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ENTEROBACTERIAS
(Parte 1)
A MIS LECTORES Y SEGUIDORES:
HOY COMENZAMOS A DESANDAR EL FASCINANTE CAMINO DE UNA DE LAS
FAMILIAS MÁS TRADICIONALES EN LO QUE HACE A LA COMPLEJIDAD DE SUS CUADROS
MÓRBIDOS EN EL ANCHO MUNDO DE LAS ETA(s). VERÁN QUE VOLVEREMOS SOBRE
TEMAS Y TÉCNICAS VISTAS, PERO AL SER OTRA PUBLICACIÓN, ES IRREMEDIABLE.
IREMOS ACTUALIZANDO ESTA PROBLEMÁTICA FAMILIA PARA QUE TAMBIÉN NOS
ACTUALICEMOS EN NUESTROS CONOCIMIENTOS. ALLÁ VAMOS, ME ACOMPAÑAN?
Es ésta una de las familias de mayor importancia médica dentro de los bacilos Gram negativos no
exigentes. Comparten algunas características tales como poseer en su pared externa un
lipopolisacárido (LPS), que les otorga características patogénicas particulares, tóxicas, la llamada
endotoxina de las bacterias Gram negativas. La bacteriología actual, es un ente cambiante, lo que
ayer se llamaba de una forma, hoy recibe otro nombre. Esta dinámica responde a un mejor
entendimiento de las especies bacterianas y a un auge en la manera de identificar las especies,
subespecies y biogrupos. Los bacteriólogos cuentan con nuevas y mejores armas en la identificación
clara de las especies bacterianas más importantes en la práctica hospitalaria y privada. Sin duda
alguna, esto se ve reflejado de manera muy especial, en las infecciones intrahospitalarias, donde
las posibilidades de identificación de un organismo determinado se han incrementado de forma
importante, tal es el caso de la técnica de electroforesis en campos pulsados.
En otro orden de cosas muchas enterobacterias son ubicuas, encontrándose muy difundidas entre
los animales y la naturaleza, pudiendo causar enfermedad en el hombre y los animales como es el
caso de Salmonella; otras aunque bien adaptadas al medio ambiente son patógenas humanos
exclusivos por ejemplo Vibrio cholerae y por último otras se encuentran bien adaptados a su
huésped, como por ejemplo, Shigella. Merecerá sin duda un párrafo especial Escherichia coli en el
marco del Síndrome Urémico Hemolítico que más tarde describiremos. Algunos de estos bacilos
Gram negativos poseen atributos de virulencia bien definidos, comportándose como patógenos
primarios, Yersinia pestis, Salmonella typhi, responsables de la Peste y la Fiebre
Tifoidea respectivamente. Otros tales como Acinetobacter y Pseudomonas producen infecciones
oportunistas. Las Enterobacterias con frecuencia residen en el colon del hombre sin causar
enfermedad. También colonizan normalmente otros nichos ambientales con los que pueden entrar
en contacto los pacientes hospitalizados.
Debido a su ubicuidad dentro y fuera del cuerpo a menudo causan infecciones oportunistas en
pacientes debilitados. Como grupo las enterobacterias son las responsables de una tercera parte de
los aislamientos en las bacteriemias, de dos tercios de los aislados en gastroenteritis, y de tres
cuartas partes de los aislamientos en infecciones del tracto urinario. Uno de estos organismos,
Escherichia coli, es también la causa más frecuente de infección urinaria y de gastroenteritis
bacteriana en individuos sanos. Estos organismos pertenecen a la familia Enterobacteriaceae que
consta de varios géneros expuestos en las siguientes tablas:
Escherichia
Shigella
Klebsiella
Enterobacter
Hafnia
Serratia
Proteus
Morganella
Providencia
Salmonella
Yersinia
Edwardsiella
Citrobacter
Erwinia
Pseudomona
Kluyvera
Cedecea
Moellerella
Rahnella
Algunos de éstos como Shigella, Salmonella o Yersinia, tienen una serie de peculiaridades clínicas
por lo que serán discutidos en otra sección. Desde el punto de vista microbiológico las
enterobacterias se caracterizan porque no forman esporas, son capaces de crecer tanto en
aerobiosis como en anaerobiosis (es decir, son anaerobios facultativos), fermentan la glucosa, no
producen oxidasa, y tienen una movilidad variable (dependiendo de la presencia o no de
flagelos). Las enterobacterias poseen una membrana interna (citoplasmática), una cubierta de
peptidoglicano que la rodea, y una compleja membrana externa (pared celular) que comprende la
cápsula y que contiene lipopolisacáridos y porinas (canales para la penetración de antibióticos y
nutrientes). Es de destacar que algunos de ellos como Escherichia coli forman parte de la flora
normal del tubo digestivo y permanecen en él sin causar enfermedad siempre y cuando no se
modifiquen las condiciones de su hábitat. Haremos especial énfasis en aquellos géneros y especies
que se encuentran más frecuentemente relacionados con la patología humana y animal, en el marco
de las ETA (s) (Enfermedades transmitidas por los alimentos).
Se utilizan como un indicador de calidad microbiológica para alimentos que hayan recibido
tratamientos determinados para hacerlos inocuos. Su presencia en un número significativo,
indicará un fallo y consecuentemente un riesgo para el consumidor. Esta singular familia
comprende un número muy variado de géneros y especies bacterianos cuyo hábitat natural es el
tubo digestivo del hombre y los animales. No todos los bacilos Gram negativos que tienen este
hábitat forman parte de la familia Enterobacteriaceae. Se los encuentra también en el suelo, agua,
frutas, vegetales y otras plantas. La familia está definida por un conjunto de características
fenotípicas (bioquímicas, fisiológicas e inmunológicas) a las que se han agregado posteriormente
otros elementos establecidos por técnicas de hibridización de ácidos nucleicos que miden distancias
evolutivas y han definido mejor la interrelación de todos los microorganismos integrantes de la
familia. Son bacilos Gram negativos rectos, con un diámetro de 0.3 a 1.5 micras. Si son móviles,
presentan flagelos perítricos. No forman esporos. Desarrollan en presencia o en ausencia de
oxígeno (aerobios-anaerobios facultativos). Desarrollan rápidamente en medios simples, no siendo
exigentes desde el punto de vista nutricional.
Algunos desarrollan en glucosa o lactosa como única fuente de carbono, mientras otros requieren
el agregado de vitaminas y/o minerales en el medio de cultivo. Son quimioorganótrofos, poseen
metabolismo fermentativo y respiratorio. Son catalasa positivos y oxidasa negativos; reducen los
nitratos a nitritos. En los medios de cultivo forman colonias lisas, convexas y circulares de bordes
definidos. Algunas especies desarrollan colonias más mucoides que otras (por ejemplo
Klebsiella). Los bacilos Gram negativos que integran esta Familia pueden identificarse por medio
de la expresión fenotípica de algunos caracteres genéticos y los métodos utilizados tienen como
principio:
a. La investigación de la fermentación de azúcares o alcoholes en un medio peptonado con el
agregado de un indicador de pH para detectar la producción de metabolitos ácidos.
La naturaleza de los grupos terminales y el orden en que estos azúcares están dispuestos en las
unidades repetitivas determina la especificidad de los numerosos antígenos O. Un mismo
microorganismo puede poseer varios antígenos O. Cada género está asociado a grupos antigénicos
específicos, por ejemplo la mayoría de los serotipos de Shigella comparten uno o más antígenos O
con E. coli (Shigella y E. coli pertenecen al mismo género). Por otra parte E. coli puede tener
reacciones cruzadas con especies de los géneros Klebsiella y Salmonella. En E. coli algunos
antígenos somáticos están asociados con fenotipos virulentos específicos, por ejemplo E. coli O:111
y O:119 son frecuentemente agentes etiológicos de diarrea aguda en los niños pequeños. Los
antígenos K son externos a los antígenos O. Algunos constituyen una verdadera cápsula visible al
microscopio como sucede con Klebsiella, mientras que en E. coli por ejemplo su estructura no es
visible al microscopio óptico y se los denomina antígenos de envoltura por comportarse como
si envolviera la bacteria volviendo inaglutinable el antígeno O de la pared. Son de naturaleza
polisacarídica. Otros antígenos de envoltura pero de naturaleza proteica se presentan como
fimbrias.
Los antígenos H, flagelares, son de naturaleza proteica. Esta proteína que constituye los flagelos es
llamada flagelina. Este antígeno es termolábil y destruido por el alcohol. El contenido de
aminoácidos y el orden en que estos se encuentran en las flagelinas determina la especificidad de
los diversos antígenos. Como ya fue mencionado los flagelos bacterianos están compuestos de un
solo tipo de proteína. En Salmonella existe variación de fase. Como resultado de ello, la proteína
flagelar puede ser de dos tipos por medio de un mecanismo de regulación genética (inversión sitio
específico), que involucra:
a. Dos genes que codifican las dos proteínas, pero solo uno se expresa en cada momento;
Pueden ser móviles; las que lo son será por flagelación perítrica. Pueden presentar fimbrias,
pudiendo adherirse así a las mucosas; éstas pueden ser sexuales (intercambian información
genética). Puede producir una toxina, la Bacteriocina, que es liberada al medio externo e inhibe el
crecimiento de bacterias de otras especies. Son activas fermentadoras de la glucosa, aunque
también lo pueden ser de otros azúcares, como la lactosa; esta familia las clasificaremos según su
capacidad de fermentar la lactosa ó no:
b. No coliformes: no la fermentan.
I: Prueba del Indol; aquí se determina si una bacteria es capaz de transformar el triptófano en
indol, y para que lo pueda realizar, tiene que tener el complejo enzimático Triptofanasa. La
E.Coli posee esta enzima.
M: Prueba del Rojo de Metilo; es para ver si realiza la fermentación ácido-mixta; en ésta se pasa
de glucosa—pirúvico—ácidos (láctico, succínico, etanol, fórmico, acético). La relación ácidos:
neutros es de 4:1. Debido a la existencia de la enzima Hidrogenoliasa fórmica, el fórmico pasa a
CO2 e H2, teniendo que la relación de CO2:H2 es de 1:1.
En algunas situaciones una persona puede infectarse con alguna de estas bacterias
enteropatógenas y no sufrir ninguna enfermedad, es decir en este caso se trata de una infección
asintomática, en la cual el patógeno se multiplica a nivel intestinal y es excretado junto con las
deposiciones, pero el sujeto no tiene síntomas. Este fenómeno es importante desde el punto de vista
epidemiológico porque la excreción asintomática pasa inadvertida y este sujeto disemina el
patógeno al ambiente y eventualmente lo puede transmitir ya sea a través de manos contaminadas
o contaminación de alimentos, a otros sujetos susceptibles que pueden presentar enfermedad. Otra
condición biológica interesante de señalar es la portación por períodos más o menos largos de un
patógeno bacteriano entérico. En este caso, después de una infección intestinal
generalmente asintomática, no se logra la erradicación del patógeno a nivel intestinal y aunque se
superan los síntomas, continua la excreción por periodos que pueden durar semanas, meses o años.
Los portadores junto con los pacientes asintomáticos explican la mantención de estos patógenos
dentro de una comunidad.
Un concepto importante de subrayar es que fuera del tracto gastrointestinal, enterobacterias
comensales del intestino pueden producir infecciones. Un buen ejemplo de ello es la participación
de E. coli como principal causa de Infección Urinaria, una patología infecciosa muy frecuente
principalmente en mujeres en la etapa activa de la vida. En este caso cepas de E. coli del intestino,
colonizan el periné, la uretra y son capaces a ascender hasta la vejiga donde se multiplican
activamente y provocan una respuesta inflamatoria. En otro tipo de pacientes como son los niños
recién nacidos y los ancianos, quienes no tienen sus mecanismos de defensa muy eficientes, E. coli y
otras enterobacterias comensales del intestino como Klebsiella, pueden pasar a la sangre y
provocar focos de infección a distancia como meningitis. Por último, un concepto también
importante de enfatizar es el hecho que algunas especies dentro de esta Familia tienen como
hospedero exclusivo al hombre, como es el caso de Salmonella typhi y Shigella. En cambio otras
tienen un amplio reservorio animal y se transmiten en forma natural de los animales al hombre, es
decir son zoonóticas, entre ellas tenemos varios tipos de Salmonella, E. coli enterohemorrágico y
Yersinia enterocolítica. En el caso de patógenos zoonóticos, para un efectivo control de estas
infecciones es necesario un enfoque multidisciplinario.
El lipopolisacárido de la pared celular comprende una zona más interna denominada core, que
contiene la molécula del lípido A de la que depende la actividad biológica de la endotoxina,
responsable de la producción del shock endotóxico característico de estas bacterias. En la parte más
externa se encuentra el lipopolisacárido que constituye el antígeno O, que está constituido por una
serie de cadenas laterales repetidas de polisacáridos unidos al core. El antígeno O tiene una gran
homología entre todas las enterobacterias. Estos antígenos O se encuentran en las cepas «lisas» y
les confiere una morfología que permite distinguirlas de las «rugosas» (términos que se refieren al
aspecto de las colonias). Junto con otros factores, la presencia de antígeno O media la resistencia
bacteriana al efecto bactericida del suero normal. Los aislados resistentes a la acción bactericida
del suero son capaces de sobrevivir más tiempo en sangre y por tanto de causar infecciones
hematógenas, diseminadas y más severas. Existen tres tipos de antígenos de superficie que sirven
para serotipar e identificar a las enterobacterias: a) el ya mencionado antígeno somático o
antígeno O, b) el antígeno flagelar o antígeno H, y c) el antígeno capsular o antígeno K.
ARISTOTELES
ENTEROBACTERIAS (Parte 2)
“Mantener la buena salud del cuerpo es
un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)
ENTEROBACTERIAS
(Parte 2)
Género Escherichia
Como ya fue mencionado E.coli puede integrar la flora normal, causar diarrea,
infección urinaria, meningitis, etc. Pero una cepa que causa diarrea no
causará infección urinaria ni meningitis. La versatilidad de este microorganismo
está dado porque E.coli ha adquirido conjuntos diferentes de genes de virulencia. Es
el indicador sanitario por excelencia y es un excelente ejemplo de que el poseer un conjunto
de genes es lo que hace que una bacteria sea patógena y no la designación de género o
especie. Se ha propuesto para E. coli agente de diarrea, una clasificación de acuerdo
a sus mecanismos de virulencia, los llamados virotipos. Aunque arbitraria, ésta
clasificación es muy útil.
Se describen 5 virotipos:
La diarrea producida por cepas de ETEC es causada por la acción de dos diferentes
toxinas: toxina termolábil (LT) y toxina termoestable (ST). Hay dos LT y su estructura
y mecanismo de acción es el de la toxina colérica. Tienen diferencias en la excreción
de la célula bacteriana y en la regulación genética de su síntesis. ST es una familia de
pequeñas toxinas. Los genes que codifican para LT y ST son portados por plásmidos.
A menudo el mismo plásmido lleva los genes de las adhesinas y toxinas.
Son agentes de diarrea persistente. Las cepas de EAggEC se parecen a ETEC en que se
unen a las células intestinales, no son invasivas y no causan modificaciones
histológicas en las células de la mucosa. Difieren de ETEC en que no adhieren en
forma uniforme sino que lo hacen en pequeños agregados. Estas cepas poseen unas
estructuras fibrilares muy delgadas que se presumen son los pili de adherencia.
Aunque es posible que estos pili promuevan la adherencia de estas bacterias entre sí,
más que la adherencia a la célula del hospedero. Poseen una forma de adherirse en
agregados, produciendo una toxina similar a ST llamada EAST (ST
enteroagregativa). Otra toxina producida por EAggEC es una toxina muy similar a
una hemolisina producida por cepas de E.coli que causan infecciones urinarias. Esta
toxina no hidroliza eritrocitos pero produce poros en las membranas celulares del
hospedero.
ARISTOTELES
ENTEROBACTERIAS (Parte 3)
“Mantener la buena salud del cuerpo es
un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)
ENTEROBACTERIAS
(Parte 3)
Género Shigella
ARISTOTELES
“Mantener la buena salud del cuerpo es
un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)
ENTEROBACTERIAS
(Parte 4)
Género Citrobacter
Este género comprende a diversas especies presentes en general en el tubo digestivo del hombre y
los animales, en el suelo, vegetales y en agua. Son patógenos oportunistas. Al igual que Klebsiella
los aislamientos hospitalarios generalmente presentan resistencias a múltiples
antibióticos. Citrobacter junto con Enterobacter, Klebsiella y Escherichia forma el grupo coliforme
de bacterias entéricas. El género citrobacter es un grupo de bacilos gramnegativos aerobios que se
encuentran frecuentemente en el agua, suelo, comida y el tracto intestinal de animales y humanos.
Se sabe que estos microorganismos pueden producir infecciones importantes, especialmente en
huéspedes inmunodepresivos. Son organismos ubicuos y son causa frecuente de infecciones en el
hombre. Destruyen las microvellosidades, formando lesiones muy características denominadas de
adherencia y eliminación.
Género Edwarsiella
En modelos in vitro, se ha confirmado que su expresión puede inducirse por la presencia de urea, a
diferencia de la de P. mirabilis cuya producción es constitutiva. También en modelos in vitro, se ha
demostrado que la ureasa de P. penneri participa en la formación de los cálculos de estruvita y que
su actividad ureásica es inhibida por el ácido acetohidroxámico. Se ha destacado la capacidad de P.
penneri de producir proteasas de IgA como factor coadyuvante en su patogenicidad en el tracto
urinario. También la producción de ureasa facilita la alcalinización de la orina y las condiciones
adecuadas para la actuación de la proteasa de IgA. A diferencia de otros miembros del género, P.
penneri produce al menos dos hemolisinas de codificación cromosómica que se relacionan
parcialmente con las de Escherichia coli y P. mirabilis y facilitan la adherencia a los tejidos del
tracto urinario. Parte de la hemolisina permanece ligada a la célula bacteriana, mientras que otra
es eliminada al exterior. Curiosamente, parte de la hemolisina liberada puede degradarse por la
proteasa de IgA del mismo microorganismo. Este hecho estaría relacionado con un proceso de
eliminación o regulación fisiológica. En ensayos in vitro se ha demostrado que la capacidad de
invasión celular que demuestra P. penneri también depende de la producción de hemolisinas y del
efecto citotóxico asociado. Se ha demostrado que P. penneri también produce sideróforos,
sustancias capaces de secuestrar iones Fe, esenciales para la supervivencia metabólica de las
bacterias.
Factores de virulencia asociados a Proteus penneri
Factor de virulencia
Contribución a la patogenicidad
Fimbrias
Adherencia a tejidos y material protésico
Flagelos
Movilidad ascendente desde el uréter al riñón
Ureasa
Desdoblamiento de la urea
Alcalinización del pH de la orina
Formación de cálculos de estruvita
Citotoxicidad
Proteasas
Proteasas de IgA
Desaminasas
Producción de cetoácidos que actúan como sideróforos
Invasividad
Internalización en células del hospedador
Hemolisinas
Adherencia e invasión celular
Citotoxicidad
Polisacárido capsular
Formación de biofilms
Nucleación de cálculos
Lipopolisacárido
Endotoxicidad. Resistencia al suero
En resumen, podemos decir que el perfil de resistencia a los antibióticos ß-lactámicos en P. penneri
y P. vulgaris es tan característico que puede utilizarse como control de la identificación realizada
con los sistemas automáticos que ofrecen simultáneamente la identidad del microorganismo
estudiado y su sensibilidad a los antimicrobianos. Este perfil se emplea como ejemplo típico en el
proceso de lectura interpretada del antibiograma. Proteus penneri, al igual que el resto de los
integrantes del género Proteus, es resistente a la colistina y a las tetraciclinas. El primer caso está
relacionado con la presencia de un LPS característico con gran cantidad de grupos 4-amino-L-
arabinosa que reducen su afinidad por los antibióticos polipeptídicos. Con ello se impide el
desplazamiento de los iónes Ca2+ y Mg2+ del LPS, la desorganización de las membranas externas
e internas de la pared de la bacteria y la muerte celular. Otras enterobacterias con resistencia
similar a la colistina son Providencia, Morganella, Serratia y Cedecea.
El género Proteus tiene resistencia natural a las tetraciclinas. Se han caracterizado diversos
mecanismos responsables de la resistencia. Uno de ellos, TetJ, participa en mecanismos de
expulsión. El gen asociado es cromosómico y su expresión inducible por la presencia de tetraciclinas,
aunque también se han descrito mecanismos de expulsión con expresión constitutiva. Asimismo, se
ha detectado resistencia transferible asociada a plásmidos. El sistema de transporte AcrAB también
se asocia a la resistencia intrínseca de algunas especies del género Proteus a las tetraciclinas y a la
pérdida de sensibilidad frente a las glicilciclinas (tigeciclina). Proteus penneri es resistente al
cloranfenicol, aunque pueden existir discrepancias en los resultados de sensibilidad según el método
utilizado para su estudio. Con un disco de 30 µg suele producir halos de inhibición de menos de 14
mm. En algunos casos se ha demostrado que esta resistencia es plasmídica al igual que la resistencia
a las sulfonamidas.
La resistencia a los aminoglucósidos en P. penneri no difiere de la encontrada en P. mirabilis y es
debida mayoritariamente a enzimas modificantes de aminoglucósidos. Recientemente, y de modo
similar a lo que ocurre con otros patógenos urinarios, la resistencia a las quinolonas está
incrementándose, aunque no alcanza cifras tan alarmantes como en E. coli. El mecanismo de
resistencia es debido a mutaciones simples o dobles en las subunidades de topoisomerasas gyrA y
parC. Al contrario de lo que sucede habitualmente en E. coli, existen trabajos que demuestran un
alto número de aislamientos con mutaciones simples y dobles en gyrB y la inserción de
nucleótidos que confieren resistencia a las quinolonas. Por último, los microorganismos integrantes
del género Proteus deben ser considerados resistentes a la nitrofurantoína con independencia del
valor de la CMI obtenido en las pruebas de sensibilidad. La producción de ureasa por estos
microorganismos provoca la alcalinización de la orina. A pH alcalino, la nitrofurantoína pierde
actividad antibacteriana.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO,
NO ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"
ARISTOTELES
Género Morganella
Peste bubónica: En el tipo de infección más común. Una vez que las células bacterianas han sido
introducidas mediante la picadura de una pulga dentro de un ser humano, las células bacterianas
se desplazan por el torrente sanguíneo hasta los nódulos linfáticos donde generan pequeñas
hinchazones denominadas bubones, que están llenos de partículas bacterianas. La cápsula viscosa
que rodea a las células de Y. pestis evita que estas sean fagocitadas por los macrófagos. En poco
tiempo, los nódulos linfáticos periféricos se ven invadidos por bubones secundarios, hasta que se
rompen y las células pasan de nuevo al torrente circulatorio, pero ahora en un número mucho más
elevado, lo que causa una septicemia generalizada. En este estado, se producen múltiples
hemorragias que dan lugar a manchas negras sobre la piel, procesos de gangrena en los extremos
distales de las extremidades, fuerte dolor en nódulos linfáticos, postración, shock y delirio. Si la
peste no es tratada antes del estado septicémico, la muerte sobreviene al cabo de 3-5 días.
Peste Neumónica: Este tipo de infección se produce cuando las células de Y. pestis son inhaladas
directamente, o bien llegan a los pulmones durante la peste bubónica. La infección suele transcurrir
sin síntomas hasta los dos últimos días del proceso infectivo, en los cuales se emiten gran cantidad
de esputos con sangre. En ausencia de tratamiento la muerte sobreviene en 2-3 días.
Peste septicémica: Esta infección implica una rápida dispersión de Y. pestis por todo el cuerpo, a
través del torrente circulatorio, sin tiempo para que se formen los bubones. La muerte suele
sobrevenir en 1 día, por lo que habitualmente no da tiempo a ser diagnosticada.
Las células de Y. pestis producen ciertas moléculas antigénicas que contribuyen en mayor o menor
medida al proceso de la enfermedad.
En la pared bacteriana se encuentran unos complejos de proteína-lipoproteína,
denominados antígenos VW y F1, cuya función es evitar la fagocitosis por parte de los macrófagos
y otras células fagocíticas.
Las cepas virulentas de Y. pestis producen y secretan una exotoxina denominada toxina
murina (debido a su extrema toxicidad para el ratón), cuyo modo de acción se basa en inhibir la
respiración, bloqueando las reacciones de transporte de electrones en las mitocondrias, a nivel de
la coenzima Q. Aunque no está claro que la toxina murina esté implicada en la patogénesis de la
peste humana, los síntomas que produce en el ratón son similares a los que produce en humanos.
Y. pestis también produce una endotoxina altamente inmunogénica que puede dar lugar a
una potente respuesta inmune en humanos.
Y. pestis presenta resistencia natural a la penicilina, pero la mayoría de las cepas son sensibles a la
estreptomicina, el cloranfenicol y las tetraciclinas. Actualmente hay ciertas evidencias de la
sensibilidad de Y. pestis a gentamicina y doxiciclina. Si el tratamiento se inicia rápidamente, la
mortalidad de la peste bubónica puede reducirse hasta el 1-5% de los infectados. La peste neumónica
y septicémica también puede tratarse, pero suelen progresar tan rápidamente que los antibióticos
siempre llegan tarde.
Este gran grupo de bacilos Gram negativos incluye a gérmenes pertenecientes a diferentes familias
y otros géneros de incierta clasificación. Pseudomonas, Flavobacterium, Alcaligenes, Acinetobacter,
son algunos de ellos, en general desprovistos de grandes atributos de virulencia demostrables, no
producen enfermedad en el individuo sano pero pueden comportarse como oportunistas en
enfermos inmunodeprimidos. De las numerosas especies de Pseudomonas descritas sólo unas pocas
tienen importancia en patología humana. Pseudomonas mallei y P.pseudomallei causan
enfermedad severa en el hombre pero se aíslan raramente en el Hemisferio Occidental. Por otra
parte P. cepacia es un oportunista poco frecuentemente asociado con enfermedad en el hombre.
Nos referiremos en particular a la especie Pseudomona aeruginosa por su frecuencia en patología
humana y estar mejor estudiada que otros. Es un microorganismo versátil, ampliamente
distribuido en el suelo, agua, plantas e intestino de animales. Puede causar enfermedad en el
hombre, ciertos animales, plantas e insectos. El agua contaminada puede ser una fuente de
infección para el hombre. Es susceptible a la desecación, pero sus habilidades metabólicas le
permiten sobrevivir y multiplicarse en líquidos y ambientes húmedos de los hospitales. Sus
requerimientos nutricionales son variados, se ha aislado P. aeruginosa de aguas termales, e incluso
de soluciones desinfectantes en el hospital. Las infecciones humanas están la mayoría restringidas
a los pacientes hospitalizados que adquieren el microorganismo de fuentes ambientales (infección
exógena) por contacto con vectores humanos o inanimados. P. aeruginosa desarrolla bien en
medios simples, utilizándose para su aislamiento los medios de cultivo de uso corriente en el
laboratorio clínico.
Las defensas inespecíficas del huésped son en general suficientes para prevenir la infección por P.
aeruginosa, pero brechas en esta barrera permiten a P. aeruginosa invadir y causar infecciones de
diversa gravedad. Producen el 10% de las infecciones nosocomiales, infectan heridas y quemaduras
y causan infecciones pulmonares, sobre todo neumonía nosocomial e infecciones respiratorias en
pacientes con fibrosis quística. La fibrosis quística es una enfermedad genética asociada a un
defecto en la secreción de cloro, caracterizada por la producción de mucina con una alteración de
su composición iónica, inusualmente espesa. Esto lleva a una menor eficiencia de la mucina para
limpiar las bacterias del pulmón y las vías aéreas y puede impedir el movimiento de las células
fagocíticas. Estos hechos explican la susceptibilidad de los pacientes con fibrosis quística a la
colonización con P. aeruginosa. Si los enfermos son tratados los síntomas pueden desaparecer pero
las bacterias permanecen, presentando infecciones recurrentes. Las condiciones del paciente se ven
agravadas con la infección a P. aeruginosa por las dificultades terapéuticas que se plantean debido
a su alta resistencia a los antimicrobianos.
P. aeruginosa posee los mismos tipos de factores de virulencia que otras bacterias capaces de causar
enfermedad en el hombre inmunocompetente. Pero algo interesante es ¿por qué P. aeruginosa no
es un patógeno franco y es sólo capaz de producir infecciones oportunistas? Es probable que P.
aeruginosa sea ineficiente en su habilidad para llevar a cabo los primeros pasos de la infección;
puede colonizar pero no invadir piel y mucosas sanas y tampoco dar infecciones persistentes con
producción concomitante de factores tóxicos que dañen los tejidos del huésped. Adhesinas. Produce
dos tipos de adhesinas proteicas, pili y adhesinas no pili. Los pili son pili tipo 4 similares a los de N.
gonorrhoeae y se parecen también a los pili Tcp de V. cholerae. Permiten a la bacteria adherirse a
las células epiteliales, preferentemente a receptores asialo-GM1. P. aeruginosa produce una
neuraminidasa que saca los residuos de ácido siálico de GM1, creando sitios de unión para la pilina.
Por otra parte, P. aeruginosa es capaz de unirse a la mucina y lo hace por medio de las adhesinas
no pili. Además del gen que codifica para la proteína estructural del pili otros genes codifican
proteínas ensambladoras y reguladoras. Exoenzima S. Es una enzima excretada que puede actuar
como exotoxina. Tiene actividad de ADPribosilación como otras toxinas, pero aplicada en forma
exógena no daña las células del huésped. Al igual que la toxina colérica intervienen proteínas de las
células del huésped en la activación de la toxina para lograr su máxima actividad. Se sostiene que
actuaría dificultando la acción de los fagocitos lo que facilitaría la sobrevida de P. aeruginosa en el
torrente sanguíneo y órganos. En el pulmón actuaría inhibiendo la muerte intrafagocítica de las
bacterias y promoviendo la infiltración fagocítica en el área. También puede presentar efecto tóxico
directo en los pulmones.
Exotoxina A. Esta exotoxina tiene el mismo mecanismo que la toxina diftérica. Es una toxina A-B
con tres unidades funcionales:
• Kluyvera ascorbata, que sería la especie tipo y que se aísla preferentemente de especímenes
clínicos, es incapaz de crecer a 5º C, e in vitro es inhibida por cefalotina y carbenicilina. Es test de
ascorbato positivo a diferencia de la segunda especie,
• Kluyvera cryocrescens que es negativa ante este test y que se aísla más del medio ambiente que
del paciente.
• Finalmente existe un grupo heterogéneo, sin nombre específico llamado Kluyvera especie grupo
tres, distinto genéticamente de los anteriores.
Las cepas de Kluyvera tienen las mismas características de la familia Enterobacteriaceae a la cual
pertenecen, son bacilos Gram (-) con flagelos perítricos lo que la hacen móviles, catalasa (+) y
oxidasa (-), crecen en agar de Macconkey, fermentan la glucosa y son indol (+), rojo metilo (+).
Vogues Proskauer (-), citrato (+), H2S (-), ureasa (-), fenilalanina deaminasa (-) y arginina
dihidrolasa (-), lisina (+) y ornitina descarboxilasa (+). Es difícil diferenciarlas de Escherichia coli.
Según resultados a través del Microscan, pudimos apreciar que es una colonia más seca y rugosa y
con un fenotipo de mayor resistencia a antimicrobianos que E. coli. Todavía se requiere mayor
información para que podamos adjudicarle un significado clínico a este género.
Género Cedecea
Cedecea davisae es un bacilo gramnegativo, que pertenece a la familia de las Enterobacteriaceae;
aunque tiene diferencias fenotípicas con los otros microorganismos de esta familia de bacterias,
tiene grandes similitudes con la Serratia. Es lipasa positiva, siendo resistente a la acción
antimicrobiana de algunas cefalosporinas y de la colistina. Se han comunicado aislamientos por
este infrecuente microorganismo en esputo, tracto gastrointestinal, heridas de las manos, escroto y
ojos y también se ha aislado en algunos casos de bacteriemias. No se ha encontrado a la fecha
ningún caso de absceso de puerta de entrada de laparoscopia en el que se haya aislado este
microorganismo, pero no es de extrañar que sea un oportunista en éste tipo de técnicas
quirúrgicas. El nombre de Cedecea fue propuesto recientemente para un único nuevo género en el
ancho mundo de las Enterobacteriaceae, previamente conocido como Grupo Entérico 15. Los
extendidos de Cedecea se parecen a los de Serratia porque ellos son lipasas positivas y resistentes
al cephalothin y colistin. Sin embargo, Serratia difiere de Cedecea al no hidrolizar la gelatina y el
ADN. Dos especies se nombraron originalmente en Cedecea: C. davisae y C. lapagei, pero la
hibridación de ADN indicó que otro grupo era distinto y debe ser considerado entonces como un
tercero adicional.
Género Moellerella
El nombre de Moellerella wisconsensis se propone previamente para un grupo de la familia
Enterobacteriaceae llamado los Grupos Entéricos 46. La especie wisconsensis se acuñó porque se
aislaron seis de las nueve especies reconocidas en Wisconsin (USA). Estas especies de wisconsensis
eran negativas para: la producción del indol, Voges – Proskauer, producción de SH2, urea,
deaminasa de la felilalanina, lisina y decarboxilasa de la ornitina, dihidrolasa de la arginina, la
producción de gas de la D – glucosa, la producción ácida de la trealosa y la motilidad. En cambio,
eran positivas para: el rojo de metilo, citrato (Simmons), producción ácida de la lactosa y rafinosa
y resistente al colistin. La información clínica sobre un caso de un paciente internado encontrado
en USA puede a priori ser asociado con un caso de diarrea del mismo no por su patogenicidad sino
por su oportunismo. En el agar de MacConkey, las colonias de M. wisconsensis eran luminosas y
rojas con la bilis precipitada alrededor de ellos y así eran indistinguible de las colonias de
Escherichia coli. Los estudios futuros deben enfocar en el aislamiento de este nuevo organismo y su
relación a la enfermedad humana, por sobre todo a la trasmisión por los alimentos (ETA).
Género Rahnella
Entre los cambios que ha experimentado el trabajo con bacterias y hongos tenemos los adelantos
en la identificación, que ha pasa o rápidamente manual a automatizada, lo que ha permitido crear
una serie de bases de datos con las cuales se aumentan las posibilidades de identificación correcta
de un organismo. La primera de esas bases de datos es la utilizada por el sistema API de la Casa
BioMerieux, la cual ha mejorado e introducido una serie de nuevos organismos. Esta misma base
de datos se utiliza en los sistemas automatizados como el Vitek de la misma casa comercial y otras
bases de datos de características similares se emplean en sistemas como el MicroScan de la Casa
Dade. Unido a esta mejoría en la identificación de los microorganismos y como un paso más
adelante, está el hecho de que el futuro en la clasificación de los microorganismos parece dirigirse
al uso de los métodos moleculares, ya sea PCR o hibridización. Este futuro ya casi está entre
nosotros y técnicas como el ribotipeo o técnicas para la detección de genes de resistencia bacterianos
ya son de uso en algunos laboratorios de investigación.
Todo esto ha permitido ampliar la gama de organismos que los laboratorios clínicos pueden
identificar, entre ellos los de muy baja frecuencia de aislamiento a nivel mundial, como es el caso
de la Rahnella aquatilis que es un raro bacilo Gram negativo que pertenece a la familia
Enterobacteriaceae y fue aislado por primera vez en 1979. Ha sido aislado principalmente de agua
fresca y los aislamientos clínicos son sumamente escasos. Ha sido encontrado en el catéter de un
paciente con bacteremia posterior a un transplante de médula ósea, en orinas de pacientes que han
recibido un transplante renal, en heridas quirúrgicas infectadas, en sangre, en muestras
respiratorias y en heces. Algunos de estos pacientes estaban infectados con el virus de la
inmunodeficiencia adquirida. Es importante mencionar que dada la rareza de los aislamientos de
Rahnella aquatilis en muestras humanas, no es posible establecer, con algún grado de certeza, su
verdadera capacidad patogénica.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO,
NO ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"
ARISTOTELES