Professional Documents
Culture Documents
Las palabras del artista a distancia pueden parecer absurdas o exageradas, cuando
uno tiene la impresión de que las cosas marchan muy bien en el país
del Tahuantinsuyo, sobre todo cuando uno de los defensores de la herencia
inca, Ollanta Humala, está en el gobierno.
La respuesta podría ser que en el plano económico ―o más bien
macroeconómico― parecieran que las cosas marchan muy bien; pero en el plano
político, las cosas serían por el contrario, desastrosas.
Una serie de pleitos políticos dominan la escena peruana.
El panorama en efecto luce poco halagüeño. Los tres últimos gobernantes están
con líos legales y sospechas de corrupción y otros delitos.
Alberto Fujimori, quien fue presidente por dos periodos, y hasta uno tercero
fraudulento, está en la cárcel cumpliendo una condena de 25 años por diversos
delitos de corrupción y abusos de poder. Como se recordará recientemente Fujimori
pidió el perdón presidencial para salir libre o, por lo menos, recibir casa por
cárcel. Ollanta Humala rechazó el indulto. Una encuesta lanzada poco tiempo antes
arrojó que el 59 % estaba a favor del indulto. Juzgaban que ya el expresidente había
recibido suficiente castigo.
Alejandro Toledo, quien gobernó el país entre el 2001 y el 2006, está acusado por
la compra de una oficina y otro inmueble a través de su suegra, con dineros
supuestamente ilícitos.
En su caso, una encuesta reciente
realizada por IPSOS para El Comercio,
indicaba abrumadoramente que el 90 % de
los consultados que conocían el caso
Ecoteva, empresa que efectuó las
compras en cuestión, declararon
que Toledo había mentido sobre el
asunto.
Asimismo el 89 % dijo que también debería
ser incluida en la acusación su
esposa, Eliane Karp, y asimismo el 69 %
le recomienda que se retire de la política.
La agrupación de Toledo forma alianza en
el parlamento con la agrupación del
gobierno.
No se queda atrás en acusaciones el
expresidente Alan García, quien está acusado a niveles parlamentarios por una
megacomisión, de haber pertenecido a una agrupación para delinquir. En particular
está relacionado con el caso Bussiness Track –suerte de espionaje telefónico– más
conocido como BTR y otros asuntos como los “narcoindultos”.
A este respecto, el pintor Fernando de Szyszlo toma partido en favor de Alan
García. Piensa que no es “justo”, que se trata de un linchamiento político y culpa
de ello al oficialismo y al fujimorismo, que “tienen miedo” de que Alan García sea
un candidato muy difícil del vencer en las próximas elecciones.
Alan García, quien hasta hoy gobernó el país dos veces, fue –aparte de criticado por
sus posturas política e ideológicas– objeto de demandas y condenas en su contra,
después de su primer gobierno. Condenas que expiraron en el tiempo. tiempo en el
que García esperó en el extranjero y luego regresó glorioso para ganar las
elecciones. Fue su segundo mandato, que precedió al actual de Humala.
De tal manera que: 1) no sabemos hasta donde todos estos escándalos son nada
más que argucias y formas de lucha por el poder, recurriendo al viejo recurso de la
justicia como arma política; o 2) los acusados son realmente culpables y en este
caso sus condenas dependerán de qué lado se incline el peso de su poder en el
momento de las decisiones.
Entre tanto, ¿qué rol juega el pueblo? Tal vez solo espera hacer justicia en las urnas.
¿Justicia?