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Autor: Alfonso Aguiló | Fuente: Interrogantes.

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¿Un respiro de vez en cuando en cuestión de sexo?

Cuando el amor desenfrenado entra en el corazón, va royendo todos los demás sentimientos; vive
a expensas del honor, de la fe y de la palabra dada. Alejandro Dumas

Somos humanos...

—Todo el mundo tiene deseos y apetencias sexuales. Y cómo somos humanos, no podemos
ignorar que lo natural es que tengamos debilidades. Muchos piensan que no se le debe dar mayor
importancia.

Cuando se dice somos humanos, muchos parecen querer justificar que lo natural en el hombre es
no tener dominio sobre las pasiones y los instintos.

Sin embargo, debemos esperar algo más de nosotros mismos. Somos seres dotados de
inteligencia, voluntad y libertad. Dios nos ha otorgado el don de la sexualidad no para deshonrarlo,
abusar de él y degradarlo, sino para darle un uso conforme a nuestra naturaleza de personas
racionales.

Decir somos humanos, en ese sentido, conduce a un lenguaje equívoco:

He estado viendo una película pornográfica cuando mi mujer estaba fuera. ¿Qué quieres que te
diga...? Somos humanos.

Mi novio me dice... lo que dicen todos. Que si es verdad que le quiero, que se lo demuestre. Que
eso es necesario para el conocimiento mutuo. Que es muy importante para enamorarse de una
persona saber cómo funciona en eso. Somos humanos.

La otra noche, en un congreso en otra ciudad, coincidí en el hotel con una rubia encantadora.
Todo el mundo lo hace. Las cosas son diferentes hoy día. Somos humanos.

Muchas revistas traen algunas páginas un poco fuertes. Las lee todo el mundo. No voy a estar
fuera del juego de la sociedad de hoy. Somos humanos.

Dices que lo hace todo el mundo, que somos humanos, que todo eso no te afecta tanto, que ya
eres un ser adulto, que eres capaz de asimilarlo. No te engañes. Porque serás tú mismo quien
recoja las consecuencias en tu propio corazón. Porque esas claudicaciones van levantando en tu
interior un muro que va consolidándose más y más, hasta que al final no hay piqueta que lo
derribe. Un dique en el que, aunque te cueste reconocerlo, muchos bloques no son otra cosa que
egoísmo, y el egoísmo es un refugio equivocado, que acabará por oscurecer esa relación antes
transparente.

Algunos dicen que es imposible vivir hoy sin concederse de vez en cuando un respiro en cuestión
de sexo. Parece una forma poco razonable de justificarse. Además, con ese planteamiento, a esas
personas no debería molestarles que se dudara de la honestidad de sus padres, de su mujer, o de
su marido.

Considerar la lujuria o la infidelidad


como unos simples caprichos
que no se pueden dejar
es una triste forma de engañarse.

Vidas arruinadas por la lujuria

Todos hemos conocido o hemos oído hablar de personas cuya vida ha quedado destrozada por el
mal uso del sexo. Quizá en el arranque de sus desdichas hubiera mucho de pretendida ingenuidad.
Y en el asentarse de la adicción, un silencioso alimentar las propias debilidades.

Eran pequeñas tonterías, cosillas sin más importancia. Probar, que no pasa nada. Nuevas
emociones. Una simple concesión sin más trascendencia, que no hace mal a nadie. Además, lo
hace todo el mundo... Somos humanos.

Sin embargo, como ha señalado la Madre Angélica, los frutos de ese dejarse arrastrar por la
adicción al sexo tienen un coste, para ti y para tu alma. Son errores personales que nada tienen de
inofensivos. A partir del momento en que se sucumbe, ese error –el pecado– deja de ser algo
imaginario para entrar en la propia vida. Ahora se trata de mi error, de mi pecado. Está en mi
memoria. Es real. No es algo de lo que pueda desentenderme fácilmente.

Quien se haya dejado llevar por el desorden sexual debe pararse a pensar, y decidirse a tomar una
ducha fresca, intelectualmente hablando, que le despierte de los engaños consigo mismo, y así
valore debidamente esos actos, esos programas de televisión, esas películas, esas páginas de
internet, esas revistas o libros que acostumbra a ver o a leer. Dicen que no tiene importancia, pero
en el fondo saben bien que el pecado siempre tiene importancia.

¿Pecado?

—Pero mucha gente no cree en el pecado...

La historia de la humanidad muestra con claridad que la conciencia del pecado es algo que
siempre ha pesado sobre el hombre, que es un ser que necesita remedio al sentimiento de culpa
que le producen sus errores personales. Todas las religiones, e incluso los cultos más antiguos de
la época precristiana, hablan del perdón y la expiación de los pecados, y todos los sistemas de
pensamiento se plantean de una forma u otra el problema de la liberación del pecado.

Todo hombre comete errores. Unos serán más graves que otros, y unos más culpables que otros,
pero todos comprometen en cierta manera su felicidad. El pecado siempre produce un daño a uno
mismo, se quiera reconocer o no. De la misma manera que, por ejemplo, la droga destruye la
salud del cuerpo, podría decirse que el pecado, si no hay arrepentimiento y rectificación, va
deteriorando la salud del espíritu y arruinando la vida entera del hombre.
—¿Y consideras importante la castidad para la fe de una persona?

Bernanos decía que si no había perdido la fe era porque Dios había tenido a bien guardarle de la
lujuria. Me parece una afirmación acertada, porque en el arranque de todo alejamiento de Dios
suele haber una claudicación en esta materia.

Concretando un poco

No se debe eludir ni tergiversar la realidad. Por más que se intente disfrazar, el adulterio es
pecado. La unión sexual antes del matrimonio, la masturbación, la actividad homosexual, las
películas y revistas pornográficas, todo eso, cuando se admite y se consiente, es pecado.

—Pero nadie está exento del pecado...; ¿es que, entonces, nadie puede ser feliz?

Es cierto que nadie puede evitar totalmente el pecado. Pero, ante el natural acoso del pecado,
caben dos actitudes: el afincamiento en él, o el arrepentimiento y el perdón.

Cuando uno se empeña en ignorar el pecado, acaba sucediendo lo mismo que cuando la basura se
acumula dentro de casa y no se echa fuera.

Al principio esa dejadez


parece más cómoda,
pero acaba por convertir la vida
en algo muy desagradable.

Cada vez que se te presenta una ocasión de pecar, se te ofrece también una oportunidad de elegir
el camino de la verdad. Mientras no consientas, mientras digas no –no importa cuantas veces
tengas que repetir el no–, no habrá pecado. Lo que importa es resistir la tentación, no acercarse a
ella temerariamente, esforzarse con determinación.

Cada vez que se imponga tu debilidad y caigas en el mal, estás haciéndote daño a ti mismo, y quizá
también a otros, y además estás rechazando a Dios. Te instalas en la mentira, una mentira quizá
satisfactoria a corto plazo, pero que acabará por atraparte en la soledad o en la desesperación si
no sales pronto de ella. Si es ahí donde te encuentras en estos momentos, sabes bien de lo que te
estoy hablando y debes rogar a Dios que te conceda valor para cambiar.

Debes decirle a Dios que le necesitas, para salir del pecado o para no caer en él. No es necesario
que recites una larga oración formal. Una súplica de ayuda será oída, pero debes seguir rezando
hasta salir de aquello. Dios está junto a ti. No hace falta que le expliques tu caso. Ha sido testigo
de todo.
¿Confesar los propios pecados a otro hombre?

—¿Y no es demasiado pedir que haya que confesarse y manifestar los propios errores ante otro
hombre?

Cuando un hombre se arrodilla en el confesonario porque ha pecado –escribe George Weigel–, en


aquel preciso momento contribuye a aumentar su propia dignidad como hombre. Aunque esos
pecados pesen mucho en su conciencia, y hayan disminuido gravemente su dignidad, el acto en sí
de volverse hacia Dios es una manifestación de la especial dignidad del hombre, de su grandeza
espiritual, de la grandeza del encuentro personal entre el hombre y Dios en la verdad interior de
su conciencia.

Los no creyentes se preguntan si es apropiado revelar los más íntimos secretos a alguien que tal
vez sea un extraño. La confesión fue, sin duda, una innovación audaz de la fe cristiana. Es un
mandato del propio Jesucristo a su Iglesia, cuando dio a los apóstoles ese poder para perdonar los
pecados: a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les
quedan retenidos.

La confesión
es una de las innovaciones
más impresionantes del Evangelio.

Por otra parte, cuando el sacerdote confiesa, además de perdonar los pecados, actúa de alguna
manera como acompañante del drama de la vida de otro hombre. Acompaña a otro ser humano
como él, estimula su criterio espiritual, le ayuda a hacer más profunda su fe y a mejorar su
discernimiento cristiano, que no ha de quedar en una mera letanía de prohibiciones morales. En el
confesonario, el sacerdote se encuentra con el hombre en lo más hondo de su humanidad, ayuda
a cada persona a internarse en el drama cristiano de su propia vida, única e irrepetible. Un drama
lleno de paz y esperanza, pero presidido por la inevitable tensión dramática de la vida: la tensión
entre la persona que soy y la que debo ser.

La Iglesia busca reconciliar al hombre con Dios, con los otros hombres, con toda la creación. Y una
de las maneras que tiene de hacerlo es recordar al mundo la realidad del pecado, porque esa
reconciliación es imposible sin nombrar el mal que origina la división y la ruptura.

El pecado es una parte esencial de la verdad acerca del hombre. El hombre puede hacer el mal, y
lo hace. Y abre con ello una doble herida: en él mismo y en sus relaciones con su familia, amigos,
vecinos, colegas y hasta con la gente que no conoce.

Llamar por su nombre al bien y al mal


es el primer paso hacia la conversión,
el perdón, la reconciliación,
la reconstrucción de cada hombre
y de toda la humanidad.
Tomarse en serio el pecado es tomarse en serio la libertad humana. Cuanto más se acercan los
hombres a Dios, más se acercan a lo más profundo de su humanidad y a la verdad del mundo.

Dios no desea sino nuestro propio bien. Desobedecer sus mandatos es ir contra nuestra verdad
como hombres, causarnos daño a nosotros mismos. “El pecado –ha escrito Javier Echevarría– no
se queda en algo periférico que deja inmutado al que lo realiza. Precisamente por su condición de
acto contra nuestra verdad, contra lo que verdaderamente somos y lo que verdaderamente
estamos llamados a ser, incide en lo más íntimo de nuestra naturaleza humana, deformándola.
Todo pecado hiere al hombre, descompone el equilibrio entre la dimensión sensible y la espiritual,
y genera en el alma un desorden íntimo entre las diversas facultades: la inteligencia, la voluntad, la
afectividad. Después, y como consecuencia del pecado, nuestras potencias operativas aparecen
debilitadas y, frecuentemente, en conflicto entre sí: a la mente, sometida al influjo de las pasiones,
le resulta arduo acoger la luz de la verdad y separarla de las nieblas de lo falso; la voluntad
encuentra dificultad para elegir el bien, y se siente tenazmente atraída por la búsqueda de la
autoafirmación y del placer, aun cuando se opongan al bien y a la justicia; nuestros afectos y
deseos tienden a centrarse con egoísmo en nosotros mismos”.

Pecar es dar la espalda a Dios. A partir del momento en que reconozcas la verdad –esa verdad
sencilla y liberadora, bien presente y clara cuando no nos resistimos a verla–, a partir de ese
momento en que –en palabras de Lloyd Alexander– has tenido el valor de mirar al mal cara a cara,
de verlo por lo que realmente es y de darle su verdadero nombre, a partir de entonces carece de
poder sobre ti y puedes superarlo.
Autor: . | Fuente: Episcopado Norteamericano
Guía del Votante para los Verdaderos Cristianos
Las leyes son aprobadas por la legislatura, la rama ejecutiva las hace cumplir, y la judicial las
interpreta

Esta guía del votante le ayudará a emitir el voto de manera informada, consistente con la
enseñanza moral cristiana. Le ayuda a eliminar de su consideración aquellos candidatos que
apoyan políticas irreconciliables con las normas de moralidad que sostenía todo cristiano.

Muchos asuntos que se les presentan a los votantes y legisladores son tan claves, tan elementales,
que una sola postura resulta estar en acuerdo con la enseñanza del evangelio cristiano. Nadie que
respalde la postura incorrecta sobre esos asuntos puede decir que actúa de acuerdo a las normas
morales de la Iglesia.

Esta guía de votantes identifica los cinco asuntos "no negociables" y le ayuda a reducir la lista de
los candidatos aceptables que se postulan para desempeñar un cargo, ya sea a nivel nacional,
estatal o local.

A los candidatos que respalden cualquiera de los cinco asuntos no negociables, se les debe
considerar como que se han descalificado a sí mismos para ocupar un cargo público, y no debe
votar por ellos. Usted debe hacer su selección entre los candidatos restantes.

Su papel como votante cristiano

Los cristianos poseen la obligación moral de promover el bien común al ejercer su privilegio del
voto. Las autoridades civiles no son las únicas responsables por un país. "El servicio del bien
común exige de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad
política". Esto significa que los ciudadanos deben participar del proceso político en la urna de
votación.

Pero la votación no puede ser arbitraria. "La conciencia cristiana bien formada no permite a nadie
favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley
particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de
la fe y la moral" .

Algunas cuestiones siempre están equivocadas, y nadie puede votar a favor de ellas directamente
o indirectamente. Los ciudadanos votan a favor de estos males si votan por los candidatos que
proponen promoverlos. Por lo tanto, los cristianos no deben votar a favor de alguien que intenta
promover programas o leyes que son intrínsicamente malas.

Los cinco asuntos no negociables

Estos cinco asuntos son llamados no negociables porque conllevan actos que siempre son
moralmente malos y nunca pueden ser promovidos por la ley. Es
un pecado grave respaldar o promover cualquiera de estos actos, y ningún candidato que
verdaderamente desee fomentar el bien común puede apoyar estos cinco asuntos no negociables.
1. El Aborto

El aborto es el asesinato intencional y directo de un ser humano inocente y, por lo tanto, es una
clase de homicidio.

Nunca es lícito apoyar el aborto porque viola el mandamiento que dice "No matarás" (Ex 20:13),
no solo promoviendo, sino absteniéndose de opinar
sobre el crimen del aborto. El que calla otorga.

El aborto no se realiza sólo por medios quirúrgicos, sino también a través


de los anticonceptivos de toma diaria (elevando la dosis) y la píldora del día después
(anticoncepción de emergencia) y el DIU.

Las escrituras son claras en cuanto a que los no nacidos son seres humanos.
Cuando María visitó a Isabel, que estaba encinta de San Juan Bautista, Isabel le dijo: "Tan pronto el
sonido de tu voz llegó a mis oídos, el bebé
saltó de gozo en mi seno" . La Biblia enseña que los niños no nacidos deben ser cuidados y
protegidos como niños.

El niño siempre es la parte inocente, y ninguna ley puede permitir que le quiten la vida. Aun
cuando un niño sea concebido por una violación o
incesto, el niño no tiene la culpa y no debe sufrir la muerte por los pecados de otros.

2. La Eutanasia

A menudo disfrazada con el nombre de "muerte misericordiosa", la eutanasia es una forma de


homicidio. Nadie tiene el derecho de quitarse la vida (suicidio), y nadie tiene el derecho de quitarle
la vida a una persona inocente.

Con la eutanasia, los enfermos o ancianos son asesinados por un sentido de la compasión mal
encauzado, pero la verdadera compasión no puede incluir el cometer actos intrínsicamente
malvados hacia otra persona..

3. Las Investigaciones con Células Estaminales Fetales

Los embriones humanos son seres humanos. Es inmoral matar embriones humanos para usar sus
cuerpos como un producto médico y eso es lo que sucede en las investigaciones con células
estaminales fetales. Los niños son asesinados
antes de nacer para extraer sus células estaminales para uso en experimentos
médicos. Esta práctica tambien viola el mandamiento que dice:"No matarás".

Los recientes avances científicos demuestran que cualquier curación que pueda resultar al
experimentar con células estaminales fetales, puede ser desarrollada utilizando células
estaminales adultas. Las células estaminales adultas pueden ser obtenidas sin causar daño a los
adultos de las cuales provienen. Por lo tanto, ya no existe un argumento médico a favor del uso de
las células estaminales fetales.
4. La Clonación Humana

Dios creó a la raza humana para que se reprodujera por la unión de un hombre y una mujer. Cada
niño tiene el derecho de nacer de un padre y una madre.
La clonación humana viola los designios de Dios al intentar crear un niño con sólo un padre o una
madre genéticos.

Algunos pretenden crear clones humanos simplemente para usarlos en experimentos. Sin
embargo olvidan que cada clon es un ser humano.

La clonación humana también termina siendo una forma de homicidio porque destruye el clon
"rechazado" o "malogrado";

5. El "Matrimonio" Homosexual

El verdadero matrimonio es la unión de un hombre y una mujer. "Por esta razón el hombre dejará
a su padre y a su madre para unirse con su esposa,
y ellos se convertirán en una sola carne". El reconocimiento legal de cualquier otra forma de
"matrimonio" menosprecia el verdadero matrimonio, y el reconocimiento legal de las uniones
homosexuales en realidad hace daño a las personas homosexuales porque las anima a
continuar viviendo un acuerdo objetivamente inmoral.

Nuestra sociedad no escapará sin daños graves si ataca en su base a los verdaderos matrimonios
pretendiendo que las uniones homosexuales son equivalentes a las que Dios diseñó.

En el caso de que en una Asamblea legislativa se proponga por primera vez un proyecto de ley a
favor de la legalización de las uniones homosexuales, el parlamentario cristiano tiene el deber
moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley. Conceder
el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo del bien comúnde la sociedad es un
acto gravemente inmoral.

¿Cuáles puestos políticos me deben preocupar?

Las leyes son aprobadas por la legislatura, la rama ejecutiva las hace cumplir, y la judicial las
interpreta. Esto quiere decir que usted debe escudriñar cualquier candidato a la legislatura, a
cualquiera que se presente como candidato al poder ejecutivo, y a cualquiera nominado a la
magistratura. Esto es así no sólo al nivel nacional, sino al estatal y al local.

Es sumamente importante que evalúe cada candidato antes de las elecciones, sin importar el
cargo que procura.

Cómo no se debe votar

1. No descanse su voto solamente en la afiliación a un partido político,en sus anteriores hábitos de


votación, o en la tradición de votación
familiar.
Años atrás estas eran maneras confiables para determinar por quién se podía votar, pero hoy no
son de fiar. Debe mirar a cada candidato como un
individuo. Esto significa que puede terminar otorgando votos a candidatos de varios partidos.

2. No emita su voto por la apariencia o la personalidad del candidato, o por su astucia ante los
medios de comunicación. Algunos de esos candidatos atractivos, agradables y que dicen lo que
conviene, apoyan males intrínsicos
y debe oponerse a ellos, mientras que otros candidatos, que lucen sencillos, aburridos, o se
sienten incómodos ante las cámaras, respaldan leyes que están de acuerdo con los principios
cristianos.

3. No vote por los candidatos sólo porque se declaren cristianos. Desafortunadamente, muchos de
los candidatos que se identifican como
cristianos rechazan las enseñanzas básicas de la moral cristiana . Ellos solamente son cristianos
cuando buscan el voto de los cristianos.

4. Tome su decisión sobre los candidatos que parecen más dispuestos a promover el bien común,
aunque usted no se beneficie directa o
inmediatamente de la legislación que proponen.

5. No premie con su voto a los candidatos que estén correctos en temas menos importantes, pero
quienes están equivocados en asuntos morales claves.
Puede ser que un candidato tenga un récord al votar exactamente como usted desea, aparte de
haber votado a favor de, digamos, la eutanasia. Tal candidato jamás debe recibir su voto. Los
candidatos necesitan saber que estar
equivocados tan sólo en uno de los cinco asuntos no negociables, es suficiente para excluirlos de
su consideración.

Cómo votar

1. Por cada puesto, determine primero la posición de cada candidato en cada uno de los cinco
asuntos no negociables.

2. Elimine de su consideración los candidatos que estén equivocados sobre cualquiera de los
asuntos no negociables. No importa que tengan razón sobre otros asuntos, debe descalificarlos si
están equivocados en uno solo de los no negociables.

El Papel de su conciencia

La conciencia es como una alarma. Le advierte cuando está a punto de hacer algo equivocado. Ella
sola no determina lo que está bien o mal. Para que su conciencia funcione correctamente, debe
estar bien informada. Es decir, usted debe informarse sobre lo que está bien y lo que está mal.
Solamente así su conciencia será una guía confiable.

Desafortunadamente, muchos cristianos hoy día no han formado sus conciencias adecuadamente
sobre asuntos claves de la moralidad. El resultado es que sus conciencias no se activan en los
momentos apropiados, incluyendo el día de
las elecciones.

Una conciencia bien formada jamás contradice la enseñanza moral cristiana.


Por esta razón, si tiene dudas sobre el camino por el que le conduce su conciencia cuando se
encuentre ante la urna de votación, ponga su confianza en la firme enseñanza moral cristiana.

Por favor, no se quede con esta guía. Léala, aprenda de ella, y prepare su selección de candidatos
basada en la misma. Luego, déle esta guía del votante a un amigo, y pídale que la lea y la pase a
otros. Mientras más personas voten de acuerdo a los principios morales básicos, mejor estará
nuestro mundo.
Autor: . | Fuente: arbil.org
¿Salud reproductiva o aborto?
Estas campañas son etapas del plan de reingeniería social que llevan a cabo los países centrales y
se enmarcan en un proyecto de dominio totalitario que tiene como rasgo típico el ataque al
hombre en sus dimensiones físicas, psicológica y espiritual

Un totalitarismo que inhibe, paraliza, congela y anestesia la capacidad de juicio personal y la toma
de decisiones libres y que se introduce en las "democracias" con trampas del lenguaje que
esconden continuos atentados contra la mujer y el niño, como el aborto

Después del intento fracasado de imponer un férreo control demográfico a los países del Tercer
Mundo, en la I Conferencia Mundial de Población de Bucarest (1974), organizada por las Naciones
Unidas, el gobierno de los Estados Unidos adoptó -entre otras- las siguientes directivas de
gobierno, [1]:

1. Es necesario poner el mayor énfasis en "motivar a los dirigentes de los países en vías de
desarrollo para que acepten las actividades de planificación familiar".

2. "Se debe ayudar a esos dirigentes a integrar las políticas de población en los planes nacionales
de salud, educación y desarrollo". Esta medida, "ayudará a rebatir la acusación ideológica que los
Estados Unidos están interesados en frenar el crecimiento de población de los países en
desarrollo".

3. Pero, para evitar la acusación de imperialismo anticonceptivo se decide disimular las políticas
antinatalistas insistiendo en: "a) el derecho individual a determinar libre y responsablemente el
espaciamiento de los hijos, y b) el derecho al desarrollo de los países pobres".

4. Se comienza a promover una campaña "de reingeniería social para provocar cambios culturales
y ´cambiar las creencias´ (se refiere a creencias religiosas)", obviamente para facilitar la hegemonía
de los países desarrollados, tratando de neutralizar la influencia de la Iglesia Católica.

A través de las conferencias internacionales realizadas en este último decenio, la Cumbre de Río
("Eco´92", 1992), la Conferencia Internacional de Derechos Humanos (Viena, 1993), la III
Conferencia de Población de El Cairo (1994), la Cumbre de Desarrollo Social de Copenhague
(1995), la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (1995), Habitat II (Estambul, 1996),
Cumbre Alimentaria Mundial (Roma, 1996), y las reuniones de seguimiento correspondientes,
como El Cairo+5 en 1999, los Estados Unidos y las Naciones Unidas, apoyadas por un grupo de
numerosas Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s), intensificaron la presión antinatalista
sobre los países del Tercer Mundo.

El 25 de marzo de 1995, Juan Pablo II denunció "una guerra de los poderosos contra los débiles",
(Enc. Evangelium Vitae, n. 12) (…), "el antiguo Faraón viendo como una pesadilla la presencia y el
aumento de los hijos de Israel, los sometió a toda forma de opresión y ordenó que fueran
asesinados todos los recién nacidos varones de las mujeres hebreas (cfr. Ex 1, 7-22). De este modo
se comportan hoy no pocos poderosos de la tierra", (Enc. Evangelium Vitae, n. 16)
Dos años antes el Sumo Pontífice había denunciado este afán totalitario de los países del Norte
como "una nueva guerra fría, provocada por la carrera desenfrenada al acaparamiento y a la
explotación de los recursos de la tierra por parte de unos pocos privilegiados sienta las bases para
otra forma de guerra fría, entre el Norte y el Sur", (Discurso, 8-V-93).

Hispanoamérica: aborto encubierto

Como era lógico Hispanoamñerica no se ha mantenido al margen de esta presión internacional.


Podría parecer lo contrario teniendo en cuenta las declaraciones pro-vida de diferentes
Presidentes y su postura contraria al aborto quirúrgico en los foros internacionales, pero eso no ha
preservado a estos países de la embestida contra la vida humana[2].

A lo largo de esta década se han ido sucediendo los proyectos, las leyes y las reglamentaciones
municipales que reconocen "los derechos" a la "salud reproductiva", "a la maternidad sin riesgos",
"a evitar el ambarazo no-deseado", que son sin más la autorización de abortar por medios
químicos. Las provincias de La Pampa, Mendoza, Córdoba, Jujuy, Chaco, Misiones y municipios
como Berisso, Ensenada, General Sarmiento por sólo referirnos a algunos de la provincia de
Buenos Aires, en Argentina son ejemplos bien contundentes.

Ejemplo es el proyecto paradigmático, presentado por el partido gobernante, fue el aprobado por
la Cámara de Diputados de la Nación, en la madrugada del 1 al 2 de noviembre 1995. El Senado no
trató el proyecto que perdió su estado parlamentario en 1997. El otro ejemplo, es el actual
proyecto en estudio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, éste fue elaborado en base a
proyectos de la Alianza, aunque cuenta con apoyo de muchos legisladores del PJ.

Forma parte del mencionado proyecto de ley nacional, un anexo del Ministerio de Salud y Acción
Social, llamado "Propuesta Normativa Perinatal: Procreación Responsable". En este texto se
aceptan explícitamente como procedimientos contraceptivos no sólo los anticonceptivos
hormonales y los DIU´s, que tiene efectos abortivos, sino también, los implantes y los inyectables -
también abortivos-, y los procedimientos de "anticoncepción post-coital", eufemismo usado
seguramente para tranquilizar conciencias. Porque no hace falta ciencia médica para saber lo que
significa "anticoncepción post-coital o de emergencia", quiere decir aborto por medios químicos,
que es el que provoca por el efecto de drogas o dispositivos intrauterinos (DIU´s), la muerte y
expulsión del embrión humano en las primeras etapas de su desarrollo, al impidir su implantación
en el endometrio del útero.

En casi todos los textos analizados de otros proyectos, tanto municipales como provinciales y
especialmente en el que está a estudio de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, se autorizan
todos los métodos y productos anticonceptivos aceptados y los que en el futuro pueda aprobar el
Ministerio de Salud, de ahí la importancia de la Propuesta Normativa.

Siguiendo las pautas de la Propuesta Normativa, el Ministerio de Salud y Acción Social, a fines de
1997, aprobó la fabricación y venta de un anticonceptivo post-coital o de emergencia en base a las
drogas levonorgestrel y etinilestradiol. Este producto -al que no se debería llamar producto
medicinal- consiste solamente en píldoras con dosis más elevadas de levonorgestrel y
etinilestradiol que las dosis de esas mismas drogas que contienen las píldoras anticonceptivas
"normales".
Es decir, por lo general, para provocar un aborto químico se puede acudir a un anticonceptivo
"normal", aumentando el número de píldoras que se ingieren. El "anticonceptivo de emergencia",
facilita la cuestión, pues evita la ingesta de muchas píldoras, basta con unas pocas para "evitar el
ambarazo no deseado, producto de un coito no protegido", como dicen las instrucciones para su
consumo. (Vid. Programa Provincial de Salud Reproductiva del Ministerio de Desarrollo Social y
Salud de Mendoza, prescripciones posibles para anticoncepción de emergencia en base a marcas
comunes de anticonceptivos[3]).

Por lo tanto, son abortivos los medios anticonceptivos usados, específicamente en la


anticoncepción postcoital, y todos aquellos usados en la anticoncepción "normal" que alteran el
endometrio uterino haciendo imposible la anidación del embrión.

Todos estos proyectos, leyes provinciales y ordenanzas municipales, explícita o implícitamente,


facilitan y promueven el aborto químico, inducido por las drogas y elementos que contienen los
anticonceptivos, (píldoras y DIU´s).

La sentencia 296 del 26 de agosto pasado de la juez federal de Córdoba reconoce jurídicamente lo
que médicamente se sabía. Los compuestos de levonorgestrel y etinilestradiol para la llamada
"anticoncepción de emergencia" son verdaderos abortivos.

La misma IPPF, siempre interesada en esconder los efectos abortivos de los anticonceptivos, dice:
"La implantación o ingesta de estas drogas para evitar el embarazo cuando el período menstrual
de una mujer está atrasado, debe considerarse como un abortivo. Con tal finalidad se implantan
DIU´s, o se administra etinilestradiol, o esta droga combinada con levonorgestrel, o la droga
antiprogesterona: mifepristona", con la que se fabrica la píldora abortiva, RU 486, [4].

La IPPF suma a los medios para la "anticoncepción de emergencia", la droga mifepristona. La


mirepristona actúa produciendo el aborto no sólo antes de la implantación del embrión humano,
sino también después de ella, constituyendo, como decía el Prof. Lejeune, un verdadero pesticida
humano. Una acción similar tiene otra droga, el misoprostol[5].

Las trampas del lenguaje

Los defensores de llamar anticoncepción al aborto, argumentan que el embarazo comienza desde
la implantación del óvulo fecundado en el endometrio del útero y no desde la fecundación. No
existen razones científicas para afirmar tal cosa, ya que la implantación es un paso en el desarrollo
de la vida humana que comienza en la fecundación. La implantación no constituye ningún cambio
sustancial. Sin embargo, arbitrariamente y por razones ideológicas o mercantiles y no científicas, el
American College Obstetrics and Gynecology (ACOG), de 1965, decidió que la "concepción -en el
sentido de comienzo del embarazo- comienza con la implantación del óvulo fecundado"[6]. En ese
año, después de bastante tiempo dedicado a experimentos abusivos en humanos, se trataba de
imponer "la píldora" en el mercado.

"Plantear esta diferenciación entre fecundación e implantación resulta éticamente improcedente


ya que no habrá embarazo si antes no hay una persona humana y sólo una vez concebida ésta será
posible aquél. Por tanto, para que exista un embarazo es necesaria la concepción del un ser
humano y, por otra parte, es bien sabido que el embrión recién concebido -y antes de su
implantación- produce señales biológicas en el nivel molecular que facilitan su reconocimiento y
preparan su implantación, manteniendo una evidente "comunicación" con su madre
prácticamente desde el momento mismo de la concepción. De este modo, entonces, el embarazo
comienza antes de la implantación, sin duda en la concepción, no siendo válida la aplicación del
concepto de "inicio del embarazo"[7].

Sin duda para facilitar el aborto, la ideología se impone a los datos científicos, un ejemplo de esta
manipulación se ve claramente en el caso de México. En ese país el Estado, a instancias de la
Organización Mundial de la Salud; la Organización Panamericana de la Salud; el Fondo de
Población de Naciones Unidas; Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); Family Health
International; Pathfinder México; la Association for Voluntary Surgical Contraception y la
Fundación Ford Foundation y el Population Council, cambió en agosto de este año la definición
tradicional de embarazo por otra: "aquella parte del proceso de la reproducción humana que se
inicia con la implantación del conceptus en una mujer y termina con el nacimiento de un producto
o con un aborto" (vid. Actualización de la Norma Oficial Mexicana NOM-SSA2-1993 de los Servicios
de Planificación Familiar, 24-8-99).

Atentados contra la mujer y el niño

Frente a la certeza que detrás del concepto de salud reproductiva se mal encubre el aborto, lo
demás es secundario. Pero podemos añadir que debido a la cantidad enorme de
contraindicaciones médicas y consecuencias perjudiciales para la salud de la mujer de los DIU y los
contraceptivos hormonales (píldoras), que figuran en cualquier vademecum médico, de los textos
de referencia no se deduce una preocupación verdadera por la salud de la mujer. Sólo se pretende
evitar nacimientos a toda costa.

Además, la distribución masiva de anticonceptivos no soluciona la mortalidad infantil, como


pretende los textos, a no ser que la "solución" sea que no nazcan niños, lo que trae reminiscencias
nazis de "solución final".

Tampoco como dicen, acceder fácilmente a los anticonceptivos previene las enfermedades de
transmisión sexual, sino que es camino para su aumento. La Organización Mundial de la Salud
estima que cada año se producen en el mundo 25 millones de nuevos casos de gonorrea, 50
millones de nuevos casos de clamidia, 20 millones de nuevos casos de herpes genital, [8], y nunca
como ahora, por ejemplo, se han regalado y distribuido tantos preservativos. Por otro lado, la
misma IPPF reconoció que, a pesar de las intensísimas y costosísimas campañas para inculcar en
los adolescentes el mal llamado "sexo seguro" en los países de Europa, el 60% de las relaciones
sexuales entre los jóvenes se dan "sin protección". [9]. Sin ir más lejos, a principios de 1999, el
director ejecutivo de ONUSIDA, Peter Piot, declaró que la pandemia del SIDA estaba
descontrolada.

Contracepción y aborto

Juan Pablo II dice que la contracepción y el aborto provocado tienen una raíz común, "son fruto de
una misma planta", (Enc. Evangelium Vitae, n. 13), y la historia nos enseña que los movimientos
antinatalistas piden siempre: anticoncepción y después, aborto legal.

Comparando los textos se ve con claridad que las leyes, las ordenanzas y los proyectos de ley de
salud reproductiva son copia de los proyectos modelo provistos por las ONG´s tales como
International Planned Parethood Federation (IPPF). (En Argentina, la filial de la IPPF es la
Asociación Argentina de Protección Familiar). Ese prototipo de leyes, en otros países ha llevado a
la despenalización del aborto quirúrgico.

En todos estos textos, el Estado juzga cuando la procreación es responsable o no. En todos, se
prohibe a los médicos y el personal sanitario ejercer el derecho humano a la objeción de
conciencia, siguiendo la abusiva resolución de la Conferencia de la Mujer de Beijing, (nuestro pais
no hizo reserva sobre ese tema). En todos, se niega el derecho de los padres a la educación sexual
de sus hijos. Y en todos, uno de los objetivos primordiales declarados es combatir la pobreza, que
tratan de resolverlo, como dijo Juan Pablo II, "prohibiendo a los pobres nacer".

El objetivo declarado de la IPPF, y de otras organizaciones internacionales, para el año 2000 es


conseguir la despenalización del aborto quirúrgico en los países en los que todavía rige algún
impedimento legal. "Allí dónde el acceso a los servicios de aborto sin riesgo es restringido, las
asociaciones deben mantener un diálogo positivo y trabajar con otras organizaciones no
gubernamentales o grupos dedicados (...) para promover reformas en la ley", [10]. Para imponer la
contracepción, y después despenalizar el aborto, estas organizaciones mienten descaradamente
en cuanto al número de abortos clandestinos. En la Cámara de Diputados de la Nación en 1995, se
llegó a hablar de 500.000 abortos ilegales al año, lo que es estadísticamente imposible, [11].

Los Obispos latinoamericanos acusaron a la IPPF y a sus filiales de "empobrecer moralmente" a los
pueblos de la región, y denuncian que sus políticas son inspiradas por "poderosos intereses
económicos y políticos de organismos financieros y de laboratorios que buscan mercados para sus
productos anticonceptivos y abortivos", y reconocieron una verdadera guerra química [12].

Democracia totalitaria

No cabe duda que los textos que nos ocupan son un instrumento del imperialismo cultural que
pretende implantar un nuevo orden en el mundo y que utiliza, como una de sus armas, el sexo,
empobreciendo moralmente a los pueblos. En otras palabras, estas campañas son etapas del plan
de reingeniería social que llevan a cabo los países centrales y se enmarcan en un proyecto de
dominio universal.

El totalitarismo, según algunos autores modernos -dice Michel Schooyans-, no se define


primeramente por la vigencia de un régimen en particular o por la ausencia de un parlamento o de
un régimen representativo, aunque estas condiciones sean irremplazables. El régimen totalitario
tiene como razgo típico el ataque al hombre en sus dimensiones físicas, psicológica y espiritual. El
totalitarismo inhibe, paraliza, congela y anestesia la capacidad de juicio personal y la toma de
decisiones libres. Se distrae la atención, se inhibe la capacidad crítica, se retira toda
responsabilidad, y la persona se convierte en irresponsable y alienada. El totalitarismo ya no usa la
fuerza física, destruye el yo.

El sujeto se ve como llevado a adoptar una ideología que favorece un comportamiento que
conviene a quien se lo quiere imponer, sufre como una ocupación de su mente. La ideología
asumida por el dominado, por el colonizado mental, le predispone a aceptar e incluso a consentir
formas de violencia física. Le han dominado el cuerpo, dominando su inteligencia y su voluntad. Se
hace absorber a los colonizados un discurso ideológico que disfraza los intereses del dominador y
lo llega a ver como un beneficio para él y para los demás De esta manera la mentira ideológica
apoya la violencia física, pero el camino inverso también es posible: la violencia física puede
solicitar la ayuda de la violencia ideológica. Las prácticas violentas como la esterilización, el aborto
y la anticoncepción, ejecutadas según la política de los hechos consumados, preparan la
mentalidades para aceptar las justificaciones ideológicas y jurídicas para esos atropellos.

Quienes impulsan estas medidas se llaman a sí mismos "progresistas". Para ellos atentar contra la
vida, el uso banalizado y banalizante del sexo, la educación sexual animalizante, los intentos de
"democratizar la familia" son sinónimo de desarrollo social y de libertad y, a la menor objeción,
tratan de "fundamentalista" a quien disiente, aunque ellos acepten acríticamente los dictámenes
de la ONU o de cualquier organismo internacional, tengan o no fundamento científico.

Algunos, buscando con sinceridad poco reflexiva el bienestar de quienes padecen situaciones
difíciles, no se dan cuenta que su pensamiento circula por los caminos del evolucionismo social, el
mismo que hizo que en este siglo que despedimos se concretaran las mayores aberraciones de la
historia, ejecutadas como política de estado: la eliminación de miles de seres humanos, los
campos de concentración; las leyes eugenésicas, con esterilizaciones masivas y permisos para
concebir; la eutanasia de enfermos mentales y físicos, en fin, la eliminación de todos los que eran
inútiles al Estado.

En el fondo, ahora, ¿no se está tratando de eliminar a quienes no son útiles a la sociedad
globalizada, o a quienes no pueden alcanzar un patrón de "calidad de vida" fijado por otros?. ¿No
sucede ahora, como sucedió bajo el nazismo y el comunismo, que se elimina a quienes no pueden
ser convertidos en masa uniforme, porque su raza, su religión, su lugar de nacimiento o sus
tradiciones ancestrales los hacen distintos e inabsorbibles?. Muchas "soluciones" al problema de
la pobreza nacen de esa mentalidad, que se caracteriza por el convencimiento que ciertos sectores
de la población poseen tendencia genética o una herencia cultural o religiosa insalvable que los
condena a la miseria; entonces, no se les facilitan ni la educación ni las oportunidades de trabajo,
se los castra con anticonceptivos, se los elimina.

Como es lógico en este orden de cosas, muchos de los mentores del aborto encubierto bajo la
capa de los derechos reproductivos y la salud reproductiva, padecen una especie de obsesión
anticatólica, porque como dice el Cardenal Ratzinger, quien afirma que en la figura de Jesucristo y
en la fe Iglesia hay una verdad permanente y universalmente vinculante se convierte ipso facto en
el único verdadero enemigo de la sociedad relativista[13].

Manipulando palabras e ideas ponen gran empeño por calificar de "religiosa", y por lo tanto,
despreciable y descalificatoria, la verdad científica sobre la fecundación y el inicio de la vida
humana y toda razón médica opuesta a los anticonceptivos, tanto si hace referencia a sus efectos
abortivos como las consecuencias negativas que tienen éstos para la salud de la mujer. Sin
embargo, esas evidencias científicas y esas consecuencias son claras para todos los médicos
honestos, creyentes y no creyentes.

Otras veces, atacan insistentemente a la Iglesia Católica, acusándola de entrometerse en política;


o insistiendo en que su doctrina carece de humanidad, compasión y hasta de caridad. No es raro
que quienes tienen este empeño favorezcan apostasías y las apoyen económicamente, como en el
caso de las denominadas "católicas por el derecho a decidir", y se presenten como cruzados de la
"democratización de la Iglesia". Se olvidan que la doctrina de Jesucristo no se reforma a mano
alzada, según va pasando el tiempo.
La manipulación de los conceptos y los prejuicios ideológicos los hacen argumentar en contra de
las leyes de toda lógica. Por ejemplo, llaman mucho la atención los dichos de un diputado
argentino, médico de profesión, en el debate de noviembre de 1995. Este profesional de la
medicina, refiriéndose a la cantidad de abortos espontáneos -que según afirma la misma ciencia
médica- tiene una mujer que hace uso habitual de su sexualidad dijo, para justificar el carácter
abortivo de los dispositivos intrauterinos, "la naturaleza produce más abortos que el DIU".

Sea verdad o no lo relacionado con los abortos espontáneos (que son involuntarios), este médico
con sus palabras, demostró que no distinguía entre lo voluntario y lo involuntario en los actos
humanos. Peligroso camino eligió el diputado, pues no aprecia la diferencia entre la muerte
natural y la causada intencionalmente. No distingue, por ejemplo, entre las muertes ocasionadas
por un atentado, -el de la AMIA, por citar uno-, y las muertes a causa de un terremoto; tampoco
entre la muerte natural de un enfermo y un asesinato en la vía pública o la muerte provocada a
ese enfermo por su propio médico. ¡Dios nos libre de tales médicos y de tales legisladores!. Así se
llega a la triste conclusión que lo importante para estas personas no es la búsqueda de la verdad y
la coherencia de pensamiento, sino llevar adelante un plan de reingeniería social, en el que la
revolución sexual es una etapa.

Juan Pablo II describió esta situación diciendo, "existe hoy un riesgo no menos grave debido a la
negación de los derechos fundamentales de la persona humana y por la absorción en la política de
la misma inquietud religiosa que habita en el corazón de todo ser humano: es el riesgo de la
alianza entre democracia y relativismo ético, que quita a la convivencia civil cualquier punto
seguro de referencia moral, despojándola más radicalmente del reconocimiento de la verdad. En
efecto, ´si no existe una verdad última -la cual guía y orienta la acción política- entonces las ideas y
las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una
democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto como
demuestra la historia´" , (Enc. Veritatis Splendor, n. 101 y Enc. Centesimus Annus, n. 46).

Por eso, el Santo Padre insiste en que "estamos no sólo ´ante´, sino necesariamente ´en medio´ de
este conflicto: todos nos vemos implicados y obligados a participar, con la responsabilidad
ineludible de elegir incondicionalmente en favor de la vida", (Enc. Evangelium Vitae, n. 28)".

Frente a esta situación no caben dilaciones para tomar una actitud, una opción vital, se está a
favor de la vida o en contra de la vida: todos los programas de anticoncepción, educación sexual,
paternidad planificada o salud reproductiva, al poner énfasis en la prevención de los hijos no
deseados, inducen casi coactivamente la intención de no desearlos, y son el camino para la
despenalización del aborto quirúrgico.

Dicho de otra manera, los conceptos de salud reproductiva o procreación responsable legalizan el
aborto al legalizar la "anticoncepción post-coital" o "de emergencia", por lo tanto, si una ley los
admite y los favorece, esa ley es una ley que autoriza y promueve el aborto y además, abre la
puerta para la legalización del aborto quirúrgico, como un derecho de la mujer.

Anticoncepción violenta

La mayoría de los textos analizados imponen a los médicos la obligación de recetar


anticonceptivos, y no contemplan la responsabilidad de los servicios públicos de salud por las
consecuencias negativas para la salud de la mujer de la inserción del DIU y de la prescripción de
anticonceptivos hormonales. El proyecto de ley nacional de 1995, va más allá, pues mediante la
creación de sistemas engañosos de "consentimiento informado", exonera explícitamente de
responsabilidad a esos servicios.

Y por si esto fuera poco, mediante estos instrumentos legales se crean sistemas de seguimiento
para las mujeres que participan en los programas.

Las denuncias de coacción y violencia psicológica en los programas de planificación familiar han
llegado al Congreso de los Estados Unidos y son públicamente conocidas en toda América Latina.

Estas medidas, les guste o no a quienes las imponen o pretenden imponer, aunque digan actuar en
nombre de la democracia, son medidas totalitarias, que no respetan la libertad de la persona.
Sabemos, por ejemplo, que en Brasil para dar trabajo a una mujer, algunas empresas exigen un
certificado de esterilización o un certificado de "perseverancia" en programas de salud
reproductiva.

Estas leyes y proyectos sientan las bases para sustraer del ámbito de la intimidad del matrimonio
la decisión sobre el número de hijos, poniendo las bases para que el Estado, las ONG´s o la opinión
pública determinen cuándo y entre quiénes la procreación es responsable.

Por eso, Juan Pablo II dice: "Se trata de amenazas programadas de manera científica y
sistemática", contra la vida. En este final del siglo XX, "los falsos profetas y los falsos maestros han
logrado el mayor éxito posible", (Enc. Evangelium Vitae, n. 17).

Pbro. Juan C. Sanahuja Miembro correspondiente de la Pontificia Academia para la Vida.

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Notas

[1] National Security Memorandum 200, Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial
para la Seguridad de los Estados Unidos y sus intereses de Ultramar, diciembre 1974.
Habitualmente a este documento se lo llama Informe Kissinger, cit. en Sanahuja, J.C., El Gran
Desafío, Serviam, Buenos Aires 1995, pp 55-58.
[2] Noticias de la ONU. ( http://pagina.de/noticiasdelaonu )Número 138, 55/99. Buenos Aires, 25
de Julio de 1999, gacetilla 216, Ciudad de Buenos Aires: PROYECTO DE SALUD REPRODUCTIVA;
gacetilla 217, Argentina: ANTICONCEPTIVOS HORMONALES (Píldoras), USADOS EN
"ANTICONCEPCIÓN DE EMERGENCIA" (AE); gacetilla 218, Argentina: ALGUNAS PÍLDORAS
ANTICONCEPTIVAS QUE IMPIDEN LA IMPLANTACIÓN. (http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[3] Ibid. gacetilla 217, Argentina: ANTICONCEPTIVOS HORMONALES (Píldoras), USADOS EN
"ANTICONCEPCIÓN DE EMERGENCIA" (AE). (http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[4] Boletín Médico de la IPPF, Vol. 22, n. 5, octubre 1988. La RU 486, en base a la droga
mifepristona, fue lanzada al mercado por el laboratorio Roussel-Uclaf, subsidiario de Hoescht AG
de Alemania. Hoescht es un laboratorio que nació del desmembramiento del IG Farben, que
fabricaba el gas Zyklon B para los campos de concentración nazis. Acaba de ser autorizada en
todos los países de la Unión Europea, bajo el nombre de Myfegine. Vid. Noticias de la ONU.
Número 59/98. Buenos Aires, 8 de Octubre de 1998, gacetilla 107, COMUNICACIÓN DE LA SANTA
SEDE A LA CONFERENCIA DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) sobre ETICA Y
VALORES HUMANOS EN LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR: DIÁLOGO INTERNACIONAL SOBRE
DERECHOS Y RESPONSABILIDADES DE PERSONAS Y SOCIEDADES. Bankok, 19-24 de junio de 1988.
(http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[5] Noticias de la ONU. Número 130, 47/99. Buenos Aires, 29 de Junio de 1999, informe 201, LO
QUE HAY QUE SABER SOBRE LA PILDORA RU-486. Argentina podría producir y comerciar con el
pesticida humano en cualquier momento. (http://pagina.de/noticiasdelaonu).
[6] American College Obstetrics and Gynecology (ACOG) Terminology Bulletin, Terms Used in
Reference to the Fetus, Chicago, American College of Obstetrics ad Gynecology, No. 1, September
1965.
[7] Pineda Rafael, ´Contracepción de emergencia´. Un mal llamado método anticonceptivo, 1998,
pro-manuscripto, Rosario 1998.
[8] Vid. Informe anual 1994, Fondo para la Población de las Naciones Unidas, New York, 1994
[9] Haspels, A., Anticoncepción postcoital, Boletín Médico de la IPPF, Vol. 22, n. 5, octubre 1988,
pp. 1-3.
[10] IPPF, IMAP, IPAP, Declaración sobre el aborto con riesgo y la salud reproductiva, Boletín
Médico de la IPPF, Vol. 26, n. 1, febrero 1992, pp. 1 y 2.
[11] Carta del Dr. Nathanson, sobre la falsedad de las cifras que se dieron para los casos de
Estados Unidos (cfr. La Capital, Mar del Plata, 9-8-98). Vid. también Lejeune, Jérome y otros,
Dejadlos vivir, Rialp, Madrid 1980. En la nota de prensa de la Sociedad Argentina de Etica Médica y
Biológica (SAEMB), del 13 de julio de 1990, el Dr. Luis Ravaioli demuestra estadísticamente la
falsedad de esas cifras.
[12] Declaración Final de Obispos Presidentes de Comisiones Episcopales para la Familia y la Vida,
18.III.93.
[13] Ratzinger, I., Situación de la fe y la teología, L´Osservatore Romano 1-11-96, pp. 4 y 5, ed. cast.

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