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CAPITULO IX

ORIGEN DE LA ESPECIE HUMANA:

EL TESTIMONIO FÓSIL Y LAS PRIMERAS EVIDENCIAS DE CULTURA

Para hablar con propiedad sobre el origen de la especie humana es indispensable par¬tir de su
relación genética con otras especies sobre las que el Homo sapiens ha alcanza¬do niveles de
superioridad extraordinarios. Dicha superioridad se explica por la excep-cional capacidad de
adaptación, la cual se expresa en la efectividad de respuesta a las presiones selectivas dei
medio, proceso en el que, el mayor beneficio ha sido el desa¬rrollo del cerebro, órgano que
solo en el humano ha adquirido funciones especiali¬zadas de repercusiones globales en el
plano del desarrollo psicomotor y cultural.

Jerarquía del Homo sapiens

entre los mamíferos.


En ejercicio de clasificación primaria al

H01-.0 sapiens se le ubica entre los mamífe-

ros placentarios, dentro de los cuales ostenta

una categoría protagónica. En este orden el

humano está incluido en el grupo de los lla-

mados Euterios o mamíferos placentarios,

que representa el tipo más evolucionado en

la subdivisión de los mamíferos modernos

que, a su vez se subdivide en tres subclases.

Según afimian Beals-Hoijer (1972) a estos

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se les da el nombre de mamíferos placenta-

rios, porque el embrión se desarrolla en el

cuerpo de la madre, mientras recibe alimen-

to y oxígeno de la placenta, órgano con for-

ma circular situado en las paredes del útero.

Los mamíferos placentarios se subdividen

en ocho subórdenes. De estos el mejor de-

sarrollado es el de los primates que incluye

ai Homo sapiens, simios, monos y lemures.

No obstante, para 1859 con la publicación de

su libro ílEl origen de las especies” Charles

Darwin afirmaba probablemente con razón,

que ninguno de los antepasados del hombre

se parecía a ningún momo o simio viviente.

De igual modo entiendía, que era imposi-

ble que entre los ancestros de los monos y

simios actuales hubiera gran parecido,


consideración parece lógica en razón dí

cambios en las estructuras corpóreas qu

individualmente expererimentaron estas es'

pecies en el proceso evolutivo, ios que no

solo se produjeron en el genotipo, sino tam-

bién en el fenotipo.

De igual modo, para arribar al nivel en que

aparece el ser humano se requiere abstraer

el proceso evolutivo experimentado a tra-

vés de los distintos tipos que conforman la

familia genética de los homínidos.

188

Estadios de evolución de los homínidos.

Generalmente se acepta que, el primer ho-mínido bípedo fue el Australopithecos, a pesar de


que, como ya dijimos, estudios re-cientes revelan que, Ardipithecus Ramidus no era un
póngido que se desplazaba me¬diante el bipedalismo, sino el primer homí¬nido. Dicho
espécimen cuyas características están distribuidas entre póngido y homíni¬do ha sido desde su
aparición en 1992 en Etiopía, el centro de una controversia que aun persiste en los predios de
la antropolo¬gía física.

Factores que incidieron en el bipedalismo.

En el surgimiento del mecanismo de loco-moción bipedal incidieron varios factores y causas,


todas las cuales están asociadas a la necesidad de liberar las extremidades supe-riores como
recurso para agarrar distintos objetos relaccionados con la subsistencia y que había que
trasladar a ciertas distan¬cias. En este caso las presiones selectivas implicaban la necesidad de
responder, tanto a los requerimientos de la supervivencia en cuanto a la obstención del
alimento, como de la defensa frente a las adversidades de un medio en que los depredadores
representan una constante amenaza.

De acuerdo con estudios anatómicos se ha de-terminado que, ia estructura esquelética de la


casi totalidad de antropoides del Mioceno había alcanzado la posición vertical; inclu-sive los
póngidos que se desplazaban me-diante la braquiación.

De forma que, las principales teorías acerca de las causas del surgimiento del bipedalis¬mo se
orientan en las siguientes direcciones:

JOSÉ L. VÁSQUEZ ROMERO

Surge como necesidad de adaptación entre los altos yerbajos de las sabanas, en razón de que,
en la altura vertical se puede de¬tectar y visualizar con mayor precisión la presencia del
enemigo depredador así como las presas de caza.
Además, la selección natural favoreció el bipedalismo en el contexto del uso de ac-tividades
manuales complejas durante el desplazamiento. De este modo las extre-midades superiores e
inferiores se habían especializado en destrezas y capacidades diferentes en forma simultánea
o concor-dante. En referencia al investigador Gordon Hewes afirman Ember y peregrine que, la
actividad manual que probablemente es-tuviese implicada en dicho proceso, era el transporte
o traslado de alimentos.

También, se plantea que, uno de los proba-bles alimentos que cargaban los primeros
homínidos mediante el uso de las manos fue la carne, lo cual no está claro, si era resul-tado de
la caza o del carroñeo, es decir, hay una discusión vigente acerca de si los pri-meros homínidos
eran cazadores o carroñe- ros. De todos modos si esta teoría sobre el bipedalismo tiene
fundamento científico es indudable que este sistema de locomoción homínida fue adaptativa,
lo que no contra-dice su carácter selectivo dado que, esta fue una condición que afectó
positiva y exclu-sivamente a los homínidos.

En consecuencia, Jolly sostiene, que el bi-pedalismo no habría sido una expresión de las
fuerzas selectivas, sino más bien una consecuencia de la actividad forrajera, en razón de que,
las manos no solo se emplea¬ban para sostener alimentos mientra se pro¬ducía el
desplazamiento, sino también para llevar las nueces y semillas a la boca duran¬

Capítulo IX: Origen de la especie humana:

Ei testimonio fósil y las primeras evidencias de cultura

189

te la actividad recolectora; lo que requirió del desarrollo y posterior uso de las extre-midades
superiores.

Además, ei cambio climático jugó un pa¬pel de gran importancia en dicho proceso, dado que
por ejemplo en el África oriental, los bosques experimentaron un proceso de extinción en cuyo
lugar solo quedaron sa-banas y espacios abiertos lo que se tradujo en un factor facilitador del
forrajeo basado en nueces y semillas que, contribuyeron a la aptación al nuevo hábitat gracias,
a las predisposiciones selectivas.

Otro factor de incidencia en el bipeda¬lismo pudo ser la liberación de las^ ma¬nos para la
fabricación de herramientas, lo que indudablemente está relacionado también con
predisposiciones selectivas a favor de los homínidos. Si esta hipótesis responde a la realidad
sería lógico dedu¬cir que, el bipedalismo no solo contribu¬yó al desarrollo locomotor de la
especie humana, dado la mayor posibilidad de movimientos mediante este mecanismo, sino
que supone el desarrollo interactivo de las áreas motora y psíquica. Es decir, si la necesidad de
utilizar las manos en la fabricación de instrumentos y todo tipo de artefacto contribuyó como
es lógico pen¬sar al bipedalismo, tal destreza, el uso de las manos tiene que haber estado
precedi¬do por una actitud y predisposición cere¬bral indispensable para la adquisición de
tales habilidades excepcionales. De ser así cabría deducir también que el área del lenguaje
pudo haberse desarrollado antes que el bipedalismo y que la fabricación de herramientas, para
lo cual fue impres-cindible una condición cerebral especial, de la que el mayor beneficiario
resultó ser el grupo de los homínidos por efecto de la

ley de selección natural y de sus capacida¬des adaptativas.


Otro punto de vista sostiene que la nece¬sidad generada para la actividad forrajera determinó
la posición bípeda definitiva de los homínidos, es decir, la actividad rela-cionada con
descuartizamiento o trituración de la corteza de las nueces (machacar) se adquirió mediante el
uso especializado de las manos, lo que se tradujo en un elemento favorable a esta forma de
locomoción.

Según lo afirmado por David Pilbeam, la actividad forrajera eficiente así como la caza y
descuartizamientos de animales debe haber supuesto la utilización de artefactos adecuados a
estos propósitos, esto implica entonces que, ambas actividades de subsis-tencia tuvieron
predeterminadas por la ca-pacidad de los humanos para construir tales herramientas. Esto
quiere decir, también que primero se produjo el desarrollo tecno¬lógico para lidiar tanto con
las actividades de subsistencia como con los depredadores, y luego se estableció el consumo
sistemá¬tico de carne y otras actividades^forrajeras o recolectoras que implican cierto grado
de especialización. Se acepta que, el hábito de cargar herramientas que se utilizaban como
armas en contra de los depredadores en for-ma sistemática, contribuyó con la estructu¬ra
bipedal de los homínidos; pero la nece¬sidad de enfrentar a dichos depredadores fue un factor
beneficioso para esta forma locomotora. Se calcula, según lo revelado por la evidencia
arqueológica que, las pri-meras herramientas datan de 2,000,000 de años, lo que hace deducir
que, el cerebro humano, así como el desarrollo del lenguaje tienen una antigüedad mayor. Se
cree que los prolto-homínidos utilizaban herramien¬tas de hueso y madera ante la falta de
capa¬

190

cidad tecnológica para elaborar utensilios metálicos. Este es un supuesto escasamente


respaldado por la evidencia arqueológica, en razón de que, a diferencia de los instru¬mentos
de piedra, aquellos son perecederos y han de conservarse en circunstancias am¬bientales muy
especiales.

Según otras suposiciones el cambio climá¬tico pudo incidir también, en el bipedalis- mo como
respuesta adaptativa relacionada con la necesidad de regular la temperatura corporal. Con
este fenómeno de poderoso impacto atmosférico al final del Mioceno e inicios del Plioceno, el
Africa oriental ex¬perimentó un fuerte incremento del calor y la sequía. Teóricos como Piter
Wheelen, citado por Ember-Peregrine sustenta el cri¬terio de que, la posición bípeda impide la
exposición corporal completa al sol; es de¬cir, la posición cuadrúpeda evidentemente expone
todo el cuerpo al influjo solar lo que representa una importante desventaja respecto al
bipedalísmo. Válida o no, esta teoría manifiesta la identificación de una condición exclusiva de
los humanos a la . cual le han sacado ventaja, sea cual fuere la causa de esta condición. Desde
el punto de vista de la contextualización de estas teorías las mismas ameritan la mayor
ponderación científica en razón de que, la multiplicidad de funciones especializas del Homo
sapiens tienen que haber surgido al influjo de diver¬sos factores causales en los que la presión
selectiva sea cual fuere su naturaleza, jugó un papel determinante.

Este último enfoque teórico se sustenta tam-bién, en la configuración y funcionamiento de la


estructura corporal en vista de que, nuestra postura también favorece la pérdida convertiva de
calor al permitir que, el calor

JOSÉ L. VÁSQUEZ ROMERO


suba y se desplace desde el cuerpo mejor que si quedara atrapado debajo de él (irra¬diamos
gran cantidad de calor por la cabe¬za). La refrigeración por medio de la evapo¬ración del sudor
también se favorece con la postura bípeda, ya que se expone al viento mayor cantidad de
superficie corporal. En esta condicón pudieron incidir factores tan¬to de origen selectivo como
adaptativo; la incidencia del componente adaptativo pa¬rece lógico en este proceso de
desarrollo bipedalista, en razón de lo incómoda que resulta la posicion cuadrúpeda para el des-
plazamiento mientras se cargaba algún tipo de producto recolectado o cazado para la
subsistencia.

La cadena evolutiva de los homínidos

Según se muestra en la gráfica presentada por (Ember y Peregrine, P. 118) acerca de la línea
seguida en el proceso de hominización el más remoto ancestro humano es Andipithecus
ramidis, seguido por el Australopitecos que tiene varias sub divisiones según distintas
evaluaciones paleoantropológicas. Este es seguido por el Homo-Habilis, Homo- Erectus y
Homo-Sapiens.

Según estimaciones este proceso inició hace aproximadamente 6 millones de años, aun¬que
hay diferentes apreciaciones y criterios para el fechado.

En consecuencia, es necesario insistir en que, la base de la controversia existente acerca del


primer homínido se centra en, si este fue Ardipithecus Ramidus o el Austrolopithecus. La razón
de esta discusión radica en las si-militudes entre ambos especímenes; sin embargo, las
ostensibles deferencias esque-

Capítulo IX: Origen de la especie humana:

El testimonio fósil y las primeras evidencias de cultura

191

¡éticas permiten establecer diferencias tipo-lógicos clave. Ardipithecus posee dentición similar
a los póngidos, tiene posición bípeda como los humanos y su esqueleto también tiene forma
homínida. Dado que sus rasgos tipológicos generales aproximan más a los homínidos que a los
póngidos, la comuni¬dad científica, que tuvo a su cargo este caso determinó que, se trata del
primer homínido a pesar de su dentición póngida.

Sin embargo el Austrolopithecus es induda-blemente el primer homínido definido, pues


además de sus rasgos anatómicos se le atri-buye haber fabricado algún tipo de herra-mienta,
lo que implica que poseyó un nivel cultural insipiente.

Humanos modernos produciendo fuego en un ambiente tribal. Se calcula que el fuego fue
descubierto y administrado por los seres huma-nos hace un promedio de 350, 000 a 500,000
mil años. Las razones de su búsqueda estarían relacionadas con las necesidades de cocción de
los alimentos, contrarrestar el frió, quemar el bosque para auyentar los animales, entre otros
usos. Con este hallazgo, el hombre del Paleolítico dio un salto cualitativo que se tra-dujo en
una mejora sustancial en la calidad de vida.

Homo hábiSis.

De acuerdo con las mediciones antropomé-tricas, el celebro del Homo hábilis, primer
representante del género Homo mide más que el de Australopithecus. En términos de sus
capacidades para la fabricación de herramientas dichas diferencias cefálicas son
determinantes y además implican un prolongado período temporal entre ¡a apa-rición de uno
y otro espécimen. Estas di-ferencias cefálicas significan, por supuesto grados de desarrollo
cultural adicionales; a este tema se hará referencia en el siguien¬te capítulo. La aparición del
Homo hábilis se remonta a 2.3 millones de años aproxi-madamente. El estudio comparado del
tes-timonio fósil de este y el Australopithecus muestra una ostensible superioridad sobre su
predecesor. Mientras el Autrolopithecus solo alcanza un índice cefálico promedio de 440cm3,
el Homo hábilis posee un índice promedio entre 630-640cm3. Además el Autrolopithecus
posee una estructura den¬taria de mayor protuberancia, observándose que el Homo hábilis
tiene molares y premo¬lares más reducidos, la cual es una caracte¬rística general del género
Homo a diferen¬cia de sus ancestros. Sin embargo las simi¬litudes de estas especies respeto a
la forma de los brazos y las manos, hacen suponer que tenían hábitos alimentarios comunes,
con excepción de la caja dentaria el resto de sus rasgos corporales son semejantes: gran¬des
manos y largos brazos sugieren un hábi¬tat parcialmente arbóreo. Igualmente entre ambas
especies se evidencia un acentuado dismorfismo sexual.

Homo erectus.

Este es el espécimen más próximo al Homo sapiens. Algunos paleo antropólogos lo

192

clasifican dentro de la categoría sapiens; posee un índice cefálico que promedia los 1000cm3.
La distancia evolutiva que separa al Homo hábilis y al Homo erectus prome¬dia los 500 mil
años. Es el homo rectus la especie del género Homo de mayor distri-bución geográfica;
encontrándose en Java, en China y en Africa. Recientes estudios paleoantropológicos y de
genética, específi-camente del ADN mitocondrial (M.A.D.N) demuestran que la especie
humana tuvo un origen o inicio en Africa y que de allí emi-gró hacia todos lo lugares donde hay
evi-dencias fósiles. Esto a pesar de que muchos de los hallazgos que se han producido en el
Viejo Mundo, registran al África como uno de los últimos Continentes donde han ocu-rrido. No
toda la comunidad científica está de acuerdo con este criterio, dado que data- ciones recientes
dan cuenta de que restos de Homo eretus aparecidos en Georgia tienen una edad de 1.7
millones de años, dándose como el espécimen más antiguo, el apareci¬do en Java con 1.8
millones de años; si estas dataciones fuesen correctas y se comparan con la edad del Homo
erectus africanus, que solo tiene una antigüedad de 1.6 mi¬llones de años llegaríamos a la
conclusión obligada de que, este ancestro del Homo Sapiens tuvo un itinerario en el que
reco¬rrió el trayecto Java- Gorgia- Africa; y en cada uno de aquellos lugares tardaría unos 100
mil años para completar su ciclo evolu¬tivo. Hace alrededor de 119 años que apa¬reció el
primer ejemplar de Homo erectus (1891) y el protagonista de este hallazgo le llamó
Pitecantropus erectus, aludiendo una confusión con el pitecanthnopus, ancestro del
Austrolopithecus y del Homo erectus. Aquel era una especie con razgos animales prominentes
(hombre mono). La confusión

JOSÉ I^J¿ÁSQl!EZ ROMERO

podría justificarse en el hecho de que, quien hace la clasificación no es un especialista en la


materia, sino un experto en anatomía.
Del Homo erectus al Homo sapiens

Este proceso evolutivo implicó la articu¬lación del desarrollo del cerebro con la fabricación de
herramientas; lo que era un requerimiento para la diversificación de la actividad relacionada
con el control de la naturaleza, indispensable para la subsisten¬cia, mediante el forrajeo (caza,
pesca y re¬colección). En el tránsito del Homo erectus a humano intervinieron un conjunto de
fac¬tores dentro de los cuales la tecnología jugó un papel fundamental; la necesidad de
am¬pliación del arsenal de harramientas de una variedad cada vez mayor repercutió en una
mayor capacidad cerebral, lo que a su vez representaba un salto cualitativo en el que haría
aparición definitiva el Homo sapiens.

De igual forma, el control del fuego repre-sentó un adelanto tecnológico que produjo múltiples
ventajas entre las que se destacan la cocción de la carne, esencial jen el desarro¬llo cerebral.
Este recurso incidió decisiva¬mente en la transformación de la estructura dentaria y
mandibular, en razón de un me¬nor esfuerzo requerido para la masticación.

Ahora bien, el matrimonio constituye un factor cultural que pudo influir en la reduc-ción del
dismorfisismo sexual en el Homo erectus. Según afirman Ember y Peregrine la disminución del
dismosfisismo sexual casi a los niveles del ser humano entre los Homo erectus, está
relacionado con el sistema de vida en pareja. A diferencia de este espécimen, el Homo hábilis
como el Austrolopitecus evidencian un enorme dis-

Capítulo IX: Origen de la especie humana:

El testimonio fósil y las primeras evidencias de cultura

193

morfisismo sexual. Es decir, una gran dife-rencia de tamaño entre el macho y la hem-bra.
Según se cree la razón de tal diferencia radicaba en que, el macho protagonizaba diversas
uniones que estaban favorecidas por su tamaño. Se observa que en la ma¬yoría de primates
que viven en parejas el dimorfísimo sexual es reducido, es decir, no existen grandes diferencias
de peso y el ta¬maño entre el macho y la hembra.

No obstante, parece lógico que la medi¬da en que un macho puede imponerse pol¬la fuerza
sobre otros de su misma especie para acceder a una hembra, se presentarán diferencias de
tamaño entre los miembros de este tipo de relación. En cambio, cuando la conquista del sexo
opuesto se produce al margen del empleo de la fuerza física, tien¬de a reducirse esta
característica basada en diferencia de tamaño.

Otro factor que explica el proceso en que se instituye la vida de pareja es la posibili¬dad o no
de que la hembra pueda después del parto proveer el sustento propio y de su cría. En tal
sentido se ha determinado que^ las especies en que la madre puede cumplir esta función, los
matrimonios y/o vidas de pareja son escasas. En contraste,, en otras especies como el Homo
sapiens cuando la madre queda transitoriamente inhabilitada para realizar esta labor, es el
varón quien garantiza la alimentación y demás apoyo logístico a la familia..Y esto solo es
posible a partir de una vida en pareja lo que parece incubar el germen del matrimonio.

También el desarrollo afectivo propio de los humanos se desarrolla especialmente en el


contexto de la vida matrimonial. Tan sig-nificativa es la unión en pareja para el desa-rrollo de
la condición afectiva que, aquellas
relaciones que operan a la libre generan una distancia social y afectiva notablemente mayores
que las que se dan en el sistema matrimonial.

Justamente el hecho de que, en la mayoría de los primates esté ausente la vida de pare¬ja
podría ser el factor social que explique el mayor dimorfisismo de estos respecto a los seres
humanos.

Además, se supone que el homo erectus era similar al humano en cuanto a la ausencia de
abundante pelo corporal a diferencia del resto de primates; por tanto se cree que ya usaba
vestimenta aunque esto no está proba¬do. De lo que si hay evidencias es del sis¬tema de
dependencia de los niños erectus de sus madres al nacer, igual que los niños sapiens
(actuales). Como los humanos, aquellos niños eran indefensos, sin control incluso de su
cabeza, la cual apoyaban so¬bre su madre.

Características del Homo Erectus.

Las similitudes entre este y el humano, como se ha dicho son tan acentuadas queveiertos
paleo antropólogos concluyen en que debe clasificárseles entre los humanos) Sobre sus
características corpóreas nos hablan Ember y Peregrine. Según estos investigadores su cráneo
es el único que tiene forma de pentágono, por lo general es alargado con gruesas paredes y un
área frontal aplanada y arcadas supraorvitales prominentes. Posee una “Quilla Sagital”, es
decir, un reborde redondeado en la parte superior del cráneo. Asimismo posee un “Toras
Occipital” con-sistente en un reborde óseo que envuelve la parte posterior craneana.

194

JOSÉ I . VÁSQUKZ ROMERO

Obsérvese dentro de la cadena evolutiva de los Homínidos al prototipo del Neanderthal


clási¬co, el cual se separó de los ancestros del Homo Sapiens hace un promedio de 600,000
años, de acuerdo con las evidencias paleoantropológi- cas. (Marvin Harris, Introducción a la
antro-pología, 1987).

También se caracterizaba por poseer dien¬tes más reducidos que sus antepasados, es el
primer homínido con tres molares meno¬res que el primer o segundo molar de los humanos
modernos. Además tenía una ca-racterística dentaria conocida como “tau- rodentismo”
consistente en una cavidad pulpar alargada presente en cada molar, esta condición le
permitiría emplear los molares en forma más activa en la masticación por lo que estarían más
expuestos al desgaste que en el caso de los humanos modernos. Las mandíbulas eran más
toscas que las

del homo sapiens, pero más largas que las de sus ancestros Austrolopithecus y Homo Habilis.

De igual modo la cara presentaba un ligero desplazamiento hacia delante de los maxi¬lares
inferiores y superiores a lo que se de¬nomina “Prognatismo

También, un rasgo que presenta gran simi-litud con los humanos y mayor distancia de los
Hornos anteriores consiste, en la forma de los moldes endocraneales, los que pre¬sentan una
imagen de la forma superficial del cerebro. En una palabra los rasgos cor¬porales y anatómicos
del Homo erectus presentan en sentido general mayores simi¬litudes con los seres humanos
que con los Hornos antecesores.
De igual forma, la nariz del Homo erectus era prominente, es decir, más grande y ex¬tendida
hacia adelante en contraste con la del Autrolopithecus que tenía forma achata¬da y más
pequeña. Definitivamente los es¬tudios paleoantropológicos evidencian que, del cuello hacia
abajo las similitudes físicas entre el homo erectus y el homo sapiens lo hacen casi idénticos. La
diferencia parecía estar determinada solo por estructura cefáli¬ca, mandibular y dentaria que
engendró una estructura tipológica que tardó en modifi¬carse a través del proceso adaptativo
a la nuevas tecnologías y hábitos alimenticios.

De modo que, los estudiosos del Homo erec-tus presentan dos criterios clasificatorios
distintos, los cuales responden a la influen¬cia ambiental. Se han identificado dos tipos de
Homo erectus: uno ubicado en Occidente bajo el nombre de, Homo enrectus y otro africano
bajo el nombre de: Homo ergas- ter. Según los analistas que sustentaron la existencia de las
dos supuestas especies, las

Capítulo IX: Origen de la especie humana:

El testimonio fósil y las primeras evidencias de cultura

195

diferencias consisten en que, el Homo ergas- ter posee arcos supraon itales más delgados y
más arqueados hasta la órbita de los ojos; de igual modo afirman que, la cara está más
orientada o inclinada verticalmente hacia abajo que la del Homo erectus occidental.

Sea cual fuere la diferencia entre ambos ti-pos de Homo erectus lo cierto es que, las mismas se
definen en función de contextos continentales disímiles. Así el Homo ergas- ter es de origen
africano y el Homo erectus propiamente dicho es europeo, lo que no deja de ser quizá una
nueva diferencia de términos y de forma de los especímenes. Dado que, el grado de desarrollo
cultural atribuible a ambos es equivalente, situando a cada cual en su contexto.

Homo sapiens arcaico.

Según Harris, el Homo sapiens arcaico es una especie intermedia entre el Homo erec-tus y el
Homo sapiens u hombre moderno. Afirma Marvin Harris que, este tiene una antigüedad
oscilante entre los 3000,0000 y

50,0 años; y poseía un cerebro mayor que su antecesor (Homo erectus). Estos son los
representantes más antiguos de la especie humana caracterizados por grandes huesos y frente
pequeña, un rasgo heredado de los ancestros pre- humanos.

Los miembros de la especie arcaica se dis-tribuyeron por todo el Viejo Mundo, siendo mejor
estudiados por razones circunstan-ciales los .aparecidos en Europa.

El tipo europeo.

Siguiendo a Marvin Harris se ha determi-nado que, el homo sapiens arcaico es una especie
intermedia entre el Homo erectus y el Homo sapiens. Este autor señala que, un

grupo de fósiles a los que el llama proble-máticos y que se hallaron en distintos luga¬res del
Continente europeo corresponden a esta especie; se encontraron ejemplares en Arago y
Montmaurín (Francia), así como en Vertszollos y Bilzingsleben.
Este hallazgo superó al Homo sapiens de Swancombe del cual se pensaba que era el más
antiguo representante del género humano en Europa. Estos fósiles inclu¬yen también los
encontrados en Steinheim (Alemania) así como en Inglaterra. Dichos fósiles fueron datados
con una antigüedad oscilante entre 300,000 y 200,000 años. No obstante los índices cefálicos
de estos es igual al de los humanos actuales, sus bó¬vedas craneales y el espesor de sus
huesos indican que el mismo no había alcanzado la categoría del humano moderno.

Los países europeos donde se han producido abundantes hallazgos de Homo sapiens son:
Italia, España, Francia, Grecia, Alemania y Yugoslavia; su antigüedad data entre los

250,0 y 75,000 años.

El tipo africano.

Las evidencias paleoantropológicas revelan que desde el desierto de Sahara hasta cabo de
Buena esperanza la especie de Homo erectus fue reemplazada por poblaciones pertenecientes
al Homo sapiens arcaico, cuyas similitudes con los hallazgos antes producidos en Europa, así
como su antigüe-dad despeja toda duda acerca de su perte-nencia a la misma especie. Se
afirma que tanto Africa, Asia (oriente medio) como en Europa las poblaciones de Homo arcaico
vivieron hasta hace apenas 10, 000 años según lo revelado por el último fósil estu¬diado.

196

En Africa se han encontrado restos fósiles de esta especie: en Java Ftech Cirenaica (Libia) en
Jebel Ighoud (Marruecos), así como en Florisbad, estado independiente originalmente
correspondiente a la repú¬blica Sudafricana. También se han locali¬zado restos de este
espécimen en Orno y afar (etiopia) con una antigüedad de 25,000 años; así como en Laetoli fue
localizado el denominado homínido "18'’ con una anti-güedad de 120,000 años.

El tipo asiático.

Este se caracteriza por la posesión de su gran cerebro y cejas bajas, guardando gran similitud
con los de África y Europa el lla-mado cráneo de Java, en Guandong (China) es uno de los más
conocidos y pertenece a un hombre que existió hace alrededor de 125, 000 años.

El fósil más completo encontrado hasta el momento en China es el llamado cráneo de Dalí
encontrado en 1978 en la ciudad de Shaanxi. Este homo sapiens arcaico po¬see en promedio
200cm3 más que el Homo erectus y 300 menos que el hombre moder¬no, es decir, poseía
1,200 cm3 de índice cefálico y tenía una bóveda craneal larga y baja y huesos ligeramente
gruesos, tosque¬dad esquelética, reveladora de que este no había arribado por completo al
estadio mo¬derno de la hominización.

El llamado hombre de “solo” hallado en Java, conocido también como hombre de “Java” es en
realidad un Homo sapiens ar¬caico. Este tiene la cresta superciliar grande, frente inclinada y
capacidad craneal similar a los demás de su especie, 1,200cm3 y una antigüedad de 75,000
años.

.(OSÉ l.. VÁSQUEZ ROMERO

De forma que, la aparición de este ser de la especie sapiens temprana rompe el esquema
tradicional presentado por los paleoantropó- logos, en el cual se presenta al Homo erec¬tus
como el ancestro más próximo al Homo sapiens; las características físicas descritas válidas para
todos los tipos de esta especie descubierta en el Viejo Mundo muestran la diferencia de este
respecto al Homo erectus y al humano moderno. Dentro de tales ca-racterísticas una de las
más representativas es su índice cefálico o capacidad craneal que promedia los 1200 cm3 para
los di¬versos especímenes hallados en diferentes Continentes.

De manera que, para una explicación obje¬tiva de la evolución corporal y cultural de la especie
humana, descubrir esta graduali- dad es indispensable; y no hay porqué des¬cartar la aparición
de nuevos especímenes que evidencien diferencias que contribu¬yeron a reducir aun más la
distancia entre los ancestros del hombre actual. Sabemos que, en la paleoantropología como
en cual¬quier ciencia, un hallazgo por impresionan¬te y concluyente que parezca, no detiene
ni la necesidad ni la curiosidad por descubrir nuevas evidencias que robustezcan el cuer¬po
cognitivo de cualquier ciencia. En con-secuencia queda abierto el camino hacia nuevas
investigaciones que produzcan un mayor enriquecimiento de la ciencia an-tropológica.

Diferentes criterios para evaluar al Homo erectus y al Homo Sapiens.

Actualmente hay una controversia latente acerca de la definición de ciertos fósiles que
presentan cualidades tipológicas entre

DECLARACION JURADA PARA FIrTES DE LIQUIDACION Y FAGO DEL IMFUEsto sucesoral de los
bienes relictos por la finada maria cristiana al TAGRACIA CAMBIASC DE DULUC.

PERSOGA FALLECIDA

t MARIA CRISTIANA ALTAGRACIA CAMBI80 DE DULUC

FECHA DE FALLECIMIENTO : 18 DE FEBRERO DEL ANO 2ol8

LUGAR DE FALLECIMIENTO : PLAZA DE LA SALUD. CIUDAD DE qa"to do-

MINGO, DISTRITO NACIONAL.

DECLARANTE

ANGEL ANIBAL DULUC HERNANDEZ, domini -

cano, mayor de edad, soltero ( viudo ),

ingeniero, provisto de la Cédula de

Identidad y Electoral *r0. 001-0092984-2,

domiciliado y residente en la calle

Gustavo Medía Ricart ^0.31, Ensanche

Naco, Santo Domingo, Distrito Nacional.

BENEficiariosi

1.- MARISOL ANTONIA D$ JESUS DULUC CAMBIASO 3.- KHETEA MARGARITA DULUC
HER'TAndez

3. - JOSE ANIBAL DULUC HERNANDEZ

4. - IV0TTN£ CRISTINA DULUC HERNANDEZ


5. - CLAUDIA INES DULUC HERNA^dez

6. - GIOVA^TI ANIBAL DULUC HERNandez

la ciudad de Santo Domingo, Distrito 'Nacional.

ül mencionado inmueble está amparado por el Certificado de Título precedentemente


descrito, con Matrícula ATÚmero 0100276240, expedi¬do por el REGISTRO DE TITULOS DEL
DISTRITO NACIONAL el nueve (9) del mmes de Marzo del ano dos mil dieciseis (2016).

El inmueble arriba descrito está evaluado en la suma de t

RD315i0C00.00Q.00 TOTAL DEL ACTIVO: RD315,000.000.00

En la ciudad de S„nto Dominga Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los


dieciseis (16) días del mes de ABRIL del ano dos mil dieciocho (2ol8)e

ANGEL ANIBAL DULUC HERNA. dez (gsposo su erviviente común en bienes) DECLARA 1ÍTE

Yo, DR. MITRIDATES DE IE0W PAREDES, Abogado, otario público de los del número del Distrito
^gcional, Miembro Activo del Colé - gio Dominicano de otarios, Inc., Matrícula ^o.232,
CERTIEICO Y DOY PE» que la firma que aparece en el documento que antecede, fue puesta en
mi presencia, libre y voluntariamente, por el In - geniero AATGEL ANIBAL DULUC HERNANDEZ,
cuyas generales constan, quien me ha declarado que esa es la firma que él acostumbra a usar
en todos los actos de su vida.

En la ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los


dieciseis (16) días del mes de abril

B) Copia del ACTA de matrimonio de los esposos ANGEL ANIBAL DULUC HEEWTDEZ y
MARIA CRISTINA ALT AGRACIA CAMBIASO DE DULUB, expedí - da por la Oficialía del Estado
Civil de la Primera Circunscrip - ción del Distrito Nacional.

C) Copia del ACTA de nacimiento de la finada MARIA CRISTINA ALTA- GRACIA CAMBIASO
DE DULUC, expedida por la Oficial ía del Estado Civil de la Primera Circunscripción del Distrito
Nacional.

D) Copia del ACTA de nacimiento de la hija legítima MARISOL ANTONIA DULUC


CAMBIASO, expedida por la Oficialía del Estado Civil de la

"SEGUNDA CEICCÜSSCRIPCION DEL DISTRITO Nacional. ñ {

E) Cinco (5) copias de las ACTAS de nacimiento de las hijos legítimos de dichos
esposos, de nombre KHETEA MARGARITA DULUC CAMBIASO, JOSE ATE BAL DULUC CAMBIASO,
IVONNE CRISTINA - DULUC-CAH- , BIASO, CLAUCIA INES DULUC CAMBIASO y GIOVA^I ANIBAL
DULUC CAM - BIASO, todas expedidas por la Oficialía del Estado Civil de la Primera
Circunscripcón del Distrito Nacional.

F) ACTO DE NOTORIEDAD de fecha nueve (9) de abril del ano dos mil dieciocho (2018),
concerniente a la vida y convivencia mamatri- mooial de la difunta MARIA CRISTINA
ALTAGRACIA CAMBIASO DE DULUC.
G) Copia del Certificado de Título Matriculado con el número 01027624-0, que ampara el
inmueble precedentemente descrito, título expedido por el REGISTRO DE TITULOS DEL
DISTRITO NACIONAL en fecha seis

(6) de marzo del dos mil dieciseis (2016)

H) Dos FACTURAS de la Funeraria BLA^DINO, en la que constan los pagos de la suma de


RD$122,700«00 por SERVICIOS funerarios.

ipc8XOTRXxaKg5tiQQíaM;m;;tárrsM®xxxxxxxxxxxxxxx

I) TRES (3) FACTURAS de la CLINICA CORAZONES UNIDOS, S. A., de es¬ta ciudad de Santo
Domingo, en las que consta que los familiares

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