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07:19:47, hora local (UTC-6), y alcanzó una magnitud de 8.1 MW. El epicentro se localizó en
el océano Pacífico mexicano, cerca de la desembocadura del río Balsas, en la costa
del estado de Michoacán, y el hipocentro, a 15 kilómetros de profundidad bajo la corteza
terrestre.
Este fuerte sismo generó el primer Tsunami en México que pudo ser observado de manera
científica directamente y no a través de registros o relatos históricos. La altura del tsunami fue de 2
a 4 metros y no produjo víctimas.
Por lo general, grandes sismos causan destrucción y generan víctimas en lugares cercanos al
epicentro; en Michoacán, los daños más importantes fueron en Lázaro Cárdenas, justo frente a la
zona del epicentro y Playa Azul.
En las localidades cercanas al epicentro existe una cifra aproximada de 100 muertos entre los
estados de Michoacán, Guerrero, Colima y Jalisco.
Al día siguiente se produjo la réplica más fuerte del sismo con magnitud 7.6 a las 19:37 h en la
misma zona del epicentro del sismo principal y que terminó por dañar estructuras que habían sido
afectadas el día anterior.
Origen[editar]
El epicentro fue localizado en el océano Pacífico, frente a la costa del estado de Michoacán,
muy cerca del puerto de Lázaro Cárdenas. Un informe del Instituto de Geofísica en
colaboración con el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de
México publicado el 25 de septiembre de 1985,25 detalló que el epicentro se localizó cercano a
la desembocadura del río Balsas, límite natural entre los estados de Michoacán y Guerrero, a
las 7:17:48 a. m. Tiempo del Centro, y alcanzó la Ciudad de México a las 07:19 a.m., con una
magnitud de 8.1 MW y una duración de 2 minutos.126 Por su parte, el Servicio Geológico de los
Estados Unidos determinó la magnitud del sismo en 8.0 (MW),4 mientras que la Sociedad
Mexicana de Ingeniería Sísmica sostiene que este movimiento telúrico alcanzó la magnitud 8.2
(MW).27 Fue de un sismo de tipo trepidatorio y oscilatorio a la vez y registró una profundidad de
15.0 km bajo la corteza terrestre.3 La ruptura o falla que produjo el sismo se localizó en la
llamada Brecha de Michoacán, conocida así por su notable, hasta ese momento, carencia de
actividad sísmica. Se ha determinado que el sismo fue causado por el fenómeno
de subducción de la placa de Cocos por debajo de la placa Norteamericana. Se sabe que, por
medio de testimonios, la escala de Mercalli en la Ciudad de México fue de entre IX y X.28
Una de las diversas apreciaciones en cuanto a la energía que se liberó en dicho movimiento
fue su equivalente a 1114 bombas atómicas de 20 kilotones cada una.
Réplicas[editar]
En México se presentaron varias réplicas del fenómeno, siendo la más significativa la del día
siguiente (20 de septiembre de 1985) a las 19:37:13 hora local (01:37:13 UTC) con magnitud
de 7.5 (MW) y 7.3 (ML),30311 localizándose su epicentro cercano a Zihuatanejo, Guerrero, a una
profundidad de 17.6 km.30 La réplica provocó el colapso de 20 edificios más y aseveró el daño
estructural de algunos otros endebles dañados por efecto del primer sismo. El sismo también
produjo un maremoto en Ixtapa-Zihuatanejo con olas que alcanzaron una altura de 1.5 m.28
Otra réplica de consideración ocurrió el 30 de abril de 1986, con una magnitud de 7.0 (MW) y
su epicentro en el estado de Michoacán, al noroeste del sismo principal de 1985.
Fue notoria la ausencia de una respuesta inmediata y coordinada de parte del gobierno, lo
cual fue asumido como un "rebase" por la dimensión de la catástrofe.36 El propio presidente
demoró 36 horas en dirigirse a la nación.36 Debido a la falta y la tardanza de acciones por
parte del gobierno federal, la población civil tomó en sus manos las labores de rescate.37 Las
primeras acciones organizadas fueron realizadas por los grupos scouts de las localidades
afectadas, mismas que fueron sostenidas durante varios meses con la atención de
damnificados.
A las afueras de los edificios colapsados se formaron improvisados campamentos, con el fin
de organizar las tareas de rescate, alimentar a los voluntarios y voluntarias, a los heridos y
familiares que esperaban noticias de sus seres queridos atrapados en los escombros.7 En
estos sitios líneas de personas movían medicamentos para ser inspeccionados y
posteriormente ser suministrados. Las cruces dibujadas con un color rojo sobre papel eran
suficientes para identificar personal o locales de auxilio.
La UNAM, a pesar de no haberse visto afectada directamente, cerró sus puertas una semana
suspendiendo clases para que los universitarios que así lo desearan pudieran integrase a las
brigadas de rescate y ayuda. También fue notable el hecho de que la policía y
el ejército tardaron en hacer presencia y su labor inicial se limitó a «resguardar» los edificios
destruidos.
Entre los esfuerzos civiles organizados, surgió el grupo que posteriormente se incorporaría
como la Brigada de Rescate Topos.
DAÑOS
Cientos de casas, edificios públicos y gubernamentales sufrieron severos daños. Los más
representativos en la Ciudad de México:
Multifamiliar Juárez
Televisa Chapultepec
Los Televiteatros
El Hotel Regis
Fábricas de ropa en San Antonio Abad
Inmediatamente se notó la falta de respuesta del gobierno: el ejército se dedicó a cuidar las calles
en vez de participar en labores de rescate. Los ciudadanos por cuenta propia tomaron la iniciativa
de rescatar a las víctimas surgiendo decenas de héroes anónimos.
La ayuda llegó tanto de México así como de Estados Unidos, Francia, Alemania, entre otros países
que fueron solidarios con México.
La cifra final de muertos varía de fuente a fuente, pero se estima que superaron las 10 mil
personas en la ciudad de México. Más de 4 mil personas fueron rescatadas con vida entre los
escombros.
El parque de béisbol del seguro social fue utilizado como anfiteatro recibiendo centenares
de cuerpos en espera de ser identificados por sus familiares.
Se estima que los costos causados por el sismo ascendieron a más de 4 mil millones de dólares,
de aquel año.
Población[editar]
En su tercer informe de gobierno, el entonces presidente Miguel de la Madrid
Hurtado mencionó que la Ciudad de México tenía una población que superaba los diez
millones de habitantes, a nivel nacional eran 78 millones. Por ello, el objetivo del gobierno
consistía emprender acciones que mejoraran los servicios públicos básicos a favor del mayor
número de habitantes.
Calles[editar]
Más de 516 000 m2 de la carpeta asfáltica de las calles resultaron afectados por fracturas,
grietas y hundimientos (equivalentes a más de 80 kilómetros de una carretera de un carril).
Los rieles del antiguo tranvía en la Colonia Roma, se salieron del asfalto. También quedaron
destruidos y afectados más de 85 000 m2 de banquetas (aproximadamente el área del tamaño
12 canchas del tamaño del Estadio Azteca), más sus respectivas guarniciones (37 744 m).
Metro de la Ciudad de México[editar]
El Sistema de Transporte Colectivo Metro quedó afectado en 32 estaciones. Uno de los
comedores del sistema que se encontraba en la Torre D conjunto Pino Suárez se derrumbó y
dejó atrapadas a unos 60 trabajadores que hacían cambio de turno y que laboraban en las
oficinas de mantenimiento. Su rescate inició, según denuncia de familiares, hasta el 30 de
septiembre.
Rescates[editar]
Las personas rescatadas con vida de los escombros fueron aproximadamente más de 4000.10
Hubo gente que fue rescatada viva entre los derrumbes hasta diez días después de ocurrido el
primer sismo.
"Niños milagro"[editar]
Es notable el hecho de que en los hospitales derrumbados, una parte de los recién nacidos –
algunos de ellos en incubadora— se lograron rescatar. En especial tres recién nacidos (dos
niñas y un niño) que fueron rescatados de entre los escombros del Hospital Juárez siete días
después del terremoto. A esos bebés se les llegó a conocer como «Los niños/bebés del
milagro», o «El milagro del Hospital Juárez»; la razón de este sobrenombre fue que en los
siete días que estuvieron bajo los escombros, los bebés estuvieron completamente solos, no
hubo nadie que les diera de comer o beber, nadie que los cubriera y les diera calor, y a pesar
de tener todo en contra, los tres salieron vivos. Se recuerda que al momento de rescatar al
primer bebé (una niña), todos los equipos de rescate y trabajadores pararon e incluso
apagaron toda la maquinaria a la espera del llanto del bebé, que vino unos instantes después,
corroborando que se encontraba con vida.
MÉXICO - La destrucción que provocó en Ciudad de México el terremoto
de 1985, del que ahora se cumplen 30 años, dio lugar a una severa norma
de construcción que se sigue renovando para garantizar la seguridad en
una urbe muy vulnerable a los movimientos sísmicos y que no cesa en la
búsqueda de la innovación.
"Se está preparando una nueva versión de las normas de construcción que
saldrá probablemente el próximo año y será más severa", adelantó el
investigador emérito del Instituto de Ingeniería de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) Roberto Meli.
Tras ese suceso la ciudad buscó recuperarse en medio del caos, por lo que
se publicaron poco después normas de emergencia para "guiar las
operaciones de refuerzo de los equipos dañados", recordó Meli.
"Se han detectado edificios que no cumplen al 100 por ciento con la
norma. No cuentan con documentación suficiente", dijo el ingeniero civil,
quien recordó que el nuevo Instituto para la Seguridad de las
Construcciones en el Distrito Federal, creado en 2014, cuenta con gente
especializada para ello, aunque falta personal.