Ante la carta del Papa Francisco a los obispos reunidos en la 115ª Asamblea Plenaria respecto a su reacción al leer el informe presentado por Mons. Charles Scicluna, declaramos:
1. Agradecemos de manera especial a Mons. Charles Scicluna y al padre Jordi
Bertomeu tanto por su entera disposición de haber venido a Chile como por la actitud de escucha sincera y el fructífero diálogo que sostuvo con todos. Hasta la fecha, no encontramos esa actitud en el episcopado chileno. 2. Apreciamos el cambio de mirada que el Papa está mostrando en su misiva. Valoramos su petición de perdón y la aceptamos. Confiamos que ese arrepentimiento se expresará en acciones concretas. 3. Desde 2015 que venimos denunciando la labor de desinformación que el Nuncio Apostólico, varios obispos y no pocos laicos cercanos a ellos, han realizado de manera sistemática. Ellos deben dar la cara. No obstante, el Papa también tiene que responder por qué las opiniones de ellos fueron tan gravitante reconociendo que, al mismo tiempo, otros obispos, sacerdotes, laicos y amigos de él le entregaron información verídica que él decidió desechar. 4. Valoramos su voluntad de restablecer confianzas. Esa es precisamente la tarea que nos debe convocar a todos los creyentes en Chile. Sin embargo, no es posible restablecerlas si no hay medidas idóneas y suficientes que se hagan cargo efectivamente del problema. En este sentido, la salida del obispo Barros es necesaria mas no suficiente. Ahora está la oportunidad para asumir y superar la crisis de la Iglesia en Chile. 5. Es un avance significativo que al problema del abuso sexual el Papa amplíe la mirada y considere el abuso de poder y la manipulación de conciencia. Del mismo modo, que comprenda que el problema del obispo Barros no es sólo judicial sino además pastoral. 6. La agonía de la diócesis de Osorno no se puede prolongar más. Por eso invitamos a los obispos convocados a Roma a evaluar en conciencia el aporte que han hecho en esta crisis para que la decisión sea justa. 7. Llamamos a todo el laicado a iniciar un camino de diálogo en esta crisis y a quienes tienen miedo a superarlo. Como laicos y laicas de Osorno, seguiremos trabajando por el Reino de Dios en el sentir con la Iglesia siguiendo la enseñanza del maestro en humanidad, Jesús resucitado.