Las donaciones nupciales
en el Derecho Romano
por Enrique LOZANO Corsi
(Universidad de Zaragoza)
1.- Donatio ante nuptias o largitas sponsalicia y la
legislaci6n del emperador Constantino,
Los gérmenes romanos, sobre los que se acoplé el instituto de
la donatio ante nuptias, fueron los donativos del novio a la novia
con ocasién de los sponsalia, donativos éstos que se hacfan
usualmente en todos los tiempos y en todas las sociedades, pero
cuyo relieve en nuestras fuentes, no excesivo por cierto, tiene su
fundamento en ia prohibicién de las donaciones entre cényuges,
que impone al establecer neta y claramente cémo era la donacién
entre prometidos.
Estos donativos podfan ser hechos, eventualmente, a
condicién de devolverlos y exigirlos respectivamente si el
matrimonio no se Hlevaba a cabo.
Hacia finales del siglo III d. C., es decir decididamente en la
era constantinianea y posteriormente, tales donaciones eran de
valor bastante notable, hasta el punto de que la mujer la constituia222 ENRIQUE LOZANO CORBI
normalmente en dote para asi asegurar su restitucién en el
momento de la disolucién del matrimonio.
Sponsalia largitas 0 donatio son siempre las palabras usadas y
casi técnico llega a ser el término donatio ante nuptias, con el que
el instituto fué designado hasta la época de Justiniano. Este
término se halla, aunque sin cardcter técnico, en los juristas
cldsicos, surgido evidentemente de frente a la legislacién romana,
en la que quedaban prohibidas las donaciones después del
matrimonio.
Diversa era, por otra parte, la funcién ético-social y la
importancia econémica. Los donativos romanos tenfan el cardcter
de ceremonias y de testimonios de afecto, es decir eran regalos 0
munera. Las donaciones, en el mundo oriental, eran verdaderas
constituciones patrimoniales destinadas a un fin esencial.
La legislaci6n romano-helénica no podia tardar en tomar
posicion frente a este estado de cosas. Asi, el emperador
Constantino dié el primer paso y en el afio 319 d. C. declaré
sometidos legalmente todos los donativos a la condicién de que
Jas nupcias fueran conclufdas, Hevadas a cabo.
No conclufdas las nupcias, si era el hombre el que no ha
querido Hevarlas a cabo, por cualquier motivo que sea, no tiene el
derecho de repetir estos donativos.
Pero si es la esposa 0 su paterfamilias el que no quiere o si los
esponsales han sido disueltos por la muerte de uno u otro de los
prometidos, el esposo (0 el prometido) o sus herederos tienen el
derecho de repetir dichos donativos, advirtiendo que el derechoLAS DONACIONES NUPCIALES EN EL DERECHO ROMANO = 223
de repeticién de los herederos es limitado al padre, a la madre y a
Jos hijos de un precedente matrimonio (!).
Una posterior constitucién del afio 336 d. C. restringe aiin el
derecho de repeticién de los herederos a la mitad cuando los
sponsalia hubiesen sido consagrados por el beso -interveniente
osculo-, pero al mismo tiempo acordé la repeticién a todos los
herederos, de cualquier grado y de cualquier género, sea en los
esponsales simples (por la entera cantidad), sea en los sponsalia
osculo interveniente (por la mitad) (2).
EI fin de proveer con estos donativos al estado de la viudedad
se delinea en una Constitucién de los emperadores Valentiniano,
Valente y Graciano, probablemente del afio 368 d. C., en la cual
se declara que premuriendo la mujer al marido las cosas donadas
deben volver al donante (3).
2.- EI derecho de los hijos y la legislacién del
emperador Teodosio I y sus sucesores.
Una nueva fase y una funcién secundaria, coordinada con el
nstituto, se inicia en el régimen de las donaciones nupciales con
la Constitucién del afio 382 d. C. del emperador Teodosio I el
Grande, la cual, en caso de segundas nupcias de la mujer,
establecié que la propiedad de los bienes correspondiese a los
1) Vid. C. Th. 3,5,2 = C. 5,3,15.
2) Vid. C. Th. 3,5,6 = Cod. Siro-Rom. L 91.
3) Vid. C. Th. 3,5,9.224 ENRIQUE LOZANO CORBI
hijos del “primer lecho”, conservando la mujer s6lo el usufructo
de los mismos. Por otra parte, se concedié a la mujer el preferir
entre los hijos a aquel que mas le agradara (4).
El emperador Teodosio TI, en el afio 429 d. C., limita al
usufructo el derecho de la viuda pasada a segundo matrimonio,
atin en el caso en el que la donacién hubiese sido agregada a la
dote (5).
Una novela del emperador Mayoriano, del afio 458 4.C.,
abolié el derecho de preferencia citado anteriormente (6).
Por otra parte, Leén y Libio Severo reconocen en una novela
del afio 463 d. C. a todas las madres viudas “sui iuris”, hayan o
no contrafdo segundas nupcias, sdlo un derecho de usufructo
sobre la largitas sponsalicia, confirmando a los hijos de} primer
matrimonio el derecho a la nuda propiedad y declarando
nuevamente abolido el derecho de la madre de preferir al que mds
le agradase de los hijos (7).
El cardcter no romano y meramente afectivo 0 formal de la
donacién aparece, de ahora en adelante, también cn los epitetos
4) Vid. C. Th. 3,8,2. = C. 5,9,3. Aparece aqui, en esta interpretaci6n, el
hijo predilecto del Codigo de Hammurabi.
5) Nov. Theod. 14. Cfr. en el C. 5,5,9 y enel C. 6,61,3.
6) Noy. Maioriani, 6.8.
7) Nov. Sev. 1.LAS DONACIONES NUPCIALES EN EL DERECHO ROMANO 225
con que a ésta se califica: “pretivn pudicitiae” (8) 0 “pretium pro
pudore percepta” (°).
3.- Los pactos nupciales acerca de los lucros
viudales,
Comenzamos aqui una tercera fase. Una Novela del emperador
Valentiniano II del afio 452 d. C., en ausencia de hijos,
establecia la obligacién de la restitucién al padre y a la madre
_- del marido difunto en la medida de la mitad (19), de suerte que
da viuda, con esta reforma singular, sélo obtiene con relacién a
~~ Jos suegros la mitad de la donacién.
Y es éste el estado de cosas que nos presenta, también, el
Libro Siro-Romano, atribufdo a una Constitucién del emperador
Leon,
Hasta la mitad del siglo V, por tanto, la donacién nupcial fuese
o no integrada en la dote, a la muerte del marido, pasaba por
entero a la viuda; en simple usufructo si existian hijos y ella
contrafa un segundo matrimonio (después de la novela de Severo
independientemente de las segundas nupcias); y en absoluto
régimen de derecho de propiedad si no exitfan hijos.
Hacia la mitad del siglo V, el beneficio viudal en relacién a los
suegros y en ausencia de los hijos, queda reducido a la mitad.
8) C. 5,16,24,1.
9) Nov. Valent. 35[34],8.
10) Nov. Valent, 35[34],8.226 ENRIQUE LOZANO CORBI
Pero es entonces cuando empieza a introducirse el uso de fijar
con pactos insertados en los instrumentos nupciales, cuanta parte
de la donacién habria correspondido a la mujer en caso de
premuerte del marido -“pactum de lucranda donatione”-, esto es,
debja hacerse sdlo en los casos, y eran el menor némero, en los
que la donacién no hubiese sido restitufda en la dote.
En el afio 468 d.C., el emperador Le6én establecia la
obligacién de que los pactos nupciales relativos a la donacién,
por consiguiente a favor de la mujer, fuesen iguales a los pactos
nupciales relativos a la dote a favor del marido, esto es que el
marido deberfa de beneficiarse de la dote en la misma proporcién
en la que la mujer se beneficiaba de la donacién nupcial ("!).
La igualdad, come es claro y como advierte el emperador es en
la misma parte (la mitad, un tercio) y no en la cantidad de dinero,
que podia ser diversa si distinta era la cantidad de la donacién o
de la dote.
Pero en Occidente se habfa llegado mas alld en este
movimiento: en lugar de la igualdad de los pactos nupciales, que
importaba una igualdad geométrica de los beneficios nupciales
entre marido y mujer, habfa sido sancionada una verdadera
igualdad aritmética por efecto de dos novelas de los emperadores
Valentiniano III del afio 452 y Mayoriano del afio 458,
respectivamente (12), las cuales establecieron que la cuantfa a la
que ascendfa la dote fuese a la donacién que recibfa.
11) C. 5,14,9.
12) Nov. Valent. 35[34],9, Nov. Maior, 6,9.LAS DONACIONES NUPCIALES EN ELDERECHO ROMANO = 227
Este caput iniustum de la ley de Mayoriano fué abrogado,
poco tiempo después al menos en Occidente, por la citada novela
de Libio Severo I.
Finalmente, el emperador Justino establecié que, a pesar de la
prohibicion de las donaciones entre cényuges, esta donacién
pudiese ser aumentada durante el matrimonio (13).
Y asf nos situamos en el umbral del Derecho Justinianeo, en
pleno siglo VI d.C.
4.- Las donaciones propter nuptias y la legislacién
justinianea.
El emperador Justiniano se esforzé por dar a la donacién
nupcial une fisionomia definitiva, ya sea resumiendo o innovando
las disposiciones de sus predecesores, ya sea reformando desde
el principio la legislacién al respecto,
De estas reformas personales, la m4s célebre, con la que se
fij6 la individualidad jurfdica de estas donaciones en el sistema
romano, fué aquella que, tomando como punto de partida la
teforma de Justino, instituy6 que pudiesen no sdélo aumentar
sino constituir la “donatio” ain durante el matrimonio, sin
preocuparse de las prohibiciones al respecto, cambiando también
consecuentemente el nombre antiguo de “donationes ante nuptias”
por aquél de “donationes propter nuptias” (14),
13) C. 5,3,19,6.
14) C. 5,3,20.228 ENRIQUE LOZANO CORB
Con referencia a la renovacién de las donaciones, Justiniano
da acogida en el Cédigo a las constituciones del 319 d. C. y
del 336 d.C. del emperador Constantino, con alteraciones y
supresiones en la primera de ellas (15).
La revocacién de las donaciones es concedida cuando el
matrimonio no ha sido conclufdo por culpa de la novia; el novio y
todos sus herederos pueden actuar por medio de una condictio 0
de una utilis in rem actio.
Fuera de toda culpa por ambas partes, la muerte de uno u otro
de los prometidos da también derecho a la repeticion, advirtiendo
que se puede repetir s6lo la mitad cuando los sponsalia han sido
celebrados osculo interveniente.
Celebrado el matrimonio, cuando éste se disuelva por muerte
del marido, la donacién queda definitivamente en beneficio de la
mujer, segin la medida del pacto,
Sobre este punto, el emperador Justiniano no sdlo ha insertado
en el Cédigo la Constitucién de Leén, acerca de la igualdad de los
pactos nupciales con los dotales, sino que ademés afiadis la
garantfa de que cuando los pactos fuesen dispates se deberfan
reducir ambos a la medida menor (16),
Excluido de esta hipétesis es el caso de la mora, por parte del
accipiens en recibir la dote, dada la cual se debe remitir la donatio
15) C. 5,3,15; eod, 16; cfr. también C. 5,1,3,
16) C. 5,14,10; 5,3,20; Nov. 22, cap. 20 pr.
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/LAS DONACIONES NUPCIALES EN ELDERECHO ROMANO = 229
ala disolucién del matrimonio, aunque por causa del marido no
se hubiese entregado la dote (17).
Ademas establece que en caso de pacto a favor del cényuge
sobreviviente, la mujer tenga sobre la donatio propter nuptias los
= mismos derechos que los acordados a favor del marido sobre la
dote.
_. No son precisados, por el contrario, los derechos de la mujer a
- falta de pactos, ni son trafdas las constituciones que figuran en el
Cédigo Teodosiano y que limitan los derechos de la mujer sobre
las donaciones, por lo que por tanto debe retenerse que la mujer,
en caso de muerte del marido, adquiera la entera donacién.
Si la mujer pasa a segundas nupcias tiene sélo derecho a una
cuota igual a la de cada hijo. La Novela 162 establece que,
aunque no haya sido exigida la traditio de los bienes objeto de la
donatio prometida, la viuda tiene el derecho de reclamarios.
Con la Novela 97, del afio 539 d. C., el emperador Justiniano
exige la igualdad absoluta entre la cuantia de la dote y aquélla de
Ja donatio propter nuptias.
El mismo emperador Justiniano acab6é por abandonar en el
derecho de las Novelas la igualdad geométrica “non ex quantitate,
sed in partibus” y adoptar aquellas relaciones de igualdad
absoluta, aritmética de la donacién y de la dote, ya introducidas
por Valentiniano III y Mayoriano y abrogadas por Severo.
17) Nov. 91, cap. 2.230 ENRIQUE LOZANO CORBI
5.- Administracién de estos bienes.
Los bienes que forman parte de la “donatio” son administrados
por el marido, que no puede enajenarlos 0 hipotecarlos, ni
siquicra con el consentimiento de la mujer, a menos que tal
consentimiento no sca repetido después de dos afios y existan
otros bienes del marido sobre los que ella pueda reembolsarse.
La mujer ademis, en caso de “inopia del marido”, puede pedir
la separacién de los bienes que forman parte de la “donatio” o
reivindicarlos de terceros; en garantfa de la restitucién, en el
momento de la disolucién del matrimonio, tiene una hipoteca
sobre los bienes del marido.
Finalmente, el paterfamilias esta obligado a constituir la
donacién,
6.- Paralelismo entre !as donaciones nupciales y la
dote. Tendencias hacia la comunién familiar.
Serd interesante resumir, finalmente, el paralelismo de la dote
y de las donaciones nupciales, que constituye uno de los rasgos
més caracteristicos de este instituto que estamos estudiando:
1°.- Igualdad de los pactos nupciales relativos a la dote y a la
donacién.
2°.- Igualdad de la cuantfa de la dote y de la donacién,
igualdad geométrica en principio, esto es, segtin las cuotas
efectuadas; igualdad aritmética mds tarde, es decir
igualdad segtin la cantidad.LAS DONACIONES NUPCIALES EN EL DERECHO ROMANO = 231
3°,.- La obligacién del padre de constituir la donacién nupcial
por el hijo, corresponde a la obligacién de constituir la
dote por la hija. A este fin se transporta a la donacién el
jenguaje del “pater” y del “extraneus”, las estipulaciones
especiales a favor del “extraneus” (!8) y se podra
trasportar el lenguaje de la dote “profecticia”, “adventicia”,
“recepticia”’.
4°.- Las penas del divorcio y las penas de las segundas
nupcias conciernen igualmente a la pérdida de la dote y
donatio propter nuptias.
5°.- La dote, materialmente, se dice propia de la mujer, la
donacisn, propia del marido (19); es mds, también se repite
la controversia andloga, esto es, si la “donatio propter
nuptias” deba considerarse como propiedad de la mujer 0
del marido.
6°,- Las donaciones nupciales, al igual que la dote, presumen
el matrimonio.
A esta correspondencia de estructura alude el propio
emperador Justiniano (20) con las palabras: “et nomine et
substantia nihil distat a dote ante nuptias donatio”.
No serfan exactos paralelismos la remisién a la mujer durante
el matrimonio, la hipoteca legal, la “reivindicatio utilis” o la
18) C, 5,12,31,3.
19) C. 5,3,18 y Nov. 22, cap, 20,1.
20) C. 5,3,20.232
BNRIQUE LOZANO CORBE
accién hipotecaria a eleccién (2!), ya que en rigor estos derechos
debieran ser acordados al marido, de la misma forma que los
derechos correspondientes en la dote son acordados para la
mujer. Por la misma raz6n, tampoco es exacto el paralelismo en
la prohibicién de alienar y pignorar, ni siquiera con el
consentimiento de la mujer.
Por otra parte, el régimen particular de la donaci6n diverge de
Ja dote:
1°. En cuanto a la hipoteca concedida a la mujer sobre los
bienes del marido, que garantiza la “donatio propter
nuptias”, no es privilegiada.
2°.- En cuanto que disuelto el matrimonio, por muerte de la
3°.
mujer, el marido no tiene ya el derecho de repetir la
donacién respecto de los herederos de la mujer, mientras
que la mujer en el supuesto correspondiente tiene el
derecho de repetir su dote.
En cuanto que Ja dote es generalmente transmitida para
que, una vez disuelto el matrimonio, sea restitufda a la
mujer o a sus herederos, mientras la donacién nupcial es
s6lo usualmente prometida para ser pagada efectivamente
a la mujer o a sus herederos, una vez ya disuelto el
matrimonio.
4°,- En cuanto que, fuera del pacto, el marido, ya en el
Derecho Justinianeo, no lucra la dote, ni siquiera la “dos
21) Acordada por la Nov. 61.LAS DONACIONES NUPCIALES EN EL DERECHO ROMANO = 233
adventicia”, mientras la mujer lucra siempre la donacién,
aunque claro es reducida al usufructo si existen hijos.
Ahora bien, si estos paralelismos, por cuanto incompletos y en
parte irregulares, non constituyen argumento decisivo para la
teorfa que retiene la donacién nupcial como un patrimonio de
familia correspondiente a 1a dote, destinado con ella a constituir
un fondo comin para los fines del matrimonio, muestran que la
donacién nupcial compatiblemente con el fin esencial, que es el
proveer a la suerte de la viuda, tiende de una forma velada y
subordinada a este fin familiar,