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REGULACIÓN DE LA GLUCÓLISIS.

La regulación de la glucólisis es compleja debido al papel crucial de la glucosa en la


generación de energía y en la síntesis de numerosos metabolitos. El ritmo al que opera la
ruta glucolítica está controlado principalmente por la regulación alostérica de tres enzimas:
hexoguinasa, PFK-l y piruvato quinasa.
Las reacciones catalizadas por estas enzimas son irreversibles y pueden activarse o
desactivarse por efectores alostéricos. En general, los efectores alostéricos son moléculas
cuyas concentraciones celulares son indicadores sensibles del estado metabólico de una
célula.
Algunos efectores alostéricos son moléculas producto. Por ejemplo, la hexoquinasa se
inhibe por el exceso de glucosa-6-fosfato. Valias moléculas relacionadas con la energía
actúan también como efectores alostéricos. Por ejemplo, una concentración elevada de
AMP (un indicador de una producción baja de energía) activa a la PFK-l y a la piruvato
quinasa. Por el contrario, una concentración elevada de ATP (un indicador de que están
satisfechas las necesidades metabólicas de la célula) inhibe ambas enzimas.

El citrato y la acetil-CoA, que se acumulan cuando hay abundancia de ATP, inhiben la


PFK-l y la piruvato quinasa, respectivamente. La fructosa-2,6-bisfosfato, producida por la
modificación covalente de la PFK-2 inducida hormonalmente, es un indicador de
concentraciones elevadas de glucosa disponible y activa alostéricamente la PFK-l. La
fructosa-1,6-bisfosfato que se acumula activa la piruvato quinasa, proporcionando un
mecanismo de control hacia delante (es decir, la fructosa-l,6-bisfosfato es un activador
alostérico).

Regulación alostérica de la glucolisis.


Enzima Activador Inhibidor

Hexoquinasa Fosfato inorgánico Glucosa-6-fosfato, ATP

PFK-1 Fructosa 2,6 bifosfato. ADP Citrato, ATP

Piruvato quinasa Fructosa 1,6 bifosfato, ADP Acetil-CoA, ATP

El glucagón, presente cuando la glucosa sérica es baja, activa la función fosfatasa de la


PFK-2, reduciendo la concentración de fructosa-2,6-bisfosfato de la célula. La insulina,
presente cuando la glucosa sérica es elevada, activa la función quinasa de la PFK-2,
aumentando la concentración de fructosa-2,6-bisfosfato de la célula.

ENTRADA DE OTROS AZUCARES A LA VÍA GLUCOLÍTICA.

Aparte de la glucosa, otras tres hexosas son también derivados importantes del catabolismo
alimentario:
 La fructosa, obtenida a partir de la fruta y de la hidrólisis de la sacarosa (azúcar de
mesa).
 La galactosa, obtenida por hidrólisis de la lactosa (azúcar de la leche).
 La manosa, obtenida a partir de la digestión de polisacáridos y glucoproteínas.

Tras la digestión, estos monosacáridos penetran en el torrente sanguíneo, que los transporta
a los distintos tejidos.
El metabolismo de la fructosa, galactosa y manosa pasa por su conversión a intermediarios
glucolíticos. A partir de ese punto, su degradación es exactamente igual a la de la glucosa.

Metabolismo de la Fructosa.

La fructosa es una fuente importante de combustible en las dietas que contienen cantidades
elevadas de sacarosa (disacárido de fructosa y glucosa).
La fructosa puede ingresar al esquema glucolítico por dos rutas diferentes:
En el músculo y el tejido adiposo, la fructosa es convertida a fructosa-6- fosfato por la
Hexocinasa. En este caso la hexocinasa presenta una baja afinidad por el azúcar, de modo
que ésta conversión es de poca importancia, a menos que la concentración de fructosa sea
demasiado alta.
El hígado contiene poca Hexoquinasa, pero en su lugar cuenta con la enzima Glucocinasa,
que fosforila únicamente a la glucosa. El metabolismo de la fructosa en el hígado debe ser,
por tanto, distinto al del músculo.

De hecho, el hígado transforma la fructosa en intermediarios glucolíticos a través de una


vía en la que participan varias enzimas. En el hígado, la fructosa es convertida a fructosa-1-
fosfato por la Fructocinasa.

La Aldolasa de la Clase 1 posee distintas formas isoenzimáticas. El músculo contiene la


Aldolasa del Tipo A, que es específica para la fructosa-1,6-bisfosfato. El hígado, sin
embargo, contiene Aldolasa del Tipo B, que utiliza también fructosa-1-fosfato como
sustrato (la Aldolasa del Tipo B se denomina a veces fructosa -1-fosfato Aldolasa).

Para que la fructosa-1-fosfato entre al esquema glucolítico debe ser primero escindida en
dos triosas por la actividad de la Fructosa-1-fosfato Aldolasa: la dihidroxiacetona fosfato
(DHAP) y el gliceraldehído. La DHAP es convertida a gliceraldehído-3-fosfato por la
Triosa fosfato Isomerasa. El gliceraldehído es convertido a Gliceraldehído-3-fosfato, por la
Gliceraldehído Cinasa.
Metabolismo de la galactosa.

La galactosa es inicialmente convertida a galactosa-1-fosfato por la Galactocinasa

Durante el desarrollo fetal y la infancia, la galactosa-1-fosfato es convertida al derivado


nucleotídico UDP-galactosa por la enzima Galactosa-1-fosfato Uridiltransferasa. La
enfermedad hereditaria conocida como galactosemia clásica se produce por la ausencia de
esta enzima.

La actividad de la UDP-glucosa (galactosa)-4-epimerasa, produce la epimerización de la


UDP-Galactosa, con lo que se forma UDP-Glucosa.
La UDP-Glucosa puede ser convertida directamente en Glucógeno, o puede ser
metabolizada a Glucosa-1-fosfato por la UDP-Glucosa pirofosforilasa.
La Glucosa-1-fosfato es convertida a Glucosa-6-fosfato por la Fosfoglucomutasa y desde
este momento seguir el esquema general de la glucólisis.

Metabolismo de la manosa.

La manosa es un componente importante en la estructura de muchas glicoproteínas, sin


embargo su papel como metabolito energético es muy reducido por su escasa participación
en los alimentos habituales. Para ser metabolizada es primero convertida a Manosa-6-
fosfato por la Hexocinasa y después a Fructosa-6-fosfato por la Manosafosfato isomerasa.

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