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ENTEROBACTERIAS (Parte 1)

“Mantener la buena salud del cuerpo es


un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)

ENTEROBACTERIAS
(Parte 1)
A MIS LECTORES Y SEGUIDORES:
HOY COMENZAMOS A DESANDAR EL FASCINANTE CAMINO DE UNA DE LAS
FAMILIAS MÁS TRADICIONALES EN LO QUE HACE A LA COMPLEJIDAD DE SUS CUADROS
MÓRBIDOS EN EL ANCHO MUNDO DE LAS ETA(s). VERÁN QUE VOLVEREMOS SOBRE
TEMAS Y TÉCNICAS VISTAS, PERO AL SER OTRA PUBLICACIÓN, ES IRREMEDIABLE.
IREMOS ACTUALIZANDO ESTA PROBLEMÁTICA FAMILIA PARA QUE TAMBIÉN NOS
ACTUALICEMOS EN NUESTROS CONOCIMIENTOS. ALLÁ VAMOS, ME ACOMPAÑAN?

Es ésta una de las familias de mayor importancia médica dentro de los bacilos Gram negativos no
exigentes. Comparten algunas características tales como poseer en su pared externa un
lipopolisacárido (LPS), que les otorga características patogénicas particulares, tóxicas, la llamada
endotoxina de las bacterias Gram negativas. La bacteriología actual, es un ente cambiante, lo que
ayer se llamaba de una forma, hoy recibe otro nombre. Esta dinámica responde a un mejor
entendimiento de las especies bacterianas y a un auge en la manera de identificar las especies,
subespecies y biogrupos. Los bacteriólogos cuentan con nuevas y mejores armas en la identificación
clara de las especies bacterianas más importantes en la práctica hospitalaria y privada. Sin duda
alguna, esto se ve reflejado de manera muy especial, en las infecciones intrahospitalarias, donde
las posibilidades de identificación de un organismo determinado se han incrementado de forma
importante, tal es el caso de la técnica de electroforesis en campos pulsados.
En otro orden de cosas muchas enterobacterias son ubicuas, encontrándose muy difundidas entre
los animales y la naturaleza, pudiendo causar enfermedad en el hombre y los animales como es el
caso de Salmonella; otras aunque bien adaptadas al medio ambiente son patógenas humanos
exclusivos por ejemplo Vibrio cholerae y por último otras se encuentran bien adaptados a su
huésped, como por ejemplo, Shigella. Merecerá sin duda un párrafo especial Escherichia coli en el
marco del Síndrome Urémico Hemolítico que más tarde describiremos. Algunos de estos bacilos
Gram negativos poseen atributos de virulencia bien definidos, comportándose como patógenos
primarios, Yersinia pestis, Salmonella typhi, responsables de la Peste y la Fiebre
Tifoidea respectivamente. Otros tales como Acinetobacter y Pseudomonas producen infecciones
oportunistas. Las Enterobacterias con frecuencia residen en el colon del hombre sin causar
enfermedad. También colonizan normalmente otros nichos ambientales con los que pueden entrar
en contacto los pacientes hospitalizados.

Debido a su ubicuidad dentro y fuera del cuerpo a menudo causan infecciones oportunistas en
pacientes debilitados. Como grupo las enterobacterias son las responsables de una tercera parte de
los aislamientos en las bacteriemias, de dos tercios de los aislados en gastroenteritis, y de tres
cuartas partes de los aislamientos en infecciones del tracto urinario. Uno de estos organismos,
Escherichia coli, es también la causa más frecuente de infección urinaria y de gastroenteritis
bacteriana en individuos sanos. Estos organismos pertenecen a la familia Enterobacteriaceae que
consta de varios géneros expuestos en las siguientes tablas:

Clasificación por géneros de las Enterobacterias

Escherichia
Shigella
Klebsiella
Enterobacter
Hafnia
Serratia
Proteus
Morganella
Providencia
Salmonella
Yersinia
Edwardsiella
Citrobacter
Erwinia

Clasificación de Bacteroides no considerados


como Enterobacterias clásicas

Pseudomona
Kluyvera
Cedecea
Moellerella
Rahnella

Algunos de éstos como Shigella, Salmonella o Yersinia, tienen una serie de peculiaridades clínicas
por lo que serán discutidos en otra sección. Desde el punto de vista microbiológico las
enterobacterias se caracterizan porque no forman esporas, son capaces de crecer tanto en
aerobiosis como en anaerobiosis (es decir, son anaerobios facultativos), fermentan la glucosa, no
producen oxidasa, y tienen una movilidad variable (dependiendo de la presencia o no de
flagelos). Las enterobacterias poseen una membrana interna (citoplasmática), una cubierta de
peptidoglicano que la rodea, y una compleja membrana externa (pared celular) que comprende la
cápsula y que contiene lipopolisacáridos y porinas (canales para la penetración de antibióticos y
nutrientes). Es de destacar que algunos de ellos como Escherichia coli forman parte de la flora
normal del tubo digestivo y permanecen en él sin causar enfermedad siempre y cuando no se
modifiquen las condiciones de su hábitat. Haremos especial énfasis en aquellos géneros y especies
que se encuentran más frecuentemente relacionados con la patología humana y animal, en el marco
de las ETA (s) (Enfermedades transmitidas por los alimentos).

Se utilizan como un indicador de calidad microbiológica para alimentos que hayan recibido
tratamientos determinados para hacerlos inocuos. Su presencia en un número significativo,
indicará un fallo y consecuentemente un riesgo para el consumidor. Esta singular familia
comprende un número muy variado de géneros y especies bacterianos cuyo hábitat natural es el
tubo digestivo del hombre y los animales. No todos los bacilos Gram negativos que tienen este
hábitat forman parte de la familia Enterobacteriaceae. Se los encuentra también en el suelo, agua,
frutas, vegetales y otras plantas. La familia está definida por un conjunto de características
fenotípicas (bioquímicas, fisiológicas e inmunológicas) a las que se han agregado posteriormente
otros elementos establecidos por técnicas de hibridización de ácidos nucleicos que miden distancias
evolutivas y han definido mejor la interrelación de todos los microorganismos integrantes de la
familia. Son bacilos Gram negativos rectos, con un diámetro de 0.3 a 1.5 micras. Si son móviles,
presentan flagelos perítricos. No forman esporos. Desarrollan en presencia o en ausencia de
oxígeno (aerobios-anaerobios facultativos). Desarrollan rápidamente en medios simples, no siendo
exigentes desde el punto de vista nutricional.

Algunos desarrollan en glucosa o lactosa como única fuente de carbono, mientras otros requieren
el agregado de vitaminas y/o minerales en el medio de cultivo. Son quimioorganótrofos, poseen
metabolismo fermentativo y respiratorio. Son catalasa positivos y oxidasa negativos; reducen los
nitratos a nitritos. En los medios de cultivo forman colonias lisas, convexas y circulares de bordes
definidos. Algunas especies desarrollan colonias más mucoides que otras (por ejemplo
Klebsiella). Los bacilos Gram negativos que integran esta Familia pueden identificarse por medio
de la expresión fenotípica de algunos caracteres genéticos y los métodos utilizados tienen como
principio:
a. La investigación de la fermentación de azúcares o alcoholes en un medio peptonado con el
agregado de un indicador de pH para detectar la producción de metabolitos ácidos.

b. La investigación de la utilización de un substrato como única fuente de C.

c. La investigación de producción de ciertas enzimas sobre substratos generadores de color.

d. La investigación de la producción de un metabolito, producto final característico de una vía


metabólica.

e. La investigación de la aptitud de desarrollar en presencia de un inhibidor.

Los microorganismos pertenecientes a la Familia Enterobacteriaceae poseen una estructura


antigénica compleja. Los antígenos O, o antígenos somáticos, son la parte más externa del LPS y
están formados por unidades polisacarídicas repetidas. Algunos contienen un único azúcar. Son
termoestables y alcohol estables detectandose por aglutinación simple.

La naturaleza de los grupos terminales y el orden en que estos azúcares están dispuestos en las
unidades repetitivas determina la especificidad de los numerosos antígenos O. Un mismo
microorganismo puede poseer varios antígenos O. Cada género está asociado a grupos antigénicos
específicos, por ejemplo la mayoría de los serotipos de Shigella comparten uno o más antígenos O
con E. coli (Shigella y E. coli pertenecen al mismo género). Por otra parte E. coli puede tener
reacciones cruzadas con especies de los géneros Klebsiella y Salmonella. En E. coli algunos
antígenos somáticos están asociados con fenotipos virulentos específicos, por ejemplo E. coli O:111
y O:119 son frecuentemente agentes etiológicos de diarrea aguda en los niños pequeños. Los
antígenos K son externos a los antígenos O. Algunos constituyen una verdadera cápsula visible al
microscopio como sucede con Klebsiella, mientras que en E. coli por ejemplo su estructura no es
visible al microscopio óptico y se los denomina antígenos de envoltura por comportarse como
si envolviera la bacteria volviendo inaglutinable el antígeno O de la pared. Son de naturaleza
polisacarídica. Otros antígenos de envoltura pero de naturaleza proteica se presentan como
fimbrias.

Los antígenos H, flagelares, son de naturaleza proteica. Esta proteína que constituye los flagelos es
llamada flagelina. Este antígeno es termolábil y destruido por el alcohol. El contenido de
aminoácidos y el orden en que estos se encuentran en las flagelinas determina la especificidad de
los diversos antígenos. Como ya fue mencionado los flagelos bacterianos están compuestos de un
solo tipo de proteína. En Salmonella existe variación de fase. Como resultado de ello, la proteína
flagelar puede ser de dos tipos por medio de un mecanismo de regulación genética (inversión sitio
específico), que involucra:

a. Dos genes que codifican las dos proteínas, pero solo uno se expresa en cada momento;

b. Un gen represor de uno de estos genes y

c. La inversión de un segmento de DNA que modifica la dirección de la transcripción.

Se ha asociado a cepas de Enterobacteriaceae con: abscesos, neumonías, meningitis, septicemia,


infecciones de heridas, infecciones urinarias e intestinales. Son el componente mayor de la flora
normal intestinal, pero son relativamente poco frecuentes en otros sitios del organismo. Algunas
especies son importantes como causa de infecciones nosocomiales. Por otra parte salvo Shigella que
raramente causa infecciones fuera del tracto gastrointestinal muchas especies de
Enterobacteriaceae causan frecuentemente infecciones extraintestinales. Escherichia coli junto a
otras especies de incidencia excepcional, forma el género Escherichia. Constituye la especie
dominante de la flora aerobia del tubo digestivo, más de 10 serotipos coexisten normalmente en el
mismo individuo. Son estas mismas bacterias integrantes de la flora normal las que pueden causar
en diversas circunstancias infecciones urinarias, septicemias, meningitis etc.

El poseer determinadas características antigénicas, como el antígeno de envoltura K1, muy


parecido por su composición en ácido siálico al antígeno capsular de Neisseria meningitidis del
grupo B, daría a este germen potencialidades invasivas. 80% de E. coli aisladas de meningitis del
recién nacido poseen este antígeno K1. Por otra parte el poseer plásmidos que portan genes que
codifican para la producción de diferentes adhesinas, enzimas o enterotoxinas otorga a E. coli
características patogénicas particulares y la capacidad en una u otra circunstancia dependiendo
de la o las proteínas producidas de dar infecciones urinarias o gastrointestinales. Desde el punto de
vista antigénico en E. coli se han descrito más de 150 serotipos O. Poseen antígenos de
envoltura polisacáridos K, que como es habitual en el mundo bacteriano permiten a la bacteria
resistir más fácilmente la fagocitosis que las bacterias no capsuladas. Asimismo se describen más
de 56 antígenos H. De lo dicho se desprende que una tipificación antigénica completa es resorte de
laboratorios especializados y no forma parte del trabajo corriente de los laboratorios.

Pueden ser móviles; las que lo son será por flagelación perítrica. Pueden presentar fimbrias,
pudiendo adherirse así a las mucosas; éstas pueden ser sexuales (intercambian información
genética). Puede producir una toxina, la Bacteriocina, que es liberada al medio externo e inhibe el
crecimiento de bacterias de otras especies. Son activas fermentadoras de la glucosa, aunque
también lo pueden ser de otros azúcares, como la lactosa; esta familia las clasificaremos según su
capacidad de fermentar la lactosa ó no:

a. Coliformes: capaces de fermentarla.

b. No coliformes: no la fermentan.

Existen infinidad de medios de cultivo y pruebas bioquímicas para su identificación y clasificación;


ejemplo: Agar McConkey, Agar de hierro Kligler, Catalasa y, Oxidasa, entre otros (la prueba de la
oxidasa es importante a nivel taxonómico, ya que mide la presencia del citocromo c en la cadena de
transporte de electrones). Además de las pruebas vistas en prácticas, existe una batería de pruebas,
llamada: Batería IMViC, usada para la clasificación de enterobacterias.
Los pasos de la batería son los siguientes:

I: Prueba del Indol; aquí se determina si una bacteria es capaz de transformar el triptófano en
indol, y para que lo pueda realizar, tiene que tener el complejo enzimático Triptofanasa. La
E.Coli posee esta enzima.

M: Prueba del Rojo de Metilo; es para ver si realiza la fermentación ácido-mixta; en ésta se pasa
de glucosa—pirúvico—ácidos (láctico, succínico, etanol, fórmico, acético). La relación ácidos:
neutros es de 4:1. Debido a la existencia de la enzima Hidrogenoliasa fórmica, el fórmico pasa a
CO2 e H2, teniendo que la relación de CO2:H2 es de 1:1.

V: Determina si la bacteria lleva a cabo la fermentación Butanodiólica ó Butilendiólica. La


V procede del investigador: Voges – Proskauer. El producto mayoritario de esta fermentación es el
2,3-Butanodiol (neutro); como productos minoritarios también están el etanol y algún ácido. La
relación ácidos: neutros es de 1:6, y la relación de CO2:H2 es de 5:1, ya que en el paso de pirúvico a
2,3-butanodiol se produce CO2. La fermentación ácido-mixta y la butanodiólica son incompatibles.
Existen 4 tipos de fermentaciones, típicas de enterobacterias:

a. Ácido-mixta: Con producción de gas y Sin producción de gas.


b. Butanodiólica: Con producción de gas y Sin producción de gas.
iC: Prueba del Citrato. Esta prueba posee importancia taxonómica, ya que muestra si la bacteria
es capaz de utilizar el citrato como fuente principal de C. Para que la enterobacteria pueda usar el
citrato, tiene que poseer en su membrana una permeasa que permita la entrada del citrato. Para
realizarla, sembramos la bacteria en un medio que tenga sólo como fuente de C el citrato.

En algunas situaciones una persona puede infectarse con alguna de estas bacterias
enteropatógenas y no sufrir ninguna enfermedad, es decir en este caso se trata de una infección
asintomática, en la cual el patógeno se multiplica a nivel intestinal y es excretado junto con las
deposiciones, pero el sujeto no tiene síntomas. Este fenómeno es importante desde el punto de vista
epidemiológico porque la excreción asintomática pasa inadvertida y este sujeto disemina el
patógeno al ambiente y eventualmente lo puede transmitir ya sea a través de manos contaminadas
o contaminación de alimentos, a otros sujetos susceptibles que pueden presentar enfermedad. Otra
condición biológica interesante de señalar es la portación por períodos más o menos largos de un
patógeno bacteriano entérico. En este caso, después de una infección intestinal
generalmente asintomática, no se logra la erradicación del patógeno a nivel intestinal y aunque se
superan los síntomas, continua la excreción por periodos que pueden durar semanas, meses o años.
Los portadores junto con los pacientes asintomáticos explican la mantención de estos patógenos
dentro de una comunidad.
Un concepto importante de subrayar es que fuera del tracto gastrointestinal, enterobacterias
comensales del intestino pueden producir infecciones. Un buen ejemplo de ello es la participación
de E. coli como principal causa de Infección Urinaria, una patología infecciosa muy frecuente
principalmente en mujeres en la etapa activa de la vida. En este caso cepas de E. coli del intestino,
colonizan el periné, la uretra y son capaces a ascender hasta la vejiga donde se multiplican
activamente y provocan una respuesta inflamatoria. En otro tipo de pacientes como son los niños
recién nacidos y los ancianos, quienes no tienen sus mecanismos de defensa muy eficientes, E. coli y
otras enterobacterias comensales del intestino como Klebsiella, pueden pasar a la sangre y
provocar focos de infección a distancia como meningitis. Por último, un concepto también
importante de enfatizar es el hecho que algunas especies dentro de esta Familia tienen como
hospedero exclusivo al hombre, como es el caso de Salmonella typhi y Shigella. En cambio otras
tienen un amplio reservorio animal y se transmiten en forma natural de los animales al hombre, es
decir son zoonóticas, entre ellas tenemos varios tipos de Salmonella, E. coli enterohemorrágico y
Yersinia enterocolítica. En el caso de patógenos zoonóticos, para un efectivo control de estas
infecciones es necesario un enfoque multidisciplinario.

El lipopolisacárido de la pared celular comprende una zona más interna denominada core, que
contiene la molécula del lípido A de la que depende la actividad biológica de la endotoxina,
responsable de la producción del shock endotóxico característico de estas bacterias. En la parte más
externa se encuentra el lipopolisacárido que constituye el antígeno O, que está constituido por una
serie de cadenas laterales repetidas de polisacáridos unidos al core. El antígeno O tiene una gran
homología entre todas las enterobacterias. Estos antígenos O se encuentran en las cepas «lisas» y
les confiere una morfología que permite distinguirlas de las «rugosas» (términos que se refieren al
aspecto de las colonias). Junto con otros factores, la presencia de antígeno O media la resistencia
bacteriana al efecto bactericida del suero normal. Los aislados resistentes a la acción bactericida
del suero son capaces de sobrevivir más tiempo en sangre y por tanto de causar infecciones
hematógenas, diseminadas y más severas. Existen tres tipos de antígenos de superficie que sirven
para serotipar e identificar a las enterobacterias: a) el ya mencionado antígeno somático o
antígeno O, b) el antígeno flagelar o antígeno H, y c) el antígeno capsular o antígeno K.

En ciertas especies como en E. coli, la presencia de un determinado antígeno O, H y K determina la


patogenicidad de una cepa. Así, ciertos antígenos O actúan como factores de adhesión/colonización
necesarios para la producción de infección urinaria, otros actúan como factores de colonización y
como toxinas que causan gastroenteritis, y otros participan en el desarrollo del síndrome hemolítico
urémico. Los antígenos H, que son proteínas encontradas en los flagelos de estas bacterias están
también ligados a la producción del síndrome hemolítico urémico (por ejemplo, serogrupo O157:H7)
y podrían ser responsables de la capacidad de progresión de las enterobacterias a través de las vías
urinarias. Por último, los antígenos K son polisacáridos ácidos situados en la superficie celular.
Algunos de ellos como el antígeno capsular K1 de E. coli se asocian con el desarrollo de meningitis
neonatal, bacteriemia e infección urinaria. Otros factores de virulencia lo constituyen las fimbrias
o pili, que son prolongaciones filamentosas que permiten la adherencia de las bacterias a receptores
específicos de las células mucosas y epiteliales de las vías respiratorias, digestivas y
genitourinarias. Tal unión o adherencia es extraordinariamente selectiva. Así, las fimbrias o pili del
tipo I, que son muy comunes y se hallan en multitud de cepas de E. coli, Klebsiella spp. y Salmonella
spp., se unen específicamente a receptores que contienen manosa. Otro factor de virulencia que
contienen las enterobacterias son los plásmidos, fragmentos de ADN extracromosómico
transmisibles de bacteria a bacteria, no siempre de la misma especie, que permiten transmitir la
resistencia a antibióticos (plásmidos R) o la producción de toxinas.

"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR


LO TANTO, NO ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"

ARISTOTELES
ENTEROBACTERIAS (Parte 2)
“Mantener la buena salud del cuerpo es
un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)

ENTEROBACTERIAS
(Parte 2)
Género Escherichia

Como ya fue mencionado E.coli puede integrar la flora normal, causar diarrea,
infección urinaria, meningitis, etc. Pero una cepa que causa diarrea no
causará infección urinaria ni meningitis. La versatilidad de este microorganismo
está dado porque E.coli ha adquirido conjuntos diferentes de genes de virulencia. Es
el indicador sanitario por excelencia y es un excelente ejemplo de que el poseer un conjunto
de genes es lo que hace que una bacteria sea patógena y no la designación de género o
especie. Se ha propuesto para E. coli agente de diarrea, una clasificación de acuerdo
a sus mecanismos de virulencia, los llamados virotipos. Aunque arbitraria, ésta
clasificación es muy útil.

Se describen 5 virotipos:

1. E. coli enterotoxigénico (ETEC)

2. E. coli enteroagregativo (EAggEC)


3. E. coli enteropatógeno (EPEC)

4. E. coli enterohemorrágico (EHEC)

5. E. coli enteroinvasivo (EIEC)

E. coli enterotoxigénico (ETEC)


Se parece mucho a V. cholerae, adhiere a la mucosa del intestino delgado, no la
invade, elabora toxinas que causan diarrea. No hay cambios histológicos en las
células de la mucosa y muy poca inflamación. Clínicamente hay diarrea acuosa,
vómitos y se puede acompañar de fiebre. Es la llamada infección no inflamatoria del
intestino delgado. Para adherirse a las células de la mucosa ETEC produce diversos
tipos de pili. Un tipo de ellos los llamados factores antigénicos de colonización I y II
(CFA/I yCFA/II) parecen contribuir fuertemente a la colonización por estos
microorganismos. Están aun en estudio los receptores para estas adhesinas pero se
piensa que son glicoproteínas. Los genes que codifican para CFA están
frecuentemente localizados en plásmidos.

La diarrea producida por cepas de ETEC es causada por la acción de dos diferentes
toxinas: toxina termolábil (LT) y toxina termoestable (ST). Hay dos LT y su estructura
y mecanismo de acción es el de la toxina colérica. Tienen diferencias en la excreción
de la célula bacteriana y en la regulación genética de su síntesis. ST es una familia de
pequeñas toxinas. Los genes que codifican para LT y ST son portados por plásmidos.
A menudo el mismo plásmido lleva los genes de las adhesinas y toxinas.

E.coli enteroagregativo (EAggEC)

Son agentes de diarrea persistente. Las cepas de EAggEC se parecen a ETEC en que se
unen a las células intestinales, no son invasivas y no causan modificaciones
histológicas en las células de la mucosa. Difieren de ETEC en que no adhieren en
forma uniforme sino que lo hacen en pequeños agregados. Estas cepas poseen unas
estructuras fibrilares muy delgadas que se presumen son los pili de adherencia.
Aunque es posible que estos pili promuevan la adherencia de estas bacterias entre sí,
más que la adherencia a la célula del hospedero. Poseen una forma de adherirse en
agregados, produciendo una toxina similar a ST llamada EAST (ST
enteroagregativa). Otra toxina producida por EAggEC es una toxina muy similar a
una hemolisina producida por cepas de E.coli que causan infecciones urinarias. Esta
toxina no hidroliza eritrocitos pero produce poros en las membranas celulares del
hospedero.

E.coli enteropatógeno (EPEC)


Es causal de diarrea severa y de gran trascendencia en países subdesarrollados. EPEC exhibe
un patrón de adherencia en parches, pero no forma el mismo tipo de agregados que EAggEC.
A diferencia de las anteriores la adherencia de EPEC produce alteraciones importantes en la
ultraestructura de las células del huésped. Las células a microvellosidades donde EPEC no
se encuentra y estas desaparecen en el sitio donde la bacteria está adherida. Este fenómeno
se refiere como de unión y borramiento y es el resultado de un reordenamiento de
actina en la vecindad de la bacteria adherida. EPEC es más invasora que las
anteriores y se produce una reacción inflamatoria. La diarrea producida por EPEC
es una enfermedad más compleja y se piensa que sucede en tres etapas. En un inicio,
hay una asociación de la célula bacteriana a la célula del hospedero llamada unión
no íntima, mediada por pili. Este pili llamado Bfp parece no ser la única adhesina de
EPEC. Posteriormente se producen señales hacia el interior de la célula asociadas con
activación de enzimas celulares y aumento de los niveles de Ca++ intracelular,
probablemente debido a fosforilación de proteínas del citoesqueleto y la activación de
enzimas despolimerizantes de actina.
La bacteria se asocia entonces más próximamente con la célula del hospedero (unión
íntima) produciéndose un reagrupamiento de actina en la vecindad de la superficie
celular. Histológicamente la deformación de algunas microvellosidades y
destrucción de otras se acompaña de la formación de estructuras similares a
pedestales en la célula por debajo del sitio de adherencia de la bacteria. Estos
pedestales son fibras densas de actina. La unión íntima está mediada por una
proteína de membrana externa llamada intimina. Seguramente otras proteínas
aún no identificadas se encuentran también involucradas en este proceso. Algunas
bacterias son posteriormente internalizadas dentro de vesículas fagocíticas. Muchos
de los genes que codifican estos factores han sido localizados en plásmidos.
E.coli enterohemorrágico (EHEC)

Se ha reconocido recientemente a EHEC como responsable de cuadros graves. Estas cepas


causan una enfermedad que clínicamente se parece a la disentería producida por Shigella,
aunque probablemente no invade las células de la mucosa. La enfermedad producida por
EHEC puede complicarse con Síndrome Urémico Hemolítico (SUH o HUS) que puede llevar al
paciente a la muerte por falla renal aguda. E. coli O157:H7 es el serotipo predominante en este
grupo de EHEC. Se sabe poco sobre las adhesinas, aunque se ha reconocido un
fenómeno de unión y borramiento similar a EPEC. Al igual que EPEC se produce una
fuerte adhesión y reorganización de actina. Una diferencia seria que EHEC produce
toxinas parecidas a la toxina Shiga, llamadas toxinas similares a Shiga (SLTs). Es
posible que la diarrea con sangre y HUS asociado a EHEC sea debido a la producción
de SLTs, aunque no seria raro la existencia de otros factores intervinientes y aun no
estudiados.
El gen que codifica para SLT se encuentra en un fago temperado, lo que permitiría a
otras cepas productoras de diarrea adquirir SLT y dar una forma mucho más grave
de enfermedad. Una característica importante como factor de diseminación aunque
no como factor de virulencia es la posibilidad de la contaminación de carne durante
la faena, que puede mezclarse en la producción de hamburguesas, la mala cocción de
estas en la preparación de comidas rápidas, que ha llevado a la existencia de brotes
en países desarrollados.

E.coli enteroinvasivo (EIEC)

Produce una enfermedad indistinguible de la disentería producida por Shigella. Los


pasos en la invasión y diseminación célula a célula parecen ser idénticos a los de
Shigella. A diferencia de Shigella no produce toxina de Shiga. No se han descrito casos
de HUS en relación a estas cepas, probablemente en relación con la ausencia de toxina
Shiga. Al igual que Shigella muchos de los genes involucrados residen en un gran
plásmido de virulencia. Las infecciones del tracto urinario comienzan generalmente
con la colonización de la uretra por cepas originarias del colon previa colonización
de la vagina. Una de las mayores defensas del huésped es la acción lavadora de la
orina. Las bacterias que no se pueden adherir van a ser lavadas más rápidamente de
la vejiga de lo que tardan en multiplicarse. Por otra parte las bacterias que adhieren
están más cerca de la mucosa y tienen mayores facilidades para provocar respuesta
inflamatoria. Numerosas adhesinas de E.coli uropatógeno han sido estudiadas. Pili
tipo 1 contribuyen a la colonización de la vagina y parecen intervenir muy poco en el
aparato urinario. La adhesina más importante, sobre todo en cepas que causan
infección renal es pili P.
Hay diversidad antigénica en estos pili pero todos reconocen el mismo carbohidrato
como receptor, globobiosa. Este azúcar se encuentra unido a una ceramida anclada
en la membrana de las células del huésped. Estas cepas pueden poseer otras
adhesinas que no son pili. Por ejemplo adhesinas afimbriales (AFAI, AFAIII) o la
adhesina Dr que reconocen las tres al antígeno del grupo sanguíneo Dr como
receptor. En general las cepas de E.coli uropatogénico producen múltiples adhesinas
por combinación de diferentes tipos de pili o diferentes serotipos del mismo pili. Esto
podría permitir a las bacterias adaptarse a diferentes superficies mucosas y
ambientales, brindándole un mecanismo de evasión de las defensas del hospedero. En
cuanto a la respuesta inflamatoria, hay evidencias de que LPS junto a pili P actúen
sinérgicamente provocando esta respuesta. Por otra parte algunas cepas
uropatogénicas de E.coli producen una exotoxina llamada hemolisina porque lisaba
eritrocitos aunque luego se vio que lisaba otras células.
Esta hemolisina (HlyA) pertenece a una gran familia de hemolisinas llamadas RTX.
Todas ellas actúan creando poros en las membranas celulares de los eucariotas. En el
ratón las cepas que poseen HlyA y pili P colonizan la vejiga, el riñón y matan dos
tercios de los ratones testados, por otra parte cepas isogénicas que producen solo pili
P, colonizan pero no causan daño renal ni muerte. Las cepas que no poseen pili y no
producen hemolisina no colonizan. Al menos en el modelo animal la hemolisina media
el daño renal. Los genes que codifican para pili P están agrupados en el cromosoma.
El conjunto contiene genes para la subunidad mayor (pap A), para las proteínas del
tip (pap E, F, G), para proteínas de procesamiento y ensamblado (pap C, D, H, J, K) y
proteínas reguladoras (pap B, I). Salvo el gen I los demás forman un operón
transcripto desde un solo promotor.Por otra parte los genes para hlyA también están
agrupados y en proximidad de los genes para pili. A las regiones que contienen los
genes de virulencia se las ha llamado Blocks de genes de virulencia
MECANISMOS DE ACCIÓN DE E. COLI EN EL LUMEN INTESTINAL

Originalmente descripta por Theodore Escherich en 1885 y llamada Bacterium coli


commune, hoy renombrada como Escherichia coli es uno de lo seres vivos
más estudiados. Algunas cepas poseen diversos grados de patogenicidad, lo que
llevó a profundizar los mecanismos relacionados a ella. Otros patógenos se adhieren
a la célula huésped pegándose a proteínas preexistentes pero, en Escherichia coli
enteropatógeno se encontró un mecanismo diferente, ya que manufactura e inyecta
su propio receptor en la célula huésped para adherirse a continuación. Las proteínas
que intervienen se nombran con el prefijo Esp (de Enteropatgenic Escherichia coli
Secreted Proteins).
La superficie de las células epiteliales del intestino esta cubierta de
microvellosidades, extensiones de la célula que incrementan la superficie destinada a
la absorción de nutrientes. Escherichia coli (en color púrpura) se engancha a la
superficie de la célula epitelial del intestino (en marrón) por medio de los pili
(tetherlike pili). Los pili están constituidos por hebras de largas proteínas
filamentosas que pueden adherirse a las microvellosidades de la superficie de las
células intestinales. Una vez en contacto con la bacteria desparecen las
microvellosidades de una zona de la superficie celular, la bacteria entra en estrecho
contacto con la superficie de la célula intestinal y comienza la siguiente fase del
proceso de infección. La bacteria usa ahora un sistema especializado de inyección a
fin de enviar algunas de sus propias proteínas al interior de la célula. Este sistema de
inyección es fascinante y esta compuesto por numerosas proteínas. En este caso se
esquematiza un sistema inyector Tipo III, el cual esta especializado para bombear
cosas a otras células. La bacteria usa este sistema inyector como una jeringa e inyecta
proteínas bacterianas en la célula, forzándola a cooperar con su propia infección.
Un tubo que hace las veces de aguja (en púrpura) denominado EspA, se proyecta
desde la bacteria desde la bacteria a la superficie de la célula intestinal. Ahora dos
proteínas (en verde) denominadas EspB y EspD viajan a través del tubo para formar
una abertura en la membrana de la célula intestinal por medio de la cual proteínas
bacterianas adicionales se mueven dentro de la célula configurando un poro. Cuando
este proceso se completa la bacteria inyecta una proteína (en rojo) denominada Tir
dentro de la célula.
Una vez dentro de la célula la proteína Tir se inserta en la membra celular y la
"cabeza" de la misma se proyecta mas allá de de superficie celular y se adhiere a a
una proteína de la superficie bacteriana denominada intimina (las "ventosas"
azules). Ahora la bacteria esta adherida a la membrana de la célula intestinal, y para
la misma siguen los problemas. La proteína Tir resulta fosforilada por mecanismos
pertenecientes a la célula intestinal (esferas azules) y comienza el siguiente paso: la
formación del "pedestal".
La bacteria está ahora adherida firmemente a la superficie celular por la interacción
entre las proteínas Tir e intimina. Comienza ahora la formación del pedestal, un
proceso notablemente activo. Otra proteína, perteneciente al citoesqueleto de la
célula intestinal (en anaranjado) se adhiere a la porción de la proteína bacteriana Tir
que se encuentra dentro de la célula. Una vez que ello sucede, comienzan a formarse
largas hebras de actina (esferas amarillas). Los filamentos de actina se forman
directamente debajo del lugar donde la bacteria se encuentra adherida a la célula
intestinal. A medida que los mismos se alargan empujan a la membrana de la célula
intestinal hacia arriba y la bacteria queda suspendida en la cima del pedestal
formado.
Cuando numerosas bacterias enteropatógenas se han adherido comienzan los
síntomas de la infección (diarrea). Se cree que algunas de las proteínas inyectadas
por Escherichia coli, como la EspB, interfieren los mecanismos de señales de la célula
huésped lo cual lleva, eventualmente, al desarrollo de lesiones ultraestructurales y a
la diarrea secretoria observada durante la infección (Las imágenes corresponden a
escenas de la Animación realizada bajo la dirección científica de B. Brett Finlay, PhD
y por Dennis Liu, Ph.D como Director. BioInteractive´s Animation
Console. http://www.hhmi.org/grants/lectures/)

ESCHERICHIA COLI EN EL MARCO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA


Su comportamiento y su difusión, al ser un microorganismo intestinal, se asocia a
Salmonella, por lo que las medidas preventivas básicas a tomar son similares para
ambos casos. Esto es, debe extremarse la higiene personal, sobre todo en el caso de
ser portadores del patógeno, y evitar el consumo de alimentos crudos o poco o
deficientemente cocinados. Su detección, por otra parte, es relativamente simple por
los sistemas de control rutinario de cualquier laboratorio. Aunque la normativa
actualmente vigente no lo exija, desde distintos sectores se ha venido insistiendo en
la necesidad de aplicar estas rutinas con el fin de limitar un riesgo considerado
evitable. El control se plantea de forma especial para con los alimentos crudos como
para la carne y sus derivados, el pescado y sus derivados, y los vegetales.

La simple presencia de este microorganismo, o un recuento superior a 100 ufc/g o ml


indicará una contaminación fecal con el consiguiente riesgo de que existan cepas
patógenas. Aunque en general las enteritis cursan de forma característica (colitis
hemorrágica afebril), la causada por la bacteria verotoxigénica da lugar a
manifestaciones variables que van de formas muy leves a formas graves con sangre
(colitis hemorrágica). Se ha podido constatar que la fiebre es relativamente frecuente
en los casos de enteritis causada por la variante O157:H7, así como la complicación
con el Síndrome Hemolítico Urémico. Los mecanismos por los cuales se producen no
se conocen con precisión. La infección por E. coli verotoxigénica parece ser de
distribución universal, aunque irregular, pero su prevalencia solamente se conoce
con cierto detalle en los Estados Unidos, Canadá, Argentina y Europa Occidental, ya
que en el resto de países no ha sido estudiada sistemáticamente. Diversos autores han
estudiado en España la frecuencia de E. coli O157:H7 como causante de diarrea y se
ha podido demostrar que ésta es muy baja, probablemente entre el 0,1 y 1% de las
diarreas estudiadas. Normalmente se detectan casos esporádicos aunque no son
raros los brotes epidémicos y en general, no obstante, su número y extensión son
limitados.

La enfermedad se transmite por vía feco – oral y el vehículo más frecuente de


infección humana es la carne de bovino, fundamentalmente las hamburguesas poco
cocinadas. También se ha documen-tado la infección vehiculada por otros alimentos
como carne de pavo, salames, leche, yogur, mayo- nesa, ensaladas, vegetales crudos
y agua. Los brotes epidémicos son frecuentes en diversos países como Estados Unidos,
Reino Unido, Australia, Argentina y Japón, entre otros. La transmisión de persona a
persona también ha sido demostrada y la dosis infectante mínima se estima
alrededor de las 100 bacterias. Las distintas formas de Escherichia coli suelen ser
resistentes a las temperaturas extremas y a los ácidos débiles.

Los bóvidos parecen constituir el principal reservorio de E. coli O157:H7, encontrado


con diferentes prevalencias que oscilan, en animales sanos, entre el 7% y el 30% de los
casos estudiados. Pa-rece que estas cepas no son patogénicas para los animales,
aunque algunos investigadores las en-cuentran con más frecuencia en aquellos que
tienen diarrea. La prevalencia de otros serotipos de E. coli verotoxigénicos en los
animales se desconoce, aunque hay informes de su aislamiento en bó-vidos, óvidos,
cabras, perros y gatos. Desde 1986, diversos grupos han efectuado estudios
prospectivos en nuestro país, que muestran una incidencia muy baja de E. coli
verotoxigénica inferior al 0,3% de los pacientes estudiados. Con respecto a los
vegetales que se cultivan abonándolos con estiércol animal, hasta hoy se consideraba
que, después de la recolección, había que proceder al lavado de las verduras frescas,
normalmente con la incorporación al agua de desinfectantes, como el hipoclorito de
sodio (lejía) o la mezcla de peróxido de hidrógeno y ácido peracético. Sin embargo,
las autoridades sanitarias de EEUU han comprobado que los lavados prescritos se
han mostrado totalmente ineficaces contra este microorganismo.

"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE.


EXCELENCIA, POR LO TANTO, NO ES UN ACTO SINO
UN HÁBITO"

ARISTOTELES
ENTEROBACTERIAS (Parte 3)
“Mantener la buena salud del cuerpo es
un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)

ENTEROBACTERIAS
(Parte 3)
Género Shigella

Estas son bacterias estrictamente humanas. Como


sucede frecuentemente esta adaptación, se producen
pérdidas de funciones. Shigella, que por hibridación
se encuentra tan cercana a E.coli que podrían todas
pertenecer a una misma especie, a diferencia de ésta
es auxótrofa, inmóvil, poco glucidolítica y
prácticamente no produce gas en la fermentación de
la glucosa. Shigella, que debe su nombre al científico
japonés Kiyosi Shiga (1871 - 1957) que la descubrió en
1897, es un tipo de bacteria que puede infectar el
aparato digestivo. Hay cuatro grupos diferentes de
Shigella que pueden infectar a los humanos, algunos
de ellos provocan una enfermedad leve y otros,
cuadros más graves.
En base a los caracteres bioquímicos y antigénicos,
estas 4 especies: S. dysenteriae, S. flexneri, S. boydii
y S. sonnei, se subdividen en serotipos sobre la base
de un factor somático O
característico. Shigella produce una enfermedad
inflamatoria aguda del colon con diarrea
sanguinolenta, Shigelosis, que en su presentación
más característica se manifiesta como una
disentería. Este síndrome clínico está caracterizado
por deposiciones de poco volumen con mucus, pus y
sangre; cólicos y tenesmo, acompañados de fiebre. Se
transmite de persona a persona directamente por las
manos contaminadas o indirectamente por
alimentos o agua contaminados con heces humanas.
Se necesita una dosis infectante pequeña para causar
enfermedad; frecuentemente unas pocas centenas de
bacterias ingeridas son suficientes para provocarla.
Género Salmonella

Son bacterias que, para la mayoría de los serotipos,


habitan el intestino del hombre y los animales. Hay
algunos de ésos serotipos que se encuentran
adaptados a una sola especie animal, como por
ejemplo Salmonella typhi, responsable de la Fiebre
Tifoidea que se encuentra solamente en el hombre.
El género Salmonela se nombra después de que el
bacteriólogo americano Daniel E. Salmon, junto con
algunos colegas, aislara en 1886 bacterias de cerdos
(ahora conocida como Salmonella choleraesuis) que
consideraban eran la causa de la fiebre de los cerdos
(peste porcina). Daniel E. Salmon (1850-1914),
organizador de la oficina (los E.E.U.U.) de la
industria animal, y director de la misma desde 1884
hasta 1905, fundó la Universidad
Veterinaria Nacional (NVC) de los Estados Unidos en
1892.
Las características patogénicas son tan variadas
como su hábitat natural. Se pueden dividir según las
presentaciones clínicas en:
a. Formas digestivas: Gastroenteritis, es la
sintomatología más frecuente de los cuadros clínicos
causados por Salmonella. Estas son las diarreas del
niño pequeño y las clásicas toxiinfecciones
alimentarias, consecutivas a la ingestión de
alimentos contaminados con una cepa de
Salmonella.
b. Formas septicémicas, graves, prototipo de las
cuales es la Fiebre Tifoidea.

c. Formas diversas de gravedad variable:


meningitis, osteítis, etc., mucho menos frecuentes.

La clasificación de Salmonella es compleja. Dentro


del género Salmonella prácticamente una única
especie tiene importancia en patología humana y
animal y una única subespecie llamada Salmonella
enterica subespecie enterica, pero se describen
aproximadamente 2000 serotipos dentro de esta
subespecie, por lo que corrientemente se los llama
por el nombre del serotipo, por ejemplo Salmonella
Typhi ya mencionada o Salmonella enteritidis.
Salmonella es móvil y salvo los serotipos bien
adaptados a una especie animal son prototrofos
(Cepa capaz de crecer en medio mínimo. Organismo
que no requiere otros elementos nutritivos distintos a
los del tipo silvestre del cual derivan. Se presenta
especialmente en cepas de bacterias, algas y
hongos. Su clasificación depende de los factores de
crecimiento, que son aquellos elementos tales como
las vitaminas, aminoácidos, purinas y pirimidinas.
Si el organismo los necesita tomar del medio y no
puede sintetizarlo hablamos de auxotrofos. Si por el
contrario puede sintetizarlos hablamos de
prototrofos). Desde el punto de vista antigénico,
poseen antígenos O somáticos, antígenos de
envoltura y antígenos flagelares H con dos
especificidades antigénicas expresadas
alternativamente como ya fue descrito. Los síntomas
aparecen 6 a 24 horas luego de la ingestión del
alimento o agua contaminados y pueden durar hasta
una semana o más. Náuseas, vómitos, dolor
abdominal y diarrea, son los síntomas principales.
La severidad varía de una persona a otra, pudiendo
llegar a presentar dolores que hagan pensar en
apendicitis y diarreas severas inclusive con
sangre. La infección puede volverse sistémica. La
infección sistémica es más frecuente en lactantes o
enfermos inmunocomprometidos (cáncer, SIDA). En
general se trata de una enfermedad molesta pero
poco peligrosa, aunque durante los grandes brotes se
ven algunos enfermos graves y pueden morir algunos
pacientes.
S. enteritidis y S. typhimurium son los serotipos más
frecuentes aislados en toxiinfecciones alimentarias.
Diversos alimentos están involucrados. Derivados
cárnicos y huevos son algunos de los más frecuentes.
Técnicas modernas en la cría de las aves,
hacinamiento, dietas hiperproteicas llevan a altos
niveles de portación intestinal de Salmonella. En los
mataderos es frecuente la contaminación de las
carcasas y de las superficies de los huevos. Se ha
demostrado también la transmisión transovárica de
Salmonella de las gallinas a sus huevos. La idea de
que huevos de cáscara sana son seguros es por lo
tanto falsa. La enfermedad resulta del consumo de
alimentos contaminados mal cocidos o de
contaminación cruzada con alimentos crudos en las
cocinas. Otra forma de propagación de la
enfermedad, no desdeñable, dejando de lado las
toxiinfecciones alimentarias es la transmisión
interhumana, de persona a persona por medio de las
manos contaminadas. S. typhi es el serotipo
específico que causa la Fiebre Tifoidea.
El hombre la adquiere por consumir alimentos o
agua contaminados por heces humanas. La
contaminación de los alimentos puede también
ocurrir durante su preparación con manipuladores
de alimentos portadores de S. typhi y que eliminan
gran número de bacterias en sus materias
fecales. Infectados asintomáticos y portadores que
han padecido la enfermedad previamente son los que
mantienen la fuente de infección. En los países
desarrollados y aquellos que han logrado buenos
niveles de saneamiento y educación no es un
problema de Salud Pública. El período de incubación
es de 1 semana a 1 mes. Puede presentar diarrea.
Posteriormente el paciente presenta fiebre y anorexia
que puede durar hasta 2 o 3 semanas. La enfermedad
sin tratamiento antibiótico puede llevar al paciente a
la muerte. Es sorprendente lo limitado del
conocimiento en la patogenia de las infecciones
causadas por Salmonella. S. typhi atravesaría la
mucosa por medio de las células M, se multiplicaría
en la submucosa y de allí se diseminaría. Las
bacterias se multiplican en hígado y bazo y pasarían
desde allí a la circulación general. Se han visto, en
otros serotipos, bacterias dentro de las células
mucosas absortivas y en macrófagos asociados a la
mucosa. No es claro el mecanismo por el que se
produce la diarrea.
S. typhimurium produce en el ratón un cuadro muy
similar al de la Fiebre Tifoidea en el hombre por lo
que se lo ha aceptado como un buen modelo para su
estudio. Salmonella al igual que otros patógenos
digestivos, induce a las células del huésped a
englobarlos, pero parece algo diferente a la
fagocitosis inducida de otros patógenos, ya descrita.
Luego de adherida la bacteria a la superficie celular,
se produce un pliegue en la célula, que la rodea y la
introduce en una vesícula de endocitosis. Hay
intensa polimerización de actina en la vecindad y
luego de introducida, ésta desaparece. La bacteria no
escapa de la vesícula ni entra en el citoplasma, se
multiplica en este fagosoma para ser posteriormente
liberadas. Por otra parte, estas bacterias pueden
sobrevivir a la fagocitosis, resisten la muerte por el
complemento. Al menos 200 genes se encuentran
involucrados. S. typhimurium posee un plásmido de
virulencia cuya presencia otorga a la bacteria la
capacidad de causar enfermedad sistémica en el
ratón.
En S. typhi todos los genes son cromosómicos. Los
genes de virulencia de Salmonella están regulados
por un gran número de factores ambientales, tales
como falta de nutrientes, anaerobiosis, pH, etc. LPS
tiene un papel importante en la respuesta
inflamatoria durante la invasión de la mucosa y es
responsable de los síntomas de la infección
sistémica. De salmonella se han identificado cinco
islas de patogenicidad, grupos de genes que codifican
factores patogénicos y que están implicados en los
mecanismos que usa la bacteria para penetrar en las
células que infecta. Hace unos años que se viene
estudiando estos genes. El Instituto de Alimentos de
Norwich (Reino Unido) comunicaba que habían
obtenido la imagen completa de la expresión de los
genes de Salmonella typhimurium, el serotipo que
puede derivar en fiebres tifoideas durante la
infección. Los investigadores hallaron que del total
de 4.644 genes que forman el ADN de la bacteria, 919
se activaban en la infección y que 400 de ellos tenían
una función aún desconocida.
IMPORTANCIA DE SALMONELLA Y SHIGELLA
EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

Salmonella es el microorganismo patógeno más


habitual en las toxiinfecciones alimentarias que se
registran en los hospitales de la mayor parte de
países de nuestro entorno. Pese a que resiste mal en
condiciones ambientales normales, su rápida
adaptación al medio donde habita explica su alta
frecuencia. Una adecuada higiene personal continúa
siendo la mejor medida preventiva. De todos los
microorganismos patógenos responsables de
toxiinfecciones alimentarias que habitualmente se
referencian en la literatura médica, Salmonella es,
con toda seguridad, el que ocupa un lugar más
destacado. Pero no sólo en los anales médicos copa
los índices más altos de incidencia; también en los
medios de comunicación es habitual su presencia,
sobre todo en verano o coincidiendo con la llegada de
los primeros calores. Y cuando ello ocurre, al menos
tres son las preguntas que se repiten: ¿es tan
peligrosa como se dice?, ¿se puede prevenir? Y lo más
importante, ¿se puede eliminar? Salmonella es una
bacteria no demasiado resistente a las condiciones
ambientales, en especial a la luz solar intensa, la
desecación, concentraciones elevadas de sal o altas
temperaturas. Sin embargo, es la responsable de casi
la mitad de los casos de infecciones de origen
alimentario que se diagnostican en los hospitales.
La explicación a este fenómeno tiene mucho que ver
con la facilidad con que este microorganismo se
adapta tanto a animales como al ser humano. En
efecto, cuando llega al intestino de cualquier
individuo puede colonizarlo, dando lugar a una
infección, o simplemente llegar a un equilibrio con
otros microorganismos intestinales, sobreviviendo y
multiplicándose en los restos de alimentos que van a
ir pasando por el tubo digestivo. Tanto las personas
enfermas, como los animales y personas no enfermas
pero que tienen Salmonella en su intestino, resultan
portadoras por un periodo que puede abarcar desde
unos pocos meses hasta años. Como consecuencia, la
materia fecal de individuos enfermos o incluso de los
simplemente portadores, contendrá una elevada
concentración de este patógeno. De ahí que una
higiene personal adecuada sea la mejor de las
medidas preventivas, sobre todo cuando se van a
manipular alimentos crudos o procesados para su
puesta a la venta o, simplemente, para su consumo
inmediato.
Lavarse las manos de forma intensa con agua y jabón
abundantes tras la utilización del aseo, antes y
después de manipular alimentos frescos o de cambiar
de actividad, se convierte en un punto fundamental
en el mapa de la prevención de los peligros
alimentarios. No hay que olvidar, por otra parte, que
durante la manipulación, la contaminación puede
proceder de los propios manipuladores, pero también
de los alimentos que se están procesando. Por ello es
recomendable que se protejan las fosas nasales y la
boca con mascarillas, las manos con guantes, y el
cabello con gorros adecuados, teniendo en cuenta que
estos elementos han de ser cambiados con
frecuencia. Cualquier resto orgánico puede
constituir un vehículo de diseminación o de
multiplicación de este patógeno. Cuando Salmonella
llega a los alimentos, puede multiplicarse en
cualquier producto fresco a una velocidad muy
elevada, ya que puede duplicar su número cada 15 ó
20 minutos si la temperatura es elevada (superior
a 20 ºC). Si los alimentos no se refrigeran
rápidamente y a baja temperatura (el límite de
crecimiento está en 8 ºC) el microorganismo se
multiplicará, con el consiguiente riesgo para los
consumidores.
El producto que mayoritariamente está implicado en
la salmonelosis, la enfermedad causada por este
patógeno, son las salsas tipo mayonesa elaboradas
con huevo fresco. El huevo puede llevar Salmonella
en su cáscara, ya que las gallinas, al igual que otros
animales o el ser humano, pueden ser portadoras. En
este caso, el microorganismo puede llegar a la
superficie de la cáscara por contaminación desde la
materia fecal de los animales. Cuando la cáscara está
contaminada, la bacteria puede pasar al producto
tras cascar el huevo y extender la contaminación a
cualquier producto que se elabore con él. Dado que la
presencia de este microorganismo en mamíferos de
todo tipo es más que frecuente, su erradicación
completa se considera como algo prácticamente
imposible. De ahí que, de nuevo, deba insistirse en la
necesidad de mantener el control a partir de medidas
de prevención de la contaminación, en la higiene
personal y en adecuadas manipulaciones de
productos. Es la única manera de prevenir los brotes
de salmonelosis.

La mayoría de las personas infectadas con


Salmonella contraen diarrea, fiebre y calambres
abdominales de 12 a 72 horas después de la infección.
La enfermedad dura de ordinario de 4 a 7 días y la
mayoría de las personas se recuperan sin
tratamiento. Sin embargo, en algunas personas la
diarrea puede ser tan aguda que el paciente necesite
hospitalización. En estos pacientes, la infección con
Salmonella puede propagarse de los intestinos a la
corriente sanguínea y, después, a otras partes del cuerpo
y puede ocasionar la muerte a menos que la persona
reciba tratamiento expedito con antibióticos. Los
ancianos, los lactantes y quienes tienen el sistema
inmunológico deteriorado son las personas más
susceptibles de contraer una enfermedad grave.
Por lo común, las personas con diarrea se recuperan
totalmente, aunque puede llevar varios meses antes
de que se normalicen totalmente sus hábitos de
deposición. Un pequeño número de personas que son
infectadas con la Salmonella adquirirán dolor de las
articulaciones, irritación de los ojos y dolores al
orinar. A esto se conoce por el nombre de síndrome de
Reiter. Puede durar meses o años y puede conducir a
artritis crónica que es difícil de tratar. El tratamiento
con antibióticos no hace diferencia alguna en el
hecho de si una persona adquiere o no
posteriormente artritis. No hay vacuna para
prevenir la salmonelosis. Puesto que los alimentos de
origen animal pueden estar contaminados con
Salmonella, las personas no deberían comer huevos,
pollo, o carne que estén crudos o que estén
insuficientemente cocinados. Los huevos crudos
pueden no ser reconocidos en algunos alimentos tales
como la salsa holandesa de fabricación casera, las
salsas de ensaladas tipo cesar y otras salsas,
tiramisú, el helado de fabricación casera, la
mayonesa fabricada en casa, la pasta de pastelillos y
la crema de pasteles. El pollo y la carne, incluidas las
hamburguesas, deberían cocinarse bien, de forma
que no estén rosadas en el interior. Las personas
tampoco deberían consumir leche cruda o no
pasteurizada ni otros productos lácteos en las
mismas condiciones. Las verduras o legumbres
deberían lavarse bien antes de consumirlas de
ordinario.

Debería evitarse la contaminación cruzada de los


alimentos. Las carnes no cocinadas deberían
mantenerse separadas de las legumbres, las carnes
cocinadas y los alimentos listos para comer. Las
manos, los tableros de cortar, los mostradores de
cocina, los cuchillos y otros utensilios
deberán lavarse bien después de utilizarlos para
cortar alimentos no cocinados. Las manos deberían
lavarse antes de manipular cualquier alimento y
entre la manipulación de artículos alimenticios
diferentes. Las personas que tienen salmonelosis no
deberían preparar alimentos o servir agua a otros
hasta que se haya demostrado que han dejado de ser
portadoras de la bacteria Salmonella.

Cada año, unos 40.000 casos de salmonelosis se


notifican en los Estados Unidos. Debido a que muchos
casos más leves no se diagnostican o notifican, el
número real de infecciones puede ser veinte o más
veces elevado. La salmonelosis es más común en el
verano que en el invierno. Los niños son los más
susceptibles de contraer la salmonelosis. Los niños de
corta edad, los ancianos y las personas que tienen el
sistema inmunológico disminuido son las que tienen
mayor probabilidad de contraer infecciones graves.
Se estima que cada año unas 1.000 personas mueren
de salmonelosis aguda. Una mejor educación de los
trabajadores de la industria en los procedimientos
básicos de inspección de la seguridad de alimentos y
restaurantes puede prevenir la contaminación
cruzada y otros errores de manipulación de
alimentos que pueden conducir a brotes. Un uso más
generalizado de huevos pasteurizados en los
restaurantes, hospitales y hogares de ancianos
constituye una medida importante de prevención. En
el futuro, la irradiación y otros tratamientos pueden
reducir en gran medida la contaminación de la carne
cruda.
La bacteria Salmonella puede ser encontrada en el
exterior de la cáscara de un huevo, debido a que este
pasa por el mismo conducto que las heces al ser
expulsado del cuerpo de la gallina. Es por esta razón
que los huevos son limpiados en la planta de
procesamiento; pero a pesar de ello, las bacterias
pueden aún estar presentes, por lo que es necesario
una apropiada cocción, así como también el correcto
lavado de las manos con el fin de prevenir la
enfermedad. Específicamente, la bacteria
Salmonella enteritidis puede ser encontrada al
interior de un huevo aún así éste no esté rajado o
partido, debido a que dicha bacteria está presente en
el ovario de la gallina o en el oviducto aún antes de
que se forme la cáscara alrededor de la yema y de la
clara del huevo. Además, es importante resaltar
que la Salmonella enteriditis no necesariamente
provoca alguna enfermedad en la gallina. Con la
finalidad de prevenir la multiplicación de estos
organismos al interior de los huevos, se recomienda
su adecuada refrigeración. Los huevos
contaminados, deberán ser cocidos por seis minutos
para obtener un producto sano. Por ello, nunca se
deben servir los huevos crudos o insuficientemente
cocidos sea cualquiera su presentación, para obtener
así un producto seguro.
En el adulto sano es una enfermedad autolimitada
aunque molesta; en los niños pequeños y de
poblaciones marginadas puede ser una enfermedad
grave que lleve al niño a la muerte. Se trata de una
enfermedad más frecuente en poblaciones con mal
saneamiento. Un porcentaje de los enfermos pueden
complicarse, presentando alteraciones neurológicas
o fallo renal (SUH), esto último cuando se trata de S.
dysenteriae. Shigella es un buen modelo de
enfermedades en las cuales la bacteria invade las
células del hospedero, se replica en el citoplasma de
estas células y se disemina de célula a célula. Existen
dificultades al no poseer un modelo animal claro,
salvo el mono, para estudiar los factores de
virulencia. La mayoría de las investigaciones han
utilizado cultivos celulares (células HeLa,
macrófagos o fibroblastos de pollo), el test de la
queratoconjuntivitis de Sereny realizado en el ojo del
cobayo y ensayos en asa ileal aislada de conejo. En
estudios realizados en células HeLa, la bacteria se
adhiere en una primera etapa a las células del
hospedero. Probablemente los receptores sean
proteínas llamadas integrinas. Esta adherencia
provoca reorganización de la actina (proteína mayor
del citoesqueleto de la célula del huésped),
polimerización y formación de filamentos no solubles
en la vecindad de la unión bacteriana. Esto provoca
la formación de seudópodos y de esta forma células
normalmente no fagocíticas de la mucosa ingieren
las bacterias adheridas.

Esta invasión es mejor descrita como fagocitosis


inducida. Jugando el papel activo la célula del
hospedero, la bacteria tiene un papel relativamente
pasivo luego de la estimulación inicial. Luego de
ingeridas, las bacterias se liberan de su vesícula de
endocitosis y se multiplican en el citoplasma de las
células. Posteriormente las bacterias utilizan
filamentos de actina en su vecindad y comienzan a
moverse a través de la célula del hospedero.
Eventualmente las bacterias pueden diseminarse a
células adyacentes. Esto se ha llamado Ics
(diseminación intercelular, en inglés: intercellular
spread). En este movimiento se polimeralizan
filamentos de actina en uno de los extremos de la
bacteria, creando colas similares a cometas que
propelen las bacterias a través del citoplasma.

Una proteína bacteriana alojada en la membrana


externa, llamada IcsA se requiere para este
movimiento. IcsA se localiza en un extremo de la
bacteria y tiene actividad ATPasa. Eventualmente la
bacteria puede tomar contacto con la membrana que
separa dos células, protruir y escapar a la célula
vecina. En trabajos realizados en células polares,
Shigella no se une a los polos apicales de estas células
diferenciadas. Las integrinas se encuentran solo en la
superficie basal de la mucosa. Por lo que otro modelo
se ha propuesto para la entrada inicial de Shigella.
Esta se haría en tres etapas. En primer lugar Shigella
atraviesa la mucosa través de las células M de las
placas de Peyer, células fagocíticas naturales cuyo
papel principal es tomar antígenos del lumen
intestinal por fagocitosis y presentarlos al tejido
linfoide subyacente de las placas de Peyer. En una
segunda etapa Shigella usa sus invasinas para
invadir las células de la mucosa desde abajo, donde
están ubicadas las integrinas, para en una tercera
etapa diseminarse a células adyacentes, causando la
muerte de estas células e inflamación.
La forma como se produce la muerte de las células no
está del todo aclarada. Por un lado cuando las
bacterias están multiplicándose en forma
intracelular disminuyen los niveles de ATP de la
célula y aumentan dramáticamente los niveles de
piruvato indicando una alteración del metabolismo
energético. Por otra parte Shigella puede inducir la
muerte celular programada en los macrófagos, un
fenómeno llamada apoptosis lo que sugiere otra vía
de muerte celular y, por supuesto, de inflamación.
LPS contribuiría también al daño celular. La toxina
Shiga producida por S. dysenteriae es uno de los
factores aun no del todo aclarados.
Experimentalmente actúa como enterotoxina pero
también como neurotoxina y como citotoxina
sistémica. No parece importante ni en la invasión ni
en la muerte de las células de la mucosa. Su papel más
importante parece estar en una de las complicaciones
de las shigellosis, el HUS, donde dañaría las paredes
de los vasos sanguíneos.
Muchos de los genes que intervienen en la
adherencia, invasión de la mucosa y diseminación se
encuentran en un gran plásmido de virulencia. Los
genes que intervienen en la invasión son llamados
Ipa. Dos de las proteínas codificadas por estos genes,
IpaB y IpaC se encuentran expuestas en la superficie
de la bacteria y pueden encontrarse libres en el
líquido extracelular. Otras proteínas no están
aún bien estudiadas. IpaB no sólo intervendría en la
invasión sino que también lo haría en la liberación en
el citoplasma por lisis de las vesículas,
probablemente por formación de poros en la pared de
las mismas. Algunos loci cromosómicos contribuyen
a la invasión pero codifican sobretodo proteínas
reguladoras. Otros genes involucrados en las etapas
posteriores de la patogénesis de Shigella se
encuentran también en el cromosoma (por ejemplo:
toxina Shiga).

Shigella puede provocar diversos síntomas. Algunas


personas con una forma leve de la enfermedad sólo
tienen heces blandas y acuosas, y otras no presentan
ningún síntoma. Otras desarrollan una enfermedad
más grave conocida como disentería, con
retortijones, fiebre alta, pérdida de apetito, náuseas,
vómitos y diarrea, que puede contener mucosidades
y sangre. Algunos niños con formas graves de
infección por Shigella pueden requerir
hospitalización. La principal complicación es
la deshidratación (un nivel de líquidos en el cuerpo
anormalmente bajo). En contadas ocasiones, las
bacterias del tipo Shigella pueden afectar a otros
órganos corporales aparte del aparato digestivo,
pudiendo provocar artritis, erupciones cutáneas,
insuficiencia renal o problemas neurológicos, como
convulsiones, rigidez de cuello, dolor de cabeza,
letargo, confusión y alucinaciones. Las infecciones
por Shigella son muy contagiosas. Las personas
infectadas transmiten la infección a través de las
heces. Otras personas se pueden infectar al entrar en
contacto con cualquier cosa que se haya
contaminado con heces infectadas. Esto incluye los
juguetes, las superficies de las habitaciones de
descanso e incluso la comida preparada por una
persona infectada. Por ejemplo, si un niño toca una
superficie contaminada, como un inodoro o un
juguete, y luego se mete los dedos en la boca, se puede
infectar. Shigella se puede contagiar incluso a través
de las moscas que han estado en contacto con heces
contaminadas.
Puesto que no hacen falta muchas bacterias de
Shigella para provocar una infección, la enfermedad
se extiende fácilmente en familias y guarderías. La
bacteria también se puede contagiar a través de la
red del suministro de agua cuando las medidas
higiénicas son insuficientes. El contagio se puede
producir a través de las heces de la persona infectada
durante aproximadamente 4 semanas, incluso
después de que los síntomas obvios de enfermedad
hayan remitido (aunque el tratamiento antibiótico
puede reducir la excreción de bacterias de Shigella a
través de las heces). La mejor forma de evitar el
contagio de Shigella es lavándose las manos con
jabón frecuentemente y a conciencia. Esto es
importante en todos los grupos de edad. A los niños
se les debe recordar que se laven las manos, sobre
todo después de utilizar el váter y antes de comer.
Esto es especialmente importante en los centros de
preescolar. También es importante cómo se
manipulan, almacenan y preparan los alimentos: los
platos fríos deben conservarse en frío y los calientes
en caliente para prevenir la proliferación de
bacterias. Los síntomas pueden aparecer entre 1 y 7
días después de la exposición, pero suelen ocurrir
durante los 2 o 3 días inmediatamente posteriores a
la misma. Aunque a veces remite sola al cabo de unos
pocos días, la diarrea no tratada puede durar una o
dos semanas. De todos modos, los antibióticos
pueden acortar la enfermedad.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE.
EXCELENCIA, POR LO TANTO, NO ES UN ACTO SINO
UN HÁBITO"

ARISTOTELES
“Mantener la buena salud del cuerpo es
un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)

ENTEROBACTERIAS
(Parte 4)
Género Citrobacter

Este género comprende a diversas especies presentes en general en el tubo digestivo del hombre y
los animales, en el suelo, vegetales y en agua. Son patógenos oportunistas. Al igual que Klebsiella
los aislamientos hospitalarios generalmente presentan resistencias a múltiples
antibióticos. Citrobacter junto con Enterobacter, Klebsiella y Escherichia forma el grupo coliforme
de bacterias entéricas. El género citrobacter es un grupo de bacilos gramnegativos aerobios que se
encuentran frecuentemente en el agua, suelo, comida y el tracto intestinal de animales y humanos.
Se sabe que estos microorganismos pueden producir infecciones importantes, especialmente en
huéspedes inmunodepresivos. Son organismos ubicuos y son causa frecuente de infecciones en el
hombre. Destruyen las microvellosidades, formando lesiones muy características denominadas de
adherencia y eliminación.
Género Edwarsiella

El género Edwardsiella incluye un grupo de organismos móviles, productores de SH2, lactosa –


negativos que se asemejan a las salmonellas en algunos aspectos bioquímicos y a veces en su
patogenicidad. La Edwardsiella tarda o tardía, se ha aislado de diversos mamíferos y reptiles. A
veces se encuentra en el tracto intestinal humano, especialmente en gastroenteritis agudas, y se ha
asociado con cuadros de meningitis, septicemia e infecciones de heridas. No dejan de ser, no
obstante raras en el organismo humano y muy probablemente no sean patógenas ex extremo. Los
fármacos de elección son kanamicina, ampicilina, cefalotina y cloranfenicol. Son móviles, SH2 e
Indol (+) y fermentan a la glucosa con producción de gas. No producen ß galactosidasa.
Género Proteus
Proteus penneri, denominado con anterioridad como Proteus vulgaris biogrupo 1 o como P. vulgaris
indol – negativo, fue reconocido como una especie nueva en 1982. Tradicionalmente, se ha
considerado como un representante menor del género Proteus debido a su escasa incidencia
epidemiológica. No obstante, se asocia a procesos similares a los que producen Proteus mirabilis o
P. vulgaris y tiene factores de patogenicidad análogos a los de éstos. Desde el punto de vista de la
resistencia a los antimicrobianos, presenta unas características particulares que, unido a algunas
peculiaridades en sus perfiles bioquímicos, le hacen fácilmente reconocible en el laboratorio de
microbiología. El género Proteus forma parte de la familia Enterobacteriaceae. El Bergey’s Manual
of Deteminative Bacteriology define este género como bacilos gramnegativos, móviles, con flagelos
perítricos, aerobios y facultativos anaerobios. Tradicionalmente a este género se le ha encuadrado
en la tribu Proteae que incluye también a los géneros Providencia y Morganella. Todos ellos se
caracterizan por su capacidad para desaminar la fenilalanina transformándola en ácido
fenilpirúvico debido a la producción de fenilalanina desaminasa, hidrolizar la tirosina, desdoblar
en casi todos los casos la urea y ser resistentes a la colistina.
Dentro de este género, también se encuadran otras tres especies, denominadas como
genomospecies, diferenciadas por técnicas de biología molecular y que aún carecen de un nombre.
Asimismo, se incluyen las diferentes especies y subespecies de los géneros Providencia y Morganella.
La separación de P. penneri de P. vulgaris se propuso en el año 1982 por estudios de homología de
secuencia de DNA. Al igual que en el caso de P. mirabilis y P. vulgaris, se ha establecido una
clasificación epidemiológica de los aislados clínicos de P. penneri, utilizando antisueros frente a
antígenos somáticos O (lipopolisacárido). También se han desarrollado sistemas de tipificación
utilizando proteínas de membrana, el ribotipado y técnicas de PCR (rep-PCR y RAPD-PCR), que
han demostrado una estructura poblacional con una elevada diversidad.
El reconocimiento inicial en las placas de cultivo de los microorganismos adscritos al género
Proteus es relativamente sencillo, ya que se caracterizan por su crecimiento en ondas en la
superficie del agar, bien formado círculos concéntricos a partir de un botón de inoculación o con
una película uniforme. Este efecto se conoce como swarming. Esta característica es debida a
cambios en los procesos de elongación durante la división celular, formándose células alargadas no
septadas y a la hiperexpresión de la síntesis de flagelina, que determina un recubrimiento profuso
de las células de estos microorganismos por flagelos. Estos procesos se producen para conseguir
una mejor adaptación de los integrantes del género Proteus a los diferentes microambientes en los
que se desarrollan.
Esta característica se pierde en medios deficientes en electrolitos, como el medio de CLED, con
concentraciones subinhibitorias de diferentes alcoholes, como el medio PEA (phenyl-ethyl alcohol
agar, habitualmente utilizado en la búsqueda de microorganismos anaerobios) o añadiendo mayor
cantidad de agar a los medios de cultivo. La propiedad de producir swarming es común a todas las
especies del género Proteus, aunque en algunas cepas de P. penneri está disminuida, siendo
necesario reducir la concentración de agar del medio para que se manifieste. Muchos medios
cromogénicos actuales, utilizados para la siembra de orinas, están diseñados para evitar este
crecimiento en ondas en las placas de cultivo. Algunos de ellos requieren la realización posterior de
pruebas adicionales para la diferenciación de las especies con resultado positivo en la prueba del
indol, de aquellos que presentan un resultado negativo.
Proteus penneri es indistinguible en los medios de cultivo habituales de P. mirabilis y P. vulgaris.
En medio de agar sangre presenta el típico crecimiento en ondas, en ocasiones menos acentuado, y
colonias lactosa negativa planas con bordes irregulares en medio de MacConkey. Al igual que los
anteriores, tiene un olor característico y, como P. vulgaris, es capaz de producir indol a partir del
triptófano. No obstante, puede diferenciarse de éste por su negatividad en las pruebas de la ornitina
decarboxilasa y su imposibilidad para utilizar la maltosa. P. penneri también se caracteriza por su
negatividad en la utilización de la salicina y la esculina. Algunos autores han señalado que, tras
una incubación prolongada de tres días de los caldos utilizados para la prueba de indol, se produce
un color verde característico al revelarlo con el reactivo de Kovacs y no el color rojo habitual.
En algunos sistemas de identificación que no utilizan inicialmente la prueba del indol para
diferenciar las distintas enterobacterias, puede producirse una falsa identificación de P. penneri
como P. mirabilis. En estos casos, puede también utilizarse como criterio diferenciador el fenotipo
de sensibilidad a los antibióticos ß – lactamicos. Proteus penneri es naturalmente resistente a la
amoxicilina y la cefuroxima, mientras que P. mirabilis puede ser sensible o resistente a la
amoxicilina pero habitualmente sensible a la cefuroxima (con la excepción de las cepas que
producen ß – lactamasas de espectro extendido (BLEE)). En general la eficiencia en la identificación
del género Proteus que realizan los sistemas comerciales automáticos y las galerías de
identificación, habitualmente utilizadas en los laboratorios de microbiología, es superior al 95%
cuando se considera el género en su conjunto. No hay descritos problemas específicos asociados a
P. penneri que no sean los reseñados con anterioridad. Tan sólo se describen problemas importantes
con Proteus hauseri, extremadamente infrecuente en el laboratorio de Microbiología Clínica. Este
último estaba anteriormente encuadrado como un subgrupo de P. vulgaris, aunque puede
diferenciarse fenotípicamente de éste por su resultado negativo en la utilización de salicina o
esculina. Con otros microorganismos cercanos, Morganella y Providencia, la eficiencia en la
identificación puede ser inferior al 80%, sobre todo cuando se consideran las especies más
infrecuentes en el laboratorio.
El género Proteus está ampliamente difundido en la naturaleza y forma parte de la microbiota
intestinal. Se ha aislado en muestras ambientales, incluyendo tierras, abonos y aguas
contaminadas, y en una gran variedad de muestras de animales. Proteus myxofaciens sólo ha sido
aislado en insectos. Entre todas las especies que pertenecen a este género es sin duda P. mirabilis la
especie mas común, seguido de P. vulgaris. Proteus penneri ha sido aislado mayoritariamente en
muestras del tracto urinario y se ha asociado a infecciones urinarias no complicadas, a pielonefritis
aguda y cuadros de urolitiasis. Aunque Proteus, Providencia y Morganella se aíslan con mayor
frecuencia en muestras de heces de pacientes con gastroenteritis que en individuos sin esta
complicación, su papel patogénico a este nivel es incierto. De entre todos los microorganismos
relacionados, sólo ha sido sugerida la implicación de Providencia alcalifaciens en cuadros de
diarrea. En ensayos de cultivos celulares este microorganismo tiene capacidad para invadir las
células, así como la de producir cuadros de diarrea en animales de experimentación. Con P. penneri
no se han realizado estos estudios.
Proteus penneri también se ha relacionado con las infecciones nosocomiales, sobre todo en
pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos o con factores de riesgo como diabetes o
inmunosupresión. En estos casos se ha aislado de orina, muestras respiratorias, incluyendo
secreciones de aspiraciones bronquiales y lavados broncoalveolares, muestras del sistema nervioso
central, piel y tejidos blandos, heridas quirúrgicas y en pacientes quemados. En muchas ocasiones
forma parte de cultivos mixtos, sobre todo en abscesos abdominales. También se ha aislado de
muestras de sangre obtenidas por punción venosa y a través de catéteres. La última edición del
Manual de Microbiología Clínica de la Sociedad Americana de Microbiología (octava edición)
adjudica a P. penneri una significación patogénica con valor 1 (patógeno reconocido para el
hombre) de entre tres categorías diferentes. La categoría 2 indica patogenicidad probada en
contadas ocasiones y la 3 indica que el microorganismo se ha aislado en humanos pero con
significación incierta. En la categoría 1 también se incluye otras especies del género Proteus como
P. mirabilis y P. vulgaris mientras que en la categoría 3 se destaca Providencia heimbachae y
Providencia rustigianii, generalmente aislados en heces de animales y en el hombre. Esta
significación patogénica es diferente de la frecuencia con la que se aíslan en las muestras clínicas
que se procesan en los laboratorios de microbiología.
La patogenicidad de P. penneri se asimila a la de P. mirabilis o P. vulgaris y se asocia a la presencia
de fimbrias, flagelos, proteínas de membrana externa específicas, lipopolisacárido, enzimas
proteolíticas, incluyendo gelatinasas y proteasas, hemolisinas y sobre todo a la producción de
ureasa. En la tabla adjunta, se indican los diferentes factores de patogenicidad asociados a P.
penneri y su contribución a la virulencia. La mayoría están presentes en el resto de las especies del
género Proteus. La producción de fimbrias en P. penneri le permiten persistir en el tracto urinario
sin ser eliminado eficazmente por los sistemas de defensa. Sus fimbrias son algo diferentes de las
que se encuentran en P. mirabilis. En el primero se asocian con su capacidad de adherencia a células
de los glomérulos y membranas tubulares en el riñón y a materiales plásticos propios de los
catéteres. Esta última propiedad también la presenta P. stuartii. Las fimbrias de P. mirabilis se
asocian con su adherencia al epitelio que recubre el trato urinario superior y la colonización de la
vejiga urinaria.
La producción de ureasa por parte de las especies del género Proteus es considerada como de gran
importancia para su patogenicidad y se relaciona con procesos de urolitiasis infectiva o cistitis
alcalina incrustante, en los que aparecen sedimentos urinarios asociados a cálculos de estruvita. La
ureasa es capaz de desdoblar eficazmente la urea presente en la orina y producir la alcalinización
de la misma por producción de hidróxido amónico. Con la alcalinización precipitan Mg2+ y Ca2+
que habitualmente son solubles a pH fisiológico urinario. Como consecuencia de ello se producen
los cálculos de estruvita (MgNH4PO4.6H2O). La presencia de exopolisacáridos en la orina y la
posibilidad de crecimiento en biopelículas (biofilms) facilita los procesos de nucleación de los
cálculos. Aunque este efecto se ha asociado mayoritariamente a P. mirabilis, también se ha
observado con P. vulgaris y P. penneri. En estudios de caracterización de proteínas se ha
demostrado que la ureasa de P. penneri es similar desde el punto de vista funcional a la del resto de
las especies que integran el género Proteus, pero puede diferenciarse bioquímicamente de la del
resto de especies de Proteus y de la presente en las cepas de de Morganella o Providencia que
producen esta enzima.

En modelos in vitro, se ha confirmado que su expresión puede inducirse por la presencia de urea, a
diferencia de la de P. mirabilis cuya producción es constitutiva. También en modelos in vitro, se ha
demostrado que la ureasa de P. penneri participa en la formación de los cálculos de estruvita y que
su actividad ureásica es inhibida por el ácido acetohidroxámico. Se ha destacado la capacidad de P.
penneri de producir proteasas de IgA como factor coadyuvante en su patogenicidad en el tracto
urinario. También la producción de ureasa facilita la alcalinización de la orina y las condiciones
adecuadas para la actuación de la proteasa de IgA. A diferencia de otros miembros del género, P.
penneri produce al menos dos hemolisinas de codificación cromosómica que se relacionan
parcialmente con las de Escherichia coli y P. mirabilis y facilitan la adherencia a los tejidos del
tracto urinario. Parte de la hemolisina permanece ligada a la célula bacteriana, mientras que otra
es eliminada al exterior. Curiosamente, parte de la hemolisina liberada puede degradarse por la
proteasa de IgA del mismo microorganismo. Este hecho estaría relacionado con un proceso de
eliminación o regulación fisiológica. En ensayos in vitro se ha demostrado que la capacidad de
invasión celular que demuestra P. penneri también depende de la producción de hemolisinas y del
efecto citotóxico asociado. Se ha demostrado que P. penneri también produce sideróforos,
sustancias capaces de secuestrar iones Fe, esenciales para la supervivencia metabólica de las
bacterias.
Factores de virulencia asociados a Proteus penneri

Factor de virulencia
Contribución a la patogenicidad
Fimbrias
Adherencia a tejidos y material protésico
Flagelos
Movilidad ascendente desde el uréter al riñón
Ureasa
Desdoblamiento de la urea
Alcalinización del pH de la orina
Formación de cálculos de estruvita
Citotoxicidad
Proteasas
Proteasas de IgA
Desaminasas
Producción de cetoácidos que actúan como sideróforos
Invasividad
Internalización en células del hospedador
Hemolisinas
Adherencia e invasión celular
Citotoxicidad
Polisacárido capsular
Formación de biofilms
Nucleación de cálculos
Lipopolisacárido
Endotoxicidad. Resistencia al suero

Proteus penneri, al igual que P. vulgaris, es intrínsecamente resistente a la amoxicilina y a las


cefalosporinas de espectro reducido, siendo característica su resistencia a la cefuroxima. Este perfil
de sensibilidad es debido esencialmente a la producción de una ß-lactamasa denominada HugA
similar a la ß-lactamasa CumA de P. vulgaris. Por la resistencia que confieren a la cefuroxima, es
frecuente referirse a ellas como cefuroximasas. HugA y CumA son penicilinasas cromosómicas de
clase A (con centro activo de serina), que se inhiben por el ácido clavulánico y que se incluyen en el
grupo 2e de la clasificación de ß-lactamasas de Bush, Jacoby y Medeiros publicada en el año
1995. En este grupo también se integran la ß-lactamasa de Citrobacter koseri. Desde el punto de
vista fenotípico e hidrolítico, este grupo se encuentra cercano a las ß-lactamasas de Klebsiella
oxytoca (ß-lactamasas K1) del grupo 2be, en el que también se encuadran las BLEE. Las ß-
lactamasas HugA, CumA, K1 y la de C. koseri tienen un perfil hidrolítico amplio que incluye las
penicilinas, cefuroxima, ceftriaxona y cefotaxima, pero no la ceftazidima, cefamicinas (cefotixitina)
y carbapenemas.

En resumen, podemos decir que el perfil de resistencia a los antibióticos ß-lactámicos en P. penneri
y P. vulgaris es tan característico que puede utilizarse como control de la identificación realizada
con los sistemas automáticos que ofrecen simultáneamente la identidad del microorganismo
estudiado y su sensibilidad a los antimicrobianos. Este perfil se emplea como ejemplo típico en el
proceso de lectura interpretada del antibiograma. Proteus penneri, al igual que el resto de los
integrantes del género Proteus, es resistente a la colistina y a las tetraciclinas. El primer caso está
relacionado con la presencia de un LPS característico con gran cantidad de grupos 4-amino-L-
arabinosa que reducen su afinidad por los antibióticos polipeptídicos. Con ello se impide el
desplazamiento de los iónes Ca2+ y Mg2+ del LPS, la desorganización de las membranas externas
e internas de la pared de la bacteria y la muerte celular. Otras enterobacterias con resistencia
similar a la colistina son Providencia, Morganella, Serratia y Cedecea.

El género Proteus tiene resistencia natural a las tetraciclinas. Se han caracterizado diversos
mecanismos responsables de la resistencia. Uno de ellos, TetJ, participa en mecanismos de
expulsión. El gen asociado es cromosómico y su expresión inducible por la presencia de tetraciclinas,
aunque también se han descrito mecanismos de expulsión con expresión constitutiva. Asimismo, se
ha detectado resistencia transferible asociada a plásmidos. El sistema de transporte AcrAB también
se asocia a la resistencia intrínseca de algunas especies del género Proteus a las tetraciclinas y a la
pérdida de sensibilidad frente a las glicilciclinas (tigeciclina). Proteus penneri es resistente al
cloranfenicol, aunque pueden existir discrepancias en los resultados de sensibilidad según el método
utilizado para su estudio. Con un disco de 30 µg suele producir halos de inhibición de menos de 14
mm. En algunos casos se ha demostrado que esta resistencia es plasmídica al igual que la resistencia
a las sulfonamidas.
La resistencia a los aminoglucósidos en P. penneri no difiere de la encontrada en P. mirabilis y es
debida mayoritariamente a enzimas modificantes de aminoglucósidos. Recientemente, y de modo
similar a lo que ocurre con otros patógenos urinarios, la resistencia a las quinolonas está
incrementándose, aunque no alcanza cifras tan alarmantes como en E. coli. El mecanismo de
resistencia es debido a mutaciones simples o dobles en las subunidades de topoisomerasas gyrA y
parC. Al contrario de lo que sucede habitualmente en E. coli, existen trabajos que demuestran un
alto número de aislamientos con mutaciones simples y dobles en gyrB y la inserción de
nucleótidos que confieren resistencia a las quinolonas. Por último, los microorganismos integrantes
del género Proteus deben ser considerados resistentes a la nitrofurantoína con independencia del
valor de la CMI obtenido en las pruebas de sensibilidad. La producción de ureasa por estos
microorganismos provoca la alcalinización de la orina. A pH alcalino, la nitrofurantoína pierde
actividad antibacteriana.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO,
NO ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"

ARISTOTELES

ENTEROBACTERIAS (Última Parte)


“Mantener la buena salud del cuerpo es
un deber, por lo que no debemos
descuidar el conocimiento y mantener
nuestra mente fuerte y clara. El agua
rodea la flor de loto, pero no moja sus
pétalos.” (Buda)
ENTEROBACTERIAS
(Última Parte)

Género Morganella

Morganella, pertenece a la familia Enterobacteriaceae y hasta el momento, presenta una sola


especie: morganii. Inicialmente, Morganella morganii recibió el nombre de Proteus morganii, pero
por estudios genéticos, se le sacó del género Proteus y se creó el género Morganella. Este último
género, presenta un INVIC: + + - - , es capaz de hidrolizar la urea, tiene una movilidad variable a
37° C y produce ácido y gas a partir de la glucosa. Además, es capaz de reducir los nitratos a
nitritos, de fermentar la manosa y como todos los integrantes de la familia Enterobacteriaceae, es
oxidasa negativo.
Las cepas de Morganella morganii, crecen bien en los medios de aislamiento primarios como el
agar sangre y el agar MacConkey, no son hemolíticas y usualmente no producen el fenómeno de
"swarming" como Proteus. En épocas recientes, se propuso la creación de una sub clasificación de
este género en dos sub especies: Morganella morganii ssp. morganii y Morganella morganii ssp.
sibonii. M. morganii, es causa conocida de infecciones del tracto urinario y fuera del tracto
urinario, puede producir diversos tipos de infecciones. Por otra parte, se le ha relacionado como un
patógeno entérico, sin embargo aquí, su papel etiológico es dudoso. En forma reciente, se
documentó un caso de una corioamnionitis y sepsis asociada, caso complicado con un síndrome de
distress respiratorio, además de infecciones en el recién nacido.
Este agente, rara vez es causa de infecciones invasivas en personas inmunocompetentes, pero sí
puede ser una causa probable de infecciones nosocomiales en personas inmunocomprometidas.
Esta bacteria, presenta una resistencia intrínseca a la polimixina, ampicilina y a cefalotina y se ha
documentado que es capaz de producir una beta lactamasa inducible o la beta lactamasa de efecto
expandido. Todo esto, claro está, cuando el agente se ve expuesto a un agente inductor y las enzimas
producidas, hidrolizan a las penicilinas y cefalosporinas de efecto expandido. Generalmente, estas
bacterias dejan de producir la enzima cuando el agente inductor es removido, aún cuando, algunas
cepas mutan a un estado de continua producción de beta lactamasa. Todo esto nos habla de un
agente con una alta resistencia antimicrobiana, tanto natural (intrínseca) como adquirida.
Género Providencia
Providencia rettgeri (antes Proteus rettgeri) es una bacteria móvil perteneciente al género
Providencia, que junto a Proteus y Morganella forman la tribu Proteae o Pro. Componente normal
de la flora colónica en el hombre, se diferencia de otras especies de Providencia en que hidroliza
rápida y abundantemente la urea pero no metaboliza a la lactosa como los otros integrantes de
Enterobacterias. Como patógeno humano se ha descripto como causante de infecciones urinarias,
sobre todo en pacientes mayores y con catéteres uretrales, y en infecciones de heridas en pacientes
inmunodeprimidos y quemados. A diferencia de P. stuartii son muy escasas las publicaciones de
bacteriemias causadas por este microorganismo. En una revisión bibliográfica en PubMed
utilizando los términos ''Bacteriemia y Providencia rettgeri'' aparecen sólo 2 casos de sepsis fatal
en probable relación a contaminación de hemoderivados y algún caso aislado en grandes series de
bacteriemias.
Por otra parte, Providencia alcalifaciens es un miembro bastante semejante al anterior y
perteneciente también a la familia Enterobacteriaceae. Hay informes que P. alcalifaciens puede
causar diarrea, pero el mecanismo por el que la causa no es bien conocido. El modelo de
condensación de la actina era diferente del producido por la toxina enteropatogénica de Escherichia
coli pero similar a Shigella flexneri. Se concluye que algunas algunas subespecies de P. alcalifaciens
son los enteropatogénicos y que ellos causarían los cuadros de diarrea invadiendo el epitelio de la
mucosa intestinal.
Género Yersinia
Este género comprende varias especies entre ellas Yersinia pestis, agente de la Peste Negra o Plaga
Bubónica o Neumónica, comúnmente llamada la Muerte Negra, enfermedad de los roedores,
transmitida ocasionalmente al hombre por las pulgas, con pandemias históricas desde el siglo VI,
donde mató a un tercio de la población en Europa. Luego de la Edad Media ha habido brotes en
diversas partes del mundo, sobre todo en relación con las guerras. Se han denunciado en 1995 y
comienzos de 1996 casos en India, Madagascar y otros países africanos, en Brasil y Perú. Y. pestis
es endémica en algunas regiones tales como Irán y el oeste de Estados Unidos. Otra especie, Y.
enterocolitica es muy ubiquitaria, se ingiere con agua o alimentos contaminados. Algunos biotipos
están relacionados con enterocolitis en el hombre. Raramente presenta infecciones sistémicas. Sin
embargo, las bacterias atraviesan con frecuencia la mucosa y se multiplican en los nódulos
linfáticos mesentéricos. Debido a los intensos dolores abdominales el cuadro puede confundirse con
apendicitis. Ocasionalmente puede haber una artritis reactiva 2 a 6 semanas luego de la infección.
Esto se ve frecuentemente en pacientes con antígeno HLA-B27 de histocompatibilidad. Cepas
virulentas de las 2 especies poseen al menos un gran plásmido de virulencia.

Y. enterocolitica es una bacteria pequeña de forma redonda y Gram-negativa, la cual es aislada


frecuentemente de los especímenes clínicos tales como las heridas, las heces fecales, el esputo o las
glándulas linfáticas mesentéricas. Sin embargo, no forma parte normal de la flora humana. Por
otro lado, Y. pseudotuberculosis ha sido aislada del apéndice infectado en los humanos. Ambos
organismos han sido aislados frecuentemente de los animales, tales como los cerdos, las aves, los
castores, los gatos y los perros. Solamente la bacteria Y. enterocolitica se ha encontrado en muestras
ambientales de lagunas y lagos, y en alimentos como la carne, los helados y la leche. La mayoría de
los organismos aislados no han sido catalogados como patógenos. El nombre de la enfermedad
causada por este microorganismo es yersiniosis.
Existen tres especies patogénicas dentro del género Yersinia, pero sólo Y. enterocolitica y Y.
pseudotuberculosis causan gastroenteritis. Hasta el momento, se han reportado muy pocos casos
de brotes causados por Y. pseudotuberculosis, como por ejemplo las presentadas en Japón, donde
se reportaron infecciones en humanos transmitidas por alimentos y por aguas contaminadas. La
yersiniosis se caracteriza generalmente por síntomas tales como la gastroenteritis con diarrea y/o
con vómito; sin embargo, la fiebre y el dolor abdominal son los síntomas que la definen. Las
infecciones causadas por Yersinia son similares a la apendicitis y a la linfadenitis mesentérica, pero
esta bacteria también puede causar infecciones en otras áreas como en las heridas, en las
articulaciones y en el tracto urinario.
La dosis infecciosa es desconocida. La aparición de la enfermedad se da entre las 24 y 48 horas
después de la ingestión, la cual es la ruta usual de infección (los alimentos y las bebidas son los
vehiculos de transmisión). El diagnóstico de la yersiniosis se inicia con el aislamiento del
microorganismo a partir de las heces fecales, de la sangre, o del vómito de la víctima, y a veces la
muestra es tomada durante la apendicectomía. La confirmación se realiza con el aislamiento y la
posterior identificación bioquímica y serológica de Y. enterocolitica, provenientes tanto del
hospedero humano como del alimento ingerido. Se ha reportado que la diarrea ocurre en el 80% de
los casos; y que los síntomas más confiables son el dolor abdominal y la fiebre. Dada la dificultad
para el aislamiento de yersiniae de las heces fecales, muchos países dependen de la serología. Para
ello, a los pacientes críticos y convalecientes se les realiza un análisis en busca del serotipo de
Yersinia spp. sospechoso.
Las cepas de Y. enterocolitica se pueden encontrar en las carnes (de cerdo, la de carne de vaca, la
de cordero, etc.), en las ostras, el pescado, y la leche cruda. La causa exacta de la contaminación de
los alimentos es desconocida. Sin embargo, la prevalencia de este organismo en el suelo y el agua,
así como también en ciertos animales como los castores, los cerdos, los conejos y las ardillas, ofrece
grandes oportunidades para que este organismo ingrese a la cadena alimentaria. La falta de
higiene de los manipuladores de alimentos y las técnicas de esterilización inadecuadas, además del
almacenamiento inapropiado, son también importantes fuentes que contribuyen a la
contaminación. Yersinia es sensible al calor y como resultado morirá durante el calentamiento
(mayor a 70°C). L as principales causas de infección son el consumo de los alimentos crudos o
parcialmente cocidos y así como la contaminación cruzada, que ocurre cuando los productos
cocidos entran en contacto con los materiales crudos o contaminados (tablas para cortar). Por esta
razón, la cocción adecuada y la higiene en el manejo de los alimentos pueden prevenir las
infecciones causadas por Yersinia en una gran medida. Las poblaciones más susceptibles a la
enfermedad principal y a sus posibles complicaciones son las más jóvenes, también los débiles, los
ancianos y las personas que se encuentren bajo terapias inmunosupresoras.
El nombre del género Yersinia viene dado por su descubridor, en 1894, Alexandre Yersin,
bacteriólogo franco-suizo del Instituto Pasteur. Originalmente, este microorganismo fue
denominado Pasteurella pestis, pero en el año 1967 fue renombrado como Yersinia pestis en honor
a su descubridor. Yersinia pestis es un agente infeccioso que ha sido directamente responsable de
más muertes humanas que cualquier otra enfermedad infecciosa, salvo la malaria. Ha originado
diversas pandemias a lo largo de la historia, entre las que cabe destacar: la Plaga de Justiniano
(541-542 dC), que asoló Asia, el norte de África, Arabia y parte de Europa; la Peste Negra (1347-
1351 dC), que acabó con la vida de un tercio de la población de Europa; y la Tercera
Pandemia (1855-1959), que comenzó en China e India y terminó por extenderse por el resto de Asia,
África y América.
El papel de Y. pestis en la Peste Negra se ha debatido entre los historiadores; algunos han sugerido
que la Peste Negra se propagó muy rápido para haber sido causada por Y. pestis. Se ha encontrado
ADN de Y. pestis en los dientes de aquellos que murieron de Peste Negra pero, sin embargo,
cadáveres medievales que murieron de otras causas no dieron positivo a Y. pestis. Esto sugiere que
Y. pestis fue un factor que contribuyó a las plagas europeas, pero probablemente no el único. Es
posible que las presiones selectivas inducidas por la plaga puedan haber cambiado el modo en que
el patógeno se manifiesta en humanos, seleccionándose en contra de individuos o poblaciones que
eran más susceptibles.
 Yersinia pestis, agente de la denominada peste bubónica o peste negra, que asoló Europa a
mediados del siglo XIV. Esta especie presenta tres subespecies: Y. pestis antiqua, Y pestis medievalis
y Y. pestis orientalis.
 Yersinia pseudotuberculosis, agente de una enfermedad parecida a la tuberculosis que
afecta a los nódulos linfáticos en animales y raramente en humanos.
 Yersinia enterocolitica, agente de ciertas infecciones intestinales (a veces también
sistémicas) en humanos y animales.
El género Yersinia pertenece a las bacterias Gram-negativas aeróbicas facultativas con
metabolismo fermentativo. Es un cocobacilo de tinción bipolar similar a otras Enterobacterias.
Durante el proceso infeccioso genera viscosidad antifagocítica. El organismo presenta motilidad
cuando es aislado, pero pierde esta capacidad mientras permanece en el mamífero huésped. La
peste es una enfermedad natural de los roedores, siendo las ratas el principal reservorio de la
enfermedad. Tras ser infectadas, la mayoría de las ratas mueren, pero un pequeño porcentaje
consigue sobrevivir, quedando como una fuente de Y. pestis. Las ratas son infectadas a través de un
vector, que en este caso es la pulga de rata (Xenopssylla cheopis). La pulga chupa la sangre de un
animal infectado e ingiere a la vez células de Y. pestis, las cuales se multiplican en el intestino de la
pulga y serán transmitidas a otra rata en la siguiente picadura de la pulga. La enfermedad se irá
extendiendo de forma que la mortalidad entre las ratas se hace tan elevada que la pulga busca
nuevos hospedadores, entre los que se encuentra el hombre.
A continuación se exponen los tres tipos de infecciones a las que puede dar lugar Yersinia pestis:

Peste bubónica: En el tipo de infección más común. Una vez que las células bacterianas han sido
introducidas mediante la picadura de una pulga dentro de un ser humano, las células bacterianas
se desplazan por el torrente sanguíneo hasta los nódulos linfáticos donde generan pequeñas
hinchazones denominadas bubones, que están llenos de partículas bacterianas. La cápsula viscosa
que rodea a las células de Y. pestis evita que estas sean fagocitadas por los macrófagos. En poco
tiempo, los nódulos linfáticos periféricos se ven invadidos por bubones secundarios, hasta que se
rompen y las células pasan de nuevo al torrente circulatorio, pero ahora en un número mucho más
elevado, lo que causa una septicemia generalizada. En este estado, se producen múltiples
hemorragias que dan lugar a manchas negras sobre la piel, procesos de gangrena en los extremos
distales de las extremidades, fuerte dolor en nódulos linfáticos, postración, shock y delirio. Si la
peste no es tratada antes del estado septicémico, la muerte sobreviene al cabo de 3-5 días.
Peste Neumónica: Este tipo de infección se produce cuando las células de Y. pestis son inhaladas
directamente, o bien llegan a los pulmones durante la peste bubónica. La infección suele transcurrir
sin síntomas hasta los dos últimos días del proceso infectivo, en los cuales se emiten gran cantidad
de esputos con sangre. En ausencia de tratamiento la muerte sobreviene en 2-3 días.

Peste septicémica: Esta infección implica una rápida dispersión de Y. pestis por todo el cuerpo, a
través del torrente circulatorio, sin tiempo para que se formen los bubones. La muerte suele
sobrevenir en 1 día, por lo que habitualmente no da tiempo a ser diagnosticada.
Las células de Y. pestis producen ciertas moléculas antigénicas que contribuyen en mayor o menor
medida al proceso de la enfermedad.
 En la pared bacteriana se encuentran unos complejos de proteína-lipoproteína,
denominados antígenos VW y F1, cuya función es evitar la fagocitosis por parte de los macrófagos
y otras células fagocíticas.
 Las cepas virulentas de Y. pestis producen y secretan una exotoxina denominada toxina
murina (debido a su extrema toxicidad para el ratón), cuyo modo de acción se basa en inhibir la
respiración, bloqueando las reacciones de transporte de electrones en las mitocondrias, a nivel de
la coenzima Q. Aunque no está claro que la toxina murina esté implicada en la patogénesis de la
peste humana, los síntomas que produce en el ratón son similares a los que produce en humanos.
 Y. pestis también produce una endotoxina altamente inmunogénica que puede dar lugar a
una potente respuesta inmune en humanos.
Y. pestis presenta resistencia natural a la penicilina, pero la mayoría de las cepas son sensibles a la
estreptomicina, el cloranfenicol y las tetraciclinas. Actualmente hay ciertas evidencias de la
sensibilidad de Y. pestis a gentamicina y doxiciclina. Si el tratamiento se inicia rápidamente, la
mortalidad de la peste bubónica puede reducirse hasta el 1-5% de los infectados. La peste neumónica
y septicémica también puede tratarse, pero suelen progresar tan rápidamente que los antibióticos
siempre llegan tarde.

Bacilos Gram (-) no fermentadores

Este gran grupo de bacilos Gram negativos incluye a gérmenes pertenecientes a diferentes familias
y otros géneros de incierta clasificación. Pseudomonas, Flavobacterium, Alcaligenes, Acinetobacter,
son algunos de ellos, en general desprovistos de grandes atributos de virulencia demostrables, no
producen enfermedad en el individuo sano pero pueden comportarse como oportunistas en
enfermos inmunodeprimidos. De las numerosas especies de Pseudomonas descritas sólo unas pocas
tienen importancia en patología humana. Pseudomonas mallei y P.pseudomallei causan
enfermedad severa en el hombre pero se aíslan raramente en el Hemisferio Occidental. Por otra
parte P. cepacia es un oportunista poco frecuentemente asociado con enfermedad en el hombre.
Nos referiremos en particular a la especie Pseudomona aeruginosa por su frecuencia en patología
humana y estar mejor estudiada que otros. Es un microorganismo versátil, ampliamente
distribuido en el suelo, agua, plantas e intestino de animales. Puede causar enfermedad en el
hombre, ciertos animales, plantas e insectos. El agua contaminada puede ser una fuente de
infección para el hombre. Es susceptible a la desecación, pero sus habilidades metabólicas le
permiten sobrevivir y multiplicarse en líquidos y ambientes húmedos de los hospitales. Sus
requerimientos nutricionales son variados, se ha aislado P. aeruginosa de aguas termales, e incluso
de soluciones desinfectantes en el hospital. Las infecciones humanas están la mayoría restringidas
a los pacientes hospitalizados que adquieren el microorganismo de fuentes ambientales (infección
exógena) por contacto con vectores humanos o inanimados. P. aeruginosa desarrolla bien en
medios simples, utilizándose para su aislamiento los medios de cultivo de uso corriente en el
laboratorio clínico.

La identificación de cepas de P. aeruginosa típicamente productoras de pigmento no es difícil, pero


las cepas no pigmentadas pueden presentar un problema. La mayoría se identifican por la
producción de un pigmento, pyocyanina (Bacilo piociánico), soluble en agua, azul, no fluorescente.
P. aeruginosa produce además otro pigmento, pyoverdina, soluble en agua, verdeamarillento,
fluorescente; otras especies del género Pseudomonas también producen pyoverdina. Otros
pigmentos, menos frecuentes pueden ser producidos por P. aeruginosa. La morfología colonial y el
olor frutado de aminoacetofenona son elementos de una identificación sencilla, y aunque existen
caracteres de identificación confirmatorios, son de uso poco corriente. Son bacilos Gram negativos,
rectos o ligeramente curvos, móviles, con un solo flagelo polar. Oxidasa y catalasa positivas,
aerobias estrictas, no fermentan glucosa, utilizan diversos azúcares oxidativamente con producción
de ácido. Uno de los caracteres más constantes es su capacidad de desarrollar a 42ºC. Producen
varias enzimas, proteasas, lipasas, lecitinasas.

Las defensas inespecíficas del huésped son en general suficientes para prevenir la infección por P.
aeruginosa, pero brechas en esta barrera permiten a P. aeruginosa invadir y causar infecciones de
diversa gravedad. Producen el 10% de las infecciones nosocomiales, infectan heridas y quemaduras
y causan infecciones pulmonares, sobre todo neumonía nosocomial e infecciones respiratorias en
pacientes con fibrosis quística. La fibrosis quística es una enfermedad genética asociada a un
defecto en la secreción de cloro, caracterizada por la producción de mucina con una alteración de
su composición iónica, inusualmente espesa. Esto lleva a una menor eficiencia de la mucina para
limpiar las bacterias del pulmón y las vías aéreas y puede impedir el movimiento de las células
fagocíticas. Estos hechos explican la susceptibilidad de los pacientes con fibrosis quística a la
colonización con P. aeruginosa. Si los enfermos son tratados los síntomas pueden desaparecer pero
las bacterias permanecen, presentando infecciones recurrentes. Las condiciones del paciente se ven
agravadas con la infección a P. aeruginosa por las dificultades terapéuticas que se plantean debido
a su alta resistencia a los antimicrobianos.
P. aeruginosa posee los mismos tipos de factores de virulencia que otras bacterias capaces de causar
enfermedad en el hombre inmunocompetente. Pero algo interesante es ¿por qué P. aeruginosa no
es un patógeno franco y es sólo capaz de producir infecciones oportunistas? Es probable que P.
aeruginosa sea ineficiente en su habilidad para llevar a cabo los primeros pasos de la infección;
puede colonizar pero no invadir piel y mucosas sanas y tampoco dar infecciones persistentes con
producción concomitante de factores tóxicos que dañen los tejidos del huésped. Adhesinas. Produce
dos tipos de adhesinas proteicas, pili y adhesinas no pili. Los pili son pili tipo 4 similares a los de N.
gonorrhoeae y se parecen también a los pili Tcp de V. cholerae. Permiten a la bacteria adherirse a
las células epiteliales, preferentemente a receptores asialo-GM1. P. aeruginosa produce una
neuraminidasa que saca los residuos de ácido siálico de GM1, creando sitios de unión para la pilina.
Por otra parte, P. aeruginosa es capaz de unirse a la mucina y lo hace por medio de las adhesinas
no pili. Además del gen que codifica para la proteína estructural del pili otros genes codifican
proteínas ensambladoras y reguladoras. Exoenzima S. Es una enzima excretada que puede actuar
como exotoxina. Tiene actividad de ADPribosilación como otras toxinas, pero aplicada en forma
exógena no daña las células del huésped. Al igual que la toxina colérica intervienen proteínas de las
células del huésped en la activación de la toxina para lograr su máxima actividad. Se sostiene que
actuaría dificultando la acción de los fagocitos lo que facilitaría la sobrevida de P. aeruginosa en el
torrente sanguíneo y órganos. En el pulmón actuaría inhibiendo la muerte intrafagocítica de las
bacterias y promoviendo la infiltración fagocítica en el área. También puede presentar efecto tóxico
directo en los pulmones.
Exotoxina A. Esta exotoxina tiene el mismo mecanismo que la toxina diftérica. Es una toxina A-B
con tres unidades funcionales:

- dominio R (región de unión al receptor celular),


- dominio T (región que media la translocación de la porción enzimática al interior de la célula),
- dominio C (región catalítica).

Los dominios R y T se localizan en la cadena B y el dominio C en la cadena A. La cadena A es


enzimáticamente activa por ADPribosilación del factor de elongación 2 (EF-2) de la síntesis
proteica, que lo vuelve inactivo. Su receptor es una glicoproteína de las células del hospedero. La
mayoría de los aislamientos clínicos la producen, y actuaría produciendo daño en los tejidos y
disminuyendo la actividad de los fagocitos. Elastasas. Elastina es el 30% de las proteínas del tejido
pulmonar. Está también presente en la pared de los vasos sanguíneos. Es responsable de las
propiedades elásticas de estos órganos que se expanden y contraen. P. aeruginosa tiene actividad
elastolítica, produce dos enzimas que actuarían concertadamente: LasA y LasB. LasA actuaría
clivando la elastina y permitiendo la acción de LasB, que es una zinc metaloproteasa, uno de cuyos
sustratos es la elastina.
Estas enzimas actuarían en las etapas tempranas de la enfermedad, por daño directo de los tejidos
pero no en infecciones crónicas, debido a la presencia de anticuerpos antielastasas. También pueden
intervenir degradando componentes del complemento e inhibidores de 1 proteinasa (inhibe el daño
de los tejidos por las proteasas de los polimorfonucleares (PMNs)). En las infecciones crónicas, altos
niveles de anticuerpos producidos pueden llevar a la formación de complejos inmunes y su depósito
en el pulmón activar complemento y atraer PMNs. Los PMNs producen su propia elastasa, más
potente que LasA-LasB. Pequeñas cantidades de LasA pueden facilitar la degradación de la elastina
pulmonar causada por la elastasa de los PMNs. Otras enzimas extracelulares. Produce varias
enzimas además de las mencionadas. Una lipasa alcalina y dos fosfolipasas, no bien estudiadas.
Por otra parte, pyocianina puede funcionar como factor de virulencia. Puede dañar el tejido
endotelial in vitro, lo que sugiere una acción in vivo.
Un atributo de virulencia muy interesante es la producción de alginato. Es un polímero de ácido
mannurónico y gulurónico que forma un gel viscoso alrededor de la bacteria. Las colonias que lo
producen tienen aspecto mucoide. Para las bacterias marinas esto es un atributo importante para
su supervivencia. P. aeruginosa ha adaptado esto a su supervivencia en el pulmón. En medios de
cultivo ricos pierde esta propiedad. Esta capa que rodea a la bacteria y a las colonias de bacterias
en el pulmón puede actuar como adhesina y probablemente previene la ingestión fagocítica de la
bacteria. Los genes que intervienen en su codificación están agrupados en un sector del cromosoma
y organizados en un operón, poseen un sistema de regulación extremadamente complejo. El LPS
también varía durante la transición mucoide – no mucoide. En cepas no mucoides el antígeno O del
LPS tiene cadenas largas y carga negativa mientras que las cepas mucoides tienen cadenas más
cortas y una composición de azúcares que lo hacen mucho más neutro; esto sería importante en la
alta resistencia a algunos antibióticos que presenta P. aeruginosa, situación problemática en
pacientes internados, pero dramática en los pacientes con fibrosis quística, que muchas veces
presentan infecciones por P. aeruginosa resistente a todos los antibióticos disponibles.
Género Hafnia
A éste último grupo de enterobacterias me gusta llamarlas "las figuritas difíciles del álbum" pues
son raras de encontrar y de aislar. Hafnia alvei es un bacilo gram negativo, única especie del género
Hafnia, de la familia Enterobacteriaceae, y que durante mucho tiempo fue incluida en el género
Enterobacter, hasta el desarrollo de las técnicas de biología molecular, que determinaron su
separación, con definición de un nuevo género. Se encuentra ampliamente disperso en la
naturaleza, en lugares como aguas residuales, suelo, oro – faringe humana, intestino delgado y
heces de personas y animales siendo habitualmente un microorganismo colonizador. Se trata de un
microorganismo facultativo, usualmente no patógeno, que se ha aislado de cultivos orgánicos
(faringe, bronquio, sangre, orina y heces), produciendo infecciones en la gran mayoría de los casos,
en pacientes con enfermedad crónica de base, inmunodeprimidos y en relación con estancias
hospitalarias y utilización de antibioticoterapia de amplio espectro.
En los casos descriptos en la literatura el aislamiento de Hafnia alvei se asocia a flora
polimicrobiana, siendo difícil establecer su implicación como agente causal. En la bibliografía
revisada (MEDLINE de los últimos 10 años) se han descrito casos de gastroenteritis, enterocolitis
necrotizante, colecistitis piógena, peritonitis, meningitis, infecciones del tracto urinario, abscesos
cutáneos, endoftalmitis, bacteriemias, endocarditis, neumonía, empiema e infecciones de heridas
en enfermos hospitalizados. H. alvei es un bacilo cuyo nombre es enterobacter hafniae y puede ser
responsable de infecciones graves adquiridas en la comunidad o en el hospital, constituyendo
Enterobacter y Hafnia, agentes de infección nosocomial en el 5% de los casos. En adultos se
considera una causa excepcional de bacteremia, neumonía, infección nosocomial de tejidos blandos,
colonización de catéteres centrales, infección postransplante, endocarditis protésica, septicemia con
shock y coagulación intravascular diseminada. Esto es así porque los sujetos con infección por H.
alvei, excepto aquéllos con afectación intestinal, suelen tener una enfermedad grave de base,
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica, cáncer o
una serología VIH positiva.
Género Ewingella
Ewingella, previamente conocido como Grupo Entérico 40, es un nuevo género en la familia de
Enterobacteriaceae y se describió primero por Grimont y colaboradores en 1983. Este género
incluye sólo una especie, la Ewingella americana. Este microorganismo raramente se encuentra en
las muestras clínicas humanas. La fuente más común ha sido sangre, pero también se ha aislado
del esputo, orina y heridas. En la mayoría de los casos, la importancia de la patogenia de este
organismo, aunque sugestivo, no se ha establecido. Recientemente, informes esparcidos de
infecciones debidas a E. americana han aparecido en la literatura. Ahora es más frecuente observar
su desarrollo en peritonitis causado por E. americana en pacientes con fases finales de enfermedad
renal que sufren la diálisis peritoneal ambulante continua desde hace más de 12 años. La causa
primaria de fracaso renal era la enfermedad del riñón poliquístico.
Género Kluyvera
Kluyvera corresponde a un nuevo género llamado: Grupo Entérico 8. Se divide en tres grupos:

• Kluyvera ascorbata, que sería la especie tipo y que se aísla preferentemente de especímenes
clínicos, es incapaz de crecer a 5º C, e in vitro es inhibida por cefalotina y carbenicilina. Es test de
ascorbato positivo a diferencia de la segunda especie,
• Kluyvera cryocrescens que es negativa ante este test y que se aísla más del medio ambiente que
del paciente.
• Finalmente existe un grupo heterogéneo, sin nombre específico llamado Kluyvera especie grupo
tres, distinto genéticamente de los anteriores.

Las cepas de Kluyvera tienen las mismas características de la familia Enterobacteriaceae a la cual
pertenecen, son bacilos Gram (-) con flagelos perítricos lo que la hacen móviles, catalasa (+) y
oxidasa (-), crecen en agar de Macconkey, fermentan la glucosa y son indol (+), rojo metilo (+).
Vogues Proskauer (-), citrato (+), H2S (-), ureasa (-), fenilalanina deaminasa (-) y arginina
dihidrolasa (-), lisina (+) y ornitina descarboxilasa (+). Es difícil diferenciarlas de Escherichia coli.
Según resultados a través del Microscan, pudimos apreciar que es una colonia más seca y rugosa y
con un fenotipo de mayor resistencia a antimicrobianos que E. coli. Todavía se requiere mayor
información para que podamos adjudicarle un significado clínico a este género.
Género Cedecea
Cedecea davisae es un bacilo gramnegativo, que pertenece a la familia de las Enterobacteriaceae;
aunque tiene diferencias fenotípicas con los otros microorganismos de esta familia de bacterias,
tiene grandes similitudes con la Serratia. Es lipasa positiva, siendo resistente a la acción
antimicrobiana de algunas cefalosporinas y de la colistina. Se han comunicado aislamientos por
este infrecuente microorganismo en esputo, tracto gastrointestinal, heridas de las manos, escroto y
ojos y también se ha aislado en algunos casos de bacteriemias. No se ha encontrado a la fecha
ningún caso de absceso de puerta de entrada de laparoscopia en el que se haya aislado este
microorganismo, pero no es de extrañar que sea un oportunista en éste tipo de técnicas
quirúrgicas. El nombre de Cedecea fue propuesto recientemente para un único nuevo género en el
ancho mundo de las Enterobacteriaceae, previamente conocido como Grupo Entérico 15. Los
extendidos de Cedecea se parecen a los de Serratia porque ellos son lipasas positivas y resistentes
al cephalothin y colistin. Sin embargo, Serratia difiere de Cedecea al no hidrolizar la gelatina y el
ADN. Dos especies se nombraron originalmente en Cedecea: C. davisae y C. lapagei, pero la
hibridación de ADN indicó que otro grupo era distinto y debe ser considerado entonces como un
tercero adicional.

Género Moellerella
El nombre de Moellerella wisconsensis se propone previamente para un grupo de la familia
Enterobacteriaceae llamado los Grupos Entéricos 46. La especie wisconsensis se acuñó porque se
aislaron seis de las nueve especies reconocidas en Wisconsin (USA). Estas especies de wisconsensis
eran negativas para: la producción del indol, Voges – Proskauer, producción de SH2, urea,
deaminasa de la felilalanina, lisina y decarboxilasa de la ornitina, dihidrolasa de la arginina, la
producción de gas de la D – glucosa, la producción ácida de la trealosa y la motilidad. En cambio,
eran positivas para: el rojo de metilo, citrato (Simmons), producción ácida de la lactosa y rafinosa
y resistente al colistin. La información clínica sobre un caso de un paciente internado encontrado
en USA puede a priori ser asociado con un caso de diarrea del mismo no por su patogenicidad sino
por su oportunismo. En el agar de MacConkey, las colonias de M. wisconsensis eran luminosas y
rojas con la bilis precipitada alrededor de ellos y así eran indistinguible de las colonias de
Escherichia coli. Los estudios futuros deben enfocar en el aislamiento de este nuevo organismo y su
relación a la enfermedad humana, por sobre todo a la trasmisión por los alimentos (ETA).
Género Rahnella
Entre los cambios que ha experimentado el trabajo con bacterias y hongos tenemos los adelantos
en la identificación, que ha pasa o rápidamente manual a automatizada, lo que ha permitido crear
una serie de bases de datos con las cuales se aumentan las posibilidades de identificación correcta
de un organismo. La primera de esas bases de datos es la utilizada por el sistema API de la Casa
BioMerieux, la cual ha mejorado e introducido una serie de nuevos organismos. Esta misma base
de datos se utiliza en los sistemas automatizados como el Vitek de la misma casa comercial y otras
bases de datos de características similares se emplean en sistemas como el MicroScan de la Casa
Dade. Unido a esta mejoría en la identificación de los microorganismos y como un paso más
adelante, está el hecho de que el futuro en la clasificación de los microorganismos parece dirigirse
al uso de los métodos moleculares, ya sea PCR o hibridización. Este futuro ya casi está entre
nosotros y técnicas como el ribotipeo o técnicas para la detección de genes de resistencia bacterianos
ya son de uso en algunos laboratorios de investigación.

Todo esto ha permitido ampliar la gama de organismos que los laboratorios clínicos pueden
identificar, entre ellos los de muy baja frecuencia de aislamiento a nivel mundial, como es el caso
de la Rahnella aquatilis que es un raro bacilo Gram negativo que pertenece a la familia
Enterobacteriaceae y fue aislado por primera vez en 1979. Ha sido aislado principalmente de agua
fresca y los aislamientos clínicos son sumamente escasos. Ha sido encontrado en el catéter de un
paciente con bacteremia posterior a un transplante de médula ósea, en orinas de pacientes que han
recibido un transplante renal, en heridas quirúrgicas infectadas, en sangre, en muestras
respiratorias y en heces. Algunos de estos pacientes estaban infectados con el virus de la
inmunodeficiencia adquirida. Es importante mencionar que dada la rareza de los aislamientos de
Rahnella aquatilis en muestras humanas, no es posible establecer, con algún grado de certeza, su
verdadera capacidad patogénica.
"SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO,
NO ES UN ACTO SINO UN HÁBITO"

ARISTOTELES

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