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“Año del Buen Servicio al Ciudadano”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTÍN

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

 ASIGNATURA: DERECHO CIVIL II

 DOCENTE: ABOG. EDWAR SÁNCHEZ BRAVO

 ESTUDIANTES:

ARÉVALO RAMÍREZ MAURICIO MARTIN

CASTILLO RODRÍGUEZ JHON PAÚL

USHIÑAUA USHIÑAUA WELLINGTON RANIER

 CICLO: V

 TEMA: LA SIMULACIÓN DEL ACTO JURÍDICO

 FECHA DE ENTREGA: 26 – 06 - 2017

TARAPOTO - PERÚ
Indice
DEDICATORIA ................................................................................................................................. 2
AGRADECIMIENTO......................................................................................................................... 3
1. Definición .................................................................................................................................. 4
2. Características .......................................................................................................................... 5
a. La Disconformidad Entre Lo Aparente Y Lo Real ........................................................... 5
b. Concierto Para Dar A Lo Declarado Autenticidad ........................................................... 5
c. El Propósito De Engañar A Terceros. ............................................................................... 6
3. Clases De Simulación En Los Actos Jurídicos .................................................................... 6
a. Simulación Absoluta............................................................................................................. 7
b. Simulación Relativa .............................................................................................................. 7
c. La Simulación Parcial .......................................................................................................... 7
d. La Simulación Por Interpósita Persona ............................................................................. 8
4. La Acción Para Solicitar La Nulidad Del Acto Simulado .................................................... 9
5. Inoponibilidad De La Simulación .......................................................................................... 10
6. Eficacia Jurídica De La Simulación ..................................................................................... 11
7. CONCLUSIONES ................................................................................................................... 12
DEDICATORIA

A nuestros padres y hermanos quienes nos apoyan para poder


llegar a esta instancia de mis estudios, ya que ellos siempre
están presentes para apoyar moralmente y psicológicamente.
AGRADECIMIENTO
El agradecimiento es principal a Dios quien nos ha
guiado y dado la fortaleza de seguir adelante.
A los catedráticos por quienes llegamos a obtener los
conocimientos necesarios para poder desarrollar el
trabajo monográfico.
1. Definición

La simulación es la declaración solo aparente, que se emite de acuerdo con


la otra parte para engañar a terceros. Se trata de un acuerdo de los sujetos que
intervienen en el acto jurídico para emitir una falsa declaración de voluntad, con el
ánimo de que los terceros crean en lo aparente y no conozcan la realidad.

Cifuentes sostiene que la simulación es el acto o negocio jurídico que por


acuerdo de las partes se celebra exteriorizando una declaración receptivita no
verdadera para engañar a terceos, sea que esta cerca de todo contenido, o bien
que esconda uno verdadero diferente al declarado

Se trata pues de una divergencia, acordada entre los celebrantes del acto
jurídico, entre la voluntad interna o real y la externa o manifestada para engañar a
terceros o protegerse frente a los mismos. Es por eso que Ferrera define a la
simulación como la declaración de un contenido de voluntad no real, emitido
conscientemente y de acuerdo entre las partes, para producir con fines de engaño
la apariencia de un negocio jurídico que no existe, o es distinto de aquel que
realmente se ha llevado a cabo. Para destacar el carácter abstracto y complejo de
la simulación, el mismo ferrara nos conduce a la siguiente descripción: Dos
celebrantes de un acto jurídico para sus fines particulares, proponen engañar a los
terceros haciéndoles creer que realizan un acto que realmente no quieren efectuar.
Para cumplir su propósito llevan a cabo, exteriormente, el acto ficticio, es decir
declaran querer, cuando en realidad no quieren. Esta declaración va dirigida a
engendrar en los demás una falsa representación de su querer. Los terceros que
ignoran el concierto secreto de los contratantes y no pueden penetrar en sus
intenciones, creen que el acto realizado es cierto y verdadero, en razón que
consideran que las declaraciones contractuales son serias y han producido una
transformación real en las relaciones jurídicas de las partes.

Así, por ejemplo, el deudor para impedir una medida cautelar como el
embargo, simula haber vendido la totalidad de su patrimonio a otra persona que
acepta participar en el acto simulado. El acreedor que cree que es cierto ya no podrá
ordenar ejecución sobre esos bienes. Pero al margen de esta apariencia, el
supuesto vendedor y comprador saben que tal circunstancia solo es aparente, en la
medida que en la realidad el desplazamiento no se ha producido. El acreedor cree
en el cuento porque desconoce la realidad.

Hay pues, en los actos simulados dos versiones: La aparente de fachada,


que rige para los terceros y la verdadera o real que lo saben los simuladores. El acto
simulado tiene eficacia para los terceros, pero es ineficaz entre los simuladores. De
ahí que la simulación sea posible solo entre actos bilaterales o plurilaterales.

La simulación funciona de diferentes maneras o tiene distintos alcances. Así,


Juan puede simular que vende un bien a Pedro, cuando en realidad no le vende.
Juan puede simular que vende un bien a pedro, cuando en realidad le esta donando.
Juan puede simular que vende el bien a pedro, por 30 dólares, cuando en realidad
le vende por 50 dólares. Estas expresiones dan lugar a lo que se conoce con el
nombre de clases de simulación que analizaremos posteriormente.

Sobre el particular, el Art. 1414 del código italiano nos dice que hay
simulación cuando los contratantes crean con su declaración, solo la apariencia
exterior de un contrato, del cual no quieren los efectos. En el párrafo segundo,
añade, o crean la apariencia exterior de un contrato diverso del querido por ellos.

2. Características

Son elementos caracterizantes de la simulación: a.- La disconformidad


entre lo que aparece como declaración de voluntad y la voluntad real y sincera de
los declarantes. B.- Concertación de los mimos para dar a lo declarado y no-querido
vicios de autenticidad. C.- Propósito de engañar a terceros.

a. La Disconformidad Entre Lo Aparente Y Lo Real


Indudablemente, lo primero que se aprecia en la simulación es la
disconformidad entre lo que los celebrantes manifiestan y lo que los mismos en
realidad hacen. Sobre este punto hay diferencias doctrinarias. Por una parte, está el
punto de vista de Ferrera y sus seguidores quienes consideran que en la simulación
existe una disconformidad entre la voluntad interna y la voluntad manifestada.
Dentro de esta opinión están Albadalejo, Diez- Picazo y Antonio Gullón, así como
León Barandiarán, Vidal Ramírez y Lohmann.
Frente a esta tesis están los que sostienen que la simulación no supone un
caso de disconformidad entre la voluntad interna y su manifestación. Autores como
Stolfi, De Cossio, Breccia, sostiene que ninguna de las partes manifiesta una
voluntad en contraste con el querer interno. Pues ambas están de acuerdo en dar
cierta forma a una voluntad diversa de la verdadera. De un lado declara querer en
apariencia algo y de otro que no quieren nada o quieren cosa distinta.
Se trata pues que ambas están de acuerdo en par apariencia de verdadera
a una voluntad diversa de la real. Es decir, entre ambos hay una convivencia.
Nosotros, por nuestra parte, consideramos que la disconformidad está en la
apariencia que los celebrantes muestran a los terceros que creen en esa
manifestación, a la misma que la dotan de una realidad inexistente. No se trata pues
de una disconformidad entre los simuladores, sino entre estos y los terceros.
b. Concierto Para Dar A Lo Declarado Autenticidad
Para que se dé el acto jurídico simulado, es indispensable la existencia de
un acuerdo simulatorio. De lo contrario, la simulación no sería eficiente ni siquiera
entre las partes contratantes. Debe existir ese concierto y coincidencia de las dos
declaraciones contradictorias que se integran en un mismo negocio, o como
sostiene De Cossío, dos negocios jurídicos distintos que se anulan o limitan.
Lo que existe, en la simulación, es un acto jurídico unitario, es decir existe
una voluntad única que nace del concierto de dos voluntades, encaminadas a dar
autenticidad a lo declarado. Sin el concierto, no se podría establecer los alcances
jurídicos que tendrán las declaraciones de voluntad en la formación del negocio
bilateral.
Justamente, es preciso distinguir que la simulación es diferente de la reserva
mental. En la primera, hay un acuerdo simulatorio, mientras que, en la segunda, hay
una declaración de voluntad muy personal, sin acuerdo previo, encaminado a no
querer obligarse y lograr el engaño al otro contratante. Consecuentemente, la
reserva mental tiene un propósito contrario al que persigue la simulación.
c. El Propósito De Engañar A Terceros.
Los que simulan un acto jurídico, lo que hacen es mostrar a terceras
personas, como real y autentico, un acto aparente que oculta una realidad distinta.
Lo que persiguen los simulantes es que los terceros le den crédito a la apariencia, y
no conozcan la realidad. Para el efecto dotan al acto aparente con todos sus
atributos para que nadie dude de su eficacia.
Este engaño a terceros como sostiene Ferrara no debe confundirse con la
intención de dañar. El propósito engañoso no es malo mientras no exista el ánimo
de engañar a terceros o si este engaño no se realiza, la actuación contradictoria de
los sujetos nada simula ni disimula, sostiene Ospina y Ospina.
En tal sentido, el Art. 1094 del código de 1936 disponía que “la simulación
no es reprobada por la ley cuando a nadie perjudica, ni tiene un fin ilícito”. Si se diera
este perjuicio prevalece el acto oculto o verdadero. Lamentablemente este
dispositivo no fue recogido por el código vigente.

3. Clases De Simulación En Los Actos Jurídicos

En el derecho comparado encontramos diferentes clases de simulación. Así,


el código italiano se refiere a la simulación absoluta, simulación relativa y la
interposición ficticia de persona. El derecho argentino también habla de absoluta y
relativa, el caso de prestanombres o interposición ficticia de la persona, licita e ilícita
y la completa y parcial.

El código civil peruano vigente nos ofrece la siguiente clasificación: Absoluta


y relativa que puede ser a su vez parcial, total y la simulación de interpósita persona.
Así mismo, se menciona a la simulación licita y a la ilícita. Es claro que nosotros
desarrollaremos las que corresponde a nuestro código.
a. Simulación Absoluta

La simulación absoluta es aquella en las partes fingen un acto que en


realidad no quieren; por ejemplo, si Luis que tiene una serie de deudas y sus bienes
se encuentran amenazados por un posible embargo, para burlar el crédito de su
acreedor simula una venta con Pedro, en este caso el vendedor como comprador
celebran una venta ficticia, afectada de simulación absoluta porque solo en la
escritura pública de compra – venta figura la transferencia y el pago del precio, pero
Pedro sigue en posesión del bien. (SALVAT, 1946)

Por su parte, Raymundo Salvat sostiene que la simulación es absoluta:


“cuando el acto jurídico se realiza no tiene nada real, pero resulta ser una farsa. En
todos los casos de actos jurídicos simulados el acto jurídico simulados el acto
presenta la apariencia de tal pero en realidad no hay tal acto ni ningún otro (SALVAT,
1946, pág. 32).

León Barandarián afirma que en la simulación absoluta la declaración de


voluntad no responde a “ninguna determinación realmente querida”, es decir que no
existe la voluntad de las partes, ni siquiera oculta bajo forma aparente (LEON
BARANDIARAN, Manual del Acto Jurídico, 2003).

El art. 190° de C.C prescribe: “Por simulación absoluta se aparenta celebrar


un acto jurídico, cuando no existe realmente voluntad para celebrarlo”.

b. Simulación Relativa

Es aquella que el acto declarado no responde a la verdadera determinación


de la voluntad, pero esta última existe. Esto significa que el acto jurídico que realizan
las partes es real, pero distinto del que aparece externamente. La naturaleza del
acto querido por los contratantes permanece oculta para los demás. La forma
exterior que no le permanece oculta para los demás. La forma exterior que estos
conocen es ficticia, mentida.

El acto verdadero está cubierto por una manifestación exterior que no le


pertenece. En el caso de un padre que dona un bien a su hijo, pero celebra el acto
jurídico como compra venta. En este caso el acto jurídico es verdadero querido por
el transmitente es la donación, encubierta la forma de compra venta (art. 191° del
C.C.). (LEON BARANDIARAN, Manual del Acto Jurídico, 2003)

c. La Simulación Parcial

Al hablar de una simulación parcial es porque es posible la simulación


completa o total, en la que lo aparente o engañosos abarca todo el negocio. En tanto
que en la parcial solo una parte. Como ejemplo de la simulación relativa total o
completa se puede señalar el caso de la persona que aparenta vender un bien
cuando, en realidad está donando.
En la simulación parcial, un aspecto del acto es aparente, pues puede haber
cláusulas verdaderas, como puede ser la extensión del bien, objeto del contrato, sin
embargo, puede existir otro aspecto que es engañoso, como puede ser el precio del
bien.

El art. 192 del CC establece que “La norma del art. 191 es de aplicación
cuando en el acto se hace referencia a datos inexactos o interviene interpósita
persona”.

En la simulación parcial puede tratarse del precio de un bien, consignándose


uno más alto o más bajo respecto del realmente pagado. Igualmente se puede
señalar fecha distinta a la que se celebra el acto jurídico. Cuando el Código señala
datos inexactos, significa que tiene que ver con los datos aparentes, porque los
exactos se encuentran ocultos, y sólo lo conocen los celebrantes del acto jurídico.
(LEON BARANDIARAN, Manual del Acto Jurídico, 2003)

d. La Simulación Por Interpósita Persona

La mayoría de autores consideran a la simulación por interposición como


una forma de simulación relativa; sin embargo, en esta clase de simulación
encontramos tres personas: dos que aparentan el acto y la otra que permanece
oculta.

En esta forma de simulación, las partes al realizar el acto jurídico constituyen


o transmite derechos a otras personas interpuestas que no son aquellas para
quienes en realidad se constituyen o transmiten derechos a otras personas
interpuestas que no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o
transmiten, tal como ocurre cuando una persona desea hacer una donación a otra,
pero sin que figure el nombre de esta en acto jurídico; en este caso, las dos partes
convienen en que aparezca un tercero como donatario. Esta misma modalidad se
emplea cuando se busca socios ficticios para cubrir el mínimo legal en la
constitución de sociedades anónimas.

En otras palabras, esta clase de simulación es sobre la persona del titular


del derecho de acto y consiste en la ocultación que las partes realizan en un acto
jurídico de la persona realmente interesada. En esta simulación no hay divergencias
entre la declaración de voluntad y la intención de los sujetos, pero si respecto del
titular de derecho; el que aparece como titular, es una persona ficticia, que recibe el
nombre de testaferro, interpósita persona, realizando actos como si tratara del
verdadero titular.

La interposición puede ser perfectamente lícita y obedecer a un fin


comprensible, pero también puede obedecer a motivos ilícitos, cuando se viola la
ley o se lesiona derechos de terceras personas, como puede inferirse de la
redacción del art. 192° del C.C, se refiere a la simulación relativa en la que tras el
acto ostensible existe uno real, que no es reprobable porque no atenta contra
ninguna disposición legal ni vulnera derechos ajenos.
4. La Acción Para Solicitar La Nulidad Del Acto Simulado

El artículo 193 del Código Civil vigente dispone que “La acción para solicitar
la nulidad del acto simulado puede ser ejercitada por cualquier de las partes o por
el tercero perjudicado, según el caso”

La acción no es sino el derecho que tiene una persona para acudir ante la
autoridad judicial, cuando requiere de su intervención para que administre justicia y
de esa manera solucione los conflictos.

De manera que en las ocasiones que una persona pueda plantear la nulidad
del acto simulado, requiere del derecho ade acción, el mismo que de conformidad
con el Art. 193, ya citado, corresponde a las partes que celebran el acto juridico o al
tercero que haya sido perjudicado.

El acto jurídico que contenga una simulación absoluta adolece también de


una nulidad absoluta, tal como lo establece el inciso 5 del Art. 219 del Código Civil.
En cambio, si el acto jurídico adolece de simulación relativa, es un acto anulable o
con nulidad relativa, cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho de
tercero. (Art. 221 inc. 3 del C.C)

Como ya lo vimos en el acto jurídico con simulación relativa, existe dos


negocios o actos uno simulado y el otro disimulado o escondido para terceros.
Luego, el acto jurídico en su aspecto simulado es nulo, pero el disimulado es válido
si es licito, es decir, si contiene los elementos esenciales del Art. 140. De lo contrario
es nulo, encuadrándose dentro de los alcances del Art. 219 del Código. Pero el
inciso 3 del Art. 221 establece la posibilidad de que el acto disimulado, aun siendo
licito sea anulable si perjudica el derecho de terceros.

Lo que prima, en este caso, es el interés del tercero que hizo el negocio o
celebro el acto, sobre la base del acto simulado, porque el disimulado no lo conocía.
Luego, para el tercero no tiene importancia el acto disimulado, sino el simulado.

La acción de nulidad puede ejercitarla los propios si mulantes del acto, es


decir el uno contra el otro indistintamente; igualmente los terceros pueden accionar
contra los simulantes.

La acción de nulidad cabe tanto en el caso de la simulación absoluta como


de la relativa, precepto que nace del texto del Art. 193 del C.C. en el caso del a
simulación absoluta, si bien el acto no existe, pero la sentencia establecerá, al
declarar el derecho, que el acto simulado no genero efecto alguno.

En el caso de la simulación relativa se podrá declarar la nulidad del acto


aparente, haciendo ostensible el acto oculto. De esta manera, el acto oculto surte
sus efectos entre las partes.
Pero la acción también puede ser planteada por el tercero perjudicado, tanto
en el caso de la nulidad como de la anulabilidad. El Código vigente, no se refiere a
la prescriptibilidad ni imprescriptibilidad de la acción por simulación. Pero el Libro
VIII del Código Civil, sobre prescripción y caducidad, en su Art. 2001, hace ligeras
referencias a la prescripción de la simulación. Así el citado dispositivo en su inciso
1, se refiere a que la acción para plantear la nulidad del acto jurídico prescribe a los
diez años. Igualmente, el inciso 2, señala que prescribe a los siete años, la acción
de daños y perjuicios derivados para las partes de la violación de un acto simulado.
Finalmente, el inciso 4 sostiene que prescribe a los dos años la acción de
anulabilidad, que procede en el caso de la simulación relativa.

5. Inoponibilidad De La Simulación

Cuando nos referimos a este tema, lo que interesa es indagar si la simulación


puede ser opuesta por los simulantes, o por los terceros perjudicados contra el que
de buena fe y a título oneroso haya adquirido derechos del titular aparente.

Esa es una hipótesis que nos plantea el Art. 194 del Código Civil vigente, así
como su respectiva solución.

Sobre el particular, el citado dispositivo sostiene que “La simulación no


puede ser opuesta por las partes ni por los terceros perjudicados a quien de buena
fe y a título oneroso haya adquirido derechos del titular aparente”

La tutela del código es muy clara. Todo el que adquiere un derecho de buena
fe y a título oneroso está protegido frente a los simulantes y demás terceros que no
ostente la calidad de buena fe y la onerosidad del acto. Ejemplo, si A y B fueron lo
simulantes, B transfirió la cosa a C, este a D y sucesivamente fue transferida a E y
F. Si C adquirió de mala fe y D y E lo adquirieron a título gratuito, entonces los
simulantes A, B y los terceros C, D y E, no podrían oponer la simulación a F si este
adquirió el derecho de buena fe y a título oneroso del titular aparente E.

Por lo tanto, los simulantes no pueden oponerse a los terceros de buena fe


que adquieran la cosa a título oneroso de quien este legitimado para disponer. Si
existieran terceros sin estas condiciones tampoco podrían hacerlo contra el que si
lo reúne.

En el caso del artículo objeto del comentario, la buena fe consiste en ignorar


el acuerdo simulatorio y creer en la plena eficacia vinculante del negocio simulado y
en la legitimación de quien alega ser el poseedor del derecho quien es solo un titular
aparente. Pero esa apariencia esta, por otra parte, consagrada por las formalidades
establecidas por el propio ordenamiento jurídico, como puede ser la escritura
publica, la inscripción en los registros públicos, que los simulantes y terceros
adoptan, todo lo cual contribuye al nacimiento de la buena fe.

Por lo tanto, la simulación es inoponible al adquiriente de buena fe y a título


oneroso. En cambio, si es oponible al adquiriente de mala fe sea a título oneroso o
gratuito. Es decir, lo que se sanciona es a mala fe. También es oponible, en el caso
que haya buena fe, pero el acto sea a título gratuito. Como sostiene Vidal Ramirez,
en este caso se trata de evitar el daño al simulante víctima del acuerdo simulatorio
y de sacrificar el lucro del adquiriente a título gratuito.

6. Eficacia Jurídica De La Simulación

La simulación no es reprochable. Su carácter ilícito o licito dependen del fin


para el cual sea empleada. En consecuencia, el acto simulado surte sus efectos, a
no ser que sea descubierta anteladamente.

Así, si el acto jurídico contiene una simulación absoluta, es decir que solo
existe un acto aparente, irreal no produce eficacia alguna entre las partes
simulantes. De conformidad con el acuerdo simulatorio, en la simulación absoluta,
nada se altera. Así, el simulante vendedor continúa siendo propietario y el
adquiriente no adquiere nada. Es por eso que el Art. 219 del Código, considera al
acto jurídico con simulación absoluta como un acto jurídico nulo.

En la simulación relativa, como ya lo hemos visto, el acuerdo simulatorio


consiste en producir un acto aparente y un acto real pero oculto para los terceros.
El acto aparente no tiene eficacia para las partes, en razón que la misma descansa
en el acto oculto, siempre que reúna los requisitos de sustancia y forma, tal como lo
dispone el Art. 191 de nuestro Código, que también ya lo hemos tratado. Por lo tanto,
es eficaz el acto oculto y no el aparente.

Lo mismo sucede si la simulación relativa es parcial o cuando se trata de la


interpósita persona, en las que tiene eficacia, entre las partes las cláusulas ocultas
y las que verdaderamente son partes, mas no la persona interpuesta.

Si se trata de terceros de buena, es el acto aparente el que les produce el


engaño, razón por la que pueden plantear la acción para hacer valer, a su arbitrio,
el acto aparente o el acto oculto.
7. CONCLUSIONES

a. Se entiende que el acto es simulado cuando se declara en el algo que no


corresponde a la real voluntad de las partes

b. La simulación es inoponible, es decir, que no se puede impugnar al tercero


adquiriente de buena fe y a título oneroso y es oponible al tercero adquiriente
que actuó de mala fe, es decir, que conocía que el bien procedía de un acto
simulado, aunque lo hubiera adquirido a título oneroso.

c. En la simulación Absoluta no existe voluntad para celebrarlo, en la


Simulación Relativa existe voluntad, pero camuflada por acto distinto al
querido, la Simulación por Interposición es anulable y la simulación Ilícita es
nula.

d. La simulación tiene por objeto engañar a los demás para sacar provecho su
propio y generalmente ilícito, por eso se dice que la simulación tiene una
base inmoral.

e. Por lo tanto, la simulación es inoponible al adquiriente de buena fe y a título


oneroso. En cambio, sí es oponible al adquiriente de mala fe sea a título
oneroso o gratuito. Es decir, lo que se sanciona es la mala fe.

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