Suite |
Existe toda una leyenda respecto a esta obra, conocida como la Suite en La o la Suite de Weiss, y
durante varias décadas la paternidad de Ponce fue completamente ignorada, Escrita a mediados
de 1929, o en el otofio de ese afio y segtin parece, a peticién del propio Segovia, quien afirmaba
necesitar obras de corte clésico y barroco para sus programas, esta suite prosigue el periodo neo-
clésico que dio inicio cor la Sonata IV. Se han esbozado un sinntimero de hip6tesis acerca de la
atribucion de esta obra a otto compositor, pero ninguna de ellas ha resultado convincente. Sin
embargo, durante una plética que tuvieron en 1964 en Madrid, Carlos Véequez, heredero de
Ponce, y Andrés Segovia, al hablar de esto, Segovia le explic6 que habia tomado la determina-
cién de atribuir varias obras a otros compositores para no tener que incluir s6lo méisica de Ponce
ensusrecitales, y que le daria a Ponce todo el crédito de la composicién de esas obras al publicar
sus memorias. Como esto nunca ocurri6, concertistas como Alirio Diaz y Manuel Lépez Ramos
empezaron a anunciar en sus programas la autorfa de Ponce.
Tal fue el éxito de esta obra que, aunque su manuscrito también pereci6 en Barcelona en
1936, esto no fue obstéculo para la aparicién de varias ediciones de ella, debido a que al perte-
necer la miisica de Weiss al dominio ptiblico, esto evitaba cualquier problema legal y, de he-
cho, ahorraba el pago de regalias al compositor, que era Ponce. En algunas se hacfa la salvedad
acerca de la procedencia del texto musical que se presentaba, explicando que al no haberlo
encontrado en ninguna biblioteca de las que contentan méisica de Weiss, se habfa optado por
tomarlo de la grahacién, hecha por Segovia en Londres en octubre de 1930, con la subsecuen-
te diversidad de enfoques y realizaciones que esto implica. Al ser esa grabacién la Gnica fuente
de este texto musical, también la he consultado. Y al considerar, filolégicamente, que la labor
104del crftico es la restauracién del texto, dentro de lo posible, a su forma original, en el prélude he
optado por el compés de 9/8, ya que dentro de su métrica, se da la tinica posibilidad de tocar,
con toda exactitud, el motivo sobre el cual esta basado. Las otras danzas, allemande, sarabande
y gavotte, siempre eran escritas en un mismo compés, y sélo la gigue podia variar entre 3, 6 0
12/8. Por cierto, Segovia no quedé satisfecho con la primera versién de esta tltima pieza, yen
una carta, de finales de 1929, asf se lo manifestaba a Ponce:
La Suite de Julius Weiss eseé en dedos. Es preciosa, y pienso tocarla en Nueva York el 8. Pero
necesito otra gigue... La que me hiciste es demasiado inocentona para finalizar. Ponte un cuarto
de hora al piano, y hazme una toda en arpegios, con unas notitas, destacadas, de melodia unas
veces arriba y otras en el bajo... (Quieres?
De la descripcién hecha por Segovia, al sugerirle a Ponce la creaci6n de una nueva gigue,
podrfamos asegurar que lo que tenfa en mente era una pieza similar a la gigue de la Partita I
BWV 825 de J. S. Bach. Sin embargo, Ponce también debe haber captado que lo que Segovia
querfa era un final brillante, por lo que escribié una gigue bastante més extensa que los otros
movimientos de la suite, pero con un cierto aire de tarantella, lo que le confiere una gran bri
Iantez, Mas adelante, en la misma carta, le anunciaba que ya habia hecho la prueba de tocar,
como encore, Ia sarabande y la gavotte, las ctsales habfan despertado un gran entusiasmo. Y en
otra carta, escrita en Chicago el 10 de febrero de 1930, le decia:
Tengo prisa y no me extenderé mucho hoy. En otra te informaré del éxito de Silvius Leopold
Weiss, Estoy encantado del triunfo de este viejo maestro. Los criticos mas enterados y cultos
han hecho mencién, en la critica, de muchos detalles pintorescos de su vida. Y ha sido muy
apreciada su semejanza con Bach. El Preludio, la Allemande y la Sarabande, sobre todo, han
qustado muchisimo. Te guardo toda la prensa.
Posteriormente, en una carta del verano de 1931, le consultaba acerca de la posible edicion
con Schott:
Le he propuesto igualmente la edicién de la Suite de Weiss. No le he dicho que sea absolura-
mente de éte, sino atribuida, Pero que como poseo un manuscrito tinico sera necesario hacer
condiciones muy diferentes de las ediciones que él hace de las cosas de Bach. Veremos lo que con-
testa, y si aceptase y propusiera una buena suma, te encontrarias con ella para reparar pequefias
necesidades caseras. Por siacaso, aconséjame sobre el modo de presentar la edicién. En efecto: fen
qué documentos o razones apoyarse para atribuir la Suite a Weiss? (Qué decir? Piensa y prove
Desgraciadamente, la Suite I no fue publicada por Schott, lo que habria venido a salvar, pa-
106ra la posteridad, la versién original de ella. Sin embargo, en una carta de finales de 1932, hay
otra menciGn que arroja luz acerca de las motivaciones segovianas para seguir guardando el
secreto de esta obra:
Y no creas que no me ha pasado por la cabeza tocar con tu nombre la Suite de Weiss. Pero ya
estd impresionada y podria haber jaleo.
El verbo impresionar es en ocasiones interpretado como imprimir, pero a lo que se refiere
Segovia es a la grabacién realizada por él en 1930.
En 1983 aparecié en Parts, en Editions Musicales Tfansatlantiques, una versin de esta
obra que sf reconoce Ia autoria de Ponce. Coraz6n Otero, quien escribié una nota introducta-
ria, nos informa respecto de esta edicién lo siguiente: “El guitarrista espaftol José Luis Gonz
lez la digita tomando la obra directamente de una copia del original que le diera su maestro
Andrés Segovia”. Esta viene a ser la primera noticia de un manuscrito de Segovia, puesto que
varios de sus discfpulos ignoran la existencia de dicha copia, y también resulta contradictoria
con varias declaraciones hechas por el propio Segovia, quien aseguraba que el manuscrito de
Ponce habfa desaparecido en Barcelona, durante la guerra, y que él no tenfa ni la necesidad ni
el tiempo ni el deseo de sentarse a volver a escribir esta obra. También aparecen varios errores
de esctitura, de acuerdo a la ejecucién hecha por Segovia en su grabacién, que se contraponen
ala ejecucién de esta suite, asf como cambios al ritmo natural de varias de las danzas. La pri-
mera grabacién de la Suite I, que reconoce a Ponce como $u autor, fue realizada en 1973, para
EMI-Capitol, por Manuel Lopez Ramos.
108Prélude
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