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Brasil

Contexto

La ex presidente Dilma Rousseff fue destituida por juicio político en septiembre de 2016.
Durante el impeachment quedó demostrado que no había cometido ningún delito de
corrupción, como sí lo hicieron sus principales acusadores. De los 61 senadores que
votaron por la destitución, 47 estaban bajo proceso judicial y 15 ya habían sido condenados.
Nunca antes el Tribunal de Cuentas había considerado irregular el dictado de decretos para
reasignar recursos presupuestarios (como hacen todos los gobiernos del mundo, incluido el
de Macrì en la misma semana de la destitución de Dilma) ni objetado la postergación de
compromisos asumidos por el Estado bajo una forma de maquillaje fiscal que aquí podría
traducirse como patear hacia adelante. También se violentó el principio de no
discriminación por razones políticas, puesto que no se aplicó similar proceso a su sucesor,
el actual presidente Michel Temer, quien fue denunciado por los mismos hechos. En cuanto
se votó la destitución, el Congreso sancionó la ley 13.332/16, que en forma expresa
legitima la práctica por la que fue sancionada la ex presidente, que no era ilícita ni lo sería
después.

La destitución de Dilma, consecuencia de la debilidad política de un gobierno que


desmovilizó a todas las fuerzas que le daban sustento, practicando la misma política de
ajuste que había denunciado en la campaña electoral, fue sólo la primera fase de una
ofensiva, cuya meta era impedir que Lula volviera al gobierno en la próxima elección. En
mayo de 2017 Sergio Moro, aclamado en toda la región como el justiciero imprescindible,
citó a Lula a declaración indagatoria por cargos de corrupción bajo la causa de Lava Jato
que permitieran encarcelarlo, proscribir su candidatura o, al menos, enchastrarlo de modo
de mellar su popularidad. Además el proceso que inició Moro vulneraba y sigue vulnerando
el derecho de Lula al debido proceso ya que:

 El cambio de competencia ordinaria a competencia federal no procedía ya que los


delitos contra la administración pública son delitos comunes
 Falta de parcialidad del juez
 Pincharon los teléfonos de los abogados
 El interrogatorio a Lula que era clave para la resolución del caso, no fue tomado en
cuenta por la sentencia
 La sentencia

Dos meses después de esa indagatoria, Moro condenó a Lula a nueve años y medio de
cárcel como parte de la causa Lava Jato, por corrupción pasiva y lavado de dinero. Sostuvo
que el departamento del interrogatorio (un triplex en el edificio Solaris, de Guarujá, en el
litoral de São Paulo) era una coima de la empresa constructora OAS para obtener tres
contratos con Petrobras, pero no pudo exhibir un solo documento que probara que
pertenecía a Lula aunque estuviera inscripto a nombre de la empresa. Como presidente,
Lula tendría una responsabilidad objetiva. La Cámara de Apelaciones de Porto Alegre
confirmó la condena en enero e incrementó la pena a 12 años y un mes. La apelación que
Lula perdió dos veces esta semana no fue sobre el fondo de la cuestión, sino un hábeas
corpus para decidir si debía ingresar ya a la cárcel o podría permanecer en libertad hasta
que la condena quedara firme.

1. Lula fue condenado el año pasado por el juez Sérgio Moro en el caso del
departamento tríplex de Guarujá. En mi opinión, después de haber acompañado
todo el proceso y leído el requerimiento del fiscal y la sentencia, sin pruebas.
2. En enero, el TRF-4 de Porto Alegre, tribunal de apelación, ratificó la condena y
aumentó la pena de 9 años y medio de prisión para 12 años y un mes. Lula presentó
un recurso que se conoce como "embargos de declaración", que el propio tribunal
rechazó.
3. Ahora, la defensa de Lula puede presentar nuevos recursos sobre esos embargos,
ante el mismo tribunal, que seguramente también serán rechazados sin efecto
suspensivo. El tribunal decidió que agotada la segunda instancia, vaya preso
inmediatamente.
4. El artículo 5, LVII, la constitución de Brasil dice que nadie será considerado
culpable hasta que la sentencia condenatoria se encuentre firme. Y el Código de
Proceso Penal, en su art. 283, tampoco permite prisión (a no ser preventiva o in
fraganti) sin sentencia firme.
5. Por ese motivo, muchos juristas consideran que nadie puede ir preso si aún caben
recursos de apelación de la condena. Y Lula aún puede apelar al STJ (similar a
nuestra Casación) y al STF (Corte Suprema). De modo que no podría ir preso aún.
6. Sin embargo, en 2016, en otro caso, la Corte autorizó la prisión en segunda
instancia y sentó jurisprudencia. La votación fue 6 a 5, y al menos un juez, Gilmar
Mendes, cambió de opinión desde entonces, de modo que hoy la mayoría es otra.

24. Mi opinión personal es que todo este proceso tiene más que ver con la necesidad de los
adversarios de Lula de sacarlo de la carrera electoral de alguna forma. Y eso, después del
golpe de 2016, pone a la democracia brasileña en terapia intensiva.

23. Todo esto sucede también en medio de un clima de violencia en el que la ultraderecha
fascista está totalmente desbocada y fuera de control. Asesinatos políticos, amenazas de
muerte a dirigentes opositores, la caravana de Lula baleada, etc. Es muy grave.

22. La Corte sesionará hoy en medio a una situación política muy tensa. Algunos generales
del ejército están amenazando con un golpe militar si Lula no va preso. Eso no
necesariamente significa que el golpe vaya a ocurrir, pero la amenaza a la Corte fue
explícita y grave.

21. Vaya preso o no, la discusión por su candidatura pasa por otro carril. Lo decide la
justicia electoral y no hay una relación directa con la decisión de hoy. Es otro tema, que
demandará otro proceso, en otro fuero.

20. Si Lula va preso, eso no significa necesariamente que permanecerá en prisión. Después
de apelar al STJ o al STF, puede intentar un nuevo recurso para que la apelación tenga
caracter suspensivo de la ejecución de la pena. Y ahí es otra batalla para salir de la cárcel.

19. Eso no significa necesariamente que vaya preso hoy si pierde, pero es muy probable. La
Corte debería notificar al TRF4, que a su vez notificaría a Moro, que a su vez podría dictar
la orden de prisión. Probablemente la defensa intentaría otro recurso, con pocas chances.

18. Si la Corte le concede el habeas corpus, Lula seguiría libre. Dependiendo de la


extensión del fallo, hasta la apelación ante el STJ o inclusive hasta la apelación ante el STF.
Puede demorar años. Si no se la concede, iría preso ya.
17. Sin embargo, todas las veces que argumentó eso fue en decisiones de salas de la Corte y
no en plenario, como hoy. Eso significa que, ante una votación en plenario, podría seguir
sus convicciones sobre la cuestión de fondo. Pero no hay certezas...

16. A pesar de esa convicción personal sobre la cuestión de fondo, Weber es reacia a no
aplicar la jurisprudencia a casos particulares con habeas corpus, aunque ella no comparta la
jurisprudencia. Es decir, cree que debería cambiarse la jurisprudencia, pero no abrir
excepciones.

15. Si no hay sorpresas, sabremos el resultado de la votación cuando vote Rosa Weber. En
2016, votó contra la prisión en segunda instancia. Fue un voto categórico. Dijo que la letra
de la constitución la prohíbe y que no existe otra interpretación. Eso favorecería a Lula.
Pero...

14. Sorpresas... muy improbables: que alguien cambie de voto; improbables, que alguien
"pida vista" y frene la votación hasta nuevo aviso; probable, pero difícil: que los que
quieren cambiar la jurisprudencia presionen a la presidenta para poner eso antes en el orden
del día.

13. La jueza Rosa Weber será la cuarta en el orden de votación (al principio, por sorteo, van
a votar la mayoría de los ministros contrarios a Lula, y al final, la mayoría de los
favorables). El voto de Rosa es el decisivo, si no hay sorpresas.

8. Gilmar Mendes, el juez que cambió de opinión y hoy defiende la inconstitucionalidad de


la prisión en segunda instancia, es el más antipetista y anti-Lula de la Corte (y el más
politizado y verborrágico), pero, pese a detestar a Lula, votaría a su favor por motivos
jurídicos.

9. El problema de la defensa de Lula es que, para cambiar la jurisprudencia de la Corte,


sería necesario que la presidenta, Carmen Lúcia, pusiera en el orden del día alguna de las
acciones de inconstitucionalidad que lo piden, y ella se niega a hacerlo porque perdería.

10. Por ese motivo, con la jurisprudencia de la Corte en contra, el único recurso que le
quedaba a la defensa de Lula era el habeas corpus, que no cambia la jurisprudencia, pero
puede beneficiar a quien lo pide, de forma individual. Sería un caso particular.
11. En su última sesión, antes del feriado, la Corte admitió el recurso pero no llegó a tiempo
a votar si lo concedía o no, de modo que dictaron una medida cautelar que vence hoy,
cuando deben votarlo. Por ese motivo, Lula sigue libre.

12. La votación de hoy está, si no hay sorpresas, 5 a 5. Fachin, Moraes, Barroso, Fux y
Carmen votarían contra Lula. Toffoli, Lewandowski, Gilmar, Marco Aurélio y Celso de
Mello, a favor de Lula. Todos mantienen su voto de 2016, menos Gilmar. Falta Rosa
Weber...

17 horas. El plazo del juez Moro acabó y Lula no se entregó. La Polícia Federal está
anticipando que no piensa ir a detener a Lula en medio de esa multitud, porque no hay
condiciones de seguridad y podría ser peligroso

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