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Generalmente un alumno presenta problemas de conducta recurrentes generados por problemas


sociales, el cambio en la estructura familiar, el acceso a la tecnología, la ruptura de algunos valores entre
otras cosas, lo cual repercute en gran manera en su rendimiento académico en la escuela y al final termina
expulsándose del plantel. Es por ello que se requieren herramientas necesarias para atacar estos problemas
y favorecer de manera inclusiva a alumnos con esta problemática.

En el presente ensayo se busca dar respuesta a la anterior pregunta citada, considerando las
características que deben tener las escuelas y la actitud que debe mostrar el docente en el aula.

Según March, R (2007). Los problemas de conducta se manifiestan en niños con dificultades de
adaptación, temperamento difícil, trastorno negativista ²desafiante o conducta antisocial, con patología
limítrofe y paranoide.

En cuanto a la etiología se sabe que hay un componente hereditario y biológico pero también el
ambiente puede ser determinante por estilos educativos inconsistentes o autoritarios, maltrato abandono,
abuso físico y sexual o tener modelos de comportamiento nocivos.

La conducta problema continua manifestándose cuando el alumno logra sus fines, los cuales
pueden ser: buscar atención, escapar a una tarea, buscar un bien material o actividad reforzante o descarga
emocional o física. Inconscientemente los maestros refuerzan y agravan los problemas de conducta pues su
tendencia es a castigar por liberar su descarga emocional pero eso a la larga refuerza la conducta problema
y genera resentimiento en los alumnos. Además generan circulo vicioso de atención pues entre más mal se
porta el alumno más mal lo trata el maestro.

Para establecer estrategias de prevención y modificación de tal conducta y generar un clima


adecuado en el alua, primeramente la escuela debe proporcionar a los alumnos un ambiente de seguridad y
entendimiento. Para lo cual deben cumplir con las siguientes características: Estar limpias, ordenadas y con
suficientes recursos. Con rutinas que den seguridad y sentido de pertenencia. Con actividades
satisfactorias: seguras, no agresiones, promuevan cariño entre sus miembros y preserven la seguridad
emocional. Además de contar con un marco normativo en el que:
1.Ê Prevea seguridad a través de la relación con el personal.
2.Ê Facilitar el establecimiento de límites claros.
3.Ê Funcionar como equipo y sin fisuras.
4.Ê Un marco flexible y dinámico
5.Ê Resultar presedible aplicando consecuencias lógicas dependiendo de los actos y de la edad del
alumno.

Por otra parte, la conducta problema en el aula debe evaluarse funcionalmente para aplicar las
estrategias adecuadas, Reyzábal, m. et al (2006) sugiere como método la observación del docente para que
determine mediante registros de observación las circunstancias y acontrecimientos que interactúan con la
conducta (definir la conducta problema, observarla y registrarla analizando los determinantes que incidan
como antecedentes, respuestas emocionales y conductuales, consecuentes, marcar objetivos de cambio
del la conducta y temporalizarlos) posteriormente se analiza el contexto familiar y social para tomar
acciones necearias como canalizar a orientación psicológica, buscar apoyo de dependencias como el DIF.
Y en el aula, de acuerdo con el doctor Fernando Armendariz, se debe conocer la causa del
problema, analizar conmo se desarrollan los conflictos y qué beneficio obtiene al manifestar la conducta
problema para no dárselo e incluso poner de acuerdo al grupo para que lo ignoren en esos momentos y
encauzar su atención y participación inmiscuyéndolo en actividades que abarquen aspectos que le
interesen para motivarlo. Incluirlo en un grupo con niños de su edad y adecuaciones curriculares para que
tenga éxito al trabajar, sensibilizar a los padres y condicionarlos también.

En conclusión, en las escuelas no buscan la manera de apoyar a tales alumnos, buscan su


comodidad al deshacerse de alumnos con problemas de conducta excluyéndolo de un entorno al que tiene
derecho y mas bien los maestros deben buscar alternativas para satisfacer sus necesidades. En las clases
se puede analizar las interaciones antes, durante y después del conflicto para determinar qué desea el
alumno y evitar dárselo en acuerdo con el grupo e involucrarlo en actividades de acuerdo a sus intereses
destacando sus habilidades, reconociendo cuando se porta bien, enfrentándolo al éxito en las actividades
adecuadas al atender el rezago educativo en el que se encuentra. A su vez es indispensable que en el aula y
escuela se cuente con un reglamento que establezca normas y límites. Si falla se apliquen consecuencias
lógicas que pueden ser derivadas de los actos. No se debe desistir, sino continuar buscando lo que le
motiva para condicionarlo además de lograr buena participación de los padres y los maestros unidos como
un colegiado tomando decisiones acertadas.

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