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PLIEGO Vida Nueva

2.982. 2-8
abril de 2016

No sé cómo amarte
Cartas de María Magdalena a Jesús de Nazaret
PEDRO MIGUEL LAMET, SJ
Escritor y periodista.
Fue director de Vida Nueva
y es autor prolífico de
diversos géneros literarios.
NO SÉ CÓMO AMARTE

que no acaban de encontrar plena


A partir del próximo 11 de abril, estará en librerías respuesta. ¿Por qué subió a Jerusalén
la nueva novela del jesuita Pedro Miguel Lamet: a sabiendas de que se metía en
la trampa fatal? ¿Por qué estaba
No sé cómo amarte. Cartas de María Magdalena a tan angustiado si en el fondo, aun
Jesús de Nazaret (Mensajero). El autor se sirve del repeliéndolo y atribulándole tanto,
era lo que quería, pues a eso estaba
intimista género epistolar para relatar en primera destinando por su misión en este
persona una singular visión del evangelio desde mundo y lo presentía desde siempre?
la mirada de una mujer inteligente, maltratada y Y, sobre todo, la gran pregunta que
incluso para mí misma sigue sin
enamorada. Vida Nueva ofrece un adelanto editorial respuesta: ¿quién era él realmente?
de la carta-prólogo que la protagonista remite Pero no es esa la razón última de mi
a María, la madre de Jesús, y la primera misiva misiva. Quiero revelarte un secreto
que te he ocultado durante todos
al Maestro, amén de algunas claves para descifrar estos años, quizá porque responde
los enigmas de este atractivo personaje bíblico. a un impulso muy íntimo y porque
ni siquiera él mismo lo supo nunca.
Verás: desde que lo conocí aquella
mañana imborrable de primavera en
Argumento NO SABÍA CÓMO AMARLE las landas verdes y floridas de Galilea,
Este es, en síntesis, el argumento de la Carta de María Magdalena me sentí tan conmocionada y a la vez
a María de Nazaret (Papiro 0) tan desbaratada por dentro, que, para
novela: después de la crucifixión y muerte
desahogarme, comencé a escribirle
de Jesús, María de Magdala envía a
Querida María: cartas que nunca me atreví a enviarle
María de Nazaret, su madre, unos papiros Supongo que te sorprenderá recibir y he conservado solo para mí, sin
que dirigió al Maestro y nunca se atrevió de pronto esta carta. Sé que aún no compartirlas hasta ahora con nadie.
a entregarle. En estas cartas manuscritas has enjugado del todo tus lágrimas Me preguntarás qué utilidad tienen
relata, con lenguaje íntimo y apasionado, y que aquel mediodía transformado estos rollos de papiro, que ahora
confidencias de su azarosa vida antes en noche se quedará para siempre te adjunto, garrapateados por las
de conocerle y su radical transformación en tus pupilas como el segundo noches a la luz de una lámpara de
tras el encuentro de ambos en Galilea. nacimiento de tu hijo, inerte y flácido aceite, cuando él ya no los puede
Nacida en Magdala e hija de un rico entre tus brazos como una flor de luz leer, al menos con los ojos de carne
comerciante de salazón de pescado, y de sangre. Sé que podría esperar que tanto amé, ni responder de
algún tiempo más y retrasar este viva voz –¡qué voz la suya, María,
que maltrataba a su madre, todavía
envío que hoy te hago, por medio de qué timbre hondo y juvenil, cómo
adolescente se ve obligada a huir y
Sísifo, hasta que los acontecimientos sonaba a mar infinito, inabarcable y
atravesar duras y arriesgadas situaciones: vividos en la ciudad se vayan amargo!–, ni mirarme con sus ojos
desde un lupanar en Cesarea Marítima apaciguando y la vida tomando, en tan cercanos y misteriosos como
a ser vendida como esclava, favorita del la medida de lo posible, cauces de claras e inagotables fuentes en medio
rey de los Nabateos y famosa bailarina cierta normalidad. Aunque ¿pueden de un desierto. Ahora, madre, solo
en Tiberíades, pasando por el amor de un nuestras vidas en algún momento puedo obtener respuestas desde el
centurión romano, la explotación de una llegar a ser normales después de lo corazón, que, tan herido y lloroso
banda de beduinos en el desierto y la sufrido y sentido durante las últimas aún, todavía permanece hundido
amistad de un sabio griego y un médico semanas? De modo muy consciente en una noche sin estrellas, pese a
judío. Fascinada por Jesús, que la cura de he querido dejarte a solas con Juan, que él parece querer mostrarnos
porque, como el Maestro nos inculcó con sus fulgurantes apariciones
sus dolencias, se convierte en su más fiel
antes de morir, al parecer era lo que un resplandor que nos supera.
seguidora hasta su muerte y resurrección.
él quería y porque yo necesitaba Estoy sentada en la antigua villa
La obra pretende retratar la psicología abandonar por un tiempo esa ciudad de mi padre, bajo el sicómoro que
de una mujer que lo mató y acercarme de nuevo mira al viñedo, donde los campos
buscadora, libre y a Galilea, a mi Magdala natal, para se precipitan anhelantes en busca
compleja, ante la rumiar y meditar detenidamente este del mar de Galilea. Aquí, no sé
trágica experiencia poso de dolor, quietud y desconcierto cómo expresarlo, lo siento más
de un amor tan que nos ha dejado a todos tras su cercano que en las inhóspitas calles
espiritualmente partida y esta nueva manera de vivirle de Jerusalén, donde las miradas
grande como que ahora intentamos estrenar. de odio se entrecruzaban con
humanamente ¡Cuántos recuerdos brotan a horribles gritos e insultos. ¡Cómo
borbotones del fondo del alma y nos arropábamos juntas, madre, al
imposible, que
cuánto nos queda aún por saborear verle pasar así, hecho un jirón de
la supera y la
y por comprender cabalmente! amor e ignominia! ¡Solo tu calor y tu
sublima. Preguntas clavadas en el corazón entereza me mantenían entre la plebe

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vociferante! ¿Recuerdas? Sigo sin comienzos, armonizar en que a cada una la miraba
comprender cómo podías sostenerte ambas sensaciones. como si fuera única y que
de pie y tan entera hasta el final. En una palabra, María, no han conocido hombre, ni
Dime, María, ¿a quién sino a no sabía cómo amarle. judío, ni romano, ni griego,
ti podría enviar estas cartas de ¿Cómo se puede abrazar fiel o gentil, que tratara a
enamorada? ¿A quién desembaular el horizonte? ¿Cómo se las mujeres así, con ese
de pronto este saco de secretos, esta puede de una ojeada respeto y delicadeza, sin
catarata de amor y angustia que se contemplar el mar entero? despreciarlas o negarles la
despeña de mi corazón? ¿Quién sino ¿Qué sensación queda palabra. Juntas evocábamos
tú puede entender este desgarro cuando una voz se te los caminos andados a su
de sol y sombra que me anega? clava en el corazón y este vera, sus palabras preñadas
Comprobarás, al leerlas, que para resuena hasta convertirse de sugerencias, sus manos
mí también “todo empezó en Galilea”, en cúpula de lo infinito? ardientes sobre las llagas
como suelen decir los discípulos, ¿Qué hacer cuando un hombre es a de los enfermos y las cabezas de los
después de que tú te quedaste sola la vez ternura y desplante, caricia niños, sus noches a la intemperie en
como una flor abandonada en medio y huida, puerto y barca, morada unión a ese Padre, que nunca hemos
del erial y le dejaste en Cafarnaún, y camino, abrazo y despedida? visto y que siento detrás de él como
libre para seguir su camino. ¡Cuántas Sé que he muerto con él y que un incomprensible lazo, que tiraba
veces he pensado qué vacía debiste a la vez nunca estuve tan viva. de Jesús como un amante, que me
de encontrar tu casita-cueva de ¿Quizás porque de pronto me lo arrebataba y que, lo confieso, me
Nazaret sin él y sin tu José, que no anegó el amor? ¿O es porque el producía celos y hasta envidia.
tuve la suerte de conocer, mientras secreto del día se encuentra en la Quiero que leas estas confesiones
continuaban madurando las uvas oscuridad hueca de la noche? sinceras y al límite de mí misma y
de la vieja parra que lo había visto Hace unos días estuve en su que me respondas, si quieres, o las
crecer y él no regresaba ya como ciudad, Cafarnaún, en casa de Pedro. quemes, según te lo pida el alma; que
antaño, sudoroso, de la carpintería Todo estaba igual que entonces: el tú, que tan bien le conoces, disuelvas
por el empinado sendero del pueblo! zaguán olía a brea y tinaja, cordel y esta sobresaltada mezcla de amor,
¡Cómo debieron de ser tus largas pescado a la brasa. Sus discípulos lágrimas, desasosiego, hervor y miedo
horas de ausencia y silencio! Aunque asaban peces en el patio y salían que me despierta por la noche para
ese silencio, querida madre, tu regularmente a pescar, como antaño, buscar su silueta blanca en la barca
silencio de siempre, incluso antes hasta el amanecer. Dicen que lo han de Pedro, entre las redes, y la crecida
de que él naciera, ha estado en visto (pero ya sabes, irreconocible, claridad de luna que le añora sobre
cada momento desbordado por una como ahora se muestra: es él, pero no el mar y los recovecos del campo
extraña plenitud. Al menos eso intuí parece el mismo) y que lo encontraron por el que caminamos juntos.
desde que te vi por primera vez. en la orilla después de una pesca Habrás oído decir que algunos
Sabrás por mis letras con todo abundante. ¿Será una alucinación que discípulos han mostrado su intención
detalle cómo le conocí; cómo era sufrimos todos sus amigos provocada de poner por escrito la experiencia de
el agujero de mi alma hasta ese por el ansia y el dolor? ¿Llegué a estos años, para que su buena nueva
momento aquí en Magdala y en mis verle realmente en aquel hortelano? pueda conservarse y transmitirse de
penosos viajes por este mundo; cuáles Pues yo sigo con mis preguntas de padres a hijos. Yo les he animado.
fueron mis amores o desamores; mujer desconcertada, como me dejó Pero te pregunto: ¿consideras una
cómo ansiaba ya entonces, cual cierva en el huerto del sepulcro, cuando osadía que una pobre mujer escriba
sedienta, el manantial de aguas me dijo que dejara de tocarle. ¿Cómo en estos tiempos sus recuerdos y
vivas. Conocerás los hombres que puede sin tocar vivir una mujer loca vivencias, que desvelan su intimidad?
han pasado por la vida de aquella de amor? Siento mis manos ¿Sería pretencioso que una
adolescente y mi insatisfacción de como muñones y mis ojos frágil judía, es más, que
raíz y hasta mis locuras a pesar como dardos sin diana, “la pecadora” señalada
de todas las riquezas de mi padre, me siento huérfana, viuda, con el dedo no solo relate
mi escapada de todo, mi lucha de perdida, mientras paseo lo que vivió junto a Jesús
mujer por sobrevivir, mi muerte junto al lago y desgrano de Nazaret, sino que se
en vida. Se cuenta, y lo cuchichean los días, las horas, los haya atrevido a escribirle
algunos discípulos, que él me liberó minutos vividos junto a él. cartas en secreto?
de siete demonios. Ahora sabrás si Algunas de las mujeres Tú le tuviste en tu seno,
son demonios realmente o abismos que le seguían han venido le cantaste las primeras
interiores, deseos de luz, de abrazos a verme. Todas coinciden nanas, le enseñaste las
llenos y besos con sabor a océano,
de risas estrelladas y esa mil veces
buscada música de dentro. María Magdalena envía a María, la madre
Te confieso lo que sabes: que él me
abrió las puertas del espíritu mientras de Jesús, las cartas que nunca se atrevió
mi carne de mujer se estremecía,
y que me costaba, sobre todo a los a entregarle personalmente en vida a su Hijo
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NO SÉ CÓMO AMARTE

primeras palabras y le viste crecer tan conocí. Luego, Dios dirá nació hace veinticinco
cerca y tan lejos, como un riachuelo qué hago con todo esto. años en esta ciudad de
que iba haciéndose proceloso y se ¿Por qué te escribo? Me Magdala, a un paso de
te escapaba en busca del mar. Nadie encantaría sentarme a donde ahora escribo, a
como tú puede comprenderme o, si tu lado y, solos los dos, un camino de sábado del
quieres, amonestarme y explicarme mirándote a los ojos, mar de Tiberíades. Soy
qué me pasa, María. Muchas veces contarte cuanto voy a hija del mar y los peces.
me quedo absorta mirando cómo intentar entregar al papiro Mis ojos se estrenaron
él se te parece hasta en la manera ahora, dejando pasar el a la visión, despertando
de andar. Nos une su amor y el tiempo sin tiempo, con azules, cuando mi madre,
silencio de su ausencia-presencia. ese sabor a eternidad en Débora, una cananea hija
Depositar estos papiros, donde la que se me suspenden los sentidos de un comerciante venido de Oriente,
tinta egipcia de ceniza se empaña cuando te veo o te siento dentro. Me me daba de mamar en estas riberas,
con lágrimas, en tu seno, es como arde el corazón con solo recordarlo. en los tiempos en que ya mi padre,
reposar mi turbulenta vida en su Pero estás tan ocupado, tan rodeado Jorán, no le hacía el menor caso,
pecho. Ya sabes: siempre seré de tus discípulos y la gente que te obsesionado con sus negocios de
“María la llorona”. Que su paz nos devora, cuando no te retiras solo salazón. Aprovechó desde el primer
inunde, madre querida. Salúdame a a orar por la noche al monte, que momento la Via Maris, esa calzada
Juan, que con tanto cariño te cuida, no me atrevo a abordarte y menos que los romanos trazaron para
y tenme presente en tu plegaria a decirte lo que sentí en el primer embarcar rumbo a la Urbe, desde
para que el Paráclito me visite y me momento en que te conocí y me viene el puerto de Cesarea Marítima, un
ilumine en medio de esta espesa, quemando las entrañas desde hace pescado que el imperio considera
ardiente, prolongada noche. meses. Aunque muchas veces pienso: de primera calidad. Se había hecho
Tu hija, ¿cómo decir lo inefable? ¿Cómo rico en pocos años y el dinero se le
María, la de Magdala verter en palabras lo que gritan fue subiendo a la cabeza como un
mis ojos o hierve en mis pulsos? licor venenoso, hasta endurecerlo
EL GORRIÓN DE MAGDALA Pero antes necesito remontarme y apagarlo bajo el brillo de su
Primera carta lejos, arrancar de los comienzos, abultado montón de denarios.
a Jesús de Nazaret (Papiro 1) contarte paso a paso quién soy Desde muy niña recuerdo a
yo. Parece mentira que nunca mamá esquiva por los rincones,
Querido Jesús: encuentre la ocasión tranquila de disimulando detrás del velo y con
Adoro estos momentos atravesados conversar contigo a solas, ¡andas afeites torpemente untados los
de tonos rojizos y sombras, cuando siempre tan atareado! Porque mi golpes que le propinaba y sorbiendo
la tarde se despereza como los apariencia engaña mucho, querido lágrimas en los rincones oscuros de la
brazos anchos de una campesina Jesús. Creo que tú lo has intuido hermosa villa que, al modo romano,
para reclinarse pronto en forma de desde que te vi por primera vez. se había construido mi padre en
noche y todo parece buscar quietud Solo hay que echar una ojeada a medio de este paisaje de ensueño.
y despedida. La plata de los olivos se tus discípulos cuando, con mayor –Madre, ¿qué te pasa? –le dije
convierte en oro viejo y los pájaros, o menor disimulo, se les escapan un día en que estaba sentada en
después de un revoloteo, se quedan miradas que no pueden reprimir. el patio peristilado, con los ojos
extáticos para asistir mudos al último “Son hombres, ¿qué van a hacer?”, me fijos en la fuente de tres caños en
suspiro del día con la caída del sol. digo. Y eso que tú les has advertido forma de cabezas de serpientes.
A lo lejos, el mar de Galilea se diría que ya se puede adulterar con solo –Nada, hija mía. Que me
este atardecer un espejo malva mal el deseo. Pero el instinto tiene garras he caído en el mercado esta
azogado, mientras, sentada sobre que caminan solas. ¡Hombres! mañana. No te preocupes.
una gran piedra plana, en un rincón Te cuento esto no para presumir –¿Y padre?
de las afueras de Magdala, donde me de cuerpo hermoso, ya me conoces. –Ya sabes. Estará en el salarium
escapaba de niña a jugar y soñar sola, Sino para decirte lo que sabes: que u oreando el pescado. Vendrá
te escribo esta mi primera carta. detrás de toda esta opulencia, en esta noche, creo. No te preocupes,
¡He dudado tanto si atreverme mi seno palpitante y mi mirada de María. Anda, vete a jugar.
a poner por escrito lo que llevo mujer se oculta un alma de niña, No tuve que esperar mucho para
hace meses atesorando frágil como un gorrión comprobar cuántas noches no
en el alma y sobre todo tembloroso sobre una volvía o llegaba ebrio golpeándose a
si enviarte o no estas rama en pleno invierno. bandazos en las columnas después
confesiones! Al fin he ¡Me siento tan pequeña, de continuas francachelas con los
resuelto que volcar todo lo tan pobre, tan indefensa amigos, ausente siempre del hogar.
que llevo dentro me hará como si mi cuerpo cantara Un día, cuando apenas contaba
bien, pues por el momento coplas que no son mías seis años, le atisbé desde el patio
no me atrevo a compartir o fuera un corcel al abofeteando a mi madre, que ya
con nadie este fuego que galope sobre el cual no a duras penas podía ocultar los
me devora desde que te soy capaz de cabalgar! moratones. Mi padre era un hombre
Soy la misma niña que grande, de barba rala y ojos de

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hielo. ¡Me cuesta tanto recordarlo! había despertado en mí la feminidad
Apenas conservo en la memoria de repente, como un volcán. Me
caricias suyas. Eso sí, intentaba sorprendía untándome coloretes
compensar su frialdad con regalos de mi madre o mirando cómo
continuos y costosos. Muñecas habían crecido mis pechos más
de trapo tracias, ajorcas egipcias, rápidamente que los de mis amigas.
vestidos de seda persa, que adquiría ¿Acaso no lo decía el Cantar?
de buhoneros fenicios, o preciados Tus dos pechos, cual dos crías
perfumes y refinados collares que mellizas de gacela (…)
compraba a sus amigos romanos. ¡Qué bellas tus mejillas con los
Todo lo hubiera cambiado por un pendientes, tu cuello con collares!
instante suyo de cariño, porque ¿Era malo sentirse hermosa? Sin
Magdala, lugar
me sentara en sus rodillas y me embargo, mi madre me zarandeó de nacimiento de nuestra
contara algún cuento habitado por un día que me ensortijé y me colgué protagonista, se ubicaba
princesas y elefantes de Oriente. “pendientes de oro incrustados de en la región de Galilea,
Yo era, querido Jesús, una plata” de su arqueta en la alcoba. junto al lago de Genesaret
niña ayuna de estrellas, con Brillaban mis ojos verdes, que había o de Tiberíades
los sueños por estrenar.
Recuerdo cómo tiraba de la
túnica de Sara, la cocinera, para
que se ocupara de mí entre las
vasijas de grano o cuando removía
el molino de piedra en el corral de
atrás, entre el balido casi humano
de las cabras que ordeñaba.
–¡Ay, esta niña, Yahvé la
proteja –susurraba indignada–,
que nadie se ocupa de ella!
Ven, hija mía, ven conmigo.
Y me acurrucaba en sus
faldas recitando salmos:
Dichoso el que cuida del pobre
y desvalido:
el día aciago lo pondrá
a salvo el Señor.
Entonces el latido entre sus pechos
acompasaba los versos del salmista
y yo bebía, en arrullo de paloma,
un sorbo imposible de madre.
Así fui creciendo, querido Jesús,
como un cervatillo indefenso
en medio de la foresta, hasta
que una noche grité a mi madre
que me había hecho mujer.
–¡Esta niña es un peligro, Débora!
–oí decir a mi padre, reclinado en
la mesa mientras devoraba un
cordero condimentado con hierbas
con mis tíos, que habían venido
de Jerusalén a celebrar la Pascua,
y yo jugaba con mis primos al
escondite en la huerta, aunque,
oído avizor, me enteraba de todo.
–Por Dios, Jorán, si todavía
no es más que una niña
de doce años; no exageres.
–¿Exagerar? El otro día tuve que
propinar un puñetazo a uno de mis
empleados después de sorprenderle
en un comentario soez sobre María.
Y en parte tenía razón. Cuando
aún me fascinaban las muñecas

VIDA NUEVA 27
NO SÉ CÓMO AMARTE

heredado de ella, tan raros en mi raza, entonces se dieron cuenta de que amonitas, edomitas, fenicias e
como mi pelo color caoba que tocaba estaban desnudos. Pero desde hititas, hasta “setecientas esposas y
con un sutil velo turquesa. Al mismo muy pequeña yo era reflexiva y trescientas concubinas”. Madre mía,
tiempo volaban mis sueños como no me cabía en la cabeza aquello no sé si exageró el autor del libro
aves cautivas en busca de aire libre. del fruto unido a la desnudez. de los Reyes, pero nadie solucionó
–¿Estás loca, María? Anda, –Rabí –le pregunté un día a la entonces mis perplejidades. Nunca he
niña, vete con tus amigas. salida de la sinagoga–, ¿es malo que a dejado de leer los libros sagrados y mi
No juegues con fuego. Adán y Eva se les abrieran los ojos y curiosidad me llevó con el tiempo a
Pero ¿puede encerrarse el supieran distinguir el bien del mal? una tremenda conclusión: en la Biblia,
fuego cuando empieza a quemar? –No, María, esa es la la hembra ocupa un lugar secundario.
¿Puede esconderse la belleza en consecuencia de su pecado. Es propiedad de su padre y, luego,
un arcón con siete llaves? –Y ¿cuál fue su pecado? de su marido. No hereda, salvo que
Se torneaban mis brazos y mis –El orgullo: querer ser como Dios. carezca de hermanos varones. No
piernas, “columnas de mármol –¿Y eso qué tiene que ver con que se le consulta para el matrimonio.
apoyadas en plintos de oro”, y me se vistieran con hojas de higuera y No puede promover el divorcio.
espiaban los mozos de Magdala sintieran vergüenza de su cuerpo? Tiene prohibido participar en oficios
cuando me levantaba la túnica hasta –Porque se despertó en ellos la religiosos. Sus votos en el templo
las rodillas para bañarme en la malicia; descubrieron el deseo, valen menos que los del hombre. ¿Es
orilla y brincar sobre el agua riendo hija. Pero tú eres muy pequeña ese el designo de Dios sobre nosotras?
con mis compañeras de juego. para entenderlo. Cuando crezcas, Eso sí, de algo estoy segura: que
Aquella conciencia de ser bella lo comprenderás del todo. el mal, el pecado o como quiera
acrecentaba mi soledad, princesa ¿Por qué los mayores huyen llamársele, es algo verificable,
encarcelada en un palacio de siempre de las preguntas más algo que llegaría a sufrir a fondo
oro y jaspe, que en el fondo vive importantes de los niños? Esa misma en mi propia carne. Y proviene
alejada de los demás, porque –lo cuestión me la sigo haciendo hoy. precisamente del orgullo y el dominio
aprendí muy pronto– ser deseada Igual que nunca entendí lo que le sobre los demás, más que del ansia de
no siempre es ser querida. Hasta dijo a Eva: “Mucho te haré sufrir en amar que llevamos dentro. Lo empecé
el rabino me miraba de reojo, con tu preñez, parirás hijos con dolor; a vivir en mi casa de una manera
esa mezcla de gusto y pasión con tendrás ansia de tu marido y él te trágica, como te lo voy a contar.
que se contempla lo prohibido. dominará”. ¿Es el destino de la mujer Un día, cuando tenía quince años,
Cuando nos instruía sobre Adán solo parir? ¿Es mala el ansia de amar subí al centro de Magdala a llevar un
y Eva, yo lo seguía sin pestañear. y ser amada? ¿Por qué es el hombre recado a mi padre. Creo que era un
Dios le da un paraíso al hombre y le el que tiene que dominar a la mujer y rollo de papiros con las cuentas del
concede una mujer para que le haga no al revés? ¿Porque hemos salido de negocio, que se había dejado en casa.
compañía. Aprendí que nos creó su costilla y no ellos de la nuestra? No estaba en la lonja de la salazón,
mirándose a sí mismo: “A imagen de Muchas y difíciles preguntas pregunté en el mercado y me dijeron
Dios lo creó: varón y hembra los creó. para una adolescente sensible y que estaba en la mikveh, donde los
Y los bendijo Dios y les dijo: ‘Creced reconcentrada. Mirando cómo se hombres hacen abluciones y se
y multiplicaos’”. Mi imaginación de apareaban las cabras en la majada, les bañan después de tener relaciones
niña descubría valles, montañas, daba vueltas a estas historias, como si sexuales. Esperé en la puerta, oculta
mares, ríos, animales y, en medio, ellas, los camellos y los perros fueran detrás de una tinaja, pues tenía
un hombre y una mujer desnudos más felices que nosotros, que hemos verdadero pavor a mi padre.
con la mirada limpia, destinados a perdido la naturalidad y el contacto Le seguí sin que me viera. Cruzó
disfrutar de esa belleza. Los veía de con la hermosura espontánea de la el mercado, refulgente al sol del
la mano, felices, abrazándose bajo naturaleza. Por no hablar del lío que mediodía. Luego se perdió por un
los árboles, despertándose juntos me produjo saber que Abrahán le callejón donde le esperaban dos
sobre prados cuajados de flores, sin dijo al faraón que su hermosa mujer, mujeres de labios pintados y grandes
miedo a su desnudez y armonía. No Sara, era su hermana para que yaciera escotes, Lot y Rebeca, famosas en
era malo el cuerpo, pues Dios mismo con ella, o que Isaac tuviera catorce Magdala por acudir a un prostíbulo
reconoce en el relato bíblico que lo hijos con cuatro mujeres diferentes. romano, aunque yo entonces lo
que había hecho era “muy bueno”. ¿Y Salomón? Se acostó con moabitas, ignoraba. Volví a casa asustada,
Luego Jonatán, el rabino, se sin entregar a mi padre el recado,
mesaba la barba y esgrimía el dedo: y con toda ingenuidad se lo conté
–Pero ellos desobedecieron a He aquí un relato a mi madre. Ella, como casi no
Dios comiendo del árbol del bien salía de casa y a pesar de los malos
y del mal. Y debéis saber que fue evangélico desde tratos de mi padre, apenas sabía
la mujer la que incitó a comer el de sus correrías, si no era que se
fruto, siguiendo la tentación de la óptica de una emborrachaba con los amigos.
la serpiente, para ser como Dios, Aquella noche los gritos y los golpes
“versados en el bien y en el mal”. mujer maltratada, despertaron a los vecinos. No pude
Mis ojos de niña se abrían pegar ojo y, a la mañana siguiente,
desorbitados al saber que enamorada y libre cuando fui a buscar a mi madre, no

28 VIDA NUEVA
Conversión de la Magdalena, Magdalena penitente,
de Artemisia Gentileschi de Giacomo Galli

Los enigmas de la Magdalena


Después de la publicación del best seller mundial El código Da de “penitente”, así como la lectura del Evangelio de Lucas sobre
Vinci, uno de los libros de ficción más leídos y de peor calidad la pecadora de su memoria litúrgica, diríamos que hoy conviven
literaria, que difunde las tesis más descabelladas y absurdas dos teorías extremas sobre su figura: una más conservadora, que
sobre ella, se produjo un auténtico boom editorial en todo el defiende la Magdalena de siempre; y otra, influida sobre todo
mundo, que pretendía ofrecer aportaciones a su comprensión, por la teología feminista, que le atribuye un papel preeminente,
desde diferentes ángulos y posturas. Celebrada como santa por concedido por el mismo Cristo, entre sus seguidores, que habría
la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y la comunidad anglicana, sido eclipsado y postergado por la primitiva Iglesia al identificarla
María Magdalena tuvo cierta importancia para las corrientes con una prostituta, siendo descalificada de esta manera por
gnósticas de los orígenes del cristianismo y es mencionada tanto los apóstoles varones por el mero hecho de ser mujer. Según
en el Nuevo Testamento como en algunos evangelios apócrifos. esta tendencia, los siete demonios de los que fue liberada por
En realidad, en los canónicos se habla poco de ella (…). Jesús no pasarían de ser meras enfermedades psicológicas.
Tradiciones posteriores la han identificado con otras mujeres, No es intención de este libro entrar en esta y otras encendidas
como la adúltera, la mujer anónima que unge con sus perfumes polémicas, ya que abordamos una novela y no un tratado o
a Jesús y María de Betania (con esta última la identifica, por ensayo escriturístico o teológico. De todas formas, su más
ejemplo, el papa Gregorio I) y el arte ambiciosa intención es presentar una
figurativo ha explotado su imagen de lectura evangélica desde los ojos de una
pecadora arrepentida y penitente, lo que mujer enamorada y, sobre todo, trazar el
ha permitido a los pintores e imagineros itinerario espiritual de un despertar de
incluir en sus obras desnudos sacros. la marginación y el sinsentido gracias al
Otras acepciones de María Magdalena, encuentro con Dios. En cualquier caso, es
en competencia con Pedro, como imprescindible advertir que la imagen de la
compañera y hasta amante de Jesús, protagonista solo quiere ser una propuesta
pueden encontrarse en diversos apócrifos más sobre este atractivo personaje
más tardíos, como el Evangelio de Pedro, bíblico, sin pretensión alguna de reflejar la
el de Tomás, el de Felipe y el de la definitiva y real Magdalena, por otra parte,
propia María Magdalena. Los biblistas imposible de recuperar. Eso sí, al mismo
actuales se inclinan a considerar a las tiempo quisiera ofrecer una liberadora vía
tres mujeres citadas como personajes de ayuda, consuelo y crecimiento interior
completamente diferenciados. a cuantos, desde la soledad, el dolor y
Aparte de otras tradiciones de la Iglesia la marginación, se enfrentan hoy con los
ortodoxa, después de que Pablo VI retirara Magdalena meditando, envites de un mundo cruel e injusto.
en 1969 de María Magdalena el apelativo de los hermanos Le Nain (Fragmentos tomados del Epílogo)

VIDA NUEVA 29
NO SÉ CÓMO AMARTE

la reconocí. Tendida sobre la cama,


era un bulto informe color malva; sus
ojos, rayas rojas cerradas; sus brazos
hinchados, sacos de harina. Sara
limpiaba entre lágrimas sus heridas.
–¡Que se lleven de aquí a esa
niña! –musitó con un hilo de voz
desde sus labios deformados.
La niña ya era lo suficientemente
mujer como para comprenderlo
todo. Salí despavorida y corrí
y corrí campo a través hasta el
lago de Genesaret y allí, frente a
mi mar, lloré con la respiración
entrecortada. Era el primer gran
llanto de la lacrimosa Magdalena.
Aquella imagen de violencia sobre el
cuerpo de mi madre se quedó clavada
dentro de mí y aún hoy me desvela
en las noches. Porque, encima, me
sentía culpable de que hubiera sido
yo la causa del descubrimiento de mi
madre y, por tanto, de la tremenda
carnicería que había sufrido.
Porque desde entonces mi madre
no levantó cabeza. En un primer
momento, mi progenitor se asustó
de lo que había hecho y llamó
primero a un rofé judío y luego a un
servus medicus, el esclavo sanador
de un tribuno, que era su amigo,
cuando este pasó por Magdala.
Ninguno pudo curar a mi madre,
que se apagaba como una antorcha
titilando en el frío del invierno.
Una noche que no estaba
mi padre, ella me llamó:
–María, hija. Me siento cada vez
más débil. Yahvé me arranca de este
mundo sin apenas disfrutarlo y te
voy a dejar sola. Ya no podré cuidar
de ti. Tampoco lo hará tu padre.
Sabes cómo es. Tendrás que hacerlo
tú por ti misma. Pediré al Dios de
Israel que encuentres un hombre
bueno que sea tu esposo y tu amigo,
que te proteja y te quiera como Curiosa historia de un cuadro
mereces. Eres un lirio cándido en
medio de un barrizal. Nunca olvides Este cuadro, que ilustra la cubierta del libro, tiene una historia singular. Su autora,
que, por mucho que te hieran, tu Artemisia Gentileschi, pintora romana del siglo XVII, primera mujer que trabajó
santuario, hija, está dentro de ti. el arte profesionalmente, iniciándose en el taller de su padre, fue violada
Lloré tres días y tres noches, por su maestro. Sin embargo, su padre se negó a denunciarlo al Vaticano hasta
un caudal de lágrimas que me un año después, por lo que el violador mereció como pena solo un año de cárcel y
dejó vacía. Mi padre parecía una de destierro. Artemisia se vengó, sobre todo, pintando mujeres bíblicas como Judit
estatua de piedra bajo el dintel, a
o María Magdalena. De María Magdalena como melancolía existen dos versiones:
la salida procesional del cadáver
una más deshabillé, pero de peor calidad, en México; y esta, que se conserva en
de su esposa entre los pífanos y el
falsario lamento de las plañideras.
la catedral de Sevilla. Rayos X demostraron, además, que el cuadro fue retocado
Yo miraba marcharse el féretro, revistiendo algo más al personaje, seguramente a instancias eclesiásticas.
envuelto en olor a sándalo e incienso, Icono para las feministas, la vida de Artemisia ha sido materia de algunas novelas y
como si mi vida se escapara hacia películas. Sus declaraciones a la Inquisición, bajo tortura, no pueden ser más crudas
el cementerio para siempre (…). y valientes. Como pintora, está considerada heredera de la escuela de Caravaggio.

30 VIDA NUEVA

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