativa al status, sumeda a la inseguridad labora, prevalece sobre una gran vatiedad de interacciones sociales. Hasta que el con. tacto no ha sido realizado, el ciego, el enfermo, el sordo, el tullido no pueden estar nunca seguros si la actitud de Ia persona que acaban de conocer seth de rechazo o de acepta- Sin, Eas catanente la posi del adlezte dl negro de piel clara, de la segunda generaci6n de inmigran- tes, de la persona con movilidad social y de la mujer que ingtesa a un trabajo predominantemente masculino.™ La incertidumbre del estigmatizado surge no solo porque jignora en qué categoria ser ubieado, sino también, si la ubicacién fo favorece, porque sabe que en su fueto interno los demés pueden definirlo en funciéa de su estigma: Y siempre siento 1o mismo con Ia gente honrada: aunque sean buenos y agradables conmigo, en el fondo ven en mi nada més que a un criminal, Ya es demasiado tarde para cambiar, pero ain siento profundamente que esa es la dnica forma que tienen de , ¥ gue son totalmente incapaces de aceptarme de otra manera’ De este modo, aparece en ef estigmatizado la sensacién de ‘no saber qué es lo que los demés piensan realmente» de él. 25 Ep The Sxl ef Phe Diaby, en Jour of Sela fue, TBA, pe bo Re ashes age Gic bs pe = ven cua totes tial pilin Ge emo tudes aueat Vase "etn siggy ‘lab, op. ei, big, BY, donde se schinla que quienes estén mas ‘rameate defornaios pecestan saber con menos abigiedad ‘an 4 set recibidos en Ie interacion que quienes padecen una defor. ‘uci renos visible 26 Basher, op lt, pls. 33. 27 Parker yleston, oP. cit, pig. 111 2 ‘Ademés, es probable que durante los contactos mixtos el individuo estigmatizado se sienta wen exhibiciSan,? debien- do levar entonces su autoconciencia y su control sobre la impresidn que produce hasta extremos y dzeas de condse- ta.que supone que los demés no aleanzan. Puede también percibir que sc ha debiitado el habitual exquema que permite interpretar los acontecimientos cot dlianos, Siente que sus logros menos importantes son con- sierados como signos de sus admirables y extraordinaias aptitudes. Un criminal profesional nos da un ejemplo: ‘Me sorprende realmente que usted lea libsos como e083 n0 puedo creetlo, Pensaba més bien que leia historias espeluz- nantes, libros baratos con tapas sensacionalisas, cosas por el estilo, (Y resulta que estd leyendo a Claud’ Cockburn, Hugh Kiare, Simone de Beauvoir y Lawzence Durrell! EI no pensabe en lo més minimo que esto fuera una obser. vacién insultente; en realidad, creo que consideraba que habia sido honesto al decirme cudn equivocado estaba. Y esa cs exactamente la clase de condescendencia que usted recibe de la gente honrada cuando es un criminal. «;Qué notable! —dicen—. En algunos aspeetos usted es exactamente igual ‘un ser humano», No estoy bromeando; esto me da ganas de estrangulatlos Una persona ciega suministra otro ejemplo: {oe que antes eran sus actos ms cotrintes —caminay ie ‘preocupadamente por la calle, poner los guisantes en el pla- ‘to, encender un ‘son ahora inusitados. El ciego se’ convierte en una persona excepcional. Si lleva a cabo estos actos con tacto y seguridad despierta el mismo asom- ‘bro que un mago que extrue conejos de su sombrero." Al mismo tiempo, sente que un ceslr sin imporancia 0 toa impropedsdaceldental pueden set Interpetadoy como 2 ie ep ec es sg 5, Masinger y cab, cq cite an Thentr: Some Noter en the Brae Secon ates bn Ba Bee nope me SOEs a ce te 26 expresién directa de su estigmatizada calidad de individuo diferente. Los que fueron enfermos mentales temen a ve. ‘es verse envuelios en una acalorada discusiGn con la espo- ‘s2 0 el empleador por temor a que estos interpreten ert6- rneamente cualquier signo de emocién. Los deficentes men- tales se enfrentan con una situacién parecida: Suoede también que si una persona de bajo nivel intleenal se mete en algin apreto, ln difcltad se atrbuye, mis © Senor moment, 8 eelco mene ican «gue si una persona de ‘sinteligenca normale seamen a una dlficlted pareciéa el hecho 0 se considers into iitco de nada en particular. ‘Una muchacha con una pierna amputada, al recordar su ‘experiencia en los deportes, nos brinda otros ejemplos: ada ver que me cat e me acreaha una mulled de my jetes que cloquesban y se lamentaben como un montén de fallinas desoladas, Era may genetoso de su parte, y a la distancia les agradezco sus cuidados, pero en esos’ mome tos me sentia agraviada y sumamente molesta por su in. tervenciéa. Daban por sentado que ninguno de los tiesgos habituales propios del patinar —un palo, una piedre— se hhabfan inserpuesto entre las ruedas de mi patin. La concly. sién era inevitable; yo me tenfa que caer porque era una pobre ¢ impotente invéida*® Ni uno solo de ellos grité con sabia «iLa tind exe peli otro salvaje!» —cose que, Dios lo perdone, habia hecho en realided—. Esa como si los viejos dias del patinaje sobre Tuedas me hicieran una horrible visita fantasmagStica. Toda 4a bocng gente se lamentaba a coro: «ilsn pobrecia se caysln 511 A, De, oh Se cy of Mel Deng en Ane Shemp iSpy snes Dey Ae ead ee Ea on 98, ie Secte © Gem Sa oe ba een Deficiency ‘og Deir ‘Action Implicationss, cn Psychiatry, EVIL, FLEE «unt, tuea Yok MiG Bok Con eon 2 Cuando fjamos nuestra atencién (por lo general nuestra Vista) en el defecto de la persona estigmatizada —cuando, En sua, no se trata de una pervona desacreditable sino desacreditads—, ex posible que este sienta que ol estar pre- Sente entre los normale Is expone, sin reaguardo algun, a ver invadida su intimidad, situacin vivida con mayor ag esa, quit, cuando los nifos le clavan simplemente la mi- sada?" Esta desagradable sensacién de. sentmse expuesto puede agravarse con las conversaciones que los extraios se Sienten sutorizados a entablar con él, y a través de las eus- les expesan lo que él juzga una curiosidad morbosa sobre sa condicién, o le offecen una ayuda que no necesita ni desea. Podemos agregar que existen ciertas formulas clé- ‘Seas para entablar esto tipos de conversacién: «Mi estima- a nia, geémo consiguié. su audifono?»; «Ula tio, sbuelo tnfo tenfa un audlfone, por eso creo que conozco bien sx Proleman ‘so stmpre he dco gue ly, sons on Excelentes y solicitos amigos»; «Digame, gcémo se las arre- fla para bafiatse con el andifono?>. Lo que se infiere de fstor predmbulos es que un individu est una persona a la cual los extrafos pueden abordar a voluntad fon tal de que sean sensibles a situaciones de esta clase. Sabiendo lo que es posible que enfrente ol patticipar de wna Situacin soctal nica, el individvo estigmatizado puede tes ponder anticipadamente coa un retraimiento defensivo, Es. Xo puede ser ejemplificado con las palabras de un albafil de 43 afos, tomadas de un antiquo estudio sobre Ia dso cxpacién alemane durante la Depresién: Qué dificil y hurillante 1ecer a Ia categoria de los desocupados, Cuando salgo, bajo los ojos porque me siento inferior. Cuando camino por Ja calle me parece que n9 do ser comparado con un ciudadano corriente, que todo el ‘mundo me sefla con el dedo. Instintivamente evito encon- ttarme con la gente. Los antiguos conocidos y amigos de 34 Este tems_esté bien mitado en R. K; White, B, A. Wrisht ¥ 7 Degho, sStaies in Adjstment 10 Visible Tajries: Evaluation ok Gay by ae, Iaem Jornal of Aor and Scie sychlony, XLII, 33 Pare Secplos sexe Hearch y Keiegc) oP. ct pie, 184 38 Ver Wehr op. of, eThe Problem of Smpatiye, pigs. 233237 28 tiempos mejores han dejado de ser cordiales conmigo, Cuan- cdo nos encontramos, me saludan con indiferencia, Ya no ‘me ofrecen un cigarillo y sas ojos parecen decir: «No te lo smereces, porque no trabajase. Una nifia tullida ofrece un andlisis ilustrativo: Cuando (...) comencé @ caminar sola por las calles de ‘uestro pueblo (...) advert que toda vez que pasaba junto sun grupo de dos o tres chicos, estos me gritaban (....) A ‘eee nso gab a pest con aio rl No soportarlo pero tampoco sabia emo enfrentar Ia si- tuacién (. +.) Durante alain tiempo estos encuentros callejeros me en ron de un terror frlo frente a todos los nfios que no co- oct (..) Un dia, adverti de pronto que habla legado a tener conciencia de mf misma y tanto miedo de todos los niffos extrafios que, al igual que los animales, estos sebfan que ‘yo estaba asustada, y hasta los més suaves y afsbles se dispo- ‘fan autométicamente a burlerse de mi setraimiento y mi temor.* a gtr de rtene defenivament, lindo cima lc intentar establecer contactos mixtos mediante bbaladronadas agzesivas, pero esto puede provocar en los demés una serie de respuestas impettinentes. Se puede agre- sear que el individvo estigmatizado vacla « veces entre el Tetraimiento y Ja bravate, saltando de uno a otra, y ponien- do asi de manifesto una modalidad fondamental, en la cual la interaccfn cara a cara puede wolverse muy violenta Consider entonces. que los indvidos etgmatzads —al ‘menos aquellos «visiblemente» estigmatizados— deben te- ner razones especiales para sentir que las situaciones socia- Jes mixtas tienden a una interaceién incontrolablemente an- 37 S. Zavadell y P. Lazarsfld, «The Peychological Consequences of ymente, cn Joureat of Sril Psychology, VI, 1935, lp. 239 ‘Rechardon, «the Social Bevin, ops ELT, nS. Rbarion,f (Conseauences ing, trabajo ineito preen- tudo ante le Convencion de la Asoeacién Socolipen Americana, co ashingto pies. 78 Af 8 joss. De se ast, abr entonces que sospechar que tarbiée oe nosotros lor noreaes, etl festa molest, Sen Fomor que el indviduo estigmaizado es demasiado agresvo demasiado timido,y, en cualquiera de ls dos exs05, dems. Sado propenso a let'en nucsrasacclonessigifeados que no intentabamos dares. Por nuestra parte, podemes sentir eran do por cn icin, nos estamos extraimitando, y que, sin embargo, i ol idsmoe verdadoramante su dfeto poems pat a tenet {ond execs imoubls 0 depress, in peal a8 Somputcros de softimiento. Sentimos que ef indviduo = Sma perc cata fuente penal de malta fideo entrain ie be ae ag nos fo Sbimos ¢ incluso que sabemos que él lo sabe. Ya est TGne pcs la comes par el eerno retorno del con. drain on I posal de Mend me e- Sef cfmo inca pero no oS texmnar Hubber eld esata y nxt, oe ‘males, itreisimos en la stuaciones tciles mixtas, rest {2G comprener que no todo mache sobre recat Es Drotble que inte cota como sgh ele Endo cmeszncrs por entero non defy dae de Personas que nos som maturlmente aceaBles nla sus. lan ya sen que es sgifique tatarlo como a alguien me Segoe temo ge er. 6 cope «ain ot doe Femaos que eS nga dees conducts pose, Erne pseos a de tec a a ah eo. raona».'y no existiera como individuo digno de uaa sen Bib ritual, Ese individvo, ait vex, pcbablent cont fe con esas estategia, al menos a principio. Bor consguiente, In atenciin se aleja en forma furiea de fur Blancos ebligatoios, y aparece Ia conc rz a Concienca del otror, expresada en la patologia de a Jprersceén2® Ast se la describe en el caso de los fisicamente disminaioe: ue si manifestamos un sin tacto ane a des Sex qu se seaiooe sbiramente y sn to ams Ia de Seal como tl 0, Jo que es mie comin, que no sl E, Golimaa, son ellos mismos nativos de ese grupo, se oftecen como modelo vivido de una realizacién plenamente normal; son héroes de la adaptacién, merecedores de recompensas piblicas por haber demostrado que un individuo de esa tspecie puede ser una buena persona. ‘Muchas veces, quienes tienen un estigma particular ‘nan algin tipo de publicacién que expresa sent compattidos, consolidando y estabilizando en el lector Ja Sensacidn de la existencia real de «su» grupo y de su vineu- lncign con él, En estas publicsciones se formula la ideologia de los miembros —sus quejas, sus aspiraciones, su polit- ca. Se publican los nombres de los amigos y enemigos que el «grupo» conoce y se adjunta la informacién que con- 12 Ia bondad o la maldad de estas personas. Se editan 51 Por ejemplo, en Chevigny, op. cit, capitulo 5, se presents la Slkuacién referente los cles 5a Wart, ope", ple. 7 7 historias ue reefan Ios tiunfs de los héroes de a simi histories Sf gnston penetra en nuevas dens coo in eepla Cee e ioe norms, Se publican antigvos y_modernos ce oe de hortor que eiian sts gu extemos pueden Free sMiptes coetidos por los normale. Bao la forma EetRopetian»autcbiopaia ve pblican horas de moral Seer gue iustran el codigo de conducta que debe ob Sota SUeigmatzady. ba. pblicacion funciona tambiéo ‘Site un eibund! donde se present cleras opiniones di Serres sea irra den ant ein CGE Cin pevona estigimatizada Sel defecto del inividoo Septic edupos espe, co aaut donde se Tos publica y ae (a Petorts de estes publieacones constityen un santo para libros yfoletos que sigaen una lina sila. Es impefante subrayar us, ments en Estados Unidos, Fre oq malgecha que sea una categoria pectic Bae LEeRtmios, el pom de vista-de sos miembros ftovart probablemente de algin tipo de representacién pi ERT Soke ects emtonees que, por insltos que sean, i orteloercanes estgmatzados tenden a vivir en un Mound defini iterniamente; no Teen Tos libros ref peas psn vee eat ch ns Ha San por‘io'menoslesn sents y van sl cine; en iso Setofpoder hacer, eachun, enter, alos miembros del Seip esters det problema, pertencntes 50 Toeaida. BPS vor dels enipmatzados tiene aceso a una ensign intelecaimente caborada de su panos de vita. Brvnecentfo aqut una explacin aezrea de aquellos qoe teagan smo representantes de ona crtegora de estimate on Se tata Ge personas catigmatoads. que ene para itpenar, mayors oprtuntdades de expresat so prec, 00 ceesene ms conocido, extn mie slaconadas que el ‘uo de sur compatetos de inforumio. y que, al co de Tatoo, Sesubren que el emovimienton Tes absorbe el “Ha eoteo'y gue pe han convertido en profesional, Una fersona con dieutades en la sdicign ejemplifca la cal acon de cst proceto: En 1942 estaba casi todos Jor dis en la Liga. Los, nes ‘osfa con la unided de la Cruz Roja Los martes trabajaba ‘en la oficina eseribiendo a méquina, Hevando el archivo y 38 sancjando el conmutador en caso necesatio. Los miércoles la tarde ayudaba al médico en Ia clinica de la Liga para prevencién de la sordera, que funcionaba en ef Hospital de Ojos y Oidos de Manhattan, en una tarea que me agra aba particolarmente: se trataba de confeccionar las histo- fas de los nifios que a causa de resfxfos, otitis, infecciones enfermedades infantiles —cuyos efectos posteriores eran po- fencialmente perjudiciales para le audicién— obvenfan el bbeneficio de los nuevos conocimientos, de las drogas. de reciente aparicién y de las modernas técnicas otol6gicas, to- do lo cual probablemente les permitiria erecer sin algodones te los ofdos. Los jueves por Ia tarde asistia a las clases para adultos, donde se les ensefaba 2 interpretar el movimiento de los iabios, y después tomdbamos juntos el té y jugsba- ‘mos a las cartas. Los viernes me ocupaba del Boletin. Los sibados preparaba cocoa y sandwiches de ensalada de hue- vvos. Una vez por mes concurefa «la reunién de Damas Av: siliares, un grupo de voluntarias organizado en 1921 por In scficra Wendell Phillips y otras esposas de otélogos, interesadas en recaudar fondos, aumentar el niimero de so- cios y representar a la Liga socialmente. Para los chicos de seis aos organizaba la fiesta de Todos los Santos y ayudaba a servir la cena del dia de Accién de Gracias de los vete nos. Para Navidad redaciaba el pedido de contribuciones, ayudaba 1 escribir Ia direccién en los sobres y a pegar las «stampillas. Colgaba laé cortinas nuevas y arreglaba la mesa de ping-pong; scompataba a los j6venes al baile de San Wate me gnergaba de un puesto de venta nla Se podrla agregar que cuando una persona con un estigma Daria lcanzs una poscén oepacional, pole 0 finan era elevada —su importancia depe ‘rupo estigma- iad en custi— es posible ques J conte una mera carrera: la de representar a su categoria, Advierte que es demasiado importante como para evitar que sus pares lo resenten como ejemplo de todos ellos. (Ta debilidad de 33 Warfield, op. cit, pigs. 73:74; vase ambit el capitulo 9, pies 129138, donde spare na cpede. de confer tciniva 2 la vida ional La vida de un profesonal snputado ex devcripca en tse, Vitor im Ny Hands, Nowea York: Cretve Age Pres, D8. 39 ‘un estigma puede entonces ser medida por la forma en que tun miembro de esta categoria, por més importante que sea, Sobre este tipo de profesion ‘bservaciones. En primer lugar, convertir su estigma en una pprofesin; los lideres nativos estén obligados a tratar con representantes de otras categorias, descubriendo de ese mo- do que rompen con el citculo cerrado de sus iguales. En lugar de apoyarse en sus muletas, las utiizan para jugar al golf, y dejan de ser, en términos de partcipacin social, re- presentativos de las persones que representan.** En segundo lugar, aquellos que presentan profesionslmente al punto de vista de su categoria pueden introduce ciertas parcalidades sistemdticas en su exposici6n, por el simple motivo de que estin demand, implcados eel probleme como para escribir sobre l, Aunque cualquier categoria patticular de estigma puede tener profesionales que adopten Iineas diferentes ¢, incluso, subvencionar publicaciones que abogan por programas distintos, existe un técito acuerdo tuniforme de que Is situacién del individuo que posee ese stigma peculiar es dima eaten. Se que se crue, amente del estigma 0 gue le reste importanca, un escrtor deberé definitlo como algo sobre lo cual vale Ia pena esc bir. Este acuerdo minimo, aun cuando no haya otros, ayuda ‘a consolidar la creencia en el estigma como base para el au- toconocimiento. En este caso, una vez més, los represen tantes no son representativos, pues es dificil que la repre- sentacién pueda provenir de quienes no prestan atencién a su estigma o son relativamente analfabetos. No pretendo sugerir con esto que los profesionales son el sinico recurso que tienen los estigmatizados para lograt que se advierta piblicamente su situacién vital; existen otros. Cada vez que alguien con vn estigma particular al- canza notoriedad, ya sea porque infringe una ley, gana un premio o llega a ser el primero de su categoria, es posible gue el hecho egue a formar parte de la chismografia de 54 Desde el comienz, esos lideres pueden ser recutados ente tos Imiembres de la extegora que aspran'a dear de vie como Su pares ‘Que ton relavnmente capaces de hacerlo, dando lugar a to. que ele (op et pls 193486) denon ‘eae desde Ta pe 40, tuna comunidad local; estos acontecimientos pueden, incluso, =r noticia en los medios de comunicacién de la sociedad ‘ais ampli. Seu como fre, aquellos que comparen el x tigma de la persona ‘se vuelven repentinamente ec- ‘esibles para los normales que los rodean en forma més in- mediata y son objeto de una ligera transferencia de exédito 0 descrédito, De este modo, su situecién los leva fécilmen- te-s vivir en un mundo donde se publicita como héroes y villanos a los que pertenecen a su misma categoria, ya que las personas que los rodean, tanto normales como estigma- tials, son quienes sobraan las relacones que mantenen con exe mundo, trayéndoles Ia noticia de que alguno de sus pares lo esti bien o mal. He consi ‘conjunto de individuos de quienes la persona estigmatizada puede esperar cierto apoyo: aquellos ‘comparten su estigma, en virtud de lo cual son defini Eye dine «money somo a gale. Hl ego grupo es —tomando en_préstamo un término que’ alguna vez fuera utilizado pot Jos fe los se. bios», es decir, personas normales cuya situaciSn especial Jas leva a estar intimamente informadas acerca de fa vida secreta de Jos individuos estigmatizados y a simpatizar con ells, ave goran, al mismo tempo, de sero grdo de aceptacin y de cortés pertenencia al clan. Las personas se- bias son los hombres marginales ante quienes el individvo que tiene un defecto no necesita avergorzarse ni ejercer tun autocontrol, porque sabe que a pesar de su imperfeccién seré considerado como una persona corriente. Se puede c- tar un ejemplo tomado del mundo de las prostitut Aungue se burle despectivamente de la respetabilidad, 1a prostitute, en especial Ia cal-grl, es sumamente sensible en Ia sociedad bien. educada y busca refugiase, en sus horas libres, en compana de artistas, escritores, actores y seudo- intelectuales bohemios. All se la acepta como una persona- lided marginada y no como uns curiosidad ‘Antes de adoptar el punto de vista de quienes tienen un ‘stigma particular, le persona normal que se convertiré en 2 ery, eof te Se Ya Bak rier 8 aN tts te tr a deberé pasar primero por una experiencia personal de imiento, de la cual existen umerosos testimonios Iierarios* ¥ después gue el simpatizante normal se pone @ disposiciSn de los estigmatizados, a menudo debe aguardar fue extosleglicen su condicién de miembro aceptado. La persona no solo debe ofrecerse: tiene, también, que, ser Eceptada. A veces, por supuesto, la inicativa pare dar el sl- timo paso parece tomerla el nora; lo siguiente es un ejem- plo de esto. No sé si podré 0 no hacerlo, pero permitame relatar un incidents, En una oporrnidad fal admitido en un grupo de ‘muuchachos negzos de aproximadamente mi misma edd, con {quienes solia ir a pescar. Cuando comencé a salir con ellos, én mi presencia utilizaben con cuidado el término «negro». Gradualmente, a medida que nuestras excursiones se més frecuentes, empezaron a bromear entre ellos en mi pre- sencia, y a llamarse unos @ otros «motudo».* Fl verdadero cambio residia en el empleo de Ia palabra «motudo» cuando bromesban, palabra que anteriormente no podian mencionat siquiera. Un dia, mientras estdbamos nadando, uno de los machachos ‘me empujé con fingida violencia y entonces le dije: «Ast ata os motos Bastard, me cote con un gen Ssonrisa. A puttir de ese momento todos podfamos usar palabra «motudo», pero las viejas categorias babfan cam- ado totalmente. Jamés olvidaré, mientras viva, la sense- ‘idm que experimenté en el estdmago después de, haber Uutiizado la palabra «motudor sin restriccién alguna." 156 N; Mailer, «The Homosexual Villain», en Advertisements for My- Jap, Nucea Yorks Signet Books, 1960, pigs. 200205, presents un ‘edelo de confesién detallando el cco bist de, intoletania, expe ‘Bene ceclarecedorsy, finamente retractacion del prejuci a través {En scp piblca, Veo tambien a toda de Angus ‘Wilson's Carling op. i, pars une historia confesional de Ta redef- alcign de Tos i a Spl astor emples aqut wager, que, a diferencia de negro, viene un cardterdespreiaivo e isultace: (N- del.) ST Ray Bisdwiscell en B, Schaffner, ed, Group Procerce, Transse ons of the Second 1935) Conference, Nueva York: Josh Macy Je Foundation, 1996, pig. 171 42 adem pt cr a pre wees ie ee peice eerie mo las medidas que la sociedad adopta respecto de estas ppetsonas. Por ejemplo, las enfermeras y los terapeutas pue- Cor ae feces Gries Sige hanes ie te que debe sprender a uesrio para minimizar fu, de- formacién. Los atentos empleados de las tiendas que venden ‘manjares delicados son, a menudo, sabios; también lo son Jos correctos cantineros de los bares frecuentados por homo- sexuales y las mucamas de las prostitutas de Mayfair." El ‘agente de policia, debido a su trato constante con crimina- les, se puede convertir en sabio, tal como fo sugieren las yeas de un profesional: «...en realidad, dejando a un os otros criminales, los policies ‘son los tnicos que Un segundo tipo de persona sabia es aquella que se relacio- ‘na con un individuo estigmatizado a través de Ia estructura focal; esta relacién hace que en algunos el resto. de la sociedad més amplia considere a ambos como una sol persone Por lost a ‘spose fiel del enfermo men- dei tio, el padre del invélido, el amigo cdego, la familia del verdugo,® estén obligndos a com- rtp del deveddito de fe persona estgmatizada con ‘ual los tune una relacidn. Una respuesta a este destino es sbtazarlo y vivir dentro del mundo del familiar © amigo cestigmatizado, Debe ‘que las personas que de este ‘adquieren un ‘de estigma pueden, a su vez, ‘star relacionadas con otras que contraen algo de Ia ‘edad en forma indirecta, Los problemas que enfrentan las ‘personas estigmatizadas se expanden en oleadas de intensi- ded decreciente. Veamos aqui un ejemplo Estimada Ann Landers: Soy una nifia de 12 afios a quien se excluye de toda activi- BH th i ts a Sete a gGk moe ts Ban Pe Oe BP 2 i ae te BES * dad social porque mi padre es un ex presidiario. Trato de ser amable ¥ simpética con todo el mundo, pero et instil Mis compafieras de la escuela me han dicho que sus madres no quieren que se junten conmigo porque 30 0 reputaciGn, A mi padre los diarios le hicieron mala fama, y, 4 pear de que ha cumplido su condena, eo nadie lo of 2Qué puedo hacer? Me siento muy triste porque a nadie fe gusta estar sola todo el tiempo. Mi madre trata de que Ia ‘acompatic en sus salidas pero yo quiero estar con chicos de mi edad. Por favor, déme algin consejo Una proseripta.® En genera, la tendencia del estigma a difundirse desde el individuo ‘Aigunos signos portadores de informacién social, cuya pre- dota eo debe, ante tol, a otras swore, compen +010 Superficalmente una funcién informativa. Hay sfmbolos de ‘stigma ilustrativos: las marcas en Ie muiieca, que revelan ton intento de suicidio; el brazo picado de viruela de los lictos, las manos esposadas de los presidiarios en trin- sito;" 0 bien el hecho de que Jas mujeres apazezcan en Diblico con los ojot amoratados, tal como lo sugiere un fscritor que se ocupa de Ia prostitucién: Fucra de agut [Ia edtcel en la que se encuentra sctual mente] me he visto en apuros. ;Bueno!, usted sabe cSmo son las cosas: la policfa ve a una chica con. un ojo en com ppota y se imagina que anda cn algo turbio, que quizd se Gio a la mala vide. El paso siguiente consiste en, seguile In pista, y entonces, jzas!,terminan por reventarla.* Otros signos, como en el caso de las insignias militares, son ‘deados por el hombre con el tinico propdsito de transmitit informacion social. Debe agregarse que el significado sub- ‘yacente de un signo se puede reducir a Io largo del tiempo ransforméndose, finalmente, en un mero, vestigio, sun cuando la funcién informativa de Ia actividad permanence 6 E. Love, Subweys Ave for Sleping, Noeva York: Harcourt, Brace World, 1957, pag. 28, FA HeckstallSmit, Eighteen Months, Londses: Allan Wingate, Bs, pie, an “ln the Life, Nueva York: The Macmillan Company, 196i, pg. 69. 60 constante o aumente en importancia, Ademés, un signo que ‘estar presente por rizones ajenas a la informacién oede set, « veces, fabricado con premeditacién tan solo a Eause de su fancidn informativa, como en el caso de las ci fattices de un duelo, cuidadosamente planeadas e inflgidas. {Los signos que transmiten informacién social varfan segtn sean 0 n0 congénitos y, en cas0 de que no lo sean, segtin que, una vex empleados, se conviertan o no en una parte rman I pong (El color de a pile cots marea de una quemadura o una mutacin son perma- entes pero no congénitas; la cabeza rapada de un presi Giario no es ni congénita ni permanente.) Més importante tain es sefialar que los signos no permanentes empleados solo para transmitir una informacién social pueden 0 n0 ut Hearse contra Ie voluntad del informant tivo, tienden a ser simbolos de estiama” Més adelante seré necesario considerar los simbolos de estigma empleados vvoluntariamente. Es posible que heya signos cuyo significado varfe de un oa oo, y goes dena me mia capris cn te caracterizaci6n, Por ejemplo, los parches ws en los hombros, que los oficiales de In prisin exigen a los piisioneros con tendencia a escaparse* pueden llegar 9 at Aner Nae xine mc 182, Dies pine Segara atest Seis api ne Stra de eee ree es eee oe ee ee 2 oe, SESS ese cna es ay ee ea Sheena esas ch tee eet Susie igh a apes olen Sere ners tie ciomes Sth te Sales fap y a fale deepen. ope tence communica lent ve mene Sai! rye re re hore ee fe aise be ee ean angen segun yea de ac, quien en ou doelo, ae cae Se es, Pa ade ear Bideece VR Toman, the Tru About Dartnoor, (ee Ea Be dice ees Rights, Londres: Secker and Warburg, 1958, pig. 125. El uso de este a Be eo, ‘Be de un estigma par- tloular, es decir, en qué medida ese estigma sirve para co- ‘municar que el individuo lo posee, Por ejemplo, tanto los ‘exenfermos mentales como los padres solteros que esperan ‘un hijo comparten una falla que no ¢s ficilmente visible; 13 Véwse D, Maurer, The Big Com, Nocea York: Pocket Books, 1998, pia, 25. 6 Jos ciegos ilustran el caso contratio. La visibilidad cons. tituye, naturalmente, un factor decisvo. Lo que dicen acerca de la identidad social de un individvo que lo ro. dso, en rode momento desu dao wiv, ene pata {enorme importancia. Una presentacién en piblico hecha por I face tend acts conecuencs en 0 referee tactos particulars, pero en cada contacto se produciin al ‘gunas consecuencias que, tomadas en conjunto, pueden set Somes. Ademfy, coando el indvduo decide leva 4 cabo vun plan’ de accidn relativo al estigma que posce, deberi tomar como punto de partda la informacion que babiteah mente se tami aera de lA, todo cambio en la ma neta en que siempre y en todo lugar debe presentarse ten- des, por estas razones, consecuencias fatales; esto fue, po- siblemente, lo que originé entre los griegos la nocién ‘de stigma Tal ver el término visibilidad sea cl menos descaminado, ‘ya que merced ¢ muestro sentido de la vista es que con ma. yor frecuencia percbimos el estigma eno. En realidad, seria més exacto hablar de . Después de todo, el tartamudeo es un defecto sums. ‘mente «visible», pero impacta al ofdo, no a los ojos. Sin embargo, antes de utilizar el concepto de visibilidad sin co- 3 spot inno en eta versGn come, tenemos que diferenciatlo de otras tres nociones con las que a menndo se lo confunde ee sa wl in primer lugar, hay que distinguir la visi tigma de su . Tendrin el derecho y Ia obligacién de intercambiar con él un apretén de manos, un saludo 9 una ‘oaversacién cuando participen de una misma situaciGn s0- Gal: esto es lo que constituye el reconocimiento social. Des- de Inego, habré ocasiones en las que un individuo extenders el reconccimiento social a alguien que no conoce personal- mente 0 que, a la inversa, lo recibiré de él, De todos mo- 4 En J. Phelan, The Underworld, Londees: George G. Harrap & Compaciy, 1953, cap. 16, pigs. 175186, se puede baller una descip- clén de las foncones del hombre de Ia esquine. & dos, debe quedar claro que el reconocimiento cognoscitivo es simplemente un acto de pererpcién, mientras que el rec. necimiento social esl papel asignado « un invidud eq tuna eeremonia de comunicaciéa, 1a relacin social o el conocimiento personal son necesaria- mente rcciprocos, aunque, claro esta, es posible que una de Jas dos personas '—o inluso ambas— olvide momentinea mente que se conocen, asf como ser consciente de ese cong. cimiento pero haber alvidado, por un lapso, casi todo lo que se zeiere ala identidad personal dela ota. En el caso de un individuo que lleva une existencia propia de un dmbito rural, ya sea en un pueblo o en una cuded, serén muy pocas las personas que tan solo Jo conocen «de ‘fdas; es probable que aquellos que estén enterados de sa existencia también lo conozean petsonalmente. Por el con. tratio, con el término fama» nos referimos més bien a la posibilidad de que el cieulo de personas que esté entetado de la existencia de un individvo determinado —en especial si gte etd flconado con un Togo 0 ur possi smn mente deseables— aleance vastas proporciones, y ue, al ‘mismo tiempo, sea mucho més extenso que ef crculo de Jos que lo conocen personalmente. El trato concedido a un individuo sobre la base de sa iden- fidad social se otorga frecuentemente a una persona famosa con més condescendencia ¢ indulgencia « causa de su iden tidad personal. Al igual que el habitante de un pueblo chi- 2, comprari siempre en los lugares donde lo’ conocen. El imple hecho de que personas extras lo reeonozcan cognos- tivamente en sitios pblicos puede ser también un motive de satisfaccién, tal como lo sefala un joven actor: ‘Cuando mi nombte habia comenzado a adquiir cierta no- toriedad, y yo pasaba por alggin momento de depresién, me dlcia 4 mi mismo: «Bueno, creo que lo mejor seréir a dar uuna vuelta y que me reconozcan»,*® 42 Mis observacones sabre las relaciones y tipos de reeonocimento pose cocontrar eg E- Gottman, Behsctor 1» Puble Pacer, Noe vs Work: Free Press of Gienece, 1963, cap. 7, pe, 112-123, 43 Anthony Perkins, en L, Ross, gyi donde yon ee clit mismen gies, el hullazgo de una comunidad que desconoce sa biogcalia, Bu, ond, relate sinnement on ead socal, puede no’ ser de interés pata nace. Inversamente, uno de'los aspectos del estar wadentro» es actuar de und smancta destinada a controlar las repeteusiones de esa con- dlucta‘en la biogrtfa, pero haciéndolo en lo que son, por Jo genera, éreas de la vida no ereadoras de brografa, En la vida cotidiana de una persona comin habré argos petiodos en los euales protagonizard acontecimientos que no tienen interés para nadie, y que constitayen una parte tee nica, aunque no activa, de si biograffa, Durante est0s Pe siodos mucttos, solo un accidente personal grave o el hae ber sido testigo de un erimen constituinin momentos dig- nos de figurar en las resefas que el o los demés hagan de su pasado, (Une «coartaca> es, en realidad, un ttozo de Biografia que, por lo general, de ninguna manera hablera Iegado a ser parte de la biograffa activa de una persona.) Por otto lado, las personas eclebres, cuyas biografis han sido extensamente documentadas, y especialmente los miem- bros de la realeza, que en este sentido tienen un destino prefijado, desde su’ necimiento, descubririn que a lo Iago de su vida se les ha permitido expetimentar pocos perfodos muertos, es decir, inactivos, desde el punto de vista bio- aime id Ia fama puede set stil A tiempo gue consideramos Ia fama puede set stil y con- venient sefesiona ob le mal epic nama sue sorge cuando hay un cfrculo de personas que tienen mal concepto de un individuo sin conocerlo personalmente. La funcién evidente de la mala reputacin es el control social del cual hay que sefalar dos postilidades distintas, El control social formal es la primera. Existen foncionatos, ¥ grupos de funcionarios, ceupados en estudiar distintas 87 clases de piiblico, en busca de individuos identificables, cuyos tntenedentes y topatacin los convsteron en : Jocito en siscto ot Ja jutica, Durante ‘un ‘estudio en un hospital peiguitico, por ejemplo, conod! san pe. siente que estaba en libertad «bajo palabra», y entre cuyos sautecedentes figuraba el de Baber vejado a suchas muy jovenes, Toda ver que entraba en sign cine del lagat cl Seto To deta oblige nti es ‘tesis, una reputacién demas sala como para ir a los ines Sele alia les ufianes muy conoeicog tienen el tasmo problems, peio de mayor magnited que el oe pos: den causatles los duefios de los cines. ™ ® Es aqui donde se encuentran nuevos ejemplos de la ocupa- ci6n, que consiste en hacer identicaiones personas: os superintendentes de tiendas, por ejemplo, poseen a veces extensos informes sobre la apariencia de los rateros profe- sionales, junto con ese soporte de la identidad Lamado modus operandi. De hecho, la revelacién de la identifica. cién personal puede tener una oportunidad social propia, ‘como en el caso de las inspecciones policiales, Al describir Ja mezcla social de prisioneros y visitas de una cétcel lon- dinense, Dickens suministra otro ejemplo, que se denomina posando para el retrato», por el cual se obligaba a un nue- ‘vo presidiatio a sentarse en ung la mientras los guardias se reunfan y lo observaban para fijar en sus mentes la ima- fea del reo y poder desputs identificarlo {Eos fancionatioscuva tatea consiste en controlar Ia posible presencia de persoas de dudoan repatacion pueden operat entre el pdblico en general, en lugar de hacerlo en estableci- Imienos soiles particulars, como es cl eiso de los detec. tives poicales repartidos por toda lauded, pero sia one. tituir, ellos mismos, parte de ese piiblico. Esto nos leva, ‘por consiguiente, a considerar un segundo tipo de control 3 a mala teputacié, peo que tene esta ver acteristicas informales ¢ incluye al piiblico en general; de este modo, tanto el que tiene mala reputacién como el gps yf copa cn stan atte pre s posible que el clrclo formado. por quienes conocen 6 un individuo (pero que no son conocidos por él) incluya 44 Pickwick Papers vol. TIT, exp. 2. 88 <1 piiblico en general, y no solo a quienes se ocupan de hacer identificaciones. (De hecho, los términos «buena» y «mala famay implican que la masa de los ciudadanos debe poseet ‘una imagen del individeo.) Es indudable que los medios de comunicacién de masas desempefian aqui un papel funda- mental haciendo posible que una persona «privaday se con- vierta en una figura «piblica», Ahora bien, parecerfa que la imagen piblica de un indivi duo, es decir, la imagen que tienen de él quienes no lo conccen personalmente, serd, sin lugar a dudas, algo distin. ta de la imagen que proyecta en sus contactos ditectos con quienes lo conocen per te. La imagen piblica de tun individuo perecerfa estar constituida por una reducida seleccin de acontecimientos verdaderos que se inflan hast adquitir una aperiencia dramétics y llamativa, y que se uti tan enters como desripién completa de wa genom Puede aparecer, por consiguiente, un tipo especial de esti sation, Las demandas virtoaes (ens desfavo- tables) creadas por esta imagen publica pueden empeque- fecer y deteriorar la imagen que el individuo presenta en su vida daria ante las petsonas con quienes tiene wn con- ‘acto habitual. Esto parece ocursit experialmente cuando el individuo deja de estar implicado en acontecimientor de ‘gran trascendencia, y debe enfrentar, dondequiera que vaya, Ie situaci6n de ser recibido como alguien que ya no es més Jo que en algin momento fue; también suele ocurrir cuando Ja nototiedad se aleanza debido a un acontecimiento fogaz, seen afieo que expone al ndvidao «wan ident ‘acién publica pero sin darle ningtin derecho que compense los atributos deseados.** Lo que se deduce de estos comentarios es que el famoso y el infame poseen més aspectos en comin que los que cual 4uieta de ellos tienen con esos individuos que los mayordo- smos o los petidistas especializados en chismogeafia llamen ‘cdon nadie», ya que cuando une multitud desea mostrar amor w odio por una petsona puede producirse una des {Pats oy, bn fend nin pore ses on SLE lg tres dew indie prec ne sect BE cet fon dlp ae SETS ie Nueva York: The Macmillan Company, 1962. 89 xpnizcinsemejante en ss aciones habitus, (La fale Ge anonimato de est contrasta con la gut we bas la ‘dencdad soil, como en el eso en que-un indvidus con na deformidd fscaseate que lo ebserran consantemer =) Los verdogosinfames y Tos ators famoson dace ron le conveiencia de subir a un tren en una stain No previsa o de-ubar on distay** hay indviduos que pace Cscapar de la atencién pilin ostl pueden ines epa & Stlizar las mimes arta gue vatoan al omens det Hr af de ci, isto, De no dos, lab Biogratis autcbiogratie de persones famostr c fnfames suminisraninformasén ficlmente necaile sobse af manejo de li identdad personal or comnpuiente se pace consterar que un indvdoo es el punto central en na disribucin Ge persons que fo Conecen de ofda» o personalmentey que pose, eh ce Sento, un candal de informacion igo ciferente, Permits seme repetis qu, aun cuando el dio tana pong Te Einariamente al iadividuo en contectp con persons que To gon dean ete ec no por fo gener, Sncompatibes; en rebad, oe estiblecer. tra suerie de estructura bogofica Gna, La relacon, de Un hombre con jefe y con so hijo puede ser muy diferente d= todo que mientras desepena sn papel de parte no pu. de desempeiarficlmente so papel de empleo pore th cain cop 0 og cst asp fn pele gue intereambien un saludo y una presenac¢n sin que Ibjo ol patrinzeorgnicenradamente 9, hentifacion personal del hombre a pesar de conocer ambos i existe Gaye ol dome "Lt amiga ie dee pe sentaién de cortesian spone, en Tealdad, auc le perons con la cul tenemos una iclacin de vol tiene en fore nde sii cross 6c on ton tps de pent Doy por sentado, ‘pues, que lov contacts. qpeentenents stale de a vide Cotana puede, tin embargo, conse 46 Ver J. Atholl, op. cit cap. 5, Io conocen. Esta posibilided debe contraponer- Sea la situacign del individuo que leva una.doble vida doble, movigndose en ds circus, cada uno de los cuales desconoce Ia existencia del otro y"posee st propia biogrs fia del individvo. Un hombre complicado en tn amorio, congcido quizé por un reducido mimero de. personas, que rden incluso eta viguladas con In pacia eva tuna doble vida simple. Sin embargo, si le pareja empieza 2 hhacerse de amigos que ignoran que, en realidad, ellos 20 son una pateja, comienza a surgir una doble vida doble. El peligro del primer tipo de doble vida es el chantaje o Ix revelacién maliciosa; en el segundo, tal vez el mayor peli iro sea Ia revelaion accidental, ya se ninguno de fos que conocen In pareja sabe manner un sereto que jgnorin como tal Hasta aqui consideré una existencia sin discontinuidades, amenazada por el conocimiento que otros tienen del pasado 6 de puntos oscuros del presente de un individuo. Ahora ‘trataremos otra perspectiva de Ia doble vida. Guando un individoo abendona una comunidad después de sesiir en ella varios aos, deja tras de sf una identificacién Personal, muchas yess junto con une sabuda biog gue in estos referidos a cimo eterminaré. sus las. Ea su comunidad sctoa, ein ion ambien dr Ingar a que los demés compongan una biografia, un retrato potencialmente completo, que incluye una versign de la clase de persona que fue en otto tiempo y del medio del cus! proviene. Es evidente que pueden aparecer discrepancias en tre estas dos series de conocimientos, ya que se desarrolla algo asi como una doble biografia compuesta por quienes lo 96 ‘onacieron y quienes lo acaban de conocer, cada uno de los ‘ules piensa conocer al hombre en su totalidad, ‘A meno, lindvdyo salva era dicotinudad bopéfia fede os que camponen py mundo acal'yaceuaesds, alos que componen su mundo actual, y actualizando, medio’ de noticias y chismes referentes @ su persona, ES biograias que de €l'enen los que peresnecen £5 pe, sado, La superacién de esta discontinuidad se simpli euando el individuo se ha convertido en alguien que 10 y de retiro establece el precio que se rx or la revelacién o por el ocultamiento,y el iguiicede oe gue el estigma sea conocido 0 no, cuslesquiere gut sesm fag ‘Strategas elegidas para informat, 1a identided personal y la social dividen espacialmente el ‘mundo del individuo. Hay sitios donde este ex. conveld Petsonalmente, ya sea por algunos de los presentes 0 por ol © Epon» Satu, ope ne. 267 8 Ra Wace oN 2 oan tor individuo encargado del érea (mozos, mattre, tabernero, et.); tanto unos como otros aseguran que st presencia en cl lugar puede ser demostrada mis tarde. En segundo ter ino, bay sitios donde el estigmatizado 20 cozte peligro de siopatencon alguien que Jo conozea pesonalmente,y —exceptuando las contingencias especiales que enfrentan Jos ue tenen fama, buena © mula a genes muchos <> nocen ade oidas», pero no personaimente— puede perma: feces en el anonimato, sia limat la odin de nae Hasta qué punto resulta perturbedor para su identidad per. sonal encontrarse en un lugar donde, por casualidad, se lo conoce personalmente es un problema que varia, desde ya, segtin las circunstaneias y a persona «conv la que interact. Dado que el mundo espacial del individvo se divide en regiones diferentes, de acuerdo con las contingencias conte- nidas en ellas, para el manejo de Ia identidad social y la personal consideraremos algunos de los problemas y conse ‘uencias del encubrimicnto. Esta consideracién coincidiré cn parte con Ia sabiduria popular; los relatos admonitorios sobre Jas contngecias del encubrimiento son parte de a moraleje dirigida a mantener a la gente en su lugar. ‘Aquel que se encubre tiene necesidades no previstas que lo obligan a suministrar una informacién que lo desacre- dita; tal el caso de la esposa de un enfermo meatal que ‘ata de cobrar el seguro por desempleo de su marido, 0 el de un homosexual «casado» que intenta asegurar su casa, y debe explicar su peculiar eleccién de beneficiario™ Tam- Bien siete qu sae honde» cada vez mis, es deci, ave s€ ve obligado elaborar wna mentira tras otra para evitar ee ee ee sa ver, herit los sentimientos ajenos y originar malos en- tendidos.® El esfuerzo que realiza para ocultar algunas in- capacidades puede Hevarlo a poner de manifesto otras 0 1 dar la impresién de hacerlo: descuido, en el caso de una 6 Ss pe Ec Hoke wpa covers Se ee oe a wsee $e rte Ges ore ep ee In pen ya ina glu dt sy, ve “eke f ols Adhtment fo Boyt Hendeap ord ne, St ae ae end petsona casi ciega que finge ver, cuando tropiesa con un © dertama la behida sobre su cama, deuacion, torpena 0 frildad, coando una persona con di talindesauditvas deja de eaponder a una obserracion ca fida por alguien que ignora su deficienca; somnolencia, cuando un taco fete Como ‘assca> semeyet un atagueeplpico de peti mal x un slamno,® bread, an el caso de un hombre afectado de padliss cercbeal aoe descubre que su manera de andar se interpreta empre ©. Besment Ant, el nid qu se ence Cone um san seceptividad para captat lo que los deme plensen son Feilidad> de los que son como dl, ca que ignoten que etfa fn contacto con alguien ash o que nies Ix teseiSa sit ssberlo y luego cambien en’ forma violent de rambo, blema de no saber hasta qué punto se difundié la in Fexmacin se presenta toda vo quel pain nay estén rigurosamente al tanto de Sa ctign, pero lor ots te, Con 7 ln ener Gu ern sto ¥ que no tienen buenas tezones para guard silencio pocden Someterlo a diferentes clases de chastfes, ~ También puede suftr fa experiencia clsica y fundamental de tener que exponerse durante la interacign cama 2 cart 1: nd po ee Petes, vrs scans mpersonaes 6 an ‘misma que tata de ocular, La sitoacén del taztamudo es un ejemplo: Nosottos, los taramudot, hablamos solo cuando es nece tari, Muchas veces osaltamos tan, tien ‘nuesto defec log fntimos se sorprenden cuando, en un moments de rscido ia eng nos earede oon alten Bans becmen ates, galas y ao eam he sue, por fin, el espastmo culiina y abrimos Tos os pata Observar el desastre™ , ee El epiléptico sujeto a acesos de grand ma proporcionan ae mds extremo: cuando recobra la conciencia, com- PPS, Usiogion Living with Bpdepic Sires Springfield: Char iC Tham 1965 ply Ser Soro TL Hench Kael 9p née. 10; wae anbida ple. 157. FC: van Riper, Bo Yow Stuer, Nuva York are & Row, 1599, nig dea Ven Heat op cae. YO 103 prueba que he estado tirado en la via piblica, com inconti- nencia, gemidos y sacudidas convulsivas —un descrédito ara la cordura, que se ve mitigado solo levemente por 83 Eis de concgcia durante parte del eiodio— Debio ar que ca igmatizados parece contar con spe go ee cmon res ne cies exbaraoes, y que Ia mayor pert de ls miembros puede suministrar ejemplos de sus propias experiencias, Por ‘timo, la persona gue se encubre advierte que puede ser forzada'a declarar piblicamente su secreto ante quienes acaba de conocerlo y estén por enfrentarla con st men- tira, Esta posibilidad puede estar, incluso, instituida for. malmente, como en las audiencias de un pleito por salud mental y en la siguiente: Doreen, una chica de Mayfair, sefala que las presentaciones ante la ‘corte son ela peor parte de todo [por ejemplo, la prostitucién], Cuando se pasa esa puerta, todo el mundo cextd esperando y observa. Jamés levanto Te cabeza ni miro patos cosndo, En sepa, ellos dicen cas horrible pa. bras: “Traténdose de una vulgar prosttuta...”, y una se sicnte muy mal, ignorando todo el, tiempo quién Ia esté observando desde la parte de atrés de la corte. Digo “cul pable” y salgo lo més rapidamente posible». La presencia de compatieros de infortunio (0 del «sabio») introduce una serie especial de contingencias relaivas al en- ccubrimiento, ya que las mismas técnicas utlizadas para di- simalar Jos estigmas pueden revelar la verdad a alguien fx. miliazizado con las mafias del oficio; y, como lo supone el cstigmatizedo, basta una sole persona (0 su circulo més allegado) para ser reconocide como ‘al: ‘<@Por qué no pruebe con un quiropréctico?», me pregunts Cuna mujer a quien conoct accidentalmente], mientras nias- ticaba su chuleta, sin advertir que estaba a punto de arr 73 Lsviawon, op. cit, ler. 30 y spies 74 Rely, We ote Set of ef. 24 Pra un plato cr wl Hil” sends of Sactag et Dea Exelon en Anwres ‘ound of Sselogy EX, O86, hak a 104 ‘nar mi mundo. «El doctor Fletcher me dijo que esté cu tando de Ia sordera a uno de sus pacientes». ‘Mi coraz6n, aterrorizado, dio un golpe contra mis costillas. eQué me queria decir? AM pace sordo —agtens—. Pucdo ditinguit « una persona sorda en cualquier parte, Esa vor tan suave que usted tiene. Y esa costumbre de dejar arrastrar sus frases sin terminarlas. Mi padre siempre lo hace»."* Estas eventualidades contribuyen a explicar la ya mencio- ada ambivalencia que puede sentir el individuo cuando debe enlrenarse con ls que son como Al. Sern lo seal right, (...) una persona que desea ocultar su incapacidad adver- tird en otra los tasgos reveladores de una deficiencia. Ade- ‘mis, ¢s probable que se sienta agraviada por esos rasgos que denuncian Ia existencia de la incapacidad, pues no selo desea ocultar su defecto, sino que los demas también ocul- te Los suyos, Hs por en ae Ia peona qu tee dc ara ofr, y hace todo lo posible para disimulatlo, se siemte fastidiada ante la anciana que abueca la mano detris de la oreja. La ostentacién de la incapacidad es vivida como sera porgue movin le cups de fab desde propia pertenencia al grupo, ssi como también Ia posibi- lided de su propio desenmascaramicato. Puede preferir des- cubrir subrepticiamente el secrezo de la otra persone, y man. {ene oscuro de exblero ene sentido de gue ambos sempefiarin sus roles fingidos, antes que el otto desaffe su simulacién confidndole su propio secreto.™ EL control de ta informacién sobre Ja identidad tiene un valor especial en las relaciones. Para vincularse, las per- sonas nevesitan estar juntas durante un tiempo, y cuanto ‘mayor sea el tiempo que un individuo pasa con otta per. Sona, mayores seran las oportunidades de la segunda de ad- uirir la informacia que desacredita al primero. Por otra Parte, como ya se sefild, toda relaciGn obliga a las personas TRE. Warfield, Cotton in My Ear, Noewa York, The Viking Pres, 1948, pig. 44, en. Wright, op. cit, lg 219, ‘6 Wongh, op cit, i A 105 ‘mplicadas a intercambiar una adecuada cantidad de hechos {ntimos sobre s{ mismos como prueba de confianza y de compromise mutuos. Las relaciones més allegadas al indi. ‘Viduo, anteriores al ocultamiento de algo por patts de este, se vuelven comprometidas, autométicamente careates de in’ formacin compan. Es probable clas rlaciones mit recientes, 0 «posteriores al estigmas, leven a que la per. sone table sienta como algo honroso el haberles ‘cultado los hechos. Y, en ciertos casos, hasta las tel ciones més fugaces pueden constituir un peligro, ya que harla,imrascendente, adecuada entre extraios “que han inicido una conversicién, puede tocar secretos fracasos, como en el caso de la esposa de un hombre impotente que debe responder preguntas relativas al nimero de hijs y, en cas0 de no tenerlos, por qué EL fendmeno del encubtimiento plantea siempre el problema del estado psiquico del que se encubre. En primer lugar, se supone que al levat una wida que se puede destumbar en cualquier momento, debe pagar, necessriamente, un precio psicoldgico elevado: un enorme nivel de ansiedad. Las pe. Znbas Ta epost de un enfermo: mental servisin de ‘jemplo: (...) suponga que cuando George salga todo marche bien ¥ a alguien se le ocurra decirselo en Ia cata, Seria el desastre total. Vivo en el terror.” Pienso que un estudio profundo de las personas que se en- cubren mostraria que esa ansiedad no estd presente siem re v que, en ese caso, nuestras concepciones tradicionales Sobre la naturalera humana pueden ser altamente engafiosas. En segundo lugar, se supone a menudo, y con pruebas de lo. is gavel qe encubr su identi e slctado por adhesiones. Se siente algo ajeno a su nuevo «grupor, ya que posiblemente no puede identificarse en forma total on, las actitudes que ellos tienen hacia Tos que son como 4" 'Y es probable que se sienta desleal y despreciable 77 Vera Vauphano, en Toynbee, op. cit, pig. 126. 38 Yarrow, Clausen'y Robbins, 0p. cit, bes 34. ‘7 Rissman, op. cit, pig. 14 106 cuando no puede responder a las observaciones «ofensivas> hhechas por Jos miembros de la categoria a la que ingresa contra Jos de Ja categoria a la que pertenecia, en especial cuando él mismo piensa que es peligroso no adherizse a esa difamacién, Ast 1o sugieren les personas desacreditables: Guando se burlaban de Jos homosexuales tenfa que reirme con los demas, y cuando la chara giraba alrededor de las mujeres debia’inventar mis propias conuists. En esos ‘momentos me odieba « mf mismo, pero, aparentemente, n0 ppodia hacer otta cost. Toda mi vide se convirtié en ‘unt smentira EL tono de voz que a veces usaban [los amigos] para refe- Sie lt solteronas me extreme, pore set que los engafaba: tenfa el status aparente de mujer casada, peto mi estado verdadero era aquel que la gente casada miraba con desdén, También me sentia, en cierta manera, poco honesta con mis amigas solterss, que no hablaban de estos asuntos pero me mirsban con envidia y euriosidad por haber tenido tuna experiencia, que, en realidad, no me habia resultado placentera.** En tercet lugar, se da por supuesto, y es aparentemente co- recto, que Ia persona que se encubre prestard atencién a sepectos de la situacién social que otros abordan sin un cuidedo 0 un cileulo especial. Aquello que para los. nor- males son actos rutinarios puede convertirse en problemas de manejo para los desacreditables! No siempre es posible manejar estos con le experiencia anterior, pues en todo momento aparecen nuevas eventualidades, que vuel- vven inadecuados los recursos de ocultamicnto previos. La persona que tiene un defecto oculto debe, pues, estar atenta 4 Ja situacién social examinando toda ts poaiidads, azn pot Ja cual es posible que se sienta sjena al mun. ads simple en el que parecen vivir aquellos que Ia rodean, Lo que para ellos es el fondo, para es In forma, Un hom bre joven préximo a la ceguera proporciona un ejemplo: $0 Wildeblood, op. cit, pig. 32. 831 Vera Vaughan», en’ Toynbee, op. cit, pls. 122. 82 Aut, nuevamente, estoy en dela con Harold Garfinkel, 107 ‘Me ingenié para que Mary no advirtiera mi enfermedad durante dos docenas de refrescos y tres peliculas. Usaba ccuanta treta habia aprendido. Todas las mafianas prestaba ‘una atencién especial al color de su vestido, y luego man- ‘enfa mis ojos, mis ofdos y mi sexto sentido alertas ante cualquiera que’ pudiere set Mary. No corrla ningtin riesgo. Si no estaba seguro, saludaba con familiatidad a toda per. [20h Ae terabs, Pesbblementepenaban gue ests 0, pero no me importaba. Siempre [a tomaba de la mano ‘cuando fbamos o volviamos del cine por la noche, y ella me fplaba sin sabelo; de ese modo, no tenfa que tantear el rede de Ia acera y los excalones.® ‘Un muchacho con una econstriccién» que Je impide orinar fen presencia de otros, deseando mantener su diferencia en seereto, descubre que tiene que planificar y ser prudente fen algo que los dems muchachos evan a cabo con abso- Tta naturalidad: Cuando a la edad de diez afios ingresé en el intemnado, sur sieron nuewss difcultades y tave que buscar nucvos recut S08 para enfrentarlas, En términos genetales, no era cuestion de orinar cuando deseaba, sino cuando podia. Considerabs necesatio ocultar al resto de los muchachos mi ineapacidad, pues lo peor que puede pasarle a un chico en la escuela es tener alguna clase de adiferencian; por eso, iba con ellos 4 los batios de la escuela, aunque nada ocurria salvo ef a. mento de mi envidia ante la libertad de mis compatieros para actuar con naturalidad e incluso desafiarse unos a otros pate ot gua leah ls aloo I pares (Me Jub sgustado eompetir con ellos, pero si alguno me desafisba yo siempre eacababa de terminar>.) Utiizaba diversas stra. tagemas. Una de ellas consistia en pedir permiso durante 1 case endo oe, bales estes estos, Otza exa per imanccer despierto durante la noche y usar ei reipiente que estaba debajo de Ta cama cuando el resto de los ocupantes del dormitorio dormian, o, al menos, cuando estabe escuto ¥ no podian verme. 83 Cede, op. cits pig. 79. 84 AN. O. Goes, cx Toynbee, op. cit, pls. 130 108 Andlogamente, nos enteremos de la constante cautela de Jos ‘Tenemos muchas tretas ingeniosas para disimular 0 mini- int puna deecion Nox anenenos leas Gente « las palabras y los sonidos «Jonés», est 8 porque son ffi x faves ie de eal, ar ox lbarlos. Cuan: 8, esquivamos las palabras «Jo- Mi, oe or palabras inomas 0 motto aprefuradamente nuestro pensamiento, hasta que la cont. nuidad de auesito discurso se vuelve més intrincada. que sun plato de tallarines © YY de la esposa de un enfermo mental: Machas, vce el eneubsiminto es dif de manga. As ‘para evitar que los vecinos sepan en qué hospital esté su ‘uarido (es dijo que estaba internado pot ciertos sintomas de cfncer), Ia sefiora G debe corzer hacia su departamento para retirar la correspondencia antes de que ellos se la ecojan, como scostumbran hacer. Tavo que dejar de des- ayunar en el bar con las mujeres de los departamentos ve~ ccinos para evitar sus preguntas, Antes de dejar entrar vi sitas én su casa, debe esconde: cualquier material que iden- tifigue al hospital, etcétera.” Y¥ de un homosexual: La tensién que me provocab engafiar a mi familia y a mis amigos se volvié a menudo intolerable. Era necesatio que controlara todas mis palabras y todos mis gestos, por terior a traicionarme.*” Los colostomizades practican un control. semejante: Jamis voy a un cine del vecindatio, En caso de ir elijo ‘lguno grande, como cl Radio City, donde hay muchas bi- 85 Riper, op. ct pig. 60, en Von Hentig, op. ct, pd, 100. 86 Yarrow, Clausen y Robbing, op. city pig 42 87 Wildcblood, ep. ci, pig. 32. 109 tacas, y puedo escoger las del final, para correr al bafio si tengo. gases.®® Cuando visjo en Smnibus selecciono mi siento por si acaso, ‘Me siento al final o cerca de Ja puerta ‘Todo esto puede requerir una especial regulacién del tiem- po. Asi, existe la costumbre de evivir atados a una cuerda» al sindrome de Cenicienta—, por la cual la persona des- acreditable permanece cerca det sitio donde puede retocar ou ns, deer de watlo momentineamentc; se alee de ese taller de reparaciones» suficiente como para poder regresar sin perder el control de Ia informacién refe- ida a su persona: Poesto que la itrigacién constituye la defensa primatia contra una pérdida del control, y al mismo tiempo una actividad reparadora de gran sigsificado emocional, con fre cuencia los pacientes colostomizados programan. ‘contactos spcines en fancién del Siempo. ¥ fic i irvigacin. Por lo general, Jos viajes se limitan a Ja distancia que puede recorrerse en el intervalo comprendido entre las irrigaciones que se practican en el hogar, y los contactos sociales a los yreee comptendidos entre tas itrigaciones ue permiten la méxima proteccicn contra Ia pévi Socal © los gases. Por consiguiente, se considera que los pacientes viven «atados a una cuerdas, cuya extensién es Solo la del intervalo de tiempo entre las irigaciones* Tenemos que consider un sikimo problema, Como ya se sefialé, un aio con un estigma puede encubrisse de un todo epee. Low padres, conociendo lr condcin ests titi de eu hijo, pueden cneapsuaso dentto de la aces tacén doméstien > manencio en ln ignosaaca de aquell cn lo que indefectblemente se conversa, Canndo se wen tura fuera de los limites del hogan, lo hate, por 30 tanto, com alguien que se eneubre de modo inconsdentes al me. or basta donde au estigma no > inmediatamente dete table "En ese momento sus padres enfrentan un conc {88 Oxbach y cola, op. cit, pg. 164. 8 Ibid 90 Orbach y coleb, op. ct, pig. 159. 110 Disco relative al manejo de la informacién, y recuren ¢ veces a los médicos en busca de estrategias Si el nis recibe informacién al legar a Ia edad escolar, es probable que no se encuentre ain, desde el punto de vista pico co, en condiciones de Soportar la revelacién, y que, ade- ‘més, exponga en forma indiscreta exe hecho ante quienes no fecesitan conocerlo. Por otra parte, si se lo mantiene durante demasiado tiempo en la ignorancia, no estard pre- prado para Jo que pueda sucederle, y, ademés, se expone 4 recibir la informacién de extraios, a quienes’ no les i> porta disponer del tiempo y las providencias ‘necesacias para presentar Jos hechos de una manera constructiva y cesperanzad: Las técnicas de control de la informacién Se ha sefalado que la identidad social de un individuo di Vide su mundo de personas y de Iopares, y que, aunque de modo diferente, también lo hace su identidad personal. Son estos los marcos de teferencia que deben aplicase al esti. diar Ia sutina diaria de una persona estigmatizada, en pat- ticular mientras va 0 viene de su lugar de trabajo, de tes dencia, de consumo, de recreacién. La ratina daria es aqut tun concepto clave, porque es ella Ia que vincula al individao con au dives ‘shstons seis, Y exis, a tina diaia teniendo presente una perspectiva especial: si cl individuo es una persona desacreditada buscamos el ciclo habitual de resiticiones que enfrenta respeeto « In acep- taciGn socials si es desacreditabe, las. contingencias que aurostra para’ manejer la informacién sobre si mismo, Por semplo, un individuo con una deformidad facial esperar, tal como se sefials, dejar de sex poco & poco una sorpresa estremecedora para los que viven en su vecindad, y obtener en ella una pequefa medide de aceptacin, al mismo tiem po, las prendss usedas para disimular parte de su defor 91 Para Ia insepreacin de wn médico acerca de la eplepiainfan A como problem en ef cecal de in informacion wéae Letngston, ‘Should Eplepey Be Publaed, en op ey pas, 201200 a midsd tendrin menos efecto alli que en otros sitios de la sdudad donde no se lo conoce y, por lo tanto, 20 se 10 ‘tata tan bien. Podemos considerar ahora algunas de las téenicas cortientes ‘que el individuo que posee un defecto secreto emplea para ‘anejar la informacién decisiva sobre s{ mismo. ‘Une essays consist, obviaente, en ocular 0, borat signos que han Uegado a ser simbolos de estigma. El cam- bio de nombre es un ejemplo conocido. Los drogadicios proporcionan otro: [Acerca de una campatia contre las drogas llevada a cabo ‘en Nueva Orleans.] Los policias comenzaron a detener @ os adictos en la calle, y a examinar sus brazos en busca cde marcas de aguja. Si las encontraban, obligaban al adicto a firmar una declaracién admitiendo sv condicién, a fin de {Be padiers imputérslo bajo Ia ley de_ drogudictos. Se eprometfs una sentenca en suspento si se confesaban cul- ables, y ponfan en funcionamiento la nueva ley. Los adic- tos escudrifaban sus cuerpos-buscando venas donde pinchar fuera del érea del brazo. Si la ley no hallaba sefales en un hombre, por lo general lo dejaban en libertad. Si las descubrian, Jo retenfan durante setenta y dos horas, y tro- taban de que firmara una declaracién® Debe advertitse que, como el equipo fisico empleado para ‘mitigar el deterioro «primario» de ciettas desventajes se onvierte en un simbolo de estigma, existiré un deseo de piscindi de €l, Un ejemplo es el individuo con vision de- jciente que evita usar anteojos bifocales porque es0 puede ser un sintoma de vejez. Pero, desde ya, esta estrategia puede inte:ferir con medidas compensitorias, Por consi: ‘guiente, la confeccidn de equipos correctores invisibles ten- dré una doble funcién, Los que tienen dificultades en la audicién dan el ejemplo siguiente sobre la utilizacién de cesta clase de equipos: 92 Véwe L. Broom, H. P. Beem y V. Hatris, «Characteristics of 41107 Peiioners for’ Change of Name, en Amevicen Sociloglea Re- lew, XX, 1995, pa 3359, 99 W. Lee, Juntie, Nueva York: Ace Books, 1953, pg. 91 412 La tia Mary Cuna parienta que tenia dificultades auditivas] ‘eonocia todo lo relativo a los primeros audifonos, varia- cones innumerables de la trompetilla, Posefa Iiminas que most cn dios respioe se fabian cael ft de sombreros, peinetas, bandejas, bastones; se disimu- Iban en ilones, Hern de mes, asta en ls barbus de Ios hombres."* Un ejemplo més comin son los «lentes de unin invisiblen, bifocals sin elinea divisotian. EL ccultamiento de los simbolos del estigma aparece, a veces, janto con tn proceso conexo: el uso de desidentifi ‘adores, tal como lo ilustran las costumbres de James Berry, primer verdugo profesional de Inglaterra: No es seguro que Ia violencia contra Berry haya sido real- mente planeada, peto ls scolds que se le tributaba en las gis cut. gh snr ae pod, eb por ods los medios ser reconocido. Segtin lo relatado en una entre- vista, en muchas oportunidades, cuando viajaba a Irlanda, ‘uultabe le soge y fos cuetdas cate sus Zope para su el maletin no delatara su oficio casi tanto como la peuela walle negra del médieo victerano. Sa. sensectén. de ale Iniento’y desprecio tal ver expliquen el hecho extraord ratio de que su mujer y su pequedo hijo lo acompafaron a Irlanda para una ejecucién, porque —segin explicé— tal comtegua ocoltar su Kentided, pues —sepin suponia ‘cottectamento—- nadie iba a imagiaar qe un fombrs que Mevaba de la mano a un muchachito de diez afios podia ver el verdogo que se didgia « colgtr a un aseana™ Encontramos aquf lo que los libros de espionaje denominan una epantal, que otro spo de Tertiradexcibe como dl favor conyugal que se realiza cuando un hombre y una ‘mujer homosexuales reprimen sus inclinaciones y se casa 1 uno con la otra Cuando el estigma se instala en el individuo durante su emanencia en tna institacién, y cuando esta conserva una Infsenca descrtadorasobte el durante un certo Pe 34 Waste, Keep Listening, op. cit, pl. 41. 95 Athol, op. ct, pgs. 8889. 113 odo posterior a su egreso, se puede esperar Ia aparicién in cielo especial de encubrimiento. Por ejemplo, en un hospital psiquiftrico™ se observé que los pacientes que feingressban a Ja comunidad « menudo planesban un cietto tuado de encubrimiento, Los pacientes obligados a dar cuen, fa de su situaciOn al encargado de a tchabiltacién, al ttabajador del servicio social'0 a las agencias de trabajo, analizaban con frecuencia entre sus compafcros las contin. que enfrentaban y la estrategia clisica para abor. Trutdadose del primer trabajo, el ingreo oficial exinia que el empleador, y quiad también el jefe de per sonal, conocieran el estigina, pero siempre. podia evitarse gue trascendiera a los niveles inferiores de Ie organizacién Zl cgneates de abr. "al camo se sta to implicar un cierto monto de inseguridad, ya que fnunca se sabe con precisién quiénes eestin enteradoss 9 uiénes no, y enénto tiempo puede durar Ia ignorancia de «tos lkimes. Los pacientes opinaban que despucs de per rmanecer en esta clase de empleo durante seis meses, fem. o necesario para ahorrar algin dinero yliberarse de les agencias del hospital, 1o abandonarfany, con el antecedente e esos seis meses ‘de labor, conseguitian un trabsjo en ‘tro lugar cualquiers, con Ia’ confanza, este segunda ver, de poder ocultar 2 todos su permanencia en un hospital para enfermos mentales.” tra estrategia consiste en_presentar los signos de su de- fecto estigmatizante como signos de otro stzibuto cuyo sis: nifcado como estigma sea menos. Loe retardados mentales, por ejemplo, pazecen tratar a veces de hacetse pasar’ pot enfermos meatales, ya que este ltimo es el menos grave de Jos dos males sociales Del mismo modo, tn sordo puede configurar intencionalmente su conducta’ para dat ‘los fasen BG ee tS dots & Se He ineon, DG, irs en fay Nase Udy’ te C3, Ancor Book, “96t Uncredo Entyes abe uci oct Be las enfrmor mrt, Boras Mea Ares 5a die a 1 57 Pet dor ec con ae os ex pacientes em 1B Gel de conabrininty tl vee ME Linger'y Bayete Diadres Esperence and) Vostionl Retbiatin, Node of Bes chic Baenae, en Mental Hygenr, SCHL 1938p 98 Edgerton y Sabagh, op. cit, pag. 268. 14 os la impresién de ser una persona sofladors, distrfds ne diferente, que se aburte ficimente, o incind algtien coe te slente depeimido, 0 que rones, 7 que, por lo ano, oo puede responder a preguntas formoladas ca'vox bale, pose ‘que ests, evidestemente, dormila, Estos raygos de cadeter dan cuenta de la falta de audicén sin gue sea neceane Impotatios a la sordera™ Una estrategia ampliamente utilizada por la pertona des creditable esl de'manjat ls tiegos tivident al mondo en dos partes: un gropo grande, al que no le cuenta nade, Y¥ otro equeso, al que le cuenta todo, y en cays apis fonlla; escoge pata exhib sn méscara preisatncniea Sees los que, por fo general, constituyen al mayor pelgi 8 se trata de amigos ftios que ya tenla ena! memento de adquirr el estigma, puede «poner la reaciéo al alas de jnmediat, por medio de una sencilla chala confsdencis puede ser desputs despeciado, pero conserva la rep taciin de alguien que ae relaiont de un modo honorable Es interesante sear que, muchas wees, Tes melicos 1 comicndan esta modalidad en el mancjo de lw inforinnccs, fen especial ctando les toca set los primeros en informa Ingividuo acerea de so etigma, Por esos deseubren on caso de lepra tal vex sugiesan ue el nuevo sere 20 mat. tenga entre los profesonales, el pacente » sus faiaes mas cesanos;" quel propongan sta discreién part a6, future ln cooperacén continua pos parte del paint, Tes Hindose de telaciones posteiores a eatigma que no, rec Bleron a su debido teizpo la informacién coerepondinte el individuo puede montat una excena confesionalcon tant shes coal sda lc se Flor lo requiera,y apelar luego « la ‘tro como ‘Gue capone ante Ips dems dens dos again elide su diferencia yl de su falta de hooradea y fablided, Exivien admirables repstros de estas conmovedoras cate: nus" es necsatio comprender el enorme caudal de ok 2 Nt se ro tpl 21 2, We Bee a ee eee Bri rag iies men ae ee ie AS GN tae us vido y perdén que pueden poner de manifiesto. No hay duda que uno de los factores que intervienen en el éaity de estas confesiones es la tendencia de quien se encubre a sondear al otto para asegurarse de antemano que la te. yelacién no produciré una ruprura completa de In relaciGn, Nétese que el individuo estigmatisado esté casi predest a estas escenas; con frecuencia, las relaciones nuevas se desalientan con facilidad antes de consolidarse, convin tiendo la honestidad inmediata en algo necesariamente cos. tes0 y, por consiguiente, a menudo evitado, Como ya se seBial6, una persona que puede chantajear puede también, con frecuencia, eyudar al individuo censurable a ‘mantener su secreto; ademés, es posible que tenga muchor ‘motivos para hacerlo, Por tal rxz6n, los administradores de establecimientos de diversién contratan a menudo a policies privados que protegen a los maridos que, a veces, se de. ‘moran 0 juegan en esos lugares. Tambiga los gigolés son algunas veces iguslmente cuidadosos: Los hombres [gigolés] alquilaban habitaciones en hoteles respetables, en el primer piso encima del saldn de entrada, para que sus clientes pudieran usar las escaleras sin set vistos por los ascensoristas ni por los encargados de Ia secepeidn | También Jo son sus colegas: Gaando sus clientes son personas importantes, las mucha- chas ‘no dan sus sefias ficilmente; tampoco fos nombran ‘cuando conversan entre si? ‘De manera anéloga, nos enteramos del rol de un peluquero oe atendias mache de ae prostibulo de «primera ca tegorfay: be enterado det sitacn gue dees care con ela véase Thomas, oo. gg: 1, ar una ex nove ence tng ee 2 Seb’ lh muchacha Blanca que ‘vase Jono, epee, igs 304203 SS pos Spa veate J 303 Steamy Ser of the Night ob cit, pg. 13. 10) H. Greenwald, The Caf Gio, Nocos Woak Ballantine Books, 1958, pig 28 118, Era, verdaderamente, més que un artista; era un amigo sin- cero de cada una de las muchachas de la casa, y «Cheslien cescuchaba confidencias que rara vez se contaban a otros, sconsejaba con mucho sentido comin. Ademés, en su pro. pio domicilio de la avenida Michigan recibfa In correspon. dencia de muchachas que ocultaban su profesién a la fami. ia y a los amigos, y su casa era el lugar donde podian en. conttatse con patientes que Iegaban inesperadamente a Chicago. Qtzos ejemplos provienen de matrimonios en los cuales uno dk los miembros pertenece a una eategoriaestigmnatizade, y el otro tata de cubrt las apariencas, Se sugiere, por cjeay plo, que el cényuge de un alcoholista lo ayude a oculter su defocto, La esposa de un colostomizado To ayudari a vet! ficar que no huele mal y puede ademis (.-.) spostarse en la casa para interceptar cualquier lama. do telefénico o timbre en Ia puerta, para que le istigacién pueda continuar ininterrumpidamente (...)3 El metido de una mujer que solo aparentaba ofr en forma normal Ia ayudaba de la siguiente manera El era un hombre sumamente delicado, y desde el mo- meno en que os enamoramos sup intintvamente céa> syudarme a completar mis espacios en blanco y a com. ona gos, Tels un vox cht y senor Dab I lmpresién de que munca la elevabs, pero 30 siempre ofa lo que decia; al menos, me pareefa que era ast. Cuando tbamos con otra gente observaba para ver ‘imo me las arreglaba; si yo me hallaba en dificaltades, €), sin entre imeterse, me daba pistes para que saliera’a Hote en la conversicién 2” Hiay que agiegar que los fotimos no solo ayudan a la perso- 'a desaceditable en su simslacign, sino que también poder 104 Madden, op, cits pig. 7 103 Oech alin pi, le. 163 106 fo 35 107 Wari keep iene, o. ety pg 2 7 Ievar a cabo esta funcién més allé de lo que el beneficiatio sospecha; pueden, de hecho, funcionar como un eireulo pro- tector, permitiéndole pensar que se lo acepta mucho més como persona normal de lo que en realidad ocurre. Por con- siguiente, estarén més atentes a la diferencia y a los proble- tas relacionados con ella que cl propio individuo. En este cero, sn dad, In noi de gue el manejo del estima at fie exclusivamente al individuo estigmatizado y a los cx. ttatios es inadecuada, No deja de ser interesante que a menudo quienes comparten tun estigma particular confien, para encubrirse, en le ayuda smutua, ‘otra vez de manifiesto el hecho de que son més ‘a menudo los que pueden suministrar la ‘mayor ayuda, Por ejemplo, cuando un homosexual sborda 4 otro, la accién se puede desarrollar de tal modo que los normals no percben que est oruriendo algo fers de To Si observamos con detenimiento y sabemos qué observar fen un bar de homoseruales, podremos advertir que aparen- temente algunesiniviooy se comanican entre sin inte ‘cambiar palabras, sino tan solo miradas, pero no el tipo de mirada fugsz que con frecuencia se da entre los hombres. Une cooperacién similar se puede encontrar en Ios eireulos de personas estigmatizadas donde cada uno conoce al otto personalmente, Por ejemplo, los ex enfermos mentales, que s¢ conocen entre sf por haber estado en una misma insite cién, pueden mantener en cl exterior un control eauteloso de este hecho, En ciertos casos, como cuando uno de los individuos esti en compafia de normales, ambos pueden ‘cignorarse», y uno pasa por alto lotro como si no se cone- cieran. En caso de que intereambien un saludo lo hacen dis- cretamente; nose explicita el contexto del conocimiento inicial, y el individuo que se encuentra en la situacién més 108 F, Hooke,

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