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SEMINARIO PONTIFICIO

MAYOR
DE SANTIAGO DE CHILE

TESARIO DESARROLLADO
PARA EL EXAMEN DE

BACHILLER EN TEOLOGÍA

Según el tesario designado por la


Facultad de Teología de la
Pontificia Universidad Católica de Chile
2

Santiago de Chile

1998
PREFACIO

"Jesús les dijo: '¡Oh insensatos y tardos de corazón para


creer todo lo que dijieron los profetas! ¿No era necesario
que el Cristo padeciera eso y entrara así a la gloria?' Y,
empezando por Moisés y continuando por todos los
profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las
Escrituras... Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con
ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se
los iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le
reconocieron..." (Lc 24,25-27.30).

Anduvimos por el camino hacia Emaús. Jesús se nos hizo el encontradizo; nos salió
a buscar en las distintas experiencias de nuestras vidas, y por un don inmerecido nos llamó
a seguirlo de cerca. Primero en nuestras comunidades parroquiales, que sin duda han sido
como los primeros surcos donde el Maestro puso la semilla en el campo de nuestros
corazones. Después, aquí en el seminario, el Señor la ha regado y hecho crecer bajo el sol
explendoroso de su presencia diaria en la Eucaristía y con la lluvia siempre abundante de su
Espíritu. Hemos crecido como el trigo, no sin malezas, cardos y piedras; pero a pesar de
todo, hemos querido ser fieles. Cuánto le debemos a María, ella es la madre de nuestro
sacerdocio.
El estudio de la teología se inserta en nuestra experiencia de seguimiento de Jesús.
La teología, la hemos querido disfrutar como instrumento precioso e indispensable, para
formarnos como pastores del rebaño. Porque nosotros, como nuestros hermanos,
necesitamos que Jesús nos explique las Escrituras y parta para nosotros el pan. Cómo
daríamos razón de nuestra fe ante el rebaño y ante los hambrientos de pan y de esperanza.
Porque la sed sólo se sacia en la fuente; la sed de Dios que clama en nuestro mundo
reclama de nosotros beber del manantial de la revelación de Dios. De tal manera que lo
comuniquemos con nuestra vida y con nuestra predicación a los que entristecidos vuelven
hacia Emaús. Nosotros experimentamos la necesidad de la teología para nuestro servicio
pastoral, porque los cristianos y el mundo necesitan que Cristo les salga al encuentro en
nosotros y por nuestro ministerio.
Sin duda que la más auténtica teología es la de los sencillos y la de los niños, ellos
captan la verdadera realidad del Reino, son los bienaventurados. Por eso, quisieramos ser
como ellos y abrirnos a la acción santificadora del Espíritu de la Verdad, que sopla donde
quiere. Quisieramos ser como María, la sierva del Señor, vivir la vida de Cristo como ella,
con su sí en los labios y en el corazón.

Volviendo sobre los pasos

Una de las lecciones más hermosas de estos meses de síntesis ha sido contemplar el
misterio de la Iglesia como la comunidad misionera, en la cual y a través de la cual, se
continúa hoy la obra salvadora de Jesús. La teología en el contexto de la comunidad eclesial
se entiende como un servicio insustituible y primordial para que su vida y su misión sean
siempre fieles a la fuente y tiendan con esa misma fidelidad a su fin. En este sentido la
teología es ante todo un trabajo comunitario eclesial, pues recibe de la Iglesia la fe, la
reflexiona en ella y está dirigida a hacerla más comprensible para los cristianos y para los
hombres del mundo de hoy. Este trabajo expresa, no con pocas limitaciones, esa
comunitariedad del esfuerzo teológico en la Iglesia. Ello se manifiesta a que en su
elaboración han participado directa o indirectamente muchas personas, varias generaciones
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del Seminario Pontificio de Santiago y de algunas personas que desinteresadamente han


prestado su servicios:

1) Se ha usado el desarrollo del tesario que elaboró Francisco Walker Vicuña en 1995, que
se encontraba manuscrito en dos valiosos cuadernos, que con generosidad puso en nuestra
disposición. Dirigió este trabajo para muchas de las tesis de los sacramentos el seminarista
Cristián Roncagliolo Pacheco.
2) Estos manuscritos fueron trascritos computacionalmente por la señora Carmen Moreira
Venegas, quien gentilmente ofreció su tiempo.

3) Luego se trabajó sobre esos textos y se los corrigió y amplió, tomando en cuenta:

a. El trabajo de síntesis realizado en conjunto por los alumnos del Seminario


Pontificio de la promoción de 1991.
b. Los apuntes y libros que nuestro curso utilizó y elaboró a lo largo de nuestros
cursos de teología en este mismo seminario.

4) Luego con la valiosa ayuda de los seminaristas Vicente Espinoza Acevedo, Pablo Palma
Mora y Jorge Solís Papayani se corrigió todo el texto, se trató de mejorar su estilo y
contenido. Estamos concientes de que muchos errores, ambigüedades y fallos quedaron,
confiamos sabrán disculpar nuestras limitaciones.

Agradecemos sinceramente a todos los que de una u otra manera participaron en la


confección de este tesario, con su trabajo, sus aportes, sus consejos, etc. Agradecemos el
interés y apoyo de los padres Maximino Arias Reyero y Andrés Arteaga Manieu, sus
consejos y correcciones, durante nuestros estudios nos han servido mucho para crecer.

Este tesario es sólo un intento

Lo que se recoge en este tesario es el estudio y esfuerzo de la teología de tantas


personas, de la Iglesia toda y a través de toda su historia. Pero al mismo tiempo es una
muestra de que cada uno toma lo que puede de la fuente, y nosotros tenemos sólo nuestras
manos, mucha agua se escurre, mucha cae. Cada uno de los estudiantes que lea estas tesis
debe recordar que, lo que intentamos hacer en nuestra síntesis es estudiar la teología y que
estas tesis son sólo un intento, y vaya que precario y provisorio. No son ni la panacéa, ni
tampoco carecen de toda importancia. Valen en la medida que son nuestro esfuerzo de
acercarnos al misterio del encuentro de Dios y del hombre. Cada uno puede seguir su
propio camino, si le ayuda éste, vale.

A.F.M.

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