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A ESTE YoHEAMADOAESTEPUEBL(}
PUEBLO
" l)ebo pasar esre difícil
ller'íoclo cle nuestra his;
trlria nacional junto a-
los cristianos de Alema-
ni¿r" No tendré ningún
tlerecho a parricipar de
la reconstrücción de la
vida cristiana en Alema-
nia,' si no comparto las
pruebas de esta hora con
mi pueblo . . ." "Los cris-
tianos de Alemania debe-
rán enfrentar una terri-
llle alternativa: o desear
I¿r derrota de su nación
para que' la civilización
cristiana sobrev iva, o de-
sear la victoria de su na-
ciiln f , por lo tanto, la
clestrucción de nuestra
civilización. Yo sé cuál
rle estas dos alternativas
clebo escoger: pero no
puedo hacir esa elección
desde r.tn lugar segu,ro."
I
YO HE AMADO
A ESTE PTJEBLO
'I'estirnonio de responsabilidad
con una introducción de Hans Rothfels
año 1933 aceptó el cargo de pastor cle parroqura lar la riqueza múltiple y espontánea de los dones
establecida en el extranjero, o sea etl Londres. espirituales y Ia entereza de la ga-
artísticos con
Esto bien podría haber dado motivo a restrin- rantía moral. }'ue invitado en 1939 a los EE. UIl.
girse a una responsabiliclacl dentro cle los límites para un viaje de conferencias. Allí le ofrecieron
normales de "oficio y encargo". En realidacl aln- estada, cargo y profesorado. Fue el verano de alta
bos se impusieron y contlujeron "la libre aven- tensión política, antes de estallar la guerra. Con
tura de fe" de Bonhoeffer hasta la llrimera fila clara, imperturbable decisión, Bonhoeffer eligió el
de la comunidad cristiana que se unía contra Ia regreso. En los apuntes de su diario dice al res-
adversidad que amenazaba, coritra l:r aparición pcto: "Con todo echo de menos a Alemania, a
clel "animal del abismo". Los días cle Lonclres hi- Ios hermanos. . . no comprendo por qué estoy
cieron nacer sobre toclo la estrecha relación de aquí. . . La breve oración con que nos acordamos
confianza con el obispo de Chichester, relacii¡u ell rle los hermanos alemanes me ha dejado poco
la que en medio de la Buerra (mayo «le 1942) se menos que embargado por la emoción. . . en el
basaría un significativo intento de echar ttn puelt- caso de una guerra no quiero estar aquí. . . Des-
te entre "la otra Alemania" y Ios pocleres ene- cle que estoy a bordo, el dilema interior acerca del
migos. f'ratábase de una activiclact política-cons- porvenir ha cesado." Y más tarde escribe descle Ia
piradora, emprendida por anlor al ¡rueblo alemárl celda de prisión a su amigo Eberhard Bethge: "El
y con resistencia sin compronlisos contrit una au- hecho de estar aquí errcerrado lo cuento también
toridad impía y criminal. f."uvo su pt'elutlio en el como una participaci/ón en el destino de Alema-
ámbito eclesiástico, dado qlle Bonhoelfer l'tte lla. nia; participación a la que estaba decidido."
mado en 1935 a dirigir el seminario de preclicaclo- Esta decisión no sólo lo condujo a una partici-
res de la Iglesia Confesante ert Birkenwalde, ol'- pación sobresaliente en la lucha de la iglesia, so.
ganización sumamente insólita e ilegal, (lue \'a bre todo como persona de enlace en el frente cris-
desembocaba en las formas de la conspiración po- tiano internacional, sino también, junto con su
lítica a causa cle su tarea edttcativa, por Poco qtle hermano y sus dos cuñados, en el círculo interno
esta pareciera corresponcler al oficio Jrzrstoral. tle oposición política activa que se respaldaba en
Lina vez más se le brindi¡ a Bonhoefler la oPor- la División de Defensa del Estado Mayor de Ia
tunidacl de eludir la consecttencia de su carnino ¡' Soberanía Militar (Wehrmacht) y se agrupaba so-
cle su moclo de ser qrte aunltba tle rnanet'a sin.qu- bre totlo en torno del General Oster, «lecirlido a
YO HE AMADO A ESTE PUEBLO
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Noche v silencio.
Iscuchn.
Sólo pítsos y las voces tle los gualclias,
I-a risa lejana, oculta, cle una pareja de
en¿rrnoraclos.
.\deuuis de esto ;natla escuchas, perezoso, tú
t¡re duermes?
Escucho ¡ralpitar 1, l,acilar mi propia alma.
¿Y nada rnás?
l'-scucho, escucho
Algo como voces, corlo llarnadas,
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Co,ruo gritos que claman por tablas salvadoras Nosotros los ancianos, nosotros lo.s jóvenes,
De compañeros de infortunio, desvelados, o Nosotros hijos de toclas Ias lenguas,
dormidos, Nosotros los fuertes, nosotros los di'biles,
Sus callados pensamientos nocturnos, Nosotros los que duermen, nosotros los que están
Escucho el crujir febril de camas, despiertos,
Escucho cadenas. Nosotros los pobres, nosotros los ricos,
Escucho susurros gozosos cle adolescentes Los iguales en el infortunio,
Que se consuelan con sueños infantiles; Nosotros los buenos, nosotros los malos,
Escucho cómo tiran de sus mantas 'I-odo cuanto havamos si<lo,
Y se esconclen de la horrenda pesaclilla. i\«rsotros hombres cle rnuchas cic¿rtrices,
Escucho cómo los hombres que ansían libertad y Ittrosotros testigos de at¡uellos que murieron,
acciones iracundas Nosotros los obstinados y nosotros los clesalentatlos,
Se agitan y se extienden. Nosotros los inocentes y nosotros, los sever:rmente
Cuando el sueño los visita al alba acusados,
X,Iurmuran -soñando- de hijos ymujeres. Los profundamente atribulados por una larga
Escucho suspiros y el débil aliento cle los ancianos soledad,
Oue en silencio se preparan para el viaje grancle. IIermano, buscarnos. . . ite llamamc¡s!
Ellos han visto venir e irse el derecho y la Flermano, ¿me oyes?
injusticia.
XJas ahora tienen sed de ver algo imperecedero, f)oce campanadas l'r'ías, tenues, clei reloj de la torre
algo eterno. N,le despiertan.
No hay en ellas ni sonirlo ni calor que me cobijen
lioche ), silencio. ni me cubran.
Stilo pasos v voces rte los gtrardias. Perros malignos que laclran alrededor de la
.'Oyes cirmo Ia casa call¿rrla se estrenlecr:, estalla rnedianoche
1, cruje Nfe espantan.
(-iuando centenares atil¿rn el ardor acumulaclo cle Endeble repique de campanas
§Lr§ corazones? Separaun pobre a,ver cle un hov pobre.
Su coro es nrudo. Que un día se incline hacia el otro
Abierto, muv abier'to, mi oído. Qr. nacla encuentre de nuevo, nada de mejor,
70 YO }IE -.\l,IANO A ESTE PT.EBLO I'OCES NOCTL RNAS 7t
Denunciamos a quienes nos empujan al pecado, Alguna vez defensores del derecho y de la verdad,
A quienes permitieron que fuéramos cómplices, nos convertimos en los que desprecian a
A quienes nos convirtieron en testigos de la Dios y al hombre
injusticia Bajo las risas tlel infierno.
Para despreciar al cómplice.
Pero ahora, despojaclos de libertad y honra;
I.,evantamos orgullosos lir c.abe¿a ante los hombres.
Nuestros ojos tuvieron que mirar ultrajes Y si nos hunden en contraclicciones malignas,
Para enredarnos en profunda culpa; Nosotros rnismos nos absolvemos ¿l rlosotros
Luego nos cerraron la boca; mismos.
Nos convertimos en perros mudos. 'l'ranquilosy firmes estamos, hombre contr¿r
hornbre;
,\prendimos a clecir mentiras baratas, Conro acusados, así acusamos.
A someternos al agravio;
Cuando quebrantaron al indefenso Sólo ante ti, sondeador cle todo ser,
tr*uestro oio permaneciir frío. Ante ti somos pecaclores.
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74 \.() }IE Arf.{DO A ESTE PLIEBLO \.OCL-,S NOCTT'R\45 i5
Señor -luego de la agitación de estos tiempos* l)ia de verano -tne limito a clecir- ¡hermoso dia
¡Concéclenos tiempos de afirmación! cle r,erano!
¿
()-tró rne traer':i ?
Iintonces percilro pasos altrera, presurosos,
¡Deja que después cle tanto errar retenidos,
\¡eamo.s la alborada!
(lerca de urí se rleticnen cle pronto.
Siento calor ,Y siento frío.
¡Permite que construyamos caminos para tu \'«r sé -¡oh! ¡\'o sé!
Palabra Ilna voz qtretla lee algo r:on acento cortante,
I{asta clonde nuestros oios alcancen ¿l ver"! helado.
I)otnínate, ltcrrtr:rno, pror.tt<l lo lrirbr:is r:olrstrnlaclo-
Ilasta que tú extingas nuestra culpa i)ronto-Pl'on to.
'I-e oigo c:amin:rr r:on paso orgtrlloso y .i'aliente.
i\[anténnos r¡uietos en tu pacienciir
l'ír va no ves el inst¿urte; tír ves tiempos venideros.
\'ov contigo, Itel'rnano, :r ese lugar
Oueclanrente queremos prcpararnos Y escucho Lu irltim:r palabm:
Hasta que tú llames a nuevos tiempos, "Hct'ttt¿rno, ctr;tnd«l el sol lta1,a paliclecicl«r para mí,
l'ez;r tú p«lr rní."
Hasta que tú a¡racigiies tornlent¿l v ltlal"eA,
Y tu voluntad ol¡re milagros.
I',xtendiclo sol-¡re mi catre,
Hermano, hast¿r que huya la noche
(lon la mirarla absorta e11 l¿r parecl gris.
.\luera un;r m:rñ¿rrra cle estío qtre a(rn tlo es nuestra,
¡Reza por mí!
Itrvarlc la carnpiria con srl resplanclor.
F{erm;rno, hasta <1ue al linal de la lirrga n«;che
La primera cl¿tridacl del alba se clesliza por rni ,\ntanezc¿r lruestl'o «lía,
ventana
¡Resi§talnos:
Pálida y gris;
t.Ina Ieve brisa me acaricia la frente con tibiezas
de estír¡.
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r';j# f uera. rY consecuentb con
r;ri;:i:i;$
(:,j
lo que dice,: regrésa a su
patria, donde por negar-
, : ,t,itr:r
i¡'l,iil';l
,,,.ff
.',,:ii li §e a participar de ciertos
' til.li
aspecto§ del régimen na-
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,.,,r,itri:i
i rl,.;r;
r
,i.r§
r., , i: l;ií¡
zi, es puesto prisionero,
'r..'"i;i-§
martirizado, y ejecutado
en un camPo de concen-
tración
Toda la vida y la trluer¿
te de este hombre es uná
acción dramática de su
firme convicción de que
la fe cristiana debe ie,
interpretad.a en términos
actuales, en encarnación
con aquellos que estan-
do en medio de la lu.
cha se preguntan qué sig-
nifica ser cristiano.
Foto: M otive.
Diseño de ta portada:
K itty Loréf ice.